28
"WELL YOU ONLY NEED THE LIGHT WHEN IT'S BURNING LOW... ONLY MISS THE SUN WHEN IT STARTS TO SNOW, ONLY KNOW YOU LOVE HER WHEN YOU LET HER GO, ONLY KNOW YOU'VE BEEN HIGH WHEN YOU'RE FEELING LOW..."
NARRA ALAIA
— No lo sé, Betty... Se portó tan extraño esta mañana. Le iba a dar un beso de buenos días y apartó la cara, no le presté atención ahora que lo veo — le cuento a mi amiga
— Qué raro, Peter jamás se comporta así contigo. Deberías hablar con él sobre qué le pasa.
— No lo he intentado pero tal vez lo haga en la hora del almuerzo... Regresa a trabajar ¿sí? tienes mucho qué hacer.
Asiente y se va dejándome sola en la oficina. Paso las manos por mi cabello pensando. Esta mañana Peter me ignoró por completo, solamente me dijo "buenos días" y de una manera completamente nerviosa, estoy muy extrañada de ello. Iba a hacer el desayuno y dijo que iba a desayunar en la calle para llegar temprano al trabajo y se fue. No sé si es que le estoy aburriendo o si simplemente se levantó con un pie equivocado el día de hoy. Por otro lado, antes de venirme a trabajar lavé algo de su ropa sucia, me dí cuenta que sus pantalones también huelen raro, un olor tan inusual que no pueden percibir mis fosas nasales. Creo que se derramó una cerveza encima y por eso huele así.
Salgo de mis pensamientos para seguir en mi computadora y tratar de no estresarme o preocuparme mucho más. Agarro papeles y comienzo a leerlos para después firmarlos. Al terminar tomo mi teléfono, la una de la tarde, voy a mis contactos y decido llamar a Peter. A los cuatro tonos contesta.
— Hola Pet. Estaba pensando que podríamos ir a almorzar juntos hoy a ese restaurante que quieres ir — le saludo intentando sonar amable
— Hola, eh... Lo siento, ya almorcé con Ned hace un rato, pero podríamos ir otro día.
— Oh... Está bien, ¿puedo ir a verte?
— ¡No! digo... No, ahora no, estoy muy ocupado y no te gustaría ver el montón de cosas que tengo por hacer aquí... Nos vemos en la noche en la casa ¿sí?
— De acuerdo, no hay problema, entiendo. Te amo.
No dice más nada y cuelga enseguida. Miro confundida el celular por su actitud mucho más nerviosa. ¿Acaso le estoy incomodando? no lo entiendo, pero tendré que hablar con él cuando estemos en casa, para preguntarle qué le pasó por lo que me trata así. Lo conozco perfectamente y nunca fue así conmigo. Continúo con mis tareas algo triste por la actitud de mi esposo.
El resto del día me la pasé trabajando sin parar, como revisando la bodega de tecnología por si necesitan algo, checando las citas que tengo con mis abogados y también algunos pendientes con Betty. Ella, por su parte, me invitó miles de veces a comer para poder charlar pero se lo negué porque no puedo quedarme de brazos cruzados con todas las inquietudes que tengo en mi cabeza y a esperar que Peter se digne a hablarme de una vez a la cara. Y adivinen qué, Olivia faltó a sus prácticas hoy por primera vez en la vida, su instructor me dijo que esta mañana mandó una excusa diciendo que no se sentía muy bien. Es raro, hoy todos están muy extraños.
Me subo a mi auto y pongo el bolso en el asiento de al lado. Me dispongo a conducir a casa, en el camino enciendo la radio escuchando algo de música para relajarme. Hoy la ciudad está relajada a pesar de ser un fin de semana y ya casi las siete de la noche. Menos mal y mi casa no queda tan lejos de la empresa. Estaciono una vez que llego y me bajo del coche, entro al edificio y saludo al señor Stan. Llego hasta mi apartamento donde abro la puerta y entro, silencio absoluto, indicando que no hay nadie. Suspiro. Dejo mis cosas en la entrada y me dirijo a la zona de lavandería para terminar de arreglar la ropa que lavé ayer.
Llevo la canasta al cuarto donde me siento en la cama y voy doblando uno por uno la ropa mientras que veo la televisión las noticias del día. Pasa media hora y todavía sigo organizando, pero ya me falta poco. Hago un receso yendo a la cocina, busco en la nevera un rato y tomo unas galletas de chocolate que veo en el mesón. Regreso al cuarto y me vuelvo a sentar en la cama comiendo mi merienda que está deliciosa.
Mi teléfono suena por lo que lo agarro viendo los mensajes, es de un número desconocido, veo el chat "tienes que verlo". Okey... Esto se está volviendo muy raro. Abro el archivo que está abajo, un video, lo veo un rato hasta que caigo en cuenta de algo. Esa camisa la conozco perfectamente. Es Peter. Está en un auto, con una chica encima suyo besándole con mucha pasión y él parece no negar nada. Mis ojos se cristalizan poco a poco. Frunzo mi ceño al ver a la chica rubia que conozco, Olivia. Mierda, lo sabía. Dejo el celular cuando se acaba el video y quedo en shock. ¿Peter me engañó? las lágrimas bajan por mis mejillas muy asustada. Eso lo explica todo, el olor a mujer en su ropa.
Escucho que alguien entra al apartamento, debe ser él. Limpio mis lágrimas, me pongo mis zapatos y voy rápido encontrando a Peter entrando con un ramo de rosas.
— ¿Qué es esto? — le pregunto sin esperar nada enseñándole el video, él se queda callado. — ¡Peter, explícame qué es esto!
— Alaia, lo siento...
— ¿"Lo siento"? ¿significa que es verdad? ¿te metiste con Olivia? — muerde su labio y asiente lentamente, le miro sin poder creerlo y comienzo a llorar — ¿por eso estabas tan extraño hoy?
— Mira, puedo explicarte, eso no...
— ¡No necesito que me expliques nada cuando tengo un video que lo estoy mirando con mis propios ojos! ¡mierda! ¿acaso te gusta más que yo?
— No, no, claro que no hermosa, yo... Es un error.
— Pues no lo parecía, ¡lo estabas disfrutando tanto que no llegaste a pensar ni en un segundo en lo que yo sentiría si me llegase a enterar! — aprieta su mandíbula mirando hacia otra parte. Lo miro con todo el odio que transmite mi alma. — ¡te odio!
Me acerco a él dándole golpes en el pecho llorando con demasiado dolor, me detiene abrazándome, intento separarme pero no puedo.
— Cariño, por favor, déjame explicarte.
— No me toques, maldita sea, ¡no me toques! — pido separándome de él rápidamente — c-confié tanto en tí que te importó un carajo, nunca pensé que podrías hacerme esto... ¿N-no te hago feliz?
— Me haces el hombre más feliz del mundo, te lo juro, pero por favor tienes que escucharme durante un segundo. — ruega tomando mis manos, las aparto y me alejo de él retrocediendo.
— Nos acabamos de c-casar hace menos de dos semanas, ¿no te interesa? ¡si no te querías casar conmigo, me lo hubieras dicho y lo hubiera aceptado! ¡parece como si no contaras conmigo después de todo lo que hicimos juntos!
Pongo mis manos en mi rostro llorando, nuevamente seco mi rostro y lo miro seria.
— Y lo peor de todo... Con Olivia... S-sabes que no me cae bien y aún así lo hiciste, mostrando que no te importa lo que s-sienta.
— No digas eso, claro que me importa.
— ¡Estoy diciendo la verdad, Peter, nunca debí hacerte caso! — le grito demasiado molesta, veo que sus ojos también se cristalizan. Veo mi mano izquierda y saco el anillo de mi dedo dejándolo en la mesa — me h-heriste de una forma que nunca pensé que lo harías...
— Alaia... Por favor, no lo hagas.
Me doy la vuelta yendo al cuarto, encerrándome, sin prestarle atención. Tomo una mochila y comienzo a meter la mayor cantidad de ropa y cosas personales que puedo sin que las lágrimas dejen de salir de mis ojos. Después vendría por lo demás. Abro la puerta, paso a su lado yendo a la salida.
— Alaia, ¡escúchame! — dice poniéndose en mi camino — ¡no amo a Olivia, te amo a tí!
Lo esquivo y tomo el abrigo para después salir del apartamento muy rápido metiéndome enseguida en el ascensor. Peter no me alcanza y las puertas se cierran en su cara. Intento recobrar el aliento para no verme tan mal cuando salga, arreglo mi cabello en el camino y me subo a mi auto donde enseguida arranco tratando de alejarme de ese lugar. Trato de aclarar las cosas en mi cabeza para poder pensar pero lo único que está en mi mente es que Peter, la persona en la que más confié durante muchísimo tiempo, me engañó.
Paro el auto al frente de un edificio pequeño cuando llego, me bajo enseguida y subo las escaleras hasta el piso correcto. Toco la puerta. Minutos después aparece Betty con su pijama.
— ¿Alaia? ¿estás bien? — pregunta preocupada. No aguanto más y me tiro en su hombro, abrazándola, llorando. — ven, entra.
Paso a su casa, que no es tan pequeña, lo suficiente para que ella esté bien. Me sienta en su sofá y va a la cocina donde me trae un vaso de agua, lo tomo de un trago pero eso no evita que siga llorando. Ella me consuela. Creo que ahora mismo es la única persona en la que confío plenamente. Me acabo de dar cuenta que Harry y Ned sabían lo que Peter había hecho porque actuaban igual de aterrorizados que él. Minutos después de tranquilizarme, intento explicarle a mi amiga lo que pasó, le enseño el video como prueba.
— Dios, no puede ser... Lo siento tanto Alaia, nunca pensé que fuera capaz de hacerte algo así. — me dice entregándome el aparato.
— Fuí una estúpida, era obvio que ellos tenían algo, cada vez que se veían, era inexplicable. — murmuro en completa tristeza
— Mira, relájate, no te preocupes por nada. Lo que más necesitas ahora es descansar, haz trabajado mucho y ahora con esto... Estarás bien. Puedes quedarte aquí el tiempo que quieras.
Asiento sorbando mi nariz. Me recuesto en el sofá para tranquilizarme mientras que Betty hace algo para comer, más específicamente unos sándwiches que es lo único que tiene en la nevera por ahora ya que mañana va a hacer las compras. Y si se preguntan, sí, ella come solamente por pedidos porque le da flojera cocinar. Minutos después tocan la puerta, ella mira por el hueco y hace una mueca.
— Es... Peter.
— N-no quiero verlo por nada del mundo, lo odio, ni siquiera le contestes. — niego rotundamente
— ¡Alaia, sé que estás ahí! ¡no me iré hasta que hablemos! ¡Betty abre la puerta! — grita del otro lado de la puerta. Tapo mis oídos para no oírlo.
— Peter, por favor, vete, ella no está en muy buenas condiciones ¿sí? — pide mi mejor amiga amablemente a través de la madera.
— Betty, es un malentendido, abre.
— Malentendido o no, no dejaré que la veas porque no quiere hacerlo. Respeta su decisión.
El chico se queda callado unos segundos, después oímos pasos alejándose de la puerta del apartamento. Rompo en llanto una vez más en la noche, Betty se acerca rápido y acaricia mi espalda en señal de apoyo.
Ahora lo que más quiero es que todo este dolor que siento en mi corazón, pase rápidamente.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top