𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒗𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒄𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐

El último dia de la semana, Taehyung no quiso entrar a la escuela.

Un sentimiento de tristeza lo invadió cuando notó que su hermana le coqueteaba sutilmente a su mejor amigo, y no por el hecho de sentir celos o algo parecido, sino porque empezaba, quizás, a darse cuenta de que ella estaba creciendo y dejaría de ser su niña.

Caminó por la ciudad, sin un rumbo en específico. Observó los autos pasar, las casas con jardines preciosos, y a adolescentes como él disfrutando de una escapada.

Pero nada de cada cosa que vio le llamó más la atención que un cuadro pintado al óleo de un violinista junto a una hermosa bailarina; porque en algún momento de su infancia, YoonGi jugaba con un piano blanco mientras él tocaba el violín que su padre les había obsequiado en un cumpleaños, y la más pequeña, que a penas se mantenía de pie, jugaba con los volados de su vestido rosa.

—Algún día... debería comprarlo—suspiró contra la gigantesca vidirera, y siguió el curso de su recorrido sin ruta que lo llevo al parque nacional Japonés; y sentado bajo un cerezo gigante, no podía dejar de oír la voz de Jimin en su cabeza repitiendo una y thantas veces que dolían, las palabras que le dijo cuando se separaron en la entrada del colegio.

«Hazte a la idea de que ella tendrá novios o novias, y le romperán el corazón tantas veces como a nosotros nos pasó alguna vez»

Y dolía tanto que las lagrimas no se hicieron esperar.

SanA siempre sería la bebé a la que cargaba en brazos y le cantaba canciones de cuna hasta que cerraba sus pequeños ojitos, sin importar cuántos años más pasaran. Por otro lado, simplemente había dias en los que cualquier situación lo llevaban a ese estado de soledad.

Por primera vez sentía que deseaba tener una consulta con la psicóloga, o en su defecto, quería a alguien con quien poder hablar.

Alguien como...

—Taehyung ¿estás bien?

Rápidamente se cubrió el rostro con las manos, e intentó fingir que tenía alguna basura en los ojos para borrar la evidencia de un llanto de casi media mañana. Pero cuando sintió las suaves caricias en su cabello se dió por vencido y levantó la vista.

—Hola, EunHa noona

—¿Quieres un dulce?—del bolsillo sacó tres paletas y un par de caramelos. Cuando el chico asintió y señaló una paleta, ella sorpresivamente puso todo lo que tenía en manos del menor—. No te los comas todos, eran para él, pero apuesto a que lo verás primero.

—¿A quien?—pero fue tan solo un susurro que solo él tuvo la dicha de oír.

—¿Qué haces aquí?—cuestionó la mujer, notando que el chico cargaba su mochila y uniforme—, deberías estar en la escuela—ante la mirada acusatoria, Kim bajó la cabeza—. Te llevaré a tu casa, andando. Por que si algo te ocurre estando aquí solo, voy a sentirme culpable.

Sin decir más palabras la mujer caminó hacia el frente, y el menor le siguió de cerca.

—Señora EunHa...

—¿Si, cariño?—ella volteó para mirarlo.

Ella le recordaba tanto a su abuela, tanto, que quería abrazarla; pero no lo hizo por cobarde.

—M-muchas gracias.

—Taehyung, ¡Taehyung, hermanito! ¿Donde estabas? Jimin me dijo que no entraste a la escuela hoy—la voz de YoonGi, bastante chillona por alguna razón, lo atacó a penas ingresaba al comedor

Cerró los ojos, tomó aire y contó hasta diez. No estaba del mejor humor, no tenía ganas de absolutamente nada, y lo menos que quería hacer era discutir por boberías con su hermano.

—¿Qué sucede, hyung?—intentó ponerle ganas a sus palabras, pero se notaba a kilómetros que estaba triste—. Quiero dormir y tengo mucha hambre, ¿porqué estas tan hiperactivo?—hizo amago de acercarse a la heladera, pero el mayor con la diversión plasmada en el rostro se interpuso—. ¡Solo déjame comer algo, por Jesucristo!.

—Es que me dejé olvidado algo en tu habitación—dijo, finjiendo inocencia—, ¿podrías ir por mi?

Ok, su cuota de paciencia había acabado.

—¡¿Pero que es lo que no entiendes?!

—Tae, te lo suplico—estiró el labio inferior, casi haciendo aeyo—, ¿si? ¡Vamos, no seas malo!

Era raro que YoonGi hiciera pucheros, suplicara y se mostrara tan cariñoso al mismo tiempo. Algo ocurría, pero no quiso indagar mucho más en el tema, su estómago rugía por algo de alimento y mientras más rápido terminara con la actividad de cadete, mejor.

—¡Bien, ya basta! Lo haré.

—¡Que bueno, que bueno!—aplaudió con felicidad.

Definitivamente, YoonGi actuaba muy extraño.

Sin mas preámbulos Taehyung salió de la cocina; cuando pasó por el living tomó nuevamente su mochila y a pasos cansados subió las escaleras. Estando frente a la habitación recordó que su hermano jamás dijo lo que supuestamente debía buscar, e iba a reclamarle por hacerle perder su preciado tiempo.

Pero un estornudo proveniente del interior de su habitación llamó completamente su atención, y se adentró en ella mirando a los lados con algo de temor. Por que, si no había más nadie que YoonGi y él en la casa, eso significaba que...

—¡¿Jeongguk?!

—¡Sorpresa!


Se sabe que a SanA le gusta/siente algo por Jimin, pero a él le gusta YoonGi, pero a el le gusta Seokj- NO ESPEREN, ASÍ NO ERA 🤠

©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5

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