• CAPÍTULO 41 •


Te recomiendo escuchar "Fireweed" de Patrick Watson mientras lees éste capítulo 🌿

Las gotas caían con fuerza sobre el vidrio, deslizando hacia los costados y perdiéndose entre el viento. Aiko habiéndoles mencionado que llevaban días lloviendo en aquella zona, por lo que el camino montañoso sería más complejo, sumado a la oscura noche que les acompañaba.

Pero poco le importaba aquello.

Su respiración volviéndose errática cada tanto, recordandose a sí mismo cuan importante debía ser tener la cabeza fría en aquel momento.

No sabían que hallarían. Y si bien aquello le hacía sentir un miedo horrible, necesitaba tener la templanza para enfrentar lo que vendría.

Tal cual un buen líder haría.

Como su abuelo había enseñado a serlo.

- No es necesario que nos acompañes - le había señalado horas atrás a la beta, sabiendo lo riesgoso de su travesía y el cómo todos allí arriesgarían sus propias vidas en ello.

Sin embargo la pelinaranja había reído.

- ¿Estás bromeando Taehyung? - le respondió mientras cruzaba una de sus piernas y ubicaba su codo sobre una de ellas. Reposando su barbilla sobre una de sus manos, a la vez que le observaba con sus intesos ojos azules.

Ambos permaneciendo por un momento sentados en la sala de estar y luego de decidir la hora en que partirían a su misión. Escuchando como los tres alfas parecían intentar relajarse antes de ello y conversaban distendidamente en la cocina.

- E-es peligroso - le señaló el alfa desviando un poco sus ojos hacia un costado, no pudiendo evitar sentirte ansioso por estar a solas con la beta.

Aiko le sonrió - ¿Me crees débil por no ser un alfa? - cuestionó ella a lo que Taehyung volvió a mirarle.

- Sabes que ese jamás sería mi manera de pensar - le respondió con sinceridad y consciente del cuanto la chica le conocía - Tan solo... n-no quiero que algo te suceda - asumió entre titubeos pero sin alejar sus ojos sobre ella y a lo que ésta se mantuvo por un momento allí hasta cortar aquello y chasquear con su lengua.

- Estaré bien - respondió acomodándose nuevamente, chocando su torso con el respaldo y ubicando una de sus manos a lo largo de este, a la vez que la otra frotaba sobre su rostro - Además, soy quién más conoce el lugar.

El peliplata no pudo negar aquello, manteniéndose en silencio y mientras descansaba sus codos sobre sus rodillas, entrelazando sus manos entre sí concentrando sus ojos en ellas.

Estaba nervioso.

Ofuscandose por la dificultad que siempre había tenido, para mantenerse tranquilo cuando estaba en presencia de la pelinaranja. Percatadose del como su lobo parecía reconocerle, a pesar de los años que habían pasado desde la última vez que le había visto.

- M-muchas gracias - pronunció de pronto el alfa, concentrándose en no parecer torpe, percatadose por la expresión de la pelinaranja que está no daba cuenta a que refería - Por salvar y cuidar de Jungkook.

Ella le miró asintiendo, moviendo sus ojos hacia un costado como si sopesara sus palabras.

- ¿Él es tú...? - preguntando con su voz más baja y sin acabar la interrogante, como si apenas desease hacer aquella pregunta. Y si bien Taehyung temía enterarán su relación y exponer de alguna manera a Jungkook, también era consciente que ella merecía saber la verdad.

- Si, Jungkook es mi omega - respondió con claridad, observando como Aiko desviaba su mirada hacia el gran ventanal y se mantenía pensativa.

El peliplata sintió las manos m
le sudaban, mientras no dejaba de entrelazar la una con la otra.

- No le has marcado - señaló ella sin regresar su vista nuevamente a él, evitando aquel encuentro y que de seguro haría comprender al peliplata que es lo que ella estaba sintiendo en aquel momento - Es peligroso que un omega en estado, n-no lleve la marca de su alfa - y para Taehyung no pasó desapercibido su tartamudeo, comprendiendo que Aiko se encontraba igual de incomoda que él.

También le afectaba su presencia.

- Es una de las cosas que me preocupan - añadió siendo sincero, agobiado cada día que pasaba por la seguridad del omega - Y-yo no quiero algo le suceda a nuestro cachorro - explicó mirando sus propias manos que se movían inquietas, asimilando el hecho de que podría perder a su bebé y aquello le lastimaría de por vida.

Sin embargo, si también perdía a Jungkook no sabía si podría sobrevivir a ello.

- E-es bonito - Aiko dijo repentinamente, provocando este se encontrase con su mirada una vez más - Jungkook, él es un lindo omega - señaló y a lo que el alfa no sabía si debía agradecer por ello, cuando era evidente y aunque ella intentase ocultarlo, que el tema de su relación con el pelinegro no era que precisamente disfrutase de conversar - Es irónico que a pesar de todo, hayas acabado renunciando por amor de todas maneras.

Taehyung suspiró, mirando momentáneamente hacia un costado a los demás alfas y corroborar éstos no estuviesen prestando atención a su conversación - Quizás y siempre ese fue mi destino - le respondió sin percatarse demasiado, en el matiz de reproche que sus palabras llevaban. Pero si distinguiendo como el entrecejo de la pelinaranja fruncía levemente y volvía a evitar mirarle.

Y el alfa sabía ésta parecía estar lidiando con sus emociones, algo que no podía comprobar del todo ante la inexistencia de un aroma que lo hiciese. Más conociéndole demasiado, como para al menos considerar que era de ese modo.

Sintió la había herido.

- Yo no debí haber dicho eso, lo lamento - se disculpó Taehyung, sin embargo, la chica intervino moviendo sus manos mientras negaba con su cabeza.

- No tienes porqué hacerlo, he hecho todo mal de todas maneras - añadió la beta colocando un mechón de cabello detrás de su oreja y dejando ver sus delicadas facciones.

- Te has casado, no puedes haber hecho todo mal supongo - indicó el alfa de manera sincera, ya que a pesar de cuanto esa información le había afectado en su momento, ansiaba esta llevase una vida plena.

Más la beta le miró con aflicción, pero no prestó mayor atención cuando pues esta volvió a hablar - Nunca quise hacerte daño - pasando saliva a través de su garganta y moviendo sus dedos nerviosamente sobre una de sus rodillas - Tampoco quise mentir, pero era todo lo que podía hacer por ti en ese momento.

Taehyung asintió - Si me preguntas, creo eso fue lo que más me dolió - señaló revelando que nunca le había creído y que lo que más le había lastimado, era la negación frente a los demás.

- Lo nuestro no tenía futuro Taehyung, tus padres jamás me habrían aceptado y hubieses acabado en el exilio de tu clan - arremetió la beta con seguridad, algo que molestó al peliplata por lo que ahogó una risa. Negando mentalmente por lo mal que le hacía sentir aquello.

Y es que a pesar de que ahora no se veía en una relación, con alguien más que no fuese Jungkook. No podía ser indiferente a los años en los que había estado preso del sentimiento hacia la beta y el cómo incluso su lobo había alcanzado a percibir el rechazo.

Su vida había perdido sentido. Siendo su corazón aún demasiado joven, pero sintiéndose tan roto en aquel entonces y por la terquedad de su primer amor.

Su primer todo.

- No, no lo tenía. Es imposible que algo tenga futuro, cuando una de las dos personas no es leal a la otra - y ni siquiera pudo percatarse del porqué recriminaba aquello, cuando sentía ya había sanado y sus sentimientos hacia la omega habiendo cambiado tanto. Perdonando le el daño y aunque no lo quisiese admitir, comprendiendo un poco la razón de su actuar aquel día.

Sin embargo, no era él si no aquel lobo adolescente quien se había sentido ofendido por sus palabras. Pues su orgullo y su lealtad habían sido vulneradas años atrás, haciéndole entender que todo lo que había sentido era inmaduro e irreal.

No había sido así. Pues a pesar de sus cortos años, todo lo que había sentido allí había sido certero. Por ello su corazón había tardado tanto en sanar.

- T-Taehyung yo... - se precipitó a decir Aiko, seguramente intentando calmar el ambiente que había existido entre ambos hasta hace solo unos minutos atrás.

Sin embargo, la entrada apresurada del rubio les había hecho romper aquella burbuja en la que se encontraban.

- ¿Ustedes gustan de un poco de jugo? - preguntó Jimin con un jarra llena del dulce líquido rosa en una de sus manos y mientras con la otra sostenía un vaso. Sus ojos mirándoles de uno a otro y él peliplata ya sabía lo que este estaba pensando.

Habría un nuevo interrogatorio más tarde.

- No. Muchas gracias omega Min pero yo ya debo marcharme - Aiko señaló deprisa levantándose de allí y buscando el abrigo con el que había llegado, debido a la fuerte lluvia que afuera acontecía.

Y el alfa debía admitir que había deseado detenerle, ya que no le había agradado el cómo había acabado su conversación y su intención pese a todo, no había sido el herirla.

Además que sentía, restaba tanto aún por hablar. Habiendola amado de tal manera años atrás, manteniendo aún la admiración que sentía hacia ella y por ende, esperando en algún momento ambos pudiesen resolver lo que de alguna manera aún los ataba al pasado.

Al resentimiento. Ambos asimilando que aquello no sólo era algo de ellos dos, si no también del como su familia había intercedido para separarles. No escatimando en enviar a la pelinaranja al extranjero y a Taehyung vigilandole cada movimiento.

Lo detestaba, generando discusiones en más de alguna ocasión entre ellos. Y el distanciamiento con su hermano por las tonterías que cometió en aquella época.

- Y ¿no me pretendes decir de dónde es que ustedes dos se conocen? - el omega había preguntado sin tapujos una vez Aiko había marchado de allí, girandose para enfrentarlo. Sin embargo, Taehyung sólo rió y negó para ir rumbo a la cocina junto a los demás alfas, escuchando como Jimin refunfuñaba a sus espaldas.

No tenía ganas de comentar nada en realidad, tan sólo deseando relajar por un momento y descansar adecuadamente para su salida en la noche siguiente. Percibiendo cómo su lobo caminaba ansioso por todo el sitio, de seguro impaciente por ver pronto a su omega y corroborar este se encontrase bien.

Él y su cachorrito.

- Toma el camino hacia la izquierda - ordenó Aiko desde los asientos traseros y mientras Chanyeol conducía. La lluvia habiendo sosegado y calmado al parecer.

Habían salido apenas oscureció, más tardarían al menos cuatro horas en llegar a allí les había señalado la pelinaranja. Por lo que debían actuar rápido y regresar antes de que amaneciese.

- ¿Yoongi nos sigue? - preguntó el alfa sin soltar el volante, haciendo el intento de mirar por el espejo retrovisor.

Taehyung asintió - Están detrás de nosotros - observando cómo las luces del vehículo del alfa, aparecían en brillantes líneas entre la noche. Sintiendo como la camioneta se movía un poco, por el complicado camino de piedra.

Los dos camiones llenos con alfas de cada clan apareciendo detrás del pequeño vehículo, Hoseok quien viajaba junto al alfa Min, trayendo consigo a la mayoría de éstos desde Jung.

El clan con los mejores guerreros.

Y si bien Taehyung temía, pues ellos no manejaban grandes armas de fuego como lo hacía la Milicia Estatal. Confiaba en el liderazgo estratega del joven alfa y las capacidades que su clan había demostrado tener por sobre los demás.

Eran los más altos y con mejor resistencia física dentro de todos los clanes. Siendo temidos y por ello, jamás siendo desafiados, al saber la dificultad que tendrían de ganar alguna batalla frente a ellos.

- Continúa hasta el final - señaló Aiko, quien asomaba entre los dos asientos delanteros para indicar a Chanyeol con más claridad. Con un pasamontañas negro puesto y trayendo solo ropa del mismo color al igual que todos. Habiendo quedado de acuerdo en ello el día anterior y para esconder sus rostros en el caso de ser descubiertos.

No sabían que hallarían allí. Taehyung tan sólo percibiendo como el pecho le arremolinaba con fuerza y la garganta la tenía seca, apenas habiendo podido comer antes de salir, debido a lo pesado que sentía el estómago. Impaciente y a la vez temeroso del impredecible encuentro, asomando sus colmillos al sentir su lobo la cercanía del peligro.

- Hay ruedas m-marcadas en el camino - pronunció Chanyeol con nerviosismo y sin dejar de prestar atención, observando todos allí que lo que el alfa decía era certero.

Alguien había salido de allí.

- Acelera Chanyeol - habló la beta escuchandose su determinación en la orden. Sosteniéndose firmes por el movimiento y viendo como los vehículos a sus espaldas parecían también aumentar la velocidad.

Y Taehyung sintió como el cuerpo le temblaba y sus músculos parecían ponerse rígidos, llevando su mirada hacia abajo y considerando el macabro hecho de haberle perdido.

- Él va a estar bien escuchaste - Aiko señaló casi con molestia mientras le tocaba un hombro, ofuscada seguramente por su anticipada desazón - Todos ellos lo estarán.

Sin embargo y por más que el peliplata quisiese asentir y creer que sería así. No lo hizo. Tan solo manteniendo sus ojos hacia el frente y que asomaban por entre el oscuro pasamontañas. Escuchando como el viento continuaba silbando, a través de la ventanilla ligeramente abierta. Cerrandola con cuidado al repentinamente sentirse frío.

¿Él lo tendría?

¿Estaría arropado lo suficiente para no sentirlo?

Los pensamientos le carcomían a cada segundo, procurando calmar su angustia controlando su respiración.

- Detente cuando pases el puente - la pelinaranja intervino nuevamente, a lo que el alfa divisó el pequeño puente de madera a unos metros de ellos. A lo que Chanyeol disminuyó la velocidad una vez estuvieron sobre él, frenando despacio como Aiko había indicado - Ven Taehyung, ayúdame - ésta pidió repentinente, para luego bajar del vehículo. A lo que el peliplata enseguida le siguió, caminando sobre las piedras húmedas y escuchando el ruido de los demás motores a sus espaldas.

- Ten esto y cortalo - le ordenó Aiko, mientras sostenía una gruesa cadena y le entregaba un napoleón para que le ayudase a hacerlo. Sujetando con fuerza la pesada herramienta y percibiendo como el viento soplaba sobre su rostro. Sus ojos entrecerradose por ello, sintiéndose entumecido al sentir como se infiltraba a través de su vestimenta - Ya está - dijo la pelinaranja, tirando lejos la cadena y comenzando a abrir el portón que allí había. Ambos empujando y levantando este un poco, para que no arrastrarse por el suelo. Dejándolo totalmente abierto para luego, correr de regreso a la camioneta.

- Vamos - le indicó Taehyung a Chanyeol mientras cerraba la puerta del vehículo, observándolo asentir y pasando un cambio de inmediato. Llevando sus ojos hacia el frente y viendo como una gran luminosidad asomaba tras un pequeña ladera - Eso e-es... - pronunció el alfa con la respiración cortandosele y sin poder acabar sus palabras.

- Fuego - completando la beta con incredulidad y con sus ojos muy abiertos, mientras golpeaba con insistencia el hombro del alfa - Date prisa Chanyeol ¡Presiona el acelerador! - el miedo precipitandose sobre todos, sin dejar de ver como el naranja aparecía cada vez más frente a ellos.

- No puedes ser - añadiendo Chanyeol, manteniendo el ritmo constante del vehículo y desde donde comenzaban a percibir el intenso aroma a humo.

Jazmín. La cabeza del alfa divagando y ateniéndose del recuerdo de su aroma apacible, tan diferente a la imagen siniestra que se les estaba presentando.

Él no podía perderlo.

No podía dejarle.

- Taehyung intenta calmarte - le dijo Chanyeol apretando los dientes y percatadose del olor que expedía su lobo. Mientras él sentía no podía sosegar su agitación, más cuando veía como las llamas cubrían una gran parte del terreno y de seguro habiendo salido del lugar de su origen.

¿Cómo la lluvia no lo había apagado?

- Omega - rugió con las manos presionadas sobre sus muslos, enterrando allí sus uñas sin cuidado, las que empezaban a alargar con lentitud.

Los iba a matar.

- T-tranquilo Tae - pronunció despacio la beta intimidada por el cómo su lobo se apoderaba de su raciocinio. Ignorando el apelativo y solo pudiendo imaginar el cómo les arrancaría la cabeza a cada una de esas personas.

El bosque de árboles a sus costados, encandilando sus ojos por las llamas que sin control arrasaban todo allí. Percibiendo cómo el calor del fuego incluso traspasaba el vehículo.

- Detengamonos aquí o seremos encerrados por el fuego - Aiko señaló, por lo que Chanyeol disminuyó la velocidad para detener el vehículo - ¡Taehyung espera! - gritó con desespero cuando vio como el alfa abría la puerta aún con la camioneta en movimiento y bajaba casi cayendo de allí.

Este enseguida percibiendo como su boca alargaba y asomaba en un hocico puntiagudo. Apenas siendo consciente del ardor que sentía sobre su cuerpo, al haber transcurrido tanto tiempo desde la última vez que había mutado.

Enterrando sus pies en la tierra y percibiendo el notorio aroma a combustible, corroborando el cómo esas llamas sobrevivían aún al agua que caía sobre ellas.

Todo era intencional.

Sus oídos agudizandose para mantener la atención, escuchando como tras de él los alfas corrían en la búsqueda de sobrevivientes. Olisqueando y pasando su nariz con exasperación por todo el suelo, sintiendo como su perlado pelaje chamuscaba por las llamas.

No le importaba.

Su corazón latiendo y provocándole dolor por la rapidez con loa que lo hacía, encontrándose con cuerpos calcinados e irreconocibles para quien los viese.

¿Como habían sido capaces?

Corriendo de un lado a otro y sintiendo como el aroma del pelinegro parecía esfumar entre el viento. Percibiendo como las rodillas se le volvían débiles y le complicaba sostenerse por si mismo.

Escuchando repentinamente un lamento, volteando su cabeza hacia un costado y viendo como algo se movía bajo los escombros. Olfateando y comenzando a tirar con los dientes los escombros que le cubrían. Comprobando que estaban con visa, más no estando allí su pelinegro.

- Taehyung dejame verles - pronunció Aiko a su espalda, observando como esta llevaba lágrimas a los ojos y que parecían brillar con la luz del fuego.

Dejándola a avanzar hasta allí y retrocediendo para mirar todo a su alrededor, corriendo hasta donde los alfas parecían encontrar a más personas con vida. Estos marcados con las quemaduras que el incendio les había provocado y sin saber si podrían recuperarse.

Pasando uno a uno y corroborando a pesar de la imagen frente a él, que no se trataba de su omega.

De Jungkook.

Aullando desgarradamente hasta hacerle doler la garganta, preguntándole a la Diosa Luna porque le estaba haciendo esto.

Él no estaba por ningún lado.

Sus manos presionaban con fuerza su vientre bajo la túnica que le cubría, sin ser consciente del todo de aquella acción y aun sorbiendo su nariz entre pequeños espasmos que su cuerpo hacía.

La cabeza le dolía justo en medio de los ojos, apenas abriendolos debido a lo agotado que se sentía. Durante aquellas horas que llevaba allí junto al alfa, no pudiendo en ningún momento lograr conciliar el sueño.

Su lobo estaba intranquilo. Asustado y roto de tal manera, que el vientre le punzaba en la parte baja y que era lo que le estaba obligando a tranquilizarse.

No quería perder a su bebé.

Reprimiendo un sollozo bajito que había inevitablemente escapado desde su boca, ignorando el cómo el peliplata le había mirado de reojo y mientras también temblaba nervioso en el asiento de al lado.

Cerrando sus ojos despacio y reproduciendo aquellas imágenes en un bucle infinito. Como si el recuerdo de la despedida no se fuese a despegar jamás de él.

- Yo no me iré contigo - le respondió al alfa con decisión, retrocediendo un poco cuando vio el modo en que éste le miraba.

Le estaba desafiando.

Respirando entrecortadamente mientras Jongin parecía desear comenzar a reír - ¿Estás jodiendome? - soltó con una mezcla de ironía y disgusto. Y el omega sabía que por su aroma este estaba molesto.

- No Jongin, no estoy bromeando. Ya te he dicho que yo n-no me iré contigo - Jungkook reiteró ubicando una de sus manos sobre su vientre, a lo que el alfa llevó sus ojos hasta allí.

- Ese cachorro que esperas es un Kima, no creas que sólo por cargarlo tienes derecho sobre él - añadió soberbio el alfa acercándose despacio hasta donde el pelinegro se encontraba. Sintiendo que su madre y Yongsun permanecían a su espalda.

Jungkook tragó saliva - No voy a dejar a mi clan - señaló con insistencia, percibiendo como su lobo se llenaba de miedo al sentir como Jongin se sentía humillado por contradecirle - Mi bebé estará bien si permanezco con ellos y...

- ¡Tu cachorro morirá si continuas aquí! - gritó ofuscado el peliplata, caminando de un lado a otro como solía hacer cuando desesperaba. Deteniéndose solo para mirarlo con los ojos entintados en furia - ¡Y no solo tu cachorro, también tu puedes considerarte muerto si te rehusas a ir conmigo!

Aquello hizo al omega la piel se le helara más de lo que ya sentía, distinguiendo un vacío sobre su pecho que hizo se sintiese mareado.

- ¿P-por qué dices eso? - cuestionó Jungkook no deseando escuchar lo que suponía trataba. Percibiendo cómo su madre la acariciaba el hombro con suavidad, comprendiendo lo que aquello significaba.

No podía ser.

- Han ordenado eliminarlos. A ti y todo tu clan - respondió Jongin bajando la intensidad de su voz, tratando de así convencer al omega - Si no te sacó de aquí ahora...

- ¡No voy a dejarlos! - la garganta le dolió, dejando sus ojos rompieran en lágrimas mientras su cuerpo estremecía. El alfa estaba siendo un egoísta consideraba Jungkook, él jamás podría dejarlos sabiendo lo que sucedería.

No se lo perdonaría.

- No v-voy a ir con él m-mamá- pronunció con su voz quebrada volteandose a mirar a su madre. Esta tomando su rostro entre sus manos y comenzando a llorar en silencio.

No lo permitas.

- ¡Piensas dejar que te quiten la vida! ¡Maldición llevas un cachorro que proteger, Taehyung nunca me perdonaría te dejase aquí! - la mención del alfa solo provocando llorase más fuerte, escuchando como todos allí despertaban con los gritos y se ubicaban a su alrededor.

- S-sacanos a todos de aquí - pidió el omega y aunque no miraba a el peliplata, Jongin sabía se dirigía a él.

-No puedo hacerlo, eso sentenciaría mi vida - dijo tajante.

Jungkook negó con sus ojos cerrados - ¿Entonces por qué sentencias la mía?

Y es que el omega sabía aquello sería demasiado. Su pecho carcomía de solo considerarlo.

- El estúpido alfa tiene razón Jungkook - la voz suave de Yongsun agregó a su lado, a lo que el pelinegro movió su rostro para verla. Ella le sonrió -Tienes a un pequeño cachorrito Jeonu aquí - señaló tocandole la panza con tersura - Sabes que el destino está trazado para él. Tu tienes que poder con esto Jungkook. Tienes que vivir.

El llanto descarnado del omega se oyó en todo el lugar, a lo que la pelinegra le abrazó de inmediato - N-no me puedes pedir eso, y-yo no p-puedo hacerlo solo - Jungkook apenas se aferraba a ella, pues sus manos se sentían débiles y parecía iba a desmayar.

Él no podía.

- Si puedes bebé, eres nuestra estrella. T-tu siempre has podido - su madre agregó mientras le acariciaba el cabello y le besaba sobre la frente. A la vez que lágrimas silenciosas le llegaban hasta la boca.

- M-mamá - pronunció Jungkook tan solo sintiendo la tibieza de su cuerpo aferrado al de su prima, creyendo que iba a vomitar del dolor que sentía - Y-yo no p-odré hacerlo - le dijo de manera sincera, ya que sabía preferiría morir a vivir sabiendo que les había perdido.

Que no pudo protejer a su clan.

Que había deshonrado su cargo.

Nunca sería un buen líder.

- Vas a poder cariño. T-tienes que poder por tu cachorro, es él quien lleva nuestra herencia - reiteró su madre - Si tu mueres, lo habremos perdido todo. En cambio si sobrevives, Jeonu resurgirá con tu bebé.

Jungkook cerró sus ojos con fuerza, apoyándose entre ellas y aspirando su aroma. Lo que había dicho su madre, era lo que habían informado desde niño como su destino. No considerando jamás, que éste tuviese un peso tan grande como el que les estaban entregando.

Deseó no ser esa estrella.

Él era débil y temeroso. Cualquier omega allí tendría más fortaleza de la que él estaba teniendo, sencillamente no creía estar hecho para soportar lo que vendría.

- N-no quiero mamá, por favor no me hagas e-esto - suplicó girandose hacia su madre y aferrándose con vehemencia a su estómago. Sus piernas sintiéndose pesadas y tirando de él hasta hacerlo caer de rodillas. Su boca abierta implorando entre el llanto desolado a la mujer, quién le sostenía y acariciaba el cabello. A la vez que Yongsun también comenzaba a llorar - No quiero esto m-mamá, llevame a c-casa - el pecho apretandosele y dificultandolela respiración.

Sentía que se asfixiaba.

- Tienes q-que ser fuerte bebé. Hazlo por n-nosotros, por tu p-padre - el pelinegro negó, considerando el hecho de que su cachorro llegaría y su familia, su clan. Ninguno de ellos estaría.

¿Como podría sobrevivir a ello?

Las veces que se había imaginado con un bebé en brazos, su madre siempre había estado allí. Ella era quien le había enseñado todo, ni siquiera sabía que tenía que hacer. Si podría criarlo adecuadamente.

Tenía miedo, tanto miedo.

Su rostro fue tomado de pronto por su prima - Jungkook, tu eres el omega más valiente que conozco. Jamás te has sentido intimidado, incluso cuando se trataba de un alfa. No p-puedes ahora rendirte tan fácilmente - esta pronunció con desesperación y el omega podía sentir como sus manos también estremecían - Vas a salir de aqui y v-vas a criar a ese cachorro como el J-Jeonu que es. Tu c-clan merece que hagas eso por ellos. No p-puedes dejar que seamos olvidados - ésta le señaló con autoridad para luego besarle sobre la frente - T-te amo cariño, s-siempre has sido el hermano que no t-tuve. Nunca olvides eso Jungkook.

Yongsun se alejó de él y el pelinegro podía ver el temor también en sus ojos, sabiendo que la muerte era inevitable y estaba allí trazada cruelmente para ella.

Su madre besándole todo el rostro y a la vez que recitaba palabras en el idioma del cielo. Retirando luego la túnica que le había sido entregada, para cubrirlo nuevamente a él con ella.

- No m-mamá - se sentía fatigado y el pecho le dolía, sintiendo como la omega pasaba su dedo sobre su frente y dibujando allí.

- "La estrella que bajó del cielo y se posó en mí vientre. Mi precioso y amado cachorro. La estrella de Jeonu" - recitó aquella frase que siempre solía decir para calmar sus miedos durante la noche, percibiendo cómo su rostro humedecía al igual que el de él - T-te amo mi vida, infinitamente mi a-amor - y diciendo eso lo soltó, moviendo sus ojos hasta al alfa y rogándole - Lleveselo p-por favor. Salve a m-mi cachorro - pidió con la garganta rompiéndose en cada palabra, a lo que el alfa caminó hasta donde el pelinegro.

- ¡Nooo m-mamá! ¡Y-Yongsun! ¡No dejen que m-me lleve! - sus gritos siendo ignorados bajo la mirada atenta de todo su clan, que sollozaba abrazándose unos a otros. Mientras él pataleaba para que Jongin le soltara - M-mamá - sintiendo que su cuerpo se debilitaba por la agitación, su vista se volvía borrosa y su voz cada vez más apagada - No puedo hacerlo - siendo lo último que había dicho cuando había caído con el cuerpo inerte y siendo sostenido por el peliplata.

La imagen difusa de su madre siendo acompañada de Yongsun, permaneciendo grabada en su memoria. Percibiendo cómo las frías lágrimas le resfalaban hacia un costado de las mejillas, perdiéndose en su oído para luego cerrar sus ojos.

También te amo mamá, aquella frase guardandose entre sueños, donde la omega pasaba sus manos sobre su vientre y el cálido astro se ubicaba sobre el. La suave risa de su padre arrullandole a la vez que besaba la sien, murmurando palabras que no alcanzaba a entender al encontrarse demasiado adormilado.

Sus pies sintiendo las cosquillas del golpeteo del agua, fijando sus ojos en la laguna que le había visto crecer. Pero que ahora se convertía en el gran océano que Taehyung había enseñado. Estando seguro que había sentido como éste le abrazaba desde la espalda y dejaba su aroma a sándalo sobre su cuello.

- Mi jazmín, tan dulce - su lobo moviéndose con sorpresa y olfateando en busca del peliplata.

- Alfa - pronunciando despacio y despertando al escuchar su propia voz murmurar. Sus ojos sintiéndose enceguecidos por el amanecer, escuchando el sonido distinguible del motor y encontrándose con la mirada intermitente del peliplata.

- Aún n-no llegamos. Aprovecha de descansar - Jongin había dicho entre tartamudeos, seguramente no habiendo esperado que despertase en ese momento.

Se arrulló a sí mismo. Percibiendo la boca seca y los ojos pesados por el llanto - A-agua- pidiendo al alfa despacio y sin la intención de molestarle. Encontrándose tan agotado, que sabía no necesitaba de una nueva confrontación.

- Ten - diciéndole a la vez que le entregaba una pequeña cantimplora forrada en cuero y que el omega agarró de manera torpe llevándola a su boca. Bebiendo tan rápidamente, que los hilos de agua chorrearon por el borde de su boca.

- Gracias - apenas diciendo mientras volvía tomar un poco más de ella, deteniéndose sólo cuando sintió la necesidad enorme de orinar. Pues su bebé parecía empujar aquella zona y dejándole poco espacio para el líquido - Necesito orinar - le había dicho al alfa sin cuidado, consciente de que a este no le agradaría que mojase su vehículo.

Deteniéndose a regañadientes a la orilla de camino, dejándole bajar en medio de un sitio despejado de personas y donde solo el pasto seco decoraba el campo a ambos lados.

Jungkook miró el cielo por un momento, este pareciendo despejar luego de días de lluvia. Observando hacia dónde acababa el paisaje y preguntándose que tan difícil sería escapar de allí.

Llevando su mano hasta su pecho y cerrando sus ojos mientras bajaba su rostro. Un sollozo bajito distinguiéndose entre el viento, considerando la idea de cuánto desearía quedarse dormido allí.

- ¡¿Ya acabaste?! - preguntando el alfa desde el interior, a lo que el pelinegro secó sus lágrimas con rapidez y asintió.

- Si - subiendo nuevamente al vehículo y dejando que el peliplata le asegurara en el lugar, mientras una de sus manos constataba que su pañuelo siguiese sobre su cuello.

El aroma de su Taehyung.

Suspirando despacio para girar su rostro hacia el costado, observando como el sol asomaba despacio y dando la bienvenida a nuevo día. Cubriendo con cuidado su pancita bajo la túnica, ignorando el modo en que el alfa le veía.

Su cabeza manteniéndose adormecida, evitando los pensamientos que le harían desgastarse más.

Estaba agotado.

Y de algún modo sentía se estaba entregando a la vida, sin cuestionar ya el porqué le estaban lastimando a todos de esa manera.

Ya no quería luchar.

- Jamás lo hice - de pronto la voz de Jongin le hizo poner su atención en él, más evitó mirarle. A lo que el peliplata aprovechó su silencio para continuar - L-la pregunta que me has hecho días atrás. Yo jamás t-toqué a un sólo omega en e-ese lugar - el alfa le señaló escuchandosr afectado, por lo que Jungkook se giró a verle - Te p-puedo jurar que así ha sido.

Y si bien éste no lloraba, sus ojos se veían preocupados y su respiración parecía acelerada. Como si su lobo estuviese luchando con aquella confesión.

Estaba rompiendo su orgullo.

- S-se que he sido un bastardo c-cuando estabas en Kima. Pero solo lo hacía p-para molestar a Taehyung - la voz le temblaba y el omega creía que iba a hiperventilar, por lo que por instinto su lobo comenzó a perfumar el ambiente con su aroma - Jamás hubiese ido m-más allá.

- ¿Por qué lo odias tanto? - Jungkook preguntó curioso por el interés que el peliplata tenía por incomodar siempre a su hermano. Prácticamente nunca les había visto mantener una conversación tranquila entre ambos.

El alfa negó con su cabeza, mirándole en cortos intervalos ya que su mayor atención estaba enfocada en el camino.

- Yo no odio a Taehyung - respondió con seguridad - Si fuese así ni siquiera hubiese intentado sacarte de allí.

Jungkook se mantuvo por un momento en silencio, con sus ojos perdidos y su cabeza ha do pensamientos. Asimilando las palabras del alfa y el cómo éste parecía sincero. Preocupandole el porqué de su afán a molestar a su hermano - Te creo - le dijo despacio y sin alzar su mirada, tan solo procurando este le escuchase con claridad.

Sus ojos sintiéndose pesados y su cuerpo aún muy débil por las emociones experimentadas horas atrás. Sintiendo la sensación de calidez en el costado de su cuello, los rayos de sol ingresando despacio por la ventana.

Dejándose llevar por el cansancio y durmiendose allí una vez más, mientras el movimiento del vehículo hacía relajase aún más.

Sin saber a dónde iba, en aquel momento ya no preocupandole demasiado.

Sentía se desapegaba de sí mismo.

Albergando sólo para él, el miedo profundo que tenía a olvidar quien era. Pues su cabeza parecía cansada de comprender y su corazón dolía ante la separación una vez más.

¿Cuánto más sobreviviría a ello?

Sintiendo como le sacudían despacio desde el hombro - Ey, hemos llegado - la voz de Jongin despertandole, observando como éste ya había abierto su puerta y esperaba listo para que bajase del vehículo.

Jungkook hizo el intento de desabrochar su cinturón de seguridad, sin embargo, no sabía de qué modo hacerlo. A lo que el alfa lo hizo por él.

- Mantente abrigado - le señaló subiendo la capucha que la prenda tenía y cubriendole hasta los oídos. El omega notaba como el peliplata metía susanos a los bolsillos con nerviosismo, como si estuviese intranquilo por algo en particular.

Su nariz sintiendo repentinamente el aroma salino, a lo que sus oídos parecieron destapar y percatarse donde se hallaba. Por lo que movió su cabeza para ver detrás del alfa, percibiendo su corazón latía con anhelo.

¿Era posible qué?

- No estamos en Kima - pronunció el peliplata despacio y cómo si adivinace sus pensamientos - Mantente en silencio y no hagas nada que te exponga a ser lastimado - las palabras provocando un estremecimiento. Bajando su mirada y asintiendo en medio de la decepción, ignorando el sutil sonido del oleaje chocando contra la orilla.

- Ya era hora oficial Kima - una voz que el omega desconoció irrumpió en aquel momento, levantando un poco su rostro para observar - ¿Es él verdad? - La pregunta quedando en el aire, mientras el pelinegro miraba con detenimiento al hombre. Su rostro cubierto de una oscura barba, vestido elegantemente y llevando un sombrero su cabeza.

- Si, él es Jungkook. Mi omega - respondió el alfa sin vacilar, a la vez que tocaba la mano del pelinegro haciendo presión allí.

Y si bien aquello ocasionó que su lobo se molestase y sólo buscase alejarse del alfa, Jungkook comprendió el peliplata buscaba que le acompañara en su mentira.

Lo estaba protegiendo.

- Vaya - se acercó el sujeto a tocarle bajo la mandíbula y observarle el rostro minuciosamente. Y Jungkook le permitió hacerlo aún cuando deseaba arañarle y morderle la mano - En verdad es un Jeonu - los ojos del hombre de un color cielo y observándolo maravillado, incluso aturdido por la imagen frente a él.

Jungkook no pudiendo detallar su olor, por lo que supuso se trataba de un beta. No teniendo tampoco rasgos delicados como para sospechar tuviese su misma condición.

- Está bien, vamos Jungkook ya estamos listos para salir - el corazón le latió con fuerza ante aquello, extrañamente necesitando en ese momento aferrarse a Jongin por alguna razón.

El alfa pareció notarlo - ¿Él va a estar bien v-verdad? - preguntó con efusividad - Está en cinta y...

- Él estará bien oficial - respondió el hombre riendo, mientras miraba una un reloj que llevaba puesto en su mano izquierda - Solo será un tiempo a que se solucionen las cosas acá ¿no? - Jongin asintió - No dará cuenta cuando su cachorro y su omega estén ya de regreso - añadió caminando y haciendo señas a alguien - Ahora ya subalo a la barcaza, ya estamos en la hora.

Jongin aseveró, llevando sus ojos hasta el omega quien parecía temeroso por lo que estaba sucediendo.

- Estarás b-bien ¿ya? - preguntó, más no espero la respuesta del pelinegro y solo tiró de su mano. A lo que Jungkook pudo distinguir una gran cantidad de navíos sobre el agua, escuchando el sonido de las aves sobre sus oídos - Sube aquí - le indicó mostrando la compuerta de una gran barcaza y el omega pudo sentir como este temblaba al momento de soltar su mano.

Y el pelinegro avanzó despacio, dudoso hacia dónde tenía que ir. Más deteniéndose un momento para girarse hacia el alfa - Jongin - dijo lo suficientemente fuerte para que el peliplata le escuchara - Gracias - susurró ignorando los ojos atemorizados del alfa. Consciente de que aquello también le hacía temer a él, más solo confiando en la intención de este por mantenerle con vida.

Su pecho golpeando incontrolable mientras se adentraba allí. Pensando en su madre, Yongsun y en su clan.

Pensando en su alfa.

Sin embargo, los pequeños pasos y la cercanía de alguien a él interrumpió sus recuerdos. Levantando su vista para mirar confundido aquel pelirrojo cabello, con sus ojos cansados y su cuerpo demasiado delgado.

- Jungkook - diciendo éste con rapidez, a lo que el pelinegro lo miró con incredulidad. Al igual que a todos en aquel lugar.

Personas al parecer de diferentes clanes.

- ¿Señor Baekhyun? - el omega tan solo atinando a abrazarle mientras sollozaba sobre su cuello, mientras Jungkook veía como las miradas asustadas de todos estaban sobre ellos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top