Capítulo 26

Observó donde se encontraba, como si no lo hubiera hecho ya y como si no conociera de memoria el lugar. Lo único agradable era el olor a limpio, al alcohol desinfectante y la suave fragancia a lavanda que le daba el toque especial a la sala. Por que todo era blanco, blanco, ¡tan blanco! Que le ardían los ojos. Y quizo llorar en cuanto su madre se quedó fuera, quiso huir, salir corriendo.

Si tan solo tuviera dos piernas con las que correr al menos.

Soltó un suspiro, resignandose a su pobre destino. Entonces miró al hombre de cabello gris que con su ropa, como todo a su alrededor, le cegaba.

──Ha pasado un largo tiempo desde la última vez que viniste, ¿no crees?

Asintió como toda respuesta. No quería hablar ese día. Corrección, no tenía intenciones de hablar con el doctor. Por que una cosa es que Kim estuviese asistiendo a terapia por lo que le había ocurrido recientemente y obvio apoyaba la idea, pero otra cosa muy distinta era que él retomara las sesiones por que a su madre se le ocurriera que eran necesarias. Aún siendo consciente de que lo eran.

No quería.

» ──¿No vas a hablarme? ──Ante la mirada neutra del menor, el médico suspiró──. Ya viví esta historia y sé como termia, por favor no lo hagas. Nadie quiere que el Jeongguk de antes regrese.

Cuando el pequeño salió de cuidados intensivos, luego del accidente, conoció a Park Chanyeol. Era amigable, le prestaba juguetes cada vez que iba a su consultorio y el infante no le temía tanto como a los señores que querían estarlo pinchando y lastimando sus brazos. Lo único que le molestaba era el blanco de las paredes, y los ruidos fuertes. La silla arrastrándose en el suelo, la puerta con las bisagras chirriantes, los golpes en la puerta. Odiaba el hospital. Pero más odiaba no poder hablar con el doctor Chanyeol tanto como él hubiera querido, por que, por más amigable que fuere, Jeongguk no tenía ganas de exteriorizar sus sentimientos. Y eso llevó a que Jeon recallera en el hospital por ataques de ansiedad y autolesiones mucho tiempo seguido, hasta que por alguna razón dejó de hacerlo.

El doctor no quería regresar a eso. Y el menor tampoco.

──Estoy bien ──Soltó luego de un par de minutos en los que vaciló entre rendirse e intentar hablar aunque fuere un poco o mantenerse en silencio.

──Me alegra oír eso ──Sonrió con sinceridad, recostandose en su asiento para aligerar lo mayor posible el ambiente──, y dime, ¿que has hecho ésta semana?

──Regresé a casa hace poco, estuve viviendo con mi tía unos meses.

──¿Al estilo vacaciones?

Asintió con la cabeza. Si, definitivamente al estilo vacaciones.

──Hice amigos ──Sonrió ante el recuerdo de los desastrosos y alborotados chicos──, son dos. Hyunjin y Félix. También conocí a Yougyeom, a él le gusto, pero no siquiera me cae bien... y me regaló esto ──Le enseñó el collar al doctor, pero no esperó una reacción antes de volver a esconderla bajo su ropa──. Félix no habla demasiado hasta que se siente cómodo, es preciso con lo que dice y es quien más me entiende, por eso es mi mejor amigo. Hyunjin es extrovertido y un poco hiperactivo, siempre tiene algo para hacerte reír.

──Parecen ser buenos chicos.

──Sí, lo son ──Sonrió en grande.

──Con respecto a Yugyeom ──Se aclaró la garganta──, ¿cómo respondes ante los sentimientos del chico?.

──Me parecía extraño que le pudiera llegar a gustar aún siendo... cómo soy ──Tosió incómodo con sus propias palabras, evitando la mirada del mayor──, pero ya había notado que Taehyung desde antes también se sentía parecido, y sinceramente Yougyeom hizo varios comentarios sobre mí que no me gustaron para nada, y no hablé después del casamiento hasta el momento en que estaba por viajar hacia aquí.

──¿Te gusta Taehyung?

──Sí, me gu-gusta él ──Contestó tímido.

──¿Qué?

──Qu-que me gusta Taehyung ──Murmuró, sonrojandose con violencia.

Pero no entendió la sorpresa en los ojos del hombre hasta que éste se inclinó, puso sus codos sobre el escritorio y volvió a hablar.

──Jeongguk, acabo de preguntarte "quién es Taehyung", por que lo nombraste de la nada ──Sonrió con un poco de gracia──. Pero bien, el dato también nos sirve mucho.

Oh. Mierda, mierda, mierda.

Había hablado de más en cuanto empezó a narrar la relación con sus nuevos amigos, y estaba tan ensimismado que su estúpida mente le hizo una mala, muy mala y vergonzosa jugada.

──Quie-quiero irme, por favor.

──Terminamos por hoy, descuida.

Las de lanzarse del primer puente que cruzaron con su madre de regreso a la casa no faltaron. Y Jieun no entendia por qué su hijo se mantuvo tan apenado durante todo el trayecto.

¡Oh, si ella supiera!

Pero al menos, hablar con Chanyeol un rato le había servido para despejarse... de lo sea que tenía que despejarse.

Cuando el reloj dió las siete de la tarde, el menor suspiró. Desde que su madre lo había dejado en casa, no hizo más que estar de vago jugando con su celular, viendo programas de televisión, leyendo y durmiendo. Pero estaba aburrido, mensajeandose con Yugyeom y Taehyung a la misma vez.

──Mamá ──Levantó la vista de su celular para mirar a la mujer a su lado──, ¿podemos ir al acuario el sábado? Leí que se inauguró hace unos días.

──Me encantaría, mi amor ──Besó su frente──, pero tengo que trabajar.

El menor no se sorprendió por la respuesta, de hecho, se la esperaba. Ella siempre estaba trabajando, y no se quejaba por que necesitaban el dinero y entendía, pero extrañaba cuando tenía tiempo para él.

──¿Entonces puedo ir con Taehyung y sus hermanos?

──Por supuesto, pero yo hablaré con los señores Kim.

──Okey mamá ──Y siguió mirando la pantalla de su celular. Susurró un casi inaudible "¿quieres venir, Ggukie?" para sí mismo, que la mujer al estar hundida en el sofá a su lado llegó a escuchar.

──¿Quieres que vayamos ahora, hijo? ──Por que ella sabía, lo conocía. Jeongguk no hallaba la manera para pedirle permiso para ir con su amigo peli-azul. Y a pesar de que para el día sábado faltaba un día entero, no podía ser tan egoísta con su hijo.

──¡Si, claro, claro! ──Ante su propia emocion se sintió avergonzado y decidió corregirse──. Bu-bueno, es-está bien si tu l-lo dices.

Jieun se rió, poniéndose de pie seguida de su hijo. Una vez calzados abandonaron la vivienda y tras caminar unos cuantos metros, tocaron el timbre de la casa de al lado. La pequeña SanA los recibió con una sonrisa, invitándolos a pasar al comedor donde se encontraban su madre y uno de sus hermanos mayores.

──¡Oh, es un gusto que estén aquí, chicos! Jieun, toma asiento ──Ofreció amable la señora Kim, y la nombrada no se negó a la invitación, ubicándose del lado de la mesa donde sobraban varios lugares──. Querida, ¿quieres un té o algo?

──Te agradezco, Jisoo, pero me comí unos brounies hace un rato y siento que voy a explotar.

──Se comió seis ──Acusó el menor, y no estaba mintiendo──, ¿puede creerlo, señora Kim?

──Eres una golosa, mujer. Te van a salir gusanos de tanta azúcar.

SanA puso cara de horror.

──¡Mamá, no seas asquerosa!

Aprovechando que las mujeres conversaban amenamente, y Seokjin parecía mas concentrado en tomar su té con la sutileza de una anciana en un templo, Jeongguk caminó en reversa, tratando de no hacer tanto ruido con las muletas, para escabullirse hacia la sala por donde ya había pasado y que llevaba a las escaleras. SanA lo vio, y la señora Jeon claro que sin ver sabía qué pasaba, más ninguna dijo nada, siendo cómplices con el muchacho.

Con sumo cuidado subió las escaleras, pasando por la habitación de YoonGi quien parecía dormir con la puerta completamente abierta y la luz prendida. Él... era inusual siempre. Cuando llegó a la habitación que conocía de arriba a abajo y de izquierda a derecha, el sujeto que estaba buscando en cuestión le daba la espalda a la puerta entreabierta y vestía adorablemente un pijama todo celeste. Con una muleta empujó la puerta que, milagrosamente, no hizo ningún tipo de ruido. Y hasta que hubo dejado sus piernas con cuidado en el suelo y se subió a la cama, Kim no se percató del intruso en su habitación.

Su expresión de confusión cambió rápidamente a una de asombro.

──Me dijiste que no podías venir.

El peli-negro le sonrió, acercándose un poco más. Su frente y la de Kim quedaron pegadas, mientras que sus cuerpos tenían la forma similar a cuando un bebé está en el vientre de su madre.

──Pero aquí me tienes, ¿podrías dejar de ser un inconformista y agradecer que vine?

──Gracias por venir, bonito, en verdad ──Una de sus manos tomó la del menor para jugar con ella──. Te busqué esta mañana pero no había nadie en tu casa.

Jeon cerró los ojos momentáneamente, disfrutando el tacto frio en la piel de sus manos.

──Tenía que retomar mis sesiones de terapia aunque no quería en un principio y me tomo un rato aceptar que debía hablar ──dijo.

──¿Y qué te hizo cambiar de opinión?

──Traumas del pasado ──Confesó.

Jeongguk le agradeció el que le apretara suavemente la mano, demostrándole su apoyo, y que no preguntara nada mas al respecto. Se dedicó a sentir las yemas de los dedos del mayor que ahora tocaban más arriba de su muñeca haciéndole cosquillas en la zona, y tal vez más allá.

──Jiminie y yo salimos antes de la escuela por que faltaba un profesor y se quedó a almorzar aquí conmigo y los hyung's ──Se había sentido algo decepcionado al no hallar a Jeongguk en su casa por que se la habrían pasado genial los cuatro.

──Yo me la pasé aburrido toda la tarde, volvimos a eso de las dos y solo queria venir aquí pero no le supe pedir permiso a mamá. No quería molestarla en su trabajo ──Suspirando hizo un puchero con los labios que el peli-azul tuvo el impulso de tocar por unos castos segundos con los suyos, pero no lo hizo.

──Mmh ──Se tocó la barbilla con duda──, ¿otro día podemos salir a algún lado?.

Pero Jeongguk no entendió a lo que se refería, y quizá se debió a que Kim no fue lo suficientemente específico.

──Venía a invitarte al acuario, y a tus hermanos. Mamá está hablando con la señora Kim abajo y yo me escapé para verte ──Comentó. Y bruscamente quitó el brazo del medio, alterandose de la nada──; ¡ya deja de to-tocarme así! Me gusta, pero me ha-hace cosquillas hasta en el estómago.

Oh, eso. El rostro de Taehyung se pintó suave de un rojo carmín.

Kim se giró hacia el menor, manteniendo la cercanía pero ahora apoyándose sobre sus codos. El peli-negro lo miro desde abajo, sintiéndose más pequeño de lo que era en realidad. Pero no sabía como hacer para no sentirse así, y optó por girar un poco los ojos hacia algún punto de la habitación.

──¿Jeonggukie?

──¿Uhm?

──¿Por qué no me miras? ──Le preguntó con gracia. Riéndose bajito y ronco, erizando aún mas la piel del peli-azabache.

──Si lo hago.

──Mentira.

──¡No es cierto! ──Se quejó──, te veo por el rabillo del ojo.

──Quedarás bizco, tontito ──Volvió a reír──. Quiero que me veas, de frente.

──¿Po-por qué?

──Tus ojos son hermosos y me gusta verlos ──Contestó sincero.

──A mi me... gusta el lunar de tu nariz.

¡Qué dato irrelevante había dado! Pero, oh, Kim estaba encantado.

──Y a mi de los tuyos... éste ──Sonrió un poco. Los labios de Kim temblorosos tocaron ese lugar, bajo los labios de menor. Justo donde un bonito puntito marrón relucía, y se quedó ahí con los ojos cerrado. Aspiró el aroma del peli-azabache ya que se encontraba tan cerca de la suave piel del chico; siempre olía a una sutil colonia a coco de bebé, y era tan delicioso que quería comerlo.

Jeongguk no lo hacia apropósito, sino que tenía la mala costumbre de respirar por la boca. Y ese simple movimiento hizo que él y Taehyung terminaran besándose por unos cuantos segundos.

──Creo que la señora Kim nos llama ──Se mordió suavemente el labio. No era una mentira.

──S-Si, yo también l-la oí.

Los wawas se andan besando mucho y ni saben que son, pero no están teniendo dilemas con eso y por ello está good. No hay Hoseok de por medio así que viva la pepa caraj0 🥳

Bueno, mucha cháchara por hoy 🧐 nos leemos prontito, les amo mucho💜

© ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5

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