Acostumbrar

—¿Porqué ahora me copias, Quacks?.

— Para ser gemelos. Las parejas hacen eso, ¿No?.

Luzu río ante la respuesta del Alfa, en si, no esperaba esa contestación.

—Bueno, no se si ahora sea popular eso... Creo que pasó de moda.

—No importa. — se amarró su cabello con una coleta negra.

—No sabía que pensabas seguir con lo típico de la moda de pareja.

—No Lusu. —caminó hacia el Omega, quien se sentó en la cama del más bajo. Con suavidad colocó ambas manos en las mejillas del contrario. — No me gusta mucho, es... Muy típico y quiero que nuestra relación tenga originalidad.

—Si dejamos de lado que tú seas un famoso y yo un chico normal, el típico cliché.- sonrió de lado.- Está bien, acepto su propuesta.

Quackity soltó unas risas y se alejó de Luzu para buscar una gorra, los ojos carmesí seguían al azabache, quien caminaba un lado a otro para buscar su gorra, al final, el alfa terminó en desesperarse y molestarse un poco. Luzu no tuvo más remedio en ayudarlo y no tardó mucho en encontrarlo pues se encontraba en la cama. El azabache agradeció apenado, caminó hacia su espejo y se acomodó la gorra negra.

—Te queda bien el negro.

—Obvio, todo me queda bien. - respondió con orgullo, Luzu puso los ojos en blanco con diversión. El azabache se dió la vuelta, ahora miró a su novio. - ¿Nos vamos?.

—Claro.

El omega se levantó de la cama, se colgó la mochila en el hombro izquierdo y junto con su novio salieron del cuarto del azabache.

Luzu aún se impresionaba por la gran casa de su pareja, debía suponerlo, al ser de una familia de dinero, es obvio que su casa tendría elegantes decoraciones.
Los candelabros que colgaba en la sala, cocina y algunas partes de la mansión, tan hermosos y tan caros. El mármol en el suelo que reflejaba los muebles del lugar, hasta él mismo se puede ver. Pinturas y fotos colgadas en las paredes, en unas de ellas pudo observar al alfa cuando era un cachorro. La morada mostraba elegancia, que temía por tocar algo para no dañarlo.

Aunque ya había estado varias veces en la morada, todavía se sentía asombrado y tímido. No estaba acostumbrado a tantas cosas que vale más que su casa.
Se sentía inferior ahí- si bien, estar rodeado de varias personas que tenían más dinero que él lo hacía sentir así, cosa que todavía no acostumbra-.

Admiraba cada rincón de la morada, pensando que si algún día iba a tener una casa así.

Un suave sonido de piano se oía tan cerca de las escaleras, ellos ya habían bajado. Luzu levantó una ceja, ¿Quién toca tan hermoso?. Quackity se dió cuenta de la curiosidad de su pareja.

—Vamos. - lo guío hacia una de las miles salas de la mansión.

En esa habitación, los sillones blancos rodeaban el centro donde una mesita de cristal habitaba. Las plantas de decoración no faltaba, junto a unos estantes llenos de libros y uno que otra pequeña estatua. En un rincón, un gran piano negro llamaba más la atención.
Ahora pudo ver quien tocaba, era ElQuackity. Se veía tan concentrado en la melodía que ni se dió cuenta cuando llegaron.

Luzu podía jurar que esa casa traía muchas sorpresas, porque ni sabía que el hermano de su novio tocaba el piano.
Sin embargo, no hablaba demasiado con él gemelo mayor, solo un poco, casi nada, Luzu intenta sacarle conversación, sin embargo el alfa no parece interesado. El azabache... Suele ser muy reservado.

Cuando terminó de tocar, levantó la mirada. Luzu lo saludó con la mano con timidez, a la vez que él azabache frunció el ceño y sus mejillas se enrojecía.

—No te me enojes, Alex. Lusu sentía curiosidad por quien tocaba, así que vinimos a verte. - alzó los hombros. El castaño asintió.

—Bien. - se levantó y caminó hacia ellos con la misma elegancia que siempre portaba. - Pero no lo hagan de nuevo.

Pasó de largo, rozando un poco su brazo con el del omega, dejando a la pareja solos en esa habitación.

— Pinche Alexander. - Murmuró con enfado. - ¿No puede dejar de ser tan apático?.

La pareja caminaba hacia la salida de la morada. Luzu escuchaba a su novio quejándose de como es su hermano.

—Quacks. Entiendo que quieras que tú hermano sea un poco más expresivo. Pero deja que sea así, no todos podemos ser alegres y amables.

—Ya sé, Lusu. - abrió la gran puerta principal. - Solo que se siente feo que tú hermano te... Ignore o que sea mala onda contigo.

Ambos salieron de la morada, Luzu admiró el pequeño jardín que tenía en la entrada, unos arbustos alrededor del portón negro, una mesita con sombrilla había en la parte derecha.

— Y bueno, ya estoy acostumbrado a su falta de cariño... -se abrazó a si mismo.
Luzu entendía el porque, después de todo, Quackity le contó sobre el distanciamiento que tiene con su familia.

Al pisar la banqueta, el alfa volteó por los lados. Dónde él vivía era tranquilo, por supuesto, es una calle que solo vive gente rica, por lo que era seguro y tranquilo.

Luzu, por su parte, contempló las distintas mansiones, todas hermosas y de lujo. La tranquilidad que transmitía le causaba un poco de inquietud, estaba tan acostumbrado al ruido de los autos pasando, los niños jugando en la calle. Su calle no es como está. Cosa que aún no se acostumbra cuando viene aquí.

Cuando se alejaron de la casa de Quackity, Luzu decidió cambiar de tema. Ahora reían por las graciosas sugerencias del azabache. Llegaron a la entrada principal de la calle, dónde en los lados había un muro alto y en el medio un portón- al lado derecho tenía una puerta igual del mismo material que él portón-. Quackity le avisó al guardia que estaba dentro de una casita, el beta los miró por la ventana y asintió para salir de la casita y abrirles la puerta.
La pareja agradeció y se despidió del guardia.

Quackity bajó más su gorra, Luzu se dió cuenta de eso y pues siempre cuando salían, se bajaba la gorra y se ponía lentes de sol. Sabía que Quackity quería mantener su relación alejada de los medios o del público, lo comprendía, porque no quería ser perseguido por reporteros solo porque es novio de un popular actor- o eso se imaginaba-.

—Me parece gracioso — comenzó a hablar, atrayendo la atención de Quackity.— ,que quieras que los periodistas o la gente no sepan de nuestra relación, cuando en la escuela estamos juntos.

— Sí, pero nadie se da cuenta de nada, somos discretos Lusu, todos piensan que somos mejores amigos.— explicó. — Y... Cuando te agarro de la mano, todo discreto.

—¿Así? — alzó una ceja.

— Sí.

Sin previo aviso Luzu le tomó la mejilla al azabache para que volteara a verlo y darle un corto pero suave beso, sorprendiendo al del gorro. Quackity no desaprovechó y le dió otro beso.
Ambos soltaron unas risas.

—Somos muy discretos, eh. — comentó Luzu con sarcasmo.

Quackity asintió, pensando mejor que ya sería hora de dejar de ser discretos.

🍓

Los años pasaron y ya no eran jóvenes de dieciocho años. Ya eran adultos que tenía otras responsabilidades, ya eran una pareja de casados.

Ahora a Luzu le causa gracia que cuando era novio de Quackity deseaba tener una casa como la del alfa, ahora ya vive en una y para mejorarlo, con Quackity. Debía que admitir que aún no se acostumbra del todo, en momentos piensa que es un sueño, un sueño hecho realidad.

De los dieciocho a los veintiséis, las- obviamente - cambiaron y para bien.
Se había casado con la persona que más ama, y eso le hacía muy feliz.

Aunque, las cosas fueron buenas y sorprendentes, había una cosa que le desagradaba y era su suegra: Astoria Too, una alfa con personalidad arrogante, seria, apática, orgullosa.

Era alguien que no tenía una buena relación.

No más esta actualización pq la escuela me está matando (apenas es la primera semana).

Bai, nos vemos en cinco meses (no plis)-

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