• CAPÍTULO 58 •


Te recomiendo escuchar "Flight from the City" de Jóhann Jóhannsson  mientras lees este capítulo ✨

Gracias por permanecer aquí. Gracias por permitirme existir.

































Podía escuchar el sonido del oleaje atravesar las paredes de la casona, aquella tarde el océano se había manifestado inquieto y ruidoso, como si este percibiera el ambiente que se vivía en Kima.

La marea habiendo subido y desvaneciendo sobre la arena más seca, intentando hacerles compañía ante el temor de un desenlace, que nadie al interior del clan deseaba aceptar.

- Es mejor trasladarlo a la ciudad - la voz de su padre había raspado dentro de la habitación, mientras él de pie frente a su cama le observaba recostado sobre ella.

Había llevado al alfa hasta su casa, tomándolo como pudo sobre su espalda cuando este había desvanecido.

Taehyung había escuchado muchas veces lo que significaba un lazo roto por una perdida, el como la muerte arrastraba al otro lobo si no se actuaba con rapidez, para al menos intentar salvar la vida del humano.

Porqué si, podía sentir que el lobo de Chanyeol ya no estaba allí. El olor pútrido del ambiente le señalaba que su amigo había perdido a su parte animal.

— Chan... — sus labios dijeron más para sí mismos que para él omega.

Los Kima siempre destacaban por sus luminosos ojos, estos luciendo atrayentes entre su piel dorada. El paisaje de la costa proyectandoles como un Clan enigmático y por lo que a muchos les resultaba casi imposible despegar sus ojos de encima cuando conocían a uno por vez primera.

Sus ojos eran cálidos, pero a la vez su actitud bravía se mantenía allí. Por lo que era difícil ser indiferente a la presencia de uno.

Sin embargo, el alfa allí parecía haber perdido aquello que le caracterizaba por naturaleza y por el contrario, algo se había apagado en sus ojos.

En él.

Su boca se veía agrietada y el hundimiento de sus ojos dilucidaba que llevaba semanas en aquella condición, una realidad lejana a los apenas cuatro días en los que se había enterado de la situación del omega.

El duelo tan reciente, se había llevado parte de Chanyeol y a Taehyung le estaba costando demasiado asimilarlo.

El alfa siempre había sido el más fuerte de ambos, quién mostraba el temperamento suficiente para encarar lo que fuese, incluso si era arrojado a un grupo de alfas viejos y tercos, él haría frente de igual forma. Era una de las razones por la que le había escogido para tomar su cargo, era el único que podría defender a Kima como era debido.

- Allí han de tener algo para que su lobo no resienta demasiado la pérdida - Seokjin había intervenido nuevamente, mientras una de sus manos recorría la frente del peliplata apartandole el pelo húmedo que insistía en adherirse a su piel.

La fiebre no había disminuido en nada y aquello era lo que más les preocupaba.

- Creo también sería bueno para él ver a la niña - el cuerpo de Taehyung se había tensado cuando su padre había mencionado aquello, teniendo claro lo que significaría para el alfa que la cachorra le viese en esas condiciones. Consciente además, de que difícilmente podría ocultar lo que había sucedido, cuando a través de su lazo transmitiría la pérdida de su otro padre.

¿Como pides a un niño comprender algo como ello?

— No se si Chan desee ir con Hyejin —  el peliplata pronunció despacio, creyendo su amigo podría ser capaz de escuchar el nombre de su cachorra entre sueños.

Sabía este no veía a la niña hace más de dos meses y eso evidentemente también debía haber tenido a su lobo más agobiado de lo normal. Tenerle cerca quizá sería algo bueno para ambos, dado que la cachorra también debía estar resintiendo la distancia del alfa.

Al mismo tiempo esperaba que el lazo que había formado con Baekhyun, no hubiese sido lo suficientemente fuerte y la cachorra no se viese afectada por la muerte del omega como lo hacía el peliplata.

— Lo se, pero no sé cuánto trate de sus decisiones en este momento. Su estado no es bueno hijo, lo sabes — las palabras del su padre fueron suaves y cuidadosas, no obstante no mostraban ni un poco de vacilación. Como si no estuviese dispuesto a flexibilizar en su opinión.

Seokjin se mostraba preocupado y Taehyung podía comprenderlo completamente cuando la incertidumbre de la mejoría del alfa, comenzaba a arañarle los sentidos.

No podía perder a su amigo.

No lo permitiría.

— Alistaré mis cosas — señaló antes de partir a armar una pequeña maleta con lo necesario para salir de Kima. Llevaba varios días allí pues no atrevía a dejar a su clan en ese momento, más cuando se encontraban desprovistos de un líder que les cuidara en medio de la situación del Estado.

El conflicto que se había formado entre los clanes estaba declarado, acusandose unos a otros y defendiéndose de la culpabilidad del genocidio Jeonu. Así mismo, el liderazgo que había tomado la milicia hace meses atrás, parecía comenzar a debilitar debido a los cuestionamientos en los que estaba ahora involucrada.

Taehyung prefería no interferir en nada, mientras nada de lo que estaba aconteciendo afectara directamente a su clan, permanecería en silencio. Más ahora cuando debía cuidar a su Jungkook y cachorro.

Su omega. Llevaba días sin verle y la distancia en la que la cabaña de los Min se encontraba de la ciudad, poco ayudaba a que pudiese haberse comunicado con Jungkook. Escuchar su voz o que le relatase las cosas nuevas que descubría de su bebé día a día. Tan solo teniendo constancia de su seguridad gracias a lo que Yoongi le contaba en los momentos en los que viajaba al centro de Min y tomaba el teléfono para llamarle.

— Hana... — la voz de Chanyeol le había sorprendido mientras le tomaba y le cargaba hacia la camioneta —Dile a Hana que c-contacte a Hoseok... — y el alfa sabía a que se refería, pues el pelirojo al igual que él, había estado buscando al omega durante meses. Lo mínimo que podía hacer aunque doloroso, era revelarle la verdad.

— Ya he hablado con ella — respondió con rapidez, conocedor de que a diferencia de muchos líderes que habían abandonado sus clanes, Hoseok permanecía en Jung preparando a su gente con comida y albergue. Así como a alfas, elaborando las armas necesarias ante un posible ataque sobre su clan.

Parecía que el enfrentamiento entre clanes sería inminente.

— Intenta descansar. Te llevaré a Min — y el alfa ni siquiera había asentindo, solo permitiéndose cerrar sus ojos, gesto que Taehyung asimiló que había escuchado sus palabras.

El viaje a la ciudad siendo durante la noche, esperar al tren de la mañana sería demasiado dada las condición del alfa. Este quejándose por momentos, en medio de la fiebre y el dolor que su cuerpo debía sentir.

— Nunca d-debí haber dicho eso — Chanyeol señaló desde el asiento a su lado, al mismo tiempo que su ceño se mantenía arrugado y sus ojos aún sin abrir.

Taehyung le hubiese observado de no haber sido porqué iba manejando y debía prestar aún más atención al ya haber anochecido.

— Jungkook... n-nunca debí haberle menospreciado como lo hice. Tú y e-ese omega, todo en ustedes m-me recordaba a Baek... — Taehyung percibía lo agotado que se hallaba el alfa, que creía hasta respirar podía resultarle doloroso.

— Es mejor descanses Chan, no hace bien para ti hablar. Estás fatigando tus pulmones — y es que a pesar de sentir que la garganta le presionaba con fuerza, pues sentía la tristeza de su amigo. No se permitiría quebrar cuando Chanyeol necesitaba en aquel momento de su entereza.

— Tu cachorro... n-nunca lo alejes de Jungkook — y si bien aquello era algo que Taehyung jamás haría, comprendía el porqué le mencionaba aquello.

De seguro la culpa le estaba carcomiendo en aquel momento. Y aunque las decisiones pasadas ya estarían allí y el alfa no podía hacer mucho para cambiarlas, el contemplar como podría haber sido su presente de haber actuado diferente, era algo que cargaría de por vida.

Taehyung esperaba su amigo fuese capaz algún día de perdonar su pasado.

— Has hecho lo correcto — Jimin le señaló apenas le había recibido en la entrada de la cabaña. Su cuerpo cansado debido a las horas de viaje y donde no hubo permitido descansar apropiadamente hasta que llegó con el otro alfa a Min. Agradeciendo la templanza con la que el médico que revisó a Chanyeol le había hablado, dando a entender que su amigo necesitaba de cuidados para que su parte humana se fortaleciese y así rehabilitar de a poco su cuerpo.

Pero él viviría. Y aquello bastó para el alfa en aquel momento.

— Solo espero él pueda asimilar lo que sucedió. Son demasiadas cosas en tan poco tiempo y también está Hyejin, ella le necesitará también.

— Estaremos allí para ellos — Yoongi dijo repentinamente — También para Hoseok, se esto es también será difícil de soportar para el chico.

Taehyung asintió, su lobo sintiéndose de pronto nervioso al distinguir aquel aroma sutil oscilar en el aire.

— Jungkook, él está en su nido — Jimin señaló con una sonrisa cordial que se dejaba entrever también compasiva — Si quieres puedo preguntar si puedes subir y quizá...

— No, está bien — obviamente había contradecido al deseo exasperado de su lobo por ver al omega. Y así mismo por querer acurrucarse junto al pelinegro, acompañarle mientras ambos velaban por el sueño de su cachorro.

Procurando devolver la sonrisa al rubio, enfocado solo en solicitar un lugar para dormir debido al cansancio que se había acumulado en él durante horas.

El sonido de la madera haciéndoles girar a todos su rostro para ver su procedencia, encontrándose con la imagen de la pelinegra detenida en medio las escaleras.

— Yo si creo deberías de subir.




























































- No me canso de verte precioso bebé - la omega dijo mientras iba y venía sin detenerse, meciendo con cuidado sus brazos mientras cargaba al pequeño cachorro.

Una de sus manos dirigiéndose hasta alcanzar la punta de su nariz con el índice, observando a este cerrar sus ojitos cuando percibió aquella caricia sobre su rostro.

-¿Como has podido hacer un cachorro tan bonito Jungkook? -Yongsun añadió y el pelinegro sonrió ante la pregunta de la omega, la que lucía tan semejante al recuerdo que tenía de ella en Jeonu.

Esta siempre teniendo una energía avasalladora y no deteniendo a meditar lo que decía. Y mas bien solo soltando sus pensamientos sin filtro alguno, los que a veces resultaban causar gracia a su abuela. Y en otras ocasiones llevándose el llamado de atención por parte de esta.

Sin embargo, era lo que Jungkook amaba de ella.

- Mira esas mejillas como han rellenado desde que has llegado - la pelinegro dijo mientras olisqueaba a su cachorro, repasando la piel de sus rosados cachetitos con su nariz. A lo que Jungkook rió, notando como Orion se mantenía ajeno al eufórico estado de ánimo de esta y en cambio, su temperamento parecía impasible.

Su cachorro era como la noche.

Calmo y silencioso.

Prestando atención a la omega mientras esta le hablaba con ternura y como si comenzase a reconocer su voz con familiaridad.

Y Jungkook se sintió agradecido al notar como este había aumentado su peso durante los días posteriores a su llegada. Notando aquello en cómo su boquita formaba un pico por la presión que comenzaban a hacer sus mejillas, al mismo tiempo que sus extremidades se volvían más rechonchas.

Y es que su cachorro era admirablemente demandante a la hora de comer, manteniendo una succión constante y deteniendo solo hasta que se volvía a dormir y cuando ya había llenado lo suficiente su pancita. Algo curioso al menos para él, cuando conocía cuan duro era para los omegas el alimentar a su primer cachorro. Muchos de ellos teniendo complicaciones con el acople y debiendo tener paciencia para que su bebé llegase a encontrar el modo correcto de chupar de su pezón y sin que esto fuese molesto para ninguno.

Creía era un omega afortunado.

- Ahora sólo queda que tu papá comience a ganar un poco más de peso. Debes darle el secreto de tu esponjocito cuerpo.

Jungkook sabía la omega no había tenido más intención que bromear con ello y de alguna hacer que lidiase con el estrés que se estaba formando para él el momento de la comida. Mas no podía ser ajeno a la sensación abrumadora que se había posado sobre su pecho, consciente de que contrario a su cachorro, él sólo parecía perder peso día a día.

Detestaba comer. Y sabía apenas podía ocultarlo de Yongsun y hasta de Jimin, ambos permaneciendo alertas a su plato hasta que al menos estuviese la mitad vacío. Aquello poniéndole más nervioso y cerrandole aún más el estómago.

No lograba comprender del todo lo que le sucedía, aún así sabía de que su cuerpo no había estado tan delgado, incluso desde la primera vez que le habían alejado de Jeonu. Y no siendo el motivo aquella vez la carencia de apetito y más bien, la escasez con la que le alimentaban.

No obstante, ahora tan sólo parecía había perdido la necesidad básica, el deseo de comer era nulo y sabía eso no era algo correcto, más aún cuando estaba amamantando a un cachorro.

- Aún no puedo creer tenerte frente a mi - el rubio omega había dicho días atrás mientras acariciaba una de sus manos y observando como sus ojos cristalizaban cuando se habían posado sobre su bebé - Pedí a la d-diosa Luna cada día desde que perdimos tu rastro. Por ti y y-tu cachorro Jungkook. Has sido tan fuerte para darle la vida en medio de todo e-esto.

El pelinegro devolvió aquella caricia, mientras con su otra mano sostenía a su cachorro quien aferraba con fuerza su boquita contra su pecho y era arrullado con la tela que le protegía.

- Yo agradezco eso omega Min y me disculpo por preocuparle de esa manera. N-no ha sido mi intención causarles esas molestias...

- Por favor cariño, es lo mínimo que podía hacer por ti. No es como que hayas decidido tan abiertamente tu destino - las palabras del rubio deteniéndose cuando Jungkook sintió como este recogía una lagrima de su rostro y que sólo había dado cuenta cuando esté le tocó la mejilla - Yo lamento tanto lo sucedido con tu clan - aquello caló sobre su pecho de forma dolorosa - Aborreceré hasta el día de mi muerte a quienes hayan atentado contra todos los tuyos Jungkook.

También yo alcanzó a pensar, manteniéndose en un silencio momentáneo y donde se permitió respirar de manera profunda evitando las emociones aparecieran como avalancha sobre él.

- Muchas gracias por cuidar d-de ella omega Min - el pelinegro dijo despacio, sobre llevando el pesar que sentía en aquel momento, viendo cómo Jimin le observaba con sus ojos curiosos por lo que decía - Yongsun. Ella ha estado tan sola como y-yo e incluso las cosas que ha vivido... - el recuerdo de lo que la omega había contado meses atrás apareciendo como tortuosa nebulosa - Su corazón no es tan fuerte para haberlo soportado, se debe haberme necesitado y se ha sido u-usted quien ha estado acompañándola durante este tiempo.

El rubio negó presionando con más fuerza su mano sobre la suya - Solo he hecho lo que corresponde. E-Ella también nos ha ayudado a lidiar con tu ausencia y el miedo a perderte para siempre. Ella confiaba en volverte a ver, pero yo temía n-no fuese de esa manera y no se que habría hecho si no volvías. S-siento t-te hemos fallado porqué no pudiste finalmente confiar en nosotros - los labios del pelinegro entreabrieron de forma lijera, haciendo el intento de debatir su pensamiento - El miedo a perder a tu clan, t-tu familia en manos de otro ser humano caló demasiado hondo en ti que ha de ser muy difícil confiar nuevamente - la mano libre de Jimin había alcanzado la cabecita oscura de su cachorro, acariciando allí con especial afecto - Pero no vamos a rendirnos hasta que logres confiar nuevamente, así sepas lo valioso que eres y que cada parte de ti es m-maravillosa Jungkook.

La garganta le había pesado ante aquellas palabras, aun así sus ojos se negaban a orillarse al pesar y la autocompasión. De algún modo sentía no lo merecía, no cuando todo su clan había perecido por su ineficacia.

Aquel liderazgo del cual nunca estuvo seguro ser capaz de ejercer.

Además estaba la culpa que machacaba sus hombros y le mantenía en vela gran parte de la noche, cuestionandose cuanto habría cambiado su destino si hubiese prestado más atención a la situación de Baekhyun y su estado no hubiese empeorado tanto durante esos meses.

Su sola existencia, le resultaba repulsiva.

Quería creer que era cuestión de tiempo y el paso de los días se llevarían un poco de carga y alivianaría un su consciencia. Mas le aterraba el momento de enfrentar a Chanyeol, temiendo que el rencor jamás permitiese a ninguno de los dos sanar. Siendo conocedor que Hoseok no se atrevería jamás a señalarle como culpable, aún cuando su corazón seguramente de habría roto al saber perdido a su hermano.

Y Hyejin. Ni siquiera se atrevía a pensar en la cachorra.

¿Cómo le volvería a mirar?

¿Como incluso podría explicarle que no había podido traer consigo a su padre? Y por el contrario, había sido él quien había sacrificado su propia vida para mantenerle a salvo.

- Yo no se si pueda lograrlo Omega Min - la voz había aparecido lánguida, ni siquiera afligida o certera. Como si su cabeza no hubiese detenido a meditar lo que diría y sólo había arrojado su pensamiento hacia el rubio.

- ¿Te refieres a confiar en los demás?

A eso. A sanar. A volver a ser yo. Había pensado mas solo asintió, mientras pasaba inadvertido para él que su cachorro había dormido y una de sus manitos había llegado hasta su boca donde chupaba entre sueños su dedito.

Al menos todo para él parecía menos doloroso.

- Oh cariño, eso por supuesto no será fácil. Confiar nunca lo ha sido y eso con lo que has vivido se vuelve el doble de difícil -el pelinegro tan solo le oía, percibiendo como Jimin era gentil con las palabras por lo que no sabía cómo no podía creer del todo en ello - Taehyung estará a tu lado, tú sabes que me encargaré de ello.

El rubio había señalado con una sonrisa, procurando relajase y alejase cualquier clase de pensamiento errado de su cabeza.

Mas no podía.

- Está a-asustado... - aquellas palabras descolocaron a Jimin quien había cambiado repentinamente la expresión de su rostro - Mi lobo al parecer... él desconfía de T-Taehyung.

Tiene miedo de su alfa.

Su cuerpo tensó ante la mención, sintiéndose extraño al oír su voz diciendo algo como ello. Dando cuenta no lo había transparentado, por lo que no parecía real hasta recién en ese momento.

Deseó llorar.

- Oh cariño, ven aquí - el omega le dijo mientras le cubría en un abrazo evitando aplastar a su cachorrito, quien se mantenía escondido bajo la tela que le envolvía y ceñía contra su pecho - Eso es, sacalo de ti - Jimin señaló mientras una de sus manos le despejaba el rostro. Al mismo tiempo que él intentaba reprimir los sollozos y no despertar a su bebé. Aún cuando una parte de él, se negaba a flaquear en la idea de no merecerlo.

El pecho doliendole ante el nudo ciego que parecía no querer deshacer, esforzándose en no presionar a su cachorro contra él ante el temor percibiese su dolor.

- Él n-no merece le haga esto... - él no merece a alguien roto.

- Claro que no. N-Ninguno de los dos lo merece - Jimin intervino con su voz temblorosa, no pudiendo eludir el estado del pelinegro le afectase - Pero creeme ese tonto alfa te ama tanto, que no descansará hasta llevarse consigo cada parte de ti que alguna vez fue lastimada.

- ¿Y si jamás puedo v-volver a estar bien? ¿Qué sucederá si no soy un buen padre para mí cachorro? ¿Si no soy capaz de permitir que T-Tae se acerque a mi? - Jimin besó su nuca mientras él percibía la angustia le hormigueaba y el miedo se abalanzaba sobre él.

El terrible miedo.

- Nunca podría asegurar que el dolor alguna vez desaparezca por completo. Quizá esto sea una carga para ti en este momento, como para Yongsun. Y quizá lo sea para tu cachorro en algún futuro, como para toda tu descendencia J-Jungkook - el pelinegro cerró sus ojos ante sus palabras, distinguiendo como el calor del cuerpo del omega calmaba su cansancio  - Pero no te vamos a dejar solo y menos permitiremos lo sucedido sea olvidado. Es lo único creo podría sanar las heridas que te han hecho a ti y tu clan — sus dedos repasando sobre su pelo oscuro — Vivir omega, pero jamás olvidar. Vivir por ellos, por tu bebé y por ti.

Vivir. Aquello había ingresado hondo bajo su pecho, permitiéndose durante esa tarde ser mimado por el rubio mientras su respirar era pausado, lejano a los sollozos que habían acompañado en un principio.

Vivir. Vivir podría ser tan difícil.

- Yongsun... - pronunció bajito pero lo suficiente para que la omega le escuchase. Esta aún manteniendo sus ojos brillantes y su sonrisa en algarabía al estar prestando atención a su cachorro. Cambiando su expresión solo cuando salió de su pequeño ensueño - Crees... ¿Crees volveremos alguna vez a J-Jeonu?

La pregunta pareció haber tomado desprevenida a la pelinegra, pues había abierto sus labios ligeramente hasta volverlos a cerrar.

Jungkook llevó su vista hasta sus manos, donde sus dedos tanteaban nerviosos ante el sentimiento de haber realizado una pregunta errada.

Incorrecta.

Sabía la omega estaba en su misma situación e incluso podría ser aún peor para ella. Pero el sentimiento de desesperanza le había hecho aferrarse hacia la pelinegra aún cuando desconocía si esta podría creer en un futuro mejor para ambos.

- Lo l-lamento yo..

- ¿Por qué preguntas eso?- el tono que la chica había utilizado le había dejado perplejo - ¿Por qué siquiera te atreves a pensarlo Jungkook? - ante la mención de su nombre el omega se había atrevido a levantar su rostro, encontrándose con la mirada de Yongsun que lucía herida y molesta - Diosa Luna Jungkook eres nuestro líder.

¿Aún lo soy?

El omega deseó responder ante ello pues desconocía si lo seguía siendo, cuando a quienes juró entregar una vida prospera habían perecido en lo que él creía era su culpa.

- Escuché tu historia de los labios de m-mamá una vez sabes... - las cejas del omega se presionaron entre sí interrogantes, sintiéndose extrañamente desconcertado ante las palabras - Que te has perdido en medio del bosque cuando apenas comenzabas a caminar... - la vista de Yongsun se clavó en su cachorro, como si intentase dar forma a la imagen del omega con un poco más de edad - Y cuán impresionante ha sido cuando te han hallado dormido en la cueva de las piedras.

- Nunca nadie me ha hablado de eso...

- Eras un cachorro demasiado pequeño como para recordar. Y ellos han de haber tenido m-miedo en su momento.

Jungkook de cierta forma lo comprendía, sólo imaginar perder a su bebé hacía que un aire frío le recorriese por la espalda. Sin embargo, parecía que había algo escondido tras esas palabras.

- ¿Por qué habrían de tener miedo a contarme algo así?

- Porqué hablaste en otra lengua. Una lengua Jeonu prácticamente muerta Jungkook... - las palabras de la omega habían desconcertado al pelinegro, apenas captando lo que Yongsun pronunciaba - Y sólo ha sido la abuela q-quien ha podido dar entendimiento a lo que has dicho. O al menos eso d-dijo mamá...

Jungkook se permitió respirar profundo, no dando crédito a lo que la omega le señalaba. No cuando jamás su madre había dicho algo como aquello delante de él.

¿Una lengua muerta? Estas estaban extintas hace más de cien años y habían desaparecido junto a sus antepasados mucho antes de que Jeonu se asentara en las montañas.

- Pero... eso es i-imposible - y lo era por muchas razones, la principal siendo que aún era un niño y por la inexistencia de sus recuerdos Jungkook creía quizá ni siquiera comenzaba a hablar.

- Es lo que quisieron creer... - Yongsun señaló para luego detenerse y observar con dedicación al pequeño Orion, este mostrándose indiferente a todo lo que sucedía a su alrededor - Pero la abuela, ella siempre supo eras el indicado. Eso solo le confirmó tu destino y fue por ello que todos comenzaron a criarte como líder.

El pelinegro había oído de aquello, que su abuela había empecinado en que su destino no marchitara y tuviese el lugar que su clan exigía dentro de él.

Una estrella le había escogido.

Que la diosa Luna le había hecho para guiar a su clan.

Un niño.

Un omega.

El miedo nunca siendo un tema hasta que había alcanzado la edad suficiente y la consciencia de su responsabilidad le había hecho enfermar aquel día.

- "Soy uno y todos a la vez", repetiste hasta que amaneció y caíste dormido en brazos de tu madre - la frase haciendo recuerdo sobre la memoria del omega, ocasionando los vellos de su piel crisparan y un fuerte escalofrío le helara la espalda.

Aquella frase, Jungkook la recordaba.

Su cuerpo apenas comenzaba a mutar cuando había percibido como la boca se le volvía pesada y la voz rompió profunda desde su garganta.

Su lobo habiendo aparecido para defender lo que le pertenecía.

A los suyos.

Y el omega se preguntó ¿desde cuanto tiempo este había estado esperando ansioso por comunicarse? Por tomar su propia carne y utilizarla como propia.

Su destino estando dispuesto desde entonces e incluso quizá, desde antes de su concepción. Quería creer podría ser dueño de él o al menos su razonamiento no le permitiría una idea distinta.

Darle paso a su lobo, significaría perder el control. Y el pelinegro no sabía cuánto de eso estaría dispuesto a ceder.

- Mamá repetía de que eras una estrella desde que éramos unos niños y yo me negaba a creerlo porqué las estrellas están en el firmamento, lejos de las personas y yo no deseaba que mi primo e-estuviese alejado de mi - los ojos de Yongsun le miraban ahora brillantes y sobre su nariz aparecía la mancha rosada de su llanto - Y no deseé creer ni siquiera la última vez que me despedí de ti y es que deseé egoístamente v-volver a verte una vez más. Me rehusé cada día a aceptar que mi amado Jungkook pertenecería al cosmos y no a mi. Que ya n-no le tendría a m-mi lado.

El omega percibió su propio rostro húmedo, haciendo caso omiso a ello cuando sobre su pecho podía sentir el dolor ajeno de Yongsun y que a la vez se volvía suyo.

Era su dolor.

Tan grande como el suyo.

- Pero has regresado y junto a Orion. Por ello pienso has de ser la estrella más luminosa. La única que puede guiarnos a ambos en este momento, aunque se hay millones en el cosmos. Porqué eres tu nuestro camino Jungkook. Eres y somos Jeonu. Y si me preguntas si creo que alguna vez volveremos a las montañas, puedo asegurarte que si.

Y el pelinegro deseó ir a abrazarle, decirle lo importante que eran sus palabras y con que fuerza le sostenían en ese momento y cuando más frágil se sentía. Sin embargo, toda acción se vio interrumpida cuando Yongsun se había levantado aún con su bebé en sus brazos, al escuchar ambos el ruido de personas en el primer piso de la casa.

Jungkook se esforzó en que su lobo no se sintiese tan ansioso, intentando mitigar la sensación de alerta que su pecho percibía. Cosa que al final resultó inevitable, cuando su sistema había acostumbrado a vivir de ese modo los últimos meses de su vida.

- Ten a Orión - la omega le dijo entregando a su cachorro en los brazos, el que apenas parecía haber sentido el cambio hasta sobre su pecho y en donde le envolvió reselosamente - Iré a ver de que trata.

Y el omega deseó gritarle que se detuviese. Que no le dejase y le abrazase hasta que su cuerpo dejase de sentir miedo. Su cabeza comenzando de inmediato a formar imágenes, situaciones que sin haber sucedido ya le estaban carcomiendo y provocando náuseas.

Un omega débil, se dijo. No siendo del todo consciente de cuanta fuerza ejercía al cubrir a su cachorro, sintiendo solo como su diminuto respirar le tocaba sobre el cuello y su cabello le cosquilleaba bajo su mentón.

Pasos acelerados escuchandose subir las escaleras, en lo que sus piernas recogieron instintivamente y los ojos le comenzaron a lagrimear.

Nada sucederá.

Todo está bien.

No obstante la garganta se le había cerrado dejándose someter por las emociones.

El control de su razón y de lo que siempre había sido orgulloso, ahora siendo tan lejano a los sentimientos desconocidos de desconfianza y temor.

- Amor - la voz del alfa agitada y exigiendo aire después de haber corrido por las escaleras, fragmentando su desazón - Oh mi jazmín no llores - el omega ni siquiera captando que había comenzado a hacerlo, oyendo repentinamente sus propios sollozos perdidos entre la imagen clara del peliplata frente a él. Este observándolo con precaución, apenas percatando que había entrado a su nido sin su autorización. Y de seguro habiendo llegado hasta allí, al sentir el aroma agrio del omega asomar por entre la madera.

Jungkook se permitió olfatear el sándalo que desprendía en el aire de la habitación, levantando su mirada y encontrándose con la del alfa, quien lucía cansado y había detenido su avance hacia él.

Su cuerpo se mantenía dubitativo, sensible al propio temor del omega.

Iría hacia él, sólo si era quien se lo permitía.

- Alfa... - el lobo del pelinegro pronunció con suavidad, no obstante no había vacilación en su voz - Te quiero aquí - bastando aquello para que él peliplata acortase la distancia entre ambos y llegase hasta la cama en la que su cachorro y Jungkook descansaban.

Su nido.

El lobo de Taehyung agachando su cabeza en señal de sumisión, permitiendo el omega le olfatease en medio de pequeños gruñidos de resquemor. Receloso aún del lugar que le cobijaba junto a su cachorro.

Permiteme cuidar de ti.

No deseando estropear aquello y por lo que apenas había movido, permitiendo el lobo pelinegro tomase el tiempo necesario para corroborar la seguridad de su nido y aceptar su ingreso a allí. Sintiendo como el lobo de Jungkook daba una pequeña lamida en el rostro del suyo y comenzaba a emitir ligeros quejidos.

Le estaba reconociendo como su manda.

Su lobo solo dejándose cubrir por el aroma del omega, controlando cualquier signo de superioridad y que pudiese llegar a intimidar al pelinegro.

- Gracias... - la voz áspera del alfa sopló sobre los labios del pelinegro, en lo que Jungkook percibió su pecho agitar al ser consciente de que era el lobo de Taehyung quien agradecía.

Un alfa jamás sentiría gratitud ante el rol que el omega estaba ortogando. Por el contrario, podría incluso reaccionar de forma violenta ante el instinto de tomar la posición que le correspondía en la manada.

La de quien provee. Quién resguarda.

La de un líder.

Sin embargo, Taehyung estaba aceptando su lugar como compañero. Estaba permitiéndole al omega ser quien guiara a su pequeña familia.

- Ven junto a n-nosotros - Jungkook le dijo mientras se inclinaba hacia atrás, hasta dejar su cuerpo recostado de lado y con su bebé frente a su pecho.

El alfa ni siquiera se detuvo a dudar, acomodándose a su lado a la vez que acercaba su rostro para chocar su nariz con la del pelinegro. Percibiendo como el omega encogía y ahuecaba un espacio para que él le envolviese.

- No q-quiero sentir esto - dijo de pronto y al mismo tiempo que Taehyung pasaba uno de sus brazos tras la espalda del omega mientras el otro se posaba sobre el cuerpecito de su cachorro.

Necesitaba sentirles a ambos.

- ¿Sentir que amor? - y si bien Taehyung podía deducir el trasfondo de sus palabras, deseaba fuese el propio omega quien se abriese hacia él.

Exteriorizara aquello que dolía.

Jungkook pareció pensar sus palabras, permitiendo dejarse llevar por los mimos del alfa y arrullandose más hacia su pecho.

El calor de su cuerpo sintiéndose agradable de sentir, allí donde durante tanto tiempo había necesitado en su nido.

- Miedo - el sonido siendo pastoso en su boca, como si se negase a salir de allí. No pudiendo evitar que un temblor le acompañase cuando le hubo pronunciado, consciente de que lo que la palabra traía consigo eran recuerdos que difícilmente saldrían de su memoria.

Taehyung llevó su mano que tanteaba a su cachorro hasta donde se hallaba la del pelinegro, entrelazando sus dedos y guiandola hasta su boca donde dejó un pequeño beso.

El omega tomó un profundo suspiro ante el gesto.

- Mi abuelo decía que jamás podría vencerlo - Jungkook abrió un poco más sus ojos y miró hacia él - El miedo - completó ante su rostro lleno de incertidumbre - Sería un constante recuerdo que me aferraría a la vida, que me mantuviese aquí - las cejas del pelinegro cayendo en desazón, seguro de que no podría vivir de ese modo - Pero habían personas que calmarían nuestros temores y su compañía, sería lo único que nos podría dar la valentía para continuar - los ojos plata del alfa no se alejaron de los suyos, percibiendo en las orillas de estos como se volvían compasivos para calmarle a él y de seguro también a su lobo - Eres eso para mí Jungkook, eres quien me da el valor de vivir. Tu y nuestro cachorro. Y se el miedo difícilmente nos dejará, pero permite ser quien te sostenga y te de la suficiente valentía para enfrentar todo.

El omega podía percibir como su corazón latía con fuerza, percatandose de que a su vez las manos le temblaban, ante el recuerdo del último alfa que había estado cerca de su nido.

Y era consciente aquel alfa peliplata jamás le lastimaría y la angustia que cargaba consigo, no pertenecía a quien hace más de un año atrás había intentado salvarle de su destino.

Su destino, Taehyung lo había cambiado y había puesto su nombre allí. No con la intención de acercarse a él como un alfa, ni viéndole como un inferior.

Le había visto del modo más transparente en que alguien alguna vez le había apreciado. Y había sido tan sincero que había despejado su corazón que por mucho tiempo había considerado frío, haciéndole sentir que era valioso y estaba capacitado para amar.

Y ser amado.

Aquello le pertenecía a Taehyung. Aquel afecto que había sentido en algún momento por si mismo y que sólo él peliplata había hecho crecer en él.

Era hermoso. Era capaz. Era fuerte. Porqué había sido el alfa quien había entregado la seguridad para creer en ello. Porqué Taehyung le había dado la valentía para hacerlo.

Amarse a sí mismo, Jungkook creyó aquello debía de ser lo más complejo para alguien. Pero también era un acto de valentía que estaba dispuesto a volver a intentar por el alfa.

Y ahora también por su cachorro.

Por lo que su cuerpo y aun con el temor palpable de su lobo, había encogido contra el pecho del alfa, aspirando con respiraciones entrecortadas el peliplata aroma suyo que el alfa liberaba. Sintiendo a su lobo remover, inquieto ante el reconocimiento del olor del alfa.

El alfa de su manada.

Su nariz olfateando por instinto el cuello de peliplata, sintiendo como este se movía y le permitía el acceso, contrario a lo humillante que para su lobo podría significar aquel estado de sumisión.

Su alfa. Su ananké.

Jungkook le amaba y no necesitaría jamás algo que lo volviese legítimo, que debiese ser mostrado como evidencia a alguien más. Sin embargo, su lobo estaba allí para poner a prueba al alfa y su confianza. Necesitando y aullando por algo que no sabía si este sería capaz de entregarle.

Resoplando suave pero con claridad sobre la piel tibia del peliplata, las palabras que pondrían a prueba a Taehyung.

- Alfa, déjame marcarte.




 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top