• CAPÍTULO 6 •
-Entonces Taehyung ¿tu idea es exponer el tema de los Jeonu durante el próximo consejo de clanes? ¿cierto?- preguntó el alfa de rubia cabellera, jugando con sus dedos sobre el borde del sofá.
Los moviles de conchas sonando con la ligera brisa oceánica, mientras el peliplata sentado frente a él, se limitaba a apreciar un trozo de fruta que tenía entre sus dedos. Agradeciendo que siempre sus amigos, tuvieran ese tipo de detalles con su clan.
La fruta fresca, siempre era un bien preciado al interior del clan Kima. Ya que el viento muchas veces impedía ésta llegara a término y cuando lo hacía, era el sol quién acababa con ella.
- Lo es- le respondió- Creo que es la oportunidad indicada-agregó llevándose el trozo de fruta y degustando el sabor dulce de la piña.
- ¿Y esperas que te apoyemos? ¿Es así? - volvió a preguntar el rubio, a lo que él asintió sin dudarlo. Claro que lo necesitaba.
Y si bien Taehyung, dudaba del apoyo de la mayoría del consejo. Pues en su mayoría eran líderes de de avanzada edad y que mantenían creencias convencionales, difíciles de ser erradicadas. También estaba al tanto de que Clan Min, era el más poderoso del Estado y por ende, el con mayor influencia al interior del consejo.
Por lo tanto, se aferraría a la idea de que aunque por mas duro que se vea el panorama. Tendría mucho a su favor para poder al menos, tener la posibilidad de cambiarlo.
Razón por la que la desición del líder Min, era tan relevante para él.
Además que necesitaba tener a sus amigos de su lado.
Que pensasen del mismo, que aunque estaba casi seguro de ello. Sabiendo también lo que arriegaban con ésto, por lo que comprendería si su desicion fuese otra.
Eran sus amigos al fin y al cabo.
Y escuchó al alfa Min suspirar, frotando su frente con una de sus manos. Apreciando como su omega se acercaba a acariciarle la espalda- Vamos Yoongi, Tae es nuestro amigo-le dijo Jimin- Además de que sabes que tiene razón en lo que dice. Ni siquiera puedo concebir como los Jeonu no son considerados como nosotros, solo por tener costumbres diferentes. Eso es sencillamente estúpido.
Y el alfa Min entrelazó sus manos, llevándolas a la altura de su boca. Como si a través de este gesto, buscara a decisión correcta a la encrucijada a la que lo enfrentaba su amigo.
No era algo fácil.
Apreciando además, como Taehyung y su omega le miraban. Sus ojos nerviosos ante lo que diría. Para luego dejar salir, un profunsor cúmulo de aire de su boca.
-Está bien, está bien-y Yoongi sintió de inmediato como su omega le tomaba el rostro y dejaba un sonoro beso sobre una de sus mejillas- Pero has de saber esto no te saldrá barato alfa Kima. Quiero todo el pescado que puedas darme - dijo para luego escuchar reir a Taehyung, quién al la vez, alzaba sus dedos pulgares en señal de confirmación.
-No sabes lo mucho que valoro esto alfa Min. Te prometo que no te arrepentirás de entregarme tu confianza -agregó el peliplata, observando como Yoongi le entregó una sonrisa mientras asentía con la cabeza.
-Creo que podríamos también conversar con el alfa Jung - intervino el omega, mientras pasaba una de sus manos sobre su vientre de cerca de seis meses- Es decir, es un líder joven, por lo que es muy probable que comparta nuestro pensamiento. O al menos eso espero.
Y el alfa peliplata asintió. Esperando que de verdad así fuese y tuviese el respaldo de al menos una parte de los clanes. Deseando agregar algo a ello, cuando escuchó a sus espaldas asomar a alguien.
-Alfa Kima, el almuerzo está terminado ¿desea usted que ya lo sirva?- un beta de cabello ligeramente canoso, intervino en aquel salón y presentándose frente a ellos.
- Oh Donghae, te lo agradecería- dijo el alfa levantandose de su sitio- Claro que sí. Y avisa a Chanyeol también, me gustaría que el estuviese presente mientras compartimos con el alfa y omega Min.
Y el beta asintió - Le avisaré líder Kima. Por favor pasen al comedor y serviremos la comida - añadió, haciendo una breve reverencia antes de salir de aquel lugar.
Y Taehyung no pudo evitar que el corazón le golpeara el pecho. Siendo consciente de la razón de ello.
Jungkook.
Y es que en los días posteriores a su encuentro con las ballenas, su padre Seokjin había insistido en que lo mejor para el Jeonu, sería enseñarle aspectos esenciales, para que pudiese adaptarse con mayor facilidad al clan. Sugeriendole que el omega colaborara con labores domésticas al interior de la casona Kima, para de alguna forma "educarlo" y prepararlo para su nueva vida.
Y a Taehyung no le gustaba eso.
Desagradandole el ver como el chico debía dejar parte del él atrás. No pareciendole para nada correcto de acuerdo a sus principios.
Más su padre había insistido que una vez el chico hubiese formado nuevos hábitos en el pelinegro, sería mucho más fácil para él hacer entender a los demás clanes, que Jungkook era igual que loa demás. Y que su condición de Jeonu, no era justificación para considerarle menos que los demás.
Un animal.
Y aún a regañadientes, aceptó. Esperando sólo que todo aquello, por favor valiese la pena.
Por él.
Y le dolía. Percatandose también de la intención de su padre por distanciarlo del omega, pues ahora le veía solo lo necesario. Ya que este se pasaba el día con Seokjin y Donghae. Éste último siendo un beta de su plena confianza al interior del clan y quien estaba enseñando al chico, todo lo qué involucraba el cuidado de la casona. Y de lo que tenía experiencia desde hace años.
Donghae era un beta gentil y educado. Admirado por ello en todo el clan Kima. Por lo que Taehyung no dudó en escogerle a él, para la educación del omega.
-¡Alfa Chanyeol!- exclamó Yoongi aproximándose hasta donde aparecía el alto peliplata- Que agrado verlo después de tanto tiempo.
- Que honor su visita Alfa Min- le respondió éste, estirando su mano para saludar al rubio.
Y ninguno pudo pasar por alto a una pequeña cachorra de cerca de siete años, aferrandose a las piernas del alfa. Con su cabello liso y color rojizo perlado, que hacían una llamativa combinación con sus ojos pardos y su dorada piel.
-¿Y ésta niña tan linda quién es? - dijo el omega Min, sonriendo a la niña que le observaba tímida desde su lugar.
Y el alfa Chanyeol la alzó para tomarla entre sus brazos y ubicarla frente a los Min- Ella es Hyejin, mi cachorra.
Y para los Min fue evidente que la niña debía tener en sus genes sangre del clan Jung. Más ninguno opinó algo acerca de ello y por lo contrario, apreciaron que el alfa no le importase aquello.
-Hola Hyejin, eres hermosa cariño - le dijo el omega, tocandole una de las mejillas. Para luego reír porqué ella se escondiese en el cuello de su padre.
-Alfa Kima, ya está todo listo- mencionó Donghae, quién indicaba con sus manos donde se encontraba la mesa preparada para el almuerzo -Por favor tomen asiento.
Y todos asintieron, ubicándose en la sencilla pero bonita mesa preparada para la ocasión.
Los clanes acostumbraban ser cordiales ante cada visita extranjera y el clan Kima no era la excepción a ello. Dedicándose a servir variedad de mariscos y peces para quiénes no tuviesen siempre, la oportunidad de degustar las delicias del mar.
Era uno de los privilegios de vivir allí.
Los platos fueron servidos uno a uno sobre la mesa y Taehyung esbozó una pequeña sonrisa, al ver como el pelinegro aparecía con uno de ellos en sus manos. Siendo guiado por Donghae, quién indicaba donde ubicarlo.
-¿Él es?- dijo Jimin preguntando, al verlo servir el primer plato a él. A lo que Taehyung asintió, sin dejar de mirar al chico - Está tan bonito- agregó el omega.
Y es que Jungkook había adquirido un poco más de peso, dejando atrás las condiciones en las que se encontraba antes de llegar allí.
Con su cabello brillante y su piel más lozana. Vestido con un pantaloncillo color café de liviana tela y una bonita blusa blanca de algodón.
Todo un encanto.
-Gracias Jungkook - le dijo el alfa peliplata, mostrandole su geométrica sonrisa al verle asentar con su cabeza. Retirándose casi corriendo de allí una vez hubo terminado.
Bonito.
❀
Su corazón aleteaba fuerte bajo su pecho, como si de pronto quisiese escapar de allí y salir volando.
¿Por qué se estaba comportando así?
Dios, parecía un tonto.
¿Cómo podía afectarle de ese modo la sencilla sonrisa del alfa?
Tonto, tonto. Se repitió, mientras sentía que sobre su vientre se posaba un extraño dolor. Como si alguien estuviese apretandolo por dentro.
Dios, estaba loco.
-Jungkook...¿estás bien?- preguntó el beta frente a él una vez se adentró a la cocina. Y él sólo atinó a asentir moviendo la cabeza- Tienes las mejillas rojas- añadió, a lo que él automáticamente llevo sus manos a su cara, sintiendolas calientes. Y como no si sentía hasta el comienzo de su cuello quemar.
¡Ya basta lobo!
-Y-yo...yo estoy bien- respondió avergonzado, moviéndose rápido para picar la fruta que llevarían luego a la mesa. E intentando que Donghae no se percatara de lo afectado que estaba.
Creyendo no haberlo logrado, al sentir la mirada del beta sobre él.
-Procura ésta vez no cortarte- le dijo. Y él se preocupó de que así fuese, ubicando firme sus dedos sobre el borde de la fruta apoyada sobre una tabla de madera. Cortando con cuidado, pequeños trozos que fue instalando en potecitos transparentes.
Aún todo era muy nuevo para él.
Durante aquellos días había desarrollado una afición por el orden. Como que los cubiertos de tres puntas debían ir ubicados en el mismo espacio del cajón. Así como los que cortaban y con la que podías tomar la sopa.
Si, era extraño.
Y no era como que le agradara, pero tampoco le disgustaba. Pues se sentía demasiado curioso como para rehusarse a aprender alguna cosa nueva.
Además de que aquel Kima era cálido y le hacia sentir bien.
Sin miedo.
Donghae era amable y respetuoso, preocupado de que se sintiese acogido en los días que llevaba conociendolo. Además de ser muy silencioso, algo curioso y que captó la atención del omega, pues loa Kima no destacaban exclusivamente por ser callados.
Poderoso silencio.
Y Jungkook lo agradeció, ya que necesita un poco de meditación y que no le agobiaran con preguntas que ni él sabía como responder.
¿Y cómo hacerlo? Si desconocía tanto o incluso más que ellos. Deseando que se tratase de un mero sueño y todo vuelva a ser como antes.
Hace como un año atrás.
Cuando su preocupación absoluta era hacer prosperar a su clan. Resguardandolos de los fríos días de invierno y los implacables días de verano. Haciendo crecer formidable el alimento y cuidar de los animales. Para que todo Jeonu tuviese una vida digna y jamás nada le faltase.
Había nacido para ello.
Sin embargo nadie le preparó para algo como lo que vendría.
Ni los ancianos.
Ni las estrellas.
Recordando sin poder evitarlo, aquellos sueños que le alertaron los últimos días que estuvo en la montaña. A los que no les prestó real atención, pues no lo creía posible.
Era ilógico.
Carcomiendole la piel el haber ignorado todo aquello. Teniendo claro que era el principal culpable y quién había fallado a su gente.
Por eso estaba allí.
Por eso era el elegido para hacerlo.
Jungkook tenía claro que había nacido para cuidar de su clan y no dudaría en hacerlo.
Costase lo que costase.
Un Jeonu entregaría su vida por su gente. Así estaba establecido.
- Vamos Jungkook, debemos de servir el postre - le habló Donghae dejando una bandeja de vidrio, sobre la mesa de la cocina. Y el omega asintiendo, comenzó a instalar los potecitos transparentes con fruta picada sobre ellas.
Lucía tan deliciosa, que no dudo en robarse una frutilla para comerla mientras el beta no estaba en la cocina.
Dulce sabor.
- Llevala con cuidado- agregó Donghae abriendo la puerta de la cocina- Y no olvides comenzar por el omega Min- finalizó para dejarle salir de allí. Con las manos temblando y torpes por el nerviosismo.
Era su primer día haciendo eso.
Y no sabía si era sus músculos, la ropa o la presencia de ese alfa. Lo que le hacían sentirse incómodo. Muy incómodo.
- ¡Oh muchas gracias! - le dijo el rubio omega - ¿Jungkook cierto? - añadió mirándole- Mi panza ya pedía por algo dulce.
Y Jungkook observó al rubio, apreciando su vientre abultado por el embarazo. Luciendo tan bonito, sentandole muy bien su estado.
Un cachorro. El siempre había soñado con uno.
- Gracias Jeonu - habló aquel alfa Kima. Y aunque le había visto contadas ocasiones, sentía que a él no le agradaba su presencia.
Así como a varios integrantes del clan, que aún le miraban con rechazo. Más él les entendía.
Era un intruso después de todo.
- Ya puedes retirarte- añadió Chanyeol- y Jungkook asintió. Sintiéndose con extraño ante aquella orden. Percibiendo que quizás había sido molesto para el alfa verle allí, considerando la idea de que solo Donghae entrase al salón.
El se quedaría en la cocina. Sí, así lo haría.
Y evitaría aquellos tipos de situaciones incómodas y que no eran necesarias se formasen.
Sí, sería mejor así.
Y aunque los pies le molestaban, pues le habían obligado a ponerse zapatos. No se percató que su ineptitud con ellos fuese tan grande, como para trastabilar y perder el equilibrio. Sumándose a su hazaña por esquivar a la pelirroja niña que se le cruzó corriendo frente a él, jugando como cualquier cachorro de su edad.
Haciéndolo caer de rodillas en aquel salón.
No.
Y se sintió abochornado. Queriendo escapar de allí lo antes posible, pues el silencio que adoraba ahora se pregnaba en el ambiente.
Le estaban mirando y aquello no le gustaba.
Tan inútil.
E intentó levantarse, sin embargo, sus piernas no le respondieron y solo percibía las palmas de sus manos que apoyadas sobre el piso, le ardían dolorosamente.
¿Pero qué?
Y de pronto escuchó pasos rápidos llegando a su lado, con ese aroma que parecía volverse un hábito aspirar, pero que ahora olía a preocupación.
-Jungkook ¿estás bien? - dijo el alfa agachandose hasta su altura. Levantando entonces él su cabeza, para encontrarse con sus ojos color luna - ¿Te has hecho daño?
Y Jungkook quiso negar, mas había algo que parecía preocuparle. Por lo que como pudo, quitó sus manos del suelo quedando de rodillas y las giró para ver el origen de su dolor. Donde pequeños y tranparentes trocitos de la bandeja rota, se incrustaban sobre y bajo su piel.
Bordeadas por cúmulos de sangre que amenazaban con salir.
Un desastre.
Y Taehyung le tocó suave con la yema de los dedos, deseando tal vez comprobar que tan complejas eran sus heridas. No pudiendo el omega evitar, soltar un pequeño quejido debido a esto.
-Creo que deberemos limpiar esto- le dijo el alfa. Observando una pequeña sonrisa salir de su boca, sintiendo como este aproximaba se dedo índice y le tocaba la nariz - Tu nariz... está despellejando.
E inmediatamente llevó sus manos para cubrirla. Ya se había dado cuenta de aquello, explicándole Donghae que había sido por el "sol" y que su piel quemada iba a soltar para que sanase.
Que era normal.
Mas que precisamente ese alfa, estuviese riendo ahora de él le hizo volverse tímido. Y ya sus mejillas habían comenzado a ruborizar.
-N-no... lo siento, no quise incomodarte. Es decir...- se defendió el peliplata mientras movía sus manos- es bonito...o sea... quise decir t-tierno, no- intentaba hablar Taehyung, solo entorpeciendo sus palabras a medida que lo hacía.
Mientras a lo lejos los demás les observaban curiosos ante el comportamiento de esos dos. Escuchandose la pequeña risita de Jimin sobre la mesa.
- Ahora estoy entendiendo - soltó sin pudor alguno, solo sonriendo a la vez que se decidía a darle una primera cucharada a su postre- Mmm...esto sabe maravilloso ¿qué le han echado?
Su pregunta quedando en el aire, pues Chanyeol solo miraba preocupado aquella escena frente a sus ojos y pareciendole nada bien.
Para nada bien.
❀
- Vamos dime ¿ha sido Chanyeol no es así?- dijo de forma firme Taehyung a su padre, quién le observaba con disgusto.
Y es que aun no asimilaba el como Namjoon había entrado tan furioso a la cocina, mientras él limpiaba las heridas de Jungkook y Donghae echaba alcohol para que estas no infectaran.
Habiendo gritado y exigido que saliese de allí, asustando evidentemente al beta y al omega, los que confundidos prefirieron solo mantenerse en silencio.
Sin embargo Taehyung no se callaría.
Su padre le estaba desafiando.
-Él sólo está preocupado por ti Taehyung - y allí estaba la respuesta - Al igual que yo hijo ¿que se supone que estás haciendo?
Y sonrió, caminando agitado por aquel cuarto, dando vueltas en círculos para impedir que el coraje se le arrebatara de las manos y golpeara al alfa frente a él.
Su padre.
Y es que Taehyung no entendía porqué Chanyeol había prácticamente corrido, a hablar con Namjoon acerca de Jungkook. Diciéndole lo mucho que le preocupaba el incorrecto acercamiento entre ellos dos.
Maldición era su amigo.
Ni siquiera estaba seguro de que Seokjin hubiese tocado aquel tema con su padre. Confirmandolo cuando éste prácticamente le había gritado, amenazandolo con entregar un informe por su "inadecuado" comportamiento.
Semejante estupidez.
Si, Namjoon era un alfa tosco. Que aunque respetuoso y amable, seguía regido bajo viejos principios de los cuales Taehyung no estaba para nada de acuerdo. Por lo que al saber a su hijo y líder de clan, llamativamente cercano al omega Jeonu. Le hizo perder los estribos.
Taehyung odiaba eso.
Era su padre. Le honraría por aquello siempre.
Pero no toleraría que le humillase cuando era el alfa Kima era él.
Y cuando no había hecho nada malo.
Salvo esa noche, pero demonios ni siquiera le había tocado.
Por lo que ofuscado salió de allí, golpeando fuerte la puerta y dejando a su padre gritando palabras que ignoró por completo. Cansado ya, de que intervinieran en sus desiciones.
Acabaría con ello.
-¿Quién mierda te crees tú para entrometerte en mi vida?- le dijo a Chanyeol, topandoselo en aquel pasillo. Demostrando en su voz, la rabia que sentía en ese momento.
-Soy tu amigo Taehyung- respondió
áspero- Además de que debo velar por la seguridad de nuestro clan y eso incluye también con quién te relacionas- agregó.
Y Taehyung sonrió, pasandose una mano por el rostro- ¿Amigo? No me jodas- volvió a reír- Un amigo no sale corriendo a contarle a mi padre disparates que se le meten en la cabeza.
-No son disparates Taehyung, se como ves a ese omega- respondió - Lo miras de la misma forma en que la veías a ella y sabes que no tienes permitido equivocarte nuevamente.
El peliplata guardó un breve silencio, sopesando su respiración que de vez en cuando se aceleraba.
- No es lo mismo - le dijo con las palabras casi saliendo atoradas desde su boca.
Claro que no.
-¿No? ¿Y que lo hace diferente?- refutó Chanyeol- ¿Que ahora eres el líder del clan? Y no un mocoso que ni siquiera sabía lo que quería.
-Nunca lo creiste no es así- le respondió - Al igual que todos los demás, tu jamás me creíste.
Y allí estaba lo que le dolía.
-¿Qué querías que creyerá Tae? ¿Que la amabas? ¿Qué ambos lo hacían? - le dijo frío y sin cuidado - Por dios Tae, eras tan solo un niño.
- Pude haberlo sido, pero tenía claro lo que quería- respondió con su garganta doliendo.
-No era una Kima Taehyung, lo suyo era un error.
Y él volvió a reír, ésta vez sintiendo como sus ojos cristalizaban, más frenando aquellas lágrimas que gritaban por salir.
- Un error - rió - Ustedes siempre llenandose la boca con eso, cuando si alcanzan a entender lo que su corazón les pide- guardó silencio, pensativo por lo que diría- ¿Acaso tu cachorra lo es Chanyeol? ¿Hyejin es un error?
Y vió como el alfa abría sus ojos. Su respiración tornandose rápida y su aroma molesto. Muy molesto.
- Mi cachorra jamás lo ha sido- nunca lo sería, pensó- Sin embargo...
-Él si lo fue. Maldición Chanyeol no seas un hipócrita- respondió Taehyung, frustrado por la actitud de su amigo - Tu lo amabas y sabes muy bien que él también lo hacía.
El alfa guardó silencio, girando su cabeza hacia el costado. Y Taehyung estaba seguro de que había alcanzado un punto que Chanyeol forzaba a ocultar.
- Fue solo una calentura-le dijo frío, mas él podía sentir como su voz ae quebraba casi imperceptible.
- Sabes que no lo fue Chanyeol, por dios que no fue así - agregó Taehyung, mientras movía sus manos deseando hacerle entender al alfa- Por algo ocultó su estado y no abortó a tu cachorra. Y por lo mismo confió en ti al entregrartela.
Y el silencio llenó aquel lugar, quedando ambos enmudecidos ante ello. Pues porqué por mas que doliese, Chanyeol sabía que era verdad. Y que aquel omega, había aceptado entregar a su bebé, antes de que su clan se enterase y le obligase a quitarle la vida.
Aquello había dolido.
Jamás olvidaría aquel día.
A los ojos del omega, solo pidiendo que se la llevase.
A su cachorra.
- Lo siento, pero sabes que es así- agregó Taehyung, caminando hacia la ventana y apoyándose allí - Solo quiero que me entiendas y...
- ¡¿Qué entienda que Taehyung?!- intervino de pronto, tirando de su hombro y empujarle hacia atrás -¿Qué puedes vivir un sueño idílico con ese omega y vivir felices por siempre? - Chanyeol rió- Eso es irreal líder Kima. Los finales felices no existen.
Y Taehyung menguó su respiración, estabilizando su cuerpo de aquel duro golpe que le había propinado el otro alfa.
- ¡No he dicho nada de vivir una historia de amor Chanyeol!- respondió alterado - ¡Tan sólo quiero que entiendas! ¡que todos lo hagan!¡que somos iguales maldita sea!- le dijo - ¡Así ningún otro cachorro será nunca mas alejado de su padre! ¡Así nadie más tendrá que pasar lo de tu hija maldición!
- Hyejin no necesita de nadie más- insistió- Me tiene a mi y con eso basta.
- Sabes que no es verdad.
- Es más, ahora debo ir a cuidar de ella así que si me lo permite- y Chanyeol se inclinó para despedirse - Ahh y tenga cuidado líder Kima, no cometa los mismos errores que yo. Sólo se lastimará en el camino.
- Estás equivocado Chanyeol- quiso decir algo más Taehyung, sin embargo el alfa ya había salido de aquel lugar, claramente afectado por su conversación - Aún estás a tiempo amigo, aún estás a tiempo.
❀
El chico cada vez se volvía más nítido al aparecer la noche. Su pelo, sus ojos, su piel, incluso su voz. Se adquirían la forma tangible, de aquel alfa que ahora hasta le robaba los sueños.
Lobo, tonto lobo.
Y los dedos le habían hormigueado por querer tocarle. Su piel acanelada pareciendo resplandecer entre la neblina, mirándose el mismo la suya tan pálida como siempre.
Le vió reír, como si se burlara del modo en el que se encontraba. Pareciendole gracioso lo que causaba en él.
Tan lindo.
Y el peliplata se había acercado a él, tocandole el borde del rostro con su mano, bajandola hasta su cuello y dibujando allí suaves caricias con la punta de sus dedos.
Aquello le había erizado la piel.
Sintiendo como sus piernas se hacían débiles y necesitaba de algo en que apoyarse. Y creyendo que caía, hasta que percibió como el alfa le había rozado la cintura, presionando más fuerte su mano allí y atraído hacia él.
Con sus labios tan cerca de los suyos que podía sentir su cálido aliento.
Lo había sentido.
Casi su boca, chocando sobre la suya. Siendo arrastrada por su mentón, mandíbula y hasta su cuello. Lugar donde dejó claros besos y él había ya soltado un satisfactorio gemido.
Y sintió la vibración de su risa sobre la piel, deseando tocarle hasta el cansancio. Atrapando las hebras de su cabello entre sus manos, mientras se sujetaba de su cabeza para no desvanecer.
Quería más.
Por lo que le había tirado hacia atrás, observando sus ojos tan bonitos y su cabello tan perfecto. Maldición, quería besarlo.
Y que él le besara.
Por lo que apreciando sus labios, que viendose tan dulces los deseó probar, se acercó a él. Percibiendo el suave primer toque de su piel, rozandole con delicadeza y dulzura los suyos.
Ananké, ananké, ananké. Le escuchó decir, antes de fundirse en su boca y perderse ambos ahí.
La agradable humedad pregnandose sobre su aliento. Como si ese hubiese sido siempre su lugar.
Mi ananké.
Su ansiedad haciéndose palpable a medida que tiraba más hacia él. Distinguiendo como el alfa le apretaba con más intensidad, anhelando la urgencia de aquella unión.
Te esperé tanto.
Y de pronto sintió como el bajaba su boca hasta su mentón, mordiendo y lamiendo allí sin descanso.
Luego sus mejillas y su nariz. Y si, había mordido su nariz y eso le había confundido. Apretando tan fuerte sus ojos antes de abrirlos y ver la luz rodeando el rostro del pequeño animalito.
-Gatito- dijo con un leve tinte de decepción en su voz. Moviendo su mano para acariciarle despacio la cabecita, escuchando como este ronrroneaba y se acercaba a su cuello.
Iluso omega.
Aún sentía el cuerpo caliente, como si no no hubiese sido algo onírico que solo buscaba juguetear con él. Que era el alfa quién había estado tocandole y no un mero suceso de su imaginación.
Y se sintió extrañamente molesto, no sabiendo si era por el entusiasmo de su lobo por el Kima. O porqué nada de que su piel aún sentía, había sido irreal.
Un engaño de su cabeza.
Era contradictorio, pues su racionalidad le impedía dejarse llevar por aquellos impulsos, que tantas veces reprimió. Exigiéndole que se comportase adecuadamente y acallara a su lobo.
Sin embargo, su instinto le hacía temblar con solo pensar en el alfa peliplata. Deseando chillar si era necesario, para que le tomase y le marcara como suyo.
Dios, estaba actuando como un adolescente recién descubriendose.
Debía detenerse.
¿Pero es que por qué le parecía tan bonito?
¿Por qué su aroma era tan agradable?
Si siempre los demás le habían provocado rechazo, demasiado intensos al acercarse para demostrar poderío y posesividad.
Jamás le había agradado aquello, alejándose de cada sutil caricia que alguno de ellos quisiera darle. Molestandole demasiado el hostigosidamiento de parte de alguno de ellos.
Comportamiento insoportable.
Sin embargo con éste, parecía querer rozarse sobre él para impregnarse de su olor. Dejándole él también el suyo sobre el alfa. Aspirando profundo cada vez que este estaba cerca, como si quisiese que aquel aroma le llenara para siempre los pulmones.
Debía parar.
Por lo que decidido, apoyó sus palmas sobre el cálido suelo bajo el bonito árbol a orillas de la playa. Donde se había recostado durante la tarde y luego de ayudar a Donghae en las labores de la casona Kima.
Y se quejó, recordando de pronto las pequeñas heridas en sus manos. Las que ahora eran cubiertas por una pequeña tela blanca para que no infectasen. Sintiendolas a pesar del ardor, tan diferentes a las demas laceraciones de su cuerpo. Siendo cuidadas y limpiadas para que sanasen correctamente, por aquel alfa de largo cabello plateado.
Detente lobo.
Y negando con la cabeza, cruzó sus piernas mientras urgueteaba entre uno de sus bolsillos. Retirando de allí el obsequio que había recibido horas atrás, por el rubio omega Min.
Tan gentil.
Una pequeña barra color tierra, que diferente a ella, olía furiosamente dulce. Apreciandola un poco derretida y pegandose un poco en sus dedos. Por lo que instintivamente lamió uno de ellos, provocando que el sabor explotara sobre su boca.
Divino sabor.
No tenía recuerdos de alguna vez, haber probado algo así. Percibiendo como se deslizaba con facilidad sobre su lengua, lo que había pensado debía masticar.
El gatito subiéndose sobre sus piernas, buscando que es lo que comería el omega, que le mantenía tan entretenido allí.
La brisa del viento tenue y calmado, acomodandole los cabellos negros a medida que el cerraba sus ojos disfrutando de aquel presente. Percibiendose tan dichoso, como en mucho tiempo no lo hacía.
Por lo que sin darse cuenta, su boca comenzó a liberar palabras en una dulce melodía. Mientras dejaba el espacio suficiente, para limpiar el borde de sus labios con su lengua y donde el empalagoso alimento se había quedado.
-Estoy aquí dulce montaña y el viento me lleva hacia ti...- su voz siendo suave, hilando sobre las olas- ...estoy aquí cantando, caminando con mis pies desnudos y llegando hasta a ti. Los cielos me están llamando, formando puentes blancos para mi. Estoy aquí mi dulce montaña, el cielo me lleva a ti.
-Eso ha sido muy bonito- dijo una voz a su lado, la que reconoció antes de girarse y enfrentarlo. El alfa peliplata mirandolo desde arriba y con una sonrisa en su rostro.
En sus labios.
- G-gracias- le respondió tímido, sintiéndose avergonzado porqué le había escuchado y por el sueño reciente que había tenido con él.
-Debieses hacerlo más seguido, digo...- se detuvo- ...tu voz, es linda.
Y Jungkook solo se mantuvo en silencio, percibiendo como el animalito tironeaba de su blusa. Y no pudiendo responder que no lo hacía siempre y esto solo sucedía cuando se sentía feliz.
Su forma de agradecer a la tierra por lo que bondadosa le estaba dando.
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