Capítulo 26: Nos volvemos a ver (FINAL)

KISUGI' S POV

Empecé a comer uno de los panchos que mamá nos trajo para la cena, sin embargo, Izawa estaba callado y mirando al vacío.

─¿Qué sucede, Izawa?

─No quiero comer estos panchos

─¿No te gusta esta marca?

─No es eso, es que quiero algo más rico que está en frente de mí─ pone una mirada pícara.

─¿Q- qué es?

Izawa mete su mano por debajo de mis shorts y empieza a restregar su mano contra mi miembro.

─Nyaa...I- izawa...

─¿Me permites satisfacer mi hambre maldita?─ me habla en tono juguetón y empieza a quitarme los shorts y los bóxers.

─Izawa...

Izawa empieza a lamer mi miembro y a meterlo completo en su boca. Mis gemidos brotan de mi boca y se van haciendo cada vez más fuertes y agudos.

─Shh, calladito te ves más kawaii─ me pone un dedo en los labios y me lame la mejilla─. Tu madre se va a dar cuenta y le va a decir a medio Japón.

─Tienes razón...I- izawa...creo que voy a correrme...

Y lo hice. Me corrí en la boca de Izawa. El semen salpica su cara, su ropa y parte de su pelo.

─Mmm, no sabe nada mal.

─¡No puede ser! Rápido, ve al baño y báñate. Yo voy a cambiar las sábanas...

─Pero tu madre se va a dar cuenta...

─Niños, ¿todo bien?─ pregunta del otro lado de la puerta.

─Eeeeh síp. Cero problemas.

─Ok. Tu padre y yo vamos a salir de compras para el viaje y volveremos tarde. Mamoru, ¿quieres que le avise a tu madre si quieres quedarte a dormir aquí?

─Está bien. Gracias, Ritsuko.

─Nos veremos mañana, Teppei, Mamoru─ escucho sus pasos alejarse, luego escucho que cierran la puerta y se van en el auto. Estamos solos.

─Bueno, ve al baño, ¡ya! Enserio lamento lo del semen...

─No te preocupes. Lo importante es que no nos descubrieron─ me da un beso.

─Wakala, aun tienes semen en tu boca...

─Upps, gomen' nasai─ junta las manos y me mira con ojitos de perro triste.

─Te ves tan tierno, Izawa─ le doy un beso en la frente.

─¡Onii- chan!─ Mei golpea la puerta─¡Tengo hambre!

─¡Ya voy! Espera unos segundos. Sale por la puerta y anda corriendo al baño─ le digo a Izawa y yo me pongo los bóxer y los shorts.

─Volveré más rápido que Flash─ sale por la puerta y pasa por alto a Mei.

─¿Qué le pasa a Izawa, Onii- chan?

─Lo manché de pintura por accidente─ le digo con una sonrisa inocente.

─Ah, okey. ¿Y qué hay para comer?

─Emmm...─ miro el plato de panchos y papas fritas casi lleno arriba de mi cama─Papas fritas y panchos─ le doy el plato.

─¡Qué rico!─ come una papa frita─¡Gracias, Onii- chan!─ se va a su cuarto con el plato.

─Me salvé de puro milagro...


Ya ha pasado una semana y es el día de partir a Alemania. Aprontamos las maletas y valijas con un montón de cosas para dos semanas. Minami está emocionada de ver a Wakabayashi y Mei de ver a Misaki.

─Muy bien, esperen en la cafetería del aeropuerto mientras que nosotros arreglamos lo de las valijas─ nos dice mamá y los cuatro nos sentamos en una cafetería.

─Estoy emocionada, Onii- chan─ dice Mei y yo le acaricio la cabeza.

─Todos lo estamos. Vamos a tener el mejor viaje de nuestras vidas.

─Y yo quiero ver al Ganso a ver si se acuerda de mí.

─Claro que se va a acordar de ti, después de ese besito─ Izawa la mira con picardía.

─¡No te metas en mis líos amorosos y preocúpate por tu Kisugi!─ le jala los pelos.

─¡Ayyy, Minami, ya basta!

─Jeje, también quiero ver al Ganso─ dice Mei.

─¡Chicos, ya están listas las maletas!─ dice mamá.

Nuestro avión sale en media hora. Ya estamos subiendo al avión. ¡Es enorme! Nos sentamos los seis juntos. Yo con Izawa, Mei con Minami y mamá con papá. Me tocó la ventana, por suerte.

─Tú te mereces ver los mejores paisajes que jamás vas a ver en tu vida, bebé─ me dice y me besa en la frente.

─Protégeme de las turbulencias, por favor─ me acurruco en su pecho.

─Por supuesto.

Pasó la media hora y el avión ya partió. Las turbulencias me asustaron un poquito, pero Izawa me protegió con sus muestras de afecto supertiernas. Mei, en vez de llorar, se reía, y Minami se agarraba del asiento de Izawa (que estaba adelante).


Fue un viaje sumamente largo, pero lo disfruté. Llegamos al aeropuerto de Múnich y luego fuimos a la casa a dejar las cosas. 

Salimos a ver si encontrábamos a Misaki o a Wakabayashi. Lo llamé hace unos días y dice que él está aquí de vacaciones, lo que significa que los veremos a los dos.

Pasamos por un parque lleno de árboles. Empezamos a caminar y a jugar a las escondidas un rato, hasta que escuchamos a alguien decir nuestros nombres.

─¡Izawa! ¡Kisugi!

Nos volteamos y se nos heló la sangre. Estábamos cara a cara con ¡Misaki!

─¡Misaki!─ corrimos hacia él y nos abrazamos─¿Cómo has estado, amigo?

─Muy bien, y veo que ustedes me extrañaron─ se ríe.

─¡Por supuesto!─ lo volvemos a abrazar.

─¡Misakiiiii!─ Mei corre hacia él y lo abraza con todas sus fuerzas.

─¿Cómo has estado, Mei?─ la cubre con sus brazos.

─Misakiiii...─ se pone a llorar.

─Me extrañaste mucho─ sonríe.

─¿Por qué ya no hablas como antes?

─Son cosas de la adolescencia, Mei─ le digo, riendo─. Uno cambia de voz cuando crece.

─¡Misaki!─ Minami lo abraza.

─Minami...¿Cómo has estado?

─¡Genial! Y me alegra verte...

─¡Kisugi! ¡Izawa!─ esa voz es de...

─¡Wakabayashi!

Wakabayashi se nos acerca y nos abraza a mí y a Izawa.

─¡Ganso!─ Mei se le acerca con una sonrisa.

─Vaya que has crecido, Mei- chan─ se agacha a su altura y la toma de los hombros para dedicarle una sonrisa.

A Minami se le llenan los ojos de lágrimas. Genzo la ve y la turbulencia que ambos sintieron al verse se detuvo de golpe cuando por fin se abrazaron.

─¡GENZOOO!─ empieza a llorar en su pecho.

─Minami...Estás tan grande y desarrollada...─ ambos se ponen rojos.

─¡TE EXTRAÑÉ TANTO!

─Parece que ya se reencontraron─ mamá y papá aparecen con una gran sonrisa.

─Así es, mamá. Nos volvemos a ver─ los miré.

─Nos alegra volver a verlos, Taro, Genzo.

─Igualmente, señora.

─Ahora vayan a divertirse mientras que nosotros nos sentamos en la banca de por allá.

Misaki y Mei jugaron a las escondidas, Minami y Wakabayashi empezaron a ver vídeos en el celular de Minami, y nosotros nos sentamos en un lago a observar a los cisnes.

─Izawa, esto es lo que siempre quise: estar con mi padre de nuevo, estar en un viaje con toda mi familia, estar contigo...─ me recuesto en su hombro.

─Lo importante es que siempre estaremos juntos─ me vuelve a besar en los labios apasionadamente.

Él tiene razón. Lo único que importa es que estamos juntos.

Que somos amigos.

Que somos novios.

Que nos amamos mutuamente.

Y que a pesar de las dificultades que se nos crucen en nuestros caminos, vamos a permanecer juntos hasta la muerte.

Nosotros dos.

En paz.


FIN


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