11

"ELLA TIENE UNA INMENSA SONRISA DE DIENTES BLANCOS QUE ILUMINA HASTA UN DÍA OSCURO."

Me removí en la cama una vez que tomé conciencia del momento. Lo único que recuerdo de ayer es que ayudé a Peter con sus heridas, luego comimos un poco y terminamos durmiendo cansados. No pude descansar bastante por solo pensar qué le puede estar haciendo ese hombre a Morgan, no quiero imaginar cosas malas, pero tampoco puedo creer que está en perfectas condiciones sin ningún problema. Me dí la vuelta hacia el otro lado, acomodé mi cabeza en el pecho de mi novio, comencé a hacer figuras en su camisa.

- Buenos días... - murmuré, él me dió un beso en la cabeza dulcemente - debemos averiguar dónde está Morgan, Peter. Estoy angustiada por eso.

- Sí lo sé, hay que hacerlo rápido, pero descuida, la encontraremos. Lo prometo. - acarició mi cabello - ¿tienes hambre? podríamos desayunar pastas de atún de ayer

- No hay problema. - dije, me encogí de hombros. Me aparté un poco de él para que se levantara de la cama, antes de que se alejara de la cama lo tomé del brazo - Peter... - me miró - te amo, Pet.

- Yo también te amo bonita.- dejó un pequeño beso en mis labios y se separó de ellos sin apartarse de mi rostro - ve a bañarte, tranquilízate en la ducha, ¿okey?

Asentí. Besó la punta de mi nariz y se incorporó, salió dejando la puerta abierta por si acaso. Me levanté de la cama, organizé las sábanas un poco para después dirigirme a la ducha. Me desprendí de mi ropa quedando desnuda, encendí la regadera y el agua cayó en mi cuerpo, empecé a bañarme de costumbre.

Pasaron unos diez minutos y salí finalmente. De ropa me coloqué unos shorts junto con una blusa rápida, quedé descalza. Me fuí del cuarto para ir a desayunar, me senté en el comedor, al frente de Peter, comenzando a comer. Algo llegó a mi mente enseguida. Peter y yo cumplimos nueve meses de novios en una semana exactamente, tengo que buscar un buen regalo para él. También me pregunto qué me dará. Aunque siempre me gustaron sus regalos, son bonitos, y cualquier cosa que me dé yo soy felíz.

- Brais.- llamé a mi gato que estaba bebiendo agua en su plato, vino hacia acá rápido al ver que le tiré un poco de atún en el suelo. Son sus favoritos. - buen gatito.

- Todavía no puedo creer que te haga caso de esa manera - murmuró mi novio mirándolo en el suelo - es decir, lo tratas como un perro, hasta parece uno.

- Oye, Brais es lo más preciado que tengo, no le vuelvas a decir que parece un perro. - le regañé cruzándome de brazos - no te puedes quejar porque siempre quiere contigo más que conmigo

- Eso es mentira. - rodó los ojos, alzé una ceja - Brais. - lo llamó, el gato enseguida fue del otro lado y saltó a sus piernas acostándose ahí - quizás sí... Pero se está restregando contra mí y ronronea, ¡no le eches pelo a mi comida, Brais!

Reí. - solo está diciendo que te quiere, le enseñé. Sabes que a los gatos también se les puede enseñar, ¿verdad? - sonreí.

Él rió levemente. Pocos minutos después terminamos nuestro desayuno, lavamos los platos juntos como siempre, después fuímos al laboratorio (que encontramos escondido ya que resulta que cada base que mi padre construyó tiene uno, en todos yo estoy a cargo) a tratar de averiguar algo sobre dónde podemos encontrar a Morgan. Tomé la tableta que me encontré por ahí en el apartamento (ya que prácticamente está equipado con todo). Ambos nos paramos al frente de una mesa, Peter hizo un holograma de la ciudad para tener mejores vistas.

- Okey... Sabemos que es obvio que Kraven tiene un escondite, pero la pregunta es dónde. - habló mi novio viendo el mapa - ¿qué tal en el times square?

- Es un lugar muy transitado de personas, cualquiera que pase por los callejones o calles se daría cuenta, hasta la misma policía - contesté. Hizo una mueca. - tiene que ser discreto...

- ¿Una bóveda? - pensó. Hice un sonido en señal de aprobación - tiene sentido.

- Karen, muéstrame todas las bóvedas abandonadas que hayan tanto dentro como a unos cincuenta metros fuera de la ciudad. - le ordené a mi asistente, ella enseguida lo hizo, marcando con puntos rojos - ahora enséñame en las que ha habido movimiento en los últimos quince días

Muchos puntos rojos se quitaron, quedando unos tres en toda Nueva York. Mordí mi labio inferior. - ¿Cómo sabremos cuál es? - preguntó mi novio

- Tengo una idea... - encendí la tablet y comencé a andarla, puse varios códigos - Karen, rastrea el número de Sergei Kravinoff alias Kraven y también alguna cita que tenga hoy.

El número de Kraven apareció, después la palabra "completado" apareció. Al lado del mapa apareció otro holograma, donde de veía una foto de Kraven con información suya adicional.

- Tiene una subasta en el Centro De Eventos Manchester en la calle noventa a las siete de la noche... - leyó Peter - al parecer es ilegal.

- Y si lo seguimos, podremos encontrar a Morgan mucho más rápido y donde se oculta- murmuré - es elegante así que...

- Espera, espera, ¿me estás diciendo que tenemos que ir a una "fiesta" donde hay narcotraficantes, ladrones y millonarios ricos? - preguntó alzando una ceja. Asentí. - no, ni siquiera lo pienses, no vamos a poner nuestra vida en riesgo ahí

- Peter, sé que no te gusta nada de esto, pero hagámoslo, podemos hacerlo. Nos hemos enfrentado a muchas cosas peores que estas - murmuré - por favor.

Miró hacia otro lado evitando mi mirada, cerró sus ojos fuertemente y suspiró para después mirarme otra vez. Hice un puchero triste.

- Está bien- aceptó a la fuerza, sonreí. - pero ni siquiera pienses que hablaremos con esas personas, estamos encubiertos, recuérdalo.

Asentí. Le dí un beso en la mejilla, dejé la tableta en la mesa dejando el holograma, después caminé afuera para ir a buscar la ropa para la noche.

[...]

Peiné mi cabello con mis manos una vez que me miré al espejo, eran las seis y treinta, en unos minutos nos íbamos para la subasta a buscar a Kraven. Estaba bastante sencilla a pesar de ir a una fiesta de nivel, tampoco quería estar tan incómoda debido a que quizás tengamos que pelear o algo así. Me puse unos pequeños tacones blancos que sé manejar a la perfección para la ocasión. La puerta se abrió y Peter entró, él por su parte tenía un traje negro pero con tenis.

- Ven aquí, tienes eso mal acomodado - le hablé, él se acercó y comencé a arreglar los botones de su camisa - tenemos que estar bien presentados si quieres que se traguen el cuento de que somos invitados a la subasta

- Sinceramente creo que estoy muy elegante - pasé mis manos por sus hombros alisando su traje, terminé y separé mis manos de su cuerpo - pero tú estás perfecta - sonrió ladeando su cabeza un poco

- Awww, gracias. No es mi mejor creación, pero al menos voy bien - me encogí de hombros, tomé el bolso que estaba en el mesón y lo coloqué en mi hombro - hay que irnos, Spidey.

- Tenías tiempo sin decirme así - dijo con una sonrisa mientras yo caminaba a la salida, me siguió.

Salimos de la habitación, pasamos por la sala, Peter acomodó sus lanzadores y yo activé el reloj en mi muñeca por si acaso tenía que llamar a mi traje en algún momento. Nos fuímos con cuidado del escondite, llegando al callejón

- No podemos ir a pie, esta es la hora más transitada de la ciudad. - murmuré volteando a verlo - ¿tienes alguna idea que pueda servirnos?

- Mmm... - pensó mirando hacia todas partes, paró su vista al lado - supongo que tendremos que aprender a conducir

Miré el Mustang negro que estaba al lado de nosotros, miré a Peter y rodé los ojos. Caminamos, Peter rompió la ventana con una piedra y nos montamos, yo quedé del lado del piloto y él del co-piloto.

- Mira, ya hice mi examen de conducir, fue algo malo pero siempre se aprende en la primera vez - me contó - solo no te pases de velocidad y estarás bien

Tragué en seco un poco angustiada, le sonreí nerviosa - ¿Porqué mejor no cambiamos? creo que causaré un accidente...

-No, tienes que aprender. - se negó, se puso el cinturón

Se inclinó un poco hacia delante en mi asiento, abrió la tapa que había debajo del volante viendo un montón de cables. Rompió uno por la mitad, después lo unió con otro y el coche se encendió.

Puse mis manos en el volante, hice el cambio y aceleré, el coche se frenó enseguida. Seguí intentándolo hasta que me pasé y el auto comenzó a ir demasiado rápido por las calles, obviamente con algunas complicaciones como atropellar personas o aplastar pequeños negocios callejeros al suelo. No me importaba pasarme los semáforos ya que ya tenemos muchos "delitos", pasar un semáforo no hará daño, excepto que la policía empiece a perseguirnos.

Detuve el auto de un golpe en el parqueadero del centro de eventos muy alejado de donde habían muchos coches elegantes. Miré a Peter con una sonrisa.

- Definitivamente no voy a dejar que conduzcas más. - murmuró asustado, con su cabello desordenado. Apagó el coche y se quitó el cinturón - ¿ahora qué?

- Hay que entrar, iremos por el techo - contesté mirando hacia al frente en lo lejos, done estaba el edificio de tres plantas con personas saliendo y entrando - sígueme.

Me bajé del coche, él lo hizo igual, caminamos rápidamente al edifico y fuimos por la parte trasera. Subimos las escaleras de mano, miré abajo al ver que Peter estaba aún en el suelo y no subía.

- ¿Que hacer que no subes? ¿acaso te dan miedo las alturas y tantas veces que vas por tus telarañas? - pregunté con una ceja alzada

- Quizás solo estoy admirando la vista. - respondió señalando con sus ojos mi parte trasera. Es tan idiota aveces - es muy lindo, sabes de lo que hablo.

Rodé los ojos, seguí subiendo y él empezó a hacerlo también. Llegamos hasta el techo y lo ayudé a subir, caminamos a la mitad encontrando una ventana, Peter la rompió con una piedra. Quité un poco los vidrios con mi pie para evitar cortadas y simplemente me agarré por las orillas bajando, mis pies tocaron algo y me solté. Habíamos llegado a la cabina de un baño. Me bajé de la tapa del inodoro quedando en el suelo.

- Qué extraño... -susurré mirando a mi alrededor- se suponía que llegaríamos a la cocina, pero es mejor que otra cosa.

Peter bajó del inodoro, la cabina del baño al ser tan pequeño quedamos pecho contra pecho. Abrí la puerta un poco y me asomé para ver si había alguien, él apoyó su mentón en mi cabeza viendo también.

- ¿No crees que es un baño muy informal para un evento muy elegante? - preguntó, suspiré. Este era el momento de sus preguntas raras

Iba a salir cuando cerré la puerta de golpe al escuchar que alguien entró, tapé la boca de Peter para no hacer un mínimo sonido. Nos asomamos otra vez por la pequeña línea de la puerta y la pared, viendo a una pareja besándose muy apasionadamente contra el lavamanos.

- Esto debe ser una broma... - susurró Peter cerrando sus ojos fuertemente para no ver la escena - ¿enserio van a hacer el amor? no quiero escuchar otro gemidos que no sean tuyos, bonita.

- A nosotros no nos importa eso, Peter. Debemos salir de aquí ya. - le respondí en el mismo tono, lo miré - venga, solo no los mires, y si lo haces, solo concéntrate en otra cosa.

Asentí. Lo tomé del brazo, empujé la puerta lentamente, caminé en silencio con mi novio detrás mío pasando por el camino de la pareja (que estaban tan ocupados comiéndose la boca que no dieron cuenta de nuestra presencia). Salimos del baño, pasamos por un pasillo y llegamos a una gigantesca sala llena de mesas y sillas donde habían personas, junto con meseros que pasaban con bandejas. El arácnido y yo nos sentamos una mesa alejada de las demás viendo a lo lejos el escenario donde estaba un hombre hablando sobre la subasta.

- ¿Cómo no saben quién eres o no te reconocen? es decir... Eres una Stark, todo el mundo lo sabe. - me preguntó confundido mi novio a mi lado

- Estas personas son multimillonarias. La familia Stark no les interesa, consideran que somos muy "egocéntricos" como para tener tanto dinero, seguramente ni ven lo que hacemos. - contesté - solo son unos imbéciles orgullosos

Asintió entendiendo. El hombre que estaba en el escenario se fue, y entró Kraven en una esquina con una sonrisa cínica y un micrófono en su mano.

- ¡Hola aficionados! es un gusto estar con ustedes hoy, para los que no me conocen mi nombre es Sergei Kravinoff - empezó a hablar, mirando al público - todos están aquí para comprar cosas valiosas, entonces hoy les traigo un muy buen comercio. Sé que todos odiamos a los Stark, son unas personas egoístas y llenas de odio. Pero más odiamos a Spiderman, y ya que nos enteramos que detrás de la máscara se encuentra un adolescente llamado Peter Parker, robé algo que es muy valioso para los dos.

Detrás de él, en una silla, apareció Morgan llorando. Estaba asustada.

- Díganme, ¿cuánto pagarían por la pequeña hija de Tony Stark para ganar un poco de dinero en sus empresas, um? - preguntó - el o la que la compre le prometo que para la próxima estará aquí Alaia Stark, se los aseguro.

Todos en la sala comenzaron a dar precios desde cien mil dólares en adelante, alzando sus manos y gritando. No puedo creer que quieran comprar a una niña de seis años solo para beneficio. Me levanté de la mesa empezando a caminar rápido.

- ¡Alaia, hey! ¿a dónde vas? - me susurró Peter, me comenzó a seguir

Me subí por las escaleras de madera, me paré a pocos metros Kraven llamando la atención de todos. Él también me miró. - ¡Alaia! - gritó Morgan al verme

- Suelta a Morgan, no dejaré que la vendas de esa manera, esto es ilegal, debería llevarte la policía- le hablé molesta - ¡la secuestraste y te voy a matar!

- Descuida, Alaia. Yo simplemente estoy haciendo mi trabajo de siempre. - me respondió, sonrió cínico - pero si quieres pelear, no veo problema con eso.

Se quitó su capa que tenía viéndolo en su mismo traje de piel de leopardo y puma con melena de león. Sacó sus cuchillos y nos tiró algunos con mucha presión, traté de esquivarlos. Todos en el edifico comenzaron a correr asustados por el montón de cuchillos volando por todas partes. Presioné el botón de mi reloj llamando a mi traje, Peter empezó a distraer a Kraven con sus telarañas atacándolo. Pasé entre la pelea y me acerqué a Morgan tratando de ayudarla.

- Oye, vas a estar bien, Morgan. Ya estoy aquí. - la intenté tranquilizar

Le quité las vendas y la tomé en brazos, aproveché para correr detrás del escenario, Kraven tiró lejos a Peter y se vino hacia nosotras. Comencé a correr por el lugar tratando de que no nos alcance, pasé debajo de una decoración y ví un hueco en la esquina, bajé a Morgan de mis brazos.

- Escóndete ahí, no se te ocurra salir, ¿sí? - hablé rápido indicándole donde era

- ¿Y si no vuelves? ¿y si ese hombre los mata a tí y a Peter? - preguntó asustada, acaricié su cabello- no quiero que mueras

- Eso no va a pasar, Mor. Te prometo que volveré - murmuré, miré detrás mío viendo la sombra de Kraven acercándose. Volví mi vista a ella. - mira, si no vuelvo pero Peter sí, quiero que recuerden que los quiero mucho, ¿de acuerdo? son lo más importante que tengo y nunca dejaría que nadie les hiciera daño. Los amo tres millones.

Asintió. Besé su frente, la dejé escondido y me fuí corriendo. Kraven venía detrás. Subí a una soga llegando hasta una plataforma, extendí mi brazo y mi traje se puso en todo mi cuerpo. Kraven llegó a mi lado.

- Ay, pequeña niña, luchas tanto por proteger a las personas que no puedes protegerte a tí misma - me habló. Empezó a acercarse pero empecé a retroceder - ¿porqué mejor no te mato y dejo tu cuerpo desmembrado en frente de tu familia ?

Me tiró una flecha pero se la esquivé, vino hacia mí y comenzamos a pelear cuerpo a cuerpo. Me dió un golpe en la pierna pero se lo devolví en el estómago, le tiré una bolsa en la cara y me tiré a la siguiente plataforma. Kraven hizo lo mismo pero por su peso caímos al suelo, nuevamente en el escenario. Tomó sus cuchillos y empezó a golpearme, lo empujé al suelo.

- ¡Alaia! - gritó mi hermana, Peter la tenía en brazos en la salida - ¡Alaia, corre!

Pronto ví todo negro, y no pude hacer nada, no sabía qué había pasado.

































































































Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top