23

"I SWEAR ON MY HEART, THAT HE'S A GOOD MAN, I KNOW YOU'LL STAY UP LATE, JUST WAITING FOR ME. YOU HELD ME SO TIGHT, NOW SOMEONE ELSE CAN, BUT YOU WERE THE FIRST MAN THAT REALLY LOVED ME"

NARRA ALAIA

Camino por las calles de Nueva York con la única compañía del paraguas ya que entramos a la temporada de lluvias en la ciudad y ahora llueve casi todos los días. Y adivinen qué suerte tengo, mi auto se averió en medio del camino a casa, tuve que dejarlo en un taller y pasar a recogerlo mañana, Peter no puede llevarme a casa porque justamente lo acorralaron en la empresa y no lo dejan salir por una reunión que tienen, y saben que él es el primero irse. Así que sí, este no ha sido el mejor día de todos para mí. Y andar sola a las siete de la noche no es lo más apropiado.

Suspiro y veo los charcos de agua que hay en mis pies a medida que avanzo, me detengo en seco al ver que algo llama mi atención y volteo al cristal de al lado, viendo una tienda de juguetes. Hay muchos de Iron Man. En el interior veo a un padre dándole a su hija de unos cuatro o cinco años uno de ellos, se ve muy contenta. Sonrío de lado levemente pensando. Quizás papá no fue el mejor padre de todos, pero sé que me quería, lo suficiente como para mantenerme a salvo.

Decido seguir mi camino olvidando lo ocurrido. Cruzo la calle atravesando un pequeño callejón, en el cual, no es tan grande. Inmediatamente escucho otras pisadas además de las mías, veo un poco de reojo detrás mío. Otra vez un ladrón. Creerá que soy cualquier chica a la que puede robar fácilmente. La lluvia cesa poco a poco por lo que guardo mi paraguas en mi bolso.

— Hola hermosa, no deberías estar caminando por estos lados tú sola, ¿no crees? — escucho, me giro quedando a su frente. Saca un arma de su pantalón y me apunta. — dame todo lo que tienes en la bolsa, también ese lindo reloj que llevas.

— Sabe, señor... Aveces no es tan bueno andar robando a las chicas, quizás le pueden dar una lección.

Me mira confundido y suelta una carcajada graciosa. Estoy a punto de llamar a mi traje cuando, una telaraña toma su arma y la tira a otro lugar, después veo al hombre colgado en una lámpara de cabeza. Y unos segundos después, Spiderman aparece frente a mí. Me cruzo se brazos resignada.

— Por milésima vez, no trates de defenderme. Tomo esto como una práctica, ¿sí? no tienes que aparecer de repente — le niego un poco molesta

— Lo siento, cariño, pero, lamento decirte esto pero últimamente no puedes cuidarte tan bien sola por tantas cosas que tienes en la cabeza...

— ¿Estás diciendo que soy débil?

— No, no, no, para nada, es solo que... Bueno, eres mi esposa, debo cuidarte. Simplemente me preocupo.

El hombre se cae al suelo para después levantarse e intentar correr, saco un aparato de mi bolso y se lo tiro a la pierna haciendo que se retuerza en el suelo de dolor.

— Lo tengo bajo control, sé pelear desde que tengo quince por las enseñanzas de papá, ya no necesito que nadie más me cuide, ya han pasado nueve años, tengo la suficiente experiencia para defenderme.

— Si no lo hago, será peor, sabes que algunas veces colapsas porque te hacen sentir mal y no quiero eso para tí. Trato de ayudarte.

— ¿Por qué no me ayudas dejándome hacer mi trabajo sin tú ayuda? ya van tres veces esta semana.

— Entiende, se supone que somos compañeros, debo estar ahí para tí, me preocupa que te pueda llegar a pasar algo grave y que yo no esté — se quita la máscara mirándome a los ojos. Literalmente nos da lo mismo que esté el hombre porque primero, no se ve casi nada por la oscuridad y segundo, nadie le creería si dice algo sobre Spiderman.

Y hablando del ladrón, volvió a levantarse y esta vez Peter le lanzó una telaraña y lo pegó a la pared dejándolo ahí durante toda una hora.

— Oigan, enserio, quise robar y me equivoqué de chica pero no quiero escuchar sus peleas de parejas, si no les moles...

— ¡No estamos peleando! — negamos ambos al mismo tiempo mirándolo para después volvernos a ver mutuamente

Suspiro. Presiono el botón de mi traje llamándolo.

— Peter... Ya soy lo suficientemente madura y fuerte para pelear por mí misma, sé que me quieres y hay algo en tí que me quiere proteger pero no todo el tiempo, ¿sí?

Mi armadura llega y me la coloco. — Te veré en casa, iré a ver un poco por allí...

Enciendo los propulsores y empiezo a volar por la ciudad yéndome de ahí.

[...]

Sigo volando por la ciudad después de una hora de estar haciéndolo. La verdad que me siento un poco mal por haber discutido con Peter, creo que me disculparé apenas le vea. Quizás él tenga razón. Sé que tal vez pensarán que estoy siendo una idiota, ya que puedo verme fuerte pero en realidad no lo soy, aunque en parte así lo es.

Paro mi vuelo al notar el lugar en dónde estoy; el cementerio de Green Hood. Aquí es donde enterramos los restos de papá, bueno, lo poco que quedó. Recuerdo la última vez que vine a visitarlo, fue como hace unos cinco años junto con Morgan. No lo hago frecuentemente ya que siempre lloro o me pongo sentimental de la peor manera que puedo. Una visita ahora sería buena.

Bajo lentamente hasta el suelo y busco entre la zona hasta encontrar la lápida que dice Anthony Stark. Me arrodillo a su frente y me dedico unos segundos a admirarla. Todavía hay personas que le ponen flores o cartas como desde el primer día que se fue.

— Lamento no haberte venido a visitar antes, sabes cómo me pongo de llorona... — murmuro. Y aunque no pueda escucharme o verme, puedo sentirlo. — te tengo más buenas noticias; Peter y yo nos hemos casado hace como una semana. Las cosas van bien, creo... Happy y May están planeando tener una familia, no sé si podrían por la avanzada edad que tienen, casi los cincuenta y cinco, pero... Espero que sí. Morgan sigue siendo una buena niña, tiene las mejores calificaciones como yo c-cuando iba a la escuela y me felicitabas por ser una de las mejores de la clase... — sollozo — si vieras todo lo que hecho por la ciudad, estarías orgulloso de mí.

Me levanto del suelo, beso los dorsos de mis dedos y los pongo encima del pequeño monumento.

— Te amo tres millones.

Seco las lágrimas que resbalan por mis mejillas y emprendo vuelo para ir de una vez por todas a casa. Llego hasta el balcón donde me quito el traje y me siento en la banca de madera, acurrucándome yo misma por el incesante frío que hace y es peor por mi llanto estúpido. Mi teléfono suena y es una llamada de Peter, no contesto.

— ¿Alaia? — escucho la voz del chico detrás mía, después algunas pisadas y veo que está  mi lado, apaga su celular dejando de llamarme. — ¿estás bien?

— Sí, estoy perfectamente. — digo limpiando mi rostro y viendo hacia otro lugar para que no me mire.

—No lo estás.

Se sienta a mi lado en la banca, se quita su chaqueta y la coloca en mis hombros cubriéndome del frío.

— ¿Me vas a contar qué te pasó o tendré que adivinar como siempre?

Sorbo mi nariz. — fuí a visitar a papá...

— Oh... Bueno... Ya sabes lo que siempre te digo, no debes llorar por eso. Al señor Stark no le gustaría, cada vez que te veía llorando, intentaba hacerte reír.

— Sí... P-pero es que era mi única familia cuando papá me abandonó, no tenía a mis abuelos ni a mis tíos... Papá era la única persona que t-tenía. Mierda.

Rompo en llanto nuevamente escondiendo mi cara entre mis piernas. Peter se acerca más a mí y acaricia mi espalda dulcemente abrazándome.

— Mira, te voy a hacer reír. ¿Sabes qué le dice un techo a otro? — le miro confundida sin comprender — techo de menos. Y el libro de matemáticas se suicidó porque tenía muchos problemas.

No puedo evitar reír levemente por los chistes tan malos que me cuenta. Puede que Peter se porte como un niño aveces pero cuando yo estoy triste, él trata de que me sienta lo mejor posible.

— Oye... Quiero disculparme por lo que pasó hace un rato. — murmuro, un poco más tranquila. — debo aceptarlo, siempre necesitaré tu ayuda aún así sepa pelear. Y... Gracias por cuidarme.

— Soy tu novio, y eso conlleva a que Spiderman debe cuidarte. Es mi deber. — le sonrío sin mostrar mis dientes — en especial cuando estamos solos sin que nadie nos moleste, tú me cuidas y yo te cuido, gritamos si nos pasa algo y... Oh, eso sonó inapropiado.

Río otra vez. — Trato de decir que...

— Mejor cállate, Parker — le interrumpo riéndome y acerco mi rostro al de él — solo bésame.

No pierde tiempo y une sus labios con los míos, haciéndome olvidar el por qué estaba llorando y haciéndome recordar por qué le quiero tanto.




































































Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top