Capítulo 5: De regreso a clases
KISUGI'S POV
Mañana empiezan las clases para los niños. Los niños ya tienen todo preparado. Estoy haciendo la cena mientras Izawa juega videojuegos con Haru.
─¡Papá, aprieta equis! ¡Equis! ¡Triángulo! ¡Círculo!─ le grita Haru a Izawa mientras aprieta desesperado los botones.
─¿Por qué gritas figuras geométricas?─ preguntó confundido. El pobre no tiene ni idea de cómo jugar, jaja.
─¿Jamás has jugado videojuegos en tu vida?
─Ñel. Mi vida siempre fue el fútbol.
─Con razón eres tan malo...
En la pantalla decía Game Over.
─Olvídalo, ya perdimos─ dejó el control sobre el sofá.
─Nunca seré bueno en esto─ ríe.
─¡Niñas, la comida está lista!─ les grito. Las tres están en el cuarto.
Los seis ya estamos en la mesa comiendo algo especial que la tía Nagisa me enseñó a hacer la última vez que vino a visitar a los peques. ¿Recuerdan cuando nos hizo a Izawa, Mei y a mí unos corazones de salchicha y huevo? Bueno, esta receta es muy parecida, pero más rápida: se trata de mini pulpos de salchicha.
─¡Me encantan!─ dicen nuestras bendiciones.
─Jeje, me alegro. Créditos a la cocinera que viajó a más de veinte países en su vida─ dije antes de tomar un vaso de agua.
─La tía Nagisa es la mejor. Me compró el último juego de Desafío Zombie, el último de la cuatrilogía, ¡vale una fortuna! ¡Y ella me lo compró como si nada!─ dijo Haru.
─Sí, ella tiene mucho dinero, y en los países donde viaja las cosas son mucho más baratas.
─Es sorprendente─ dice Maya.
─Ya está. Vayan a dormir. Mañana es un día nuevo de clases y deben estar bien descansados─ les dice Izawa.
─Sí, papi.
─¿Podemos ir por helado a la salida?─ nos pregunta Yumi.
─¿Más helado? Te va a caer mal, cariño...
Me mira con esos ojos de perro. ¡Maldición! ¡Siempre me ganan!
Bueno, tal vez otro heladito no sea tan malo, jeje.
─Okey, pero será el último de esta semana. Hasta el siguiente sábado, no hay más helado─ aclaré.
─Está bien, papá─ sonríe conforme.
Esa sonrisa siempre nos calma a Izawa y a mí. Somos quienes deben protegerla de los peligros de este mundo. Ella es chiquita y no lo sabe, pero el mundo lleno de arco iris que ella ve es sólo una ilusión que se va a esfumar cuando crezca y aprenda de los peligros verdaderos del mundo. Pero claro, no la vamos a asustar ahora. Los niños deben crecer felices, no importa cómo vean el mundo.
Debemos proteger esa sonrisa esperanzadora.
Los niños fueron a la cama, aunque Yumi se quedó con nosotros.
─Papis.
─¿Qué pasa, nena?
─Quiero hacerles una pregunta...
─Cla-claro.
─¿Por qué Daoko, Haru y Maya son adoptados, y yo nací de ustedes?
En ese instante nuestras mentes se dispararon a ese día donde ella apareció en nuestras vidas. Lo recuerdo como si hubiesen pasado tan sólo siete años...
Uy, volviendo al presente.
─Verás, Yumi. Nosotros queríamos un hijo propio, y pues, te tuvimos─ le sonreí.
─Nosotros vimos a tus hermanos llorando en el orfanato, y nos dio tanta pena que quisimos adoptarlos para que tengan una familia con quien reír. Además pensamos que a ti te gustaría la idea de tener hermanos─ le dijo Izawa.
─Los queremos a los cuatro por igual─ la senté en mi regazo─. Aunque... En secreto, te amamos un poco más a ti, ya que eres quien trae alegría cuando todos estamos deprimidos─ le doy un beso en la mejilla.
─¿Enserio?
─Sí, de veras, Yumi─ Izawa le da un abrazo.
─Yo los amo mucho, papis.
─Nosotros más, hijita.
─Ahora ve a dormir. Mañana te espera una gran jornada.
─Síp─ se fue a su habitación.
KISUGI'S POV
Ya desayunamos y nos arreglamos para llevar a los niños a la escuela. Están todos muy entusiasmados, bueno, Maya más o menos. Es demasiado tímida, pero el resto ansía con llegar.
─¡Ya quiero ver a Shin!─ dice Yumi.
─Yo también─ dice Haru.
─Oigan, tranquilos, ¿sí? Estamos a pocos metros de llegar─ les dice Izawa, mirando hacia adelante para evitar chocar.
─Que les vaya bien en su primer día, niños─ les digo.
─Gracias, papi.
Por fin llegamos. Los niños se van corriendo al patio donde están todos los niños esperando a que la directora pase la lista de los grupos.
─¡Cuídense!─ les gritamos.
─¡Gracias!─ nos gritan.
YUMI'S POV
Entré finalmente a mi nuevo salón. Está lleno de cajones de juguetes, hay una pecera en la ventana, un pizarrón enorme y una alfombra enorme. Hay como cinco mesas enormes, y en cada una entran cuatro niños. Yo me senté en una y me dediqué a prestar atención a lo que la maestra explicaba.
En los primeros cuarenta minutos hicimos un dibujo para decorar el salón. Yo hice a la gran familia Dango.
Iba a guardar mi lápiz en la cartuchera, pero éste se cayó de la mesa. Cuando lo iba a recoger, una mano ajena lo hizo por mí.
─Te lo regreso─ me lo da.
─Muchas gracias...
El timbre toca.
─Llegó la hora del recreo, niños─ nos dijo la maestra.
Todos sacan sus loncheras y salen corriendo del salón.
Sólo quedamos yo y esa niña.
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