𝟬𝟭

"PEQUEÑOS DETALLES HACEN GRANDES DIFERENCIAS"


Un año después

NARRA ALAIA

—¡Morgan H. Stark, regresa para acá en este instante! — le grito a mi hermana viendo cómo sube las escaleras completamente molesta conmigo.

— ¿Por qué amenazaste a Will? ¡él es bueno conmigo y me trata perfectamente! ¿ya ves por qué no quería contarte que me gusta?

— Lo ví vendiendo unos dulces extraños en la esquina de tu escuela, soy tu hermana mayor y tengo el derecho de prohibirte cosas. No vas a estar con él aunque esté muerta.

Mi hermanita bufa y se va de una vez por todas a su habitación cerrando la puerta de un golpe. Ruedo mis ojos enojadísima yendo a ayudar a mi madrastra. Morgan ya entró a la pubertad, una edad la cual yo también pasé, así que tenemos leves problemas con el tema de novios y todo eso. Le gusta un chico en su colegio, cuando fuí a recogerla lo encontré haciendo cosas indebidas por lo que me molesté mucho ya que quiero lo mejor para ella. Yo había pasado por esas cosas hace muchos años y no quiero que le pase lo mismo.
Hoy tenemos un almuerzo con todos los de la familia, vendrán a mi antigua casa ya que hace mucho rato que no visitamos aquí. Tocan la puerta por lo que voy a abrir pero antes de hacerlo arreglo mi falda y mi cabello frente al espejo.

— Hola — saludo sonriente a Peter al verlo ahí parado esperando

— Hola hermosa. — me regresa el saludo para después darme un beso y abrazarme entre sus brazos fuertes— perdón por llegar tarde, mi jefe me dejó tres papeleos más aunque le haya dicho que tenía que irme. ¿Y los demás?

— Happy y May deben venir en camino, ya casi tenemos todo listo para cuando lleguen. Hicimos una comida deliciosa.

— Admito que me siento un poco celoso de que vaya a tener un "hermano"

Río. Los dos vamos a la cocina donde mi madrastra. Sí, la tía de mi esposo y el guardaespaldas van a tener un bebé, bueno, más bien lo adoptaron ya que la mujer no puede tener hijos por su edad. Aunque yo no lo llamaría bebé porque tiene cinco años. Acomodo los platos de comida en la mesa de madera al aire fresco procurando que todo esté correctamente. En ese instante escucho gritos en la sala por lo que sé que han llegado. Voy allá rápidamente y me choco un niño rubio de cabello más o menos largo. Me acerco a los recién padres y los abrazo.

— Los felicito tanto, sé cuánto estaban esperando este momento los dos, enserio. — les digo mirándolos con una inmensa sonrisa emocionada

— Gracias Alaia, de todas formas gracias a tí por ayudarnos a que pudiéramos adoptarlo — me agradece Happy

Peter mira con curiosidad al niño, yo también, se ve muy tímido. Mi esposo se agacha a su frente con una sonrisa amable.

— Hola, soy Peter, tu hermano mayor.

— Jodete, no quiero hermanos.

El niño le da una patada en la entrepierna haciendo que se caiga del dolor y se va corriendo al patio a jugar con los juegos. Me acerco al chico que no para de quejarse y lo ayudo a levantarse.

— ¿Ese niño tomaba esteroides en el orfanato o qué? tiene más fuerza que yo — habla entre quejidos.

— Perdónalo, es que... Nos dijeron que Will es hijo único por lo que nunca experimentó que es tener un hermano u hermana, le gusta molestar mucho y que peleaba con los otros niños para quitarles la merienda... Se veía muy solo, comprende, Peter.

Miro al chico con una mueca y todos nos vamos de una vez al patio para iniciar el almuerzo. Morgan vino y apartó la vista de la mía enojada sentándose al lado de Pepper para no mirarme, suspiro cansada. Una Stark tenía que ser. Orgullosa. Servimos las banderillas y todos comenzamos a comer en conversación. Will, por su parte, sigue jugando en el resbaladero sin prestarnos cero atención. Admito que esperaba un niño tranquilo y tímido como lo era Peter de pequeño porque así lo educó May, pero he de decir que ella aveces me sorprende.

— Cariño, Happy y yo ya tenemos un niño, estamos viejos. Ustedes son jóvenes, ¡van a llegar a los treinta y todavía ni un bebé! — me reclama la mujer en mis pensamientos mirándome un poco decepcionada.

— May, no la presiones.

— Lo siento, Peter, pero es verdad; tú tendrás que pisar el acelerador para que el carro llegue rápido o si no se quedará sin gasolina y alguien más vendrá a llenar el tanque.

— ¡May!

— Descuida, Pet, tiene razón, menos en lo último. — le tranquilizo poniendo una mano en su hombro, él rueda los ojos y sigue con su comida. Miro a la mujer. — en realidad los dos ya lo hablamos, estamos esperando el momento adecuado.

— Cariño, no quiero apurarlos ni nada pero ¿no creen que ya se han tomado demasiado tiempo? — me pregunta Pepper a mi lado mirándome — hace dos años dijiste que intentarían y nada, ¿no crees que...?

— ¿Podrían dejar de hablar de esas cosas mientras almorzamos, por favor? son charlas de chicas que se deben hacer en privado.

— Apoyo a Happy — murmura mi esposo.

Las dos madres ruedan los ojos al mismo tiempo y siguen comiendo. Tomo la mano de Peter por debajo de la mesa, me mira con una sonrisa sin dientes y me da un beso en la mejilla.

[...]

— ¡Gané, perras! ¡nadie es mejor que yo en este juego! — grita entusiasmado Harry al ver que pasa la raya que señala hasta dónde pudo darle Ned.

Son aproximadamente las ocho de la noche y estamos juntos con nuestros amigos tratando de relajar la noche del viernes un poco para disfrutar del fin de semana. Vinimos al parque de atracciones un rato, un paseo de mejores amigos. Betty a mi lado suspira al ver al idiota de Harry ganarse cinco dólares por parte del gordito. Es un juego de fuerza donde tienen un martillo y el que llegue a la punta de la bara gana.

— ¿Por qué no lo intentas? — incita el de ojos rasgados mirando a mi esposo.

— Cierto, deberías hacerlo, Pet, aunque no creo que lo logres — dice el rubio guardando en su bolsillo el dinero que acaba de ganar. Pienso un poco dudando, Harry es un presumido, merece una lección. Me acerco al oído de mi chico con una sonrisa

— Sabes que tienes más fuerza que ellos dos juntos, Spidey.

Me alejo y lo miro con una sonrisa, él me mira igual y sonríe para después separarse. Toma el martillo y de un golpe sin mucho esfuerzo golpea el juego haciendo que llegue hasta la punta. Harry abre la boca sorprendido. Yo aplaudo dando leves saltos orgullosa de mi hombre. Le dan el premio que es un peluche de un Koala casi de mi tamaño. Lo abrazo feliz para después aceptar el regalo.

— ¡Esa máquina está dañada! — se queja el rubio estupefacto mirando al encargado, quien se encoje de hombros y volver a su trabajo.

— Buena suerte para la próxima Harry.

Nos vamos riéndonos del chico que no acepta el hecho de que Peter le haya ganado. Bueno, Peter es Spiderman, la mordedura de una araña no te deja sin nada. Caminamos por la feria donde hay muchos adultos y niños corriendo de aquí para allá. Me pido un algodón de azúcar rosa que me lo como casi todo por el hambre que tengo. También un hot dog pero Betty me andaba acosando para que no comiera tanto (ya saben, por la dieta) así que tuve dárselo a Pet.

— ¿Y si entramos a la casa de terror? — pregunta la rubia sonriente señalando a la derecha donde se ve la atracción.

— Sí, me apunto.

— Yo también.

— Gracias por la oferta pero nosotros iremos a otra parte. — niega el chico pasando un brazo por mis hombros dándonos la vuelta para seguir caminando juntos

— ¡Usen condón!

Le muestro el dedo corazón a Harry al oírlo decir eso, se ríe a carcajadas. Seguimos caminando un poco por el lugar para encontrar alguna que otra atracción para distraernos que no sea para asustarnos. Entramos una cabina de fotos, y como es tan pequeña porque Peter y el Koala la ocupan toda, tuve que sentarme en las piernas del chico. Nos tomamos varias fotos con filtros que habían en la pequeña pantalla. Se procesan y las tomó mirándolas.

—Mira, esta quedó muy linda — digo señalando una donde aparecimos los dos dándonos un beso

— Yo me quedo con esta. — toma la otra que es donde él está besando mi mejilla mientras yo sonrío. La guarda en su billetera. Pasa sus brazos por mi cintura para quedarnos un rato aquí. — oye, hablando de lo que dijo May hoy...

— Sí, fue un poco incómodo.

— No lo diría así, más bien algo apurado, pero admito que sí quiero tener bebés ya porque casi llegaremos a los diez años de estar juntos ¿no crees que debamos celebrarlo?

— Pues sí pero... ¿Cómo?

— ¿Por qué no... cómo cuando te propuse matrimonio y al día siguiente me diste una sorpresa?

—Peter Parker, ¡eres un pervertido nefasto!

— Oye, fue tu idea ese día, no mía.

Ruedo mis ojos riéndome al ver que tiene razón. Le doy un beso en los labios y él me sigue gustoso. Me separo por el aire.

— ¿Eso es un sí de que tendremos bebés pronto? — pregunta a pocos centímetros de mi rostro. Asiento. — te amo muchísimo.

— Yo también.

Vuelve a besarme esta vez con más movimiento, muerde mi labio e incorpora su lengua a la batalla de bocas que tenemos. Me toma de la nuca para evitar que me separe de él y acaricio su pecho.

— Oigan, no coman en frente de los pobres.

Alejamos nuestros labios de golpe encontrando a nuestros amigos mirándonos con gracia. Mi novio entierra su rostro en mi hombro con sus mejillas sonrojadas y yo por mi parte río nerviosa limpiando mi boca que está un poco sucia de saliva. Creo que el tema del bebé es algo que se seguirá hablando durante estos días. 








































































Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top