𝟮𝟳
"NO PERMITAS QUE TE JODAN DE DÍA Y TE AMEN DE NOCHE. O VICEVERSA."
NARRA PETER
— ¡Te apuesto una botella a que gano más puntos que tú! — apuesta Harry.
— No creo que okey — acepto dando un trago a mi cerveza.
Sigue con su turno, mientras tanto Ned y yo lo observamos. Los chicos me invitaron al billar, nunca vine a un lugar de estos pero es satisfactorio para pasar el rato. Necesito desestresarme con algo luego del largo día de trabajo que tuve el día de hoy, estuve trabajando todo el día. Extrañamente hoy mi jefe se fue del edificio, varios dicen que renunció para irse a Hawái y otros que se cansó de regañar.
— Hey, Peter ¿cuándo se van tú y Alaia de vacaciones?
— Mmmm pasado mañana, creo.
— Paris les va a fascinar, es el mejor turismo para parejas. La mayoría de chicas llegan embarazadas. — dice lo último dándome un codazo con una sonrisa pícara
— Por Dios, Harry.
— Oye, ¿qué tiene? podemos hablar de eso ¿no? ¡somos hombres! además, estoy seguro que las chicas también hablan de eso, he escuchado a Lina hablar con tu esposa por teléfono.
— ¿Alaia no te dirá nada si estás aquí? — pregunta Ned alzando una ceja.
— No, claro que no... aunque... le dije que iría a casa antes de que ustedes me invitaran aquí así que probablemente le mentí... ¿debería llamarla?
— Tranquilo, la vida es para correr riesgos, además, te dijo que estaría trabajando hasta tarde y apenas son las 8. Puedes irte después. Una vez que no le avises no pasará nada.
— ¿No crees que le causas problemas si no le dices? — pregunta el gordito.
— ¿"Problemas"? ¡claro que no! yo sé que ella entiende que debo despejarme y todo eso, al contrario, le gusta que salga. Créeme, no tenemos ningún problema. — respondo
Los chicos abren sus ojos mirándome, yo frunzo mi ceño. Me giro y me sobresalto al encontrar a Alaia claramente molesta.
— ¿Ibas a casa, Peter? — pregunta enojada.
Trago en seco. Me toma de la oreja caminando, me voy quejando un poco. — ¡Yo te cubro si no llegas a trabajar, amigo! ¡iré a tu funeral!
Los dos salimos del lugar y me suelta de la oreja, iba a hablarle pero puso una mano indicando que me calle. Nos subimos a su auto y ella conduce, en el camino no dice absolutamente nada y yo tampoco porque no quiero que se enoje más conmigo. No entiendo por qué está así, se supone que le gusta que salga. Al llegar a nuestro edificio, estaciona el coche y nos bajamos. En el ascensor va hablando por teléfono, no sé muy bien con quién, pero tengo miedo de preguntarle. Abre la puerta de nuestro hogar.
— ¡Mami! — gritan los niños al verla.
Carajo, ¡no me acordaba de los niños! ¡la señora Mary se fue temprano, los dejé solos! ahora sí estoy muerto.
— ¿Pueden saludar a papá después? él y yo debemos tener una charla de adultos— les dice sonriéndoles, eso me tranquiliza un poco al saber que no está taaan enojada.
— Bueno mami. — los niños se van a su habitación.
Alaia me coge del brazo llevándome al pasillo, ambos entramos al cuarto, cierra la puerta y me mira completamente seria. Toda la tranquilidad que tenía se fue.
— ¿Cómo se te ocurre decirme que vas a venir a casa cuando en realidad vas a salir con tus amigos? ¿se te olvida que tenemos hijos? — pregunta alzando la voz.
— Lo siento, no lo recordaba... sabes que todavía es difícil acordarme...
— ¡Peter, llevamos 4 años cuidándolos! se supone que ya deberías estar acostumbrado.
— Perdón. — suspira y pasa las manos por su cabello — enserio no quería dejarlos solos pero es que cuando te dije que vendría a casa, los chicos dijeron que no y pues los acompañé.
— Me hubieses avisado al menos para venirme temprano de la oficina, sabes lo mucho que cuidamos a esos niños, no me gusta que te olvides de eso — responde, bajo mi mirada con culpa
— Estoy siendo irresponsable ¿cierto?
— Lamentablemente sí, mucho... Llamé a la señora Mary antes de que se fuera, le dije que irías para acá, por eso se fue y los dejó. No me gusta que me mientas porque pasan cosas peores.
— ¿Me perdonas? te juro que no volverá a pasar— me acerco a ella tomando sus manos y les doy un beso, asiente.
Le doy un abrazo para después separarme y besarle amorosamente. Acaricio su espalda.
— ¿Tienes hambre? puedo comprarte algo en compensa del error de hoy.
— De acuerdo... — sonríe
[...]
Son las tres de la mañana y no puedo dormir, no sé la razón. Alaia por su lado está dormida arropada con las sábanas debido al frío. Tomo mi teléfono para distraerme y entro a redes sociales a ver que pasa al rededor del mundo. Noticias de incendios, animales, famosos... lo mismo de siempre. Dejo de desplazar la pantalla al ver que mi esposa subió una publicación de una sesión de fotos donde se ve sumamente hermosa. Siento un cosquilleo. Esto es bueno ¿cierto? significa que todavía causa un efecto secundario en mí, por lo que claramente, me hace desearle.
— Peter... apaga eso... — murmura abriendo un ojos un poco.
— Uh, perdón.
— ¿Qué haces? ya es muy tarde y mañana debes trabajar — pregunta mirándome.
— Estaba distraído, no es nada.
— ¿Distraído viendo mis fotos en bikini? no soy tonta, sólo usas el teléfono para llamar o ver Instagram. — sonrío un poco apenado. Ella me mira ya despierta — ¿por qué mejor no me llamas?
— ¿Para qué? — pregunto con dificultad al notar que su mano acaricia mi abdomen lentamente.
— Tal vez me den ganas de tener una aventura en la madrugada, quién sabe...
— ¿Hablas enserio? — pregunto sin creerlo.
Asiente mordiendo su labio. Se sienta en la cama comenzando a quitar su pijama, yo la miro en el proceso. Su ropa interior desaparece ¿debería hacer lo mismo? me quito mi sudadera tirándola al suelo y ambos nos quemados desnudos. Se acerca a mí volviendo a acostarnos, pero esta vez se incorpora un poco mirándome.
— ¿Prefieres verme desnuda o con bikini? — pregunta acercándose peligrosamente a mi rostro.— sabes que puedes hacerme el amor cuando quieras.
— Creo que ya sabes la respuesta — susurro bajando mi mano a su zona, sonríe acariciando sus pechos.
Se aproxima a mi oreja y muerde el lóbulo. — oh, Pet... — gime para provocarme, solo eso me encendió.
Me subo encima suya besándola apasionadamente. Aprieto su trasero dándole una nalgada. Tomo la sábana y nos arropo a ambos de pies a cabeza por precaución.
Esta es de esas veces por las cuales agradezco ser fácil de excitar.
[...]
— ¿Te veo en la hora de almuerzo? — me pregunta Alaia cerca mía.
— ¿Comemos sushi?
— Si quieres. — sonríe, me da un beso corto en los labios y suelta mi mano entrando a su edificio. Se despide con la mano guiñandome un ojo.
Suspiro mirando al cielo completamente atontado. Dios, anoche fue lo mejor, duramos hasta las 6 más o menos, que fue la hora de que los niños se levantaran para ir a clases. Obviamente todavía no hacemos lo que queremos hacer, decidimos esperar al viaje, así tener más privacidad y libertad.
Conduzco a mi destino escuchando la radio, el clima hoy será soleado, perfecto para salir con nuestros hijos a divertirnos en familia. Llego a Stark Industries dejando mi camioneta aparcada en mi lugar de estacionamiento. En el camino a mi oficina todos me saludan amables, algo que nunca había pasado, tal vez el mundo me está tratando bien hoy. Subo el ascensor.
— Buenos días señor Parker, ¿le gustaría desayunar algo? — me pregunta la secretaria del piso al que llego
— Eh... no, gracias, vengo de comer.
Ella asiente y regresa a lo suyo sin intenciones de más nada. Qué raro. Abro la puerta de mi lugar de trabajo con Ned, hallando a Harry con él.
— ¡Hey! pensé que no aparecerías, ya vine por si acaso Alaia te mataba, pero al parecer tuvieron una noche loca — dice desviando su mirada a mi cuello, intento cubrirlo con el saco.
— Peter, ¡amigo! ¿no te has enterado?
— ¿Enterarme de qué? — pregunto confundido.
Harry suelta una risa. — ¡eres el nuevo jefe del área química! por eso ayer el señor Cavani se fue! lo echaron. Tú tomaste su puesto.
— ¿Qué? debe ser una equivocación, esperen— frunzo mi ceño.
Entro a mi oficina personal dejando la chaqueta en el escritorio y me siento en la silla llamando a Alaia. A los tres tonos, contesta.
— Supongo que me llamas porque ya te enteraste de lo que quería que te enteraras — habla.
— ¿Por qué me ascendiste? dijimos que nuestra relación no iba a interferir con los puestos de trabajo que tendríamos.
— Lo siento cariño, pero haces tan bien tu trabajo que mereces un puesto mucho mejor, así que, decidí que serías el nuevo jefe. Estás preparado para eso.
— bueno... gracias, en cierta parte estoy feliz de que lo hayas hecho.
— De nada, y después de lo que hiciste ayer, te lo mereces más... debo irme, te veo después, Pet. — me tira un beso por el altavoz y cuelga.
Suspiro tirándome en el espaldar, observando la ciudad un rato. Sé que ella está muy orgullosa de mí y por eso lo hace, y entiendo que lo esté.
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