𝕮𝖆𝖕 12 ❱ 𝖓𝖚𝖊𝖛𝖔𝖘 𝖆𝖒𝖎𝖌𝖔𝖘 🌷༉
Tsubasa estaba tan feliz por su primer día de escuela, que en el camino a la casa de Misaki, se puso a cantar a los gritos lo primero que se le vino a la mente, y se detuvo unos momentos a practicar "la bicicleta". La locura se apoderó de él en ese momento, esa locura sana que había añorado tanto sentir. Es la primera vez en años que Tsubasa se siente realmente feliz y esperanzado.
─¡Lo logréeeee!─ gritaba entusiasmado mientras corría. Por fin logró tener un buen día de escuela, y este es solamente el comienzo, aun hacen falta más días.
Pero cuando llegó a la casa de Misaki, se llevó una pequeña "desilusión". Es que estaba totalmente abandonada, como la primera vez que vino a este lugar.
─¿Misaki?─ recorrió todo el perímetro de la casa, mirando por las ventanas, para ver si había señales humanas. Absolutamente nada. Misaki no estaba─Mmm... no me sorprendería el hecho de que no está Misaki, porque a esta hora quizás está en la escuela, pero no entiendo el porqué de la casa abandonada. Él me había dicho que probablemente se mudaría pronto a otra ciudad, pero sería extraño que lo haya hecho dos días después de habernos visto la última vez, me lo hubiese dicho. Todo esto es un misterio─ miró al balón en sus pies─. Pues ni modo, puede ser que haya ocurrido lo mismo que la primera vez que vine: estaba abandonada, pero luego apareció él. Sigo sin entender qué fue eso, pero supongamos que esta vez pasó lo mismo. Voy a venir de nuevo mañana en la tarde. Seguramente si voy en el horario que voy siempre, aparecerá─ dicho esto, se marchó a su casa. Aun debe volver a su casa antes de las tres para almorzar bien y aprontarse para ir.
Tsubasa ya está en el psicólogo. Cuando volvió a su casa, decidió decirle a su mamá que Misaki no estaba en casa, pero no le dijo nada de que la casa estaba abandonada, prefiere no entreverarla aun más. Lo que importa ahora es que el psicólogo sepa que se está sintiendo mucho mejor en la escuela.
─Oh, vaya, qué lindo que te haya ido tan bien en tu nuevo primer día de clases, Tsubasa─ dice el psicólogo con alegría.
─Sí, en ningún momento escondí quien soy yo, les dije que el balón es mi amigo, y hasta ahora nadie se ha burlado de mí, es más, un niño del club del fútbol (al cual me pude unir) dijo que con mis habilidades podrían volverse un equipo más fuerte.
─Eso es bueno. ¿Ves por qué nunca debes perder la fe? Tampoco te digo que esperes algo en específico. Que sea lo que Dios quiera, como dice el dicho. No esperes que suceda un resultado, deja que todo fluya, y acepta lo que te traiga la vida.
─Eso haré.
─Ahora, te voy a hacer una pregunta muy importante y necesito que me respondas con total sinceridad, ¿sí?
─Soy todo oídos.
─¿Te sientes mejor anímicamente? ¿Sientes que puedes vivir tus días sin deprimirte por todo lo que ha pasado en tu vida hasta ahora?
─Es para ver si te seguimos mandando aquí o si lo dejamos por acá─ le aclara Natsuko.
─Yo...─ mira hacia abajo, y luego levanta la mirada con una sonrisa─Ya estoy bien, se los juro.
Esa respuesta le genera una enorme felicidad y paz interior a su madre.
─¿De veras?─ le pregunta el psicólogo.
─Sí, señor Nobumoto. Eso de hacer apuntes bonitos random me sirvió demasiado, hoy pude comprender la gran mayoría de las cosas que explicó el profesor, y el haber conocido a Misaki me cambió radicalmente, esto sumado al niño que conocí hoy, Ishizaki, creo que se llamaba, y cuando conozca al resto de los miembros del club, podría hacer más amigos. También decidí estudiar portugués en las tardes, para poder tener más posibilidades de jugar en Brasil cuando sea más grande.
─Vaya... hace cinco días estabas totalmente deprimido, ¡cómo cambian las cosas en tan pocos días!─ ríe el psicólogo─Pero es bueno ver que ya no estás tan perdido.
─Quiero darle las gracias a usted por haberme ayudado a llegar a la persona que soy ahora, sin usted, no hubiera podido entender unas cuantas cosas.
─No me agradezcas, Tsubasa. Este es mi trabajo, pero supongo que ya no tendremos más citas dos veces a la semana.
─¿En serio?
─Las pláticas que hemos tenido hasta ahora han dado buenos resultados. Cuando te sientas mal y necesitas hablarlo con un profesional, podemos agendar una consulta cuando quieras, pero a partir de ahora ya no tendremos más charlas los lunes y miércoles, voy a dejarte esos días para que puedas hacer las actividades extracurriculares que quieras.
─Eso es buena noticia, ¿verdad, Tsubasa?─ le pregunta su madre con una sonrisa ancha─Vas a poder estudiar portugués y jugar en el equipo de fútbol. Por cierto, señor Nobumoto, ¿usted conocerá algún lugar donde se dicten clases de portugués?
─Mmmm, no sé, pero le puedo averiguar. Cuando termine la consulta que tengo después de ustedes, me pondré a averiguar, y si tengo novedades le enviaré un mensaje, señora Ozora, ¿le parece?
─Me parece perfecto, quedamos así entonces─ le da un pulgar arriba.
─Tsubasa, ¿quieres que te hable de cómo responder a un insulto inteligentemente en este ratito que nos queda? ¿O no lo ves necesario?
─Nunca está de menos saber cosas nuevas, ¿no?
─Esa es la actitud─ dice el psicólogo con una sonrisa─. Bueno, prometo no explayarme demasiado, te voy a hablar de lo principal, así que presta mucha atención.
─Está bien.
─¿Qué vas a hacer ahora, Tsubasa?─ le pregunta su madre mientras caminan a casa.
─Pues lo poco de tarea que encargaron hoy, voy a pasar a limpio lo que escribí en la clase de hoy y luego quizás haga un apunte random.
─Me parece bien, ¿no vas a ir a ver a Misaki esta tarde?
─No, voy a esperar a ir mañana en el horario que voy siempre.
─Bueno, mejor, así no regresas tan tarde a casa.
─Sí, cuando vuelvo ya están las polillas en los focos de luz de afuera, jaja.
─Quizás deberías empezar a ir más temprano a lo de Misaki, porque viste que cada vez oscurece más temprano.
─Sí, debería. Ah, mamá, me olvidé de decirte algo.
─¿Qué cosa?
─He estado pensando mucho estos dos días, y quiero empezar a ir a un taller de dibujo.
─Ah, ¿al final te decidiste?
─Así es, tengo ganas de aprender a dibujar, más que nada quiero dibujar a Misaki─ mira hacia abajo, con un leve rubor que trata de ocultarle a su madre─, pero si es mucho para que lo puedas costear, lo entenderé.
─No, no, no. Si es algo que te gusta, con gusto lo pagaré. Los talleres de dibujos no suelen ser muy caros. No te preocupes por el costo, Tsubasa, tú concéntrate en disfrutar tus actividades.
A Tsubasa le causa una enorme felicidad y gratitud las palabras de su madre.
─Muchas gracias por todo lo que haces por mí, mamá, enserio─ le da un abrazo.
─De nada, hijo. No me molesta en lo absoluto hacerte feliz.
Ya es martes, y Tsubasa está llegando a la escuela, corriendo con su balón de fútbol, como siempre.
─Ya llegamos a mi querida escuela, amigo─ toma el balón con sus manos─. Ahora, ¿dónde estará Ishizaki?─ busca al niño rapado con la mirada entre la multitud de estudiantes que hay en el patio.
─¡Tsubasa!─ escucha su voz. Se da vuelta y aparece Ishizaki junto unos cuantos chicos.
─Hola, Ishizaki─ dice con una sonrisa─, ¿ellos son los del equipo de fútbol?
─Así es. Amigos, él es el futuro Messi, Tsubasa.
El azabache ríe por cómo se refirió Ishizaki a él.
─Hola, amigos. Mucho gusto─ los saluda a todos a lo marinero.
─Mucho gusto, y muchísimas gracias, tu ayuda nos será muy útil─ le dice un niño de baja estatura y con lentes.
─Nosotros te vimos en el receso ayer, y la verdad es que juegas excelente─ le dice un niño alto y con cabello gris.
─Sería genial tener a alguien como tú en el equipo.
─Oye, amigo─ todos miran al niño de lentes─, ¿en serio planeas unirte a nosotros? ¿Entrenarás en nuestro equipo, entonces?
─Claro que sí─ todos sonríen por la respuesta de Tsubasa─. Voy a unirme a su equipo, voy a jugar con ustedes.
─¡Qué bien!─ se acercan a Tsubasa y lo rodean.
─Fue increíble la bicicleta que hiciste ayer en el patio.
─Gracias.
─Ishizaki lo intentó una vez pero pisó el balón y cayó de cola al suelo─ comenta un niño moreno con los ojos pequeños.
─¡Oye, no les cuentes mis desgracias!─ exclama Ishizaki, provocando las risas de todos.
En los pocos minutos que tenían antes de la primera clase, Tsubasa conoció a Manabu Okawa, Kenichi Iwami, Hiroshi Nagano, Masato Nakazato, Tsuyoshi Oda, Akira Tsuboi, Susumu Sakurai, Shota Minowa y Yutaka Murashige, quienes a partir de ahora serán sus amigos y compañeros de equipo.
Luego sonó el timbre de entrada, y cada quien fue a su salón. Sin ser Ishizaki, solamente Manabu está en la clase de Tsubasa, el resto está en los otros dos grupos que conforman el sexto grado. Ya tiene dos amigos con quien hablar en la clase. Lo único que le preocupa es tener que hacer un trabajo en equipo, y que le cueste entender el trabajo lo suficiente como para poder ayudar en el equipo, hará lo mejor que pueda, pero por el momento prefiere no pensar en eso.
─Tsubasa, ¿hoy puedes tener el entrenamiento?─ le pregunta Ishizaki.
─Desde luego, aun no tengo actividades extra los martes.
─Ay, qué bien, así podremos hacerte algo muy especial hoy en la tarde.
─¿Algo especial?
─Jaja, sí─ le guiña el ojo.
La jornada escolar acabó, e Ishizaki está llevando a Tsubasa al galpón donde se reúnen todos para jugar.
─De nuevo te agradezco por haberte unido a nuestro equipo, Tsubasa.
─No es nada, amo jugar fútbol, y más cuando estoy con nuevos amigos. Hace tanto tiempo que no jugaba con nadie, sacando a Misaki.
─¿Misaki?
─Es un amigo que hice hace casi una semana.
─Tsubasa, ya no estás solo, amigo, ahora nos tienes a nosotros.
─¿D-dijiste amigo?─ le brillan los ojos. Ishizaki le aprieta la mano.
─Así es, amigo─ le guiña un ojo.
Tsubasa se aguanta las lágrimas.
─Oye, no llores, o vas a volver más triste el momento.
─Perdón, jaja, es que no estoy acostumbrado a tener amigos.
─Entiendo. Bueno, ya llegamos, prepárate para tu sorpresa en tres..., dos... ¡uno!─ abre la puerta del galpón y lo primero que ve Tsubasa es al resto de los chicos con un montón de comida y globos.
─¡Sorpresa!
El azabache demuestra una enorme sorpresa con su cara.
─¿Qué es esto? ¿Una fiesta de cumpleaños?─ ríe.
─Algo parecido, más bien es una fiesta de bienvenida para ti. Manabu, Iwami y yo organizamos todo, y hoy trajimos la mejor comida y bebida para la ocasión.
─Pensamos que un miembro tan importante como tú merece un recibimiento como este─ dice Nagano.
─Espero que te guste la torta de chocolate─ ríe Nakazato.
─¿De qué hablas? ¡Me encanta! ¡Les agradezco con el corazón todo esto, amigos!
─No nos des las gracias, es lo que hacen los amigos─ le dice Nagano con una sonrisa.
─Suficiente discurso, hora de comer─ Ishizaki toma una bolsa de papas fritas.
─Ya, no seas tragón─ le dice Iwami, y el resto se ríe.
Durante unos cuarenta minutos, estuvieron comiendo todo lo que trajeron y contándose anécdotas de sus vidas. Fue un lindo momento para Tsubasa.
─Muy bien, luego de comer vamos a correr, y después haremos unos pases─ les dice Ishizaki a todos.
─¡Sí!
─Tsubasa, ¿estás disfrutando tu ingreso al equipo?
─Como no tienes idea, Ishizaki. Les doy las gracias de nuevo, no saben la alegría que me da que sean mis amigos.
─Awww, Tsubasa─ todos se acercan a hacer un abrazo grupal.
Las cosas no podrían ir mejor para Tsubasa.
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