20

"PUDE SER CUALQUIER COSA EN EL MUNDO, PERO PREFERÍ SER TUYA"

NARRA ALAIA

—Yo llegué primero pero él no me dejó cogerlo y... ¡Me lo quitó! — se queja Peter muy triste

Había ido a comprar otro de sus juguetes coleccionables y para su desgracia, otra persona lo había tomado en el momento en que él iba a hacerlo. Llegó a casa quejándose como un niño porque se lo quitaron y yo soy su refugio. En este tiempo que llevo con Peter, me he dado cuenta que no importa la edad que tenga o si ya maduró, siempre seguirá siendo un bebé. Literalmente lo tengo en mis brazos como uno.

— Ya, ya... Quizás podamos encontrarlo en otra parte.

— No, ya averigüé en muchas tiendas en Nueva York, no lo encontré — acaricio su cabello, él esconde su rostro en mi pecho — sueno como un chico idiota...

— No, claro que no, no pienses eso. Eres un chico muy lindo y especial. Tienes toda la colección de Star Wars, un gorro de baby yoda y amas los videojuegos. Últimamente nadie tiene esas cosas.

— Te faltó mi ropa interior de bananas.

Río y le doy un beso en su mejilla. Me abraza.

— No me equivoqué en pedirte que seas mi esposa.

Sonreí levemente y le correspondí el abrazo. Obviamente no nos pudimos quedar toda la noche así ya que tenemos otros pendientes a parte de estar dándonos mimos. Pero siempre hay que tener tiempo juntos.

Hoy iremos con todos nuestros amigos a pasear por ahí como despedida de solteros, ya que no quisimos hacerlos separados chicas con chicas y chicos con chicos porque todo lo hacemos juntos, queremos hacer algo diferente.  Ya mañana es la boda, todos estamos super hiper mega nerviosos, en especial Peter, que no deja de mover su pie a cada rato cuando está sentado. Falta el pastel y la cena que de todo eso se encargan los organizadores. Esperemos que todo salga muy bien.

El timbre suena por lo que supongo que son nuestros amigos. Peter se separa de mi cuerpo y me levanto para abrir. Nuestra familia no quiere ir a la despedida porque piensan que es momento de que los adolescentes-adultos disfruten a solas, y también porque están concentrados en otras cosas.

— ¡Hola! — me saluda Betty con una gran sonrisa, me mira de arriba a abajo — te ves increíblemente radiante.

— Gracias, Bett. Tú también.

Me aparto de la entrada al ver a Harry con un gigantesco ramo de rosas, Ned lo viene ayudando ya que literalmente hay como más de cincuenta flores ahí. Peter enseguida se pone a su lado.

— Ayer cuando estuvimos buscando los trajes, pasamos por una tienda que vendían ramos de flores a grandes cantidades, y ya que Peter no se acordó de comprar algo hasta ayer... — me explica el gordito

— Amas las rosas entonces quise comprarlas... Para tí... — me mira mi novio con un leve sonrojo en sus mejillas. Me acerco y le doy un abrazo.

—Gracias, son hermosas — le agradezco sonriendo.

Saca una rosa del ramo y me la da.

— Esto es muy pesado así que no queremos que te pase algo una noche antes de la boda, ¿dónde lo dejamos? — pregunta Harry. Les señalo el cuarto.

Le doy un beso al chico en señal de que me encantó el regalo. Peter tenía muchísimo tiempo sin regalarme flores, pero no me importa porque con tan solo tenerlo a él, me es más que suficiente. Los chicos regresan.

— ¿Qué estamos esperando? ¡empezemos la fiestaaaa!

[...]

— Es una flor. — afirma Ned.

Peter niega con la cabeza repetidas veces y sigue haciendo lo que sea que está haciendo. Estamos jugando a mímica, los chicos contra las chicas, Harry es el árbitro porque le da mucha risa lo que hacemos y dice que si juega, así no puede concentrarse. Ellos van ganando.

— Oh, ya entendí, ¡es un ramillete!

— Hasta que lo adivinas— dice Peter cansado, se sienta a su lado

— Bueno, el equipo de Star Wars lleva cuatro puntos, el equipo de las princesas tiene tres así que se les dará una mímica especial y si logran adivinarlo, ganan dos puntos, se acaba el juego y ganan. Tienen tres minutos desde ahora.  — explica Harry

Me levanto y tomo la tarjeta viendo lo que me toca, hago una mueca pensando. Empiezo a tratar de hacer lo que puedo mientras que Betty me mira confundida. Lo estoy haciendo lo mejor que puedo.

— Eh... ¿Una iglesia?

Niego. Señalo a Peter y me arrodillo, ¡literalmente le estoy diciendo! intento hacer otras señales que puedan darle una pista concreta de lo que estoy tratando de decirle.

— ¿La pedida? — asiento y le digo que siga — la pedida de mano... Eh... ¡La propuesta!

— El equipo de las princesas ha ganado dos puntos, lo cual significa que han ganado por completo el juego, felicidades— anuncia Harry

Choco los cinco con Betty emocionadas, los chicos bufan molestos. Pronto empezamos otro juego, que es el de aspirar cartas. La primera pareja en besarse fue Betty con Ned, aunque solamente estamos dando picos ya que sería extraño dar un beso hiper mega apasionado. La segunda fuimos Betty y yo, que literalmente nos lo dimos lo más rápido que pudimos. Peter salió victorioso porque no le tocó con nadie al igual que Harry. Minutos después cambiamos nuevamente de juego. 

— ¡Pet, Peeeet! —llama el rubio a mi novio, para después pasar un brazo por sus hombros — ¿qué probabilidad hay de que te tomes un vaso de Everclear?

— ¿Qué? ¡estás loco!

— Por favor, ¿acaso eres un gallina?

—... Bien. — acepta. — una, dos, tres, ¡dos/dos! — dicen ambos al mismo tiempo — ¡qué mierda! — se queja Peter

Todos nos vamos a la cocina detrás de ellos que es donde está el licor. Saca una botella de la alacena y la destapa. La verdad no me parece bueno que tome mucho alcohol.

— Peter, ¿estás seguro? — le pregunto algo confusa

— Vamos, Alaia, no le des miedo. Estará bien, solamente es un vaso, no toda la botella — me calma el rubio

Peter se toma el vaso de un solo sorbo, al final hace una mueca y eructa, se tapa la boca apenado— lo siento — se disculpa con una sonrisa nerviosa

Seguimos haciendo las probabilidades, algunas fueron extremas porque como ya saben, Harry es conocido por poner retos muy peligrosos o difíciles. Ned tuvo que salir a la calle en ropa interior y volvió muy avergonzado, Betty llamó a su ex y le dijo que tenía la zona íntima llena de moho, eso sí me divirtió.

— Y falta la mejor de las mejores. — dice el chico señalándome con una sonrisa gigante— Alaia, qué probabilidad hay de que nos cuentes de qué tamaño la tiene Peter.

Un sonrojo aparece en mis mejillas. — ¿es enserio?

— Harry... — murmuró Peter mirándolo con el ceño fruncido y algo apenado

— Oye, tranquilo, da gracias que no la puse a que se quitara la ropa en frente nuestra y con un baile lento, que sería mucho peor. — se excusa, me vuelve a mi mirar — uno... Dos... Tres... uno/uno.

El chico celebra en su lugar mientras que maldigo al cielo, es incómodo contarle a tus amigos de qué tamaño la tiene tu novio, ¡en especial cuando él está presente en la conversación! suspiro.

— No lo sé, Harry, solamente sé que la tiene grande, como unos veinte centímetros. ¿Para qué quieres saber eso? — le digo rápido.

— Simplemente es curiosidad, además de que me gusta verlos muy penosos.

Se ríe a carcajadas al ver la cara del chico. Ruedo mis ojos. Harry aveces puede comportarse como un estúpido. Betty y yo decidimos irnos un rato de ahí, para ir a mi cuarto a hacer cosas más tranquilas. Me empezó a pintar las uñas de un muy lindo color mientras que había música en la televisión. Hablamos un poco para distraernos.

— Oye, ¿qué harán después de la boda? — pregunta limando mis uñas

— No lo sé... Creo que viajaremos a otro lugar para distraernos de todo esto que está pasando. Pero... Seguramente cuando regresemos, Harry y Ned invitarán a Peter para que celebren ellos juntos tomando cerveza o algo así en un club.

— No te desanimes, los hombres son así, les gusta salir para olvidarse de las mujeres un rato. Peter no sale mucho a menos que sea contigo, es muy apegado a tí. Tiene que salir solo para experimentar más de la vida varonil.

Asiento estando de acuerdo. Peter debería salir sin mi compañía a otros lugares, le tengo la suficiente confianza para que lo haga, solamente que él no está de acuerdo ya que dice que debemos hacer todo juntos. Escucho un sonido afuera pero no le presto atención.

— Parecen una manada de osos, en especial Harry, es muy loco, no puedo creer que haya hecho que digas el tamaño de Peter— opina Betty frunciendo el ceño.

— Nunca pensé decir eso.

— Yo menos... Pero somos tus amigos, aveces los amigos hablamos de esas cosas como un juego, para mí es normal. Pero no en frente de todos y en un reto, especialmente cuando no quieres hacerlo.

Nuestra conversación se interrumpe cuando Ned se asoma un poco diciendo que ya se iban porque ya van a ser las once de la noche. Betty terminó con mis uñas que quedaron muy lindas. La acompañé hasta la puerta donde estaban todos menos mi novio, aunque después lo buscaría.

— Nos vemos mañana, buena suerte. — me habla Betty dándome un abrazo de despedida antes de salir

— Ah, y... Quizás hice que Peter se pasara un poco de copas, así que si se comporta extraño, ya lo sabes. — me anuncia Harry saliendo

— ¿Qué?

La puerta se cierra dejándome sola en la sala. Frunzo el ceño y voy a la cocina rápidamente, donde me encuentro a Peter medio adormilado con una cerveza en la mano. Maldito Harry. Me acerco.

— Peter, tienes que ir a dormir ya porque seguramente mañana te levantarás muy tarde por severa borrachera que tienes. — le digo suavemente para no... Exaltarlo. 

Paso su brazo por mis hombros ayudándolo a caminar, como puedo. Dejo la botella en el mesón. — Eres tan linda... — murmuró. Iba a besarme pero aparté mi cara con una mueca cuando el olor a alcohol llegó a mi nariz

Entramos al cuarto, voy rápido a la cama donde lo acuesto y le quito los zapatos. Empieza a balbucear y a tratar de levantarse.

— ¿Enserio la tengo de veinte centímetros? ¡eso es muy grande! hip. — le da hipo. Lo miro confundida a su frente. — sabes, yo... Amo, amo, pero amo demasiado tu cuerpo porque pareces una modelo.

— ¿Qué carajo estás diciendo? Peter, ya acuéstate.

— No, déjame terminar. Siempre se me para cuando te veo el trasero porque es muy lindo, pero sobre todo cuando te acercas a mí tanto que puedo sentir tus pez...

— Para, ¿bien? — le pido.

— M-Me gustas mucho y es por eso que cuando seas mi esposa, uh... Intentaré que a cada rato seas la más feliz.

Lo tomo de los hombros volviéndolo a recostar para que descanse, lo tapo con la sábana por el frío.

— Te quiero mucho, Ali...

Bosteza rascando sus ojos y no tarda mucho en dormirse. Suspiro. Si así va a ser cada vez que esté ebrio, prefiero que nunca más vuelva a tomar.













































































































Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top