𝟮𝟱

"YO SOY EL GATO Y TÚ LA CURIOSIDAD QUE RUEGO QUE ME MATE A BESOS"

NARRA ALAIA

— Ten buena noche, Mary. Gracias. — sonrío cerrando la puerta detrás suya.

El turno de la señora Mary ya acabó por el día de hoy, estoy esperando que Peter venga para servir la cena y comer todos. Charlie y Charlotte están en su habitación jugando un rato mientras tanto. Continúo mi trabajo en mi computadora acomodando la camiseta ancha que tengo puesta que claramente es de Peter. Escucho a mis hijos gritando felizmente y sé que juegan con sus videojuegos que les compró su padre hace poco que aman por completo. La puerta principal se abre.

— Regresaste más temprano de lo que pensé, mucho mejor — digo mirando el reloj, que marca las 6 en punto. Le saludo con un beso.

— ¿Cómo están?

— Bien, muy bien. Hoy estuvieron todo el día en el cuarto con sus nuevos juguetes.

— Qué bien que les hayan gustado, pensé que los dejarían tirados como las muñecas que le compramos a Charlotte cuando tenía 2 años. — río levemente viéndolo quitarse la chaqueta

— Peter... ¿podemos hablar?

— Sí, claro, hermosa. Soy todo oídos.

Tomo su mano llevándolo al cuarto, donde cierro la puerta y lo siento en la cama. Suspiro. Voy a ser muy directa, andar sin rodeos para no confundirlo y así terminar más rápido antes de que nuestros hijos se den cuenta de que no estamos cerca.

— Quiero que hagamos el amor sin condón, otra vez— pido, él alza una ceja — es que bueno... la última vez hace 4 años se sintió muy bien cuando estábamos ebrios así que... te extraño mucho... 

— Amor, pero... puedes quedar embarazada otra vez

— Por eso, Pet, piensa, significa que quiero otro bebé. Estos 4 años hemos estado muy distanciados por el trabajo y los mellizos, pensé que tal vez un bebé podría unirnos más ¿no crees?

Piensa— mmmm, tienes razón... pero tendrás que poner droga otra vez en la cerveza como el otro día para que pueda hacerlo como ese día.

— ya tengo todo planeado.

Lo empujo por los hombros dejándolo acostado en la cama, me subo a su regazo.

— Espera, espera, ¿quieres hacerlo ahora? no estoy tan desesperado por tener sexo, además, los niños están del otro lado — pregunta confuso

— ¡Pero yo sí, Peter! no lo hacemos en un mes y no aguanto más para que me des una noche. Los niños no sentirán nada porque tienen audífonos.

Comienzo a desenredar su corbata y quitar los botones de su camisa blanca.

— Bien, pero... espero que no sean otros mellizos, que Dios me escuche.

Río. Lo beso. Empiezo a moverme en su regazo y gimo. Él toma mis caderas fuertemente ayudándome a que vaya más rápido, ambos disfrutamos de la fricción de nuestras partes.

— Nena, no te muevas así, carajo... mi pantalón se siente apretado por tí — jadea apretando mi trasero, salto un poco sintiendo su miembro duro.

Muerdo mi labio desesperada. Me incorporo y quito mi camisa.

— No tienes nada debajo, eso es buena señal — dice admirando mi cuerpo sin ropa interior, sigo moviéndome en su regazo, cierra sus ojos disfrutando — Dios, me encantan tus movimientos...

— Y a mí me encantas tú — murmuro besándolo. Me da una nalgada y gimo estruendosamente.

— ¿Mami? — oímos la voz de Charlotte cerca de la puerta, me arropo inmediatamente con la sábana y me quito de encima de Peter poniendome a su lado — tenemos mucha hambre ¿ya está la comida?

— Sí, sí, ya se las sirvo— respondo nerviosa, ella asiente y se va.

— Sabía que nos iban a interrumpir— dice mi esposo.— pero no importa, mejor lo hacemos en un lugar más privado para así disfrutar más.

Ruedo mis ojos un tanto molesta. Me levanto colocándome otra vez el camisón y me voy a la cocina para servir la cena. Al rato escucho la regadera del baño interior. Realmente tengo muchas ganas de tener sexo, no puedo esperar tanto, debo aprovechar estos días que tenemos un poco más de tiempo libre. Me llamarán loca o qué sé yo pero es que estoy loca por ese hombre que me satisface en la cama, creo que lo estoy demasiado 

— ¡vengan a comer! — grito saliendo de mis pensamientos perversos.

Los niños se sientan en la mesa y dejo el plato de pasta a su frente, me siento igual. Peter llega con el cabello mojado, sin camisa, se coloca al lado de Charlie al frente. Intento no mirarlo porque literalmente me podría tirar encima suya ¡es inevitable! le observo embobada mientras come. Claramente se le nota que ha estado yendo al gimnasio, sus pectorales notorios, lo fuerte que está últimamente, sus brazos con las venas... cuánto daría para que me jale del pelo y me haga suya como lo ha hecho tantas veces... de sólo imaginarlo estoy que me desmayo.

— ¿Amor? — pregunta sacándome de mi fantasía. — ¿estás bien? estábamos hablando de lo que nos dijo la profesora hoy sobre los niños.

— ah, sí, sí... claro... — contesto — eh... su profesora nos dijo que son muy inteligentes los dos en matemáticas y biología, van muy bien todo.

— Me había asustado, pensé que nos iba a regañar por el robot que hicimos en robótica que terminó incendiando la escuela hace días.

— Esperen ¿ustedes fueron los culpables? — pregunto en shock.

— Eso está mal, no pueden hacer eso jamás sin observación de un adulto que sepa de eso, porque pueden lastimar a la gente ¿entendido? —les regaña.

— Sí, papi...

Terminamos de comer conversando un poco más. Al finalizar todos lavo los platos y regreso al cuarto rápidamente para seguir con mi trabajo. Me siento en mi escritorio con mi computadora. Me quejo en mi mente cuando Peter entra.

— Cariño ¿estás bien? estás muy distraída— pregunta.

— Sí, sólo un poco desconcertada por lo de hace rato— murmuro

Se acerca a mí y se agacha a mi lado, lo miro. Agarra mis manos y deja un beso en ellas.

— Te juro que cuando estemos solos te daré la mejor noche de tu vida porque te la mereces ¿sí? esperemos el momento indicado. — promete, asiento y suspiro para calmarme.

[...]

— Oye, hemos estado tan ocupados con los niños que no he preguntando cómo va tu relación con Peter. — pregunta Betty sentándose en el sofá de mi oficina

— Supongo que bien.... Anoche le pedí que tuviéramos otro bebé y aceptó, pero me le tiré como una tigresa en celo y...

— Déjame adivinar, uno de los niños los interrumpió. — asiento sentándome en mi silla — Alaia, ustedes ya no pueden tener tanta privacidad como la tenían antes. Ahora son padres de unos pequeños inquietos. Necesitan ayuda y yo puedo ayudarlos con eso.

— ¿Cómo?

— puedes dejarme a los niños durante unos días porque sé que la señora Mary no puede quedarse a dormir y ustedes irse a disfrutar del mundo del amor en otro lugar.

— No lo sé... sería la primera vez que los  dejamos a cargo de alguien estando nosotros lejos, es difícil cuidarlos por todos los aspectos.

— Si no lo intentan, nunca sabrán cómo les va a ir. Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea y estoy segura que Peter podrá aceptar, sabes que ama estar contigo.

Hago una mueca pensativa. Creo que Betty tiene razón, Peter y yo no salimos juntos a un destino diferente desde nuestra luna de miel, y confío en ella, podrá con los niños. Le comentaré a mi esposo.








































Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top