𝟯𝟮

"AFÉRRATE A AQUELLO QUE TE HACE DIFERENTE"

NARRA ALAIA

— ¡Mami, papi! — gritan los niños corriendo hacia nosotros.

El viaje a Paris fue muy divertido pero el tiempo pasó muy rápido y duró poco de lo que esperé. En la otra semana iré al doctor para mirar mi estado, si estoy embarazada o no, yo supongo que lo más probable es que sí. Peter y yo estuvimos charlando y nos comprometimos a prestarle atención a los mellizos aún así haya un bebé de por medio ya que sería muy feo que los dejáramos sin atención después de, literalmente, ser el centro de nuestro mundo.

— ¡Hey! ¿cómo están mis princesa y mi príncipe? — saluda Peter a los niños dándoles un abrazo y un beso.

— ¿Se divirtieron con la tía Betty?

— Sí, mami. La tía Betty nos daba mucha comida, en especial dulces, y nos dejó ver películas a las 3 de la mañana. — responde Charlotte. Le doy una mirada a la rubia de desaprobación y ella silba haciéndose la distraída.

— Bien, espero estén entusiasmados porque ¡les trajimos regalos! — los tres celebran entre ellos muy contentos. — pero primero, vamos a comer sushi, ¿quién tiene hambre?

— ¡Yo, yo!

— ¡Yo!

— ¡Bien, a la carga! — Peter carga a los niños y se van corriendo jugando. Ruedo mis ojos con una sonrisa, enserio lo adoro, es el mejor padre.

Los guardaespaldas me ayudan con las maletas subiéndolas al coche y les pedí que las llevaran a la casa mientras nosotros cenamos y así poder estar más ligeros. Nos subimos a la camioneta de mi esposo todos juntos y emprendemos viaje hasta el mejor restaurante asiático de la ciudad.

— Mami, en la escuela van a hacer un evento de la profesiones de nuestros papás ¿puedes ir por mí, por favor? — me pregunta Charlie tomando una pieza de sushi con su mano

— Por supuesto, cariño. Tu padre tiene que ir al de Charlotte ¿puedes, Pet? — volteo a mirar al chico quien hace una seña de aprobación tomando Coca-Cola.

— Hablando de eventos; Alaia, tienes una firma el sábado en la tarde con Dior. Me llamaron ayer y dijeron que querían cerrar el contrato contigo, así que debes ir preparando todo para construir una máquina de no se que — me informa Betty.

— Okey, será fácil.

— Ah, y... Llamaron de la prisión antes de ayer.

Miro a la chica en silencio sin saber qué decir al igual que Peter. Le hago una seña a la rubia y ambas nos levantamos para alejarnos un poco de las mesas. Los niños no saben nada de su abuela, no quiero que eso les afecte y sé que sería muy duro para ellos así que simplemente les digo que su abuela está muy lejos.

— ¿Qué dijeron? — pregunto en voz baja.

— Bueno... Sé que esto debe ser un poco difícil, aunque considero que no tanto por todo lo que te hizo pasar Elena y eso... Me estoy arrepintiendo sobre si contarte o no esto.

— Ve al grano, Betty.

Suspira profundamente. — Elena... se suicidó.

Abro mis ojos un poco y juego con mis dedos nerviosa. ¿Mamá capaz de suicidarse? SI. Y mucho. Admito que en cierta parte me duele, después de todo, era mi madre. Pero a la mierda el dolor.

— Se ahorcó con las sábanas de su cama y la encontraron al día siguiente. Dijeron que si quieres puedes reclamar el cuerpo, de lo contrario, lo quemarán ya que no pueden hacerle una lápida sin que lo reclames.

— Que lo quemen, es lo que se merece— digo decidida, ella asiente.

Vuelvo a la mesa y mi amiga va al baño. Le sonrío a mis hijos amigable. Peter toma mi mano.— ¿Estás bien? te veo rara — dice.

— Sí, tranquilo, todo está excelente. — respondo para después darle un beso. Y así es, sin mamá en mi vida, ya nada podrá salir mal.

— De acuerdo. Estaba pensando que podríamos llevar a los niños a la playa algún día, todavía no la conocen y sería divertido que Lila también se divierta allá.

— Me gusta la idea, necesito relajarme en la playa, mi estrés está volviendo. — me distraigo tomando cosas de la mesa para echarle a mi platillo — Betty me dijo que tengo mucho trabajo qué hacer por las vacaciones que me tomé y me debo quedar en la oficina hasta tarde, realmente quiero...

— ¡Espera! — me detiene Peter tomando mi muñeca, dejo la salsa en la mesa haciéndole caso y sin echarle ni una gota a mi comida — la salsa es de mariscos, amor.

— Oh, cierto... Se me olvida mi alergia... Gracias, Pet, no sé qué haría sin tí — le doy un pequeño abrazo.

Me distraigo cuando en la ventana del restaurante que está detrás de mi esposo, hay un humo negro que de pronto se va al notarme. Frunzo mi ceño y sacudo mi cabeza, tal vez fueron cosas de mi mente. Me separo de Peter y en ese momento llega Betty feliz contándonos que se encontró con alguien famoso en la entrada de los baños.

Al cabo de media hora terminamos nuestra cena, haciéndose las ocho de la noche. En el camino a casa escuchamos la radio y dejamos a Betty en su apartamento. Le agradecí que a pesar de haber cuidado "mal" a mis hijos, su colaboración me ayudó mucho y le prometí un aumento en su sueldo este mes. Ella muy feliz me agradeció igual. Peter apaga el carro una vez que llegamos al estacionamiento y nos bajamos con los niños.

— Ahora que estemos en casa abriremos los regalos que sé que les van a encantar. — les hablo sonriéndoles, ellos aplauden felices.

Peter y yo nos detenemos en seco al ver varios hombres y mujeres al frente nuestra con uniformes negros y armas.

— Familia Parker, tiempo sin vernos. — saluda Nick Fury saliendo a la luz, trago en seco. Se nos olvidó avisarle que habíamos llegado. — ahorremos la charla, hay cosas más importantes por hacer. El destino del mundo está en peligro.

— ¿Disculpe, señor Fury? ¿acaba de decir "el destino del mundo"? — pregunta Peter.

— Sí. Y me temo que es algo que se nos salió de las manos, pero no sólo es eso... — se hace a un lado y dos hombres, uno un poco mayor que nosotros y el otro casi de nuestra edad, se colocan a su lado. — les presento a los señores Peter Parker, vienen de otras dimensiones.

— ¿Qué?






















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