Capítulo 10: Compañero nuevo
MEI'S POV
La mamá de Kohana nos trajo en el auto a mí y a ella en su auto a la preparatoria.
─Que les vaya bien, niñas─ nos dijo.
─Gracias, ma─ dijo Kohana, colgándose la mochila de un hombro─. Muero por saber si aprobé el escrito de Matemáticas o no.
─¿Les sirve el profesor nuevo?─ nos pregunta Mai, su madre.
─A Mei-chan no le cambia nada, porque ella es como la madre de la Matemáticas. ¡Literalmente se sabe TODO!─ respondió Kohana.
─Jeje, lo que me gusta de Yusuke es que no es para nada estricto. Daiki era todo lo contrario.
─¡MAL! ¡Y encima explicaba para el cu...!
─No digas esas palabras en público─ le ordenó Mai.
─¡Pero nadie nos escucha!
─Ya, vayan antes de que se pierdan la clase─ hizo un ademán con la mano, en señal de que nos pusiéramos en marcha.
─Nos vemos, Mai─ la saludé.
─Adiós, Mei, Kohana... Ah, y si van a hacer un viaje en la camioneta de Masato, ¡por favor asegúrense de que mire adelante!
─Por supuesto que sí─ la miré con ojos de plato. Literalmente la última vez casi se come una columna cuando íbamos a ir al parque. ¡Casi me da un paro cardíaco!
Entramos a la clase a tiempo. Nos sentamos en nuestros lugares correspondientes y esperamos a que Yusuke llegara.
─¡Ay, qué nervios!─ Kohana se columpiaba en la silla. Noto que está muy nerviosa por el escrito.
─Ya, lo vas a salvar. Estuviste estudiando día y noche─ le dije.
─Es que no hice dos ejercicios porque eran muy difíciles, y temo a que el resto esté mal.
─¡Ja! ¡Cada cosa que haces siempre está mal!─ se burla Koichi, un chico que detesta a Kohana. Podría decirse que es un odio mutuo.
─¡ACÁ LO ÚNICO QUE ESTÁ MAL ES TU EXISTENCIA!─ le gritó.
Koichi le echó el dedo del medio y Kohana hizo con sus dedos índice y mayor unas tijeras. Volvió a poner su atención en mí.
─¿Te digo algo? Estuve pensando en hacer un videojuego de Dango─ le dije.
─¡¿Enserio?!
Asentí.
─Podría aprender a hacer uno. Me encanta tanto mi historia de Dango, que pensé en hacer un juego en base a esa historia.
─Shin-kun me mostró tu libro, y como es HERMOSO, el videojuego va a ser aún más hermoso.
─Me alegra que pienses eso. Mira, en la historia Hiyama, Kasuga, Asakusa y Konosaka son desterrados al mundo de los Dangos, y su única salvación es pelear contra todos los Dangos que se crucen en su camino, y así llegar al castillo del Gran Conejo a pedirle el deseo de transportarlos de nuevo a su mundo. En el videojuego va a ser exactamente lo mismo.
─Eres una genial, Mei-chan. El mundo te conocerá como Mei Kisugi: La mejor escritora de fanfics de La Gran Familia Dango del mundo.
─Jeje, no creo ser la mejor.
─¡Pero si lo eres!
─Si tú lo dices...
En eso el profesor de Matemáticas entra al salón. Pero un chico viene con él. ¿Quién será?
─Muy buenos días, clase...
─¡¿Y LOS ESCRITOS?!─ preguntó Kohana a los gritos. Llegó un punto en el que no podría estar más nerviosa.
─Cálmate, por favor─ le susurré.
─Tranquila, Kohana, los traje y ya se los estoy por dar, pero primero...─ miró al chico nuevo─Quiero presentarles a nuestro nuevo compañero.
─Es un placer. Mi nombre es Yukito Izayoi. Vengo desde la ciudad de Furano, Hokkaido. Y espero poder pasar un buen año en esta escuela─ sonrió.
El chico poseía el cabello lacio, marrón claro y ojos verdes. Era lindo. Muy lindo.
Kohana, el percatarse de que lo estaba mirando fijamente, me puso esa típica cara de pervertida.
─¿Así que Yukito-kun, eh?─ sube y baja las cejas.
─¡Qué cosas dices!─ mi rostro quedó hecho un tomate.
─Por favor, ve y siéntate al lado de Mei─ le dice el profesor.
Yo levanto el brazo para que logre identificarme.
Mientras se acercaba a mi escritorio, Kohana seguía con ese gesto.
─Ahí viene tu príncipe azul.
Yo sonreí y le agarré las mejillas.
─¡Deja de decir esas cosas!─ le apretujeaba las mejillas.
Yukito se sienta a mi lado. Intento no ponerme roja a su lado, ¡pero es imposible!
─Muy bien, les entregaré los escritos─ empieza a repartirlos por los escritorios.
Me saqué doce, Yukito también. Se ve que es muy bueno en Matemáticas. Aimi sacó diez, Ushio nueve para arriba, Kaede once y Kohana...
─¡¿SEIS?!─ casi me muero de risa al ver su cara de sorpresa.
─Has mejorado mucho, Kohana─ dijo el profesor, y siguió repartiendo los demás escritos.
─No puedo creerlo─ ¡está llorando!
─Lloras por un simple seis, yo me saqué ocho─ le soreteó Koichi.
─¡TE VOY A CAGAR A LATIGAZOS!
Yo me reía, pero cuando volví a mirar a Yukito, volteé la mirada para que no vea que me puse roja frente a él.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top