12
"MI DOLOR SE CONVIRTIÓ EN MI REALIDAD MÁS HORROROSA"
Mi cabeza comenzó a dar vueltas una vez que abrí mis ojos, arreglé mi vista mirando a ver si veis algo familiar que me dijese dónde estaba. Era una habitación, un poco grande y oscura, estaba sentada en una silla con amarres y una mesa en frente mío. Moví mi cuello con cansancio, siento que estuve diez mil horas inconsciente. Pero lo que no sé es si Peter pudo llevarse a Morgan, debo salir de aquí, regresar al escondite y ver si están bien. Quise mover mis pies pero también estaban amarrados con una especie de soga de liana o otra cosa extraña.
Ví a todas partes y me dí cuenta que había una cámara en la esquina derecha, no quise hablar, no quiero llamar la atención por ahora. Tenía mi ropa elegante de ayer pero no tengo ni una gota de maquillaje en mi rostro, alguien me lo quitó. Miré mis manos, quise llamar a mi traje pero ni reloj no estaba, abrí mis ojos un poco, oh no, no puede perderse. Si lo hace, literalmente pierdo todo. Dirigí mi vista al frente donde la puerta de hierro se abrió, Kraven entró con una bandeja en su mano, cerró detrás suyo y se acercó a mí frente.
- Veo que ya despertaste. - habló con una sonrisa cínica, me quedé seria mirándolo - supongo que debes tener muchas preguntas sobre lo que pasó cuando caíste inconsciente
- Vas a responder todo o te juro que te mataré. - amenacé - ¿dónde están? - me miró confundido - sabes muy bien de quiénes hablo, Kraven. No tengo tiempo para tus jueguitos.
- De acuerdo... - suspiró - cuando te golpeé, tu noviecito quiso detenerme pero simplemente desaparecí. Tu hermanita y él de fueron, la policía llegó, y te traje aquí. Te quité el maquillaje esperando a que despertaras.
- ¿Porqué me trajiste a este maldito lugar? - pregunté enojada. Lo miré con el ceño fruncido.
- Por Dios, Alaia, deberías responderme tú misma eso. Eres hermosa, tienes dinero y todo lo que quieras, y yo me aprovecharé de eso. Pero... Obviamente, tengo que tener algo a cambio - pasó su vista por mi cuerpo
- Ni se te ocurra tocarme, eres un sicópata pedófilo - escupí
- Ah, bueno, cómo quieras, después de todo siempre consigo lo que quiero - se encogió de hombros. Dejó la bandeja al frente mío en la mesa, donde había comida - más tarde iré donde Peter, quizás a hacerle un poquito de daño ya que tú no estás para ayudarlo - hizo un puchero falso - y de paso traeré a la niña.
- Te juro que si tocas a Peter o a Morgan te mataré con mis propias manos - dije entre dientes - nadie toca a mi familia.
- Pues, yo lo haré, ¿y qué harás al respecto? estás amarrada con una cámara de vigilancia, sin tu traje ni tu amiga Karen que pueda ayudarte. Eres ingenua. Sin el traje no eres nada, y tu padre lo sabía, por eso te lo dió. No eres especial, Alaia.
Me quedé callada. - ahora come, necesito irme, y no voy a perder más tiempo con una adolescente insolente.
Rodeó la mesa acercándose a mí, quitó el amarre de mi mano derecha dejándola libre. Se fue por la puerta dejándome sola nuevamente pero con un plato de comida al frente mío. No pude evitar pensar.
Kraven tenía razón, no soy nada sin el traje, tenerlo simplemente me sirve para ayudar en lo que puedo. Y me trae consecuencias. Ahora no puedo hacer nada, irá por mi familia y no estaré ahí para ayudarlos, pero lo único que sé es que necesito irme de aquí cuando no esté Kraven si quiero salir viva y sin ningún daño.
[...]
Dos días después
Realmente no sé dónde estoy, seguramente una de las bóvedas que Peter y yo investigamos, ya que se ve muy viejo para ser nuevo. Kraven me ha estado visitando y trayendo comida, creo que es el destino-almuerzo-cena. No sé porqué lo hace cuando lo único que quiere es verme muerta. También duermo en esta silla, aunque algunas veces él me suelta y me deja dormir en el colchón que tengo detrás mío, al menos.
Me moví de lado a lado en la silla tratando de llegar a la puerta, ya que se encontraba sin pestillo, pero lo único que ocasioné fue caerme de lado y golpear mi cabeza un poco. Hice una mueca. Ví unos pies pasar a mi lado, regresé a mi posición. Kraven se paró al frente mío otra vez.
- Creo que no estás siendo cooperativa... - murmuró mirándome con sus ojos entre cerrados - ¿sabes qué haré si tú no dejas de interferir en mis planes? matarte, ¿entendiste? y yo no tengo piedad ni por una niña.
- Sí, eso ya me lo dijiste. - rodé los ojos - ¿crees que me hace feliz estar aquí? Kraven, sé que este no eres tú, recapacita, estás haciéndole daño a personas inocentes
- ¿Ah, sí? y hablando de "personas inocentes", tú no eres una tan inocente como pensamos.- se inclinó hacia mí un poco - mataste a Quentin Beck, Mysterio. La policía te busca a tí y a Peter por eso.
- Nosotros no... - me interrumpí a mi misma y suspiré - no interesa. Solamente déjame salir, allá afuera hay personas desprotegidas que necesitan mi ayuda.
- Nunca te dejaré salir de aquí. No hasta que encuentre un lugar para hacer una nueva subasta ya que la policía confiscó el Centro De Eventos. - se encogió de hombros - come, te necesito sana para que mis clientes vean que tengo mercancía en buen estado.
- No voy a comer tu comida de mierda y jamás vas a venderme a otros multimillonarios - digo - no soy una "mercancía", como dices.
Se acercó, me quitó la soga de mi mano derecha, aproveché para darle un golpe en la cara y le tiré el plato en la cabeza. Tomé la mesa para alejarlo de mí y comencé a quitarme las vendas de manos y pies, quedando libre. Quise correr a la salida pero jaló del pelo tan brusco que caí al suelo, grité con dolor. Me tomó del pelo levantándome.
- ¡Nunca vas a salir de aquí! ¿entendiste? - preguntó en un grito a mi lado - ¡no voy a dejar que nadie venga por tí! ¡y si intentas escapar tendrás consecuencias y mataré a tu familia! ¡eres mía! ¡desde hace años te estoy vigilando, sé todo sobre tí!
- ¡Suéltame, eres un estúpido acosador! ¡yo jamás seré tuya! - grité
- ¿Ah, no? - preguntó. Me jaló del pelo y puso mi pecho contra la mesa, aún sin soltarme. Empecé a patalear tratando de liberarme pero me amarró otra vez los pies y manos - vas a ver que a mí nadie me niega nada.
Escuché el sonido de su pantalón, cómo cuándo está quitándoselo, empecé a entrar en pánico.
- ¿Qué vas a hacer? no, por favor, te prometo que no intentaré salir más, lo juro - hablé con miedo, mis ojos se cristalizaron
- Quise hacer esto desde el primer día que te ví - murmuró en mi oído - y sé que no eres vírgen así que... Puedo ir rápido contigo.
- Por favor, no me hagas daño, te lo suplico, por favor - rogué. Estoy tan asustada, no quiero que esto pase, no con él.
Alzó mi falda gris y bajó mi ropa interior de un tirón, pronto sentí una presión fuerte por lo que grité. Kraven comenzó a moverse. Solo podía sentir desprecio, asco y repulsión por sentir sus manos tocando mi cuerpo. Comencé a llorar en silencio sin saber qué más hacer, no tenía esperanzas, lo único que sentía era dolor en el cuerpo y mente.
Lo único que pensaba era en Peter, él me odiará y esto fue mi culpa, no me merece para nada. No soy buena para él. Y me imagino la reacción de mi familia cuando se enteren de esto, que fuí débil y los decepcioné, pero más a mi padre.
Kraven soltó un suspiro, salió de mí. Me tomó del pelo nuevamente y me tiró al colchón, me quedé ahí llorando sin control. Él se arregló su pantalón pero sin abrochar su correa. Yo estaba en shock, no sé qué hacer, todo el mundo se había desmoronado a mi alrededor. Busqué el collar en mi cuello, lo tomé y se quitó enseguida, estaba roto. El collar que Peter me había dado.
- ¡E-eres un monstruo! - le grité con terror, traté de taparme con mi falda como podía y poniendo el collar contra mi pecho
Iba a contestarme pero fue interrumpido por un fuerte golpe que literalmente casi rompe la pared del otro lado. Peter entró por la puerta con su traje y se acercó corriendo hacia mí.
- Alaia. - me llamó, puso sus manos en mis mejillas mirándome con preocupación. Miró hacia abajo, viendo mi ropa desordenada al igual que mi pelo - ¿qué te pasó?
- Peter... - murmuré asustada sin saber qué decirle, solamente me tiré a su pecho comenzando a llorar ahí.
- Shh, tranquila, hablaremos después. Ahora te llevaré a casa, vas a estar bien- acarició mi cabello para calmarme, me separó de su pecho para levantarse y acercarse a Kraven, lo tomó del cuello. - ¿qué le hiciste?
- Solamente le dí un orgasmo más del que tú no puedes darle - dijo, al final se rió cínico. Peter me miró, pude ver la decepción o tristeza en sus ojos, le dió un golpe al hombre dejándolo inconsciente otra vez.
Lo soltó y se acercó a mí, puso una manta en mi cadera para taparme, me tomó en brazos y caminó a la salida sin decir nada. Sé que está molesto, pero no conmigo. O no lo sé.
[...]
Ya habíamos llegado al escondite luego de unos pequeños minutos de viaje en sus telarañas. Resulta que el lugar donde estaba era una bóveda abandonada a las fueras de la ciudad, tal y como habíamos pensado. También me dijo que había llevado a Morgan al edificio, donde estaría con Pepper, May y Happy. Al menos ahí estará bien, no quiero que hayan más problemas. Mi traje ya lo habíamos traído con nosotros y ya tenía puesto mi reloj.
Peter abrió la puerta de la habitación y me dejó en la cama, se quitó la máscara tirándola y pasó sus manos por su cabello jalándolo, no dijo nada, ninguno de los dos lo hizo durante unos minutos. Me levanté caminando hacia él.
- Peter... - murmuré, quise poner una mano en su hombro pero me tomó de la muñeca y me miró a los ojos, lo miré asustada - ¿P-Peter?
- ¿Él te violó? - preguntó con seriedad, me quedé callada, no sé cómo responderle a eso - Alaia, respóndeme, ¿Kraven te violó? necesito saberlo.
Mordí mi labio inferior. - s-sí... - contesté mirando al suelo, soltó mi muñeca lentamente, acaricié esa parte por la fuerza que había usado conmigo - quise detenerlo pero no pude y rompió el collar que me diste...
Me abracé a mí misma, me senté nuevamente en la cama. Peter se quedó parado mirándome, apretó su mandíbula, después se acercó a la pared y la golpeó de un momento a otro haciendo una abolladura, me sobresalté por esa repentina acción.
- Peter... Cálmate, por favor... - susurré.
- ¿Qué me calme? ¿quieres me calme? si no te has dado cuenta, estoy muy preocupado y asustado por tí. ¡Kraven te tocó, Alaia! ¡te violó! ¡violó a mi novia y yo no pude hacer nada! - gritó enojado, bajé mi mirada - ¿y acaso no lo entiendes? ¡como eres tan linda alguien más quiere hacerte daño, y no voy a soportar eso!
Él nunca se había comportado de esa manera tan posesiva. Sollozé un poco sin saber qué más hacer, Peter se estaba saliendo de control por mí, empecé a llorar otra vez sin más. En mi cabeza no deja de pasar las manos del hombre tocándome sin piedad. Y sé que cuando mi novio se enoja de verdad literalmente explota y dice de todo. Él suspiró, se acercó y se arrodilló a mi frente. Me abrazó.
- Lo siento... Sé que soy un imbécil reaccionando de esta manera pero no puedo evitarlo- se disculpó en un pequeño murmullo - te amo mucho y yo no... No quiero que nadie más te toque.
Me separé lentamente de él, ví que sus ojos cristalizaban. - tú lloras y yo también lloro. - susurró con una sonrisa triste, repetí su acción.
Besé sus labios, al sentirlos en contacto con los míos solo pude sentir la paz llegando a mi cuerpo. Me sentía en mi hogar, Peter es mi hogar. Puse mis manos en su pelo y él las suyas en mi cintura, seguí besándolo sin parar, lo necesito. Lo necesito mucho. Y definitivamente nadie puede hacerme sentir la misma lujuria y comodidad que Peter.
- No creo que sea buena idea... - murmuré interrumpiendo- Todavía no puedo hacer el amor, no quiero hacerlo ahora.
- Descuida, te entiendo. Entonces... Tendré que aplicar la mano para bajar la erección - sonreí - te ves más bonita sonriendo, cariño.
"Cariño", qué lindo y nuevo apodo. Dejé un beso en sus labios y me separé, fuí con la sábana al baño para darme una ducha. Necesito relajarme con algo. Le había dicho del collar a mi novio pero él simplemente dijo que era algo material y podría arreglarlo, o al menos intentaría.
Cerré la puerta y me desprendí de mi ropa quedando desnuda, me miré al espejo, cerré mis ojos al pensar a Kraven tocándome. Los abrí de nuevo viendo al hombre detrás mío, con sus manos por mi cuerpo. Grité asustada y me tiré en la esquina del baño con mis piernas contra mi pecho, comencé a llorar de nuevo.
- ¡Suéltame, no me toques! ¡suéltame! - grité llorando mientras sentía unos brazos alrededor de mi cuerpo desnudo
- Alaia, él no está aquí. Soy yo. - me habló suave en mi oído, me tranquilicé al escuchar la voz de mi novio - no voy a hacerte daño.
Recosté mi cabeza en su hombro al mismo tiempo que lloraba y escuchaba las dulces palabras de Peter. Definitivamente lo que hizo Kraven marcará mucho mi vida por ahora
Comenten, me siento re sola :c
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top