19
"AMAR ES COMO IR A LA GUERRA. JAMÁS SE REGRESA SIENDO LA MISMA PERSONA"
Dos días después
NARRA ALAIA
Recobré la consciencia lentamente mientras abría mis ojos tratando de aclarar lo que pasaba. No recuerdo nada después de esa "pelea" con Venom o Eddie, solo ví todo negro sin saber por qué. Miré a mi alrededor, estoy en una habitación no tan grande, que solo tiene una lámpara en el techo. Intenté moverme pero mis manos están atadas y tienen cadenas agarradas en un clavo en el suelo, lo mismo en mis pies. Mi boca tiene un trapo que me impide hablar.
Traté de gritar pero no puede, aún así seguí intentándolo como si en algún momento se oirá. Moví mi vista a la izquierda encontrando una cámara con luz roja indicando que está encendida en la esquina superior de la pared. Me sobresalté al escuchar que abrieron la puerta a mi frente. Entró Venom en la forma de Peter. ¿Qué cómo sé que es él? bueno, tengo muchas formas de saberlo.
Se acercó un poco y lo miré con miedo, después se mira las manos y todo a sí mismo con un toque de asombro.
— Veo que este disfraz puede servirme mucho durante tu estancia aquí... Me gustaría experimentar con el — dice y me mira, saca una sonrisa muy maniática — ¿qué piensas? ¿te acostarías conmigo?
Miré al suelo con el ceño fruncido escuchando su risa.
— No seas tan amargada, princesa... Solo tienes que pensar que en realidad soy él y listo, no pasa nada. Pero tendremos que averiguarlo después, ahora el jefe quiere verte.
¿El jefe? Sacó una llave de su bolsillo quitando el candado de las cadenas que había en el clavo al igual que las de mis pies. Al terminar me jaló por la cadena haciendo que me levantara de un tirón y comenzó a caminar, yo detrás de él siendo jalada por el metal. Puso una venda en mis ojos aunque yo me estuviera rehusando. Después solamente comencé a caminar sin saber a dónde me llevaba, podía oír sonidos por todas partes sin saber de dónde provenían. Y también un olor a hierro oxidado. Me senté en el suelo nuevamente, después me quitaron la venda de los ojos, aclaré mi vista me dí cuenta dónde estaba.
Era una habitación un poco más grande que la anterior, esta tenía tecnología, inventos, armas y hasta un mapa de la ciudad tachado con puntos y conexiones. También habían dos fotos, una de Peter y otra mía, la última con una equis roja. Me asusté al ver a un hombre que al parecer era de arena, apareciendo al frente mío mirándome.
— ¡Déjala en paz, William! creo que la estás asustando — habló alguien
Él solamente se alejó y al parecer se transformó a un hombre robusto de cabello rubio. De una esquina salió el Doctor Octavius con una vestimenta un poco anticuada, me sonríe acercándose.
— Es un gusto por fin conocerte de una manera más adecuada, Alaia. Lamento que tu estancia aquí no sea la mejor pero es que como sabrás, no podemos darnos los lujos. — dice — soy el Doctor Octavius pero también puedes llamarme Doctor Octopus.
Traté de hablar pero no pude, él solo ríe.
— Tranquila, sé que te preguntas por qué estás aquí, pero todo se explicará con el tiempo. Ahora, ¿quieres conocer a mis compañeros?
Y entró él. El hombre que me arruinó la vida en la otra línea de tiempo, el que me hizo tener miles de pesadillas y botar lágrimas sin detenerme. Sergei Kravinoff o mejor conocido como Kraven.
Me eché rápido para atrás al ver que caminó hacia mí, se me había olvidado que seguía vivo aquí. Se agachó y me miró con una sonrisa cínica.
-— Qué hermosa y valiente chica... Siempre quise conocer a la famosa Alaia Stark de la que todo el mundo habla. — murmura. Acaricia mi mejilla y yo echo mi rostro hacia otro lugar cerrando mis ojos fuertemente y quejándome. No quiero que me toque. No otra vez.
— Supongo que no le agradaste, Sergei. — dijo alguien más
Kraven se alejó dándome vista para ver al mismísimo Quentin Beck, con pequeños golpes en su rostro, supongo que por la pelea con Peter en Europa hace años y se le dejaron marcados. Se cruza de brazos viéndome.
— Recuerdo cuando tu queridísimo novio me venció en Londres, qué extraño, tu país de origen ¿no? qué raras coincidencias... — dice
Tragué en seco asustada al ver a los cinco, incluyendo a Venom (ya normal), con sus ojos en mí. Pude notar molestia, desagrado y sobretodo, odio hacia mí. Después todos se ocupan de lo suyo y realmente no sé qué hago aquí, ya que simplemente estoy amarrada sin hablar o moverme.
— ¿Todavía estás planeando, Eddie? — pregunta el Doctor Octavius tecleando en su computadora al hombre convertido en Venom.
— Puedo decirte que el plan que tengo no sé si podría funcionar, ya que sabes que tal vez hayan contracciones en el asunto. ¿Podrías ayudarme poniendo el perímetro? — responde
El científico oprime botones y aparece una imagen en la pared gracias a un proyector, donde se ve mi hogar, bueno, más bien el de Pepper y mi hermana.
— El ataque será el otro mes para ayudar a regular todo, tiene que ser perfecto si queremos acabar con Spidey de una vez y la familia de esta chica y la de él. — me mira — va a ser una pequeña venganza por matar a un miembro de nuestro grupo, no sé si lo recordarás. El Buitre.
¿Él también estaba aquí? pero lo peor de todo, ¿ataque a mi familia y a Peter? intenté gritarles a los hombres asustada de lo que harían, no iba a dejar que le hicieran nada. Octavius me miró.
— Descuida, todo estará bien por ahora... Si no logras escapar de aquí, ten por seguro que Venom te matará, no sin antes darle un pequeño regalo — miré al nombrado y me sacó su lengua con una sonrisa
Me acurruqué yo misma como pude en mis sitio lágrimas salieron de mis ojos. Tengo tanto miedo, estoy aterrada de estar aquí con estos hombres debido a la última vez que fuí secuestrada por uno de ellos. Extraño a mi familia, pero en especial, a Peter. Sé que no llegó a casa temprano porque estaba o está enojado conmigo por nuestra pelea y si tan solo yo no hubiera reaccionado así, estoy segura de que me hubiera ayudado y no estaría hoy en este lugar.
El hombre de arena o mejor dicho William se acercó a mí en su forma de normal, me extendió un trapo, yo simplemente lo miré sin confianza así que lo dejó a mi lado. No dudé en tomarlo y me sequé las mejillas un poco.
— Tengo una hija, es pequeña, también es inteligente como tú. — murmura muy bajo para que nadie lo escuche mientras acaricia el collar que tiene en su cuello — tú también tienes un collar, supongo que es importante para tí. Solo... Haz lo que el jefe diga y estarás bien, niña.
Se levantó y regresó a lo suyo. Yo quedé bastante confundida, ¿acaso me está ayudando? no se ve mala persona o quizás solamente su odio es hacia mi novio. Quién sabe. Salí de mis pensamientos cuando Mysterio se acercó a mí, viéndome con atención, sin decir nada.
— ¿Hay noticias? — preguntó en voz alta
— La policía de Nueva York empezó a hacer una búsqueda por ella, pusieron carteles y casi medio mundo está ayudando en eso. Y no dudo que Spidey también la esté buscando como un loco. — contesta Kraven — cómo es el amor...
— Estoy seguro que ese chico le gusta tanto que podría entregarse a nosotros por ella... — piensa el hombre a mi frente — qué buena idea.
— Podríamos incorporarla después. Ahora hay que seguir el plan que llevamos dos años y medio planeando, no es tiempo para decisiones de último momento, hay que hacer lo que ya sabemos. Nuestro objetivo es vencer a Spiderman de una vez por todas, hacer lo que los villanos de antes no pudieron hacer. El próximo mes será nuestra bomba que será el fin y mientras tanto, quiere ver que maten, torturen y hagan desastre en la ciudad. Es lo único que nos queda. — regaña Octavius — así que a trabajar.
Mysterio me mira y después se va sin decir nada. Ví que Kraven miraba fotos mías y de Peter en su computadora, sobretodo de mi novio. Después cambió a otra pantalla, que al parecer era una cámara y sé exactamente dónde estaba. En nuestra habitación. Eso significa que... Me estuvo viendo cuando me cambiaba de ropa, cuando Peter y yo hacíamos el amor y lo peor de todo es que nosotros ni lo sabíamos. ¿Estuvo viéndonos todo este tiempo?
Golpeé con mis pies con ayuda de ma cadena el suelo haciendo un estruendo, el científico bufó cansado al ver que yo no paraba. — ¡Venom, sácala de aquí! no quiero estar más estresado...
El chico se acercó convertido en Peter nuevamente y me jaló de las cadenas, me colocó la venda otra vez y comenzamos a supongo que a regresar a donde me tenían.
Pasaron unos cuantos segundos y me quitó la venda, me dí cuenta que nuevamente estaba sentada en el suelo de la pequeña habitación. Aseguró las cadenas en el clavo pero antes de que se fuera llamé su atención golpeando la pared, me miró y parecía estar enojado. Le saqué el dedo del medio frunciendo el ceño con molestia. Él ríe, se acerca y me toma de las mejillas fuertemente con una de sus manos, manteniéndose cerca de mi rostro.
— Mira, tú tampoco me haces muy feliz, ¿okey? el jefe se enojó por tu culpa y si no dejas de molestar te juro que no pasarás ni una semana más aquí encerrada. Más te vale comportarte.
Me suelta con brusquedad y se va tirando la puerta. Me acurruqué por el frío que sentía, al parecer no había ventilación. Cerré mis ojos fuertemente sintiendo mi cuerpo doliendo.
Peter, ¿dónde estás?
[...]
NARRA PETER
— Encontramos una muestra de lo que al parecer es algo de lo que deberían saber. — dice el policía a mi frente, saca un sobre transparente donde hay una especie de masa homogénea oscura
— ¿Dónde lo encontraron? — pregunté mirándolo con el ceño fruncido
— Lo hallamos en la cocina, el científico de la comisaría trató de examinar para ver qué era pero se pegaba a su piel de una forma extraña. Lo trajimos contigo ya que pensamos que sabrías qué es.
— No sé de dónde es... — mentí.
Claro que sabía de dónde era, lo conocería de tantas veces que lo he visto y nunca podré olvidarlo. Jamás. Empuñé mis puños pensando lo peor, mordí mi mejilla interior para tratar de calmarme. No pienses esas cosas ahora, Peter, no es tiempo de alterarse.
— Es extraño, trataremos llevarlo a personas más especializadas en el tema. Ah, y también encontramos esto
De su bolsillo saca el reloj de Alaia, el que usa para llamar a su traje. Lo tomé de inmediato y lo miré con cuidado, ella jamás, pero JAMÁS en la vida se lo quita. Primero porque es un regalo que el señor Stark le dió además del traje y segundo porque sabe que en cualquier momento podría usarlo.
— Sabemos que es de ella y al parecer se lo quitaron, encontramos su traje escondido en el sótano del edificio, mañana lo traerán para que lo tengas aquí. Creo que eso es todo.
— Gracias, oficial. — le agradece May. Él toma la muestra de la masa y la guarda. — ¿lo acompaño a la puerta?
Ambos caminan a la salida. Yo me voy corriendo a mi habitación y me encierro ahí con miedo. Brais me maúlla desde mi cama moviendo su cola. Aprieto el collar de mi novia en mis manos sintiendo mis venas ardiendo y mis brazos erizarse de la impotencia que siento.
Venom tomó mi casa. Y Venom se la llevó.
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