29 - final
"UN BESO TAN LARGO COMO LA DISTANCIA QUE NOS SEPARA"
Dos semanas después
NARRA PETER
— ¿Por qué no puedo ir? — pregunté nuevamente a mi novia viéndola empacar sus cosas en la maleta color rojo que había en la cama
Hoy Alaia se iba a Massachusetts para arreglar lo de la beca, más bien la transferencia que hay que hacer para pasarla a Columbia. He estado tratando de convencerla de que me lleve con ella, pero no quiere. Además de que no voy a hacer nada aquí. ¡Y la extrañaría mucho!
— Porque no puedes, punto. Peter, me prometiste que me dejarías ir sola. Siempre quieres acompañarme a todos lados. — responde.
— Eres mi novia — me mira con una ceja alzada — a las novias se les debe acompañar a todos lados porque nunca deben estar solas.
— Sí, lo sé, pero no a TODOS lados — hago un puchero y bajo mi mirada mirando mis piernas de indio en el colchón, ella se acerca y me toma del rostro — te prometo que cuando regrese te compensaré.
— ¡Síii! — festejo sonriendo contento, regresa a lo suyo guardando su ropa. La miro con un poco de picardía. — ¿qué me darás?
— No lo sé, estaba pensando en llevarte a ese lugar gigante donde solamente son juegos y colecciones de Star Wars, pero ya que lo pones así y veo que te agrada esa magnífica idea... — me da una sonrisa igual que mi expresión
— Bien, te estaré esperando con muchas ansias.
Me levanté de la cama y me acerqué a ella, colocando mis brazos alrededor de su cintura pegando mi pecho a su espalda mientras guardaba las cosas necesarias en la maleta.
— Pero tampoco me hace muy feliz que te vayas sin mí... Es mucho tiempo, te extrañaré mucho, no tendré una cara bonita para despertar y desayunar juntos...
— Son solamente tres días, Peter. Te estás portando como un niño pequeño. — dice a carcajadas por mi dramatismo
— Ya tengo veinte, ¡no soy un niño!
— ¿Ah, no? pues te portas como uno — se da la vuelta mirándome y pone sus brazos en mis hombros — aunque esa parte de niño tapa completamente el hombre sexy que eres.
Me da un beso corto en los labios y me abraza fuerte, le correspondo escondiendo mi rostro en su cuello. Sé que estoy siendo pesado con ella pero es que he estado tan lejos suyo que no quiero dejarla ir a ningún lado sin mi compañía. Pero sé que estará bien.
Nos separamos y al terminar de empacar nos vamos ya que vino el auto por nosotros. Alaia se despide de Brais con mucho cariño y la ayudo a llevar la maleta al primer piso, nos montamos en el auto minutos después y empieza a conducir. En todo el camino le estuve diciendo que si algo pasaba no dudara en llamarme o si tal vez necesitaba ayuda me avisara.
Llegamos al establecimiento de Stark Industries, sí, mi novia lo había reconstruido después del ataque de Thanos al lugar. Nos bajamos y le ayudé nuevamente, nos encontramos con Pepper y Morgan y las saludamos, hablamos un poco.
— Debes darle la comida a Brais tres veces al día, no puedes darle comida normal porque le da daño estomacal. Cada vez que le des tienes que darle con atún ya que ya se acostumbró a comerlo así, si no le das no come. ¿Entendido? — me cuenta Alaia.
Asiento y ella me sigue diciendo cosas sobre Brais. ¿Enserio tiene un gigante protocolo solo para él? y también tengo que llevarlo al veterinario hoy, me dice que no aplazó la cita ya que el doctor se va de vacaciones mañana y regresa en un mes. Nunca pensé que tender un gato de raza Ragdoll sería muy complicado. Y no se lo puede llevar ya que en el hotel no permiten animales.
— Brais es muy escabullizo, creo que ya supiste eso la primera vez que se me perdió por culpa de papá — hace una mueca con una sonrisa— así que tienes que estar pendiente de él a cada instante.
— Sí, claro, no será un problema — digo un tanto seguro. Cuidar a un gato no será difícil.
Suspira y va con su familia para hablar con ellas, ya que habían venido a despedirse. A su madrastra tampoco le gusta que vaya sola, pero va con Happy así que es algo y lo acepta. El jet se estaciona en el gigante aparcamiento de al frente de nosotros, Alaia se despide de su familia y viene hacia mí, dándome un fuerte abrazo.
—Por favor, trata de no quemar el apartamento mientras no estoy — me dice, suelto una risa nerviosa y apenada. Me besa dulcemente.
— Te amo, cuídate.
— Yo también, adiós. — me regala una sonrisa grande
Se va con Happy al jet, ambos se suben, de pronto despega y se va en el. Suspiro y me acerco a Pepper y Morgan para hablar un poco.
[...]
Salgo de la veterinaria con Brais en mis brazos y caminé por la calle. Ya había salido de la cita, el doctor me dijo que estaba en buenas condiciones, solamente tengo que darle su comida como se debe ya que últimamente estaba vomitando un poco. Por ahora todo va muy bien. Alaia me dijo que me llamaría cuando llegase a Massachusetts, me contó que ya casi está cerca. Mi estómago ruge y hago una mueca, debería comer algo.
Desvío el camino a casa tomando un atajo para llegar más rápido, doy vuelta a la esquina y cruzo la calle llegando a la tienda de Delmar, donde entro y me acerco a caja.
— Eh, eres tú, Peter. Tenía mucho tiempo sin verte ¿cómo te va?— me habla al verme enseguida
— Bien, estoy bien. ¿Puedes darme un sándwich? vengo de la veterinaria y no he almorzado todavía, ah, y también una caja de chocolates — respondo
— ¡Un sándwich con extra lechuga! — grita hacia atrás, me vuelve a mirar — ¿cómo está Alaia? me enteré que desapareció por un mes.
— Por ahora está mejor, se fracturó una pierna y también tenía sus defensas bajas pero se ha mejorado mucho. Ahora está en Massachusetts cambiando una beca.
— Me alegro mucho por ella y también que se haya mejorado.
Asiento. Dejo a Brais en el mostrador y le pido a Delmar que lo cuide, me doy la vuelta por la tienda buscando los chocolates hasta que los encuentro, y de paso también me compro varios condones por si acaso cuando regrese mi novia. Vuelvo a la caja y pongo las cosas, pero el hombre no está y... El gato tampoco. Abro mis ojos asustado.
— ¿Dónde está el gato? ¡lo había dejado aquí! — pregunto enseguida al ver a Delmar.
— No lo se, solamente fuí a buscar tu sándwich. — responde poniendo todo en la bolsa, mi teléfono suena y contesto
— ¿Hola?
— Hola Pet, ya he llegado. — me asusto mucho más al por la voz de la chica por el otro lado, camino por el lugar tratando de encontrar al gato — ¿cómo estás?
— Bien, ¡estoy excelente! Ahora estoy donde Delmar comprando sándwiches — respondo agachándome debajo de un mostrador
— ¿Y Brais? ¿está bien?
— ¿Brais, el gato? bueno, él... Está conmigo, se ha portado muy bien, no ha hecho problemas. — miento volviendo donde Delmar, le dejo unos dólares y me salgo corriendo de la tienda con la bolsa — ¡debo irme, tengo que ir a casa porque dejé... El almuerzo solo, sí! ¡te amo!
— Peter, ¿qué...
Le cuelgo rápidamente sin esperar que me diga más nada y corro por las calles buscando al gato. Les juro que si se me pierde, Alaia me saca la cabeza y no habla durante un año, es decir, es su gato desde hace muchísimo tiempo y lo ama literalmente. Me detengo al verlo cruzando la calle.
— ¡Brais, regresa acá!
No me hace caso y sigue caminando muy tranquilo, me meto entre los autos los cuales me pitan fuerte. Me metí en una calle corriendo detrás del felino, el cual se subió a una escalera, subí también hasta el techo del edificio de dos pisos del restaurante de Sushi. Lo veo en la orilla y me acerco antes de que decida caminar más, lo tomo en mis brazos.
— ¿Acaso quieres que Alaia me mate, eh? — le digo histérico, simplemente me mira y lame mi mano con ternura. Ruedo mis ojos acariciándolo — tienes suerte de ser tierno.
Me doy la vuelta caminando a la salida.
[...]
Tres días después
Estoy en el aeropuerto de Nueva York esperando a mi novia con un ramo de flores en mis manos, muevo mi pie ansioso. Tuvo que venirse en un avión ya que Happy tuvo una emergencia en Boston con el equipo de los Stark, aunque a ella no le importó tanto venirse así, además de que es en primera clase. Brais está a mi lado en la silla lamiendo su pelaje con mucha elegancia y delicadeza, a pesar de ser un gato, es igual a su dueña. Maúlla mirándome.
— No me hables. Todavía estoy enojado contigo por hacerme correr en las calles como un loco buscándote. — digo frunciendo mi ceño, maúlla otra vez — ¡no me digas que no es tu culpa!
Escucho que anuncian el vuelo de mi novia por los altavoces avisando que acaba de aterrizar, me levanto de mi silla viendo a las personas saliendo de la gran puerta a algunos metros mío. Hago una mueca al no verla. ¿Y si le surgió algo? no, para eso me lo hubiera dicho desde temprano. Salgo de mis pensamientos al verla caminando con su teléfono, se veía elegante, quizás tuvo una junta o algo así. Al verme sonríe y camina más rápido.
— Hey. — le digo sonriendo un poco, me da un abrazo muy pero muy fuerte. Se separa y me da un beso duradero.
— Te extrañé mucho, me sentía muy sola en Massachusetts. — voltea hacia su gato y lo toma abrazandolo, él maúlla a su dueña— a tí también te extrañé. ¿Que pasó mientras no estaba?
— ¿Q-que qué pasó? pues... Nada, absolutamente nada, todo estuve muy bien. Hasta le dí su atún.— respondo nervioso. Literalmente Brais estuvo todo el tiempo haciendo desastre.
Entrecierra sus ojos un poco mirándome. — de acuerdo te creeré.
Suspiro, me vuelve a besar de la misma forma que la primera vez y se separa sonriendo pícara.
— Vine preparada para compensarte.
Sonrío. Tomo su maleta, paso un brazo por sus hombros y comenzamos a caminar para irnos, en todo el camino hablamos sobre lo que hizo en la ciudad visitada.
Al menos pudimos solucionar las cosas.
Díganme, ¿quieren octava temporada?
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