27
"HAY UN ÚLTIMO DÍA PARA TODAS LAS COSAS"
Dos días después
NARRA ALAIA
— Alaia, te llama por la línea siete el presidente de Piguet, quiere hacer una junta contigo para mañana — me avisa Betty
Tomo el teléfono después de agradecerle a mi amiga y contesto comenzando a hablar. Este tiempo ha sido el mejor desde que volví a Nueva York por mi luna de miel. Peter me contó que los chicos fueron a visitarlo para saludarlo y que les contara todo lo que pasó, obviamente no les contó lo que ustedes y yo sabemos. Mi trabajo está acumulado después de que todos supieron que estuve en Brasil y me casé, pidiéndome entrevistas, sesiones de fotos, etc... Pero aún así estoy tratando de seguir todo a la línea como es, porque después de todo, es eso, mi trabajo.
Termino la llamada y miro mi reloj viendo que ya son las doce y media del medio día. Organizo un poco las cosas y me levanto con el bolso en mi hombro para irme a almorzar con Betty, quien me espera afuera. Decidimos ir a un restaurante que está a la vuelta del edificio porque es muy bueno y la comida es deliciosa. No tardamos ni cinco minutos en llegar. Nos sentamos en una mesa un poco alejada a la gente para pasar desapercibidas.
— ¿Qué harás hoy? estaba pensando en qué podríamos ir a cenar a un restaurante-bar nuevo que acaban de instalar cerca del Empire, es muy elegante. — me cuenta después de pedir la comida
— No lo sé... Peter siempre hace planes de última hora porque se le olvida contarme con tiempo. Aunque de todas formas planeo quedarme en casa, no me siento muy bien desde hace un poco...
— ¿Acaso no estarás...? — señala su estómago
— ¿Qué? no, claro que no... Al menos no por ahora.
— Uhhh, ¿eso significa que están pensándolo? — me mira con picardía
— Pues sí, Peter está muy contento por tener hijos, quizás pronto se los dé porque fantasea mucho.
— No creo que deberías, todavía no, no estoy muy segura de que Peter llegue a ser un buen padre... No lo digo porque es malo, si no que... Bueno, en julio cuando te fuiste de viaje, le dejaste a cargo a Brais en la oficina y corrió por todo el edificio buscándolo. Es muy distraído.
Hago una mueca con mi boca. Tal vez Peter no sea el más precavido de todos pero sé que si llega a tener hijos, será muy, pero muy cuidadoso. El almuerzo llega y comemos como fieras porque desayunamos muy temprano para empezar a trabajar a primera hora del día. Media hora después ya estamos volviendo a nuestras oficinas con el estómago completamente lleno, necesitábamos energías para seguir con el trabajo. Me siento en la silla giratoria y sigo con los papeles que tengo pendientes, mi teléfono suena y contesto.
— Alaia, Olivia te está esperando aquí, dice que tienes que firmarle unos papeles.
— Hazla pasar.
Cuelgo rodando mis ojos. La visita de todos los meses para que le firme la verificación de que está haciendo sus deberes con la empresa. Admito que me estresa un poco. Tocan la puerta y ella entra con la gran sonrisa en su rostro, me saluda, yo no le digo nada. Le quito el papel y lo firmo rápido para después entregárselo.
— Disculpa, Alaia... Me enteré que están buscando una nueva secretaria tecnológica y me gustaría intentar estar en ese puesto.
— Uno de los requisitos es que seas mayor de edad, es decir que tengas más de 21, apenas cumpliste los 18 hace menos de tres meses.
— Lo sé, pero... Mi padre dijo que si era posible, no importaba, de todas...
— Olivia, perdón que vaya a sonar grosera pero te tengo que aclarar algo. — dejo mis papeles quitando la vista de mi computadora y le miro — hay reglas muy específicas aquí y una de las más importantes es que lo que yo diga, no se va a cambiar, ¿de acuerdo? realmente lo siento pero necesitamos una secretaria de tecnología mayor para que no hayan problemas con que sea menor ¿entiendes? especialmente en este tipo de empresas porque siempre hay dificultades mecánicas.
— Sí, por supuesto, no te preocupes. Entiendo que no se pueda. — sonríe— bueno, te veo después, gracias de todas maneras.
Le doy una sonrisa sin mostrar mis dientes. Se da la vuelta y sale de mi oficina. Hago una mueca. Ni loca iba a dejar que fuera secretaria tecnológica porque eso implica que tenga su propia oficina cerca de la de Peter y no voy a correr riesgos.
[...]
Hoy fue un día algo agitado en la empresa, ver a Betty corriendo (figuradamente) de aquí para allá por las llamadas, me hacía sentir muy estresada. Las empresas están como locas tratando de hablar conmigo y las ventas están que explotan por ser casi tiempo donde pagan a los padres y utilizan el dinero para comprarles a sus hijos, los productos se venden en un abrir y cerrar de ojos. Las puertas del ascensor se abren y camino por el pasillo llegando hasta la puerta de mi casa, donde saco las llaves y abro la puerta. Mis pies se chocan con bolsas negras en el suelo y las miro confundida, cierro la puerta. Mi esposo aparece por la cocina con otra bolsa más.
— Oh, ya llegaste. Estoy limpiando los libros viejos que tenemos para donarlos a una fundación de niños. — me cuenta dejándola en el piso. Se acerca y me da un beso. — también hice la cena, macarrones con queso.
— Que gran chef eres — digo sonriendo. Dejo mi chaqueta en y la bolsa en el perchero.
Voy a la cocina y veo las ollas de la estufa, enseguida el olor a macarrones pega en mi nariz y lo disfruto. Me sirvo en un plato una cantidad adecuada y me siento en el mesón viendo a mi novio sacando cinta adhesiva de los cajones. Iba a irse pero se detiene y me mira.
— Oye, yo... Ahora que lo recuerdo... Harry y Ned me invitaron a celebrar que ahora estoy casado así que... Me preguntaba si me dejabas ir. — pide rascando su nuca.
— No debes pedirme permiso.
— Bueno, eres como mi mamá así como lo era May.
Río levemente pero dejó de hacerlo para pensar. Betty me dijo que debo dejarlo salir solo sin mí compañía, para que aprenda a ser más "hombre" por su cuenta.
— Bien, ve. Diviértete con ellos. Pero trata de no llegar tan tarde, ¿sí? mañana hay trabajo.
— Te lo juro. Gracias hermosa.
Me da un beso en la frente y se apresura en terminar la caridad para irse a alistar sus cosas. Miro mi reloj, ocho de la noche, suspiro y lavo el plato donde me serví. Salgo de la cocina y voy a mi cuarto donde entro, guardo los zapatos y me amarro el pelo. Me siento en mi escritorio de maquillaje para quitármelo. Peter sale de su armario ya vestido.
— Vuelvo más tardar a las once, si pasa algo me escribes. Si no contesto sabes que puedes llamar a los chicos. — dice tomando las demás cosas. Se pone el abrigo. — te amo.
— Yo también, cuídate.
Dejo un beso en sus labios y sale casi corriendo de la habitación yéndose dejándome sola de una vez por todas en el apartamento. Empiezo a quitar mi maquillaje, cuando lo logro por completo, voy al armario para ponerme mi pijama de siempre. Cepillo mis dientes y por último lavo mi cara para refrescarme un poco. Me tiro en la cama tapándome con las sábanas y empiezo a andar mi teléfono. Se hacen las nueve de la noche.
— Hola Bett. — contesto a mi mejor amiga cuando el celular suena indicando su llamada
— Hola, ¿cómo te va? oye, estaba pensando que podríamos ir mañana a un club muy bueno después de la reunión con Piguet, noche de chicas.
— Mmmm, déjame pensarlo.
— Oye, escucho mucho silencio, ¿y Peter?
— Está con los chicos celebrando.
— ¿Lo ves? te lo dije, en algún momento ellos tenían que salir de fiesta sin nosotras. En especial ahora que se casaron.
— Bueno, no podía negarle que fuera, Peter no sale tanto con ellos y estaba que casi me rogaba. Aunque no me importa, confío en él, estará bien.
— Eso esperamos... Bueno, te dejo, tengo que terminar un papeleo y después ver mi serie. Bai.
— Adiós.
Cuelgo. Tomo mi portátil para terminar enseguida unos documentos, me quedo un rato en eso hasta que me da más sueño, se hace un poco tarde. Bostezo y dejo mi celular en el mesón para después acostarme en la cama muy bien recostada. Estoy muy cansada. Cierro mis ojos para descansar.
Tres horas después...
Abro mis ojos lentamente y me estiro dándome la vuelta en la cama. Veo la hora en el mesón dándome cuenta que ya son las doce de la noche. Toco a mi lado sin sentir absolutamente nada. Peter no ha llegado, me dijo que estaría aquí antes de las once, creo que se quedó un rato más allá. Admito que tengo algo de miedo, no por él, si no por Harry porque él es el peor del grupo cuando se trata de fiestas y no se siente orgulloso hasta que no pone borracho a alguien. Rasco mis ojos apagando el aire acondicionado por el gran frío que hace. Escucho el sonido de una manera por lo que me mi cerebro se enciende enseguida, después un movimiento en la cama y alzo mi cabeza viendo a Peter casi dormido.
— ¿Peter?— le llamo, él balbucea. Está más que ebrio. Lo que suponía.
Me levanto de la cama dando la vuelta y llego hasta su lado, le quito los zapatos, se acomoda en la cama dormido. Suspiro. Desabotono su camisa quitandosela para que esté más cómodo, la tomo en manos llevándola a la lavandería y me doy cuenta que no huele como usualmente. No le presto atención y la tiro en la ropa sucia. Regreso al cuarto y me acuesto a su lado con sigilo dispuesta a seguir durmiendo. Peter se acerca a mí y me abraza fuertemente roncando.
Tal vez fue una mala idea dejarlo irse solo.
Escribí este capítulo en menos de dos horas para actualizar ajjsjsjs
DENME IDEAS DE NOMBRES EXTRANJEROS PARA BEBÉS YA SEAN NIÑO O NIÑA (no, no hay spoiler xd)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top