• CAPÍTULO 39 •

Te recomiendo escuchar "To Each His Own" de Talos mientras lees este capítulo

Sus manos se movían con cuidado por entre el cabello de la omega, tomando pequeños mechones y uniendolos en bonitas trenzas a un costado de su cabeza. Jungkook sonreía, pues escuchaba como esta cantaba dulcemente, mientras dedicaba a mirar la luz de la gran estrella diurna y que filtraba por el agujero sobre sus cabezas.

Yongsun estaba de buen humor aquel día. O eso es lo que el pelinegro prefería creer. Dedicándose a entregarle afecto mientras transcurrían los días, permitiendo esta acariciase su vientre para consolar en algo a su lobo.

Había perdido un cachorro después de todo.

Y si bien no habían tocado el tema desde aquel día, donde entre sollozos se había dormido acurrucado a su pecho e implorando su perdón. Habían adquirido juntos la dinámica de contenerse, como si de esa manera sus lobos apaciguaran el dolor que la pérdida les hacía sentir.

Jungkook compartía su pesar.

Y aunque su prima se mantenía estoica y con una aparente serenidad, el pelinegro le conocía demasiado como para saber cuando ésta se guardaba su propio sufrimiento.

Necesitaba cuidarle.

Por ello no había dudado en aceptar aquella propuesta y aunque estuviese inseguro de lo que el acceder a ella implicaría.

Tan sólo pensando en su clan y en el pequeño cachorrito que llevaba en su vientre.

Su bebé.

Horas atrás sus dedos dibujando constelaciones imaginarias sobre su panza, repasando cada punto para que su cachorro las conociese desde aquel sitio. Una suave sonrisa formándose sobre sus labios, inconsciente del como su aún diminuto cachorrito le llevaba lejos de allí y calmaba sus miedos.

Respirando con cuidado y tomando tiempo en hacerlo, aprovechando aquellos minutos para mimar su vientre. Hablándole despacio y esperando este le escuchase e identificase su voz.

— ¿Te ha gustado la fruta? — había preguntado mientras su palma no dejaba de regalar caricias sobre su piel. Ésta aún no acostumbrándose a su nueva desnudez y erizando de vez en cuando — Oh, claro que te ha gustado — sonrió con suavidad, tan solo prestando atención a su vientre.

Su pequeño universo.

¿A quién le hablas? — aquella voz haciéndole recordar dónde se encontraba, volteando su cabeza hacia un costado para observar los ojos plateados del alfa. Este mirándole inquisitivo, sentado en una esquina de aquella habitación. Con su cuestionamiento sonando sincero y no luciendo como si estuviese burlandose de él.

— Al cachorro. Parece agradarle cuando lo hago — respondió sosiego. Convenciendose que el peliplata no le haría daño, aún cuando su lobo se mantenía reticente a compartir el mismo espacio.

Desconfiaba de su cercanía.

Y es que luego de aquel encuentro y en el cual el alfa había mentido de su condición, este prácticamente se había vuelto su sombra. Sacándole de allí una vez al día y con el objetivo de marcarle con su aroma, así los demás alfas no dieran cuenta de su estado.

Jungkook deseaba pensar que allí no habrían otras intenciones.

Jongin rió entre dientes — Eso es una tontería — dijo burlándose y pasando una de sus manos por entre su cabello platinado.

Jungkook le observó, corroborando las diferencias que éste tenía con su hermano. Habiéndole analizado minuciosamente, durante todos los días que llevaban frecuentando ese lugar.

El alfa solía esquivar la mirada cuando se ponía nervioso, cosa que el nunca había percatado estando en Kima, pues apenas soportaba su presencia. Más ahora podía ver que Jongin era silencioso, no sabiendo si era la posición en la que se encontraba. Con aquel uniforme hecho a medida y que le hacía comportarse con seriedad.

O simplemente habiendo sido una cualidad inadvertida para él, con lo poco que habían compartido meses atrás.

— T-tenemos una conexión — respondió bajito el omega, llevando sus ojos para mirar como su bebé comenzaba a notar.

— Conexión — señaló el peliplata con ironía — Los omegas cuanto están en estado suelen decir muchas cosas sin sentido — añadió para luego ponerse de pie —Vamos, levántate — le había dicho en una orden y el pelinegro agradeció este no usase su voz de mando. Pues su lobo se movía incómodo y su vientre dolía cada vez que lo hacía. Por lo que obedeció enseguida, percibiendo como su cuerpo tensaba, soltando un quejido cuando el alfa le tomó de la cintura y le atrajó hacia él.

Jungkook le escuchó reír.

Quiso golpearle. O quizá rasguñarle la cara hasta hacerle sangrar.

Más una parte de él le mantenía allí inmóvil y sumiso, permitiendo le marcase con su olor, percibiendo su respiración sobre su cuello.

— Veamos nuestra conexión — dijo el alfa entre risas —¿Los omegas preñados siempre huelen tan dulce? — había preguntado Jongin mientras su cuerpo se ceñía al suyo. Este pareciendo no desear una respuesta —¿De dónde has sacado este pañuelo? — cuestionó con curiosidad el peliplata, mientras Jungkook frenaba su acercamiento con sus manos empujando con suavidad su cuerpo, al desagradarle tanto su aroma — Podría apostar que huele a Taehyung — aquellas palabras saliendo como un gruñido, percibiendo como este llevaba una de sus manos a aquel lugar– Quizás podrías quitar...

¡No! — su suave voz saliendo como un grito agónico, no pudiendo contener a su omega que había angustiado al ser despojado de la preciada prenda. La que había amarrado sobre su cuello, impidiendo el peliplata le marcase por completo con su aroma.

Aquel lugar pertenecía a su alfa.

Sin embargo su cuerpo había sido tomado con fuerza, sintiendo los dedos de Jongin enterrar bajo su mandíbula, forzando a mirarle — Escuchame bien omega, recuerda que ese cachorro sigue con vida solo gracias a mi ayuda — y Jungkook reprimió sus ganas de vomitar tan solo llevando sus manos sobre su vientre — No te atrevas a levantarme la voz — dijo para soltarle finalmente, a lo que el pelinegro cayó de rodillas y sólo enfocado en que su bebé estuviese bien.

Los pasos del alfa escuchándose caminar de un lado a otro, como si le frustrase su propio actuar. El sitio comenzando a oler a rabia y frustración.

— ¡E-es su culpa! — exclamó Jongin provocando el omega encogiese en su sitio— Él ha hecho q-que yo actúe así. Toda la c-culpa es de él — repetía este sin detenerse, a lo que Jungkook levantó su cabeza y observó como este parecía temblar mientras se movía.

La respiración del peliplata siendo rápida, casi como si le costase respirar. Deteniéndose para apoyar las palmas de sus manos sobre la pared, ordenando sus ideas para volver a su imagen indeleble y bajo aquel uniforme que llevaba.

Jungkook ya se había acostumbrado a ello.

El peliplata tenía dificultades para controlar sus impulsos, parte de ello lo había conocido en Kima. Pero siempre había habido allí alguien que le controlara.

O le protegiese a él.

Un extraño sentimiento formándosele en la boca del estómago, sintiendo por un momento compasión por el alfa. Pues este lucía como exasperado de sus propios pensamientos, deseando acercarsele y preguntar cuál era el motivo de su angustia. Más temiendo que en ese estado, acabase lastimandolo.

— ¡Ey Kima! — unos golpes se habían oído desde afuera, llamando la atención de ambos — ¡Ya ha acabado tu tiempo con ese omega! — señaló uno de los alfas, escuchando como reían entre ellos.

Y el peliplata respiró pesado, llevando sus manos a su cintura y negando con su cabeza— ¡Enseguida salgo Capitán! — sus labios vociferando lo más correcto posible, evitando se notase el disgusto en ella — Ponte de pie — ordenó al omega, quien se levantó con cuidado y permaneció en su lugar.

Sus pies desnudos juntos y sintiéndose fríos, por lo que juntaba las puntas mientras cubría su pequeña pancita.

Todo estará bien bebé.

El alfa como en cada ocasión y lo que se había vuelto rutina, dirigiéndose hacia a él e instalando sobre sus hombros una túnica que le cubría hasta por delante del vientre. Decisión que había tomado para así ocultar su estado y de paso, marcar al pelinegro como suyo a ojos de otros alfas.

No podrían recriminarle nada.

Jungkook tocó con sus dedos la túnica azul, tan similar a la que le había resguardado del frío tantas veces y que pertenecía a su peliplata. Más llevando consigo un aroma que su lobo rechazaba y sintiendo esta no le abrigaba a pesar de cubrirle.

Aún sentía frío.

El alfa caminó hacía la puerta, sus pasos marcando se firmes sobre la madera, dispuesto a quitar el seguro y salir de allí.

—J-Jongin — diciendo despacio el omega, así no molestarle — Y-yo necesito la comida para mi clan — diciendo mientras sus manos ocultas bajo la tela, cubrían su pequeña pancita.

Y el alfa tan solo se giró, para continuar y abrir la puerta – Enviaré a algunos soldados que la lleven más tarde — respondió este con frialdad y sin siquiera mirarle. A lo que Jungkook solo asintió, obviando el cómo muchos omegas de su clan eran abusados y premiados con comida.

Detestaba aquello.

Aborrecía a aquellos alfas.

Siendo consciente del como cargar aquel cachorro, le había salvado del mismo destino.

También sufría por ello.

— Ey Jongin — había llamado uno de los soldados ubicados a los costados. A lo que ambos detuvieron su andar, quedando el omega lo prudentemente cerca del peliplata — Si sigues frecuentando a ese omega acabarás preñandolo. No creo quieras un cachorro mestizo — este añadió en burla, ocasionando que los demás alfas riesen junto a él.

El peliplata negó, mientras una sonrisa irónica se dibujaba sobre sus labios. Su rostro girandose hacia ellos enfrentandoles — Jamás tendría un cachorro mestizo. Menos con un omega Jeonu — sus ojos esta vez dirigiéndose al omega — Son apenas unos animales, es que no lo pueden ver. Solo sirven para bajar la calentura.

Y Jungkook presionó sus dedos sobre su vientre, mientras evitaba las lágrimas le picaran los ojos, no deseando darle ese gusto. Caminando tras los pasos del alfa quien lo regresaría allí junto a los suyos. Deseando en lo más profundo, que aquellas palabras lanzadas por el peliplata, no expresarán lo que él realmente sentía.

Era la misma sangre que llevaba su cachorro al fin y al cabo.

Sus manos temblando cuando éste abría aquella puerta, deseando preguntar pero a la vez sintiendo miedo que la respuesta fuese certera — J-Jongin — le dijo con suavidad, sin intenciones de alterar al alfa — ¿T-tu has tocado a a-algún omega como esos a-alfas?

La pregunta quedado en el aire por un momento, a la vez que Jungkook mantenía sus ojos fijos en sus pies desnudos. Incapaz de ver a la cara al peliplata.

— No tengo porque responder a eso — fue lo único que había dicho, abriendo la puerta para luego cerrarla con fuerza una vez él ingresó allí.

El omega se sintió mareado, pues de pronto el aroma que le cubría el cuerpo le molestaba más que los otros días. Por lo que con rabia había quitado aquella túnica que le cubría.

Sentía asco. No logrando evitar vomitar al llegar allí, su madre habiendo cuidado de él bajo la preocupación de que aquel alfa le hubiese hecho daño.

— Hablame de él — la voz de Yongsun le había traído nuevamente allí. A lo que el pelinegro se sintió confundido por un momento, a la vez que ataba su trenzado — Cuéntame de tu alfa Jungkook.

Y el omega percibió como su corazón había apretado bajo su pecho. No recordando con claridad, cuando había sido la última vez que había pronunciado su nombre.

Se sentía tan extraño ahora.

— T-tae — su voz saliendo dubitativa y algo cohibida.

—¿Tae? — preguntó la omega curiosa y a su vez permitiendo que Jungkook continuara trenzando su cabello.

Jungkook negó con su cabeza — T-taehyung, su nombre es Taehyung — pronunció sonrrojando, pues a pesar que ella no estaba mirándolo. Su madre estaba también allí presente.

Él jamás había comentado de algún chico que le gustase, más ahora estaba confesando el nombre del padre de su bebé.

— ¿Es lindo? — había preguntado Yongsun con interés. Y al omega por un instante le recordó a la Yongsun que habitaba en Jeonu.

Ruidosa y alegre.

Libre.

— Lo es — aseveró el pelinegro — Tiene los ojos y el cabello brillante como el cielo nocturno. Su sonrisa es gentil y sus manos suaves – señaló añorando el recuerdo de la imagen del alfa — Pero lo más importante, es que su corazón es cálido y bondadoso. Y es lo que me hace amarlo. — indicó con seguridad, certero de que ese sentimiento aún permanecía en él.

Y Jungkook no lo pudo ver, pero su madre le miraba con una sonrisa. Atenta a cada una de sus palabras.

— ¿Su clan es el mismo de ese alfa cierto? — Yongsun había cuestionado con cuidado, girando se hacía él habían ya acabado el trabajo en su cabello — El alfa que viene por ti cada día.

El omega asintió con suavidad, sintiendo como la omega le acariciaba el rostro con una de sus manos.

— Es su hermano — mencionó provocando la sorpresa en la pelinegra, más Jungkook negó de inmediato al sentir su preocupación — Pero Jongin no me ha l-lastimado – suspiró con resignación — Es cierto que ha sido ha su manera. Pero eso ha ayudado a que mi cachorro se mantenga con vida.

La pelinegra le tomó de la mano, besándola con delicadeza. De alguna manera deseando expresar su afecto. Su comprensión.

— Es un Kima — de la nada dijo su madre, ocasionando que la atención de ambos omegas se dirigiera hacia ella. Quien se había mantenido en silencio sentada a su lado — Sus ojos son tan brillantes como la luna.

Y Jungkook se paralizó ante ello, deseando preguntar la razón de sus palabras. El cómo ella sabía aquello, cuando él ni siquiera le había contado.

La omega parecía guardar secretos.

Más una fuerte cachetada había interrumpido su acción, llevando su mano hasta donde había recibido el golpe sintiendo que la piel le escocía en el lugar.

Sintiendo como el corazón le latía de la impresión y aún así girando su rostro hacia el frente y aún desconcertado por lo sucedido.

— ¡Mi cachorro si era un Jeonu! — la voz de la pelinegra salía cruda y áspera de su boca. Pataleando y dando manotazos al aire, para que su alfa le soltase — ¡Era su cachorro el que debía morir! — gritó con rabia la omega, a laa vez que Yongsun se levantaba de su sitio.

— ¡¿Qué locura estás diciendo?! — respondió empujandole. A lo que el alfa mostró sus dientes para intimidarle — ¡Aleja a tu omega de tu líder! — la pelinegra ordenó con furia, más la otra mujer parecía no comprender.

A Jungkook le dolía el pecho.

La mujer soltó una carcajada entre los brazos del alfa — ¡Tu líder rechazó a todos los alfas Jeonus! — dijo con fuerza, mientras alzaba su mano para apuntar al omega con su dedo índice — ¡Pero miralo allí, preñado de un alfa de otro clan y revolcándose con un soldado!

Yongsun deseó golpearla, sin embargo Jungkook le detuvo sosteniendose de su brazo.

Se sentía mareado.

— ¡Él se ha acostado con un alfa ajeno a Jeonu! — insintió la omega — ¡Mientras n-nosotros hemos presenciado como abusan de nuestra gente!

—¡Callate omega! — gritó Yongsun, agobiada de las palabras que pronunciaba la mujer — ¡Tu no sabes si él también ha sufrido! ¡¿Acaso no has visto las cicatrices sobre su cuerpo?! — las lágrimas caían por el rostro de la pelinegra.

— Yongsun detente — pidió Jungkook, sintiendo que de pronto su cuerpo se sentía fatigado.

— ¡¿Crees que es justo que mi cachorro esté m-muerto?! — la pelinegra gritaba con ira y le temblaba el cuerpo por el llanto — ¡M-mi cachorrito era un Jeonu! ¡¿Crees es justo me lo hayan s-sacado?!

— ¡No! — gritó con fuerza Yongsun, dejando a Jungkook detrás de ella y acompañado de su madre — ¡Claro q-que no es justo! ¡Nada hay justo aquí! — la omega respondía mientras se secaba las lágrimas con una de sus manos — ¡A m-mi tambien me han s-sacado un cachorro, que puso un estúpido a-alfa cuando me tomó sin m-mi consentimiento! ¡A m-muchos omega aquí le han hecho e-eso! — Yongsun respiraba con rapidez, sin haberse percatado que el resto del clan ya se hallaba allí, expectante de su discusión — ¡Pero J-Jungkook no tiene la culpa! ¡Y su cachorro es tan Jeonu como lo era el tuyo! — esto último diciendolo mientras le apuntaba.

El pelinegro caminando junto a su madre, tocando a la omega por la espalda — Y-Yongsun no...

— ¡No Jungkook! No permitiré te traten así — el omega negando con su cabeza, tomando con ambas manos el rostro de la pelinegra.

— Ellos merecen que les explique. Soy su líder — le dijo con suavidad, así calmar a la pelinegra. Tomando una bocanada de aire y volteandose hacia su clan — El día en que hemos sido invadidos en Jeonu, han decidido llevarme lejos y abandonarles. Jamás yo he querido alejarme, más ellos han p-prometido mantenerlos con vida si yo accedía a ello — su garganta apretó, más sintió como su madre tomaba una de sus manos — Me han ofrecido a alfas de diferentes clanes y supone u-un alfa ese día me compraría. Y-yo debía asesinar a su omega pero... — sus ojos se aguaron y sus labios estremecieron —... P-pero he sido comprado por otro alfa y me he enamorado de él.

Su ananké.

El pelinegro creyó oír murmullos, más no vaciló en continuar.

— Taehyung era líder del clan Kima — su corazón resintiendo el recuerdo del abandono de su cargo — Él me cuidó y resguardó.
Él no tiene el mismo pensamiento de los alfas que nos tienen aquí. Que aquellos que han entrado en Jeonu aquel día — Jungkook observó a la omega que le había atacado, la que permanecía llorando en silencio — T-tu cachorro. Mi P-padre. Sus abuelos. S-sus hijos... ninguno debió morir.

El pelinegro caminó hacia la omega, escuchando como la gente de su clan sollozaba.

Dolía.

La mujer le miraba aferrada a su alfa, mientras Jungkook agachaba y se arrodillaba frente a ella.

— R-realmente no entiendo p-porque nos hacen esto, pero mi abuela ha s-señalado que allá arriba — apuntó al cielo — T-todos nos vamos a encontrar y s-será el espíritu de la tierra, los árboles, los animales y todos q-quienes nos han quitado, es lo que nos d-dará la fuerza para no caer — el vientre de Jungkook dolía, más se mantuvo mirando a la omega quien al igual que todos no dejaba de llorar — E-eso es algo que ellos jamás n-nos podrán quitar — alcanzó a pronunciar para que luego su cuerpo cediera y los ojos se le cerrasen de tanto cansancio.

Golpeteaba su pie contra el suelo, mientras uno de sus codos se hallaba reposado sobre su rodilla. Su mano pasando con frustración por su rostro, sabiendo que si hallaba algo que golpear lo rompería.

— Creo que deberías calmarte Tae — había señalado Yoongi entre medio de la música suave del gramofono, la que parecía ironizar la situación.

El peliplata deseó reír ante la petición, pues desde que Chanyeol había regresado del Consejo de clanes, lo que menos podía hacer era tranquilizarse.

No podía ser cierto.

Sintiendo como sus manos sudaban de tensión y de seguro la vena de su cuello ya había hinchado de molestia.

— Es un maldito mal nacido — dijo con la voz áspera y apenas pudiendo formar las palabras y cuando lo único que deseaba era gritar.

También golpearlo.

— Yoongi tiene razón Taehyung — añadió Chanyeol — Lo más importante es en este momento es que mantengamos la calm...

— ¡Es mi papá maldición! — gritó furioso, levantándose de allí y caminando hacia el ventanal para luego enfrentarlos nuevamente — No estamos hablando de cualquier persona, estamos hablando de mi padre Chanyeol — dijo con agitación y llevando una mano a su pecho, percibiendo que la cabeza le dolía del dolor que aquello le estaba causando.

¿Como Namjoon podría estar involucrado en todo eso?

Los tres alfas habían guardado silencio, asimilando la certeza en las palabras del peliplata. Además del respeto que sentían, por lo herido que éste se debía estar sintiendo.

Había sido una traición.

— Mi padre siempre estuvo al tanto de lo que obligaron a hacer a Jungkook y aún así permitió que le utilizaran— Taehyung señaló con amargura, consciente del como su relación se había quebrado — Incluso no le importó poner la vida de mi padre en peligro. No me imagino el cómo papá reaccionará cuando se entere de todo esto.

Las fosas nasales del peliplata habrían y cerraban, siempre había sido muy temperamental y este no era el preciso momento en que le sería fácil controlarse.

Chanyeol había sido claro, Namjoon había sido partícipe de la trampa que habían tendido a Jungkook. Asesorado por la milicia estatal y donde varios clanes también estaban involucrados.

Como una cacería.

Esto ha sido una estrategia para tener respaldo y apoderarse de la tierra que pertenencia a Jeonu — agregó Hoseok. Bajo sus ojos mostrándose las noches de desvelo, que llevaba desde que su hermano había sido sacado de Jung.

— Tengo entendido que en Jeonu hay una montaña con piedras preciosas y donde ya han comenzado a explotar los yacimientos — Yoongi señaló con seguridad, mientras permanecía sentado y con sus manos entrelazadas — La pregunta es ¿dónde los tienen a ellos?

Taehyung cerró sus ojos, respirando en profundidad para no perder el control.

— También aún desconocemos el paradero de los omegas y los c-cachorros que han sacado de los diferentes clanes — Hoseok señaló aquello para luego liberar un suspiro, observando de inmediato al alfa Chanyeol y quien permanecía con su rostro inescrutable.

Aún no tenían noticias de Baekhyun.

Son unos verdaderos hijos de puta — Taehyung soltó exasperado — Voy por un vaso de agua — dijo para salir rumbo a la cocina y bajar un poco la molestia que sentía.

Llevaba cerca de dos semanas recorriendo diferentes clanes del Estado y lugares posibles donde podrían tener a Jungkook. Apenas obteniendo información de parte de la Milicia Estatal y que justificaba su acción por el actuar del omega contra su padre.

El ser consciente de que Namjoon estaba al tanto de ello, le hacía sentir repulsión.

No habiendo tenido noticias de él desde que había marchado junto a Jongin, creyendo ambos eran cómplices de lo que había sucedido en Jeonu. Y lo que podría estar sucediendo con su omega.

Su adorado Jazmín.

La piel se le helaba y el miedo le invadía, pues su lobo asimilaba la distancia y podía sentirlo enfermo de tristeza.

Todo estaba siendo demasiado para él. Más el sentimiento de saber al pelinegro en un peor escenario que el suyo, le hacía recordar que debía tener coraje y mantenerse firme para lo que fuese.

Necesitaba a Jungkook.

Y sabía que él también le estaba necesitando.

Su lobo despertandose inquieto durante las noches, buscando el aroma suave de su cachorro. Resignandose a la idea de que el omega no estaba allí consigo y dedicando a ver la constelación de orion sobre el cielo.

¿Estaría Jungkook también viéndola?

¿Le recordaría a él cuando lo hacía?

Quería desear que si.

Manteniéndose allí despierto hasta que llegaba el alba y esta desaparecía en el horizonte. Durmiendo un par de horas para salir nuevamente en busca del omega.

Un día más.

Su mano abriendo el grifo y llenando un vaso de cristal. Dirigiendolo a su boca y bebiendo todo el contenido de una vez, manteniéndose pensativo mientras se apoyaba en el mueble de aquella cocina.

El ruido de la puerta abriéndose, indicando que alguien ingresaba allí. Sin embargo, él encontrándose demasiado perdido en sus pensamientos como para notarlo.

— Alfa Ki...q-quiero decir, Taehyung — una voz suave y titubeante de la omega le hizo levantar su rostro. Ésta entregándole una leve sonrisa que él poco pudo responder — Que bueno encontrarmelo — señaló para luego acercarse a él. A lo que el alfa retrocedió por inercia.

En lo que llevaba en la casa Min, no se había topado aún con la omega. Esta encontrándose donde sus padres según Yoongi, cosa que él peliplata agradecía, pues no deseaba más problemas con los que lidiar.

— Yeri por favor — pidió suplicante y realmente — Si tu pretendes que yo...

— N-no Taehyung, te equivocas — respondió la rubia, manteniéndose en su lugar con tal de no intimidarlo — No son esas mis intenciones — ella señaló con suspirando y mientras apoyaba su espalda en uno de los muebles de la cocina — Me he enterado que has renunciado a tu jerarquía en Kima — el peliplata asintió regresando su vista hacia el frente — También lo que ha sucedido con aquel J-Jeonu...yo en serio lo lamento mucho — la omega señaló con sinceridad.

Yeri era una buena chica. Era lo que le había llevado a involucrarse con ella al final de cuentas. Siendo más bien el excesivo resguardo de sus padres, quienes jamás habían permitido algo le faltase. Lo que le hacía de vez en cuando, tener actitudes inmaduras que el alfa creía incluso ella no dimensionaba.

— Sabes tienes mi apoyo Tae, estoy de tu lado — añadió la omega al percatarse que el alfa parecía no tener intenciones de responder — N-ni yo, ni ninguno de mis hermanos apoyaríamos nunca algo como lo que ha sucedido — las cejas de la rubia arrugando en medio, evidencia clara de su aflicción.

— G-gracias Yeri — pronunció el peliplata de forma rápida, sintiendo como las palabras salían torpemente desde su boca. Oyendo cómo repentinamente pisadas se oían tras la puerta, la que se había abierto de golpe.

El omega pelirubio mirándoles con atención, llevando sus ojos de uno a otro alternadamente. A lo que el alfa rogó, este no estuviese formando ideas erradas en su cabeza.

Jimin era experto en ello.

— He traído pastel — dijo el rubio y Taehyung pudo dar cuenta que este finjía una sonrisa — Yo solo he venido por unos platos y cubiertos para servirlo — señalando el lugar donde el alfa estaba apoyado.

— Oh, claro — se excuso el peliplata, abriendo la estantería a lo que el omega caminó hasta allí para recoger lo que necesitaba — Te ayudo con esto — las manos de Taehyung tomando una cantidad de platillos de porcelana y dispuesto a llevarlos hacia la sala.

— ¿Yeri te quedarás en casa? — cuestionó el omega sin mirarle y con un pequeño recelo en su voz. Cosa que Taehyung notó y casi le hace girar los ojos.

La omega negó, moviéndose de allí hasta alcanzar un vaso para beber agua — No, tan solo vine a buscar algunas cosas — dijo para luego caminar hasta el lavaplatos. Mientras los ojos del rubio le escaneaban inquisitivo.

— Está bien — Jimin dijo alargando un poco la última palabra mientras asentía. Caminando con los cubiertos hacia la puerta que daba al salón, seguido desde atrás por el alfa — No olvides pasar a despedirte — señalando finalmente antes de girar el pomo de la puerta.

El alfa sintiéndose un poco extraño por toda la situación, a lo que giró nuevamente hacia ella antes de salir — Yeri. Nuevamente gracias — indicando con sinceridad y pese a la enjuiciante mirada del rubio.

Yeri sonrió, tan solo asintiendo. A lo que Taehyung continuó caminando hacia la sala al lado del omega.

— ¿Qué fue lo que ha sucedido allí? — este lanzando sin cuidado y como era común en él. A lo que él alfa quiso reír por resultarle tan fácil leer al rubio.

— Nada de lo que debas preocupar Jimin — tan sólo respondiendo aquello y no entregando mayor importancia. Aún cuando el pelirubio le mirara con los ojos entrecerrados.

Tan quisquilloso como siempre.

Las risas provenientes del salón llamando su atención. Por lo que curioso de la razón por la que el ánimo de los alfas habia cambiado repentinamente, apresuró sus pasos, siendo seguido por el rubio que casi corría tras de él.

Su corazón sacudiendo con inquietud ante la esperanza de su lobo, deseando que aquella felicidad trajera consigo de regreso a su pelinegro.

Demasiado absorto, como para percatar del como su mente jugaba a engañarle. Y construía escenarios que difícilmente sucederían tan fácilmente.

Deseaba aquella ilusión.

Sus ojos parpadeando y mirando con dedicación la imagen del peliplata con la cachorra en brazos, riendo mientras hacía mosrisquetas y esta movía sus labios sonriendo. Gesto que por lo visto, había comenzado recientemente a hacer.

— Taehyung tienes que ver esto — dijo Chanyeol al percatarse de su ingreso al lugar — Seulgi tiene la misma sonrisa que el alfa Min — el peliplata nuevamente formando una cómica mueca para hacer sonreír a la rubiecita. Y esta respondiendo de inmediato y como si lo que este hacía era la mayor demostración de humor.

Taehyung rió — Si, tienes razón. Se parece a Marea — señaló con despreocupación, provocando la mirada curiosa de Yoongi — Aunque ese sentido del humor lo debe haber sacado de Jimin.

Todos allí rieron espontáneamente, ignorando al rubio alfa que preguntaba quien era Marea.

— En eso tienes mucha razón Tae — agregó el omega Min mientras costaba rebanadas de pastel y las servía sobre la delicada loza — Agradezco haya comenzado a sonreír, ya temía tener que lidiar con un mini Yoongi — el rubio alfa tan solo negando, mientras los demás reían por la queja de Jimin.

Sentándose por un momento para disfrutar del rico pastel que este había traído, a lo que Chanyeol había entregado la pequeña Seulgi de regreso a los brazos de su padre. Esta pareciendo ya tener hambre, expresándolo en pequeños quejidos. Por lo que Jimin había levantado su camiseta para alimentarla y mientras el mismo comía un poco de pastel.

— Taemin ha llamado por la mañana — mencionó Yoongi — Ha dicho que Hyejin se ha distraído mirando la televisión. Él hace poco ha comprado una y la cachorra parece estar fascinada con ella. Así como los maquillajes que mi hermano tiene guardados — Chanyeol sonrió, pesando un poco el hecho que llevaba semanas sin poder ver a la niña.

— ¿Irás a verla? — cuestionó Taehyung a su lado y mientras comía su pastel. Girando su rostro cuando escuchó al peliplata detenerse y negar con su cabeza.

— Todos saben de la existencia de mi cachorra y es algo que hemos hablado también hoy en el Consejo de clanes — Chanyeol suspiró recibiendo la mirada compasiva de Jimin — Mi lobo y yo estamos desesperados por verla, pero creo sería imprudente de mi parte. No sé si hay alguien siguiendo me en este momento y no lo voy a comprobar visitando a mi cachorra para luego arrepentirme de ello — señaló enfático, tomando una pausa mientras se mantenía pensativo — Además que debo encontrar donde tienen a Baekhyun primero que todo.

La mención del nombre del omega provocando un silencio en aquel lugar, a todos provocándole un mal sabor el mandato que había sido dado desde la Milicia Estatal.

— ¿Ya se sabe quien ha dado esa orden? — cuestionó Jimin a la vez que mantenía a su bebé en brazos e intentando tranquilizar el ambiente.

Yoongi resopló— Según los demás líderes de los clanes, ellos desconocen el origen. Pues es clara esa orden no ha partido de allí y eso es muy grave.

Taehyung miró al rubio — ¿Tú crees qué?

— Si Tae puede que estemos a portas de un Golpe de Estado — las palabras del alfa siendo severas y tajantes — Aquí hay personas con intereses moviendo las piezas para tomar el poder. Lo que necesitamos hacer, es descubrir quiénes son para saber a qué nos enfrentamos — el rubio dijo dejando a un lado su plato vacío.

— Yo lo único que espero es que tanto los Jeonu como los omegas y esos cachorros que se han llevado, estén a salvo — agregó despacio Hoseok y mientras sus ojos estaban dirigidos hacia los azulejos — Si llegan a lastimar a Baek yo...

— No sucederá — le interrumpió Chanyeol observándole fijamente y como si a través de ello le rogase que confíe — Baekhyun estará bien. Todos tienen que estarlo — sus ojos esta vez viajando hasta Taehyung, quien respondía asintiendo en silencio.

Lo cierto es que Taehyung sabía que sí algo llegase a sucederle al pelirrojo, aquello lastimaría tanto a su amigo que este no podría soportarlo. Su vida misma estando en riesgo al tener aquella unión y que ninguno se atrevía a mencionar.

Su lazo.

Y es que aunque Chanyeol no lo dijese, era claro que este podía percibir a su omega. Algo que causaba instintivamente recelo al lobo de Taehyung, pues él no podría saber en qué situación estaba en aquel momento Jungkook.

En su pecho posandose un pesar, al considerar que el pelinegro llegase a término de su gestación sin su presencia. Y temiendo por la seguridad tanto de su omega como se su cachorro, al jamás haberlo marcado.

Su lobo tal vez creyendo, que su alfa le había abandonado.

Que lo rechazaba.

Por ello sabía que debía encontrarle lo más pronto posible y así poder marcarlo.

Amarlo.

Juntos cuidar de su pequeño cachorro en Kima. O tal vez en Jeonu.

Viajaría donde fuese con tal de permanecer a su lado.

Era su destino. Su vida.

— El alfa Yong ha manifestado nuevamente su ayuda — pronunció Yoongi mientras caminaba hasta alcanzar a su bebé. La que había caído dormida luego de alimentarse — Aunque creo que la mayoría de los clanes ahora comparte nuestro mismo pensamiento.

— Eso es cierto, luego de que lo que sucedió en Jeonu se diera a conocer, muchos otros líderes han entregado su apoyo a la investigación — señaló Hoseok mientras tamborileaba sus dedos sobre el sofá — Pero esto se ha ido postergando entre cada Consejo y creo que debiesemos empezar a movernos por nuestros propios métodos.

Todos allí reflexionando en cuanto a ello, sabiendo que iban a tener que poner a alfas de cada clan y que muy posiblemente se enfrentarán a Militares Estatales.

Era algo que debían hacer.

— ¿Es cierto que la actual líder de Ishi es beta? — Jimin les había asaltado repentinamente con la pregunta, tomándoles a todos desprevenidos — ¿Qué? Lo pregunto sólo por curiosidad. Me parecería muy bien si fuese así, no es como si siempre tenga que ser un alfa.

Yoongi sonrió, mientras le apretaba suavemente una d ellas mejillas — Estás en lo correcto cariño. La nueva líder de Ishi es beta y es una persona sorprendente.

— Si, nos ha dejado a todos atónitos con sus argumentos — añadió el pelirrojo mientras sonreía — Es bueno que haya llegado al Consejo, a pesar de que muchos líderes no estaban de acuerdo en que ella tomara ese rol y haya tardado todo este tiempo en asumir su cargo.

— Creo que estaban un poco asustados. La verdad es que la chica no se parece en nada a su padre. Ese era un completo idiota — añadió el rubio alfa, recostandose más cómodamente en el sofá y con su cachorra sobre su pecho.

Taehyung se mantenía en silencio, temeroso de decir algo que pudiese romper el agradable ambiente que se había formado. Siendo certero para él, que Aiko era alguien con las capacidades suficientes para ser un líder. Más la arista de la cobardía que ésta había tenido años atrás, seguía manteniedole distante y dolido por ello.

— Por cierto Tae, hay algo de lo que debemos hablar — indicó Chanyeol mientras a su vez el sonido del timbre se oía.

— Yo abro— interrumpió Jimin, quien se levantó de allí a paso rápido y haciendo sonar los azulejos.

Chanyeol se acercó un poco más a Taehyung, aprovechando que tanto Yoongi como Hoseok conversaban entre ellos — He hablado con la líder Ishi — y Taehyung comprendió allí, él porque su amigo le había alejado del grupo — Ella ha sido muy amable y se ha mostrado muy dispuesta a colaborar con la información que tiene en su poder — el alfa asintió, esperanzado en que ello le llevara a saber dónde se hallaba Jungkook — Sin embargo hay un pequeño pero...

— ¿A que te refieres? — preguntó curioso a la vez que sus cejas fruncían de preocupación. Viendo cómo Chanyeol suspiraba cómo si no pudiese evitar aquello.

— Ella ha insistido en hablarlo contigo — le respondió el otro alfa deliberadamente, resignado a que Taehyung se molestase con él — Le he dicho que estabas en la Casona Min y...

Los pasos que provenían desde la entrada les hicieron mirar a todos hacia allá, a lo que Hoseok y Yoongi se levantaron de inmediato ante la sorpresa de la irrupción.

— Ella pregunta por Taehyung — señaló Jimin haciendo pasar a la chica donde todos estaban reunidos. Y en lo que el alfa sentía como su pulso aceleraba del nerviosismo.

— ¿Líder Ishi? — preguntando Yoongi casi incrédulo y haciendo reír a la beta por la interrogante.

— Buenas tardes alfa Min — esta diciendo con gentileza y observando a cada uno de ellos allí presente. Más deteniendo su atención en un alfa es especial.

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