Capítulo 14: Terror
MAIKA'S POV
Kojiro y yo hemos salido juntos bastante estos días. Lo veo más animado, más sonriente (y al fin se afeitó, jaja). Creo que mis palabras lo hicieron entrar en razón, y pasó por alto lo de su novia muerta. Cuánto me alegra verlo más contento.
─¿Qué te gustaría hacer ahora, Maika?─ me pregunta.
─¿Una carrera a la heladería?
─¡El último en llegar paga los dos helados!─ corre y se aleja de mí.
─¡ESO ES TRAMPA!
─¡Pues mejor alcánzame!
¡Ahora verá! Intento alcanzarlo lo más rápido.
Falta poco para llegar a la heladería, y muy poco para rebasar a Kojiro. Pasamos por una plaza, donde veo a un grupo de chicos de nuestra edad (aunque las tres chicas parecen dos años más chicas).
Qué raro. La chica de cabello negro y el chico con una cicatriz en forma de x me suenan familiar. Me les quedo mirando unos segundos.
─¡MAIKA, DATE PRISA!─ me grita Kojiro.
─¿Eh? ¡Ah, sí! ¡Ya voy!─ vuelvo a emprender la carrera.
MINAMI'S POV
¿Quién habrá sido esa chica? ¿Y por qué nos quedó mirando a Urabe y a mí de esa forma? Es como si nos conociera, pero nunca la he visto...
─¿Tienes alguna idea de quién es?─ le pregunto a Urabe.
─No... Aunque... El verla corriendo junto con Hyuga... me hace acordar a aquella vez que volví a ver a Nozomi...
─Ya, no pienses en eso, o te va a agarrar otra depresión fuerte─ poso una mano en su hombro─. Ya pasaron ocho años. Tienes que olvidarla, y enfocarte en el presente, y qué harás en el futuro─ lo miro a los ojos, a esos hermosos ojos verde que posee.
─Minami...─ se sonroja.
─¿S-sí?
─¡OIGAN, ESTAMOS ESPERÁNDOLOS HACE TREINTA SEGUNDOS!─ nos grita Aya desde la otra esquina. Nos quedamos solos.
─¡YA VAMOS!─ corrimos hacia ellos.
FUMIKO'S POV
Y ahí va de nuevo... Es evidente que Urabe siente algo por Minami, y ella algo por él, por más que esté de pareja con Nitta.
Es una zorra.
MEI'S POV
Fui a visitar a Onii-chan a su casa un rato. La verdad es que estoy aburrida en casa, y extraño hablar con él. Pasé de jugar, dormir, y reír con él en casa, a tener que visitarlo pocas veces a otro lugar. Consecuencias de crecer, supongo. No todo en la vida va a ser como lo quieres por siempre. Las cosas siempre cambian, y nuestra única opción es aceptar eso.
Cuando toqué la puerta, Izawa me abrió.
─Oh, hola, Mei. Tiempo sin verte─ nos dimos un beso en la mejilla.
─Ha pasado exactamente una semana, pero para mí fue como un milenio─ reí.
─Kisugi y los niños están aden...
─¡TÍA MEI!─ Yumi se me tira encima.
─Jeje, hola, Yumi-chan─ la upé─. Veo que me extrañaste mucho.
─Hace días que quería verte para contarte que amé el nuevo capítulo de tu historia─ su rostro se iluminó.
─¿Enserio? ¿Tan así?
─¡Quiero el nuevo capítulo ahora!
─¡NOSOTROS TAMBIÉN!─ los demás se acercaron... y detrás de ellos venía Onii-chan...
─¡ONII-CHAN!─ lo abracé con todas las fuerzas de mi cuerpo.
─¡Pero es mi hermanita preferida!
─Soy tu única hermana─ reí.
─Y nunca necesité más─ me despeinó el cabello.
─Y tampoco tendrás más porque mamá y papá ya no tienen edad para otro hijo─ los dos nos reímos.
─Y dime, ¿qué cuentas? ¿Cómo te va en la preparatoria?
─Sin ser por el miedo que tengo por pasear en la camioneta de Masato, excelente.
─No sé cómo hizo ese hombre para obtener su licencia si casi siempre se come una columna─ comentó Izawa.
─¡Pero tengo que andar todo el tiempo con la guardia arriba para evitar que choque! Porque siempre se distrae o con el celular, con las payasadas que dicen los del fondo, con las chicas en bikini, con los pajaritos...─ cuento con mis dedos─Dios, es todo un lío.
─Descansa de todo ese estrés con los macarons que compramos después de saber una gran noticia...
─¿Qué pasó?
Daoko se tocó la pelvis.
─Me vino─ dijo con una sonrisa pequeña.
─¡Felicidades, Dao!─ la abracé.
─Ahora tengo que andar cambiándome de bombacha a cada rato─ una gota versión anime resbaló por su sien.
Todos nos reímos.
Ya cayó el sol, y las calles se inundaron en un mar de oscuridad. Me fui de la casa de Onii-chan con una felicidad enorme. Cómo extrañaba verlo, reír con él, comer con él, y ahora tiene su familia...
La felicidad se esfumó cuando doblé la esquina. La calle estaba en total oscuridad, a excepción de un poste de luz que iluminaba el cuerpo de una persona tirada en él...
Tragué saliva, asustada, y decidí acercarme un poco a ver si seguía viva o no...
La sangre se me hiela al ver que era una chica, y que se trataba de Chiasa... Mi compañera de clase...
El grito que pegué fue tan fuerte que se escuchó en toda la cuadra.
─Chi-chiasa...─ me salió la voz de pito, y las lágrimas me surcaban el rostro. Mi rostro estaba azul del terror que estaba viviendo.
¡¿Quién fue capaz de hacer una cosa así?!
─Jojojo, la fiesta recién acaba de comenzar─ una voz aterradora suena a mis espaldas.
Me doy vuelta, temblando como una hoja, y encuentro algo que hizo que mi corazón dejara de latir.
Un hombre con un arma.
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