KISUGI' S POV

─Elijo verdad.

─¿Cuál es tu secreto más grande?

Esa fue la pregunta del millón. Es mi oportunidad de decírselo. Estamos totalmente solos en la casa, y mientras Minami no se despierte, nadie nos molestará.

Siento una mezcla de emoción pero a la vez estoy asustado. Estoy emocionado porque por fin podré deshacerme de este manojo de nervios que he sentido durante toda mi vida, pero estoy nervioso y asustado de que me rechace o que me diga que dos hombres no pueden enamorarse. Honestamente, estoy nervioso porque llegue el momento de abrir la boca y articular las palabras que he querido decirle hace tiempo.

Tomo coraje. Respiro profundo y dejo salir el aire en un intento de deshacerme de mis estrés.

─¿Y? ¿Tienes algún secreto o no?

─Sí. Tengo uno─ suspiro─. Izawa, yo...

Mis mejillas se tiñen de un color rosado que se notaría a cien kilómetros de distancia. Aprieto las manos y vuelvo a observar a Izawa directamente a los ojos.

─¿Tú qué?

─¡Tú me gustas!─ al fin lo solté.

Me quedé cabizbajo por unos segundos y sin dejar el enorme sonrojo. Izawa me toma de los hombros y me mira directamente a los ojos.

─¿Estás nervioso por lo que crees que te vaya a decir?─ me pregunta con un tono de voz suave.

─Sí...

─Primero que nada: tranquilízate, que te voy a contar algo.

Vuelvo a inhalar y a exhalar el aire. Trato de permanecer calmado, pero es totalmente imposible. Me sudan las manos, sudo yo, siento que quiero llorar...¡Dios mío, cuánto estrés!

─Kisugi: no debes estar tan nervioso en confesarle tus sentimientos a alguien, y más si es a una persona de tu mismo género. Nadie te va a juzgar, menos yo. Yo valoro el amor entre personas de un mismo género. El amor entre hombres es real─ sonríe, pero hace algo más: coloca una mano en mi mejilla y se va acercando cada vez más a mi boca─. De hecho, yo también tengo algo que confesarte...─ une sus labios con los míos y...

Siento que estoy en el paraíso por lo que está pasando. Después de tantos años de sentir esa sensación de estar escondiendo mi sexualidad, por fin puedo estar en paz y disfrutar esto: Izawa por fin me está besando. Me está besando en los labios. Es un beso como el de las parejas reales. Desde siempre he querido probar los labios de Izawa...

Noto que acaricia mi mejilla con ternura, para pasar su mano a mi cabello y acariciarlo.

Siento como que estoy en el final de una película romántica.

Nos separamos por falta de aire.

─He esperado toda mi vida para que me dijeras que gustabas de mí, Kisugi, porque...yo también estoy enamorado de ti...

¿Escuché bien? ¿Acaso dijo "enamorado de ti"? ¿Izawa está enamorado de mí? 

─Desde que te conocí, me pareciste un chico muy lindo, y no puedo pasar otro día más sin tener que decirte esto─ me abraza, y vuelve a acariciar mi cabello─. Eres muy lindo. Siempre lo fuiste y siempre lo serás. Desde siempre he estado enamorado de este cabello de oveja.

─Tampoco soy una oveja─ me río.

─¿Qué quieres que te diga? ¿Cabello de brócoli?

─No, no...─ le digo, riendo─Con decirme ovejita ya está bien...

─También he amado tus ojitos, tu tierna voz y...tu cuerpo sexy─ lo último lo dijo casi en un susurro y con un tono rojo en sus mejillas.

─¿E- enserio soy tan sexy?

─S- sí...

Nos separamos del abrazo y volvemos a mirarnos a los ojos. No dudamos en volver a darnos un beso. En eso, siento unos dedos entrando en mis shorts e introduciéndolo en mi sexo.

─¡Ayyy!─ me quejé del dolor, pero a la vez sentí placer.

─Escúchame una cosa, Kisugi: también siento cómo mis deseos sexuales aumentan drásticamente...Siento ganas de hacerlo contigo...

Mi cara ya estaba totalmente roja por el sonrojo.

─¿Quieres...hacerlo? ¿Aquí? ¿Pero y Minami?

─Si ella despierta, estamos en el horno con papas. Cuando ve yaoi, se pone muy inquieta, y una vez destruyó un florero de mamá─ se ríe─. Volviendo al tema, entenderé si no estás listo para esto...

─¡NO! Quiero hacerlo...es uno de mis más grandes deseos...

─¿Estás seguro?

─Más que seguro.

Izawa guardó silencio por unos instntes.

─Muy bien, lo haremos, pero te pediré algo muy importante: no gimas muy fuerte (técnicamente, no gimas), porque sino Minami se despertará, y ya sabes cómo termina el cuento...

─Lo entiendo─ respiro hondo─. Muy bien, hagámoslo.

─Pero primero, vamos a ponerle tranca a la puerta, por si acaso─ se para y camina a la puerta para ponerle la tranca─. Ya nadie nos perturbará─ se quita la camiseta, dejando ver un abdomen muy bien marcado.

Trago saliva ante semejante belleza.

─Empecemos...