• CAPÍTULO 43 •
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Su cuerpo arrullaba en aquella esquina, cubriendo su desnudez todo lo que podía con la túnica. Las puntas de sus pies asomando bajo ella, sintiendo el frío de la humedad subir por entre la madera.
Temblando cubrió su vientre con ambas manos, dejando suaves caricias sobre el para que su bebé durmiese y no entumiese.
Había estado muy inquieto.
El cielo nocturno cubierto de espesa niebla, escuchando como la barcaza avanzaba por entre el oleaje. Sabiendo que ya allí todos se encontraban dormidos, dando privacidad en el lugar de su nido. Este habiéndolo construido días atrás con ayuda del omega, y agradeciendo que los demás permitiesen aquel espacio para su bebé.
Las mantas que allí habían, ubicando algunas sobre la fría madera y rodeandolo de sacos que le resguardaban de las miradas curiosas.
No pudiendo evitar que su corazón se apretase, cuando todo lo que deseaba era las prendas de su alfa rodearle.
El aroma de Taehyung cubriendole a él y su cachorrito.
Su dulce Alfa.
Los recuerdos tropezando unos con otros entre sus pensamientos, percibiendo la voz susurrante del peliplata llamarle durante las noches.
"Mi precioso Jazmín", pareciendo escucharle decir. Repasando el mismo su cuerpo en caricias, reemplazando la sensación de las manos del alfa ceñido a su lado.
Jungkook se preguntaba la razón por la que le parecía tan tangible y real, comprendiendo que ante la ausencia de su marca esto resultaba demasiado curioso.
Era como si lo llevase con él.
Este solo manifestándose a un horario preciso durante la noche y justo cuando Uru An Na estaba en mi más alto del cielo. Como si así le cubriese y le indicase que él estaba allí.
— M-mi Tae — pronunció con suavidad mientras encogía un poco más y su rostro hundía bajo las mantas. Permitiéndose sollozar allí despacio y mientras él suponía, nadie le escuchaba — Mi a-amor — sus manos esta vez abrazándose a sí mismo, sacudiendo sus hombros cuando se vio preso del llanto y las lágrimas se le perdían por la curvatura del cuello.
Había guardado por mucho tiempo el sentimiento de desazón. La profunda tristeza que le producía sobre la boca del estómago, al ser consciente que se estaba alejando del alfa definitivamente.
Pues a pesar de haberle dejado aquella vez en Kima, su omega no se había atrevido a admitir que permanecía la esperanza de volverle a ver.
Saber al menos que este llevaba una buena vida. Mientras él lograba recuperar su clan y a su familia.
Más ahora había perdido a ambos.
Y su pecho que ardía en dolor, en aquel momento sólo podía implorar la presencia de su alfa. Sintiendo como si hubiesen arrancado una parte de su cuerpo y se le dificultase concebir la vida sabiendo él ya no estaría allí.
No habría un momento más para verle.
Su bebé pateando cómo si supiese el cómo se sentía, recordándole qué le tenía a él y no debía considerar que había perdido a Taehyung del todo.
El alfa se había quedado allí bajo su vientre.
— L-lo siento — su voz saliendo bajita, mientras una de sus manos se aferraba a su pancita. Esperando su cachorro le oyese y comprenderse que no había sido su intención hacerle doler. Que nunca hubiese deseado alejarle de su otro padre — P-papá no dejará que te hagan d-daño — señaló sorbetando su nariz y enrrollandose lo que más podía, al sentir como el frío parecía amenazar con cubrirle la piel. Pasando su mano libre sobre su hombro desnudo, apretando allí la carne al sentir el recuerdo de su cuerpo desnudo horas atrás.
Su omega mirándole con recelo, al haber permitido que aquellas personas tocarán su vientre. Percibiendo cómo su cuerpo temblaba sutilmente, al rememorar la invasiva caricia sobre su piel.
— ¿Es él? — una voz grave y que a Jungkook incluso le pareció áspera, había preguntado en aqu lugar. Encogiendo sus hombros por instinto, al sentir como el intenso aroma llenaba el ambiente.
— S-si señor...— el hombre tartamudeó pronunciando su nombre y el omega sintió como este tiró de su túnica hasta posicionarlo frente a él — Es un Jeonu — indicó éste con afán y un tono de entusiasmo que captó la atención del pelinegro. Más el aroma de quien se encontraba frente suyo, parecía fatigarlo. Escuchando como éste soltaba una suave y a la vez corta risa.
Jungkook tembló. Manteniendo su cabeza inclinada hacia abajo, con la mirada pegada a sus pies descalzos.
Él había estado compartiendo con los demás hace momentos atrás, cuando aquel hombre le había separado del grupo y le había llevado hasta allí. No comprendiendo la intención de ello, pero sin ningún derecho a negarse a ir con él.
Y su pecho había latido con fuerza cuando se percató de aquella presencia, ocasionando su omega se removiera incómodo al olfatear el lugar.
Se trataba de un alfa.
— Mírame — ordenó con dureza a su lado, teniendo clara la corta distancia que tenía de él, al sentir como el aliento le golpeaba sobre el oído — Levanta tu rostro omega. Quiero verte — la ineludible orden causandole náuseas, alzando su rostro sin llevar sus ojos hasta que éste le tocó el mentón y Jungkook sobresaltandose le miró.
Los intensos ojos azules escudriñandole con detalle, tragando saliva despacio al no poder esquivar su mirada de su rostro. Observando como su piel parecía más madura y le indicaba que éste debía al menos doblarle la edad.
— Más bonito de lo que esperaba — dijo este sin preocupación y sin dejar de observarle. A lo que el omega deseó llevar su rostro hacia un costado, pero este presionaba su mandíbula con firmeza — ¿Está preñado? — preguntó con interés, abriendo y cerrando sus fosas nasales, seguramente corroborando el aroma del cachorro bajo su piel.
— S-si — respondió el otro hombre con nerviosismo.
¿Acaso le temía?, se cuestionó el omega sintiéndose curioso ante la inusual relación.
— ¿Quién ha sido? — volvió a preguntar el alfa frunciendo sus cejas y Jungkook se sentía tan aturdido que apenas comprendió la interrogante.
El hombre a sus espaldas tuvo intención de acercarse, más retrocedió de inmediato al alfa alzar su rostro hacia él.
— Un Kima ha v-venido a dejarle diciendo e-era su omega — la voz le tembló — Así que s-supongo...
— Un Kima — señalando el alfa frente a él y sin permitirle finalizase su respuesta. Manteniendose por un momento pensativo, mientras el omega lo único que deseaba era alejarse de su cuerpo. Causándole extrañeza cuando sintió éste le soltaba el mentón y retrocedía unos pasos de su sitio.
Los ojos del alfa, el que llevaba el cabello castaño atado en un moño hacia atrás, observándolo con atención.
— Vamos, quítate eso — señaló en una petición que más sonaba como una orden y a lo que Jungkook abrió sus ojos conmocionado — Lo que te cubre. Necesito conocer que es lo que llevo en mi barco.
Y la autoridad con la que indicó aquello, hizo que al omega le doliese el estómago. Pues si bien este en ese instante no usaba su voz de alfa, parecía demandar lo que pedía.
Como si le perteneciese.
Para el pelinegro su desnudez nunca habiendo sido un problema. Más en ese momento se sentía tan diferente, ya que su lobo se negaba a la idea de que aquel alfa le viese de esa manera.
— ¿No has escuchado? — intervino nuevamente el alfa con una pizca de ofuscación y a lo que el omega sintió le temblaron las piernas. Sus dedos volviéndose torpes, cuando intentaba desatar el lazo que ataba la túnica. Cerrando sus ojos con suavidad cuando está habia deslizado por sus hombros.
El golpe suave del frío erizandole la piel, cubriendo por instinto su vientre con ambas manos y distinguiendo como el latido de su corazón se oía sobre sus oídos.
Estaba asustado. No logrando controlar el estremecimiento de su cuerpo, cuando percibió como el alfa se aproximaba una vez más a él. Las puntas de sus colmillos pinchando su labio inferior, ante el ímpetu de querer arañar y morder alfa.
Rasguñarle la cara.
Este le estaba acariciado el hombro con el dorso de una de sus manos.
Sintió náuseas.
— ¿De cuánto está? — preguntó el alfa con interés mientas no alejaba sus ojos de él. A lo que Jungkook pudo percibir como este expelía el desagradable aroma de su excitación.
El asco se palpó sobre su boca.
— En menos de tres meses debiese e-estar pariendo — el hombre pronunció con un extraño tono de entusiasmo. Cosa que hizo que el omega presionase sus dedos con fuerza sobre su vientre.
No quería estar allí.
Menos que el tocasen.
Más sabía que sí contradecía al alfa, este tendría la fuerza suficiente como para lastimarle.
A él y su cachorro.
— Eso es una buena noticia — añadió el alfa con una sonrisa en sus labios, caminando lentamente alrededor del cuerpo del pelinegro. Tan próximo a él, que Jungkook podía sentir su aliento por la curvatura de su cuello y su respiración allí.
Le estaba oliendo.
— ¿V-verdad que lo es? — le preguntó el hombre a su espalda — Allí no sólo estarán interesados en verlo a él, si n-no que una vez nazca el cachorro las ganancias se dispararán — éste agregó con interés, sin embargo Jungkook no comprendió a lo que se refería. Desconcertandole el silencio que mantenía en aquel momento el alfa, cuando sintió como éste removía el pañuelo que cubría su cuello y que cuidaba con tanto recelo.
— No estás marcado — el timbre de su voz desagradandole al omega, retirándose por inercia un poco hacia el costado y una vez el alfa le había acariciado la zona donde su marca debía ir — ¿Por qué ese alfa no te ha marcado? Aún hueles a él — preguntó con intriga y Jungkook no pudo evitar sobresaltar ante la información. Cuestionando si el aroma que éste percibía era el de Jongin o el de Taehyung y que su cachorrito llevaba en él.
— ¿En serio no está m-marcado? — preguntó el hombre esforzándose en no acercarse a comprobar lo que él alfa señalaba — Eso es riesgoso ¿cómo sobrevivirá cuando entre en labor? — su mano pasando sobre su rostro con frustración, mientras caminaba de un lado a otro. Mientras el pelinegro controlaba que un gruñido escapase de su boca, al escucharlos hablar como si él no estuviese allí.
Lo detestaba.
— Estará bien — su cuerpo respingó ante el contacto, al sentir como el alfa arrastraba sus manos por sus brazos y se detenía ubicado a su espalda — Se ve que es un omega fuerte — sus ojos fuertemente cerrados, al intentar evadir la sensación de su piel siendo tocada por alguien que no fuese Taehyung — Tu nombre, quiero saber como te llamas — el alfa le dijo en un susurro, pareciendo ignorar al hombre detrás de él.
El omega odio eso.
Quería a su alfa.
— ¿No me vas a responder? — cuestionó el alfa ubicándose delante de él, a lo que el omega abrió sus ojos al sentir que éste le acariciaba una de las mejillas. Su respiración acelerandose al percibir a su omega desconcertado por la presencia del alfa.
— J-jungkook, su nombre es Jungkook — respondió el hombre y a lo que el alfa envió una mirada furiosa.
El omega estremeció ante aquello.
Más le causó extrañeza el escucharle hacer un chasquido para luego reír — Este hombre está seguro no puedes hablar — le señaló el alfa a la vez que parecía recorrerle el rostro — Y yo estoy seguro esa boca ha de tener una voz tan dulce como lo que veo.
Aquello desconcertó a Jungkook, quién había permanecido inmóvil incluso después de que el alfa se había alejado de su lado. Sintiendo apenas como el hombre detrás suyo, le cubría nuevamente con la túnica y le llevaba de regreso con los demás.
Un sollozo rompió su garganta.
Se había sentido asqueado. Sobre todo cuando su lobo parecía haber deseado ceder a la presencia de aquel alfa. Demasiado ansioso por la necesidad de sentirse protegido.
Eso no estaba bien.
Podía sentir aún como su aroma parecía haberse quedado junto a él, sintiendo náuseas por sentir aún más lijero el aroma de Taehyung. Por lo que con sus manos trémulas, buscó a tientas sobre su cuello y con desesperación desató el nudo que sujetaba la delicada tela a allí.
Su pecho realizando una profunda exhalación, mientras sus hombros se sacudían en aquel llanto silencioso. Deseando conseguir un poco más del aroma de su alfa. Sintiendo se volvería loco, cuando su cuerpo anhelaba tanto sus besos y caricias. Acurrucarse sobre su pecho y que este le mimase hasta que amaneciese.
Más a su vez, creyendo que algo dentro del él le estaba consumiendo. Cuando hace poco más de una luna había perdido a su clan, pero su lobo sólo exigía la presencia del alfa y aullaba por ello.
Era un egoísta.
El duelo siempre siendo algo que conllevaba respeto y discreción dentro de su clan. Habiendo deseado tanto haber permitido a su padre, llevar los elementos importantes con él cuando este fuese cubierto de tierra. Desconociendo el destino que aquellos hombres habían dado, cuando le habían arrebatado la vida.
— P-papá, mamá — una de sus manos siendo llevaba hasta su pecho, a la vez que presionaba sus ojos con fuerza contra el pañuelo, consumiendole el miedo. La existencia de su cachorro sin aquella raíz que le ha dado la vida.
Sin su familia. Sin su alfa.
Sus piernas siendo recogidas con más ímpetu y para sí abrazarse bajo la túnica. Emitiendo suaves lloriqueos bajo ella y a la vez que percibía como su bebé se te daba ante la se sensación de angustia.
— Shh bebé — pidió despacio, como si fuese el cachorro el que provocase en él aquel sentimiento. Quejándose con suavidad, al pasar a llevar uno de sus pezones, los que habían comenzado a doler días atrás. Apoyando su palma derecha sobre el y así entibiar la zona y éste dejase de molestar.
Más el calor de su propia piel, no logrando sosegar el dolor que había sobre su pecho. Manteniéndose allí oculto bajo la tela y dejándose ir en pequeños sollozos. Abrazándose a sí mismo, para así dar consuelo a su pesar.
— Jungkook— el murmullo suave de su nombre se escuchó en medio de su llanto. Sintiendo como alguien tocaba cuidadosamente su hombro — Jungkook, soy yo Baek — le dijo con sutileza el pelirrojo, mientras acariciaba su espalda. Y donde recién allí, Jungkook se atrevió a asomar su cabeza.
La oscuridad no permitiéndole ver demasiado, salvo las principales líneas del rostro del otro omega. Observándole allí acuclillado a su lado y expectante a su reacción, evidentemente alerta al haberse acercado a su nido sin ser invitado.
Aquello podía encolerizar enormemente a su omega.
— N-no he querido molestarte, pero te he escuchado llorar — le dijo despacio Baekhyun, cuidando no despertar a alguien más en el lugar. Viendo cómo el pelinegro negaba con la cabeza — ¿Te duele algo? — preguntando con preocupación, a lo que Jungkook se sentaba y limpiaba su rostro entre temblores — ¿Es el cachorro?
El pelinegro negó, suspirando en medio de la oscuridad y sintiéndose pudoroso a contar al omega lo que estaba sintiendo.
— ¿Puedes dormir aquí conmigo? S-siento frío — Jungkook le dijo avergonzado, mientras sus dedos presionaban la tela de la túnica analizando la con cautela la reacción del omega.
No era usual que un omega invitase a alguien más a su nido. Incluso la presencia de su alfa, muchas veces incomodandole cuando se encontraba más sensible y cuidadoso con su cachorro.
Inviatar a otro omega. Jungkook jamás había visto algo como eso, más sentía lo necesitaba tanto en ese momento.
Su lobo le pedía aquello.
— Oh, claro que si — se limitó a responder el pelirrojo, esperando a que Jungkook se acomodarse y le hiciese espacio para recostarse junto a él. Manteniéndose curioso, cuando vió como el otro omega se acostaba a un costado dándole la espalda — ¿Quieres que te abrace? — cuestionó Baekhyun, esperando atento la respuesta del pelinegro.
— P-por favor — pidió Jungkook sin voltearse a mirarle, seguramente demasiado acomplejado por la petición que hacía al omega.
Sin embargo, éste no mostrando indicio de incomodidad y por el con el contrario, acurrucandolo contra su pecho y abrazándole con ternura.
Y el pelinegro guió la mano de Baekhyun hacia su pancita, invitación que el pelirrojo comprendió de inmediato y por lo que repaso con su palma abierta por sobre la tela que le cubría el vientre. Percibiendo como el cachorro se removía alegremente, reaccionando su toque con una patadita.
Más Jungkook sollozó. Tan roto y tan frágil, que el omega le abrazó con mayor intensidad contra él.
— Q-quiero a mi Alfa — la voz del pelinegro saliendo entrecortada, agudizada por el llanto atrapado en su garganta — Quiero a m-mi Tae aquí c-conmigo — sintiendo como Baekhyun deslizaba su mano hasta buscar a tientas las suya. Entrelazandola allí a la vez que dejaba un beso sobre su nuca.
— Creeme que lo se cariño — le dijo el pelirrojo, quien daba una exhación profunda por el cómo la situación de Jungkook, le hacía rememorar su propio pasado.
La lejanía de su propio alfa durante su tiempo de gestación, afectandole del mismo modo que ahora esto hacía con Jungkook.
Como una condena.
— Hoy u-un alfa me tocó — señaló estremeciendo el pelinegro, a lo que Baekhyun se tensó ante la confesión — Él se ha acercado a mi y m-mi estúpido lobo quería que no se alejase.
El pelirrojo sintió su corazón latir alerta, temeroso por lo que podría haber sucedido al omega — ¿Él te ha hecho daño? — la pregunta quedando momentáneamente en el vacío del lugar, soltanto su respiración una vez Jungkook negó.
— Pero me he sentido a-asqueado. Yo no quiero que me toque Baek, no deseo e-eso — le señaló el pelinegro con desespero a lo que el omega le abrazo con ímpetu.
Baekhyun comprendía lo que sucedía. Sintiendo el temor del propio omega recorrerlo bajo la piel.
Su lobo estaba resintiendo el lazo inexistente.
Jungkook era un omega que no llevaba marca y su parte animal estaba necesitando de un alfa al estar gestando. Más aún cuando su parto cada día era más próximo.
Y estaba aterrado. Más procuró calmar al omega y que este conciliara el sueño — ¿P-pero esto ha servido verdad? — preguntando con nerviosismo mientras repasaba su vientre y calentaba su cuerpo con su abrazo. A lo que el omega asintió sorbeteando de su nariz y relajandose ante el tacto afectuoso de Baekhyun. Este permaneciendo apegado a él hasta que se hubo dormido, secandole el rostro húmedo con sus dedos. No deseando pensar en aquel momento, el cómo el lobo de Jungkook iría reaccionando en los meses que restaban de su embarazo.
Más tan solo esperando, pudiese a fututo ser lo suficientemente fuerte como para protegerle.
❀
El golpeteo de su pecho, se confundía con el resonar de las pequeñas pisadas sobre los azulejos. Aquel día el sol había encargado que el clima estuviese cálido, por lo que sabía la cachorra andaría caminando descalza, rehusandose a la idea de poner sus sandalias.
Y sonrió, pudiendo imaginar su mueca de disgusto, ante la insistencia de no pisar los azulejos fríos. Estos pudiendole enfermar, ante el contrastante clima que se sentía.
Ella ganaría esa batalla. Lo sabía.
Conocía demasiado el temperamento de su niña. Tan indomable y arisco como el suyo. Y a la vez con la sonrisa dulce y vocecita suave de Baekhyun, que le harían finalmente ceder a quien le llevase la contra.
Su Hyejin era particularmente especial.
Y ésta lo hacía notar en su bienvenida a aquel lugar.
— ¡Papá! — la cachorra había chillando con algarabía mientras se lanzaba a sus brazos. A lo que el alfa le olfateó enseguida, una vez tenía su cabecita a un costado de su cuello. Cerrando sus ojos al mismo tiempo que le apretaba contra si.
Le había extrañado tanto.
Los días de agitación en el Estado habiendo calmado un poco, luego de la desaparición de los Jeonu. Más las sospechas de un golpe a iniciarse en unos días, oyendose cada vez con más frecuencia. Por ello había tomado la decisión arriesgada de visitar a la niña, no sabiendo que podría ocurrir después e incluso en cuento tiempo más le volvería a ver.
Sus brazos presionandole delicadamente, pero a la vez con firmeza. Arrullandola sobre su pecho mientras ella rozaba su naricita allí.
— Hyejin ama el olor a papá — pronunció la pelirroja a la vez que apoyaba sus manos en sus hombros y se retiraba suavemente hacia atrás. Sus ojos parpadeando con lentitud, mientras mostraba su sonrisa y el alfa percataba como un dientecito faltaba allí.
Este habiendo caído semanas atrás, cosa que la cachorra le había contado entusiasta a través del teléfono.
Había recibido monedas de chocolate bajo su almohada.
Taemin encargándose de esconderla para ella durante la noche.
— Y papá ama a su pequeña Hyejin — respondió el peliplata, tocando su cabello que se encontraba atado en una bonita trenza, tal cual solían llevarlo en Min. El omega pidiendo su autorización de trenzarlo, cuando la niña había insistido en llevarlo como él — ¿Como estás bebé? — Chanyeol le preguntó a la cachorra, sintiendo cómo su corazón calentaba cuando estáe tomó el rostro y le dejó un besito sobre una de las mejillas.
Hyejin tan diferente a él cuando de demostraciones de afecto trataba. Resultandole tan natural y como si no sintiese miedo a expresar lo que sentía, siendo sincera con sus propias emociones.
Tenía tanto que aprender de ella.
— Hyejin ha estado preparando helado con Taemin, ella quería que hacer una sorpresa para papá Chanyeol — la cachorra le respondió mientras le acariciaba la frente, como si estuviese corroborabo la presencia de su padre en ese momento allí con ella.
La mirada del alfa dirigiéndose hasta el rubio, quién permanecía de pie en el umbral de la puerta y sonriendo a ambos.
Lo cierto era que antes de que tuviese que alejarse de la cachorra, Chanyeol en pocas oportunidades había cruzado palabra con el omega. El hermano de Yoongi había permanecido por varios años en el extranjero estudiando Pedagogía y este no acostumbraba a relacionarse tanto con los otros clanes como Yeri.
Y si bien, se había cuestionado mucho el haber confiado a Hyejin a alguien que practicamente un desconocido. Y la desesperación le había hecho tomar una rápida decisión. Agradecía no haber pecado en dudar acerca del pelirubio, cuando este se había mostrado amable en cada conversación y según las propias palabras de la cachorra, Taemin era un omega muy dulce.
El alfa dudaba le alcanzase la vida, para poder agradecer lo que hacía por ellos.
— Ella ha escogido el sabor e integrado cada uno de los ingredientes — Taemin señaló indicando con sus dedos y a ala vez Hyejin bajaba de los brazos de su padre — No he tenido que hacer demasiado, pues Hyejin es muy hábil y aprende con rapidez — el omega indicó elogiando a la pelirroja, la que se abrazaba a las piernas del alfa.
— Muchas gracias Taemin — pronunció el peliplata con Clara intención de referirse, no tan sólo a la preparación del postre. Si no más bien al como había dedicado a cuidar a la cachorra.
Este le sonrió — No tiene que agradecer nada alfa Kima, Hyejin ha sido una gran compañía también para mí — el rubio respondió con animosidad y Chanyeol creía aún no se acostumbraba a que le llaran con aquel apelativo, que durante tantos años perteneció a Taehyung.
Y creía aún le pertenecía.
— Ahora sí me disculpa, iré a ver como se va cocinando la comida. Mientras puede ponerse cómodo y disfrutar a su cachorra. Se tienen bastante que conversar — Taemin añadió con gentileza y a la vez se retiraba de aquel estar. Percibiendo el alfa como una pequeña mano tomaba la suya y tiraba con tersura de ella.
— Mira papá, Hyejin ha hecho muchos dibujos bonitos — la cachorra le dijo, estirando el dedo índice de su mano libre y apuntando la pequeña mesita en el centro de la habitación. Avanzando junto a ella y viendo allí una no mínima cantidad de hojas dispersas y en las que cada una habían coloridos dibujos — Hyejin hizo este para papá Chan — la cachorra le mostró una de las hojas, entregándosela en las manos mientras él se disponía a sentarse en una silla pequeñita. A la vez que la niña se arrimaba junto a él, expectante de su reacción.
La figura de su pequeña en el centro de la imagen, con una intensa cabellera roja destacándose allí. Una de sus manitos siendo tomada por él al costado derecho del dibujo. Y la otra por quien pensó, era su dulce y pelirrojo omega.
— También Hyejin dibujó a papá Baek— señaló la cachorra despacio, como si estuviese temerosa de decir algo incorrecto. A lo que el alfa asintió con un suave sonido que pasó a través de su garganta. Sintiendo como sus colmillos picaban, al reconocimiento de su lobo por aquel nombre.
Su omega.
Llevaba ya más de dos meses sin tener noticias de él. Ni siquiera dando con el paradero de los demás omegas y cachorros que habían tomado de cada clan. Y obviamente no era indiferente a su propio sufrimiento y la angustia que sentía cada momento que se encontraba a solas. Deseando arañar las paredes y correr sin rumbo, para ver si así daba con alguna pista que le llevase junto a Baekhyun.
Y por la diosa luna, sentía que se iba a morir. Más la existencia de su cachorra era lo que le mantenía allí, asimilando que se comería su propia desazón por protegerla a ella.
— ¿Cómo está Taehyung? — había preguntado horas atrás Jimin, mientras sostenía a la rubiecita entre sus brazos. Esta con sus mejillas regordetas vestida de un enterito color azul, bostezando con suavidad con sus rosada y abultada boquita. Sus rasgos cada día marcandose con más fuerza y que demostraban el gran parecido que tenía al omega. Más sus ojitos azules apenas entre abiertos y reposada tranquilidad, evidenciando que se trataba de una miniatura del alfa Min.
— Bueno Taehyung — Chanyeol suspiró al pensar en el alfa. Recordando la discusión que habían tenido días atrás y debido a la frustración que le provocaba ver a su amigo de esa manera.
Y es que de cierta forma le comprendía, él tenía a su cachorra y se atenía a ella como esperanza. Por lo que no podía juzgar al alfa, cuando ni siquiera sabía cómo podría estar incluso él en su misma situación.
— Él supongo hace lo que puede — respondió el peliplata luego de pasar su mano por su rostro — Hana y yo le hemos intentado alentar, ya que Seokjin también ha sentido la lejanía de su lazo. Pero él se ha aislado lo suficiente como para no permitirnos entrometernos demasiado.
— Es entendible — añadió Yoongi, mientras entrelazada su mano a la de Jimin al saberlo tan afectado por todo aquello — Jungkook es su omega y padre de su cachorro. Y toda esta mierda que ha sucedido. A él y también a ti, no es fácil para nadie.
Chanyeol asintió, entrelazando sus manos mientras apoyaba sus codos sobre sus rodillas. Y observaba el rostro entristecido del omega. Este debido seguramente a su condición, empatizando con el destino desconocido de Baekhyun y Jungkook.
— ¿Has logrado hablar con el alfa Young? — cuestionó el rubio alfa mientras no dejaba de acariciar la mano de su omega con su pulgar — Él estaba interesado en establecer un acuerdo en casaso de un golpe de Estado.
El peliplata aseveró con la cabeza — Lo he hecho antes de llegar a Min — Young quedaba de camino y el alfa llevaba días postergando aquella reunión — Creo sería bueno formar alianzas y prepararnos para cualquier cosa. Tenemos clanes a los que alimentar y no podemos arriesgarnos a que el alimento escasee, por ello he accedido a su propuesta.
— Es lo indicado — Yoongi señaló, habiendo tomado aquella decisión él también días atrás y formando un acuerdo con el viejo alfa — La líder Ishi continúa investigando a su padre — agregó — Cree poder haber encontrado el lugar donde se esconden él y otras personas que han organizado todo esto.
— ¿Crees que Namjoon y Jongin se encuentren a allí? — preguntó Chanyeol sin percatarse del todo de la rapidez de su pregunta.
Un breve silencio hubo allí, tan sólo oyendose los suaves soniditos que la bebé hacía al arrullarse hacia su padre.
— Taehyung jamás les perdonará— Jimin dijo con un notorio tono de rabia sobre su boca — Tampoco merecen que lo haga.
— No sabemos si ellos están involucrados Jimin — Yoongi añadió para calmar el ánimo del omega — Puede que tan sólo sea una confusión y...
— Si fuese así ellos ya e-estarían con Taehyung — el rubio omega señaló en medio de un sollozo, mientras este alzaba su mano para que su alfa no le abrazase y secaba sus propias lagrimas procurando tranquilizarse — Ese alfa puede ser bruto e i-impulsivo. Pero tiene un corazón frágil y se c-cuanto esto le debe estar doliendo, aunque no se lo diga a nadie — finalizó el pelirubio, para luego dejarse atraer hacia el pecho de Yoongi. A lo que Chanyeol se abstuvo de señalar algo más, cuando era tan consciente de como un Kima endurecía su temperamento cuando algo les lastimaba.
Cuando algo les mataba en vida.
— Él puede descansar mientras tanto, nosotros insistiremos en saber que sucedió con Jungkook — el rubio alfa dirigió su mirada hasta Chanyeol — Esto también va para usted alfa Kima. Puede tomarse unos días junto a su cachorra si lo considera prudente — mencionó Yoongi. Y si bien el peliplata lo agradecía, dudaba pudiese mantener a su lobo y a él mismo tranquilo, cuando no sabía dónde su omega se podía encontrar.
— Se lo agradezco alfa Min, pero yo... — las palabras del peliplata se perdieron allí cuando un repentino golpe se escuchó a sus espaldas y a lo que todos alzaron de inmediato la vista hacia donde provenía el sonido.
— Lo l-lamento — dijo con suavidad la chica que había de pie allí, habiendo al parecer pasado a llevar un elegante florero en uno de los esquineros y que Chanyeol supuso lo había hecho curioseando el lugar.
La cabellera negra cayendole sobre los hombros y contrastando con su nivea piel, mientras un ligero vestido color azul le cubría su delgado cuerpo.
Sus pies descalzos delatandole y haciendo al alfa confirmar su procedencia. Más también por su dulce aroma, su condición de omega.
– Oh — exclamó despacio Jimin, levantándose de allí y entregando la cachorra a los brazos de Yoongi. Esta de inmediato acercándose al calor del alfa — ¿Te has herido? — preguntó el rubio acercándose a ella y corroborando que nada le hubiese sucedido. A lo que Chanyeol le observó negar con cuidado, recordándole sus gestos y expresiones, a los primeros días de Jungkook en Kima.
Era una Jeonu.
— Ven, quiero que conozcas a alguien — Jimin le dijo tomando de su mano e instandole a caminar hasta donde se encontraban los dos alfas. Más esta avanzando con desconfianza y no asomando del todo desde la espalda del omega.
Estaba asustada.
Sus ojos aflijidos tal cual un cervatillo siendo observado por un cazador, apretando fuertemente la mano del rubio y por lo que este no le forzó a salir de su escondite.
— Ella es Yongsun — pronunció Jimin con dulzura e intentando darle a entender que aquellos dos alfas no le harían daño — Y Yongsun, él es Chanyeol. Líder del clan Kima — el alfa por inercia se había puesto de pie, asimilando que el haber aprendido a sociabilizar con Jungkook le había enseñado de cordialidad. Estirando su mano para que la pelinegra la alcansaze, más retrocediendo enseguida cuando esta emitió un pequeño sonido de temor detrás del rubio.
Jimin señalandole más tarde y luego de haberla calmado, que la omega no sólo había sufrido el trauma de perder a todo su clan en aquel incendio. Si no también, esta tenía una desconfianza muy grande hacia los alfas luego de haber sido tomada a la fuerza durante su reclusión.
Había sido ultrajada.
El alfa peliplata habiendo sentido una sensación desagradable sobre el estómago, mezcla de asco y cólera. Observando en ella las consecuencias de los abusos y violencia que habían ejercido sobre los Jeonu. Comprendiendo aún más en aquel momento, el miedo tan grande que tenía Taehyung.
Y es que el alfa no se había atrevido a viajar a Min y corroborarlo con sus propios ojos. Comprobar que allí había una sobreviviente Jeonu y esta podía saber mucho que lo que había ocurrido con Jungkook. Descubriendo Chanyeol allí, que Yongsun no sólo compartía la herencia de su linaje con Jungkook. Si no a partir de palabras del propio Jimin, estos también compartían sangre.
Yongsun era prima de Jungkook. Línea directa del líder Jeonu.
A lo que el peliplata consideró que aquello era necesario de saber por Taehyung. Más frenó sus ilusiones enseguida, al informarle Jimin lo que había escuchado días atrás, resultando ser certero que la omega había perdido los recuerdos de lo acontecido aquel día.
Había sido demasiado traumático.
— ¿Cuando Hyejin verá a Papá Baekhyun? — preguntó su cachorra mientras mantenía en una de sus manos uno de sus dibujos. Sus ojitos mirándole con ilusión, deseando él también aferrarse a ese anhelo. A lo que el alfa le tocó el rostro con afecto, detestando tener que mentir a su niña cuando tantas veces le había señalado que la verdad aunque doliese, siempre sería mejor que una mentira.
Pequeña mía.
Más se sentía un cobarde. Con el temor llenándole el estómago, ante la incertidumbre del como reaccionaría Hyejin ante aquella verdad.
— También Hyejin echa de menos a Jungkook — añadió la pelirroja con su vocecita pronunciando tan despacio, que hizo que el pecho le doliese al alfa — ¿Cuando Hyejin volverá a Kima? — preguntó nuevamente la niña, más su cuestionamiento parecía ser para sí misma pues ya sus ojos no estaban sobre su padre. Y sus manitos habían dejado aquel dibujo sobre la mesa — ¿Es porque Hyejin es diferente? — preguntó repentinamente la cachorra, enfocando su mirada sobre el alfa — ¿Por qué no es como los otros Kima?
El alfa negó, comprendiendo las palabras de la niña y viendo como esta con orgullo sostenía aquellas lágrimas sobre sus ojitos, negándose a que su padre las viese.
Chanyeol la atrajo hacia a él — ¿Cómo Hyejin puede pensar algo como eso? — le preguntó procurando la niña no descubriese el cómo le habían hecho sentir sus palabras.
Detestaba su cachorra se sintiese de esa manera. Más cuando siempre había esmerado ella se sintiese orgullosa de sí misma.
Ella era una Kima.
— Hyejin es como el mar. Libre y sin miedo ¿Como ella no podría ser una Kima? Si Hyejin es el mar — le dijo con certeza a la vez que le besaba la sien — Papá Chanyeol está esforzándose para que podamos encontrarnos con papá Baek ¿está bien? — le señaló con sutileza, recibiendo el asentimiento de la niña — Y esperemos pronto también Hyejin pueda ver a Jungkook.
Y la cachorra le había abrazado con fuerza, mientras asentía en silencio con su cabecita y mientras le olsiqueaba sobre la ropa. Dejando entrever allí en ese momento, lo mucho que había ansiado sentir su aroma durante todo ese tiempo.
— ¿Desean comer y así probar el helado de Hyejin? — había preguntado Taemin con suavidad y sin el deseo de romper bruscamente el momento que ambos compartían.
— ¡Sii! — respondiendo de manera explosiva la cachorra, alzando sus bracitos hacia arriba y aún estando entre los brazos de su padre.
Ambos adultos rieron por la energía de la niña, la cual corrió hacia la cocina para poder ayudar al omega a disponer las cosas en la mesa y mientras no dejaba de hablar con efusividad. Causando gracia en Chanyeol, quien negaba con la cabeza al saber cuanto a su cachorra, gustaba comportarse como alguien más grande que su edad.
Por ello, una sonrisa había dibujada sobre sus labios, al ver como esta colaboraba con el rubio y no permitía el alfa les ayudase pues según ella misma, era su invitado aquel día.
Era una pequeña mandona.
Más el entusiasmo del alfa había mermado, cuando el sonido del timbre llegó hasta sus oídos.
Sus ojos viajando hasta encontrar la mirada del omega — ¿Esperas a alguien? — preguntó de inmediato al rubio, quién negó con atrayendo por inercia a la cachorra contra él — Vayan al baño y encierrense a allí — diciendo aquello para levantarse y palpar en su pantalón aquella arma que había estado llevando durante sus últimas salidas de Kima. Sacándola con cuidado, ignorando las palabras de su cachorra que expelían miedo.
El sonido insistente del timbre le hacía agitar el pecho, mientras sus colmillos asomaban por instinto al saber por el territorial aroma, que al allí al otro lado de la puerta había un alfa.
Lo iba a matar. Era consciente de que lo haría si sus intenciones eran llevarse a su cachorra, pues no permitiría lograra su objetivo en aquel lugar.
Por lo que tomando el arma se dispuso a girar la perilla de la puerta, abriendola de golpe y sin dudar un segundo en su cometido. Observando como allí de pie, el alfa de cabello color plata le miraba con los ojos llenos de temor y pareciendo temblar ante su presencia.
— ¿J-Jongin? — preguntando en voz alta cuando era más que obvio, a quien tenía frente a él — Maldito bastado traidor — las palabras saliendo apretadas entre sus dientes, para luego lanzarse sobre él.
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