• CAPÍTULO 66 •

Te recomiendo escuchar "Earthly delights" de Aurora mientras lees este capítulo.
















Era casi usual el omega no tuviese tapujos a la hora de hablar, Jungkook había aprendido de ello en las más de veinte lunas qué le conocía. Sus palabras no soliendo guardar demasiado para si y orillandole a anticiparse a las situaciones en las que el rubio, no tendría dificultades para expresar lo que pensaba.

— No puedo creer que ese alfa haya dejado le hicieses un chupetón en el cuello — y quizá Jungkook había estado preparado para que ningún detalle pasase inadvertido para el omega apenas volviesen de Jeonu y ambos quedasen a solas. Sin embargo, la pregunta que había asaltado a su lado, le había dejado descolocado y con poca anticipación para responder.

— ¿Qué es un chupetón Jungkook?

La risa del rubio no se había hecho esperar, al igual que el como su rostro había enrojecido de pura vergüenza ante aquel cuestionamiento tan perspicaz de la niña. Esta pareciendo indiferente instantes atrás, lavando las frutas que con Taehyung habían traído desde la ciudad y que compartirían ahora en una ensalada.

El omega se había alejado un poco de la cachorra para luego susurrar— Por la diosa luna omega Min no diga esas cosas aquí — el pelinegro decidió obviar a la niña, con las mejillas demasiado acaloradas como para poder explicar siquiera algo de lo que sentía curiosidad. Pareciendo qué evitarle había resultado para que está siguiese con sus manos dentro de la fuente con agua, ajena a lo que ambos adultos conversaban.

Jimin sin embargo, solo sonrió hacia él apoyando sus codos en la mesa. Observandole desde allí claramente con intención, de que el pelinegro entregase todos los detalles de su viaje juntos.

— Le has marcado Jungkook. No pensé fueses de ese tipo de omegas. Me gusta — y aunque este había murmurado y el pelinegro había agradecido por ello, deseó gritar que las razones que estaba pensando eran incorrectas. Su lobo no obstante, le contradecía y se mostraba fanfarrón, por el como el peliplata había expuesto aquella marca con orgullo.

En cambio Jungkook, solo deseó dar un coscorrón a ambos. Su lobo y por supuesto, también a su alfa.

Había esmerado en cubrir con cuidado el cuello del peliplata, apenas se había percatado al despertar, de como un cardenal se le había formado en aquella zona. Sin embargo, a este parecía no haberle importado exhibir el detalle de la intimidad qué habían compartido.

— No es lo que piensa omega Min — Jimin le apreció curioso acercándose un poco más a él — No ha sido del todo a propósito yo... — el omega había estado a punto de decir, mas la presencia de la cachorra allí le hacia sentir incómodo, por lo que solo había creído que era mejor aceptar la sonrisa pícara del pelirrubio y que no parecía irse de su rostro.

Si le hubiesen mencionado que aquello sucedería, horas atrás habría evitado su lobo se apropiase de ese modo de su cuerpo y que la posesividad con la que había tomado al alfa, no hubiesen delatado tan explícitamente su encuentro.
















































— ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? — el omega había  cuestionado horas atrás y mientras yacía apoyado sobre el pecho del peliplata. Algunos mechones de su cabello húmedo, pegados en su frente alborotados y acompañando del carmin de sus mejillas.

Taehyung sonrió mientras seguía repasando la piel desnuda del omega, con una de sus manos y que se deslizaba con sumo cuidado bajo la manta.

— Eso debería preguntarlo yo — el pelinegro enmudeció por un instante, hasta que el alfa había reído y Jungkook le había devuelto el gesto con un pequeño pellizco sobre la piel.

Habían estado haciendo el amor por al menos un par de horas más luego de haber ingresado a la tienda, entre pausas somnolientas del cansancio natural. Y conversaciones que los habían llevado cómplices, a acoplarse nuevamente cuando el deseo había crecido y no había sido apagado en su totalidad. Por lo que estaba su lobo estaba seguro, era él quién más preocupaba por el bienestar del omega.

— No bromee conmigo alfa Kima — Jungkook reclamó — Te he marcado y no se si eso te ha hecho daño. No se si tu lobo me sigue queriendo o está disgustado conmigo por haber hecho eso — el peliplata tomó el rostro del pelinegro con sus manos, sintiendo al animal mover su cola al ser nombrado y deseando desesperado lamer el rostro del omega. Deseando reír a carcajadas ante lo distante que se hallaba la idea de Jungkook, de lo que realmente sentía su lobo en ese momento.

Podría haber aullado allí mismo si el omega lo hubiese pedido.

El alfa le miró a los ojos y le recorrió con suavidad la espalda baja con una de sus manos — Te he anudado ¿tres, cuatro veces? ¿En serio crees que mi lobo está molesto por haber sido marcado? — el rostro del pelinegro había pintado de rojo y Taehyung sonrió besando la punta de su nariz. Juntos habían compartido la intimidad necesaria para que aquellas conversaciones se volviesen cotidianas. No obstante, tanto él como Jungkook no dejarían al parecer, que el cosquilleo sobre su vientre desapareciese con tanta facilidad.

— Ha sido de esa manera ¿v-verdad? — las palabras del omega habían asomado sin pensarlo, con su mirada esta vez lejana a la del alfa y como si estuviese manteniendo una conversación consigo mismo.

El peliplata pareció entender, lo que le había hecho preguntar sin demasiado cuidado — ¿Tu crees que es posible que?...

— No — Jungkook había negado con rapidez  como si aquella situación le desagradase y lo que había provocado el lobo de Taehyung despertará ante el aroma y por como la piel del omega había erizado bajo la palma de su mano.

Estaba aterrado.

— Lo siento Tae, y-yo...

— ¿Por qué estás disculpandote? — preguntó antes de que el pelinegro acabase la frase. Sosteniendo con firmeza su cuerpo desnudo acercandolo al suyo, regalando una suave caricia sobre uno de sus pómulos cuando su mano había recorrido hasta allí. El omega pareció titubear — Jungkook...

— Porque no quiero estar en cinta. Porque no me siento listo para concebir a otro cachorro — la decisión con la que el pelinegro había respondido había hecho que su lobo quisiese gruñir, cosa que Taehyung había obligado a acallar, al comprender que no solo trataba de la mera negación del omega a cargar su cachorro. 

La sola idea le había hecho sentir un sabor nauseabundo en la boca.

— Sabes que jamás te obligaría a algo así — el peliplata señaló con una firmeza cautelosa, que había ocasionado el lobo de Jungkook acomodase bajo su cuello ansiando ser acicalado en medio de su angustia — Jungkook mírame — y aunque el omega había rehuido a su mirada, Taehyung había encargado de que este no se ensimismase, ayudándole a enfrentar su miedo y entregándo la seguridad que necesitaba — No voy a exigir otro cachorro.

— Es lo que deben hacer los omegas.

El peliplata se sintió molesto, mas se forzó en suavizar su voz — No el mío. No si no lo desea — los labios de Jungkook habiéndose curvado ante las palabras, dejando asomar las tibias lágrimas que Taehyung hubo encargado de limpiar — Si ahora yo te he preñado... — el alfa atrevió a decir, considerando también las características qué podría conllevar la opción de interrumpir una concepción y cuan doloroso podría resultar para el instinto natural de su lobo. No obstante, estaba decidido también a velar por el bienestar de Jungkook y cuidar de él. Aceptando racionalmente y apoyando lo que el requería para estar bien.

Jamás se atrevería a pedir algo cuando era su cuerpo el que debía cargar con un cachorro. Y ello podría lastimarlo aún más de lo que el omega estaba.

Y es que aunque el pelinegro no lo dijese o no haya atrevido a revelar ante él lo que sentía, Taehyung sabía que las situaciones complejas qué vivió durante su gestación, debieron haber dejado un recuerdo amargo y que seguramente temía volver a experimentar.

Estaba traumatizado. Y su embarazo formaba parte importante de lo que tardaría toda una vida enfrentar.

Se odió nuevamente por no haber estado allí para él.

— N-No. No lo creo — Jungkook respondió permitiendose relajar en la caricia sobre su rostro, cerrando los ojos momentamente mientras hablaba — Mi lobo apenas está despierto — y el peliplata podía dar razón en ello, pues si bien percibió el aroma del omega con más intensidad durante el acoplamiento. Este se volvía tan tenue en ocasiones, que incluso parecía no estaba allí.

Apenas y el omega le había marcado con el durante los últimos meses.

— Seré cuidadoso a partir de ahora —  el peliplata dijo para luego entrelazar una de sus manos con la de Jungkook y llevarla hasta sus labios para dejar un beso tibio — Mas te pido omega mío, no vuelvas a disculparte por algo así. Nunca pasaría a llevar tu voluntad, no has venido al mundo a concebir cachorros. No te amo por ser omega, ni porqué me hayas dado la dicha de ser el otro padre de Orión. Te amo por quien eres y te habria amado incluso aunque hubiésemos sido solo nosotros dos por siempre.

Las manos del omega le habían recorrido el rostro — Yo en serio te amo Taehyung — acercando su nariz a la del alfa y rozandola con suavidad, permaneciendo allí momentáneamente con sus ojos cerrados — Y de verdad quisiera que supieras cuanto lo hago, permitiendo me marques en algún momento.

— No hace falta... — el alfa intentó replicar, no obstante el pelinegro le había silenciado con un corto beso sobre los labios.

— Se que no lo has pedido. Jamás pides nada — el omega había rodado su cabeza hasta apoyar su respiración, junto a la piel expuesta del cuello del peliplata. Deteniendose allí frente a la sutil marca que había dejado horas atrás, repasandola con sus dedos y estando seguro que esta desaparecería con el transcurso de los días — Se que tenemos un lazo ¿Tu lo sientes?

— Quizá desde que te conocí — Taehyung había respondido tan rápidamente que le había descolocado.

— ¿Es así?

— Algo debió haber tirado de mi para pagar por ti casi todo los bienes de Kima ese horrible día en Min — Si bien el lobo del pelinegro había sentido la necesidad de sonreír, Jungkook sabía lo que había rodeado el que ambos se hubiesen encontrado — Por eso claro que lo siento. Incluso te soñaba los meses que estuvimos alejados y por eso reitero lo innecesario de marcarte. Soy tuyo desde que te vi por primera vez Jungkook.

Las palabras del alfa habiéndose posado aleteando sobre su pecho, percibiendo como los ojos le habían escocido un poco y alejándose de ese sentimiento para concentrarse en la algarabía qué sentía de su momento con el peliplata. Por lo que se había alejado por un instante de él, para acomodarse sobre su torso nuevamente y apoyar sus manos sobre el vientre desnudo del alfa.

Sintió como crispó allí bajo la yema de sus dedos.

El omega no sabía como podría explicar a Taehyung, que cada vez que este negaba a dar su marca, ante la única necesidad de cuidarle con devoción. Su lobo inquietaba curiosamente, como si aquel lugar natural a llevar la marca de su alfa, picase por la necesidad del deseo y adoración hacia el peliplata.

Y es que que tu pareja no llevase consigo la marca de apareamiento, sería normal acarrease vergüenza y humillación para un alfa dentro de sus pares. No obstante, Taehyung parecía totalmente ajeno al sentimiento denigrante y por el contrario, no parecía siquiera interesado en obligarle a someterse ante él. Lo que debería ser propio del comportamiento de un alfa con su omega.

— Antes de irnos —  y aquello solo aturdía deliciosamente a su lobo, el que si bien aun no se hallaba del todo cómodo con la situación. Tampoco parecía hacer el intento de alejar al alfa de su lado — ¿Podemos tocarnos otra vez?

El alfa habiendo reído ante su impudica petición, permitiendose deleitar con la imagen desnuda del omega y con su cabello cayendole libre y desordenado sobre el pecho.

Jungkook sabía que volver a Jeonu no sería algo que haría prontamente, aún cuando todo parecía estar calmo dentro del Estado. El como había hallado las tierras de su clan, eran la fehaciente prueba de que todo había cambiado para ellos.  Y quienes hubieron apoderado de ese territorio, pronto volverían exponiendoles a un encuentro que el omega no estaba dispuesto a enfrentar.

El dolor de haber sido arrancado de aquel lugar, restringiendo también a que su cachorro, no pudiese conocer el lugar que había pertenecido alguna vez a su linaje. Asimilando qué debían  permanecer resguardados en Min, hasta que la situación les permitiese viajar al menos a hacer su vida en Kima.

— ¿Seguro que eso es lo que quieres? — Taehyung preguntó mientras guardaba las cosas que habían llevado dentro de un bolso. Ambos preparándose ya para el regreso a Min, no deseando tampoco que alguien les hallara en aquel sitio.

Jungkook quien había mantenido su mirada fija en el lago que rodeaban las montañas de Jeonu, no dudó demasiado cuando este había cuestionado sus palabras. Y es que si bien su anhelo siempre había estado en volver a su clan, tampoco podía resultar distante para él, el como su cachorro crecería lejos de una familia. Lo que siempre había sido de vital importancia para un cachorro Jeonu.

La entrega de conocimientos y sabiduría no solo estando a cargo de sus padres, si no también de sus abuelos. Y aunque el omega desconocía si el alfa Namjoon formaría parte de la vida de Orión en algún momento, si estaba seguro que Seokjin estaría al pendiente de la crianza de su hijo. Algo que estaba dispuesto a permitir y agradecería en su momento.

— Necesito que Orión crezca en un lugar que él pueda llamar hogar —  un suspiro arremolinó en su interior, dolorosamente pesado — Nuestro cachorro nunca dejará de ser un Jeonu, pero él no pertenece a esta tierra que ha sido destruida. Es mejor él permanezca en Kima y pueda hacer su vida allí, en él también habita la necesidad de ir al mar no será difícil para él. Al menos hasta que podamos regresar aquí sin sentirnos extraños.

— ¿Y para ti? — el alfa intervino  habiendo detenido su acción, permaneciendo en cuclillas y observandole sin notarlo desde su espalda, hasta que Jungkook se había volteado hacia él — ¿Será fácil para ti también mi jazmín?

Los labios le habían temblado a cuando había oído a Taehyung. Y es que el omega sabía que aceptar separarse de Jeonu, era en parte también dejar una parte de él allí. Una donde había forjado todo en lo que creía y lo que defendería por siempre, pero que había acabado con mucho sufrimiento de por medio. Lo que también también había construido, gran parte de lo que él era en el presente.

Y de lo que ya estaba enseñando a su cachorro.

No obstante, también sabía que su corazón podría alivianarse solo con algo y sostenerse de ello. Aquella persona que tenía a su lado, había salvado su destino en una subasta y lo volvería a hacer cada día de su vida — Si estás nada será difícil Taehyung.

El peliplata habiendole sonreído desde su sitio, continuando guardando lo que habían llevado a Jeonu — ¿Recuerdas lo que te propuse meses atrás? — Jungkook frunció su entrecejo girandose completamente hacia él con sus piernas cruzadas, intrigado por la pregunta — Te haré mi esposo cuando vayamos a Kima. Quiero que todos sepan cual es tu lugar dentro del clan.

Un candor tibio había abrazado sobre su pecho — Para mi no es necesario si te tengo a ti y a nuestro cachorro. No necesitamos demostrar nada — añadió con timidez, mientras rozaba los dedos de sus manos con nerviosismo. Apreciando desde su lugar, como el alfa se detenía y se levantaba para acercarse a él.

Sus ojos tan brillantes como la luna, nunca les dejaría de comparar con el luminoso astro.

Sus dos manos le sostuvieron el rostro cuando se había hincado a su lado — Me has enseñado más cosas de las que imaginas Jungkook — este señaló — He tocado el agua cuando cuando estuvimos lejos, haber si así podría sentirte. Se que habitas la tierra y te duele cuando un árbol es cortado sin razón. He hecho mío tu dolor, porque tu me has hecho ver desde tus ojos y por lo que te han entregado tus ancestros — el alfa suspiró — Y se que eres un Jeonu y eso me honra tanto como a ti. Pero dejame también llamarte Kima, porque quiero aceptes el hogar donde criaremos a nuestro cachorro, como tuyo también mi amado omega — y el mentón enfrió para Jungkook, donde había escurrido la humedad de una de sus lágrimas — Claro, si aun quieres ser mi esposo.

El pelinegro había sonreído, apenas asintiendo cuando Taehyung ya le había robado un beso qué le había sabido a sal al alfa. Sosteniendose de la idea, de que allí ambos habían acarreado el mar junto a ellos. Y que este sería quien bendijiese su unión, el día en que pronunciaran sus votos.

En que prometieran cuidarse, amarse y respetarse para siempre.

Jungkook se sintió curioso por descubrir, cuanta diferencia habría con una ceremonia de ese tipo en Kima. Ninguno de los dos habiendo compartido demasiado de ello, estando seguro que aquel detalle no había sido antes del interés del peliplata. Tampoco sintiéndose molesto ante aquello, cuando imaginarse junto a un alfa en una situación como esa, había siempre sido lejana para él.

Decidió mantenerse calmo, confiando también en que Taehyung no haría nada que considerara podría incomodarle. Aún cuando el omega estaba dispuesto a respetar el rito sagrado de su clan, siendo su forma de agradecer a la tierra de su alfa, la protección qué él y su cachorro recibirían.
















— Estoy feliz por ti, puedo ver ese viaje ha sido adecuado para volver a verte unido a Taehyung — el rubio pareció decir con seriedad y lejos de estar bromeando, a lo que Jungkook asintió limpiando sus manos húmedas en el delantal qué le cubría, para comenzar a picar la fruta y echarla a la gran fuente. Mientras Hyejin se había quedado entretenida jugando con el agua en el lavaplatos.

— Espero Orión no le haya dado demasiado problema — Jungkook señaló con sinceridad, conociendo la aprensión de su pequeño cachorro. No obstante, la sonrisa del rubio se contradigo a sus disculpas.

— Tu bebé se ha portado como cualquier cachorro, pero todos hemos cooperado para que tu ausencia y la de Taehyung por supuesto, no le afectara — el omega apoyó su codo para sostener su rostro con la palma de su mano — Yoongi se ha dormido junto a él cuando no quería dormir, al parecer su aroma a alfa le tranquilizó. Pienso que ahora quiere un niño, así que quizá hagamos un pequeño esfuerzo — esto último diciéndolo risueño y como si le hubiese contado un secreto.

— ¿No está la cachorra Seulgi aun muy pequeña? — el pelinegro preguntó con evidente intriga. Mas el otro omega negó.

— Dos cachorros seguidos les haría aprender a compartir. Y también crecer junto a alguien de similar edad. Nunca tuve hermanos, pero siempre deseé tenerlos cuando veía a los demás niños jugar con los suyos.

Jungkook se mantuvo pensativo, dando la razón al omega cuando su experiencia había sido tan similar. Sensación de soledad que solo había sido mermada, por la presencia de Yongsun en su vida.

— Mi familia no es numerosa, así que he anhelado muchos cachorros desde que nos hemos unido con Yoongi. Solo espero las cosas mejoren dentro del Estado, para que traer un nuevo bebé no sea tan complicado.

— ¿Quiere un niño?

Jimin sonrió tomando un racimo de uvas y comenzando a desgranarlo — Lo que sea para mi estará bien. Oportunidades habrán para que podamos intentar — ambos omegas rieron y en lo que de haber podido, Jungkook habría llevado sus manos a cubrir su rostro.

— ¡Papá! — el grito de la cachorra les había hecho girar su rostro, observando como la pelirroja corría hasta los brazos del alfa, el que ingresó por la puerta de la cocina.

Los días siendo más amables con Chanyeol, quien de a poco comenzaba a recuperar el peso perdido y sus noches de insesante desvelo, cediendo y permitiéndole descansar sobrellevando su duelo.

Su cachorra evidentemente, también colaborando para que su ánimo mejorara.

— Papá ¿qué es un chupetón? — Hyejin preguntó sin demasiado cuidado en lo que el alfa había fruncido su ceño.

Jungkook abrió sus ojos del sobresalto.

— Alfa Chanyeol, estamos preparando una ensalada de frutas para todos ¿podría buscar unos platillos? — el rubio no permitiendo hubiese oportunidad para responder a la duda y aun menos, se enterase desde donde había surgido el origen de su cuestionamiento.

— Claro — el peliplata pareciendo ignorar al menos momentáneamente a la niña, moviéndose hacia donde Jungkook con la niña en sus brazos — Por si aun te interesa, ella está en este momento en el patio — Chanyeol le indicó con tranquilidad, deseando quizá que él percibiera aquella sensación para enfrentar la situación.

— Gracias alfa Chanyeol — horas atrás y apenas habían llegado a casa y tuvo su cachorro en brazos, habiendo preguntado por la omega. Todos señalando que esta había levantado el día anterior y jugado con los cachorros. Algo que había sido positivo, dado que llevaba días sin compartir con nadie.

Jungkook sabía debía aprovechar la oportunidad, la pelinegra se había negado desde hace días a verle, por lo que hallarla de buen ánimo y a solas, era lo apropiado para poder hablar.

Su alfa cuidando de su cachorro antes de que este volviese a pedir por él, dando espacio para que pudiese acercarse a la omega.

— No estés asustado, ella también te extraña — Jimin dijo dándole ánimos, mientras recibía en sus manos la fruta y continuaba con lo que él recienmente hacía — Ve, yo terminaré esta ensalada.

El pelinegro asintió en agradecimiento, ignorando en como su estómago se había apretado de nerviosismo y corroborando qué el pequeño paquetito aún continuaba en el bolsillo de su delantal. Levantándose de allí para dirigirse hacia afuera de la casa y al lugar donde la omega se encontraba.

Aquel día presentándose con nubes en el cielo, por lo que el sol no precisamente podría quemarle la piel con facilidad. No obstante, había tomado el sombrero que usualmente el señor Donghae utilizaba y lo había puesto sobre su cabeza.

Sus ojos de inmediato distintinguiendo la figura de la pelinegra entre los arbustos, con sus piernas cruzadas y tocando uno de ellos con sus dedos.

Jungkook sintió el césped bajo sus pies desnudos, habiendo salido con tal prisa que ni había escatimado en ponerse algo que los cubriese. Deseando sonreír cuando había apreciado los de la pelinegra de igual forma.

— Yongsun — su voz se había oído tan despacio qué por un momento había creído la omega no le había escuchado, sintiendo destacar el sonido de las hojas de las copas de los árboles, ondular con el viento. Ella inmovilizando sus movimientos, tensando sus hombros hasta que finalmente había volteado hacia él — ¿Puedo sentarme a tu lado? — el pelinegro preguntó no deseando incomodarla, sin embargo, esta había desearlo tenerle cerca tal como el lo hacía.

— ¿Por qué mejor no me abrazas?— esta había pedido casi avergonzada por hacerlo, lo que había hecho que este se acercase a ella con rapidez y así borrar aquel sentimiento erroneo en ella — Perdóname Jungkook — Yongsun le dijo apretandose a él debilmente — Perdóname por haber actuado así contigo.

— No tengo nada que perdonar — el omega respondió con seguridad, permitiendo esta ovillara sobre su pecho y él le repasase la frente con su nariz.

— Te he dejado solo.

— No solo esto me ha dolido a mi Yongsun, no es necesario me protejas de algo que nos ha lastimado a ambos. Tu también necesitas tiempo para sanar, si eso requiere de estar a solas, está bien para mi.

La pelinegra se sostuvo de él cerrando sus ojos y aspirando el aroma familiar del omega.

— Todos se han ido Jungkook ¿qué haremos si ya nadie está aquí para acompañarnos? — el omega guardó silencio, sintiendo su garganta bloqueada y sin saber si tendría una respuesta certera para su pregunta — A pesar de todo, siempre creí volveríamos a Jeonu. Con nuestra familia. Nuestra gente. Ahora ya no se si deseo regresar a allí.

Jungkook comprendió el sentir de su prima, asimilando también lo doloroso que resultaba aceptar aquella verdad.

— No hay nada de nosotros en este momento en ese lugar — dijo no con el afán de incomodarla, no obstante, la chica se había levantado de sobre su torso y apoyado sus manos a su costado para observarle — Todo ha sido destruido y poseído por otras personas. El Jeonu que conocíamos, ya no existe Yongsun.

Y a pesar de cuanto esas palabras ardieron en desazón sobre el pecho de la omega, también la  rabia había aparecido en ella.

— Nos lo han robado — dijo con lsp dientes apretados, casi haciendo que estos hiciesen doler su boca — Nos han quitado lo que nos pertenecía — Jungkook vio reflejada su desdicha en ella, la que miraba con sus ojos perdidos más allá de la imagen del pelinegro. Por lo que puso una de sus manos sobre  la de la pelinegra — Espero jamás el cielo bendiga un lugar que ha sido arrebatado y donde nos han matado. Solo espero que la desgracia caiga sobre ellos.

— Yongsun...

— Me d-duele. Era n-nuestro hogar — la pelinegra finalmente rompió en llanto, a lo que Jungkook no había dudado en sostenerla y acoger como a una cachorra.

— Lo se. Deja que duela, no voy a dejarte mientras duela — le señaló con suavidad, conocedor de aquel flagelo y como el mismo había corroborado sería muy difícil volver a estar bien.

Había demasiadas heridas sobre ellos.

— Deberíamos hacer una ceremonia — Jungkook no había entendido del todo lo que había deseado decir, por lo que Yongsun agregó — Para que nuestra gente descanse.

Aquello le había hecho sentido. Ambos habiendo estado enfrascados aún en el dolor latentw de la pérdida y el abuso sufrido, que poco habían dado tiempo para conmemorar la vida de los suyos.

De su padre. De su madre.

El rito siendo parte importante dentro de la vida de un Jeonu, quienes honrando su vida podían trascender en la memoria de quienes quedaban y disfrutar de la eternidad como sus antepasados.

Iluminar el cielo nocturno noche tras noche.

— ¿Crees que vayamos a desaparecer? Solo estamos los dos y Orión. Una vez que nosotros hayamos partido...

— Enseñaré a mi cachorro todo lo necesario para que Jeonu permanezca — Jungkook dijo con clara determinación — Que nuestra historia sea contada. Que la verdad sea dicha y que jamas nos olviden.

Una tenue sonrisa se había formado en los labios de la omega, casi imperceptible si no fuese porque él identificaba cada gesto en ella. Mas lo necesaria para que Jungkook creyese, estarían bien.

Y no habría de ser fácil, pues a pesar que se encontraban acompañados, sería complejo alejar el sentimiento de soledad que permeaba sobre ellos. Una especie de orfandad no solo ligada a sudesarraigo fraterno, si no también, al haber sido arrancados del lugar que sostenía la identidad de ambos y las generaciones que les seguirían.

¿Cómo enfrentarían la pérdida sin perder la esencia de un Jeonu? Aquello Jungkook aún no lo sabía.

— ¿Ya podemos traer la ensalada? — Taehyung asomó por la puerta con ojos curiosos y con su cachorro apoyado al costado de su cadera. Este llevando entre sus manos un trozo de durazno y que chupaba con su boca cada tanto, aun ido en la acción que no había dado cuenta el omega se hallaba frente a él.

Jungkook aseveró con su cabeza, levantándose de allí para ir a tomar a su bebé cuando este le había visto y había comenzado a lloriquear para que le llevase con él.

— Papá ha estado contigo durante un buen rato, ahora te has acordado de mi — dijo con dulzura y tomando la fruta con sus dedos para entregarla a Taehyung, cuando Orión ya no parecía interesado y hubo comenzado a palpar sobre su pecho — Solo quieres llenar esa pancita tuya, no es un interés real por verme — señaló el omega antes de besarle la punta de la nariz a su cachorro y desabrochar los botones de su camisa.

— Iré a avisar a los demás — Taehyung le dijo acariciando la cabecita de Orión, el que ya se mostraba distante de las atenciones del alfa y con solo su interés en el pelinegro.

Había dado tiempo al omega para ir con Yongsun, lo que había hecho también aprovechar su espacio con su cachorro. Este habiendo ubicado bajo su cuello apenas le había cambiado su última muda, acomodando su nariz allí mientras apretaba con fuerza la tela de su camisa.

Su lazo con Orión fortaleciendose día a día, ello mantenía a su lobo moviendo su cola de alegría, encargandose a su vez de marcar al cachorro con su aroma cada vez que podía. Deseando contrarestar los meses de ausencia, en los que de seguro este había pedido por él desde el vientre de Jungkook.

— ¿Como ha ido? — Chanyeol preguntó acercandose a él y luego de avisar a todos para ir a compartir un momento afuera. Juntando un par de cuencos para llevarlos hasta allí — Parece que ha ido bien.

— Si — el alfa respondió — No he podido hablar con Jungkook, pero ambos se veían tranquilos.

Chanyeol suspiró al mismo tiempo que caminaba hacia a un lado del ventanal y se apoyaba allí con sus brazos cruzados  — Espero que ni Jungkook, ni esa omega sigan culpandose por lo que sucedió. Y en serio espero que tú, él y tu cachorro, puedan estar bien Taehyung .

El peliplata asintió en agradecimiento, deseando decir cuanto aquello era lo que más deseaba y que solo aspiraba a algo tan sencillo como vivir una vida tranquila junto a Jungkook.

— Le llevaré de regreso a Kima cuando sea seguro — Taehyung dijo con seguridad, enderezando su postura y enfrentando al otro alfa. Una parte suya aún sintiéndose temerosa por la antigua reacción que su amigo, había tenido cuando había llegado con el omega por primera vez a su clan — Hemos decidido que Orión debe crecer allí.

Sin embargo, el tiempo y las vivencias de ambos se habían develado en la expresión que ahora el alfa le regalaba. Este sonriendo de manera gentil y con su respiración pausada.

— Me parece lo correcto — el alfa señaló con pasividad.

— ¿De verdad piensas eso?

— Claro que si — Chanyeol reiteró con firmeza — Una vez me dijiste que Hyejin era una Kima y crecería como tal. Tu cachorro es tan Kima como mi hija, estoy seguro reconocerá el mar apenas lo lleves a allí.

Taehyung sonrió ante la imagen, atesorando el día en que Orión pudiese descubrir el oceano con sus diminutos pies, ilusionado qué sus primeros pasos fuesen en aquel sitio.

Su piel nívea al igual que la de Jungkook, debiendo quizá ser cuidada del sol. O tal vez esta acostumbrando y tornandose más dorada para sobrellevar el clima de Kima.

— Deberás presentar a Orion frente al clan — Taehyung alzó sus cejas, habiendo de pronto recordado aquel detalle — No ha habido un cachorro de un líder desde tu padre, supongo merecerá una gran celebración.

Y es que él había oído de aquello de la boca de los más ancianos en Kima y el como el clan había celebrado por días cuando su padre había sido presentado. Toda la ceremonia simbolizando la dicha venidera qué Kima tendría. Festejo por la prosperidad de su sangre y las creencias de su gente.

El mestizaje de Orión no resultando importante para él, no obstante también yacía el miedo a que no todos compartieran su alegría y rechazaran su presencia dentro del clan.

Aun siendo así, no se iría de allí. 

— Primero espero sea una buena bienvenida — Taehyung respondió con sinceridad, comprendiendo la ansiedad que años atrás Chanyeol había sentido, cuando hubo llegado con Hyejin en brazos.

El otro alfa notando su temor, por lo que no había dudado en entregar contención.

— Tu cachorro tiene derechos Taehyung — el alfa dijo con énfasis — Pese a lo que la gente pueda hablar y le hagan sentir distinto durante toda su vida, lleva sangre Kima en él. Somos nosotros quienes debemos enseñarle, que no es menos por no compartir la misma piel. Será su crianza la que le dará el valor de defender lo que es.

— Tu tienes razón — las palabras de su amigo siendo tan correctas que al alfa le había hecho sentir abrazado y a la vez orgulloso de la valentía que habían en ellas — Es un alfa valiente, alfa Chanyeol.

El otro peliplata rió — Solo he aprendido de mi mejor amigo — la alusión entibió el pecho de Taehyung — Tardé años en darme cuenta de lo que realmente es importante, pero creo haber llegado a tiempo para dar valor a las personas que amo. No pretendo mi cachorra crezca creyendo su padre es un ignorante y cobarde.

— ¿Quién es un cobarde? — el alfa rubio preguntó apareciendo por el marco de la puerta, con su cuerpo levemente inclinado al acompañar a su cachorra a dar un pequeño paseo. Esta tirando de él hacia afuera y con claro interés para que este avanzase con más rapidez.

— ¡Yoongi lleva cubiertos! — Jimin gritó desde afuera de la cocina, mientras revolvía con ímpetu la fuente que tenía sobre la mesa del salón.

El alfa hizo una mueca como si no hubiese esperado el omega le ubicase tan cerca.

Taehyung abrió una de las cajoneras, para luego estirar la mano hacia él — ¿Seulgi está con prisa el día de hoy? — la cachorra lo observó desde su sitio, parpadeando hacia él hasta que dejó asomar sus dientecitos e inflar sus mejillas en una sonrisa.

— Sabe que Orión está afuera. Quiere verlo desde que lo han sacado de su cuna hoy por la mañana.

Aquello enterneció a Taehyung, quien había sido testigo del llanto de la cachorra cuando con Jungkook habían ido por él a su habitación.

— Entonces no quito más de su tiempo señorita — aquello bastó para que Yoongi alzase sus cejas junto a sus hombros, asumiendo qué seguiría el camino de su cachorra.

Taehyung terminó de juntar la loza qué se le había solicitado, girandose hacia Chanyeol — Creo que nos esperan.

No obstante, un fuerte estruendo de algo rompiendose y los gritos provenientes desde afuera hicieron dejase todo allí y corriese hacia la entrada. Apreciando la fuente rota con la ensalada a medio camino y a Jimin corriendo hacia donde  había dejado a Jungkook, su cachorro y Yongsun.

Su corazón apretandose, realizando la misma acción que el omega mientras el cuerpo parecía se le derrumbaba. Distinguiendo la figura de su omega, siendo sostenido por el omega Min.

Su boca habiéndose secado repentinamente, escuchando como sus latidos picaban en sus oídos. Apenas oyendo la voz de Chanyeol a su espalda, sintiendo su dermis arder.

Su lobo suplicando cambiar en aquel momento, cuando había escuchado a Jungkook el desgarro en el grito de Jungkook.

— ¡Orión no! ¡Se han llevado a m-mi cachorro!

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