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𝙎𝙞𝙜𝙪𝙞𝙚𝙣𝙩𝙚 𝘿í𝙖

Saint abre los ojos todo repentino tomando fuertes bocanadas de aire y mirando traumado el zócalo de la habitación como si fuera la cosa más atemorizante que ha visto en toda su vida. Respira agitado mientras su teléfono vibra sobre la gaveta mármol a su izquierda. El teléfono desplazándose a una esquina por las trepidaciones del mismo. Un hilo de la pantalla fosforeciendo la textura mármol al estar boca abajo.

Saint, aún conmocionado, se sienta en sus rodillas. Toma el móvil para llevárselo al oído. —¿Hola?

—Uh, ¿♪ Hola ♪? Por qué lo preguntas, ¿no tienes mi número agendado?

—No es eso es que... ¿Cómo llegué a casa?

—Ah, sí, no te preocupes mi abuela y yo solo dimos un paseito en tu auto. Gracias por darnos las llaves. ¿Te lo llevo ahora? Por cierto, cómo que no recuerdas, ¿te drogaste en Blywild con todos los yonkis? Sigo dejando mis condolencias en claro, obviamente.

—Al carajo las condolencias. — Bufa Saint rodando los ojos antes de presionarlos cerrados. —No creo haberme drogado. Solo sé que no recuerdo nada tras haber salido de la Carnicería-- — Él mismo hace una pausa. Arruga el ceño intentando recordar por qué salió tan espantado de ese lugar. Recuerda el sentimiento. Ese miedo frenesí carcomiendolo con miles de voces gritando: “Hay que salir” cada vez más estruendosas. Pero sin embargo, intenta recordar y no puede. Es como tener charcos en la mente. Solo puede recordar a Joong sonriendole maligno justo cuando huía del lugar.
Sumido en esos pensamientos no se da cuenta que pasan varios segundos así.

—Saint. ¿Estás bien? — Esa voz lo hace pegar un brinco. Seguidamente se tranquiliza, frotándose los ojos con una mano, suspirando angustiado.

—Sí, sí, estoy bien. Probablemente no fue nada. — Niega la cabeza. —no puedo recordar nada de Blywild.

—Eso es extraño. Mejor no vuelvas ahí. Oye,

—¿Sí, Earth?

—Dime que no olvidaste lo que sucederá hoy a las seis de la tarde.

—¿Mm? Seis de la tarde...

«Ay, carajo, ¡La fiesta! Hoy es la fiesta. » Traga grueso mientras mira a todos lados parpadeando frenético hasta pausar la mirada en la ventana de enfrente sin razón alguna y abrir una mano. —¡L--La fiesta! Pero, ¿ya envíaste tu dirección, cómo será?

—Checa los mensajes, amigo.

Saint aleja el teléfono de su oído mirando únicamente la pantalla. En ese transcurso táctil, sienta el trasero sobre los tobillos. Pone en altavoz a su mejor amigo para abandonar la sala de llamada y entrar al grupo estudiantil. Hay unos 40 mensajes pérdidos. Tan solo el numeral agranda los ojos del chico quién, con temblores involuntarios desplaza la pantalla.

Abajo del numeral está ese mensaje informativo de Earth. Va leyendo conmocionado hasta detenerse en cierta parte.

—Es de disfraces.

—¡Mjm!

—Pero no es Halloween. Mostraremos nuestros disfraces y en el día de Halloween deberemos cambiarlos. — Rueda los ojos quitando el altavoz para ponérselo al oído.

—Los cambiamos y ya. O usamos el mismo, dudo que se den cuenta.

—Earth, la Generación Z será tonta pero jamás ciega.

—Bueno, es cierto. Pero no nos cabe de otra. Voy a recogerte entonces iremos al supermercado para que me cuentes todo lo que recuerdas, ¿está bien?

—Está bien. Iré a ducharme.







































El hervor ha empañado las cuatro paredes transparentes de la ducha. Saint está completamente desnudo, ojos cerrados libre de espejuelos, con el mentón dirigido al tejado. Abriendo la boca solo un poco mientras el agua caldea su sonrojado pecho y colosales hombros.

Solo se escucha la lluvia de gotas. Cuando, de repente, le llega a la mente la imagen de los labios carnosos de su mejor amigo. Esa imagen reproducida es inaudible pero repite los movimientos de la boca al hablar y al sonreír. Inconscientemente Saint desvía el rostro pero no abre los ojos.

Se abraza los hombros con las manos arqueadas tales garras. Hundiendo fuerte sus uñas ahí.

Sigue reproduciendo esa escena de los labios de su mejor amigo. El rosado que tienen lucen apetitosos.

Relame sus dientes sin abrir los ojos. No queriendo abandonar el anhelo.
Pero una nueva imagen lo saca del trance: sangre espesa corriendo sobre algún vidrio transparente mientras que, parado sobre este, su padre anda mirando el vidrio como si a través de esa textura sangrienta mirase a Saint. El hombre dentro de la imaginación del chico luce como un metalero de ropas extenuadas con un cabello largo hasta los hombros y una panza de bebedor.

Vuelve a respingar abriendo los ojos. Su punto irrelevante de vista siendo la pared enfrente. Una pared obsoleta de diseños.

«¿Qué rayos me sucede hoy?» Piensa frustrado.











🍒

𝚂𝚞𝚙𝚎𝚛𝚖𝚎𝚛𝚌𝚊𝚍𝚘

Mientras caminan por un pasillo dónde a la derecha hay congeladores de carne mientras que a la izquierda un estante de chucherías, él mueve el carrito como un zombie botones, y Earth va caminando normal a su lado tirando cada bolsa al carro.

—Entonces dices que todos ellos tenían ojos negros. — Recapitula el mejor amigo.

—Mjm.

—Pero, si la Carnicería está tan sucia como dices, ¿cómo tendría visitantes? ¿Cómo estaría tan lleno?

—Eso es lo que desearía saber, créeme. — Sorba por la nariz Saint antes de reubicarse los anteojos. Earth hace un rostro pensativo.

El más alto mira a la izquierda por pura casualidad. Entonces ve carnes empaquetadas en esas bandejas plásticas que conllevan. Ve la carne rosada toda amontonada con pellejos blancos. Brillosas no solo por la iluminación del lugar sino por su buen lavado. Patrick no puede evitar quedarseles viendo como un maldito hipnotizado.

De repente, en su imaginación, la bandeja plástica deja de contener carne y contiene la cabeza de Earth cortada con un rostro aterrorizado, envuelto en plástico cómo una carne en venta.

Brinca con escalofríos. Volviendo a negar la cabeza.

—Mm~, Coca Cola y Mountain Dew. — Su amigo saborea gustoso sujetando dos padrinos a los laterales del pecho. Esta vez viste unos mahones cortos reveladores, tenis y una camisa marrón bajo una chaqueta blanca. Luce extremadamente tierno.

Mountain Dew, tan infravalorado. — Sonríe Saint intentando animar el ambiente que solo a él le parece tenso.

—Lo sabes bien, mi amigo. — Earth se dobla sobre el carrito para meter los padrinos. En los cortos segundos de su doblez, el alto mira sus muslos. La piel lúcida blanca de estos. Cómo rebotan con cada caminar. ¿Desde cuándo su mejor amigo se ve tan sabroso como una paleta?

—Bueno, creo que ya tenemos todo. — Aplaude Earth mirándolo bonito.

—¡Bien! Eso es bueno. — Saint regresa la mirada a sus ojos. Manteniendolos ahí con una sonrisa. —Por cierto, ¿a dónde irá tu abuela? ¿O se quedará en la casa?

—Se quedará en la casa. Tiene un televisor con Netflix en su cuarto. Podrá ser una anciana pero está mejor que nunca. — Ríen ambos ante el comentario de Earth, comenzando a caminar hacia adelante.




































🍒

Aokbab, la mejor amiga de Perth, ahora mismo está en su cuarto. Sentada con una rodilla como soporte para su libreta y terminando unas oraciones en su tarea. Todo esto con audífonos gigantes. Simulando cánticos aunque no articule ni una sola palabra. La cabeza conduce como olas de atrás a adelante.

Hasta que los auriculares reproducen el ringtone de notificación. Voltea hacia el teléfono acostado a su lado y lo alza. Es un mensaje de texto de su mejor amigo.

Perth: ¿De qué vendrás vestida?

Aokbab sonríe tierna. Ahora sube las rodillas como mejor soporte, hundiendo los codos en ambas páginas de la libreta y escribe:

Aokbab: Juego del Calamar. Luz verde. 🦑

Perth: ¡Jo, jo! Iré como uno de los guardias entonces. Hacemos perfecta combinación. ¿Nos vemos en la dirección enviada?

Ella ríe.

Aokbab: Nos vemos allí 🤙🏻, no bebas antes que yo.

Perth: ¿Yo? Jamás.

La chica acuesta el teléfono a su lado, descuelga sus enormes auriculares colocando estos al lado del teléfono, lo mismo hace con la libreta entonces abandona la cama. Llega a la ventana para cerrar las persianas pero se detiene viendo a Saint pasar por esa carretera junto con su mejor amigo. Los pudo notar pese a la velocidad del auto.

—Oh, — Se exalta alzándose en sus tobillos por un segundos como si con eso pudiera ver la curva que toman. Pero conecta las plantillas al suelo rindiéndose. —¿vivirán por aquí? Jamás los había visto. — Murmura.

—¡AOKBAB, VEN ACÁ! — Grita una mujer más abajo.

Aokbab gira sobre su hombro consternada como si pudiese mirar a su mamá desde dónde está.















































Los calcetines de algodón hacen que pisar los escalones sea menos estruendoso. Los baja de pasito a pasito hasta finalmente llegar a la cocina que se conecta a la sala de estar. Mira a la izquierda encontrando a su madre sentada con su nuevo novio. Un hombre haragán que se cree el mejor. Tiene a la madre rodeada de los hombros con un brazo. Esta, que es bonita, se desperdicia con hombres buenos para nada. Vistiendo como una zorra las veinticuatro horas del día y el cabello en un ochentero peinado: Recogido arriba en una dona, suelto en greñas abajo. Un lipstick rojo pasión ardiente como para una gala.

—Aokbab, — Ríe la madre por algún chiste del hombre y con cariño se dirige a su hija. —¿puedes traernos cerveza, por favor? Ya tienes diecinueve años, la licorería está justo al lado tú sabes.

—Mamá, hoy saldré a una fiesta. — Sonríe Aokbab tímida.

—¡Oh! ¿Irás con Perth?

—Sí, pero, quería preguntar si... Me podrían llevar. Alguno de ustedes. P--Puedo regresar en bici pero es para no sobre esforzar mis piernas.

—Mm,...— Los adultos comparten una mirada expectativa del uno al otro.  Decidiendo con los ojos quién llevará a la chica y de paso, buscará los tragos.

—Y--Yo puedo llevarla si quieres. — Se ofrece el novio.

—Uh, no, no, — Ríe nerviosa la madre pues a ella no le gusta dejar a su hija sola con sus novios. Es para protegerla. A pesar de no ser una madre excelente vela bien por el bien de su hija o eso procura, al menos.
Aokbab sabe que es por eso, pero para no causar tanto dilema crea una sonrisa diciendo: —Mamá, no creo que haya problemas si me lleva.

—Uh.— La madre mira a su hija aún insegura. Su vástago asiente toda tierna afirmando la elección. —Está bien, cariño. Hagan eso.

—No te preocupes mi trébol, la cuidare bien. — Asegura galán esa cosa rara que tiene como novio y tal alza la mano de esa mujer, plantando un beso en sus nudillos. Ojos puestos en ella todo el momento. Ella ríe.

Aokbab sonríe. Su madre no hace las mejores elecciones pero verla feliz contenta también a la jóven. No tiene inclinaciones hacia la escena de adelante así que, voltea en sus calcetines, y camina toda feliz a las escaleras. Ojalá este quinto novio sea alguien bueno.








🍒

𝙋𝙖𝙧𝙖 𝙡𝙖 𝙣𝙤𝙘𝙝𝙚

Aokbab prefirió bajarse ella a la licorería aunque el novio podía hacerlo. Él espero paciente dentro la furgoneta tamboreando los dedos en el volante.

Ella abre la puerta pasajera antes de trepar una pierna luego todo su cuerpo. Depositando tranquila una bolsa de licores tras la palanca de cambios.

Vistiendo un traje corto anaranjado sobre una blusa blanca manga-corta, calcetines sedosos del mismo color y zapatillas estilo infantiles. Como esas usadas en el preescolar. Su cabello peinado en dos trenzas infantiles.


En el maletero está su bicicleta pues con ella volvería a casa.

—Todo listo. — Sonríe amigable hacia el hombre.

—Bueno, vámonos. — Él retrocede el auto, gira el volante usando ambas manos, escuchandose las llantas haciendo el reversa. Salen al fin de entre dos autos para posicionarse en recto. Deposita la palanca en "Conducir", ahora tranquilamente va hacia enfrente.

—Entonces, el personaje del que vas es una muñeca enorme en una serie que lanza rayos-láseres asesinos con sus ojos ¿si no te detienes en “Luz Roja”? — Recapitula para crear conversación.

—Por Dios, ¿No has visto El Juego del Calamar? — Pregunta Aokbab toda emocionada sin creérselo.

—Lo dices tan sorprendida que me comienzo a sentir mal. — Ríe.

—¡No, no! No lo digo para que te sientes mal o nada pero ¡deberías verla! Es, ¡es genial! Hay mucha sangre, muertes (algunas hasta te hacen llorar),

—Wow. ¿Okay?

—solo, — Aokbab aquieta las emociones cerrando sus ojos y ambas manos abiertas a sus laterales. —Vela. Te vas a sorprender.

—Afirmativo. La añadiré a Mi Lista en Netflix.

Vuelven a reír. Él más que ella. Aokbab se siente satisfecha por darle una oportunidad. Al fin algo confiada en que este hombre no sea malo. Voltea a mirar a través de su ventana que pese su transparencia, proyecta árboles a velocidad luz.

Mientras ella mantiene su mirada distraída, el hombre deposita una mano en su desnudo muslo. A pocos centímetros de la finalización de su traje. Amasa la carne como si la adueñara ni ella fuera a tener broncas. Sin permiso, solo capricho.

La chica poco a poco encoge la sonrisa labial trazada. Deja de mirar los árboles y mira al pavimento oscuro.

—Si le dices a tu mamá, te haré algo peor, pequeña. — Amenaza orgulloso. Mirando la carretera en todo momento. Saboreando acariciar el muslo de una joven.

Poco a poco Aokbab va volteando hacia él. Dejando unas cuantas lágrimas caer. No supo ni en qué segundo se cristalizaron sus ojos, pero ahora estaba llorando. Mira vulnerable al novio. ¿Es qué acaso su madre tendrá un hombre bueno? ¿Un caballero? ¿O eso ya se extinguió en este mundo?  Tal parece su madre tenía razón. No debió irse con él. Debió esperar a que su madre pidiese permiso para ELLA usar la furgoneta. Es curioso el sentido de las madres, nunca se equivocan.

—Pero a mí madre no le gusta ver a su pequeña lastimada. — Amenaza Aokbab para atrás mortalizando el rostro aunque tenga las mejillas empapadas. Él la mira confundido y ella impulsa para enfrente la manija, empujando con el dorso la puerta y cae fuera del auto. Rodando toda brusca fuera de este.

—¡AOKBAB! ¡NIÑA PSICÓTICA! — Grita enojado el hombre, deteniendo el transporte, cuyas luces traseras brillan en rojo.

Aokbab ahora tiene sangrientos raspones por sus antebrazos, incluso uno en la mejilla derecha y uno grave en la rodilla izquierda. En su cojeante noción, endereza el cuerpo. Camina como puede al maletero de ahí baja su bicicleta. Mostrando la entrepierna (sus bragas blancas explícitamente siendo vistas) al alinear los pies en los pedales.

Las luces rojas proyectándose en ella. Dando un ambiente escalofriante. Hacen lucir sus ojos tan oscuros como un tiburón aunque se ven sus retinas.

Se va antes que ese hombre se baje y él mismo sabe que ha jodido todo. —¡MALDITA PERRA, TU PUTA MADRE!

Mientras conduce la bicicleta, gira a medias para mostrarle su dedo medio. —MÉTETE LAS BOTELLAS POR EL CULO, HIJO DE PUTA. — Grita.

—Maldición.... Maldita sea. — Frustrado corre una mano por todo su cabello hasta sujetarse las caderas. Mirando cagado a la chica lista yéndose en bici.



















🍒

Un incendio quedaría corto al estruendo reinante en la casa de Earth. Hay luces por doquier más indecisas que el maldito arcoiris, gente de por aquí a allá bailando o hablando entre sí, incluso algunos ya andan estrujandose en el mueble. Earth se ha disfrazado de Beetlejuice mientras Saint de Ceniciento aunque con zapatos y una pequeña tiara. Ambos mejores amigos andan en la cocina, coxis apoyadas contra el bordado de la mesa sin poderse creer lo llena que está la casa.

—Jamás habíamos recibido tanta atención. — Menciona Patrick asombrado.

—Lo sé, es increíble ¿no? — Earth pregunta más empolvado que el Guasón bebiendo de una botella licor. —¡Mira! Kao vino. Por Dios. — Se cubre la boquita.

Kao Noppak, considerado uno de los chicos altamente guapos en la Universidad. Tiene un cuello tan ancho como un tronco, alargado a la medida perfecta, cari-largo, labios curvos carnosos en un molde pequeño que dan aspecto a un puchero ligero, una nariz cuya punta cae como la de un cuervo y ojos semi redondos que brindan sensaciones de bondad.

Los flecos inclinados hacia abajo como cascadas sobre sus delgadas cejas pero ladeados como boomerangs. Vino vestido como pirata ardiente. Brazos trabajados a la exposición, una camiseta medieval, pantalones negros holgados, botas y un parche cubriendo su ojo izquierdo.

—Vaya amigo, sí vino. —  Celebra Saint como un hermano mayor orgulloso. —Más vale le hables.

—¿Qué? ¿Seguro? ¿De qué hablaríamos? No iré allí a hacer el ridículo frente a sus amigos.

—No harás el ridículo, — Suspira Saint siendo él ahora quién teclea un pie contra el suelo. —tú siempre sacas conversación. Hasta le hablas a las plantas de tu abuela mientras las bañas en agua.

—E--Eso es diferente. Es para hacerlas sentir bien en caso de que las ahogue y no me tengan rencor en su otra vida--

Los mejores amigos iban debatiendo sin darse cuenta cómo Kao los fijo con la mirada y ahora caminaba hacia ellos todo amable. Se detiene frente a ellos viéndose apenado de interrumpir, pero confiado como siempre: —Um, lo siento, ¿Earth?

—Oh Dios mío. — Dramáticamente exhala mirando para enfrente con los ojos bien grandes. Como si tuviera miopía grave. Saint también mira pero se abstiene de hacer comentarios y solo observa.

—Quería agradecerte por la fiesta. Tienes música genial, amigo. Tu casa es bonita.

—¿Eso crees? — Comienza a responder embobado, sonriendo sin disimulo alguno de que está enamorado.

—Sí, es bonita. — Asiente Kao.

—Debo decir: amo, — Resume todo el cuerpo de Kao en una mano abierta. —todo tu disfraz. — Entona cada palabra como si la disparase con demasiado drama. El Universitario popular ríe.

—Igual me encanta el tuyo. ¿Haces maquillajes de cosplay? Quedaste genial.

No se diga más, Saint puede alejarse, su mejor amigo ya encontró tema para conversar además hace tiempo le gusta ese chico. Con una sonrisa labial aún enorgullecido se retira. Reajusta los lentes que tiene mirando alrededor. No sabe a dónde ir.

Hasta que un soldado del Juego del Calamar posa frente a él. Deteniendolo inmediatamente. Viste un traje rojo completo, botas, y una máscara redonda con "O" escrita sobre esta.

Saint se detiene aunque sea más alto que este soldadito. —Okay, muy bien, — Ríe. —sí das miedo, lograste intimidarme.— Confiesa para ver si la otra persona deja de bloquearle el paso.

La otra persona se quita la máscara, revelando a Perth, su crush ciclista. —Hola.— Saluda amistoso pero confiado como siempre.

—H--Ho--— Saint dejó el alfabeto mental en casa tras verlo. —Hola.— Junta las palabras tal cual rompecabezas y sonríe en grande. Tímido.

—Um, sí viniste. — Exhala volviendo a desocultar sus sentimientos.

—¿Algo te hizo pensar lo contrario?

—No, bueno, n--no. Es solo que mi mejor amigo y yo no estamos acostumbrados a este tipo de atención.

—Pues felicitaciones por su primera vez. Hay mucha, — Agranda los ojos en la palabra. —gente aquí. — Recoge sus manos tras su espalda asintiendo con una sonrisa labial.

—Sí, demasiada para mí gusto. ¿Y tu mejor amiga?

—Ya me llamará. ¿Cogemos refrescos y platicamos afuera?

A Saint le agrada el hecho de que no haya escogido licores para que hablen. Se le hacen más sinceras las conversaciones sobrias. Enamorandole incluso más, accede.

































𝙈𝙞𝙣𝙪𝙩𝙤𝙨 𝙙𝙚𝙨𝙥𝙪é𝙨

Una cosa llegó a la otra y Earth es tan afortunado de entrar a su habitación besándose con Kao. El pirata azota la puerta detrás de ellos. Ambos sin dejar de estrujar sus labios con gemidos altos, el más bajito frunciendo las cejas con vulnerabilidad. Kao los conduce a la cama dónde el más bajo desploma el trasero, mirando hacia arriba desde ahí y el pirata se sienta a su lado.

Suavemente le acaricia una mejilla al chico de aspecto femenino, para zumbarlos a otra ronda de besos.

—Mchk, espera. — Distancia Kao a centímetros de Earth. El otro aún con los ojos cerrados y los labios entreabiertos bajo el toque de su crush. —¿Estás pasado de tragos?

—No. Lo juro, solo uno. Solo he tomado de una botella. Sigo consciente. Recordaré esto, en serio. — Habla tal virgen apresurado porque no quiere que dejen de besarse. Mirándolo vulnerable al rostro.

—De acuerdo, — Kao le da un pico cariñoso. —entonces podemos continuar. — Le vuelve a dar un segundo pico.

Earth desliza una mano hacia la mejilla ajena, acariciandola con su pulgar y intensifican los besos. Acostándose en unísono de costado.

—Mgh.— Gime Earth cuando Kao agarra su rodilla izquierda y empuja a que esta quedé sobre la cadera suya. Acariciandole el muslo sobre la tela mientras se besan infinitamente.
Deslizando su mano por todo el muslo llega hacia un glúteo y aprieta ahí.

—Aguarda un momento. — Vuelve a distanciarse Kao quitándose de encima la camisa. Revelando el pecho voluptuoso que Earth añora lamer. Esos pezónes erectos color marrón al expuesto y un estómago plano sin líneas exageradas ni nada.

El más bajo se quita la peluca verde y se desabrocha la correa. Se deshace de todas sus ropas bajo la feroz mirada de Kao, quien sale de la cama para quitarse todo también pero atento al delgado cuerpo ajeno.

Aquel queda en una tanga negra perfectamente recogiendo su pequeño bulto. Se apoya en dos codos como modelo, observando a Kao trepar la cama con un condón en mano (sacado de su propio bolsillo) y se le trepa encima.

—Luces exquisito. — Kao dice.

—¿Sí? — Aún no se cree que lo hará con su crush. Perderá la virginidad con la persona que siempre ha admirado desde que ingresó la Universidad.

—Sí.— Inclina su rostro como si se fueran a besar, pero rápido baja besos por todo su escuálido cuerpo. Earth riendo por la pequeña broma y gimiendo a gusto con los besos. Tales bajan por su nervioso estómago. Haciéndole cosquillas un poco. Hasta llegar a la tanga. Kao se las baja con ambas manos, delicado.

Moviéndose justo como debe hacer con un virgen. Sensualmente deslizando esa tanga por sus levantadas rodillas.

Tira estas a un lado y se dobla al pequeño miembro, trepando las piernas de Earth sobre sus hombros.

—Me gusta este pequeño de aquí. — Comenta sin removerle la vista con una sonrisa seductora. El más bajo mirándolo sobre su agitado pecho.

Aquella boca lo envuelve gustoso, comenzando a ritmear la cabeza sobre este y cinceleandolo con la lengua.

Tranquilo pero con el pecho agitado, acuesta la cabeza en la cama. Mirando el techo súper vulnerable. Abre la boca en una erótica "O".

—¡Ah! — Deja el placer inyectar sus venas. —¡Mmgh... ! — Se muerde el labio inferior para otro gemido.










*N/A: ¿Alguien más con ganas de ser Earth y Saint en estos momentos? 🤭 I MEAN, UNO ESTÁ PLATICANDO CON SU CRUSH MIENTRAS EL OTRO YA ESTÁ TENIENDO ACCIÓN CON ÉL 😻 Iba a seguir lo demás en este cap pero tenemos MUCHO contenido así que mejor lo sigo en el siguiente. ¿Les impresionó lo del hombre y Aokbab? 😱 + Saint teniendo desde ya sed por la carne y peor aún, ¿de su mejor amigo? Seguiremos descubriendo lo que resta de esta fiesta en el siguiente y, oh.... Les recomiendo que se queden a ver porque de ahí empezamos lo feo😏.

Side note: No se asusten, Earth estará a salvo🤭............. No puedo asegurar si indefinidamente pero 🤣🙈 Aunque lo amo mucho así que no che*

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