𝕮𝖆𝖕 16 ❱ 𝖗𝖊𝖚𝖓𝖎𝖔́𝖓 𝖉𝖊 𝖆𝖒𝖎𝖌𝖔𝖘 🌷༉
Ya es domingo, y Tsubasa pudo dormir relativamente bien a pesar de su alta temperatura. Son las tres y media de la tarde, Urabe acaba de llegar a la casa de Tsubasa a visitarlo un rato.
─Con permiso─ abre la puerta de su habitación luego de golpearla unas tres veces.
─Adelante... Oh, hola, Urabe─ le dice el azabache, con una sonrisa.
─¿Cómo te sientes?─ se acerca a la cama de su amigo.
─Bien, me siento mucho mejor, sigo un poco decaído, pero nada que ver como anoche.
─Me alegro. No sabes cómo me asustaste ayer cuando te encontré tirado en el suelo en ese lugar, pensé que te habían matado.
─Jaja, no, no, no me mataron, aunque sí tuve mucho miedo, porque estaba muy oscuro, y nunca había estado en ese lugar.
─¿Pero qué estabas haciendo ahí?
─Yo... fui con Misaki para ayudarlo a superar un trauma que tuvo en la infancia en ese lugar...
─¿Misaki? Pero yo sólo te vi a ti.
─Es que se me adelantó justo cuando tú me hablaste.
─Bueno, supongamos que eso fue lo que pasó. Oye, Tsubasa, hablando de Misaki, ayer quería decirte algo sorprendente que descubrí gracias a las páginas faltantes del diario. Las encontré detrás de un viejo mueble, estaban llenas de telas, e incluso una araña me picó por encontrar esas reliquias.
─Auch, ¿y estás bien?
─Sí, se me hinchó el brazo nomás, pero estoy bien─ se remanga y deja mostrar la picadura de araña.
─Uuuuuh... menos mal que no me meto con las arañas, jeje.
─Traje el diario y las hojas para mostrarte─ se sienta en la cama, al lado del azabache─. Lo que descubrí fue...
─Tsubasa, perdón que los interrumpa─ Natsuko entra a la habitación─, vengo a decirte que Ishizaki vino a verte.
─Hazlo entrar, gracias, mamá.
─¿Ishizaki? ¿Eres amigo de Ryo Ishizaki?
─Sí, y somos compañeros de clase y del equipo de fútbol, ¿por qué? ¿Acaso ustedes dos se conocen?
Urabe sonríe con algo de malicia y frota sus manos como si fuese un villano.
─Esa sonrisa me pone nervioso.
─Ñah, no te preocupes, yo con Ishizaki tengo una linda historia.
─¿E-en serio?
─¡Buenas tardes!─ Ishizaki entra a la habitación con un tupper de color celeste, el cual tiene brownies caseros─¿Cómo está mi amigo futbolero? Te traje brownies de chocola...─ al darse cuenta de que estaba Urabe también, casi deja caer el tupper al piso─¿U-urabe?─ deja el tupper arriba de un mueble.
─¿Cómo estás, Ishizaki?─ le pregunta con una sonrisa y los brazos cruzados.
─¡¿Q-qué haces aquí?!
─Vine a ver a mi amigo, ¿no ves que está enfermo? Es más, fui yo el que lo encontró tirado en el suelo y lo trajo a su casa.
─Tsubasa, ¿por qué no me dijiste que te hiciste amigo de este loco?
─¿Cuál es el problema? Urabe es muy buena persona y hasta es gracioso.
─¡¿Quéeeeee?! ¡Esas injurias! ¡Nadie es más gracioso que Ryo Ishizaki!─ se cruza de brazos y mira a otro lado, totalmente ofendido.
─Ay, Ishizaki, ¿todavía sigues enojado por todas las veces que tú y tu equipo perdieron contra nosotros?
─¡Idiota, ¿qué fue lo que dijiste?!
─Ya, no se peleen, o me voy a poner a llorar─ les dice Tsubasa.
─Nooo, no quiero que mi amigo llore─ Urabe lo abraza.
─Awww─ Tsubasa siente un cosquilleo agradable en todo el cuerpo. Ama cuando un amigo lo abraza, y ahora puede sentir esa hermosa sensación que lleva años sin poder sentir debido a su extrema soledad.
─Yo sólo quería ver a Tsubasa, y me topo con esto. Encima hoy mi madre me hizo limpiar los pisos, este día no puede ser peor.
─Ya, Ishizaki, dejemos las diferencias de ambos en el pasado, y sean amigos para que los tres podamos ser amigos sin problemas. Por favor, háganlo por mí, y por ustedes─ junta las manos en su pecho.
─¿Quieres hacernos amigos a nosotros dos?
─¿Por qué no? Mientras más, mejor, ¿no lo creen así?─ muestra una sonrisa que obliga a Ishizaki a hacerle caso al azabache.
─Bueno, está bien, si eso es lo que quieres y si eso hará que te cures de esa fiebre─ se acerca a Urabe─, pero donde me hagas enojar con tus bobadas, no te hablaré nunca más─ le dice al oji-verde.
─No te arrepentirás, jiji. Amo hacerte bromas, pero las voy a dejar pasar, porque ahora tenemos un asunto más importante, que es nuestro querido Tsubasa, y aparte traje algo para mostrarle, algo que tiene que ver con Misaki.
─¿Misaki? ¿Se refiere al amigo del que me habías hablado?─ le pregunta a Tsubasa.
Tsubasa asiente.
─De hecho, les voy a confesar algo de Misaki a los dos.
─¿Algo de Misaki? ¿A qué te refieres?
─¿Por qué no se quitan los zapatos y se sientan en la cama? Quiero saber lo que se siente estar con amigos de esa forma, como si fuese una pijamada o algo por el estilo.
─Ay, Tsubasa, no me lo tienes que pedir dos veces─ Ishizaki se quita los zapatos y se sube a la cama de Tsubasa para sentarse a lo indio al lado de él. Abre el tupper con los brownies y lo deja al lado de Tsubasa─. Come si tienes hambre, mamá y yo los hicimos para alegrarte la tarde.
─Te lo agradezco mucho, Ishizaki─ toma uno y se lo lleva a la boca─. Mmmm, les quedaron increíbles, dile a tu mamá que muchas gracias por el gesto.
─Se lo diré cuando vuelva a ca...
─Con permiso─ Urabe se sube arriba de la cama (y de Tsubasa, ya de paso), solo para tomar un brownie del tupper.
─¡Ay, Urabe!─ exclama Tsubasa.
─¡Hey, hey, hey! ¡Suave con el enfermo!─ Ishizaki agarra a Urabe de los brazos y lo sienta en la cama─¡Te quedas quieto! Si quieres un brownie levántate y tómalo.
─O simplemente ponemos el tupper del otro lado, y si quieres uno yo te lo paso─ sugiere Tsubasa.
─¿Viste? Tsubasa sí se preocupa por mí.
─¡Pero...!─ toma aire y lo deja salir─No me voy a enojar más por ti. Vamos a ser amigos y a comportarnos como tal.
─Esa es la actitud─ Tsubasa sonríe complacido─. Ahora, les quiero hablar sobre Misaki.
─Cuenta, cuenta─ los dos lo miran fija y ansiosamente.
─Verán, Misaki vivía en la casa a la que Urabe se acaba de mudar, pero desde el domingo pasado que no lo veía, cuando Urabe se mudó a su casa, ya no lo vi más.
─Tenías que echar a Misaki de la casa─ Ishizaki mira con desaprobación.
─La casa estaba abandonada, Ishizaki.
─Ya, Ishizaki, deja que continúe hablando.
─Bueno, está bien.
─La cuestión es que se me hacía raro que haya desaparecido de un día para el otro, además, yo lo iba a visitar a eso de las cinco y media de la tarde, más o menos, pero si iba antes o después de eso, él ya no estaba, y además la casa estaba totalmente abandonada.
─Qué cosa más rara.
─Esto parece historia de terror─ ríe Urabe.
─Y dos cosas que se me hicieron rarísimas, fueron que Misaki nació el cinco de mayo del 2006, por lo que debería de tener doce años, pero cuando le pregunté su edad, me dijo que tenía once.
─No sabe contar, jaja.
─¡Urabe!
─Y se pone más misterioso aun: una vez le quise tomar una foto, pero la cámara del celular no mostraba a Misaki, como si él fuese invisible.
─Okey, eso sí da miedo─ dice Ishizaki.
─Y además, el día que lo conocí, me había hecho una pregunta, pero antes de que yo pudiera responder, Misaki desapareció y todo se me volvió negro; me quedé dormido, y la madre de Urabe tuvo que traerme a casa.
─Ese día habíamos ido a ver la casa antes de comenzar la mudanza, y nos encontramos a Tsubasa durmiendo en la mesa de la cocina─ ríe Urabe─. Eres un rebelde, Tsubasa.
─Pues se supone que estaba con Misaki, pero se fue sin dejar rastro.
─Tsubasa, no es por nada, pero ese niño me da miedo. Ya sé que te ayudó a cambiar tu forma de ver las cosas, pero si desaparece de esa forma, es motivo para andar asustado─ dice Ishizaki.
─Es que ayer me asustó: fuimos a la zona deshabitada del barrio de Urabe, nos agarró la lluvia, nos metimos dentro de un auto abandonado, y yo me quedé dormido, cuando desperté, él no estaba en ningún lado.
─¡¿Te dejó solo en un lugar que no conoces?! ¡Eso fue una grosería!
─Yo corrí desesperadamente pensando en por qué me había hecho eso, pero tropecé y me quedé tendido en el barro, totalmente mojado. Urabe llegó y me llevó a casa, pero por la lluvia y el frío me dio esta fiebre.
─Ay, Tsubasa, qué mal.
─Pero anoche me volví a quedar dormido, y soñé con Misaki, fue algo así como un sueño vívido, yo estaba corriendo a su casa, en medio de tremendas rachas de viento, y lo encontré en la casa de Urabe, él me dijo que yo ya no estaba con él, y por eso desperté solo, y me dijo que ya no podía quedarse más tiempo, seguramente porque tenía que irse a otra ciudad, como me había comentado, también me pidió que lo perdonara por haberlo abandonado, yo lo perdoné porque él me salvó de hundirme en depresión, y no podía traicionarlo de esa forma. Después de eso, dejó de soplar viento fuerte, el sol salió y Misaki me estaba sonriendo, hasta que desapareció en una luz blanca...
─Wow, ese sueño tuvo que haber sido una locura.
─Lo fue, pero gracias a eso ya me siento mucho mejor de la fiebre, jaja.
─Eso me alegra─ Ishizaki toma la mano de Tsubasa entre las suyas.
─¿Entonces Misaki era real?─ le pregunta Urabe.
─Cuando te conocí a ti, pensé que fue producto de mi mente dañada, pero cuando lo volví a ver ayer, me dije a mí mismo que él sí es real, pero después del sueño que tuve anoche, me quedé con la duda de si fue obra de mi imaginación o no.
─Es que por lo que cuentas hay muchas cosas de él que no tienen sentido, como la edad, lo de tu celular, y cuando te quedaste dormido en la casa de Urabe.
─De cualquier manera, imaginario o no, es un amigo increíble, me devolvió las ganas de vivir, y siempre voy a estar agradecido con él.
─Aww, Tsubasa, cómo me alegro. No te preocupes, nosotros nos encargaremos ahora de hacerte feliz─ Ishizaki le sonríe.
─Cuando te mejores, vamos a ir los tres a McDonald's o a cualquier lugar donde vendan comida rica, para celebrar nuestra amistad.
─Tú sólo piensas en comer, Urabe.
─Y sí, tengo hambre.
Tsubasa ríe. Puede que Misaki ya no esté con él, pero ahora cuenta con Urabe, Ishizaki, los chicos del club de fútbol, más sus compañeros de portugués y dibujo, con todo eso ya está más que satisfecho.
─Ah, antes que se me vuelva a olvidar─ Urabe saca el diario de Misaki de su mochila─. Lo que les quería decir hace rato es que encontré más cosas de la vida de Misaki.
─A ver, cuenta.
─Una de las hojas que encontré dice: "Kojiro me llevó a la zona deshabitada de mi barrio a superar mi miedo. Es un gran amigo, lo aprecio mucho".
─¿Ese tal Kojiro de nuevo?
─¿Misaki te lo mencionó?
─Sí.
─¿Recuerdas que las otras cosas que leímos en el diario ya las habías vivido? Supuse que ibas a ir a la zona deshabitada luego de leer esta página.
─Vaya, nunca pensé que te funcionara más de una neurona─ comenta Ishizaki.
─Estoy lleno de sorpresas, querido Ishizaki. En fin, la conclusión a la que llegué, es que estos recuerdos fueron hace mucho tiempo, y tú los viviste en carne propia, Tsubasa.
─¿C-cómo que hace mucho tiempo? ¿Eso es posible?
─No lo sé, es una teoría que tengo. La verdad es que tu amigo Misaki es muy extraño.
─Tiene sentido por el hecho de que mencionaba a Kojiro en vez de a mí, se ve que Misaki no se daba cuenta de que estaba reviviendo viejos momentos una y otra vez.
─¿Qué significa todo esto, primero que nada?─ pregunta Ishizaki, totalmente confundido.
─Bueno, eso sí que no lo sé─ responde Urabe, encogiéndose de hombros─. Por cierto, aparte de Kojiro, aparecían otras personas como un tal Matsuyama...
─Espera, espera... ¿dijiste Matsuyama?─ pregunta Tsubasa.
─Sí, ¿por?
─Dame una hoja en la que se mencione a Matsuyama.
─Bueno─ Urabe busca en el diario y se lo da a Tsubasa.
─"En mi viaje a Hokkaido conocí a Hikaru Matsuyama. Es un chico muy amable y simpático, en menos de lo que canta un gallo nos hicimos amigos". ¡Matsuyama!
─¿Lo conoces, Tsubasa?
El azabache sale de la cama y busca su ropa para cambiarse en el baño.
─¿Qué haces, Tsubasa?
─¡Tengo que ir a hablar con Matsuyama antes de que se vaya a Hokkaido de nuevo!
─¡Pero si sales podrías empeorar tu fiebre!
Tsubasa no les hace caso y se va a cambiar al baño. Luego de dos minutos regresa, y se calza.
─¡Vengan conmigo!
─¡¿Estás seguro, Tsubasa?!
─¡Sí!─ se va corriendo con el diario en sus manos.
─Quizás si conoce a ese tal Matsuyama, le va a pedir más información sobre Misaki.
─En ese caso, tenemos que seguirlo.
─Está bien─ ambos se ponen sus zapatos y siguen a Tsubasa.
─¡¿A dónde vas, Tsubasa?!
─¡Tengo que hablar con alguien antes de que se vaya!─ sale de la casa, dejando a una Natsuko muy confundida.
─¿Qué?
─¡Señora, prometemos cuidar a Tsubasa!─ Urabe e Ishizaki también salen.
─¿Qué habrá pasado ahora?
Urabe llevó a Tsubasa en la bicicleta para evitar que se agite y le vuelva a subir la fiebre. Los tres fueron hasta el barrio de Urabe, y se encontraron a Matsuyama exactamente en el mismo lugar donde lo vio Tsubasa por primera vez.
─¡Matsuyama!
─Oh, ¡hola, Tsubasa! ¿Cómo estás?
─Con fiebre.
─¿Eh? ¿Y qué haces aquí en ese estado?
─Tenemos algo para mostrarte─ le da el diario, exactamente en la misma hoja donde encontró que hablaba de Matsuyama.
─¿Y esto?─ lee la página, y queda asombrado─E-esto es...
─¿Podrías decirnos más sobre Misaki?
Matsuyama queda en silencio por unos segundos, y luego responde:
─Es una historia muy triste.
Urabe e Ishizaki se sorprenden por las palabras de Matsuyama.
─Estoy listo─ le dice Tsubasa, seguro, decidido.
─De acuerdo, les voy a contar la historia de Misaki.
Lo siguiente que van a escuchar Tsubasa y compañía, lo ayudará a cerrar muchas puertas que están abiertas.
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