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"YO NO QUERÍA TODO, PERO TÚ ME DISTE MÁS QUE ESO"

NARRA ALAIA

—¿Enserio tienes que asistir? sabes que puedo decirle a los jefes que cancelen la junta — repito a mi novio oyendo que ya llamaron su avión

Peter tiene un viaje de negocios en Seattle, demorará dos tres allá, dos de reuniones y uno de vacaciones para que pueda explorar y todo eso. Enserio quisiera llevarme pero le dijeron que simplemente sería algo rápido y también porque no me llevo muy bien con los jefes con los que él va a negociar. No quiero quedarme sola, su compañía ya se volvió costumbre para mí.

— Cariño, debo ir, no solo porque seas la jefa de ellos puedes cancelar reuniones como si nada. — me mira con una ceja alzada — además, son solo tres días, verás que se pasan como aves volando.

— Es que te extrañaré... — murmuré haciendo un leve puchero mirándolo

— Lo sé, yo también lo haré. — agarra mi mano dulcemente — prometo que volveré antes del sábado para elegir los decorativos de la boda, no podría dejarte sola. Además de que no dejaré que Ned, Harry o Betty hablen en la práctica de ceremonia, en especial Harry, dirá muchas cosas obscenas sobre nosotros.

Río, le doy un beso un poco duradero. Dicen el último aviso de su vuelo por lo que nos separamos.

— Tengo que irme, te llamaré mucho, lo juro. Te amo. — dice acomodando el bolso en su hombro.

— Yo también.

Dejo un beso en su mejilla y después se va casi corriendo hacia su lugar para tomar el vuelo. No lo veo más cuando desaparece por el pasillo. Chasqueo mi lengua y me doy la vuelta para empezar a irme hacia otra parte.

Salgo de aeropuerto viendo mi coche estacionado al frente, paso entre la gente y me subo encendiéndolo, comenzando a manejar. Ahora tengo que almorzar con Betty, dijimos que nos encontraríamos para charlar un rato porque me sentiría muy sola. En el camino mis oídos escuchan una música más o menos suave y aveces pasan el informe de la radio. Diciendo que los días están lluviosos o el dólar cada día aumenta más, es una mierda de política. Ah, y hablando de él, Olivia me ha visitado varias veces en mi oficina para pedirme firmas ya que cada vez que termine una jornada, debo justificar eso. Se lo hago de mala gana oyendo lo que siempre dice de Peter, que su camisa estaba muy linda ese día o que la ayudó en las prácticas. Intento ignorarla.

Detengo mi auto al frente del restaurante una vez que llego. Salgo tomando mi bolso y le dejo las llaves al señor que cuida los coches. Entro pasando mi vista por el lugar, hasta que veo a mi mejor amiga sentada en una mesa al lado de la ventana decorada con flores. Voy acercándome.

— Hola, perdón por llegar un poco tarde, el tráfico está algo feo — saludo llamando su atención, haciendo que quite su vista del teléfono

— Descuida, ya pedí la comida. — dice guardando el aparato en su bolsa — ¿Peter ya se fue?

— Sí... Me despedí a la fuerza, regresa dentro de tres días solamente por esa reunión que ni siquiera me importa.

— Oh, qué mal... ¿Y si hacemos una pijamada de chicas esta noche que no estará? — pregunta cambiando su expresión desanimada a una muy feliz

—No lo sé... No me gustaría dejar el apartamento desordenado, Peter lo organizó ayer en la noche para dejarlo perfecto para que estuviera bien cuando regresase, él es muy perfeccionista.

— Me gusta que respetes lo que él hace con los espacios que comparten pero eres muy respetuosa con eso. Tú también tienes que tener el apartamento para hacer lo que quieras. Te lo aseguro, te prometo que dejaremos todo como lo encontramos.

Hago una mueca. Lo que dice Betty no me convence. Siempre he respetado el espacio de Peter porque es algo importante para él, siempre está todo en su lugar y acomodado. Mientras que yo tengo mis cosas desordenadas y dejo todo tal y como lo encuentro. En esa parte somos diferentes.

[...]

—¿Quieres pizza de peperroni o de pollo? — pregunta mi amiga marcando con su teléfono el número de la pizzería

— Prefiero de pollo.

Empieza a llamar al lugar para pedir la cena. Son las nueve de la noche y literalmente tenemos un hambre que nos mata. Hablé con Peter en la tarde y me dijo que todavía estaba en el vuelo, ya que de Nueva York a Seattle son seis largas horas. Aburrido. Interrumpo mis pensamientos cuando mi celular suena y lo miro un poco viendo el número de mi novio en el.

— De acuerdo, creo que me iré... — dice mi mejor amiga sonriendo maliciosa al notar quién es— no vayas a mandarle fotos comprometedoras.

Río. Sale del cuarto dejando la puerta cerrada, me pongo boca abajo en la cama acomodándome y contesto la videollamada, viendo a mi lindo y adorable chico al otro lado de la pantalla, al parecer acostado en una cama ya con su pijama.

— Hola cariño.— me saluda sonriendo al verme, le sonrío igual como saludo — ¿cómo te fue hoy?

— Bien, por fin pude terminar el negocio con Apple. ¿Y tú? ¿cómo te va allá?

— Bueno... Llegué a las siete y treinta, me dejaron en el hotel este que es como de cuatro estrellas. Hasta sirven tostadas con mermelada de manzana y pastas, ¿habías visto eso alguna vez?

— Peter, se ve que no viajas mucho.

— Es que no lo hago— afirma. — y... ¿qué haces?

— Betty decidió venirse a dormir hoy para hacerme compañía, ya que estaría muy sola aquí y también porque quiere pasar tiempo de mejores amigas. Ahora mismo está pidiendo un montón de comida solamente para ahorita.

— Oh, está bien... — murmura, talla sus ojos para después bostezar. Se pone boca arriba en la cama — te extraño.

— Yo también... — susurro— pero pronto volverás ¿no?

— Estoy esperando por hacerlo. Se siente extraño no tener con quién dormir, tendré que abrazar a la almohada toda la noche y oler su aroma a tienda de inmuebles— Suelto una risita, hace una mueca pensativo — ¿sabes? deberíamos aprovechar que no está Betty en este momento contigo y quizás... Extrañarnos mutuamente.

Abro mis ojos un poco — ¿Enserio dijiste lo que acabo de escuchar?

— ¿Qué? siempre salimos de viaje, hacemos videollamadas y nunca lo hemos hecho. Además de que no me parece mala idea.

— No, Peter, no me sentiría muy cómoda haciéndolo.  Sé que con lo único con lo que me siento confiada es cuando estoy contigo pero no me gustaría a través de una pantalla, se siente extraño

—Bien, de acuerdo, no te preocupes. Si no quieres que pase, no pasará. — me dice sereno

Suspiro — lo siento.

— No, bonita, no te disculpes. Tal vez soné como un novio manipulador. Nunca en la vida te obligaré a hacer algo que no quieres... ¿Esto se consideró como una mini discusión?

— No lo sé, creo que sí. — susurro encogiéndome de hombros — de todas maneras, no pasó nada. Siempre tenemos este tipo de situaciones cuando no estamos de acuerdo en algo, discusiones absurdas.

Asiente y mira a su lado. — oye, ya van a ser las diez, debo irme. Mañana tengo que levantarme a las cinco para la primera reunión. Prometo llamarte.

— Descuida, descansa. Te quiero.

— Yo también.

Cuelgo la llamada. Me tumbo en la cama mirando al techo y suspiro. Puede que Peter tenga sus "fantasías sexuales" conmigo pero no puedo permitirme hacer eso, me sentiría rara además de que solamente quiero que él me vea cuando estamos en persona, no por una pantalla donde puede ocurrir quién sabe qué.

[...]

Y era un nuevo día en las oficinas de la empresa mundial de los Stark. Otro día lleno de negocios, ventas y tecnología avanzada. La verdad no me levanté tan temprano para venir porque ayer no dormí casi nada, como que ya me acostumbré a dormir con la compañía de mi novio que mi cuerpo no recibe dormir sola. Es extraño. Betty y yo comimos muchas palomitas, pizza y refresco el día de ayer. Vimos muchas películas que la verdad estaban muy buenas, la mayoría fueron de comedia ya que como ya saben, no me gustan las películas de miedo.

Sigo tecleando en mi portátil algo concentrada, me acomodo en la silla para una mejor posición y un escalofrío recorre mi espalda cuando el aire frío del aire acondicionado se siente. Es la parte que más me gusta de aquí, me recuerda a mi antigua habitación en la casa de Pepper. Me dentego al oír que se abre la puerta y alzo mi mirada de la pantalla.

— Hay una reunión importante a las doce, lo cual indica que no estarás para el almuerzo, pero no te preocupes, te lo llevaré cuando termines — me indica Betty entrando como siempre — ¿les acepto o cancelo?

— Acepta, no importa si me quedo un poco más de mi hora — digo sin importancia 

Asiente y se da la vuelta para irse. — ah, y... Peter me llamó. Dice que no contestas el teléfono.

— Se me quedó la batería baja en último momento y dejé mi cargador en casa, tendré que esperar hasta llegar, ¿puedes decirle?

— Claro.

— Gracias Bett.

Se retira de una vez por todas para volver a lo suyo. Saco unos papeles de los cajones de mi escritorio los cuales empiezo a leer para después empezar a firmarlos. Tengo un montón de cosas qué hacer con los negocios que ni siquiera sé por dónde empezar. De un momento a otro se apaga mi portátil, me quejo, se ha ido la maldita luz. Espero varios minutos pero nada que vuelve.

— Jennifer, no tengo electricidad, ¿todo está bien? — pregunto por el teléfono comunicativo que tengo al lado. Jennifer es la encargada de la energía.

— Señorita Stark, hay un problema con la planta, tardaremos un rato en arreglarla.

— ¿De verdad? necesito terminar...

— Lo siento, trataremos de ser lo más rápidos posible.

Suspiro. Este día no puede ser peor. Me levanto de mi silla y camino a la entrada haciendo sonar mis tacones en la madera del piso. Salgo de mi oficina pasando por un pasillo, doy la vuelta pero de un momento a otro me jalan del brazo, me pegan a la pared.

— ¿Pero qué...?— frunzo mi ceño pero lo quito al ver al chico. El cual pone su dedo índice en mis labios en señal de silencio.

Se asoma por la puerta del armario del conserje. Sé que si lo ven aquí en el edificio, llamarán a los jefes de las reuniones para preguntar qué pasó. Cierra la entrada, regresa conmigo con sus dos manos apoyadas en la pared, en los lados de mi cabeza.

— ¿Qué haces aquí? ¡debes estar en Seattle y ahora mismo tienes una reunión! — le digo en un susurro

— No aguanté las ganas de verte, cariño.

Pega sus labios contra los míos en un beso fuerte y lento. Le sigo sin negarme. Dios, puede que haya durado solo un día pero ya lo había extrañado por completo. Se separa, respiré con algo de dificultad.

— No puedo estar lejos tuya... — murmura, le miro a los ojos y se acerca más a mi rostro — no pude dormir anoche

— Yo tampoco

Reímos al mismo tiempo. Muerde su labio y me da otro beso más corto. No le preguntaré, pero estoy cien por ciento segura que él fue el responsable del apagón.

— Te ves más hermosa que ayer — me mira de arriba a abajo, no sé en qué momento su mano derecha está subiendo por mi pierna lentamente subiendo mi falda color negra — me dijiste que no quieres hacerlo por pantalla así que estoy aquí.

Le sonrío levemente y pongo un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. Peter da un paso más pegándome a la pared, chocando su cuerpo contra el mío por completo haciendo que sintiese el bulto en su pantalón.

— Te amo— susurra abriendo mi blusa violeta, dejando a la vista mi sostén — no puedo parar de pensar en tu cuerpo

— Solamente te pertenece a tí...

Me mira a los ojos sin algún tipo de pudor. Vuelve a besarme con la misma ferocidad que la primera vez. Y por primera vez, no perdimos tiempo para absolutamente nada.































































































PREGUNTA: ¿Les gusta que Peter le diga cosas atrevidas a Alaia?


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