𝕮𝖆𝖕 14 ❱ 𝖈𝖔𝖓𝖋𝖊𝖘𝖎𝖔𝖓𝖊𝖘 𝖉𝖔𝖑𝖔𝖗𝖔𝖘𝖆𝖘 🌷༉
Han pasado unos cuatro días desde entonces. Tsubasa no ha visto más a Misaki, y menos ahora que hay otra familia viviendo ahí, pero de todas formas va a ver a Urabe para estar con él, aunque se le hace extraño estar en la casa de Misaki y estar con otra persona que no sea su amigo más cercano.
Aun así, esta semana se ha mantenido ocupado y entretenido debido a que por fin comenzó con clases de portugués. Empezó este jueves, en la casa de un señor que enseña tres idiomas: francés, italiano y portugués, ese señor además es viajero y ya ha estado por esos tres países, es muy buena onda, y el salón que tiene en la casa, donde dicta las clases, es muy bonito. Tsubasa tiene siete compañeros en la clase, dos de ellos son otros niños que quieren aprender portugués para ser jugadores algún día; tiene planeado acercarse a hablar con ellos la próxima vez que tenga clases, que será el martes. Tsubasa tiene clases de portugués los martes y jueves desde las cuatro de la tarde hasta las cinco y media. Solo lleva una clase y ya está enamorado.
Y también empezó las clases de dibujo. Tiene una hora de clases los miércoles y viernes de tres y media a cuatro y media. Su maestra de dibujo da clases en secundaria, y es muy buena persona. Lo que le es un poco "extraño" a Tsubasa es que en su clase la gran mayoría son niños de entre seis y nueve años, solo hay una niña de once años, pero todos son super amigables, y al ser más chicos que él, entienden mejor que él habla con objetos, sí, les contó que habla con su balón y que le encanta el fútbol. Uno de los niños confesó que todas las noches le habla a su oso de peluche para dormir, otra niña dijo que a donde quiera que va, lleva su muñeca de trapo, y habla con ella como si fuese su hija, incluso ayer la llevó a la clase y se la mostró a todos.
─Se llama Kika─ dijo Yui, la niña.
─Es muy bonita─ le dijo uno de los niños.
Tsubasa se sintió muy feliz de estar rodeado por personas que son como él. Por fin pudo superar sus traumas de hablar con las personas y que ellas hablen mal de él. Su corazón es cada vez más abierto, y eso es un respiro para su alma.
En la clase estuvieron haciendo croquis, bocetos de algo que quieran dibujar en pintura. Tsubasa ya tenía en la cabeza desde hace ya varios días lo que quería dibujar, sí, a Misaki. Hizo como diez bocetos de su cara y de cuerpo completo, pero ninguno le convencía.
─Maldita sea, parece un alien─ dijo.
─¿No te sientes conforme con tus bocetos, Tsubasa?─ le preguntó la maestra.
─No soy muy bueno dibujando, y quiero que esto me salga igual a mi amigo.
─Es solo cuestión de practicar. ¿No tienes una foto de él para inspirarte en ella?
─Si supiera que es imposible tomarle una foto a Misaki, señora─ pensó Tsubasa─. No─ le respondió.
─Entonces dibújalo como más te salga, pero con paciencia, práctica, y pasión, nada de estrés. Esas son las tres p que me gusta usar. Paciencia, práctica y pasión. Recuérdalo siempre.
─Paciencia, práctica y pasión. Está bien. Gracias, maestra.
─Jaja, dime Karen, por favor.
─Perdón, Karen.
─Mucho mejor. Ryuta, sigo contigo─ fue a ver a otro niño.
Tsubasa estuvo el resto de la tarde practicando los bocetos de Misaki en su casa. Desea poder hacer su primer dibujo profesional de su mejor amigo.
Es sábado, y Tsubasa ha estado dibujando a Misaki desde la mañana. Tiene pensado ir esta tarde a ese lugar al que fue con Misaki a jugar fútbol el viernes pasado, a ver si logra concentrarse e inspirarse mejor ahí, con el mar y las flores.
Ahora hizo una pausa para hablar con Urabe por mensaje:
Urabe: Oye, estaba leyendo el diario de Misaki, y hay páginas que faltan
Tsubasa: Dices que fueron arrancadas??
Urabe: Voy a ver si las encuentro a ver si dicen algo más sobre la vida de Misaki
Tsubasa: Bueno, cualquier cosa me avisas :)
Urabe: Tú qué haces??
Urabe: Yo estoy viendo memes de Instagram, como siempre xd
Tsubasa: Jaja xd
Tsubasa: Yo estoy dibujando a Misaki para poder mostrarte cómo luce y eso
Urabe: Manda foto :o
Tsubasa: Aun no está terminado, y está horrible xd
Urabe: Yo dibujo un palo con un círculo y aun así me salen mal jkasjka
Tsubasa: 😂
Tsubasa: Te prometo que cuando me parezca que me salió bien, te lo muestro :3
Urabe: Bueno uwu
Urabe: Creo que voy a buscar las hojas que faltan del diario de Misaki, la verdad es que necesito más chisme ;w;
Tsubasa: Bueno, busque antes de que muera por deficiencia de chisme xd
Urabe: JAKSKKDDKKDA amo
Urabe: Eso voy a hacer uwu
─¡Tsubasa! ¡¿Te animas a tender la ropa?!─ le grita su mamá desde la cocina.
─¡Ya voy!─ deja el bloc de dibujos sobre su cama, se calza, y sale de su habitación para ayudar a su madre.
Hace un rato estaba despejado, pero ahora que Tsubasa está sentado en ese lugar dibujando, se nubló casi totalmente, pero no le importó. Está dibujando a Misaki con total calma, y cada vez le va gustando más el resultado.
─¿Soy yo?─ una voz conocida suena detrás de él. Tsubasa se da vuelta, y se encuentra con él...
Después de siete días de no verlo, por fin encontró a Taro Misaki.
Tsubasa resuella, se pone de pie y retrocede unos pasos. No puede estar más sorprendido.
─¡M-misaki!
─Jaja, perdón que me desaparecí por tantos días, pero tuve cosas que hacer...
─¡Misaki!─ el azabache le da un fuerte abrazo─¡Te extrañé tanto! ¡Pensé que estabas enojado conmigo por no haber venido el domingo!
Misaki sonríe cálidamente por ese abrazo.
─Nunca me enojaría contigo, Tsubasa. Nunca lo he hecho...
─Eres tan bueno, Misaki. Gente como tú debería abundar más.
─Estás en lo cierto. Oye, ¿puedo ver tu dibujo?
─Pe-pero no está termina...─ Misaki le arrebata el bloc y mira el dibujo.
─Wow, te está saliendo muy bien. Eres la única persona, sacando a mi padre, que me ha dibujado.
─Me alegra que te guste, jeje. Oye, tengo un montón de cosas que quiero contarte.
─¿Quieres bajar hasta la playa para decírmelo ahí?
─Bueno─ sonríe. Por fin se está sintiendo mucho mejor al haber encontrado a Taro.
Los dos están en la playa, y se sentaron en unas rocas a mirar el mar y a conversar.
─¿Al fin te cambiaste de escuela?
─Sí, e hice muchos amigos, exactamente diez.
─¡Wow! ¡Felicidades! Sabía que lo conseguirías.
─Son los miembros del club de fútbol de la escuela, y son muy amigables, hasta se tomaron la molestia de conseguir mucha comida para hacerme una bienvenida muy linda.
─Aww, qué lindo gesto, esos son los compañeros y amigos que da placer tener.
─La clase es muy linda, nadie se ha burlado de mí hasta ahora, el maestro explica bien, es paciente y no te habla mal, muchos me admiran por mis habilidades en el fútbol, y ya no me cuesta tanto entender las clases.
─Qué bien que estés pasando lindo, Tsubasa, eso era lo que quería oír.
─También entré a clases de portugués y dibujo, y el ambiente es muy lindo en ambos lugares, los maestros son super buena onda, y lo que más me gusta es que tienen mil y un anécdotas para contarte, y mis compañeros de ambos cursos son muy amigables, y algunos hasta se parecen a mí porque también hablan con objetos, pero eso es porque son mucho más pequeños que yo, jaja... Ah, y también hice otro amigo que tiene un enorme sentido del humor.
─¡Ah, pero estás en el paraíso!
─Sí, finalmente pude pasar el infierno y purgatorio para llegar al paraíso...─ sonríe, pero es una sonrisa un poco agridulce.
─Tsubasa, ¿estás bien?─ Misaki toma su mano.
─S-sí, es sólo que... no puedo creer que hace menos de dos semanas estaba sufriendo por culpa de mis maestros y mis compañeros de clase de la otra escuela, y ahora por fin estoy viviendo una vida normal.
─¿Viste cómo la vida puede dar tantas vueltas?
Tsubasa asiente.
─Misaki, ¿puedo decirte algo muy íntimo que no me atreví ni decirle a mis padres?
─Eso no se pregunta, puedes decirme todo lo que quieras.
─Bueno. Yo... es la primera vez en años que me siento bien estando vivo.
─¿A qué te refieres?
─Yo solamente era feliz cuando estaba con mis padres, mis abuelos y mi balón, el resto de las cosas eran una tortura para mí. Nunca tuve una vida normal, estaba solo, lloraba demasiado para mi edad, y eso que no tuve una infancia terrible hablando de que sufría violencia en casa o cosas así.
Misaki lo mira atentamente, permitiéndole seguir hablando.
─Y eso no es todo, sentía como si las personas me abandonaban. Los amigos que creía que eran amigos, me traicionaron y abandonaron, mi abuela paterna murió, y sé que no lo hizo a propósito, pero una parte de mí gritaba que ella me había abandonado.
─Tsubasa...
─Y algo que he estado pensando mucho, es que creo que tuve un amigo cuando era muy pequeño, a eso de los cuatro o cinco años, no lo recuerdo muy bien por culpa del accidente, pero en los últimos días estaba pensando... si nunca se hubiese ido, quizás el dolor que sufrí estos últimos años no hubiese sido tan fuerte. Sentí como si él también me hubiese abandonado.
Misaki se queda callado.
─Lo peor... es que pensaba que no era más que una carga para mis padres.
─¿Por qué piensas eso, Tsubasa?
─Porque toda la vida hicieron sacrificios por mí, pagaron la terapia de un año que tuve que hacer por la muerte de mi abuela, me pagaban las clases particulares, donde solo sufría por culpa de los maestros, me pagaban el psicólogo hasta hace unos pocos días, me vivían comprando cosas para animarme, eso sin mencionar el accidente automovilístico, pero yo siempre estaba triste, y decía que mi vida no iba a tener sentido.
─Ya, Tsubasa, no es así...
─¡¿No lo entiendes?! ¡Me sentía horrible por traerle tantos problemas a mis padres! A veces me preguntaba... ¿hubiese sido mejor haber muerto por el accidente?
─¡No digas eso! ¡¿Cómo vas a despreciar tu vida así?!
─Nunca hice nada productivo con mi vida.
─¡Deberías agradecer que tus padres siempre te criaron con cariño, y nunca hicieron nada que te haga daño!
─¿El maestro particular que me abofeteó no me hizo daño, acaso?
─¡Eso no es culpa de tu familia! Ese tipo era un doble cara.
Tsubasa baja la mirada.
─Tienes razón, Misaki, soy un malagradecido con mis padres, como decían todos los maestros.
─No lo quise decir así, te estoy diciendo que no te eches sal a la herida, no sirve de nada, no sirve de nada despreciar tu vida.
─Misaki, yo...─ le está empezando a salir rota la voz, se está poniendo sensible─Te juro que estoy tan feliz ahora, siento que por fin puedo estar en paz con todo lo que me ha surgido estos días. Me pregunto qué fue lo que habré hecho para merecer tanto...─ y finalmente rompe en llanto.
Misaki inmediatamente lo abraza.
─Tsubasa, está bien llorar. Has sufrido tanto, y por fin te llegó lo que merecías. Recuerda que después de la tormenta siempre viene la calma.
─¡Es la primera vez en años que siento que puedo ser un niño normal!
─Disfrútalo mientras lo tengas, ese es el mejor acto de amor que puedes hacer.
─Gracias por todo lo que has hecho por mí, Misaki. Eres alguien increíble, quisiera ser como tú.
─Nunca hay que vivir la vida de otros, puedes hacer lo que quieras con la tuya. Tú también tienes una linda vida, vívela como si no hubiese un mañana, piensa que hay mucha gente que sufre hambre, pobreza, violencia... Te voy a ser sincero, a mí me gusta mi vida, pero no tuve una infancia sencilla...
─¿Eh? ¿Qué quieres decir?
Misaki se pone de pie, camina unos pasos para agacharse y empezar a escribir en la arena.
─Como bien sabes, mis padres se divorciaron cuando yo tenía tan sólo cinco años. Mamá se fue a Tokio, y yo me quedé con papá, pero como él tenía que salir mucho a trabajar, me dejaba al cuidado de las dos niñeras, pero ellas no son personas muy amigables. Les encanta asustarme y amenazarme. Yo de pequeño lloraba mucho porque extrañaba a mamá, y ellas odiaban que yo llorase, entonces me encerraban en mi habitación hasta por cinco horas, y me decían: "Si no dejas de llorar, te dejaremos sin comer", a veces hasta me golpeaban por llorar demasiado. Con papá se hacían las niñeras preocupadas, pero cuando estaban solas conmigo, hacían lo que se les antojaba.
─Qué... horrible...
─Y un día, se les ocurrió llevarme a una zona del barrio que casi no tiene casas, que es pura vegetación y caminos de tierra, de noche casi no hay luz, y casi no circulan autos. Me metieron al auto y me llevaron hasta allí, un día que iba a haber una tormenta muy fuerte, querían dejarme ahí un rato hasta que llegara papá, pero él justo les escribió diciendo que iba a llegar más temprano a casa por la lluvia, y al final me metieron de nuevo al auto y me llevaron a casa. Nunca más lo volvieron a hacer. Vivir con esas mujeres era una pesadilla cuando era pequeño...
─¡Nunca había escuchado de algo tan terrible! ¡Jamás he pasado por algo tan vil!
─Tienes suerte, quisiera ser como tú─ continúa escribiendo en la arena, "nunca te rindas, la vida de tus sueños está cruzando la tormenta", pero el agua se lleva puesto lo escrito y lo borra─. ¡N-no...!─ Tsubasa abraza a su amigo.
─Misaki, me acabo de dar cuenta de que los dos somos exactamente iguales. Compartimos nuestras alegrías y nuestras penas. El encontrar a alguien así, hace que me ponga muy feliz. No quiero perderte nunca más.
Esas palabras hacen que a Misaki le empiecen a salir lágrimas. Corresponde el abrazo de Tsubasa y le dice:
─Gracias por ser mi amigo, Tsubasa. Tengo muchos amigos, pero tú eres especial.
─Yo también tengo varios amigos, pero tú eres el más especial.
─Tsubasa..., ¿serías mi amigo por siempre? ¿A pesar de que uno de nosotros muera?
─Imposible responder que no a esa pregunta. Siempre seremos amigos, a pesar de que la muerte nos separe.
A Misaki le brillan los ojos.
─Esas palabras me hacen muy feliz.
Los dos permanecen abrazados por unos minutos, mientras el agua les moja los zapatos, pero ni siquiera les importa.
─Oye, Misaki, ¿cómo es que no te angustias a pesar de la infancia difícil que tuviste?
─No es que nunca me sienta triste, porque sí tuve mucho miedo, sí extrañaba mucho a mi mamá, y sí le rezaba al cielo porque mis padres volvieran a estar juntos, pero me di cuenta de que en una vida tan corta como la que tenemos, no vale la pena andar deprimidos, ojo, no digo que esté mal estar triste, pero quiero decir, ¿por qué andar reclamándole al universo el por qué me hiciste esto? Con los años he aprendido a valorar lo que sí tengo, un padre que me ama, aunque a veces no parece, un montón de amigos, la salud óptima, yo te digo, Tsubasa, la salud es lo más importante en esta vida, y el haber nacido en un lugar tan bonito como este. Hay que valorar hasta lo más pequeño e "insignificante" que tenemos, solo así podremos disfrutar nuestra vida de verdad. Yo valoré, por ejemplo, cuando mi madre vino a casa por la fiesta de papá, esa fue una muy bonita señal de esperanza para mí, porque pensé que quizás, y sólo quizás, mis padres podrían volver a casarse y regresar a esa vida de ensueños que tuve de pequeño. Tsubasa, a pesar de que el mundo se te venga encima, tú tienes que seguir, porque en algún momento, la tormenta se acabará, saldrá el sol de nuevo, y ya estarás preparado para la siguiente, ya lo notaste, cuando de la noche a la mañana tu vida cambió. Algún día, todo va a mejorar, no vale la pena echarse la culpa de todo lo malo que pasa, porque eso no te hará llegar a nada.
─Qué... palabras tan motivadoras las tuyas, Misaki─ dice, con asombro.
─Así que, por favor, valora el esfuerzo que hacen tus padres por tu felicidad, y piensa que ellos te aman, y harán lo que sea por ti. Valora también a tus nuevos amigos, tu escuela, tus estudios, porque hay mucha gente que no puede tener eso. Tristemente hay mucha gente que muere muy joven, así que aprovecha al máximo tu tiempo, Tsubasa, porque uno nunca sabe cuándo va a acabar su vida. Agradece y disfruta que aun estás vivo...
─Sí, eso haré, Misaki─ le sonríe con confianza─. Te lo prometo.
─Y recuerda: eres increíble, eres amado, la gente te necesita, y no dejes que tus traumas te arruinen el presente, esas cosas feas que pasaste ya no existen, esos recuerdos feos no te definen, lo que te definirá es la actitud con la que enfrentas la vida.
─Tienes razón. Tus palabras están llenas de sabiduría─ lo toma de las manos─. Eres un ser único, Misaki, agradezco que aun exista gente como tú en este mundo cada vez más roto.
─Y existen muchos más, Tsubasa, ya los vas a ir encontrando, cuando vayas superando todos tus traumas, te aseguro que encontrarás a más personas que te hagan vibrar alto.
─Esas son las palabras que dice mi mamá.
Ambos ríen, pero Misaki se pone serio.
─Yo aun tengo que superar el trauma de ese lugar...
─¿Te refieres a...?
─Sí, esa zona a la que me quisieron llevar las niñeras aquella vez.
─¿Quieres... que vaya contigo?
─¿E-en serio?
─Tengo mi celular para alumbrar por si oscurece aun más, me fijo el nombre de las calles para guiarme, y estaré contigo en todo momento, te lo prometo.
Luego de unos segundos de silencio, Misaki responde:
─De acuerdo, vamos.
─¿Después quieres ir a mi casa? Quiero que conozcas a mi mamá.
─Yo... no puedo alejarme del barrio.
─Entiendo─ mentira, no entiende por qué no puede irse de ahí, ¿acaso no le permiten? Pero tiene once años (aunque debería tener doce), ¿y por qué no puede irse si estuvo una semana desaparecido? Y Tsubasa no cree que haya estado en el barrio esos siete días─, entonces vamos ahora a ese lugar. Guíame, y juntos superaremos ese trauma.
─Muchas gracias, Tsubasa─ le sonríe levemente.
Ese lugar va a ser sin dudas un desafío.
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