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"SEGUIMOS ENTRE LAS BESTIAS IGNORANTES APARENTANDO SER ÁNGELES"

Días después
NARRA ALAIA

—Los zapatos de Gucci son muy caros, pero siempre los compro cuando voy para eventos especiales como las reuniones que te organizo, son demasiado cómodos y suaves. — me cuenta Betty pidiendo el ascensor

— No lo sé, la mayoría de mis zapatos son de menos de quince dólares y me gustan mucho — le digo con una mueca

Suspira profundamente — Puede que tengas mucho más dinero que el presidente pero ni siquiera te compras cosas caras, Alaia. Llevas tu vida como cualquier persona.

— No me gusta enseñar que tengo tanto dinero o tampoco desperdiciarlo en esas cosas.

— Solo basta con que seas una Stark y todos se dan cuenta.

Ruedo los ojos. Entramos marcando el piso correspondiente a mi apartamento. Hoy decidí ir de compras con Betty por tener el día libre, y también para despejarme, distraerme y desaburrirme porque Peter trabaja todo el día y no tengo nada qué hacer en casa. Las puertas del elevador se abren y ambas pasamos por el pasillo, saco mis llaves de mi bolso y abro la puerta de mi hogar, cerrándola detrás mío. Dejamos las bolsas de las compras en el sofá.

Le hago una seña a mi amiga al escuchar un sonido en mi habitación, ella se queda en su lugar quita y decido ir a investigar. Piso la madera lentamente tratando de no hacer ruido, giro el pomo de la puerta de mi cuarto y la empujo de un golpe. Suspiro al ver a Brais con uno de sus juguetes, viendo la lámpara tumbada en el suelo.

— Brais, gato travieso, ven acá. Me diste un susto tremendo. — hablo acercándome y tomándolo en brazos para regresar a la sala, lo acaricio — ¡falsa alarma, solo fue el gato!

— Ay, gracias a Dios. No quería que iniciara una pelea de superhéroes conmigo en medio. — dice aliviada

Dejo a mi mascota en el suelo y me voy a la cocina, donde busco algunos snacks para comer con mi amiga ya que hace muchísima hambre. Abro la nevera y veo una bolsa junto con una nota la cual tomo. "Pedí tu almuerzo porque debes llegar muerta de hambre, hoy llego a las cuatro. ATT: Peter" qué extraño, ni siquiera me avisó que había llegado al apartamento. Pero bueno, quizás se le olvidó. Saco la comida la cual sirvo en dos platos y regreso a la sala, donde está mi amiga viendo televisión. 

— ¿Qué quieres ver? ¿Keeping Up with the Kardashians o Vestido de novia? — me pregunta cambiando los canales del tv.

— Pon las Kardashians, quiero ver cuando Kim compró un vestido de setenta mil dólares y se le rompió, puede que esté vieja y con muchos hijos pero no acepta el hecho de que ya no puede usarlos— ambas reímos.

Tomo una bocanada de mi ensalada y sigo viendo el programa que puso mi amiga mientras hablábamos sobre varias cosas aleatorias que tenían que ver con las mujeres cien por ciento operadas que salían. Le doy un sorbo a mi refresco y lo dejo en la mesa.

— Alaia... — hago un sonido con mi boca mirándola, dándome cuenta que tiene una expresión preocupada — ¿por qué tienes la cara roja?

La miro confundida y tomo mi teléfono para verme con el reflejo. Mi cara está roja y me empieza a picar mientras se va hinchando poco a poco mi garganta. Mierda, una alergia.

— Llama a una ambulancia, ahora. — le digo, pongo mi mano en mi cuello sintiendo que la respiración se iba.

— Oh, ¡carajo, carajo!  — maldice cogiendo su teléfono para llamar

Trato de respirar como puedo, recordando los consejos que mi padre me había dado por si sufría un ataque repentino. Respiro lentamente para tardar el efecto pero me desmayo en un segundo por el esfuerzo o tal vez la causa de mi alergia.

[...]

NARRA PETER

Me bajo rápidamente del coche una vez que llego al hospital, y camino casi corriendo hacia la entrada. Recibir una llamada de Betty diciéndome que Alaia está en el hospital no fue lo mejor de mi día, y mucho menos porque estaba en una reunión ejecutiva, pero mucho más importante es ella. No me dijo mucho, solamente que se puso roja de un momento a otro y no respiraba, obviamente sé cuál es la razón de que le pasara eso pero quiero confirmarlo primero. Por eso no me gusta dejarla sola en casa cuando me toca trabajar y a ella no.

Abro las puertas del lugar, camino un poco por el pasillo llegando hasta la recepción, donde me toca hacer una pequeña fila. Muevo mi pie nervioso. ¿Ella estará bien?. Una vez que llego a donde la recepcionista ella me atiende.

— Hola, estoy buscando a Alaia Melanie Stark O'Sullivan, de veinticuatro años — le informo rápido, ella asiente y busca en su computadora

— Está en la habitación 26, de esta primera planta. Doble a la derecha y la encontrará ahí mismo.

— Gracias.

Me voy corriendo por el pasillo y cruzo por donde ella me indicó, me aproximo hacia Betty que está sentada en unas bancas al frente de un cuarto comiendo chicle. La conozco y eso lo hace cuando está angustiada.

— Peter, oh Dios mío, qué bueno que llegas. — dice al notar mi presencia a su frente, se levanta — no sé qué le pasó a Alaia, en un golpe se puso mal y me dijo que llamara a una ambulancia, llegaron rápido, me dijeron cuando veníamos que estaría bien.

— ¿Qué comió para que se pusiera así? — pregunto.

— Eh... No lo sé, estábamos comiendo una ensalada César que le pediste para almuerzo, estaba guardada en la nevera y que yo sepa, no tenía nada extraño, a decir verdad.

¿Le pedí una ensalada para el almuerzo? claro que no, no lo hice. Una mujer mayor con bata sale del cuarto y se acerca a nosotros.

— Disculpen, ¿ustedes son algún familiar de la señorita Alaia Stark? — nos pregunta.

— Soy su novio, ¿qué le pasó? ¿está bien? — pregunto preocupado.

—Tranquilo, ella estará bien, ya le hicimos estudios. Al parecer ingirió algo que la hizo provocar una dermatitis atópica, haciendo que su cuerpo reaccionara enseguida y no le diera tiempo de reaccionar por la gran cantidad que consumió. Pudimos averiguar y sabemos la causa que le provocó eso, fue calamar.

— Ella es alérgica al calamar, siempre está muy pendiente de que nada tenga eso.

— Quizás fue un descuido o a alguien se le olvidó que ella es alérgica. Le himos un lavado estomacal gástrico, no podrá comer durante tres horas todavía, y se le mandarán algunos medicamentos para ayudar a que su metabolismo mejore.

— ¿Podemos pasar a verla? — pregunta Betty.

— Sí, claro. Pero no la hagan hacer tanto esfuerzo, el estómago es algo delicado y si vuelve a tener una reacción alérgica tendremos que tomar medidas mayores, como hacer un lavado estomacal mucho más profundo o aumentar la cantidad de medicina que le mandaremos — responde 

Asentimos. La doctora se va una vez que nos indica todo sobre el cuidado de Alaia, diciéndonos que no durará ni dos días en sanar ya que es algo rápido por el proceso que se le aplicará. Betty y yo decidimos entrar a su habitación y abrimos la puerta, encontrando a Alaia en una camilla de metal con una bata médica y una aguja en su estómago.

— No vuelvas a asustarme así, pensé que te morirías. Nunca me enteré que eres alérgica al calamar hasta el día de hoy — se queja la rubia acercándose a ella

Mi novia se encoge de hombros, me acerco y le doy un abrazo. — ¿Estás bien? — murmuro recostado en su hombro, ella hace un sonido con su boca — me preocupé demasiado.

— Iré por un café, ¿quieres uno, Peter? te traeré uno sin azúcar, quizás eso nos pueda relajar — me pregunta Betty yéndose, ni siquiera me dió tiempo de responderle. Creo que sigue asustada.

— Alaia, lo primero es lo primero. Yo no te pedí ningún almuerzo y mucho menos llegué al medio día al apartamento— suelto, ella frunce el ceño

— ¿Cómo que no? hasta que me dejaste una nota diciéndome que llegarías a las cuatro del trabajo 

— ¿La nota decía que te amo al final? — pregunto, niega con la cabeza algo pensativa — no era yo el que te lo envió, entonces alguien te pidió el almuerzo con extra calamar para darte a propósito una alergia y que te pusieras mal.

— ¿Quién haría algo así? — murmura y me mira a los ojos, yo alzo una ceja — Peter, ella no es capaz de hacerme eso.

— Claro que sí, te ha hecho cosas peores como abandonarte durante muchos años y hasta quiere matarme por estar contigo. Tal vez lo de la alergia lo tomó como una precaución de lo que nos va a hacer.

— Hay que investigar antes de especular algo que puede una confusión. Déjame hablar con ella.

— ¿A solas? no, estás loca. Lo único bien que podemos hacer es denunciarla por querer matarte y por no cumplir con tu custodia que se suponía que eras su responsabilidad, Alaia.

— Estarás vigilando por si intenta algo, ¿bien? si sucede alguna cosa que no me está gustando, te prometo que te llamaré enseguida. Por favor, sigue siendo mi madre y la conozco, puedo solucionar esto sin necesidad de demandarla todavía.

Suspiro. Estoy cien por ciento seguro que fue Elena quien quiso hacerle daño pero en una parte tiene razón, debemos investigar antes de tener una idea concreta, es mejor en cierta parte aunque no me guste la idea de que hable con ella a solas. Betty regresa al cuarto con dos cafés y me entrega uno, pronto empiezan a hablar sobre otra cosa que no me interesa y ya sabrán cuál es. Ned me envía un mensaje.

"Gordo, ¡te fuiste en un segundo y sin decir por qué! estoy tratando de entretener a los ejecutivos pero se ven aburridos, ¿dónde estás?"

"Lo siento, diles que no llegaré por un problema familiar. Alaia comió calamar por accidente y le dió una alergia muy fuerte, estoy en el hospital con Betty. La voy a cuidar durante dos días."

"Oh, está bien. Les diré que la reunión queda para la otra semana, no te preocupes, gordo"

Le agradezco y guardo mi celular para seguir tomando mi café. Al poco tiempo la rubia se tiene que ir ya que la llamaron del trabajo y tiene que ir urgentemente debido a un problema con la computación de su oficina. Se despide de nosotros y desaparece unos segundos después. Yo me acerco a Alaia sentándome en una silla a su lado en la camilla.

— Peter... Lamento que hayas dejado tu reunión por mi culpa, sé que es importante para tí porque puede ser un nuevo contrato para tu trabajo... — murmura apenada

— No te disculpes, solamente es un contrato  de más, además de que no sabías que esto pasaría. — le niego — tú eres más importante que cualquier contrato laboral.

Me sonríe levemente y se inclina hacia mí dándome un beso lento, el cual le sigo gustoso. Sé que pueden haber complicaciones o algún tipo de obstáculo, pero nada me impedirá que ella esté bien. Soy la única persona que está pendiente de ella las veinticuatro horas del día además de Karen o EDITH. Sus labios se separan de los míos y le miro a los ojos, disfrutando de sus ojos verdes que para mí son los más hermosos que veo todos los días.

— Te amo, cariño. — susurro abrazándola.

Sonríe — Yo también te amo, Pet.

— ¿Te gustaría ir a comer a Gray's Papaya? he escuchado que hacen los mejores perros calientes de Manhattan, deberíamos ir a probarlos juntos — me mira con una mueca y quito la sonrisa de mi rostro lentamente — oh, cierto... No puedes comer dentro de cuatro horas o menos y tampoco cosas tan pesadas... Pero no importa, algún día los comeremos.

Asiente y su teléfono suena indicando una nueva notificación, lo toma para revisar. Una idea llega a mi mente. ¿Será el mejor momento para invitarla a salir a la playa para ya pedir que sea mi esposa de una vez por todas? tal vez está triste por el asunto con su madre y lo que menos quiero es que se sienta de esa manera. Quizás sea una buena opción.

— Oye, a tí... ¿Te gustaría ir a cenar conmigo a un lugar? no mañana, ni el día que viene, ¿podría ser la otra semana que tienes el martes libre? — pregunto — pero por tardar tanto, podríamos ir a cenar mañana a un restaurante ligero.

— Sí, claro. No hay problema. — acepta

Sonrío gustoso, en ese mismo momento la doctora regresa a la habitación para decirnos los medicamentos. El plan "pedida de matrimonio a Alaia" ya ha comenzado. "Invitarla a la cena" listo. Ahora falta lo demás. 






























































PREGUNTA: ¿cuál creen que es el mayor temor de Peter?


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