Shí Liù.

•Pv.JK

Poco a poco abrí mis ojos, encontrando el cuerpo pequeño de Jimin aferrándose a mi torso.

Sonreí al ver que al menos estaba durmiendo tranquilamente. Mi brazo debajo de su cabeza comenzó a doler ... Así que con simpleza lo quité de ahí ocasionando que el pelirubio se removiera solo para acurrucarse más aún cerca de mi.

Lindo.

— Buenos días — susurré. Quedaba más que claro que nosotros no éramos una pareja.

Sí, Jimin me gustaba, sí, también me atraía, pero, anoche me demostró que primero debe lidiar con sus propios miedos, y al parecer, no lo tendría fácil, creo que yo sería un patán si comienzo a presionarlo para salir.

Sinceramente las confesiones que hizo en la madrugada, me descolocaron, él realmente sufrió bastante y yo por segunda vez en mi vida quise protegerlo.


— ¿Qué haces en mi cama? — Jimin hablaba con voz ronca y mis vellitos se erizaron — contaré tres para que salgas de mis cobijas —.

— Mal agradecido — chisté después de revolver su cabello — dejé que me abrazaras a pesar de que odio que me toquen para dormir —.

— Ja, ja — Jimin comenzó a patalear. Él enserio era un caso, ni bien despertó comenzó a molestarme.

Tal vez estaba avergonzado por todo lo que ocurrió, así que trate de comprender.

— Usaré tu baño para cambiarme —.

Jimin asintió y yo torpemente me levanté para encerrarme en el sanitario.

Quité con dificultad la ropa que me puse para dormir, me dirigí al lavamanos y enjuagué mi rostro, sintiendo el agua fresca que limpiaba mi cara.

Después de secarme, sacudí mi ropa de la noche anterior y me la coloqué, tomé un cepillo y arregle como pude mi cabello.

Ya listo abrí la puerta; el baño de Jimin se encontraba en la misma habitación, fue ahí que vi a Park en bóxers tratando de entrar en esos jeans ajustados.

La boca se me hizo agua y el pequeño me vio lleno de pánico.

— ¡Toca antes de entrar Jeon! — me gritó con su mirada llena de furia y su rostro totalmente rojo.

— ¡El baño está dentro de tu cuarto! — contesté, guiando conscientemente mi vista a la forma en la que la orilla de aquel jean apretaba en sus posaderas, Dios, estaba muy bien formado.

— ¡Deja de ver, idiota! — algo duro (no mi entrepierna) golpeó mi cabeza.

Si, el control remoto.

— ¡Oye! — bufé.

— ¡Sal de aquí, ve abajo! — a leguas se veía que le daría un infarto de vergüenza.

— No cabes en esos pantalones — dije para después salir corriendo del lugar.

Apreciaba mi vida y más si Jimin era un nuevo participante en ella.

→←

Tomé una manzana mientras esperaba, tarareando una canción vi mis zapatos en una esquina de la puerta.

Me los pondría después.

— ¿Quieres tomar café? — preguntó esa dulce, pero tenebrosa voz.

— Claro — reí — ¿decidiste cambiarlos? — enarqué una ceja cuando vi que Jimin tenía unos pants negros.

— No quería tú vista pegada a mi trasero toda la mañana — bufó poniendo la cafetera.

— Hmm, envidioso — contesté y el soltó una diminuta sonrisa.

Ambos nos sentamos en su mesa redonda, mientras él tallaba sus ojos yo me dediqué a terminar la manzana para luego tirarla al cesto de la basura.

— Sobre lo de anoche...

— Cuéntame como supiste que eres hmm, ¿gay? — cuestioné y Jimin se enderezó sobre su silla.

— No quería tocar el tema —.

— Solo tengo curiosidad — dije para que no se sintiera incómodo — porque a decir verdad, yo estaba muy dispuesto a quitarte lo "heterosexual" — Jimin quiso darme una patada bajo la mesa pero no alcanzó.

Está chiquito.

— No lo hubieras logrado — dijo Park — no eres la gran cosa —.

— Hubiera querido ser la gran cosa para ti, pero bueno, no me cambies de tema —.

— No debí contarte nada Jeon, ahora tu sabes toda mi vida —.

— Y tú sabes la mía — enfatice — la única diferencia es que tú tuviste muchas cosas que te dañaron y en mi vida nada de eso ocurrió —.

— Bobo— esa mirada llena de reproche ya la conocía. La ponía cada que se daba por vencido ante algo y después aceptaba.

Pude verla un montón de veces en el tiempo que estuvimos trabajando.

— Te escucho — le regalé un guiño.

— Verás, cuando estuve en el Internado, había un chico que se llama Kim Namjoon... Él siempre me defendió de los castigos, me llevaba de comer cuando me hacía falta, las veces que me llegaron a golpear él sano mis heridas —.

— ¿Qué clase de internado era ese? — pregunté.

— Uno que mis padres pagaban para hacerme entender que cubrir una homosexualidad era lo peor del mundo — dijo mientras se levantaba a servir las tazas de café — en fin, tanta fue la atención de Nam qué, sin darme cuenta me enamoré de él, nunca tuve un amorío antes de eso, nunca me interesaron las chicas, ni los chicos hasta que estuve ahí... Luego me confesé y hubo semanas llenas de aventuras y creo que solo eso significó para él, porque cuando iba a salir del Internado él me dijo que todo había sido un error —.

»Me fui de ahí con el corazón roto, aunque la ilusión de contarle a Bo Young sanaba todo pero... Bueno, te sabes la otra parte.

— Vaya... — suspiré, yendo directamente a dónde estaba parado, lo acorrale entre la barra y mi cuerpo — te lo dije, Jimin, tu no tuviste la culpa de nada y me gustaría que lo comprendieras, ¿no te das cuenta?, gracias a eso ahora eres el servidor de tus padres — mis manos tomaron su cintura y él no se negó, sus ojos color miel buscaban algo en mi rostro — me atrevo a decir que has estado así por años debido a tu miedo —.

— ¿Y qué hago? — tragó duramente — yo dejé de tener vida desde el momento en que supe que ella ya no estaría a mi lado —.

Tomé su rostro con ambas manos y lo acaricie.

— Deja de martirizar tu alma, Jimin — él cerró fuertemente los ojos y yo quise besarlo.

Pero el timbre de su departamento sonó.

Los dos nos separamos y el peli rubio caminó hacia la puerta, al abrirla ambos quedamos estáticos.

— P-Papá — tartamudeo Jimin.

— Hola — soltó. La mirada del Señor Park fue a parar hacía mi — ¿Qué hace él aquí?

— Oh... Él eh... Él...

— Vine a mostrarle el último proyecto, después de esta semana, Park Jimin ya no trabajará para mi — solté tratando de ayudar a mi pequeño.

— ¿Descalzo? — frunció el ceño.

— ¿Eh? — pregunté y después recordé que no tenía los zapatos puestos.

Mierda.

— Como sea Park — habló el Señor — solo vine a decirte que como estamos en números estables ahora, vas a regresar a la empresa para hacer nuevos contratos, tenemos bastantes cosas que hacer... Y espero que no se te ocurra una barbaridad, recuerda que mamá y yo te vamos a cuidar —.

Un escalofrío recorrió mi espalda, si esas palabras eran de un padre a su hijo, entonces hubiera preferido no tener uno.

— Entiendo. Nos vemos entonces — después de una incómoda reverencia el Señor Park se esfumó. — Alguien le dijo que estabas aquí... Él nunca viene —.

— ¿Tan mal llevan el tema de la homosexualidad? — pregunté enojado.

— ¿Te recuerdo que incluso y lamentablemente hay personas que hasta matan por eso?— respondió y yo solté un suspiro frustrado —.

— Me costará trabajo poder tenerte — hablé para después darme cuenta que Jimin sonreía con ternura.

Quizá ya lo lograste, dijo mi mente o... ¿Jimin?

Odiaba ser tan distraído.

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Me ha dolido horrores la cabeza estos días, pero aquí está su actualización, saben que son mi mundo.

paolalima590 para ti, copito ❅

Lxs amo mucho. 💫

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