• CAPÍTULO 47 •
Te recomiendo escuchar "So Far" de Ólafur Arnals y Arnon Dan mientras lees este capítulo.
Su dedo delineaba aquella imagen, repasando con cuidado de no estropearla debido al roce. Los rayos de sol habiéndose filtrado aquel día desde su espalda, dibujando su silueta con la contrastante luz.
- Amor mío - sus labios mencionando muy despacio, temiendo alguien pudiese arrebatar aquel momento en que podía traerle nuevamente a sus recuerdos. Cuestionandose el cómo no había percatado, de cuan difusa era su sonrisa en aquella fotógrafía.
El omega habiéndole confesado aquel día, algo por lo que había estado esperando este hiciese. Pues el aroma suave de su cachorro formando había dado aviso a su lobo. Más necesitando que fuese el pelinegro, quién compartiera aquello con él.
Junto a él.
Su cabello rodeando la forma de su rostro, apreciando como sus manos entrelazadas, indicaban el temor que había sobre su cuerpo.
Lo que sabía debía hacer horas más tarde.
Y el alfa pensó en si tan sólo el omega hubiese confiado en él.
O si tan solo él se hubiese percatado, de lo asustado que Jungkook estaba aquel día.
- Taehyung - la voz suave de la pelinaranja, haciendo que escondiese aquella imagen entre las hojas de aquella libreta, la que había estado ojeando nuevamente días atrás. Guardandola al interior de su bolsillo y cuidado recelosamente la imagen de su omega - ¿Gustas un poco de vino? - ella le había preguntado con la mirada confundida. Seguramente habiendo descubierto que su cabeza oscilaba lejos de allí y que parecía aún negarse a bajar.
Quería quedarse junto a él.
Más asintió esmerandose en ser cordial, aprovechando que Aiko se retiraba momentáneamente hacia la mesa ubicada al costado, para descansar su respiración y negar para si mismo. Consciente del como se le dificultaba, no tener entre sus pensamientos a Jungkook durante todo el día. Su padre Seokjin habiendole recomendado y para no perderse así mismo en sus pensamientos, procurar dejar tiempo para su descanso. Siendo lo único que al peliplata le motivaba hacerlo, el hecho que luego estaría de mejor ánimo para una nueva búsqueda del omega.
Necesitaba hacerlo por él.
- Ten - la beta pronunció entregando una copa de vidrio azul, donde el vino transparentaba oscuro a través de él.
- Gracias - dijo para sorber un corto trago y dejar la bebida sobre la mesita de centro. Ignorando el modo en que la pelinaranja le observaba sentada frente a él.
- ¿Cómo va el tema con la chica...? - cuestionó Aiko llamando su atención y a lo que el peliplata le miró no comprendiendo del todo - La o-omega Jeonu - acabando la oración y haciendole entender aque se refería.
- Yongsun -le interrumpió el alfa sin darse cuenta, bajando la intensidad en su siguiente oración -Yongsun e-es su nombre - señalando con suavidad y sin intención de incomodar a Aiko, quien le miraba con expectación. Sorprendida de su intervención y curiosa por saber de la condición de la chica - Ella aún no puede recordar bien que ha s-sucedido - sus labios señalando con resignación, para luego liberar un pequeño suspiro - Aunque debo sentirme agradecido que al menos no me tema y no crea que le voy a lastimar al igual que los demás alfas.
- Jamás te compares con esos alfas Taehyung. T-tú jamás serías como ellos - un breve silencio formándose entre ambos, luego que las últimas palabras parecían haber vacilando en la boca de la beta. Por lo que el peliplata tan sólo procuró enfocarse en la copa frente a él y obviar la incomodidad que había sentido ante ello - ¿Ella ha hablado contigo? - añadió la pelinaranja y seguramente deseando cambiar el tono de la conversación.
Taehyung aseveró - Ella ha accedido a verme y le he estado visitando en cada uno de mis viajes a Min. Me ha revelado lo q-que han vivido junto a su clan y... - su voz deteniéndose ante el recuerdo de aquella información, sabiendo lo complejo de los detalles de aquello.
- ¿Y que Taehyung? - preguntó con insistencia Aiko al mismo tiempo que sus ojos se clavaban sobre él.
La cabeza del alfa negando ante el desprecio y repulsividad que todo aquello le provocaba. Ya que si bien las descripciones de la omega y producto a su pérdida de memoria, no erna precisas. Estas relataban hechos suficientes, como para condenar lo sucedido como uno de los más horrendos crímenes.
- Ellos se han llevado a Jungkook el día que invadieron Jeonu - la pelinegra señaló despacio y con su mirada cabizbaja. Sentada junto al rubio quien cargaba a su bebé, mientras ésta se apegaba a su cuerpo como un pequeño cachorro. A la vez que los ojos de Taehyung no podían evitar recorrerle y hallar similitudes con su propio omega.
- ¿Recuerdas como eran cariño? - Jimin le preguntó con delicadeza y a la par entrelaza a una de sus manos con la suya. Consciente de que indagar en los recuerdos de la omega, podría afectarle al punto de que nadie allí sabría manejarlo.
Yongsun se mantuvo momentáneamente en silencio, oyendose sólo el suave balbuceo de Seulgi entre ellos. En tanto Taehyung, percibía como su corazón latía con fuerza. Incapaz de poder menguar su angustia.
- S-su pelo...algunos eran como el fuego - señaló la omega, moviendo su mano libre como si dibujase con ella en el aire y a la vez que sus cejas se fruncían - Ellos q-querían lastimarme a m-mi, a Jungkook. Han i-incluso quitado la vida a n-nuestros alfas - y Jimin hizo presión sobre la mano que se unía a la pelinegra, al oír como su voz temblaba ante el recuerdo - Los árboles, las aves, t-todo ha desaparecido. Ellos han q-quemado nuestra hogar.
El rubio llevándola más cerca de él al sentir que ésta buscaba el contacto. Asumiendo que Yongsun debía tener casi la misma edad de Jungkook, quizá incluso un poco mayor que éste. No sabiendo si ella siempre había tenido aquella actitud o había sido algo adquirido por los sucesos traumáticos vividos.
Se comportaba como una niña pequeña.
El peliplata teniendo su mirada perdida hacia un punto indefinido frente a él, apenas percatadose del como Yoongi paseaba con lentitud y de un lado a otro en aquel salón. Sus pasos deteniéndose solo hasta luego de servir un vaso de agua y beberlo hasta hasta que estuvo nuevamente vacío.
Añadiendo un suspiro largo al final de ello y volviendo a sentarse frente a todos.
- Cuando ellos se han llevado a Jungkook ¿qué ha sucedido con ustedes? - preguntó con decisión e indiferente a la aflicción con la que Jimin le miraba. Como si temiese acerca del dolor que podría hallar tras esa pregunta, pues había percibido como la omega tensaba a su lado y por lo que no dudó en entrometerse.
- No debes responder si no lo deseas car...
- No, y-yo quiero hacerlo - sin embargo, ella se había mantenido indeleble y como si su misión estuviese allí. Tomando un momento de descanso y respondiendo la pregunta del alfa decidiendo que no se dejaría apabullar ante el miedo - Nos han encerrado en un lugar sin luz. A los ancianos, omegas, betas y s-sólo un par de alfas.
- ¿Q-qué ha pasado con los cachorros? - Yoongi añadió, viendo cómo la omega alzaba su rostro y aunque podía ver el sufrimiento en sus ojos. Esta parecía no acobardar.
Era como si alguien más estuviese junto a ella.
- Ellos han dicho que n-nosotros éramos animales y por eso d-debíamos estar allí. Han t-tomado a nuestros niños, n-nuestros cachorros... - y los ojos le ardieron a la pelinegra, por lo que sólo bastó cerrar estos una vez para que sus pómulos humedecieran - Les han quitado la v-vida, porque así sería más fácil eliminarnos. L-los cachorros son Jeonu, sin ellos no permanecemos - su mano libre secando con rapidez la piel húmeda de su rostro, para luego ubicarla sobre su propio vientre y dirigir sus ojos a el - También han sacado el mío.
Las manos le temblaban al peliplata, el cual agradeció no tener algo delante de él pues sentía lo rompería. Sintiendo como un sabor agrio crecía sobre su boca y las náuseas asomaban en la boca de su estómago.
Quería vomitar.
- Aquel c-cachorro... - Jimin dijo despacio y claramente consternado.
- Ha sido durante el encierro... - sin embargo, Yongsun parecía haber comprendido antes de que acabase la oración - U-un alfa me ha tomado contra mi v-voluntad, hubiese odiado tener ese cachorro p-pero... - la omega vaciló y para el alfa fue entendible aquello, aún cuando en su condición le resultaría imposible el sentir lo que era vivir una experiencia como aquella - ...pero es difícil de explicar omega Jimin - habló dirigiéndose especificamente al rubio, más abrazándose a sí misma - ...mi lobo solo entiende q-que lo han arrebatado de mi lado.
Y Taehyung asimilaba lo que la pelinegra les decía. Pues no era solo su parte racional la que percibía la pérdida como tal, si no también su omega cargaba consigo el desprendimiento de su cría.
¿Como un ser humano podía desarraigarse del dolor ajeno?
Al alfa le parecía incomprensible aquel sentimiento, considerando que las características propias de humanidad, debían de desaparecer para que una persona pudiese cometer tales crímenes contra otra.
Su abuelo mencionandole tantas veces, el como los seres humanos jamás debíamos atentar contra otro. Independiente de cuan diferentes fueran nuestras ideas.
En ello se basaba la convivencia.
Vivir en sociedad.
- Estuvimos mucho tiempo allí, donde la luz del día no nos alcanzaba. A muchos de los nuestros les marcaron las palmas de las manos - la pelinegro señaló, mostrando con su dedo índice la cicatriz que llevaba en sus dos manos - Han d-dicho que así sería más fácil encontrarnos si escapabamos. E-ellos decidieron cazarnos como a-animales y entregaban nuestras m-manos para que les creyesen que eran a un Jeonu a quien se las habían c-cortado.
Jimin se acercó a ella para secarle las lágrimas con sus dedos, arrastrando la humedad por sobre la piel de sus mejillas. Sin dejar de arrullar a la pequeña rubiecita, que se aferraba a él.
- Les han d-dado más oro por los y las o-omegas en cinta - añadió Yongsun entre sollozos. Mientras Taehyung sentía los labios le dolían, no eludiendo el cómo sus crecientes colmillos le pinchaban la carne.
- ¿Cómo sabían que se t-trataban de omegas en espera? - se atrevió a preguntar el peliplata no pudiendo evitar que la voz se le volviese trémula y rasposa. Deseando haber evitado abrir su boca, cuando recibió la mirada entintada de Yongsun.
- Han cortado sus p-pechos - dijo esta con el dolor partiendole la garganta justo en medio - E-era su forma de mostrar, que era un omega a quien habían quitado la v-vida.
Yoongi le miraba atónito, casi como si no respirase. A la vez que Taehyung con su ojos perdidos en la madera del suelo, escuchaba como el rubio omega rompía en llanto junto a la chica.
Taehyung estaba seguro vomitaría. Por lo que había entrado sin dar ninguna explicación a la casona Min, dirigiéndose hasta el baño y vaciando su estómago en aquel lugar.
Sus dedos sintiendo el frío de la ceramica, habiéndose sostenido de ella para no caer mientras las lágrimas caían sin control.
- ¡Malditos sean! ¡Malditos sean todos! - su aliento saliendo precipitado, a la vez que sus manos apretaban con fuerza el lavabo y sus nudillos emblanquecían debido a ello.
Los odiaba tanto.
El cuerpo temblandole a medida el sentimiento acrecentaba en su interior, permitiéndose gritar pues la garganta le rompía de dolor. Su rostro alzándose para encontrarse con su reflejo, resultandole distante la imagen que allí veía.
Había cambiado tanto durante esos meses.
Sus pómulos destacando entre las líneas de su rostro, apreciando su mirada levemente hundida y ensombrecida por las noches sin dormir. Los labios y su cabello resecos, creyendo había envejecido algunos años debido a su quebranto.
Su mano girando la llave del agua, viéndola correr por un momento mientras permitía sus pensamientos se fuesen con ella. Ubicando su palma bajo el frío hilo, permitiendo la temperatura le entumeciera y le calmara.
Si alguna vez nos encontramos lejos, siempre podremos comunicarnos en un lugar donde el agua fluya. Las palabras que el pelinegro había dicho horas antes de su primer acompañamiento, adquiriendo de pronto mayor relevancia. Cerrando sus ojos con suavidad, percibiendo la húmedad de sus pestañas rozarle la piel.
- ¿Puedes oírme mi precioso jazmín? - susurró para si mismo, percibiendo la salinidad de sus lágrimas resbalar hasta su boca - Te encontraré amor mío. A ambos - su oración vacilando al recordar a su cachorro - Lo haré y les traeré de regreso a mi lado ¿Puedes confiar en mi?
- Claro que lo ha de hacer Taehyung - Yoongi había señalado a su espalda y a la vez que apoyaba una de sus manos sobre su hombro izquierdo. Una manera silenciosa de prestarle su apoyo.
No era común que un alfa se dejase mostrar vulnerable ante otro y eso era algo que el peliplata solo se había permitido hacer delante de Chanyeol. Por lo que no pudo evitar esconder su rostro y de este modo Yoongi no pudiese verle.
- Llorar no te hace más débil ¿lo sabes verdad? - la frase alcanzando sus recuerdos de meses atrás, cuando sintió que el alfa le golpeó la espalda con suavidad y para luego ubicarse en el marco de la puerta y cruzar sus brazos allí.
El silencio sólo siendo roto por el agua que corría por la blanca cerámica y en lo que el peliplata salía un poco de su aflicción.
El corazón aún latiendole tempestuoso, la ira aún masgullandole bajo el pecho.
- ¿Cómo ellos han sido capaces? - la pregunta manteniendose momentáneamente en el aire y en medio de un suspiro que el rubio había liberado. Tiempo que Taehyung había aprovechado para tomar el agua entre sus manos y llevarla hasta su rostro.
El agua limpia.
Esta deslizándose sobre su piel y apaciguadole la irritación bajo los párpados.
- El ser humano es un ser magnífico Taehyung - el rubio señaló con decisión - Pero a la vez es el ser más siniestro que conozco.
Y el otro alfa no pudo contradecir a sus palabras, estando seguro que no hallaría fundamento para hacerlo.
- Ella se ha asustado de tu reacción - añadió Yoongi y a lo que Taehyung deseó decirle que de ningún modo había sido su intención. Sin embargo, el rubio no le permitió hablar alzando sus dos manos - Creo solo está preocupada por causarte más dolor. En este momento no hay alguien que entienda lo que sientes, tanto como lo hace esa omega Taehyung.
Las palabras del alfa cargando tanta certeza en ellas, por lo que respiró profundo para no olvidar el motivo que le tenía allí. Cada musculo de su cuerpo, percibiendose agotado al caminar de regreso al jardín. Observando como la omega le esperaba allí sentada a la par de Jimin, manteniéndose apegada a su lado y con sus rodillas encogidas.
Los ojos del rubio omega paseándose entre él y Yoongi, como si no estuviese seguro de cual sería la reacción de Yongsun al estar tan vulnerable.
Escondida cómo si le fuesen a lastimar.
Y si bien Jimin sabía, que aquello debían ser parte de las secuelas que sus vivencias habían dejado. No pudo evitar en sentir su miedo y acercarle más a su lado.
- No les haremos n-nada Jimin - Yoongi había dicho entre la sorpresa que la actitud de su omega le causaba, escuchando como su cachorra se quejaba al ser presionada entre su abrazo.
- Lo se, es solo... - el rubio intentando responder desconociendo a su propio lobo, más cortando sus palabras al ver al peliplata acuclillandose frente a la omega.
- Lo lamento, no ha sido mi intención asustarte - indicó despacio y con su mirada observando el césped. No deseando intimidar aún más a la pelinegra.
Las copas de los árboles meciendo tenuemente, ocasionando el sonido del follaje sopesara las disculpas del alfa. Este permitiendo mantenerse allí, hasta que la omega decidiese que la confianza en él había sido devuelta.
El balbuceo de Seulgi ocasionando Jimin se removiese, para así girar a la cachorra y ubicarla sobre su pecho más bondadoso.
Su hambre no podía esperar.
El alfa sintiendo que la tensión había bajado por un breve instante, al ser llevada hasta la pequeña bebé. Levantando levemente su rostro, para encontrarse con los de la omega clavados en él.
- J-Jungkook... él aún llevaba su cachorro consigo la última vez que estuvimos juntos - los ojos de la omega mostrándose aflijidos y observando a Taehyung con congoja - Yo no puedo recordar, que ha pasado antes de que todo se llenara de llamas - un sollozo reprimido quedando oculto bajo sus palabras - Pero le puedo asegurar que su cachorrito seguía con vida.
El pecho del alfa aligerandose repentinamente, sintiéndose egoísta al agradecer aquello, cuando tantos otros omegas no habían corrido con la misma suerte que el suyo.
- Hay algo más - dijo agregando la omega - Un alfa como usted le ha ayudado.
- ¿Taehyung? - la voz de la beta haciéndole negar con la cabeza, presionando sus ojos justo en medio, con su dedo pulgar e índice.
Aiko esperaba porque continuase.
- Yo no se si soporte no matar con mis propias manos, a quien esté detrás de todo esto - señaló con severidad. Consciente de que no era su alfa quien hablaba en aquel momento.
Les mataría aunque fuese con sus manos.
La beta se le quedó mirando, para luego llevar su vista hacia su copa de vino y oscilar la con cuidado mientras el líquido chocaba tenuemente con el vidrio.
- Jungkook - pronunció la pelinaranja - Él tiene que estar ya en su octavo mes - señaló despacio, temerosa de que sus palabras hiriesen de algún modo al alfa.
Este asintiendo casi imperceptible, conocedor de cuan poco le restaba a su omega para dar a luz.
Cuanto tiempo había estado lejos de él.
Tan sólo quedandole pedir por la seguridad de su omega y la de su bebé. Y el poder llegar a ellos antes de su alumbramiento.
Espera por mi.
Aiko levantándose de allí y dejando la copa en la mesita a su costado. Observándola caminar hasta donde un cúmulo de archivos se hallaba.
- Es por eso que es importante le encontremos pronto y yo ya tengo lo que me has pedido - añadió ante su incredulidad. Poniéndose de pie ante la sorpresa y la ansiedad que comenzaba a roerle la piel - He dado con la ubicación de Jongin.
❀
El bullicio era enorme y le atosigaba sobre los oídos. Sus piernas encontrándose recogidas, hasta donde su pancita le permitía. Esta aumentando cada día más su tamaño, logrando percibir ya con sus manos, el lugar donde su cachorro ubicaba su cabecita al dormir.
Las contracciones comenzando a aparecer débilmente, por lo procuraba no caminar demasiado para que su bebé no apresurase su llegada. Temeroso también, de que su alumbramiento llegase en un lugar como ese.
Tan hostil y desconocido.
Estaba asustado, pues si bien había cierta semejanza a Min. Las personas allí lucían tan diferentes unas a otras, llevando aparatosas vestimentas y lo peor de sí, le observaban de manera tan escalofriante.
Como si su mera existencia les causase curiosidad.
- Jungkook, ten un poco de carne - le había dicho Luhan quién se había acercado corriendo y casi a tropezones a su lado. Su mano estirando hacia él, un pequeño trozo de carne aún cruda.
- ¿Dónde la has conseguido? - preguntó el omega con curiosidad, buscando con sus ojos hacia sus costados para ver si hallaba allí al hombre de sombrero. Desconcertandole cuando el cachorro había apuntado hacia su espalda, indicando con su dedo índice a un grupo de personas que les miraban con atención.
Jungkook negó - N-no lo quiero - sus labios señalando en clara contradicción a lo que su estómago pedía, bajando su mirada hasta sus pies desnudos. Estos apoyados sobre la tierra seca, doliendo un poco por la falta de humedad en ella.
El chico miró hacia donde se hallaban las personas, par a luego volver sus ojos sobre él - Pero... pero lo necesitas Jungkook ¿Por qué no lo recibes? - Luhan insistió. Sin embargo, el omega procuraba ignorarle mientras una de sus manos, raspaba el suelo con una pequeña rama - ¿Qué es lo que te ha molestado? - el cachorro preguntó cabizbajo, como si el rechazo hubiese humillado a su lobo.
- No estoy molesto Luhan - respondió con sinceridad, aun cuando el ceño fruncido de sus cejas distaba de ello. Percibiendo cómo los ojos de aquellas personas, aún seguían sobre él, como si esperasen lo que haría con el trozo de carne que habían dado al cachorro.
Se sintió cohibido. Temeroso de aquellas miradas ajenas y desconocidas. Sintiéndose también receloso de que ellos pudiesen verle en su estado y cuando sabía se hallaba tan vulnerable.
No quería estar allí.
Percibiendo su cabello sucio y enmarañado, no teniendo permitido el lavarlo, ni tampoco recibiendo el agua suficiente como para poder hacerlo.
Su vista clavandose en el cielo momentáneamente, como implorando a el que se hiciese presente y le mojase la piel. Deseando limpiar su cabello y volver a trenzarlo adecuadamente.
El sonido de los cantos de aquel grupo de personas de oscura piel llamando su atención, observándolos con detenimiento y detenía en cada elemento que llevaban puestos.
Sus pieles permaneciendo manchadas en colores amarillos, blancos y anaranjados. Resaltando entre el intenso color tierra de su cuerpo, llamando poderosamente la atención para Jungkook, el cómo sus pies parecían moverse solos al ritmo de la música que sus voces hacían.
- ¿Qué es lo que hacen? - preguntó Luhan observando al grupo. Sus ojos entrecerrados, intrigados por el llamativo espectáculo del enigmático grupo de personas. Estos encontrándose ya habitando aquel lugar, el día en que ellos habían llegado a allí.
Aquel día sintiéndose aturdidos por la gran cantidad de ruido. Debiendo tranquilizar a la anciana, la que entre alaridos no parecía comprender lo que sucedía.
Estaba asustada. A lo que Jungkook había corrido a su lado para abrazarle y mientras esta no dejaba de cubrirse los oídos.
- Emmenez-les au jardin d'acclimatation [1] - había pronunciado una de las personas en aquel lugar, a lo que Jungkook creyó haber reconocido la extraña lengua.
Su brazo habiendo sido tomado con fuerza por el hombre de sombrero, haciéndole doler allí - Vengan conmigo - diciendo este mientras el omega caminaba casi a tropezones, no permitiendo le alejasen de la anciana. Sus ojos buscando el cabello rojo de Baekhyun, observándole algunos pasos más adelante. Intentando apresurarse hasta que fue capaz de alcanzar su mano.
Esta presionandose con fuerza, negándose a la idea que les pudiesen separar.
- Entren - la orden saliendo sin cuidado desde la boca del hombre, intentando fijar su mirada hacia donde este apuntaba - ¡Deprisa! - percatadose repentinamente el cómo les dejaban al interior de un lugar, donde un sonido emergía con fuerza sobre sus oídos.
- Estamos al interior de otro transporte, no te asustes - le susurró Baekhyun a su lado, procurando controlar el cómo sus rodillas temblaban entre miedo y frío.
El ambiente siendo gélido. Rodeado por una espesa neblina, indicando que el sol bajaba para dar paso a la humedad de la noche.
Las voces escuchandose al exterior, agudizando su oído para poder comprender algo de lo que allí se decía. Más perdiendo el equilibrio, al momento en que todo comenzó a moverse.
Jungkook se acurrucó más cerca de Baekhyun, abrazando a la anciana para que esta también calmase.
- Nos llevan a algún sitio - diciendo el pelirrojo en medio del camino, mientras Jungkook creía en cualquier momento desfallecería al sentir las piernas demasiado entumecidas y cansadas.
- Tengo sueño - señaló al otro omega, agradeciendo cuando este optó por sentarse y hacer espacio para él.
- Recuestate sobre mi - bastando aquello para que el sueño le hubiese vencido y mientras se escondía bajo el abrazo del pelirrojo. Percibiendo a la anciana mujer junto a él y a la vez que su propia mano envolvía su vientre.
Su despertar asustandole en lo que pensó no había tardado nada en llegar, sobresaltado al oír los gritos de aquel hombre, quien les forzaba a bajar.
- ¡Vamos, vamos! ¡No se queden atrás! - este insistiendo y a lo que Jungkook ignoró lo agitado que se encontraba. Percibiendo cómo el aroma de aquel alfa, le hacía saber que ya se encontraba en aquel lugar - Busquen un sitio para instalarse - sus ojos analizando el lugar, distinguiendo como entre la oscuridad, la luz de algunas fogatas se hacía notar. Quedando por un breve momento pasmado por lo que veía.
El cielo vacío en medio de la noche, si ninguna luz que indicara allí habían estrellas.
- ¿Te quedarás aquí? - el alfa le había preguntado con tosquedad sintiendole pasar por su lado - Ya busca un lugar. Haré fuego para ti - los ojos de Jungkook mirándole incrédulo y con la desconfianza arañandole, lo que le había hecho quedarse quieto y desorientado - ¡Ya rápido! No tengo todo el tiempo del mundo - diciendo con molestia, lo que hizo al omega indagar el sitio y hallar un lugar que pareciese seguro para su cachorro.
Ya a esas alturas comprendiendo pasaría la noche allí. Por lo que el temor de que algún animal u otro alfa le hallase en su condición, le había hecho sentirse atemorizado. Decidiendo que la mejor opción sería alejarse un poco de allí, encontrando un árbol que creyó podría protegerles de ser descubiertos, al menos a simple vista.
El sonido del fuego quemando la madera ocasionando su lobo se acurrucara junto a la fogata, ignorando el cómo este pedía porque Dongwook se quedase allí con él.
Lo detestaba.
- Creo que eso ha de ser suficiente - el alfa habiéndole dicho cuando dejó un par de mantas para él y Baekhyun. Percatando que no había tenido aquella consideración, con alguien más en aquel lugar. Por lo que había permanecido atento hasta que este hubo desaparecido.
Ambos mirándose con Baekhyun y sin decir una palabra, este último levantándose a cubrir a la anciana con una de ellas y para luego regresar junto al pelinegro y arrimarse junto a él.
- Baek - su voz diciendo despacio entre el sonido del gentío en aquella noche, susurrandole mientras su boca formaba vapor por el frío - ¿Qué es esto?
El pelirrojo había negado, concentrado en el calor del fuego, que le quitaba el frío de sus pies - No lo se cariño. No lo se - tan solo respondiendo, mientras le acariciaba el cabello.
Su estómago haciendo presencia cerca de la medianoche, percibiendo que su cachorro había dado cuenta de las horas que llevaba sin comer. Llamando su atención del como el fuego aún no había apagado y aún cuando ellos se habían dormido.
- Ustedes los omegas son una cosa extraña - aquellas palabras siendo murmuradas a un costado y donde el alfa se encontraba acuclillado, observando como sus ojos agua parecían haber estado mirandole durante un largo rato - Necesitas comer - dejando allí una canasta con frutas, para luego levantarse con rapidez. Desconcertandole la acción y que no hubiese aprovechado que todos dormían para intimidarle nuevamente. Dejando ir el pensamiento, cuando su estómago volvió a molestar de hambre.
- No importa dónde estemos ¿Verdad? Tu siempre querrás comer - dijo despacito mirando hacia su vientre, acariciandole por debajo de la túnica y sonriendo ante la imagen de su cachorro allí impaciente.
Su otra mano estirándose hasta alcanzar una fruta, permaneciendo de rodillas a la vez que mordía el alimento.
El sabor dulce calmando su apetito, tragando con lentitud para que este alcanzase a llegar a su estómago antes de acabarle. Y así guardar aquella canasta, en la que que creía había fruta suficiente, para compartir con los demás una vez amaneciese.
El sueño no regresando una vez se acurrucó nuevamente al lado del pelirrojo, sintiendo como este se removía cada tanto y como si su cuerpo permaneciese en alerta.
- Chan... - sus labios habían susurrado casi desvaneciendo, seguido de un sollozo que había permanecido prendado entre su sueño. A lo que Jungkook reaccionó abrazándole y rozando su nariz sobre su hombro, mientras una de sus manos le acariciaba el cabello.
A diferencia de su dolor, el omega no recordaba haber visto al pelirrojo lamentar la distancia con su alfa. Aún cuando su lazo le debiese lastimar, aún más que el propio. Y de alguna forma sintió, este reprimía aquella desazón para no preocuparle.
Y se sintió egoísta. Pues durante esos meses Baekhyun había estado pendiente de él, cuando también este llevaba consigo el sufrimiento de no tener a su cachorra consigo.
- P- perdón - pidió consciente de que el otro omega no le oia. Más siendo algo que necesitaba hacer en ese momento, percibiendo su corazón demasiado pesado como para no hacerlo. Permaneciendo allí despierto, hasta que las lágrimas que sus ojos asomaron habían secado y el sol comenzaba a iluminar el lugar.
Las gigantescas construcciones apareciendo como grandes montañas a su alrededor, escuchando como el sonido de la ciudad volvía a aparecer y le hacía sentir escalofríos. Sin embargo, la llegada del amanecer no sólo había descubierto el lugar donde se hallaban, si no también a las demás personas que allí estaban.
Todos tan diferentes entre sí.
Uno de los tambores golpeando al ritmo del movimiento de sus pies y en lo que Jungkook creyó también era similar al latido de su corazón. Mientras su canto se alzaba hasta el cielo y se escabullía por cada espacio de aquel sitio.
- Creo están pidiendo la lluvia - le respondió a Luhan que les observaba deslumbrado. Curioso al igual que él, hipnotizado por el agradable sonido.
- ¡Regardez-les mère! ¡Les sauvages dansent ! [2]- el grito en aquella extraña y llamativa lengua le hizo a ambos girar la cabeza. Pudiendo distinguir Jungkook a lo lejos, a una pequeña niña de la mano de un adulto. Esta apuntando con su dedo índice, en dirección al grupo de personas que tocaban sus tambores en círculo.
- ¿Qué es lo que ella ha dicho? - el cachorro preguntó inclinando su cabeza y mirándole con atención.
Su cabello con rizos anaranjados, estando recogido en una coleta con una gran cinta. Vistiendo con una gran prenda que le rodeaba la cintura y que a Jungkook le pareció muy incomoda.
- Nada importante - repentinamente señaló alguien a su lado, reconociendo de inmediato el pelinegro, la voz del omega.
- Has vuelto Baek - Jungkook mencionó con entusiasmo, sin embargo, aquel ímpetu en su voz había bajado al instante cuando percibió alrededor del pelirrojo, un aroma que no le pertenecía.
Olía a alfa.
- Baekhyun... - su cuerpo haciendo el intento de levantarse, siendo detenido por el otro omega y el que se había agachado justo a su lado.
- Shhh, no digas nada. P-por favor - sus ojos presentándose ante él, tan brillantes como el rocío. Corroborando que contenía allí, un llanto inminente.
La horrible sensación haciéndole sentirse mareado, desistiendo a la idea de preguntar que era lo que estaba aconteciendo, debido a la presencia del niño.
Más las imágenes que su cabeza iba hilando, no pudiendo detenerlas. Perdiéndose allí por una cantidad de tiempo de la cual dejó de ser consciente. Dejando que una de sus manos le sostuviese, apoyando la palma sobre la tierra seca y enterrando los dedos allí hasta que sintió las uñas le dolieron.
- ¿No creen son extraños? - el cachorro habiendo preguntado mientras cruzaba sus piernas y no dejaba de mirar a las personas de curiosas vestimentas y que parecían, tampoco quitar la atención sobre ellos.
- Son igual que nosotros cariño - Baekhyun le respondió - El que vistan diferente o hablen en una lengua que no comprendamos, no los hace extraños - el niño asintiendo despacio, como si aquellas palabras le hubiesen descubierto los ojos. Tan distante a la vez, de lo difuso que todo le comenzaba a parecer al pelinegro.
Lo cierto es que deseaba gritar. Pues el pecho le latía con fuerza, tanto que lo sentía sobre sus oídos. Necesitando respuestas, para lo que estaba sucediendo con Baekhyun.
Observando a su alrededor como aquel lugar lucia tan vacío.
Tan inhóspito y lejano a lo que le quitaba el miedo.
A lo que él era.
Las risas y miradas curiosas de aquellas personas, causandole asco e ira. Una combinación que le hacía preguntarse, como el pelirrojo podría considerarle iguales a ellos.
Sus pensamientos.
Su corazón.
Su consideración hacia otra persona.
Para Jungkook, no podría jamás ser de ese modo.
No cuando le dolía tanto.
Y le hacían sentir que ser quien era estaba mal.
Incorrecto.
Equivocado.
Inhumano.
- No me gusta estar aquí - Luhan añadió con frustración - Hay muy pocos árboles, no he visto las aves, el olor es desagradable y el ruido es molesto - este suspirando con fastidio y a la vez sus ojos miraban al cielo, como si allí alguien le escuchase - Quiero volver a casa.
Y Jungkook se abstuvo de mirarle, percibiendo demasiado latente el sentimiento de ira. Comprendiendo aún así, el anhelo tan certero del chiquillo. Agradeciendo tuviese aún él la sinceridad de un cachorro, no permitiendo guardarse los pensamientos que él tanto deseaba sacar de sí.
¿Por qué siquiera les habían llevado a allí?
La añoranza del aroma a la montaña, junto a la sensación de sus pies húmedos al ingresar al lago. Con los dibujos correctos sobre su piel y al sentir la primera luz del brillante astro. Tornándose algo imposible de conseguir en aquel lugar.
- Ey tú, Jeonu. Levántate - aquella orden le había hecho alzar su rostro, distinguiendo a contra luz como esta dibujaba la silueta de aquel hombre frente a él.
El elemento que llevaba sobre su cabeza, siendo ya algo que el omega relacionaba al hombre. Aun cuando había visto que las personas que aquel lugar, llevaban unos similares sobre las suyas.
- Baek... - pidió casi silencioso con la mirada al pelirrojo, para que este le ayudase a ponerse de pie, pues el tamaño de su vientre ya le imposibilitaba hacerlo por sí solo.
Sus hombros encogidos y sus manos presionadas bajo la tela, al no comprender el porqué él le miraba de esa manera. Viendo cómo este giraba su rostro hacia aquellas personas, como si buscase una respuesta allí.
- C'est lui, non ?! - gritó hacia ellos, a lo que Jungkook sobresaltó cuando este tiró de lazo que le ataba la túnica - Quítate esto - el omega retrocediendo de inmediato y negando el que el sujeto se tomase tal permisividad - ¡¿Es que no has escuchado lo que te he ordenado?! - exclamó con la furia enervandole la piel, recibiendo un empujón de parte del chico
- ¡No se atreva a tocarlo! - Luhan había interferido entre ambos, provocando el grito horrorizado de ambos Omegas cuando el hombre le había devuelto el golpe.
Por su boca deslizándose el líquido carmín, a lo que Baekhyun había sostenido su rostro entre sus manos. Llamando la atención con ello también de su madre, quien corría en aquel momento hacia ello.
Jungkook podía oír como aquellas personas murmuraban y parecían muy entusiasmados por lo que estaban presenciando.
La mujer habiendo intentado defender al cachorro entre rasguños hacia el hombre, siendo empujada con fuerza, lo que le hizo caer al suelo.
El pelinegro estremeció.
¿Por qué le estaba haciendo daño?
- N-no volveré a repetirlo. Quítate e-eso ahora mismo - insistió nuevamente y el omega creía estaba afectado por la situación, pues la voz le temblaba.
Sus ojos deviandose hasta donde se hallaba Luhan, escuchando como su madre lo atraía hacia él y esta lloraba como si el miedo a perderle se hubiese hecho tangible.
Y presionó sus párpados con fuerza, a la vez que la garganta le punzaba magullante. A la vez que sus manos trémulas, alcanzaron el amarre de su túnica. Deslizandose con desde sus hombros y cayendo si cuidado sobre la tierra.
- V-Ven conmigo - el hombre le dijo, a lo que el omega le siguió a paso decidido y sin preocupar cubrir su cuerpo de alguna forma.
Si ellos tanto deseaban verle de esa manera, él luciría con orgullo su cuerpo. Este nunca antes habiéndole avergonzado, más cuando se encontraba tan cercano a dar a luz y lo había pintado con las marcas que aquella espera ordenaba en Jeonu.
Las figuras estelares manchadas sobre su vientre, cubriendole por completo sobre el pecho y hasta alcanzarle el rostro y desaparecer allí.
Cuidado tan solo sus manos acurrucasen a su bebé, más cuando todas aquellas miradas le recorrían por completo y el recelo de su lobo no permitiría hacerle sentir tan indefenso.
- Un Jeonu vit nu et au pied d'une montagne. Il marche nu, il ne sait ni lire ni écrire [4] - el hombre pronunció y Jungkook se sintió curioso en saber que significaba aquello, cuando les vio asentir detrás de la cerca que les separaba - C'est un sauvage comme vous pouvez le voir, mesdames et messieurs [5].
[1] Llevalos al jardín de aclimatación.
[2] Miralos madre, los salvajes bailan.
[3] Es él ¿cierto?
[4] Un Jeonu vive desnudo y al pie de una montaña. Camina desnudo, no sabe leer ni escribir
[5] Es un salvaje como pueden ver, damas y caballeros.
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