Si Tsubasa, Urabe e Ishizaki quedaron anonadados por el pasado de Misaki y su familia, lo que vendría a continuación iría despedazando sus corazones lenta y agónicamente.

─Al final Misaki se quedó con su padre y nunca más se quejó de tener que mudarse cada poco tiempo, aprendió a aceptar que su padre lo hacía por su bien. A lo que Misaki iba creciendo y madurando, fue aceptando todo lo que la vida le daba, y aprendió también a agradecer por las cosas que tenía y que le hacían feliz: su balón de fútbol y sus libros, los cuales eran su compañía cuando su padre salía a trabajar, a Misaki le encantaba leer, y se notaba en las clases, porque era una enciclopedia viviente con todos sus conocimientos. Pero su padre se preocupaba de tener que dejarlo solo, por eso contrató a dos mujeres jóvenes que se hicieran cargo de él, Honoka y Mizuha, pero ellas eran chicas muy malas que lo trataban muy mal.

─Lo que me contó Misaki sobre lo de la zona deshabitada─ piensa Tsubasa.

─No hacían más que castigarlo por llorar tanto, él muchas veces se sentía triste de la separación de sus padres, del "reemplazo" que consiguió su madre para hacer su vida de nuevo, y otras cosas, y eso a ellas no les gustaba en lo absoluto. Lo encerraban en su habitación hasta que dejase de llorar, lo amenazaban con golpearlo, y no querían que le dijera a su padre sobre el maltrato que recibía, o sino perderían su dinero del sueldo que Ichiro les pagaba.

─¡Qué hijas de puta!─ exclama Ishizaki.

─¿Qué hizo Misaki con respecto a eso?─ pregunta Urabe.

─Las niñeras se mudaban con ellos a donde sea que hayan ido, en realidad ellas tenían el dinero suficiente para subsistir, y hasta les sobraba para comprarse cosas lujosas, solo querían ese trabajo porque eran fanáticas del arte del señor Misaki, según lo que me contó él la última vez que nos vimos.

─¡Qué... idiotas!

─En total fueron dos años de tortura, hasta que Misaki por fin se hartó de todo ese maltrato, y le dijo a su papá lo que estaba pasando. Le mostró moretones que tenía debajo de las mangas de los buzos, y con esa prueba fue más que suficiente para que Ichiro las corriera a patadas. Misaki me contó que su padre vivía diciendo que se lamentaba por no poder ser un mejor padre, que siempre parecía que solo le traía desgracias a su hijo, pero a pesar de todo lo que sufrió, Misaki jamás lo odió. Siempre se mostraba como una persona alegre, humilde y que siempre quería ayudar a los otros, pero cada año se notaba más que estaba escondiendo un dolor tan grande detrás de su delicado exterior.

─Misaki...

─¿Qué pasó después de que las niñeras se fueran?

─El próximo destino de Misaki y su padre fue Hokkaido, y ahí todo lo que les conté de nosotros. Duró unos dos meses, y su siguiente destino fue Saitama, donde conoció a otro de sus mejores amigos, Kojiro Hyuga.

─¡Kojiro!─ exclama Tsubasa en su mente─Siento que lo que se viene ahora es muy importante...

─Misaki destacó en la primaria Meiwa, todos los miembros del club de fútbol de esa escuela lo amaban, lo idolatraban, y él los ayudaba en todo lo que necesitaran, pero había una persona que no lo miraba con tan buenos ojos, y ese era el mismo Hyuga, lo que pasa es que Misaki tenía un estilo de juego suave, mientras que Kojiro era agresivo, y no le gustaba el estilo de Misaki. A pesar de eso, él trataba bien a Hyuga, a todos en general. Pero otra vez la vida fue cruel con él─ cierra los ojos.

─¿Qué ocurrió?─ preguntan los tres, ansiosos.

─A él y a su padre les llegó la trágica noticia de que Yumiko, su mamá, junto con toda su familia, murieron a causa de que unos delincuentes entraron a su casa y los mataron...

La sorpresa y la conmoción no pueden disimularse en el rostro de los tres amigos.

─N-no, Misaki...

─Misaki entró en depresión, y ya no quería ir a la escuela. Sus amigos se preocuparon mucho por él, cuando lo volvieron a ver, él estaba serio todo el tiempo, y eso no fue lindo de ver para ninguno de sus compañeros.

─Y gracias a ese suceso tan trágico, Kojiro por fin le mostró compasión, ya que él pasó por un suceso prácticamente igual.

El moreno siguió a Taro hacia un parque de Saitama, a altas horas de la noche.

─Misaki─ le habló.

─¿Huh? ¿Qué haces aquí, Kojiro? ¿Por qué me seguiste?

─Quiero hablar contigo.

─Yo... estoy enojado, ¿sabes?

─Lo comprendo muy bien, fue una verdadera tragedia lo que sucedió...

─Es que... no lo comprendo. Toda la vida fui un buen niño, nunca le deseé el mal a nadie, ni siquiera a esas niñeras que abusaban de mí hasta hace relativamente poco, pero desde los cinco años me vienen pasando cosas feas, mis padres se divorciaron, y nunca más se volvieron a reconciliar, esas niñeras que me hicieron la vida imposible, y ahora esto─ se le empezó a romper la voz.

─Misaki, escucha...

─¡Kojiro, lo único que quiero es ser feliz con una familia sana, como cuando era pequeño! ¡¿Por qué la vida no puede cumplirme ese sueño que muchas personas pueden vivir perfectamente?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?!─ se acercó a Kojiro y lo abrazó con fuerza para llorar en su pecho.

El moreno no se negó al abrazo, lo envolvió con sus brazos y le acarició la cabeza. Taro se sorprendió con ese acto de cariño, Kojiro Hyuga era una persona muy necia y obstinada a actos de cariño.

─Llora, llora conmigo.

─¿E-eh?

─Yo también pasé por lo mismo que tú. Mi papá murió hace relativamente poco, y fue un terrible shock para mí. Puedo llegar a ser muy rudo y asqueroso con muchas personas, pero en el fondo cargo con mucho dolor, y no le deseo eso a nadie. Nunca te odié, Misaki, pienso que eres alguien increíble que se merece una vida feliz con una familia unida, igual que yo.

A Taro le dolieron las palabras de Kojiro, y empezó a llorar más fuerte mientras el más alto lo consolaba bajo la luz de la luna.

Al final, esa lloradera en el parque fue el fruto de la amistad que crearon ellos dos. Kojiro siempre quiso lo mejor para Taro, hasta le propuso ayudarlo a superar el trauma de la zona deshabitada de su ex casa, en Shizuoka. Un día tomaron un tren desde Saitama a Shizuoka, y fueron hasta ese lugar, sin embargo, justo cuando llegaron empezó una fuerte tormenta, Taro se asustó tanto que rompió en un llanto horrendo, pero Kojiro estuvo a su lado en todo momento, le dio su campera negra para cubrirlo del frío, lo abrazó y lo consoló, y cuando salió el sol, se fueron de ese lugar aterrador, para nunca más volver. Al final Kojiro entró en el corazón de Misaki como una de las personas más importantes de su vida.

─Hyuga terminó siendo buena persona─ dice Urabe con algo de alegría.

─Sí, Misaki aprendió a vivir con el dolor que le dejó la muerte de su mamá, nunca lo superó, pero aun así, no dejó de mostrarse hiperactivo. Es una gran pena lo que ocurrió después de que se fueran de Saitama...

─¿Q-qué pasó?─ pregunta Ishizaki con algo de miedo de lo que podría salir de la boca de Hikaru.

─Misaki y su padre se mudaron a Yamanashi, y ahí ocurrió algo terrible. Misaki estaba en su casa mientras su padre trabajaba afuera, cuando recibió una llamada al celular...

Los tres tragan saliva. Saben que se viene algo feo.

─Le dijeron que su padre había muerto.

Tsubasa, Urabe e Ishizaki resuellan del asombro.

─¡¿Qué le pasó a Ichiro?!

─Fue asesinado por un cliente que estaba muy furioso con él por motivos estúpidos.

─¡Eso es terrible!

─¡Hay que matarlo! ¡A él y al hijo de puta que asesinó a la mamá de Misaki!

Tsubasa está al borde de las lágrimas por todo lo que Matsuyama le está contando.

─¿Misaki sufrió tanto siendo tan buena persona? No lo puedo creer...

─Como no tenía a su madre para irse a vivir con ella, sólo le quedó una opción: irse a vivir con su abuela paterna a Kobe. Llevaba años sin verla, pero tenía el contacto de ella, entonces tomó las posesiones que más apreciaba, y se marchó solo. Su abuela lo recibió con los brazos abiertos, y él comenzó una nueva vida en otro lugar. Completamente dolido, decidió que esas tragedias no cambiarían su manera de ser. Nunca perdió la esperanza de que la vida fuera buena con él. Siguió haciendo lo que a él le gustaba: jugar fútbol, leer y socializar, hacer amigos era algo que lo hacía sentir que siempre estaría acompañado, a pesar de que todo el tiempo tenía que dejarlos atrás, también amaba estar con su abuela, ayudarla en la casa, y ella una vez le confesó que estar con él era como estar con Ichiro cuando era niño.

─Ay, me dio mucha pena─ Urabe se quita una lágrima que empezaba a colgar de uno de sus ojos.

─Misaki nunca dejó de ser él, ni siquiera después de lo que sucedió a los seis meses de haberse ido a vivir con su abuela...

─No me digas que... No...─ Tsubasa niega con la cabeza, rezando con que Hikaru no diga lo que tiene en mente.

─Sí: su abuela también murió, en este caso por una enfermedad.

Ishizaki y Urabe comienzan a dejar salir lágrimas por la bronca que sienten, Tsubasa siente que su corazón se está encogiendo cada vez más.

─Misaki quedó totalmente solo en el mundo, ya no tenía otros parientes para irse. Él y yo estábamos en contacto gracias a nuestros celulares, y hasta le dije que se viniera a vivir conmigo, o en el peor de los casos que fuera a un orfanato.

─¿Y qué pasó? ¿Qué hizo?

En eso notan que a Hikaru le empiezan a brillar los ojos, los cierra con fuerza, y coloca sus manos en el pecho. Algo no está bien.

─¿Qué ocurre, Matsuyama?

─Chicos, lo que les tengo que decir es horrible.

─¿Qué es...?

─Misaki... murió hace unos seis meses por culpa de un accidente automovilístico...

El alma les llega por los pies a los tres en estos momentos. Es tal el dolor que sienten que Urabe e Ishizaki rompen en llanto, mientras Tsubasa por fin comprendió todo el misterio que había en el asunto de Misaki.

Ahora entiende por qué desapareció de la nada mientras estaban hablando (porque Misaki no era real), el día en que lo conoció, o por qué tenía once años si él había nacido antes que Tsubasa (porque murió antes de cumplir los doce), o por qué le dijo que no tenía celular (no tenía sentido darle su contacto a Tsubasa, porque nadie iba a atender), o por qué le dijo que aprovechara que él estaba vivo (porque él no lo estaba), o por qué no le podía tomar una foto con su celular, o por qué le dijo que ya no podía quedarse más tiempo.

Porque Misaki todo el tiempo fue un fantasma, que estaba condenado a revivir los mismos recuerdos que decían en el diario.

─M-misaki...

─Perdón, es una historia triste. ¿Pero saben qué? Deberían sentirse felices de que al menos pudo sacarle provecho a todo lo que tenía, vivió una vida muy corta y llena de dolor, pero nunca dejó de ser el mismo─ Hikaru sonríe levemente con lágrimas en sus ojos color sangre─. La razón por la que he venido a este barrio los últimos días fue para ver la primera casa en la que Misaki creció, realmente tuvo una infancia muy feliz antes del divorcio de sus padres. Y una vez me dijo que había un niño que vivía muy cerca de aquí, al cual consideraba su primer mejor amigo, y nunca se olvidó de él, quería volver a verlo, pero nunca se dio.

─Qué lástima.

─Bueno, tengo que irme, mañana regreso a Hokkaido.

─Mucha suerte, Matsuyama─ Tsubasa y Hikaru se dan un fuerte apretón de manos─. Espero volver a verte algún día.

─Gracias, yo igual. Nos vemos, chicos─ se va, saludando con la mano.

─¡Adiós, Matsuyama!

─Entonces Misaki todo el tiempo fue un fantasma─ dice Tsubasa─. Ahora tiene sentido todo.

─Tsubasa, de verdad lo lamento. Tú parecías muy feliz al lado de él...

─No se preocupen, amigos─ les sonríe levemente─. Me dio mucha pena todo lo que vivió, pero estando vivo o muerto, nunca dejará de ser mi amigo, el aprecio que le tengo no se puede medir, me ayudó a ser quien soy hoy.

─Eso es lo bueno─ sonríe Ishizaki.

─Oigan, Tsubasa parece no tener fiebre─ Urabe lo señala con el dedo, asombrado.

─¡Uy, es cierto! Lo había olvidado por completo─ el azabache se rasca la nuca. Los tres se ríen.

─¿Te sientes mejor, Tsubasa?

─Sí, saber esto me ayudó a cerrar muchas puertas, que era lo que necesitaba. Misaki puede descansar en paz sabiendo que hizo feliz a un niño a pesar de estar muerto.

─Sí, es cierto.

─Amigos, ¿quieren ir a mi casa a pasar la tarde? Podemos ver series o jugar juegos, o simplemente salir a caminar─ sugiere Urabe.

─De acuerdo, le voy a decir a mamá que ya me siento mejor y que me voy a quedar con ustedes─ Tsubasa saca su celular y le escribe a su madre.

─Pobre Tsubasa, con todo lo que sufrió, estaba totalmente feliz por haberse hecho amigo de Misaki, y ahora enterarse de que Misaki todo este tiempo estuvo muerto... No quiero ni imaginar lo que se debe sentir eso─ piensa Ishizaki con seriedad.

─Listo, amigos. Ahora sí podemos divertirnos el resto de la tarde─ dice el azabache con una sonrisa.

─Muy bien, le pediré a mamá que haga una torta de chocolate.

─No es necesario, Urabe, con comer pan viejo ya estoy conforme─ le dice Ishizaki─. No creo que tu mamá tenga ganas de cocinar nada ahora.

─Que se maneje, no pienso dejar a mis amigos sin comer nada─ empieza a caminar hacia su casa.

─No seas egoísta con ella tampoco─ el rapado lo sigue, y Tsubasa camina detrás de ellos.

Está tan feliz de haberse hecho amigo de ellos dos, y todo gracias al espíritu de su difunto amigo.