• CAPÍTULO 38 •
Te recomiendo escuchar "Where's my love?" de SYML mientras lees este capítulo ✨
La veía dormir arrullada y con su cabecita reposada sobre sus piernas, mientras el peliplata intentaba una vez más quitarla de allí y recostarle sobre la cama que había sido preparada para ella. Sin embargo, la niña parecía reacia a alejarse y exigiendo contacto con él, habiéndole tomado como su imagen más cercana de apego en aquel lugar.
Pequeña cachorra.
Suspirando al sentirse resignado a dejarle descansar un momento más, sobre todo cuando podía evidenciar a partir de su naricita aún roja, lo difícil que había sido para ella que la alejasen de su clan.
— ¡Debes llevarla contigo Taehyung! — había gritado con desesperación el alfa, mientras caminaba en círculos en el gran comedor de la casona y se tocaba la barbilla con una de las manos.
Chanyeol podía percibir que todo el clan había reunido allí sólo para saber que estaba pasando y él detestaba los ojos curiosos. Más si estos involucraban a su cachorra en ello.
— ¡¿Acaso ustedes no tienen algo mejor que hacer?! — exclamó con fuerza, estando seguro el peliplata que su amigo aún se contenía, pues su cuerpo parecía temblar en contención de su frustración.
— Tan sólo te queremos ayudar Chan... — pronunció Hana en aquel momento, tomandole el rostro para contenerlo.
Su cualidad omega siempre siendo más acertada para calmar a un alfa, no viéndole como un adversario dentro de su estado de exasperación.
Aún así y a pesar de que ella también era cercana al alfa, Taehyung temió por su seguridad por un instante, por lo que había avanzado hacia ellos y evitar este le hiciese daño. Más se había detenido cuando vio cómo los ojos de Chanyeol se suavizaban y giraban hacia ella.
— S-se lo han llevado — le respondió luciendo ido, como si aquellas palabras las dijese para si mismo más que para la omega.
Todo parecía una pesadilla.
Y es que apenas Taehyung había sido informado de ello en su estadía en Min, este había regresado de inmediato a Kima. Con las manos trémulas y con el miedo asomándosele sobre el estómago y aún sin poder concebir la información que se le había entregado.
Baekhyun había sido sacado de Jung por orden Estatal, hecho que el alfa no asimilaba como real hasta que la voz comenzó a correr por cada clan.
"Todo omega involucrado con un alfa que no pertenezca a su clan, será tomado prisionero por orden del Estado. Así como cada cachorro mestizo, deberá ser entregado para enjuiciar su destino."
Y el peliplata se había sentido mareado, mientras la respiración se le aceleraba al pensar en la seguridad no sólo de esas personas y cachorros, si no que también en la de Jungkook. Desconociendo el origen de esta orden y necesitando de una explicación. Más sabiendo que esto ya no correspondía a él y requería Chanyeol se mantuviese firme y con el temperamento necesario para el próximo Consejo.
— ¿Donde está Hyejin? – por ello había preguntado con rapidez, observando cómo la mirada de su amigo que segundos atrás parecía perdida. Ahora le enfocaba con preocupación, más a la vez con un sesgo de esperanza.
— M-mi cachorra... — pronunció el peliplata como si intentase ordenar sus pensamientos —...ella está con Donghae — respondiendo con nerviosismo, asimilando lo que el alfa le pediría y que él debía hacer. Aunque el alma le doliese.
— Ve por ella. Volveré a Min con ella esta misma noche — y bastó aquello para que Chanyeol saliese de allí, viéndole asentir antes de ello y tomar una profunda respiración.
Estaba batallando consigo mismo.
Quizá incluso con su lobo.
—T-taehyung hijo... ¿estás seguro de esto? — le había señalado Seokjin, acercándosele evidentemente afectado por la situación — ¿N-no será mejor que permanezcamos j-juntos? Quizá si todos nos oponemos...
— No papá — había respondido tajante y con seriedad — No me arriesgaré a ello y permitiré que se lleven a Hyejin al igual que hicieron con Jungkook — el pecho quemandole ante aquella mención, no teniendo la intención de ser irrespetuoso pero no pudiendo evitar la impotencia que sentía su lobo. Reconociendo que sus malas decisiones habían también incidido, en que el omega no estuviese allí junto a él.
Un suspiro escapando de sus labios, cuando vio a su padre bajar la mirada con la clara culpa develandose en sus ojos. Acercándose hasta él sin decir nada, salvo acariciarle el hombro por un momento —¿Has sabido algo de Jongin? ¿Has hablado con papá? — la pregunta habiendo tomado desprevenido al omega, quien tan solo había negado en silencio. Seguramente por la vergüenza que causaba en él, el accionar de ambos.
Jongin había regresado a la Milicia días atrás, a lo que Namjoon había acompañado para luego supuestamente regresar. Insistiendo que necesitaba dejar en buenas condiciones allí a su hijo, cosa que a Seokjin no había llamado grandemente la atención. Cuando este era tan aprensivo y también gustaba de involucrarse en los asuntos de sus hijos.
El omega no consideró tratase de algo más.
No hasta que se enteró de lo que comenzaba a suceder en diferentes partes del Estado.
— Jongin no sería capaz de hacer algo así papá — añadió el alfa sin cuidado. Ya harto de hablar a escondidas de situaciones que se volvían cada vez más reales — Debemos confiar en él — y para Taehyung fue clara la aflicción de su padre. Al no señalar nada respecto a Namjoon, no sabiendo siquiera que esperar de él luego de todo lo acontecido.
— Tu padre no es una mala persona — había agregado despacio Seokjin. Un murmuro que el peliplata había oído, pero que sin embargo ahora decidía obviar, caminando hasta donde Hana se encontraba.
— ¿Crees estarás segura aquí? — habría preguntado a la omega, siendo conocedor de la relación que comenzaba a tener con Hoseok. Pero que desconocía cuanto de ello sabían en el Consejo — Tú sabes que si estás asustada...
— ¿Por quién me tomas Tae? — respondió esta en medio de una sonrisa que parecía haberse formado para calmar el ambiente — No soy una omega que espera en su castillo por ser salvada — el peliplata negó con su cabeza, respondiendo a su sonrisa — Además de que esas personas no tienen porqué estar enterados de con quien me acuesto y quien no.
El alfa rió ante ello, escuchando como los murmuros a su alrededor no se hicieron esperar y que obviamente poco importaron a Hana. Relajando un poco sus hombros al escucharla de tan buen ánimo y siendo real que nadie podría acusarle de algo, que sólo algunas personas dentro del clan sabían hasta aquel momento — De todos modos sabes que puedo venir por ti apenas me lo pidas. No dejaré nadie te ponga una mano encima — le había señalado con claridad.
— No te preocupes por mi Tae, tan solo cuida de Hyejin — este asintiendo, asimilando el peso de sus palabras cuando escuchó el llanto entre sollozos de la cachorra. Su rostro girandose hasta encontrarse con la imagen de Chanyeol, quien traía a la pelirroja en sus brazos.
La niña aferrada a su cuello y no pareciendo querer soltarse de allí, con su pecho sacudiendo y su vocecita gimoteando de angustia.
— Hyeji-in no quiere dejar a p-papá — pidió esta sin dejar de llorar, mientras el peliplata dedicaba a acariciar su espalda y olisqueaba un poco sobre su ropa.
Taehyung podía ver la mirada rota de Chanyeol, pero sabía este evitaría quebrarse a cómo de lugar delante de la niña.
— Tan sólo será un tiempo b-bebé — el alfa diciendole con cuidado, así poder calmarla aún cuando él poco se sentía de esa manera. Sintiendo cómo la pelirroja se retiraba un poco de su pecho y le tomaba el rostro con sus manitos pequeñas.
Sus ojos y su nariz húmeda, coloreados de pesar y miedo en color escarlata.
— Entonces Hyejin q-quiere ir con papá Baek. Llévela con papá Baek P-por favor — la cachorra dijo en una súplica que a todos les hizo sentir el pecho apretado, tan solo permaneciendo en silencio y bajando sus miradas.
Chanyeol negó — P-papá Baek no puede en este momento bebé — señaló con suavidad, acercando su frente junto a la suya y percibiendo el suave aroma de su cachorra — Prometo ir a ver a Hyejin pronto. L-lo prometo — dijo apretandola fuerte contra si, mientras Donghae llegaba con el bolso que acababa de preparar para la niña.
— He guardado c-comida para ambos — indicó el beta, entregando el equipaje en las manos de Taehyung. Las relaciones entre los dos no estando del todo bien, pero si manteniendo el debido respeto para no estropear la convivencia al interior de clan.
Se sentía agradecido por ello.
— N-no Hyejin no p-puede — intentaba pedir la niña, mientras su padre tan solo negaba con la cabeza consumiendose el dolor que aquella despedida le provocaba.
— P-prometeme que le cuidarás — suplicó el alfa, que en aquel instante lucía como un pequeño cachorro, sosteniendo con fuerza a la pelirroja.
— Como si fuese mía — había agregado Taehyung, jurandose a sí mismo que sería de esa manera. Aún si ello ponía en riesgo su propia vida.
Chanyeol estaba entregando lo más valioso que tenía y lo estaba haciendo en base a la confianza que ambos desde niños habían construido.
Jamás permitiría romper aquello.
— Creo que necesitas ayuda ¿verdad? — la voz del omega le sacó de sus pensamientos, no dejando de pasar su mano por sobre la frente de la niña.
Su lobo instintivamente pretegiendole, al saber que la cachorra no tenía a sus padres cerca, pudiendo oler como esta desprendía un aroma a orfandad. Seguramente con ello buscando que le acogiese y cuidase de ella.
— Si, es s-solo... — respondiendo entre el aturdimiento y aún conmovido por el actuar de la pelirroja —... no he logrado acostarla bajo las mantas. Dudo pueda dormir sin alguien a su lado.
Y es que Taehyung desconocía si esta era capaz de aquella independencia. Recordando que Jungkook, había sido la única persona con quién esta había dormido sin contar a su padre.
Temía dejarla sola en esa situación.
— Si quieres puedo quedarme con ella por un momento. Yoongi está con la bebé abajo, acabo de alimentarla y se ve que a ti te vendría bien beber algo caliente — el omega le había señalado, mientras se aproximaba hasta él. Observando como este llevaba puesto un camisón y su cabello caía sobre sus hombros, sin estar trenzado como solía verlo.
Era pasada la medianoche, por lo que toda la casa Min estaba dormida al momento de su llegada. Habiendo irrumpido incómodo por el horario de su llegada, más habían sido recibidos gratamente. Sin siquiera preguntar demasiado, comprendiendo solo en silencio la razón por la que traía consigo a la niña.
El alfa suspiró en medio de una asentimiento. Siendo sincero en que el cansancio de haber estado viajando, prácticamente durante todo el día, le había agotado. Más necesitaba del al menos unos minutos, para poner en orden sus pensamientos.
Por lo que como pudo retiró a Hyejin de sus piernas, la que entre quejidos le había liberado, aferrándose enseguida al omega y apenas este había ocupado su lugar.
— Pequeña cachorra — había dicho Jimin con cuidado, mientras está arrullaba casi sobre él. Cubriendole un poco con las mantas, temiendo que su cuerpo entumeciera aun cuando llevaba todavía su ropa puesta.
— Ustedes los omegas...todo pareciese tan fácil para ustedes — dijo el alfa, sintiendo admiración hacia el pelirubio y quien había reído discretamente a ello.
— No es algo de omegas Tae, es algo que aprendes. Si lo deseas claro — señaló Jimin besando sobre la sien de la pelirroja — Cuidar un cachorro no es fácil y ha de ser la tarea más compleja para alguien. Pero lo básico es tener amor para él, pues los errores irán y vendrán inevitablemente. Pero el afecto permanece siempre.
El peliplata se mantuvo en silencio, sin decir algo más al sentir que su cuerpo se estremeció ante las palabras del omega. Añorando poder vivir aquello y equivocarse miles de veces, pero junto a Jungkook.
— Ve a beber algo Tae, estaré aquí si ella despierta. Aunque dudo vaya a ser de ese modo, se ve que también está muy cansada — los ojos de Jimin viajando hasta la boquita entreabierta de la pelirroja, la que suspiraba cada tanto entre sueños — Lo encontraremos Tae — había interrumpido el omega, mientras Taehyung ya abría la puerta para salir de aquella habitación — A él y tu cachorro.
Y el peliplata había asentido en medio de una sonrisa, percibiendo que el rubio era sincero en aquel momento y a pesar del cómo este había llorado días atrás cuando había comunicado la noticia y mientras le golpeaba el pecho.
Le había odiado.
Y aunque Yoongi había deseado detenerle, el peliplata tan solo había permitido que lo hiciese. Ambos necesitando que el omega vaciara su tristeza sobre él y considerando que de alguna manera también se lo merecía.
Jimin había llorado durante todo aquel día, debiendo ser ayudado por su alfa para cuidar a la cachorra. Y es que su omega lo había resentido tanto habiendo hecho el dolor de Jungkook como propio, lo que le había hecho casi enfermar.
Su disgusto había tardado días, a lo que Taehyung solo le había dejado para que aquello sanara. No pudiendo eludir el pesar que sentía, pues no quería perder a su amigo, necesitando que este fuese su contención para no desistir en la búsqueda del pelinegro.
Jimin estaba de vuelta.
Aquello dentro de todo le tranquilizaba.
— Mira quién viene ahí bebé — señaló el rubio alfa, mientras mecía a la pequeña cachorra acomodada sobre su pecho y dando suaves golpecitos con su palma sobre su espalda. Esta con sus ojitos un poco adormecidos y con su boquita color rosa estirada, luciendo satisfecha al haber sido recién alimentada.
Taehyung sonrió ante la imagen, percibiendo como su lobo olía alerta ante la presencia de la rubiecita. Su parte animal buscando por instinto a su propio cachorro, controlando su propia ansiedad por tomar a la bebé en sus brazos.
— Ven Tae, Jimin ha dejado agua caliente para ti — indicó Yoongi, pareciendo haber notado su aletargamiento. Acercándose junto a la cachorra a la mesita de centro y donde allí había dispuesto leche, frutas y rebanadas de pan. Acompañadas de la fina loza del clan Min.
— Lamento haber regresado sin avisar y a estas horas de la madrugada. Fue una rápida decisión y tan solo pensé en la seguridad de la cachorra — dijo el peliplata con notorio cansancio marcado en su voz. A la vez que servía un taza con agua, la que esperaba estuviese lo suficientemente caliente para calentar su cuerpo.
Se sentía extrañamente frío.
— No tienes que disculparte por eso Taehyung. Sabes que acá en Min estimamos mucho a tu clan y no dudaremos en resguardarlos, sobre todo si hay cachorros involucrados — el rubio le señaló son seguridad, a la vez que la bebé refunfuñaba despacito acomodándose sobre él.
— ¿Hoseok? — preguntó Taehyung con celeridad al recordar al alfa repentinamente. Este apenas había llegado a Min, cuando todos habían sido informados de lo que estaba sucediendo al interior del Estado. Razón por la cual su hermano Baekhyun, había sido sacado de su clan aprovechando seguramente su ausencia.
— Él ha viajado a Jung de inmediato y apenas te has marchado — Yoongi dijo para luego suspirar — Intenté permaneciera aquí, pero estaba realmente alterado y tan solo le dejamos ir. Jamás le había visto de esa forma.
Taehyung bebió un poco de su taza, manteniéndose pensativo y comprendiendo el actuar del alfa — Chanyeol estaba del mismo modo. Él me ha rogado me llevase a Hyejin y no se si ha sido la mejor decisión alfa Min, mantenerlo lejos de su cachorra en un momento así... — su cuerpo temblando un poco ante el inevitable miedo que le embargaba —... Pero era tan riesgoso dejarle allí, expuesta al mismo destino que su padre. El mismo destino que Jungkook.
El rubio guardó silencio por un momento, a la vez que sentía su bebé relajaba entre sus brazos — Chanyeol es un alfa fuerte. Y Jungkook a pesar de ser un omega, ha llevado el liderazgo de su clan como si tratase de uno de nosotros — señaló el rubio — Por favor mantén tu confianza en ambos y aleja los malos pensamientos Taehyung.
— Lo se, lo sé. Intento concentrarme en ello sabes — le respondió con la angustia contenida bajo su pecho — Pero me es difícil no sentir miedo. Más ahora cuando todo ha comenzado a volverse confuso y no se que pretenden con todo esto — su mano pasando exasperada sobre su rostro — No sólo yo y Jungkook estamos siendo lastimados con todo esto. También ahora Chanyeol, Baekhyun, la pequeña Hyejin. Cientos de cachorros y omegas están siendo separados en este momento y eso es algo inhumano Yoongi. Sencillamente mi cabeza no comprende quién es capaz de provocar tanto dolor y cual es el objetivo de esto.
Su pecho subía y bajaba con rapidez, desesperando en medio de la calma que había sentido minutos atrás. Pero que ahora le resultaba desconocida, cuando lo único que deseaba en ese instante era llorar de impotencia, sintiendo rabia hacia sí mismo por no anteponerse ante los hechos.
Si tan solo hubiese detenido a Jungkook.
Si no hubiese sido un cobarde.
— Lo estás haciendo otra vez. Deten esos pensamientos — la voz del rubio resonó entre sus pensamientos, alzando su mirada hasta encontrarse con los ojos apacibles del alfa.
Yoongi siempre había tenido esa extraña mirada, tan calma y diferente a la suya.
— Lo lamento — dijo. Sin embargo el rubio negó, levantándose de su sitio y ubicándose frente a él.
— Ten, carga a mi cachorra — pidió Yoongi a lo que Taehyung le miró confundido — Ella ya ha de extrañar que su tío Tae le cargue y ya ha de desconocer tu aroma — el peliplata asintió, permitiendo este ubicara a la cachorra entre sus brazos. Corroborando que en ella ya se notaban sus cinco meses de nacida, marcandose estos en sus regordetes y rosados cachetitos.
Y sonrió. Viendo como esta movía su naricita con suavidad, seguramente identificando que ya no era papá quien le cargaba. Más no mostrando ningún rastro de molestia en su rostro y volviéndose a dormir
— Dicen que los cachorros tienen el don de entibiar corazones — añadió Yoongi, con la mirada atenta a la pequeña bebé — Cuando hemos perdido algo valioso, estos adormecen el miedo y nos tranquilizan. Y aunque el dolor permanece allí, nos ayuda a lidiar con ello.
Taehyung se mantuvo callado, como si temiese a despertar a la cachorrita en desconocimiento de su voz. Tan sólo disfrutando de aquel pequeño momento, que el alfa estaba regalando.
— Jungkook le tiene a él — señaló el rubio — Tu cachorro no permitirá que se suma en el miedo y le dará la fortaleza necesaria para volver a ti. Para que tu y él se vuelvan a encontrar — el sonido del timbre les hizo voltear el rostro a ambos alfas. Sin embargo el rubio continuó hablando, a la vez que se dirigía hacia la puerta —Confía en ello Taehyung. Confía en eso amigo.
Los ojos del peliplata viajando hacia la cachorra, percibiendo el dulzor suave de su aroma y observando como esta permanecía apacible y con sus manitos apretadas. Indiferente y despreocupada de todo lo que sucedía a su alrededor.
Escuchando como a lo lejos, delicadas pisadas se oían sobre los azulejos. Asomando entre el marco de la puerta, Yoongi junto a aquel gentil omega.
— Buenas noches alfa Taehyung — dijo este con la agradable gracia que le caracterizaba. A lo que el peliplata respondió esbozando una sonrisa — Oh ¿es mi dulce Seulgi? — señaló el omega aproximándose, a lo que Taehyung se levantó con la cachorra en brazos y permitiendo éste la tomase entre los suyos.
— Con Jimin pensamos que lo mejor será enviar a Hyejin con mi hermano — Yoongi indicó a lo que el peliplata comprendió la razón de la presencia del omega — Taemin vive en el lugar más seguro dentro de Min, lo más indicado es que permanezca a su lado mientras su vida corra peligro.
❀
Había perdido la noción del tiempo que había permanecido allí, mientras percibía como la suave caricia pasaba sobre su cabello. Sus manos entumecidas aferradas a sus rodillas desnudas, calentando de a poco su piel al tacto con la de ella. Sujetando con fervor, el pequeño trozo de tela que Aiko había regalado a él.
Tan cálido.
Su garganta y ojos aún doliendo debido al llanto, no logrando evitar el dolor de la pérdida. Y el miedo que le provocaba verse desamparado y sin él. La imagen que durante toda su vida había sido la más fuerte y casi invencible a sus ojos de niño.
Toda su valentía y personalidad desafiante, debiéndosela a él. Lo que había enseñado para jamás sentirse inferior frente a un alfa, habiendo puesto su confianza sobre sus hombros.
Su padre había perdido la vida.
Más bien se la habían arrebatado.
Su madre relatando el cómo había defendido Jeonu, luego de que a él le hubiesen sacado a la fuerza de allí. No dejándose en ningún momento intimidar por el miedo o las armas de fuego sangriento que traían consigo los afuerinos.
En Jeonu desconocían aquello, tan sólo manejando armas útiles para cazar animales. Presas pequeñas y que difícilmente le lastimarían tanto, como las que llevaban aquel día quienes les habían invadido.
Le habían atravesado el pecho.
Jungkook encogió ante ello, cuestionandose el cómo su madre podía tolerar semejante dolor, cuando su propio estómago se sentía revuelto y su cuerpo parecía demasiado débil como para siquiera levantarse. Percibiendo cómo su madre le llenaba la nuca de besos, mientras él no podía dejar de pensar en la imagen del cuerpo de su padre, tendido sobre el suelo.
Frío y sin vida.
Dudaba mucho una ceremonia hubiese habido para él, temiendo preguntar a su madre por el hecho de herirla aún más. Girando su rostro hacia ella y observar como sus ojos cansados, relataban todo el sufrimiento vivido durante aquellos meses.
Acariciandole el rostro con cuidado, como si le asustase el hacerle daño. Viéndola tan frágil y despojada de todo lo que le hacía sentir orgullo.
Los habían arrancado de raíz, habiéndolos alejado de todo lo que les hacía ser en el plano físico.
Todo lo que cobraba sentido a su existir.
— Todo pasará bebé — le señaló su madre, a la vez que él suspiraba aún con la garganta doliendole. Sintiendo como los rayos de luz de la mañana, se dejaban asomar por los bordes del marco de la puerta. Y por un pequeño agujero que había sobre ellos.
¿Cuántos días llevarían allí?
La pregunta rodó sobre él, temiendo qué el paso del tiempo, se hubiese llevado a más de alguno luego de salir de Jeonu. Asimilando que todos quienes en aquel momento le rodeaban, no superaban la cantidad de cien. Tal como Aiko se lo había mencionado.
Estos habiendo despertado a medida aquel sitio aclaraba, arrodillandose y rindiendo ofrenda apenas se percataron de su presencia. El sonido en sorpresa, dando a entender al pelinegro que la mayoría de ellos no esperaban estuviese vivo.
Era sólo un omega al fin y al cabo.
Sus ojos cerrando con fuerza, aspirando nuevamente el aroma de su madre como una forma de tomar fuerza para lo que venía. Tomando de su mano y levantándose junto a ella de allí y enfrentandoles.
— Estoy de regreso — diciendo en casi un suspiro, como si el oxígeno le faltase al momento de hablar. Recibiendo en respuesta a sus palabras el llanto de todos, como si su presencia hiciese verídico lo sucedido.
Lo volviese tangible.
Intentando dar consuelo y haciéndoles creer que todo estaría bien, cuando apenas podía esconder la seguridad de ello.
— ¿J-jungkook? — deteniendo su acción cuando aquella voz se escuchó entre la penumbra. Asimilando que está siempre era tardía en levantar por las mañanas — ¿Eres t-tú? — preguntó ella. A lo que él omega apenas asintió cuando percibió su abrazo sobre su cuerpo. Sintiendo su pecho sacudir al igual que él debido al doloroso llanto — D-diosa Luna eres real — pronunció la omega, sintiendo como su madre se unía a su abrazo y los tres sollozaban despacio ante el reencuentro.
— Te he extrañado Y-Yongsun — sus labios tartamudearon, mientras la pelinegra le sostenía con firmeza. Quizá al igual que él, habiendo añorado tantas veces aquel momento. Percibiendo su piel tibia y agradeciendo, esta no pareciendo estar enferma, a pesar de lo delgada que se encontraba.
Esta de pronto alejándose y calmando repentinamente su llanto, observando como esta abría sus ojos muy amplios y alarmados — Jungkook t-tú... — señaló sin acabar la oración, llevando sus ojos hasta su vientre y constatando la duda que le había hecho sobresaltar.
El omega comprendiendo la curiosidad de Yongsun, tan sólo permitiendo esta obtuviese la respuesta en la pequeña panza que comenzaba a asomar. Distinguiendo cómo su madre apretaba su mano y la llevaba hasta sus labios, besándola con suavidad y de alguna manera, dandole a entender su dicha por su cachorro.
Gracias deseó decir, asimilando esta no preguntaría demasiado, ni indagaría mucho en el como había sucedido. Creyendo Jungkook, incluso ella sabía ya las respuestas sin siquiera preguntar.
Sin embargo, para su prima claro no sería del mismo modo.
— ¿T- te han lastimado? — cuestionando con rapidez y con la rabia sobre la punta de su lengua — M-maldición Jungkook ¿un alfa te ha tomado sin tu consentimiento? Ha dejado un cachorro en ti y...
— Shhh, tranquila Yongsun — pidió el pelinegro llevando una de sus manos para acariciarle el rostro — Nadie me ha hecho daño...
— Pero estás en cinta y...
— Me he enamorado — dijo con seguridad, haciendo la omega calmase enseguida — Y ese alfa es la persona más gentil que he conocido. Ha sido él quien ha cuidado de mí todo este tiempo, por lo que no hay modo me haya lastimado.
Yongsun le observó con sorpresa y tal vez con muchas preguntas en su cabeza pensaba Jungkook — ¿Es un alfa de otro clan verdad? ¿Que digo? Es evidente que es de esa manera — Esta pasó su mano por su rostro, aun temblando un poco por toda la información. Y Jungkook podía sentir, había un poco de miedo allí.
— ¿Cuánto tienes cariño? — está vez fue su madre quien había preguntado, percibiendo cómo los ojos de la omega aún estaban sobre él.
— Cuatro lunas mamá — respondió Jungkook, tranquilizandole el que su madre entregase una sonrisa para luego tocar su pancita con cuidado.
Su cachorro aún no había movido en su interior, más podía creer este había reconocido el toque de su madre. Pues había sentido una sensación dulce sobre su pecho y su corazón había latido como si lo hiciese por dos.
— Tu cachorro trae consigo herencia Jeonu, puedo ver la tierra bajo sus piececitos — había dicho repentinamente su madre — Más también trae consigo al océano junto a las estrellas en sus ojos.
Aquello le hizo parpadear, intrigado del origen de las palabras de la omega. Decidido a preguntar cuan cierto era lo que estaba diciendo y sabiendo la clarividencia que la mujer llevaba consigo a— M-mamá ¿cómo sabes qué... — más aquello se vio interrumpido.
— E-ellos no pueden saberlo — había señalado nerviosa Yongsun, mientras le tomaba desde el brazo — T-tia ellos no pueden saber que J-jungkook espera un cachorro — esta volteando hacia la omega mayor, suplicando para que aquello no aconteciera.
Y Jungkook comprendía, pues sabía que nadie podía enterar él gestaba un bebé de un alfa de otro clan. Más creía allí había algo más y de lo que él no estaba informado.
— Calma Yongsun, ellos no tienen porque saberlo — intentó tranquilizarlo su madre.
— P-pero le revisarán y Diosa Luna, ellos l-lo notarán. Usted sabe lo que puede p-pasar — gimoteó Yongsun, algo que hizo que Jungkook preocupara.
— ¿A que te refieres con eso Yongsun? — preguntando despacio, más en su voz había incertidumbre. Cosa que hizo llevase una de sus manos sobre su vientre, la misma que empuñaba el pañuelo con el aroma de Taehyung.
Su lobo sintiendo que por alguna razón le necesitaba.
La omega acercándose a él con sus ojos brillantes, estando seguro se debía a un incipiente llanto. Percibiendo está tomaba su mano libre — E-ellos no permiten hayan más Jeonu, ellos... — la pelinegra paso saliva a través de su garganta, sollozando con su mirada hacia abajo —... ellos te sacarán al c-cachorro si lo descubren.
¿Sacarlo?
— N-no entiendo... — pronunció perdido y sintiendo sus rodillas se volvían trémulas creyendo caería. La respiración volviéndose entrecortada, como si el faltase el aire.
— ¡Ellos harán lo matarán antes de que nazca J-jungkook! — respondió la omega alterandose y levantando su voz — Al igual que han hecho con todos los demás omegas...al i-igual que hicieron c-conmigo...
Aquello bastó para que el pelinegro le hiciese levantar su rostro — ¿Q-que estás diciendo Yongsun? — eso no podía ser verdad quiso creer, mientras el estómago le dolía de angustia y su cuerpo estremecía.
La omega tan solo negando, mientras su madre le abrazaba para consolarle. Percibiendo cómo su lobo corría con exasperación y parecía no saber dónde ir.
No por favor.
El aire resultandole pesado, siendo ajeno a la expectación de todos allí y que había surgido luego de la exaltación de su prima.
Eso no podía ser verdad.
— Yo no c-corrí con tu misma suerte Jungkook — señaló la pelinegra, a la vez que un nudo se formaba en su garganta — No t-todos los alfas son gentiles c-como el t-tuyo...
— ¡Basta! — exclamó en un grito doloroso que le hizo querer vomitar, aproximándose hasta la omega y tomandole el rostro con sus manos — D-dime que no es verdad — pidió con desazón, asimilando que en aquello no había ninguna mentira. Más deseando ella le mintiese — P-por favor.
La suave risa que provino de la boca de la omega, le hizo creer que estaban en Jeonu. Cuando ambos eran aún adolescentes y compartían un secreto oculto de los adultos.
— Cómo d-desearía no fuese real — señaló esta finalmente, lo que hizo que el omega se aferrase a ella perdiendo la fuerza que tenía en sus piernas. Percibiendo cómo las manos le temblaban y apenas podía sostenerse de la pelinegra. Oyendo de pronto como fuertes golpes se oían desde el exterior — N-no Jungkook, debes levantarte. Son ellos — dijo Yongsun mientras el apenas era consciente de cuando esta había tirado de su cuerpo hacía arriba y siendo ayudada por su madre. Sintiendo como su prima le tomaba el rostro — E-escuchame, mantente quieto y ellos no t-te notarán.
El omega no siendo capaz de asentir y tan sólo permitiendo su madre le arrastrase hacia atrás del grupo. Cada Jeonu poniéndose de pie y como si esperasen a los visitantes, pareciendo estuviesen acostumbrados a dicha rutina.
— M-mamá, me duele — habló el pelinegro bajito, mientras una de sus manos estaba puesta sobre su pecho, sintiendo apenas podía respirar. Recibiendo la presión que su madre hacía sobre la mano que unía a la suya. Alzando la cabeza para poder observar como su prima se perdía a uno de los costados del grupo.
¿Como habían podido lastimarla de esa manera? Su piel heló ante el pensamiento, a la vez que reprimía sus sollozos.
Yongsun siempre había cuidado de él, teniendo el temperamento necesario para no permitir le faltasen el respeto. Había admirado aquello desde que era un niño y se escondía a sus espaldas cuando los demás le molestaban.
¿Por qué él nunca le había cuidado a ella?
¿Por qué había permitido esto sucediera?
—Y-Yongsun — pronunció a la vez que su cuerpo quería enconger y acurrucarse. Percibiendo cómo su vientre endurecía ante la tensión y el sufrimiento que todo le estaba provocando.
— T-tranquilo cariño — señaló su madre, más tono de su voz lo hacía sonar más como una súplica. Un modo de pedirle que se mantuviese en silencio y así no llamase la atención de los alfas que comenzaban a hacer ingreso.
El sonido de las pisadas haciendo eco en aquel lugar, procurando presionar sus labios mientras el corazón le latía con fuerza. Añorando tanto volver a ser un niño y adquirir la valentía en aquel entones, para haber cuidado de la omega una vez ambos crecieran.
Si tan solo hubiese sido alfa.
Respirando profundo ante el pesar que sentía, manteniéndose firme tan sólo de la mano que le mantenía unido a su madre. Pasando saliva a través de su garganta, cuando se percató de la cercanía de aquellos pasos y el aroma intenso de aquellos alfas.
Quiso vomitar.
— Vaya. Parece hoy es un buen día en Jeonu — dijo uno de ellos, ocasionando los demás riesen a carcajadas. A lo que Jungkook como pudo levantó su mirada, intentando entre medio de todos observar a los visitantes — ¿Tienen hambre el día de hoy? — preguntó con ironía, algo que hizo alarmar al pelinegro. Más aún cuando escuchó un sollozo provenir de cerca del alfa — Pues agradezcan a esta omega. Hizo tan bien su trabajo por la noche, que hoy tendrán que comer.
Y Jungkook pudo mirar como una de las omegas más jóvenes de su clan, era arrimada junto a ellos, mientras lloraba desconsoladamente y era abrazada por Yongsun.
El pecho le ardió. Empuñando su mano libre y sintiendo el pañuelo de Taehyung continuaba allí. Queriendo gritar y golpear hasta al cansancio a cada uno de los alfas que en aquel momento reían.
— Esperen... — señaló repentinamente el alfa al mando, con su voz autoritaria y que hizo la piel de Jungkook hormiguease —... ¿Huelen eso? — preguntó con interés y mientras fruncía su ceño — ¿Acaso hay un omega preñado aquí?
Aquello hizo el pelinegro bajase su mirada, a la vez que comenzaba a temblar. Más esta vez estaba seguro no era el frío el causante, si no el horrendo miedo que le invadía.
Alfa.
— Revísenlos — la orden dada fue motivo para que su madre de inmediato se ubicase delante de él, mientras sus oídos se llenaban de pisadas y gritos de omegas que eran tironeados para su revisión. A lo que él tan solo atinó a cubrir su vientre con una de sus manos, a la vez que pequeños colmillos asomaban por instinto en su boca.
No permitiría le lastimasen.
No dejaría que le arrebatasen a su cachorro.
Lucharía si era necesario. Aún si su vida se fuese con su bebé, prefería aquello a sobrevivir y saberlo perdido.
Un fuerte grito de una omega, haciéndole voltear su cabeza hacia un costado. Donde un alfa Jeonu se resistía a revisasen a su pareja, recibiendo un fuerte golpe de parte del alfa que llevaba la misma ropa que aquellos alfas que lo sacaron de Kima meses atrás.
Observando como el alfa de rojizo cabello llevaba su nariz hasta el cuello de la omega y olisqueaba allí mientras está pataleaba.
Por favor Diosa Luna.
Sintiendo su estómago dolía cuando vió como esta comenzaba a llorar desgarradamente.
— Preñada — indicando el alfa, mientras tiraba de ella con dificultad y su alfa era sostenido por otros, impidiendo que pudiese ayudarla.
Jungkook comenzó a llorar, no pudiendo evitarlo al presenciar aquello. Imaginando había sido lo mismo que Yongsun había experimentado.
El mismo dolor.
Y a lo mismo que él estaba expuesto en aquel momento.
— ¿Acaso no piensas moverte? — escuchó qué uno de ellos dijo a su madre, sintiendo que conocía aquella voz — ¡He dicho que te muevas omega! — la voz de mando haciéndole sobresaltar, percibiendo sus ojos lagrimeaban como si su lobo comprendiese lo que estaba por suceder.
Levantando su cabeza para enfrentar a aquel alfa, quien había empujado a su madre hacia un costado.
Tú.
Reconociendo enseguida aquellos ojos.
A aquel alfa frente a él.
Sus fosas nasales expandiéndose cómo si no pudiese concebir lo que veía, mirando hacia su estómago y corroborando sin necesidad de olerle, el estado en el que se encontraba.
— ¿Jongin sucede algo? — preguntó el alfa que los ordenaba, seguramente curioso al no poder divisar bien la imagen del pelinegro entre la multitud.
Jungkook apretó sus dedos, mientras el peliplata le acercaba a él y ubicaba su nariz sobre su cuello. Deseando pedir no le hiciese daño. Rogar si era necesario.
Más las palabras habían quedado atascadas en su pecho, mientras no podía dejar de temblar por la forma en que el alfa se había acercado a aquella zona tan íntima para su lobo.
— Maldito omega — pronunció el alfa en un murmullo sobre su oído, a la vez que Jungkook cerraba sus ojos ante el temor que le provocaba su presencia. Siendo alejado de golpe y tan sólo esperando el alfa hablase, para defenderse como su condición de omega se lo permitiese.
Pequeño cachorro.
Más su lobo descolocó ante lo que escuchó, agradeciendo en el fondo las inesperadas palabras que habían salido de la boca del alfa.
— ¡Sin cachorro aquí! — la voz del peliplata fuerte y clara —¡Este omega no está preñado!
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