13
"PAIN, LET THE BULLETS FLY, OH LET THEM RAIN. MY LIFE, MY LOVE, MY DRIVE, IT CAME FROM. (PAIN) YOU MADE ME A, YOU MADE A BELIEVER, BELIEVER."
Habíamos llegado a Praga, era una ciudad realmente hermosa con el montón de personas celebrando y bailando por todas partes. En todo el camino Peter me miraba, hasta algunas veces lo pillé mirando de más cuando me hablaba, pero lo único que provocaba era que lo necesitara más. De todas las maneras que podía.
El autobús se detuvo, tomé mi mochila y mi maleta bajándome, nos acercamos a las puertas de nuestro nuevo hotel y se abrieron con ayuda de unos señores. Era demasiado lujoso, tenía dorado por todas partes, pero bueno, no podía quejarme.
— Bueno, chicos, vayan a sus habitaciones y pónganse elegantes porque esta noche iremos al carnaval de luces de Praga — nos informó el maestro Harrington
Guau, debe ser interesante un carnaval. El maestro nos entregó nuestras llaves individuales a cada uno, fuí a las escaleras y subí con el resto de mis compañeros, llegué a mi puerta asignada y entré cerrándola detrás mío. Era una habitación grande, con una cama matrimonial en el medio y luces elegantes. Dejé mi maleta en la pared y la mochila.
Voy a descansar un poco, apenas son las siete de la noche y el carnaval es a las ocho.
NARRA PETER
Estaba sentado en un puente viendo las luces de Praga, el señor Fury me había llamado para llevar a cabo el plan para derrotar al elemental de fuego. Realmente no quiero hacerlo, quiero volver al hotel y estar con Alaia, quiero besarla mucho y recordar la noche en que lo hicimos. Pero no puedo, por más que quiera, no puedo obligarla a que me perdone. Suspiré y miré el collar en mi cuello de corazón, tomándolo con mis dedos y lo acaricié un poco. La necesitaba. La necesitaba mucho.
Mysterio apareció frente a mí con su traje y su cabeza de burbuja..— Fury me mandó, se siente mal por gritarte.
— ¿Enserio? — pregunté confundido
— Si conocen el sarcasmo en esta realidad, ¿verdad? — preguntó. Reí levemente. — ¿cómo te sientes?
— Mmm... — pensó — pensé que no tendría que salvar al mundo en estas vacaciones, puede que suene como idiota... — suspiré — tenía planes con Alaia para que me volviese conmigo después de lo que pasó pero todo se arruinó.
Mysterio se sentó a mi lado, se quitó su casco.
— No eres un tonto por querer una vida normal. — dijo mirándome — ser superhéroe es difícil, ves cosas, haces cosas...Te diría que dieses la vuelta y renunciaras a esto pero no puedes. ¿Te preocupan tus amigos? — asentí
— En especial Alaia. — susurró — solo quiero estar con ella en todo esto,salvarla y apoyarla en lo que pude todo este tiempo. ¿Me entiendes?
— Sí. — murmuró — pero si quieres salvarla, y también a tus amigos, manténlos alejados del exterior durante un rato y todo estará bien. — asentí — y después, puedes tener el tiempo para matar a Brad por haber querido besar a tu chica.
Reí. — me gusta tener a alguien con quién hablar sobre cosas de superhéroes — digo mirándolo. — debo irme, tengo que prepararme para lo que vamos a hacer.
Asintió. Me levanté y me fuí en mis telarañas. Aterricé en un callejón y puse mis gafas del señor Stark.
— ¿Edith? — la llamé. Se encendieron. — ¿qué puedo hacer para que mis amigos no vayan al carnaval?
[...]
NARRA ALAIA
— ¡Buenas noticias! — nos habló el maestro Harrington —vamos a ir a la ópera, ¡y sin pagar!
— ¿Enserio? — preguntamos todos al unisono
— Vamos, va a ser divertido. Serán las mejores cuatro horas de nuestro viaje — todos nos quejamos — y apuesto a que nadie aquí ha ido a la ópera.
— Quizás porque NO queremos ir a la ópera. — negó el moreno enseguida
Rodé los ojos. Me salí del grupo y fuí a las escaleras para ir a mi habitación, abrí la puerta y entré de inmediato. Abrí mi valija buscando algo qué ponerme para el carnaval, encontré un vestido color azul rey que había traído. Lo saqué. Me quité mi ropa quedándome en interiores y me lo puse, me quedaba dos manos encima de la rodilla.
Tomé unas baletas negras y me las puse. Me senté en el pequeño tocador que había y tomé el cepillo de regalo del hotel, me peiné dejando mi cabello suelto. Cuando ví la hora se habían hecho las ocho de la noche. Salí de mi habitación sin nada, a excepción de mi teléfono que lo tenía en el bolsillo del vestido. Bajé y todos estaban listos para irnos, nos fuímos en el mismo autobús en el que llegamos.
— Te queda hermoso ese vestido, Alaia. — me dijo Betty sonriéndome. Ella también tenía un vestido muy bonito
— Gracias. A tí igual. — sonreí amigable
El autobús paró unos minutos después en frente de la ópera. Bajamos y entramos, llegamos temprano por lo que estaba algo vacío, se veía muy lindo. Ned y Betty se quedaron en la entrada viendo las gafas que se utilizan para la ópera, yo me acerqué viendo el escenario al frente y el techo lujoso de la ópera. Peter se puso a mi lado y me miró.
— Te ves muy bonita. — dijo alagándome. Volteé a verlo — el azul te queda bien.
— Gracias. — agradecí sonriéndole— tú también te ves bien. El traje se te ve bien — sonrió
— ¡Auriculares de ópera, qué genial! — ambos volteamos donde Betty y Ned que estaban emocionados por las gafas
Peter y yo nos miramos, después reímos levemente al mismo tiempo. Mordí mi lengua. — ¿te gustaría que nos sentemos juntos? podríamos comprar auriculares.
— No. — lo miré confundida — digo... Claro que sí, me encantaría. ¿Me esperas un rato? ¿por favor?
Asentí. Pasé por su lado bajando por el pasillo inclinado hacia abajo y yendo a los primeros puestos, me senté a esperarlo. Ned y Betty llegaron, la cortina empezó a subir indicando que ya iba a iniciar.
— ¿Y Peter? — preguntó Michelle a Ned quitándome las palabras de la boca. La miré seria.
— Se sintió mal, fue al hotel. — respondió. ¿Peter sintiéndose mal? qué raro, para eso me hubiese avisado.
Me levanté de mi asiento caminando para salir de la ópera, Michelle me siguió, le presté la mínima atención. Salí y caminé entre las personas por el carnaval, llegué al parque de diversiones tratando de regresar al hotel y buscarlo. Caminé entre las personas y llegué a una fuente, donde me encontré a Michelle.
— ¿Qué haces buscando a Peter? — preguntó mirándome.
— Eso debería preguntarte yo a tí. Soy su ex, me preocupo por él, ¿acaso no puedo? — digo molesta — deberías volver a la ópera, Michelle.
— Deberías hacerlo tú. — rodé mis ojos enojada
Bajé mi vista al suelo al sentir un ligero temblor, volteé a la izquierda y lava empezó a salir del suelo, rodeó la estatua y la rompió formándose un mounstro de lava. Corrí por las personas asustadas tratando de alejarme, me metí en un callejón para esconderme. Me asomé un poco viendo la rueda de la fortuna, donde estaban Ned y Betty. Si no los ayudaban iban a morir, y Mysterio y Peter estaban concentrados en el mounstro de lava. Me quejé. Tengo que hacerlo si no quiero que mis amigos mueran.
— ¡Mierda! ¿porqué tienen que pasarme estas cosas a mí? — hablé para mí misma.
Me metí más en el callejón y suspiré antes de presionar el botón de mi reloj, esperé dos segundos y el guante del traje llegó a mí hasta que cubrió todo mi cuerpo. Aprovecharía que no hay nadie para ayudarlos. Volé al cielo y fuí hasta la rueda de la fortuna, me puse al frente de Ned y Betty deteniendo al mounstro que se acercaba. Él se echó para atrás y Mysterio aprovechó para dispararle. Bajé al suelo donde estaba Peter con un traje negro.
— ¿Qué haces aquí? — me preguntó alarmado — ¡se supone que no te meterías en estas cosas, Alaia!
— Tengo que ayudar a mis amigos.— contesté. Suspiré — sostén la rueda, yo iré a ayudar a Beck.
Volé otra vez al cielo poniéndome al lado de Quentin, empecé a dispararle alrededor mientras él lo echaba para atrás para que no se acercara. Me lanzó un rayo de fuego pero le esquivé, quedé parada en la rueda disparándole sin parar. Nick llegó con sus hombres en camionetas negras. El mounstro creció más por el metal. Mysterio nos miró.
— Pase lo que pase, fue un gusto. — nos habló a mí y a Peter. Se puso su casco y voló hacia él.
— ¡Beck, espera! — le gritó Peter sosteniendo la rueda
Entró en el mounstro y empezó a hacerse verde hasta que se destruyó ocasionando una explosión. Quentin quedó en el suelo adolorido.
— Ve con él, yo lo arreglaré. — le dije a Peter mirándolo. Él asintió y se fue hacia abajo.
Arreglé la rueda de la fortuna dejándola recta, volé hasta mis amigos, que todavía estaban ahí. — no vayan a decir nada sobre esto a nadie, ¿sí? — les hablé. Ellos asintieron.
Sonreí. Me fuí volando por Praga para regresar a mi hotel con cuidado de que nadie me viera.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top