• CAPÍTULO 53 •
Te recomiendo escuchar "Svo Hljótt" de Sigur Rós mientras lees este capítulo ✨
- Esperen un momento, Lay enseguida les hará pasar a su despacho - la mujer había dicho mientras su mirada parecía no querer quitarles atención a ninguno de ellos, recorriendoles ida y vuelta. En lo que Taehyung prefirió ignorar la incomoda situación y solo asentir, al mismo tiempo que se sentaba en un pequeño taburete al lado de la beta.
- Muchas gracias - la pelinaranja le respondió con gentileza, limitándose a sacar una manzana del interior de su bolso de mano - Toma Tae - dijo al alfa estirando la fruta hacía él, en lo que el peliplata la había aceptado para mantenerse ocupado en algo.
- Gracias - diciendo antes de un primer mordisco.
- ¿Señor Donghae? - Aiko preguntó, repitiendo el mismo gesto hacia el beta ofreciéndola a él.
Sin embargo, este negó.
- Tengo la mía, gracias - señaló mostrando su propio bolso, con un tono de voz que Taehyung creyó, se escuchaba falsamente amable.
El ambiente no había cambiado demasiado. La conversación que habían mantenido días atrás, no había mermado en mucho la apatía que Donghae sentía por Aiko. Preocupandole aquella convivencia, sólo agregase más estrés a aquel viaje. Comprendiendo la razón en sí, de la actitud del beta con ella.
- ¿Qué es lo que le preocupa? - Taehyung se atrevió a preguntar aquel día mientras ambos permanecían sentados en la sala de estar del hotel. El beta manteniéndose serio e indiferente, como si no comprendiese lo que le estaba señalando - Puede ser sincero conmigo - añadiendo a la vez que recibía la mirada de Donghae.
- No se a que se refiere - sus palabras siendo cortantes, observando como este entrelazaba sus manos sobre la mesa y con claro nerviosismo, a pesar de su actitud hostil.
El beta no era una mala persona, Taehyung sabía sólo buscaba cuidar de Jungkook.
- A Aiko, se que ella no le agrada - el alfa dijo de manera directa, no deseando alargar demasiado esa conversación. Fijándose en como Donghae parecía eludir aquella aseveración, por lo que insistió - Ella ha sido muy gentil en ayudarnos en toda esta b-búsqueda y no creo que sea justo que...
- Alfa Taehyung - el beta le interrumpió a la vez que fruncía sus cejas y regresaba su vista hacia él - Yo confío en lo que usted siente por Jungkook, debe creerme que se cuan leal ha sido a él. Pero no puedo ver la misma claridad de sentimientos en la señorita Aiko.
Taehyung le miró confundido - No e-entiendo a qué se refiere...
- La señorita Aiko, ella aún lo ama - el silencio se había formado entre ambos ante aquella afirmación - Y se por la forma en que le mira, su corazón aún guarda esperanza. Por lo que no se cuanto podrá seguir pensando con nobleza, pues ha de saber usted que un amor no olvidado no es conducido por la razón.
El alfa sintió como su cuerpo tensaba y las líneas de su rostro se tornaba duras ante la idea del beta.
¿Sería posible que Aiko aún le amara?
Aquella pregunta habiendose albergado en su pecho, durante los primero años que no había tenido noticia alguna de ella. Aferrandose a que en la pelinaranja, aún quedarían resquicios de lo que habían compartido y eso sería necesario para jamás olvidarlo.
Pues por mucho tiempo, él tampoco había podido hacerlo.
Sin embargo, la noticia de su boda había sido el empujón necesario para forzarle a avanzar. O al menos procurar no tener a la chica en todo momento en su cabeza.
Aiko sería un fantasma durante mucho tiempo sobre él. Y que sólo había sido dormido cuando descubrió que su capacidad de amar, no se había ido junto a ella.
- Lamento si le resulta inoportuna mi opinión, pero si logramos dar con el paradero de su omega. Él podría darse cuenta de lo mismo que yo y con un cachorro recién nacido, puede ser contraproducente - y a pesar de que Donghae señaló todo con determinación, sus manos se entrelarazon entre sí mostrando la inquietud que provocaba enfrentarse a un alfa. Aún cuando este fuese Taehyung.
El alfa dejó escapar un suspiro y luego le miró - En realidad ellos dos ya se conocen - el beta afinó sus ojos - Aiko y Jungkook.
Donghae vaciló desconcertado, quizá buscando las palabras o sencillamente no logrando salir de su sorpresa.
- ¿C-Como?
- Cuando Jungkook ha sido tomado por la milicia - el alfa respondió deteniéndose brevemente, no pudiendo evitar el recuerdo de aquella noche - Aiko le ha sacado de allí.
La mano derecha del beta se pocisionó sobre su boca, cubriendola y aún sin creer la información que Taehyung le entregaba.
- Pero entonces ¿por qué no ha llevado a Jungkook con usted? ¿Por qué no le ha retenido? - Donghae cuestionó lo que él había preguntado por obviedad luego de enterarse.
- Porqué él quería ver a su familia, Aiko le prometió llevarle con ellos y... Jungkook como su líder se negó a dejar a su gente - la última frase siendo más bajita, consciente de que el omega sentía la misma responsabilidad que él tenía con su pueblo. Jamás podría haberse puesto como prioridad, no si sabía alguien de los suyos podría estar sufriendo.
- J-Jungkook - el beta pronunció sollozante, guardando su llanto con una de sus manos cubriendo su boca. Percibiendo cómo Taehyung estiraba su mano hasta alcanzar su mano libre.
- Aiko ha sido muy amable con él mientras ha permanecido escondido en Ishi. Eso es algo que agradezco, porqué fue algo muy peligroso también para ella - el beta sólo permaneció en silencio e intentando en su pudor, ocultar sus lágrimas - Por ello necesito que sea cordial con ella, porqué más allá de lo que pudiese haber habido entre nosotros... Aiko es una buena persona.
El alfa observó a Donghae asentir, mientras su llanto mermaba lentamente y secaba las lágrimas que había enrojecido sus ojos. Al mismo tiempo que su mano acariciaba la suya.
Taehyung sintió el miedo del beta. Consciente de que el apego que había desarrollado por Jungkook, seguramente no lo había tenido con nadie.
- Y-Yo solo, no quiero que le lastimen. Él ya ha sufrido d-demasiado y con un cachorro diosa luna. Ese o-omega...
- Ese omega no estará solo. Le protegeré con mi vida si es necesario, son mi familia - el beta le miró aflijido y Taehyung se sentía agradecido por ser una de las primeras personas que no había dudado en acoger al omega, cuando ha llegado junto a él a Kima - Usted también lo es señor Donghae. Y como familia, debemos apoyarnos en esto. Confíe en mi, lo último que haría sería dañar a mi omega.
Donghae se mantuvo pensativo por unos momentos y mientras de a poco se calmaba, mientras las personas que iban llegando al hotel, parecían indiferentes a su conversación. Seguramente, todos deslumbrados por la bonita ciudad.
- Hablaré c-con la señorita Aiko - el beta le dijo con la voz aún temblorosa - Solo deme tiempo y v-valor - pidio de manera austera y Taehyung sonrió ante aquel primer paso que el beta estaba decidiendo dar.
Aunque este estuviese tardando más de lo esperado. Puesto a que el beta le dificultaba mucho expresar sus emociones y para él siempre era mucho más práctico tomar una actitud defensiva, a exteriorizar lo que sentía.
Mas Taehyung ya no podía hacer demasiado, tan solo debía esperar aquellos dos conversasen y si era necesario, discutiesen sus diferencias.
- Ellos son quienes preguntan por el omega - la repentina aparición de la mujer me había hecho ponerse de pie y prestarle atención. Viendo como esta venía acompañada de un delgado hombre de rasgos suaves, pero mandíbula marcada. Y que llevaba su cabello castaño tomado con un moño, un delantal blanco y un par de anteojos colgando de su cuello.
Sintió sus sentidos alertaban a su lobo.
Aquella persona era un alfa. Algo que llamó poderosamente su atención, no recordando si alguna vez había visto uno en aquel continente.
Incluso en su anterior viaje con su abuelo.
- Me presento soy Lay Zhang, médico de Londres - el hombre estiró su mano derecha, en un gentil saludo que Taehyung respondió nerviosamente - ¿Son ustedes quienes preguntan por el omega pelinegro? - y el peliplata estremeció antes su mención, sintiéndo que el corazón latía enajenado y la saliva escaseaba de su boca.
- Si, somos nosotros - Aiko respondió ante su demora, alcanzando su mano y saludándole de igual modo - Él... - dijo señalando a Taehyung - Él es su alfa. El p-padre de su cachorro - Lay asintió ante la mención y prestó atención a los tres.
- Necesitamos saber de él. Nos han d-dicho que usted podía darnos información - el peliplata añadió con la voz trémula y con el miedo martillandole el pecho. Sacando con sus manos temblorosas, la imagen que llevaba guardada en el bolsillo de su chaqueta - Es él...
El otro alfa descolgó sus lentes y los ubicó sobre sus ojos. Tomando aquella fotógrafía y que el peliplata había tomado el día que Hyejin había cumplido un nuevo año.
Y Jungkook le había confesado que esperaba un cachorro.
Que sería padre.
Los ojos de Lay miraron con atención, en lo que todos allí se mantuvieron en silencio esperando por su reacción.
- ¿Es él? - la mujer que le acompañaba preguntó con ansia, pareciendo también necesitaba obtener una respuesta positiva.
Y por la Diosa Luna. Taehyung también la necesitaba.
El alfa levantando su rostro y mirando a cada uno, para luego girar su rostro hacia la mujer.
Asintió - Si, lo es.
Aquella única respuesta haciéndole sentir alivio, percibiendo cómo sus hombros descansaban y su garganta se apretaba ante la necesidad de llorar.
Sus ojos humedecieron.
- ¿Es usted el padre de su cachorro? - preguntó observándole con curiosidad, a lo que el peliplata aseveró con su cabeza - Debo decir que él está en óptimas condiciones. Ha nacido semanas atrás - la euforia le recorrió el cuerpo, entre medio de la extraña sensación de temor.
¿Jungkook ya había dado a luz?
- Pero él...
- Su parto se ha adelantado - el alfa confirmó - Pero a pesar de eso y las condiciones en las que el omega se encontraba, su cachorro ha llegado al mundo sin contratiempos. Ha dado a luz a un varón.
¿Un niño?
Una profunda sensación de tibieza se había instalado sobre él, al mismo tiempo que imaginaba cuan duro podría haber sido para el omega no haberle tenido cerca.
Podría haber tomado su mano o quizá besado su rostro mientras el dolor de traer a su bebé le embargaba.
No había estado para él.
No había llegado a tiempo.
- ¿É- Él como se hallaba? - Donghae se atrevió a preguntar mientras todos allí intentaban asimilar la información.
Lay suspiró - Bueno. Él está muy delgado y por ello fue necesario quedase aquí unos días luego del alumbramiento - el alfa retiró los anteojos y regresó la fotografía a manos de Taehyung - Su aspecto definitivamente es deteriorado con respecto a esta fotografía. Yo deseaba él estuviese aquí por más tiempo, pero no ha sido posible.
- ¿C-Cómo no ha sido posible? - el peliplata cuestionó interrumpiendo al otro alfa, quien le observó con incertidumbre.
- ¿Usted desconoce el motivo del viaje de su omega? - preguntó y Taehyung se sintió confundido, consciente de que había muchos aspectos de eso que no comprendía. Y solo sabía lo que Jongin había señalado.
- Y-Yo solo se que le han vendido, pero...
- Por favor siéntense - él alfa les ordenó con amabilidad, buscando una silla instalada a su espalda y moviendola hasta ubicarla frente a ellos, sentándose allí - Ustedes han de saber que acá no existen cambia formas como ustedes y yo lo somos - sus manos apuntandoles y confirmando lo que Taehyung había sospechado - Ver a alguien con otro aspecto. Otras creencias, ha resultado muy llamativo para las personas en este lugar. Ha sido algo... deshumanizante.
- ¿Q-Qué quiere decir con eso? - la respiración del alfa fue profunda, como si su lobo estuviese rasguñandole por dentro.
¿Qué le habían hecho a su omega?
Lay pareció titubear por un instante, volteando su rostro a un costado hasta recibir el asentimiento de la mujer y que instaba a que hablase. Regresando su mirada hacia ellos - El chico, Jungkook...él ha sido comprado junto a otras personas, todas de diferentes clanes. Y ha sido exhibido aquí en París.
- ¿Exhibido? - está vez fue Aiko quién intervino al alfa. Y este empuñó sus dedos sobre la tela de su pantalón.
- Como a un animal, ellos...las personas han pagado por m-mirarlos - Lay apenas fue capaz de terminar la oración, al mismo tiempo que un sollozo se escuchaba y Taehyung observaba inmóvil los azulejos.
Sintió ganas de vomitar.
- ¡¿Cómo han podido hacer algo así?! - la pelinaranja gritó al mismo tiempo que se paraba y llevaba una de sus manos sobre su frente - Jungkook estaba gestando, era v-vulnerable y necesitaba de cuidados. Al menos ¿estaba comiendo bien? ¿tenía abrigo? ¿habían cachorros? ¡Oh D-Diosa luna! - la beta preguntó con angustia y sin ya contener su llanto, recibiendo el abrazo de Donghae quien se había levantado para contenerle.
El peliplata no sabía si quería escuchar.
Su corazón, estaba doliendo demasiado.
- Las condiciones en las que ellos estaban,... - el alfa se detuvo para tomar aire, negando con lentitud -...yo lamentablemente debo decir que no eran las apropiadas - Lay alzó su mirada para observar a la beta - Habían más cachorros allí, de diferentes edades y también ancianos. Mas no han tenido una debida higiene y alimentación y... algunos de ellos han comenzado a enfermar y...
- ¿Y qué? - la voz de Taehyung raspó y percibió como lastimaba el solo hecho de preguntar aquello.
El frío silencio haciendo su lobo gimoteara como un cachorro, huyendo despavorido ante lo inevitable.
- Algunos de ellos fallecieron - la realidad golpeandole y haciéndole dimensionar al sometimiento al que su omega había estado expuesto y continuaba estando. Mas aún, cuando ahora también cargaba a un cachorro.
La sola sensación de perderles le cortaba el aliento.
No podría vivir así.
- Son unas b-bestias - el llanto desconsolado de Aiko se oía por toda la habitación, opacado las lágrimas que resbalaban silenciosas sobre el rostro de alfa peliplata y quien meditaba las siguientes acciones.
Debía encontrar a Jungkook lo más pronto posible.
- ¿Dónde están ellos ahora? - dijo de manera automática, separándose del cúmulo de emociones que estaban trastocando su objetivo principal.
Daría con el paradero de su omega y lo llevaría junto a su cachorro de regreso a Kima.
Lay llevó una de sus manos hasta su rostro - E intentado que no se los lleven, pero mi hermano es demasiado codicioso.
-¿S-Su hermano ha dicho? - la pelinaranja preguntó confundida, observando cómo el alfa asentía en respuesta.
- Dongwook Zhang es mi hermano mayor. Ambos hemos llegado a Francia cuando éramos aún adolescentes, nuestros padres querían dejasemos nuestros instintos atrás - Taehyung frunció sus cejas - Creían que viniendo a Europa, nos convertiríamos en seres humanos normales. Correctos y sin ser manejados por un animal.
- P-Pero eso es imposible... - el alfa peliplata dijo con seguridad, consciente de que enajenar a su lobo no era natural para ellos y sólo acarreaba dolor.
Lay suspiró manteniendo sus manos entrelazadas - Lo se. Créame que lo se. Pero mis padres eran muy ignorantes en aquel entonces y a su modo, solo querían lo mejor para nosotros - Taehyung se mantuvó en silencio y sabiendo por experiencia, mucho de lo que el otro alfa señalaba - Mi hermano siempre fue más obstinado y nunca creyó eso fuese posible. Pero si se dio cuenta, de la profunda curiosidad que las personas acá sentían por nosotros y tuvo una descabellada idea.
- Zoológicos humanos... - Aiko dijo sin un atisbo de dudas, mientras sus ojos permanecían bien abiertos y apuntaban hacia sus pies - He leído de eso, pero no c-creí fuese verdad...
Aquello era una crueldad.
El peliplata se sintió mareado y una extraña sensación se instaló sobre su pecho - ¿Está bien alfa Taehyung? - Donghae había preguntado mientras las palpitaciones no detenían y disparaban aceleradas su corazón.
- C-Creo que debo sentarme - respondió al mismo tiempo que las manos le temblaban, acomodándose en el sofá que había a un costado de la ventana.
Algo estaba sucediendo.
- Él les ha llevado a Alemania. Como las ganancias aquí ya no eran satisfactorias, ha decidido llevarles a Berlín - el sonido de los pasos de Aiko que caminaba de una lado a otro resonaban en aquel lugar - Jungkook se hallaba bajo el peso indicado, mas aún que está alimentando a su cachorro. Y aunque quisiese no decir esto, sumado a las condiciones de higiene, es muy probable adquiera enfermedad como los demás lo están haciendo - el alfa señaló con desazón, lo que hizo que todos allí sintiesen el tiempo estaba en su contra.
No sólo debían sacar al pelinegro de allí. Debían detener el agobio de esas personas antes que fuese demasiado tarde.
- ¿Podemos viajar hacia Berlín el día de hoy? - Aiko preguntó con premura, permaneciendo atenta a lo que el alfa le confirmase.
- Pueden tomar mi automóvil - de pronto la voz de aquella mujer asomó a sus espaldas - No es muy espacioso, ni moderno. Pero creo aún es útil para movilizarse - añadió con un sutil gesto de sonrisa, quizá intentando los ánimos de todos allí mejorasen.
- Gracias -Taehyung respondió, intentando ser gentil pese a su cansancio.
Ella asintió.
Lay se dirigió a él - Debo decir que Jungkook es un omega muy fuerte, pues pudo soportar al parto aún lejos de usted - y aunque sabía el alfa buscaba consolarle, era inevitable aquello doliese - Por eso mantenga la esperanza. Además que tiene un omega que ha estado junto a él en todo momento.
- ¿U-Un omega? - Taehyung cuestionó con intriga, para luego ver cómo el alfa aseveraba.
- Si, al parecer se conocen desde antes - este respondió con naturalidad y ante la mirada atónita de los otros betas - Su nombre es Baekhyun.
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Su nariz olisqueaba su diminuto cuerpo desnudo, escuchando como este balbuceaba despacio y mientras sus labios le rozaban la pequeña pancita.
- ¿Estás creciendo verdad bebé? - le habló con dulzura no dejando de presionar sus piernas la una con la otra y así mantener allí a su cachorrito. Este alzando sus piernecitas y observando a su alrededor, no manteniendo la mirada fija en ningún lugar en específico y más bien, manteniéndose atento a cada caricia que el omega le brindaba - Eres un mimado - Jungkook le dijo pasando un pañito húmedo bajo sus bracitos y en cada pliegue de su piel.
Los deditos de sus pies estirandose y encogiendo, a la vez que un gran bostezo le inflaba y desinflaba el pechito. El pelinegro sonriendo ante el gesto, repasando y limpiando con cuidado donde su cordón había secado y caído días atrás.
Orión ya tenía tres semanas y agradecía comenzase a adquirir peso, a pesar de lo mucho que a él le estaba costando tener apetido.
- Ya está, mucho mejor mi bebé - dijo volviendole a cubrir y acomodandole una vez más bajo su túnica, procurando arroparle ante el frío de la noche, percibiendo cómo este enseguida buscaba dónde se guardaba su alimento, quejando al no poder aferrarse bien allí - Shhh, ya está mi amor no desesperes - Jungkook le susurró agachadose hasta poder besarle sobre la cabecita.
Su aroma suave de mar y montaña, salvaguardandole el pesar.
- J-Jungkook - la voz marchita del omega le llamó despacio, acercándose más a él hasta tomar de su mano.
Tan fría. Tan frágil.
- Estoy aquí - el omega respondió sin dejar de acariciarle, a lo que el pelirrojo respondió con una débil sonrisa.
Y es que en los días que llevaban en aquel lugar, la salud de Baekhyun no hacía más que empeorar. Lo que le mantenía al pendiente y prácticamente durmiendo por escasos momentos. No deseando dejar de prestar atención ni a él, ni a su cachorro.
Evitando el miedo le consumiese y esmerandose en mantener enteresa para ambos.
Debía permanecer a su lado.
Mas cuando la presencia de aquellas personas, les acechaban día y noche.
- ¿Donde estamos Jungkook? - el cachorro había preguntado apenas el alfa les había obligado a bajar, percibiendo de inmediato la fría ventisca y que les heló el rostro.
Presionó a Orión más cerca de él.
- No lo se Luhan - respondió al niño, quien mantenia sus ojos bien abiertos. Curioso por el lugar desconocido donde se hallaban. Sus pies doliendo ante el frío inclemente.
Jungkook creyó que pronto nevaría.
Su mirada llevándola hacia el cielo, distinguiendo como las nubes se movilizaban densas y con lentitud. Avisando que la caerían gotas de nieve y habría que buscar abrigo antes que aconteciese.
El recuerdo de la voz de su madre llamándole, apresurandole a buscar leños suficientes para resguardarse con una fogata. Aún cuando su sonrisa de niño, decía lo mucho que a él gustaba permanecer allí. Con los pies descalzos y esperando a que las gotas blancas cayese sobre su boca.
"No comas demasiado. Enfriarás tu vientre". Su abuela mencionado aquello de vez en cuando, preocupándole la idea que a futuro aquel espacio se hubiese dañado para concebir.
Miró a su cachorro escondido bajo la tela que le cubría, tan tranquilo e indiferente a que el frío alguna vez pudiese haber evitado su llegada.
- Ya muevanse - Dongwook pronunció molesto y con evidente fatiga tras el largo viaje, llevando en sus brazos a él pelirrojo y quien aún permanecía demasiado débil como para poder movilizarse por si mismo.
Jungkook se hizo a un lado, permitiéndole tener mejor acceso al camino y que a todos les llevaba a un gran y avejentado caserío. Para luego no tardar en seguirle el paso al alfa con prisa, sin permitir este se alejase demasiado y por ende, perdiese de vista al otro omega.
El lugar allí era húmedo, la mayor parte de sus ventanales no poseían ventanas. Y no había ningún solo mueble, que a el pelinegro le hiciese creer que allí viviese alguien.
Al que lugar, estaba en total abandono.
- Se cuidadoso con él - Jungkook dijo al alfa, fijándose en el modo en que este dejaba a Baekhyun sobre el piso de madera. En lo que este se había levantado y girado bruscamente hacia él.
El omega tembló. Retrocediendo algunos pasos hasta que Dongwook le había acorralado contra la pared. Y la respiración del alfa le chocaba sobre la frente.
- ¿En que momento has creido puedes darme órdenes? - este señaló demasiado cerda de él, por lo que Jungkook agachó su rostro y así evitar la proximidad. Sin embargo, aquello no había gustado al alfa y por lo que le tomó con fuerza el mentón forzando a enfrentarle - Recuerda tu lugar omega - indicó mientras llevaba su mano libre por sobre su cadera y el pelinegro intentaba como podía, empujarle y así este le dejase de tocar - No creas que he olvidado que me debes algo - añadiendo finalmente antes de soltarle y en lo que Jungkook de inmediato corroboró el estado de su cachorro.
-D-Duerme amor, duerme - diciendo suave una vez el alfa había salido de allí. Con su lobo aullando, asqueado y no pudiendo eludir, como el aroma del alfa había querido marcarle. Su atención desviandose hacía donde el pelirrojo se hallaba, caminado hacia él y agachandose a su altura. Tomándole entre sus brazos y acomodandole junto a su cachorro en su regazo.
Este abrazándose a él de inmediato.
- N-No permitas que te toquen... no dejes que también a ti te lastimen. Defiendete J-Jungkook... Lucha... - Baekhyun le había dicho ese día, no pudiendo responder por el cómo su corazón aún latía. Temeroso y con la horrible sensación de impotencia. Su boca tocando la frente del pelirrojo, percibiendo cómo la fiebre no abandonaba su cuerpo.
Aquella primera noche no quitándo su atención del omega, escuchando como este murmuraba el nombre de su alfa y su cachorra entre sueños. Y Jungkook solo reaccionaba a ubicar a su bebé más a su lado, permitiendo que olisqueara su cuellito y aquello calmase su angustia.
Baekhyun estaba demasiado enfermo y la tristeza de no tenerles cerca, le afectaba también físicamente.
- Ve allí, que él te quiere ver - Dongwook le había ordenado al otro día y apenas había asomado fuera de la casa - Sin el niño y sin él cachorro - dijo con aspereza, intentando tomarle para alcanzar a su bebé, a lo que Jungkook se retiró con rapidez de su cuerpo, impidiendo le alcanzase.
Luhan quién le acompañaba se había detenido, con su lobo gruñendo con violencia.
- No voy a dejar a mi cachorro - señaló con determinación y observándole con fiereza, recibiendo la mirada frustrada del alfa y viendo como este tensaba cada musculo de su rostro - Esperame aquí Luhan - pidió al chico, quien no parecía muy dispuesto a dejarle sólo. Pero que había accedido sólo asumiendo, que no le quitaría la vista de encima mientras permanece lejos de él.
Sus pies moviéndose despacio ignorando el frío del día, escuchando como las risas le crispaban por detrás del cuello y sus pies tocaban con casi desconcierto, el césped que había en aquel lugar.
Hace mucho no sentía el verde bajo sus pies.
Sin embargo, allí nada se asemejaba a la libertad de un bosque en medio de la montaña y por el contrario, halló cercas enormes, que le hacían una vez más sentirse enjaulado en aquel lugar.
- Vaya, así que él es - la profunda voz de un hombre le hizo sobresaltar, volteando su rostro hacia donde el sonido provenía. Encontrándose con un grupo de personas sentadas y compartiendo en unas bancas. Y bajo algunos árboles.
Aquel lugar, se asemejaba mucho a la casona en Kima.
Pero a la vez, allí no había nada de ella.
Su bebé estornudando sobre su pecho, no alejando su mano de la pequeña curva de su cuerpecito.
- ¿Así que es verdad que tienes a un niño? - el hombre había preguntado con un tono que al omega no le había agradado, no deseando participar de aquella conversación y más cuando todos allí habían reído.
Las facciones duras en su rostro, teniendo similitudes a las de los demás en aquel lugar, con el cabello luminoso y los ojos transparentes. Fijando su vista en una de sus manos y donde llevaba un puro de tabaco que aspiró profundamente.
- Ven aquí - este le dijo y Jungkook evidentemente no permitiría acercarse a ese hombre, recibiendo el empujón por su espalda y que casi le hizo caer.
- Si no caminas, olvida que cuidaré a ese omega - Dongwook le susurró a su espalda, no pudiendo contradecir a su orden y avanzando hasta donde aquel hombre se hallaba.
Todos allí le observaban con curiosidad, incluso algunos se ponían de pie para tener una mejor visión. Murmurando conversaciones entre ellos y a las que el pelinegro no prestaba demasiado atención, mas cuando tenía a esa persona frente suyo.
Las marcas sobre su rostro haciéndole saber que debía tener cerca de cincuenta años, corroborando al detenerse a observar la piel de sus manos.
Este le sonrió.
- Vaya que si es una preciosa joya - el hombre dijo mirándole desde la coronilla hasta los pies y el omega se sintió incómodo y solo quería salir de allí. Percibiendo como Dongwook permanecía a sus espaldas - Ven, siéntate aquí - las manos del rubio hombre le indicaron sobre sus piernas, mostrando con clara intención que deseaba que estuviese en aquel sitio.
Era repugnante.
Las manos le sudaban y el cuerpo le temblaba por completo. Detestando la idea de permitir la cercanía de aquel hombre, cuando él no lo deseaba ni lo había pedido.
Las personas allí, no dejaban de susurrar.
- Vamos ¿Qué esperas? Solo quiero tocarte un poco - el hombre insistió, tomándole de su mano libre y tirando hacia él. En lo que intentó soltarse de su agarre, pero este persistía en no dejarle ir - Te gusta que te insistan, me gusta si me lo pones difícil - y Jungkook desesperó, sintiendo como el roce en su muñeca ardía, por lo que con ímpetu se acercó hasta ella y mordió con fuerza el brazo del hombre - ¡Maldito animal!
Este había exclamado apenas el pelinegro le hirió, soltandole de inmediato pero sin quedar conforme de aquella actitud - ¡¿Cómo te atreves a morderme?! - dijo con rabia y ante la mirada de asombro de todos allí, golpeando con su mano extendida sobre la boca de Jungkook.
Su labio doliendo ante el golpe, percibiendo cómo humedecida y la sangre comenzaba a escapar de la herida. Sin embargo, no permitió mostrar a nadie su dolor y se mantuvo de pie enfrentando al hombre.
Dongwook se acercó hasta él, para luego fijar la mirada al rubio - Lastimarlo no estaba dentro del acuerdo - diciendo aquello para luego intentar ver el lugar donde le había herido, mas Jungkook retiró su cuerpo para que no se le acercase.
Odiaba que lo hiciese.
Detestaba su presencia.
- ¡Volveré por él en unos días! ¡No me importa pagar más si así me aseguras voy a tenerle! - el hombre gritó mientras golpeaba la mesa y eso hacía su cachorrito quejase - Él necesita que alguien le enseñe de modales y se la manera en que puedo hacerlo - esto último diciéndolo mientras se volteaba hacia las demás personas allí, quienes rieron ante la alusión del hombre.
Jungkook no comprendía del todo. Solo sabía que la rabia le estaba carcomiendo, comprendiendo que había sucedido con el pelirrojo cada vez que se ausentaba. Y sabiendo que eso le había hecho enfermar.
- Ha sido t-tu culpa - Jungkook le había señalado a Dongwook una vez le había sacado de allí y regresado junto a Luhan - Has permitido que hombres como esos p-pongan sus asquerosas manos encima de él. Y has hecho que su lazo esté c-casi roto - la herida le escocía por las lágrimas, más no permitió prestar atención cuando su corazón dolía aún más.
- Jungkook e-estás herido - Luhan le dijo al percatarse de cómo su boca continuaba sangrando, decidido a golpear al alfa al voltearse hacia él.
- Dejalo Luhan, ese alfa ni siquiera es digno de que lo toques - y el pelinegro pudo sentir como el aroma del alfa era molesto e invasivo, controlandose de seguro para no ponerle en su lugar.
A Jungkook no le importaba, pues si llegaba a acercarsele no dudaría en defenderse. No cedería ante un alfa, jamás lo haría.
Su padre enseñándole que nunca debía permitir ser sometido y que no debía sentirse inferior por su condición. Aún menos, rendirse y permitir que uno de ellos le lastimase.
La estrella que llevaba le guiaría. Su lobo sabría que hacer.
Estaría preparado cuando aquel hombre llegase.
- J-Jungkook - la voz de Baekhyun le hizo abrir sus ojos, acariciandole el rostro para hacerle saber que él estaba allí. Costumbre que había adquirido cuando el omega despertaba en medio de la noche y no podía ver su imagen en la oscuridad - ¿Cómo está el cielo hoy? - el pelirrojo le preguntó y Jungkook se sintió curioso, pues de allí no había ventana de donde observarle. Y la luz que se permitían tener, era sólo la que filtraba por la madera que les enclaustraba en aquel lugar.
Dongwook les tenía bajo llave durante las noches, por lo que no se permitían contacto con el exterior y sólo se comunicaban con los demás a través de las paredes colindantes.
- Brillante e inmenso. Cada pequeño punto en el cielo, ilumina todo a su alrededor- sin embargo el omega optó por mentir, aun cuando estaba seguro era de ese modo aunque las nubes estuviesen delante de el.
No había nada que apagase el cosmos.
- ¿E-Es precioso? - el pelirrojo volvió a preguntar en lo que Jungkook sintió su voz se escuchaba cansada, pensando que ya pronto se volvería a dormir - ¿Crees que vamos a allí cuando desaparecemos aquí en la t-tierra?
El omega pelinegro respondería que si con seguridad, ferviente creyendo en que tanto su origen como su eternidad pertenecían al infinito cielo.
Así sus abuelos. Sus padres. Habían enseñado.
- Hemos nacido allí y regresaremos allí - Jungkook señaló sin dejar de acariciarle y encontrar su rostro, palpando con suavidad como sus mejillas se hallaban mojadas - Nuestro hogar está en las estrellas.
Los hombros de Baekhyun remecieron despacio, pero el pelinegro se había percatado del movimiento despertando cada uno de sus sentidos.
- Jungkook tengo miedo - este diciéndole con claridad y enfriandole la espalda al escuchar aquellas palabras - Creo que estoy m-muriendo - aquello ocasionando el otro omega se levantase con rapidez.
- No, eso... - una de sus manos apoyándose sobre el suelo y así tomar el impulso suficiente para ponerse de pie. Caminando hacia la pared y golpeando con fuerza allí con uno de sus puños, a la vez que su bebé removía - ¡Ayuda! ¡Necesito ayuda! - sus gritos siendo enunciados como alaridos, pidiendo ser escuchado por alguien a esas horas de la noche. Percibiendo cómo el cuerpo comenzaba a tiritarle y el estómago se le revolvía.
Sus oídos pudiendo distinguir pequeños movimientos de las habitaciones a los costados, escuchando como alguien golpeaba a su lado.
- ¿Jungkook? - la voz del cachorro escuchandose preocupada, a lo que el se movió con rapidez a la pared que daba con el y su madre.
- Luhan. Llama a Dongwook, es B-Baek él no está b-bien... - su voz no alcanzando a acabar la oración, escuchando como el chico se levantaba y corría a golpear su propia puerta con desesperación.
Caminó de regreso hacia la puerta apoyando ambas palmas de sus manos allí y sacudiendo la madera — ¡Dongwook! — el desgarro que percibía en su garganta no le hizo persistir y por el contrario, cubrió con su brazo el sitio donde se hallaba su bebé y empujó con su hombro contrario hacia la pared — ¡Por la d-diosa luna abre la puerta! — sus pies retrocediendo y avanzando hasta chocar con la madera, escuchando como todos allí golpeaban hacia afuera y esperando el alfa les escuchara — ¡Por favor! ¡P-Por favor! — su cuerpo cayendo al suelo en medio de un llanto agonizante, sintiendo como cada parte de él temblaba débil y como si fuese a desmayar.
Por favor no.
—No... n-no...
El sonido de la respiración agitada del omega le hizo arrastrarse hasta allí, escuchando como su cachorro sollozaba mientras torpemente quitaba atención a él.
— No quiero e-estar solo. No me dejes solo — el pelirrojo le dijo con dificultad al mismo tiempo que Jungkook se agachaba y le tomaba el rostro con ambas manos.
— N-No lo haré — el pelinegro prometió encogiendo hasta él y besándole sobre la frente.
El sonido de las demás personas afuera no cesando, escuchandose en medio de ello los gritos de Luhan que le llamaban. Sin embargo, Jungkook ya no le podía oír.
— Chan, n-no quiero que me pase algo a mi alfa. Él... — una profunda respiración habían pausado sus palabras, pareciendo que el tan solo hablar le doliese — ... Él no puede dejar a n-nuestra cachorra...
Jungkook comprendió a lo que se refería, sabiendo que el alfa a través de su lazo sabría que el omega estaba muriendo.
Que le estaba dejando.
Una vez más prefierió guardar la verdad para si mismo.
— Estará b-bien. Él es un alfa fuerte, p-peleará para seguir con su cachorra — el pelinegro sintió que aquello le hirió al ser dicho. No deseando ni la despedida, ni la muerte.
Al cerrar sus ojos, esto sería para siempre.
El omega creyó no estaba listo para ello.
No quería dejarle partir.
— B-Baek... — sus labios diciendo por instinto y ante la desazón y el abatimiento. Sabiendo que se hallaba sólo y que el omega no merecía aquello.
El pelirrojo lo miró por un momento, moviendo su boca como si intentara modular — Mi hermano Hoseok, yo siempre he estado orgulloso de él desde que ha llegado a m-mi vida — Jungkook se aferró a él con fuerza, percibiendo cómo su respiración se tornaba lenta y pausada.
Él se estaba yendo.
— Chanyeol él debe ser feliz, él merecer ser f-feliz. Cada parte de mi, a-agradece haber sido amado y y-yo... yo le amaré por siempre — el omega pelinegro se alejó y le sostuvo sobre su regazo, deslizando sus dedos por sobre su rostro cansado. Pudiendo dilucidarlo, por la única claridad que ingresaba por entre la madera de las maderas.
Su cachorro acalló su llanto, sintiendo como una extraña calma parecía haberle rodeado.
— C-Cuida de tu bebé Jungkook ...Hyejin e-ella ha sido lo mejor que ha hecho en esta vida... Yo espero q-que cada vez que mire al cielo, ella m-me busque allí — los ojos del omega observaban hacia lo alto de la habitación y Jungkook creía, ya gran parte de él ya pertenecía a lo terrenal — ¿Crees que e-estaré hoy a-allí Jungkook?
El pelirrojo había preguntado cuando un último aliento le había hecho detener su respiración, siendo entonces cuando Jungkook le presionó contra su cuerpo y mientras sentía como el suyo desvanecía.
Quemaba.
Ardía.
— Estarás a-allí hoy Baekhyun. Hoy serás u-una nueva estrella — sellando aquella promesa a la vez que le besaba sobre la frente, percibiendo cómo el corazón se le aceleraba y su garganta rugía.
El brillante pelaje negro esparciendo por cada espacio de su piel, cobijando el cuerpo del omega y el de su cachorro bajo él. Llorando en suaves lloriqueos hasta que hubo llegado la luz del día y el omega había desaparecido en el cielo.
Instagram @noctambuloocho
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