• CAPÍTULO 35 •
Te recomiendo escuchar "Vaka" de Sigur Ros mientras lees este capítulo ✨
- Él no ha q-querido hacerlo - le había dicho la voz trémula de su padre, quien llevaba sus ojos oscuros bajo ellos y le apretaba la mano con suavidad - E-estaba llorando y apenas reaccionó cuando Namjoon ha encendido la l-luz, como si...c-como si hubiese d-deseado que se lo llevasen - el alfa tan solo limitándose a presionar sus labios entre sí, procurando que aquel dolor entre su garganta no saliese de allí - L-les he suplicado que n-no dieran aviso y viesemos que sucedía. J-jungkook temblaba y y-yo... - un sollozo más audible fue emitido por el omega. Un lamento desgarrado que había llamado la atención también de Donghae, quien le acompañaba sentando en silencio y a un costado de su padre -... lo único que p-podía pensar era en su c-cachorro.
Y Seokjin se había aferrado a su pecho, sollozando y sacudiendo fuertemente mientras dejaba aquello escapar.
Él lo sabía. Parte de su naturaleza omega había dado a conocer la existencia de su bebé. A lo que Taehyung comprendió, aquello estaba lastimando como un gran remordimiento a su padre.
Se sentía culpable.
- L-lo siento hijo mío, y-yo n-no he podido evitar que lo alejasen de Kima - el alfa movió una de sus manos por detrás de la nuca de su padre, asimilando el cómo su lobo resentía aquello.
Seokjin era la razón por la que su omega no estaba allí.
¿En realidad tenía la culpa?
Negó mentalmente, sosteniéndose de su razón, esclarecido entre lo mareado que se sentía con aquellas ideas en aquel momento y entendiendo que la decisión había sido de Jungkook. Aunque su motivo aún no lo tuviese del todo claro.
¿Por qué lo has hecho?
¿Por nos has hecho esto?
- E-estoy tan asustado T-taehyung - levantó su torso repentinamente y el alfa pudo sentir la caricia de su padre sobre una de sus mejillas - J-jungkook él... e-está desprotegido y n-no se cuales son lo planes que esas personas tienen con él. Y d-diosa luna,... - tragó saliva-... él está en c-cinta hijo - un nuevo sollozo rompiendo en lo profundo del pecho del omega. Mientras que para Taehyung no podía ser indiferente el silencio de Donghae, quien se mantenía con su vista al frente y pudiendo éste tan solo ver su perfil. Sin embargo, no pudiendo descubrir en qué estaba pensando el beta en aquel instante.
- Shhh - intentó el alfa calmar con tersura al omega, acogiendole sobre su pecho y besándole la sien. Sopesando su propio dolor y recibiendo el de su padre, para así alejar su angustia y su miedo.
Aunque él mismo estuviese también tan asustado como él.
Necesitaba tanto volver a ser un niño y que fuese él quien le entregase consuelo.
- Estaremos bien - los recuerdos de cachorro aglutinando sobre su cabeza. Imágenes en donde Seokjin limpiaba cada magulladura que hacía de niño y cantaba para calmarlo, diciendo que pronto pasará.
Deseaba tanto creerlo.
Jungkook era un omega fuerte, si. Quizá de los que conocía era quien más fortaleza y temple tenía, seguramente herencia de su linaje o de su característica innata y capacitada de liderazgo. Recordando las veces que enfrentó a su hermano y a Chanyeol, por lo que dudaba algo le fuese a doblegar tan fácilmente, sobre todo ahora que llevaba un cachorro en su vientre.
Bebé.
Más también el miedo le atormentaba, al saberlo frágil y físicamente inferior a un alfa. Sabiendo lo fácil que sería ser lastimado por alguno, si decidiesen aprovecharse de aquella condición.
Mantente a salvo.
- Oh d-diosa luna c-cuidalos te lo pido - había suplicando al aire Seokjin por varias veces. Como si la oración le sosegase y tuviese el poder de llegar a su omega.
Tenía que creer en él. En el que resguardaría a ambos hasta que diese con su paradero.
Sin embargo, tampoco podía ignorar el otro escenario y que ambos debían enfrentar.
¿Que tal si él no quería que lo encontrase?
Si estuviese escondiendo de él.
Aquella pregunta le atormentaba cada noche y le mantenía despierto. Pues ambos se habían prometido respetar cada decisión que tomasen individualmente y aunque está incluyera el separarle de su lado.
La garganta de le volvía amarga ante la idea, cuando sólo su lobo y él requerían de estar entre los brazos del pelinegro.
Percibir el aleteo de su corazón con su mejilla puesta sobre su pecho.
Y a su pequeño cachorro en medio de los dos. Abrazadose a él como gustaba cada anochecer y apenas salía el sol nuevamente.
Mi precioso omega.
Fue así que se prometió encontrarlo. E independiente de la decisión de Jungkook, él los traería de regreso. No importandole si el omega deseaba acabar con lo que ambos tenían. Ya que aquello lo respetaría aunque le rompiese.
Más no permitiría que su bebé creciese alejado de su lado.
Necesitaba hacerle saber lo mucho que lo había amado, aún antes de saberlo allí en la panza de su omega.
Y cuanto lo amaba a él también.
- Usted sabe lo que significa eso ¿no es así? - preguntó con dureza el beta aquel día y luego de haber pedido quedarse por un momento, una vez Seokjin había regresado a su habitación.
Taehyung podía ver que Donghae estaba molesto, marcandose aquello entre sus cejas y demostrando lo mucho que había reprimido el sentimiento durante aquel tiempo.
Parecía detestarlo.
Y no podía culparlo, él era la segunda persona allí más cercana al omega. Y el haberle perdido tan repentinamente, le había herido tal vez tanto como a él.
- Un cachorro mestizo, más aún si este es de un clan no reconocido en todo el estado - señaló el beta, levantándose de allí y Taehyung pudo ver como las manos le temblaban - ¡Se supone que usted lo cuidaría y que no le dejaría un cachorro en el vientre!
El enfado del beta haciéndose notar en su respiración cortada y el cómo sus puños se apretaban sobre su viejo delantal.
Conocía a Donghae allí en su casa desde que tenía conocimiento. Siendo un integrante ya de su familia y que era esencial para que la casona funcionase correctamente, al ser quien más experiencia tenía allí.
Y si deciden d-dejarle con vida... - Donghae se giró hacia él y el peliplata pudo ver como las lágrimas le cubrían el rostro - ¡¿N-no sabe que pueden sacarselo por la fuerza?!
Y el alfa le vió tambalear frente a él, a lo que corrió enseguida para sostenerlo.
Más este le apartó de inmediato, empujando le con molestia.
- ¡¿P-por qué dejó se lo llevaran?! ¿Por q-que si sabía tenía un c-cachorrito? - el alfa intentó abrazarme una vez más, percatandose de lo agitado que se encontraba y lo que esto podía descomponer su salud. Sin poder responder que aquellas preguntas le pesaban cada día luego de que Jungkook había sido alejado de Kima y recibiendo un nuevo rechazo de parte de Donghae - Él como y-yo... n-no tiene a nadie más. Él está tan s-solo...
El beta apenas se sostenía, más afirmó una de sus manos sobre uno de los muebles de aquel lugar, negándose a cualquier contacto con el alfa. Distinguiendo él en sus facciones lo mucho que había adelgazado durante los últimos meses, al igual que el mismo había hecho. Comprendiendo el fuerte lazo que se había formado entre Jungkook y él, no habiendo antes alguien así de presente en la vida del beta. Algo de lo que recién Taehyung iba dando cuenta.
- Lo siento - dijo casi en un susurro, oyendo el llanto contenido de Donghae y apretado entre sus dientes
- Yo voy a traerlo de regreso -diciendo despacio mientras se juraba a sí mismo creer en ello.
Sus ojos manteniéndose cerrados y así poder negarse a lo que estaba viviendo, resintiendo el pasar del tiempo en su propio cuerpo. Percibiendo el cansancio de las noches de mal sueño y la inadecuada alimentación.
¿Al menos él estaría haciéndolo verdad?
Tembló ante la pregunta que pasaba vaga en medio de sus pensamientos. Deseando fuese de tal modo y no le dejasen sin comer. Así como que al omega, no le estuviese afectando tanto su lejanía, como lo hacía a él.
Tienes que ser egoísta. Pidió a Jungkook. Así este se mantuviese saludable y ni él, ni su cachorro corriesen peligro.
- Debe cumplirlo - había añadido el beta - No lo haga ni por usted, ni por mi - este acercándose un poco más - Hágalo por su bebé y Jungkook. Ellos son su responsabilidad desde el día que decidió cortejarlo... - Donghae había dejado un breve espacio de silencio, como si estuviese meditando en lo que diría y vacilara en ello -...i-independiente del actuar que él ha tenido, usted lo ha tomado como su omega y él ahora lleva a su cachorro.
Taehyung tan sólo le había escuchado en silencio, no deseando tampoco alterar aún más al beta. Sabiendo además, que sus palabras eran certeras y él debió proteger al omega.
- Ahh amor mío - frotó su mano sobre su rostro, exasperado y mientras reposaba su otra mano sobre el marco de la ventana. Observando hacia el patio que daba hacia los árboles y donde muchas veces había visto al pelinegro en compañía del beta.
Su cabello revoloteando con suavidad sobre su rostro, sonriendole con las mejillas sonrojadas mientras tomaba la fruta por entre el follaje. No siendo suficiente sus miradas furtivas, debiendo ir a robarle un beso a escondidas del beta y por entre las sombras de los árboles.
"Mi precioso ananké..." susurraba bajo su oído, escuchándole reír por las cosquillas que le provocaba.
"¿Soy tu ananké? ", solía preguntarle el omega, mientras le acariciaba el cabello con sus manos ubicadas tras su nuca.
"Eternamente", respondía a su juego el alfa y a la vez que sus manos se perdían bajo la camisa del pelinegro.
Perpetuo, inacabable y sin fin. Le recorría el sentimiento en medio de la angustia, caminando despacio hacia el sofá del salón principal. Sentándose allí, llevando una de sus manos y hasta presionar la yema de sus dedos sobre su sien.
La cabeza le dolía y el pecho le latía con fuerza, sintiendo como enrredaba sobre su estómago aquella incertidumbre a no estar preparado.
Su abuelo siempre siendo una persona que tenía tanta templanza, anhelando que un poco de ello hubiese quedado en él. Habiéndole preparado para tantas cosas, menos para algo como aquello.
O quizá siempre fue para eso para lo que le preparó.
Un suspiro salió desde su boca, para luego tomar la pequeña libreta dispuesta sobre la maleta abierta.
Las hojas amarillentas haciendo evidente el paso de los años, cuestionando cuánto su abuelo habría sentido de la misma desazón que él sentía. Manteniendo grabadas las líneas a pulso tembloroso marcadas allí, borrosas y desteñidas.
"La noche era tibia aquel día, inusual para los días anteriores que habíamos estado allí. Habiendo sido tan sofocante que debí ir a mojar mis pies a la orilla de la alguna, donde me mantuve sentado con los pies hundidos en la tierra húmeda y mientras fijaba mi mirada en el cielo.
Era brillante y aquello se notaba en la luminosidad que había allí y a pesar de ya haber anochecido.
La luna mostrándose completamente redonda, muchas veces habiéndola visto de esa manera y en el perfecto paisaje de Kima. Sin embargo, aquella noche lucía diferente. Pues esta parecía haberse pintado de rosa.
Aún así, eso no fue lo que más había marcado mi última noche en Jeonu. Si no que la sorpresiva visita de ella, quien en silencio se había sentado a mí lado. Pudiendo percibirle llegar antes de oirle, pues su aroma había alertado a mi lobo.
Escuché como esta repentinamente comenzó a cantar una melodía en un idioma que no supe descifrar y tomaba parte del lodo hacia sus pies, untandolo sobre su pecho y vientre.
Su desnudez no siendome indiferente, mas fijando mis ojos sobre los suyos y no deteniendome mucho a distinguir en detalle su piel descubierta.
Más cuando ella había acariciado mi rostro con cuidado y acercado su rostro hacia el mío. Pudiendo percibir la calidez de su aliento y el cómo su nariz rozaba la mía. Sintiendo como mi corazón había sacudido fuerte sobre mis oídos, sintiendo el suave beso que había dejado sobre mis labios. Habiendo percibido los míos húmedos, por una de las lágrimas que ambos habíamos liberado en aquel instante. "
- ¿Aún no te vas a Min? - la voz del alfa le hizo levantar la mirada, dirigiendo sus ojos hasta donde este venía ingresando, en compañía de su cachorra y el pelirrojo omega.
Los ojos plateados de la niña luciendo entrecerrados, como si le hubiese tomado por sorpresa su presencia. A lo que empezó a mover sus pies con rapidez y con el solo objetivo de que Chanyeol le bajara.
- ¡Príncipe Taehyung! - gritó con energía, haciendo sonar sus pequeños zapatitos contra la madera al correr hacia donde se encontraba sentado el alfa. Este tomándole entre sus brazos y sonriendo, mientras la niña le abrazaba con efusividad.
Llevaba semanas sin ambos haberse encontrado y en las que Taehyung sólo había dedicado a conseguir inútilmente el paradero de Jungkook, entre el insomnio que le mantenía dormitando durante el día.
- ¿Como está la pequeña señorita reina Hyejin? - preguntó el alfa mientras la acomodaba sobre sus piernas y le sonreía. Sintiendo que la cachorra le tocaba, arrastrando sus manos por su rostro.
- ¿El príncipe Taehyung está triste igual que Hyejin? - soltó la pregunta con naturalidad y con un tono de voz que evidenciaba su congoja - ¿También extraña a Jungkook verdad?
- Bebé no... - intentó intervenir Chanyeol, sin embargo, fue detenido d e inmediato por el alfa quién alzó una de sus manos.
La pelirroja habiendo parecido ignorar a su padre y sólo enfocada en él, sin dejar de acariciarle el rostro y como si le estuviese dando consuelo. Olvidando por un momento que esta tan solo tenía ocho años y por el contrario, viéndose con tanta entereza en aquel momento.
- Así es. El príncipe Taehyung extraña mucho a Jungkook - respondió con tranquilidad y sin ser indiferente al silencio que se había esparcido por el salón. Observando cómo la niña no despegada sus ojitos de él y le miraba atento, como si analizarse sus palabras.
Un profundo suspiro escuchandose provenir desde sus labios, para luego tomar aire y preguntar nuevamente - ¿Jungkook volverá cierto? Porque él no dejaría al príncipe Taehyung aquí y ni a su amiga Hyejin - aquellas palabras haciendo que su pecho doliese, al sentir el oculto desespero en el tono que utilizaba en ese momento la cachorra.
Esta debiendo haberse sentido tan sola durante todo ese tiempo, considerando que la compañía del omega era la única que había tenido durante la estadía del pelinegro en Kima.
Quizá también toda su vida.
- Lo hará - dijo con seguridad, sintiendo como el cuerpo de la cachorra relaja a y está asentía con su cabecita casi imperceptiblemente - El príncipe Taehyung le traerá de regreso - finalizó, a lo que Hyejin le abrazó al instante.
- No tarde en hacerlo. Hyejin en serio se siente triste - añadió mientras se acurrucada, a lo que le sostuvo con cuidado mientras pasaba una de sus manos tras su espalda.
Su lobo sintiendose repentinamente ansioso, al percibir el sentimiento propio de desear cuidar y tener a su cachorro allí consigo. Levantándose en el instinto natural de proteger a la niña en aquel momento, la que si bien no lloraba, si se mostraba afectada por la ausencia del omega.
- Hyejin, cariño - dijo repentinamente Baekhyun, acercándose hasta ella y estirado su mano en un gesto dulce - ¿Te parece si dejamos a que papá hable por un momento con el alfa Taehyung? - cuestionó con delicadeza, ya que la cachorra parecía haberse aferrado al peliplata. Siendo el actuar del omega, tan común de su clan y tan diferente al Kima - Podemos comer un poco de helado mientras esperamos ¿te parece? - y aquello parecía haberla convencido, pues había bajado enseguida de sobre las piernas del alfa. No sin antes dejarle un besito en una de las mejillas.
- El príncipe Taehyung debe traer pronto a Jungkook, es el mandato de mi reino - dijo como si fuese una orden. Que sin embargo, fue dicho con tanta gracia que tan sólo había hecho reír al peliplata.
Hyejin definitivamente era especial.
- Disculpa a mi cachorra, ella olvida que es una niña y no un adulto - señaló Chanyeol, a lo que el alfa negó con la cabeza y mientras sacudía una de sus manos también en negación. Pará luego levantarse a acomodar su maleta abierta.
- No, está bien Chan. No estoy de acuerdo con que los cachorros repriman sus dudas, por más directas que estas suenen para nosotros -agregó Taehyung, sin dejar de ordenar las cosas que debía aún guardar - Y me alegra ver a Baekhyun aquí, es algo que siempre deseé para ambos.
Y es que el pelirrojo llevaba algunos días allí, por lo que Taehyung creía su amigo había aceptado su consejo. Tranquilizandole la idea de que este tuviese un apoyo, en caso de cualquier acontecimiento inesperado.
Chanyeol sintió se sonrrojaba - G-gracias - respondió con discreción - Estará tan solo unos días, pues irá por más ropa a Jung. Digamos que mi petición le ha tomado por s-sorpresa.- Taehyung le sonrió, mirándole por un segundo - ¿A qué hora te vas? - continuó el alfa, acercándose un poco más hasta donde se encontraba su amigo.
-Tengo boleto para unas horas más. Pero no sé cuánto tiempo estaré lejos de Kima, por lo que estoy esforzadome en no dejar nada importante - sus manos movían con agilidad papeles, revisándolos y descartando si eran relevante llevarlos o no.
Lo certero es que una vez en Min, renunciaría a su cargo de líder y entregaría este a Chanyeol. Por lo que un nuevo consejo les hallaría sin aquellos papeles como fundamento, más no deseaba tampoco involucrar a su amigo en ello.
Tampoco había el asistido a las últimas reuniones de todas maneras, por lo que no era como si fuesen a perder algo.
En aquel momento, lo único en lo que pensaba era en Jungkook. Por lo que la burocracia se podía ir un poco a la mierda.
- Es mejor que vayas preparado Tae - añadió Chanyeol, caminando hacia uno de los sofás y tomando asiento allí. Entrelazando una de sus manos con la otra y suspirando - El alfa Jung ha enviado un mensaje con Baek ¿te encontrarás con él en Min cierto?
Aquello detuvo el accionar del alfa, quien le miraba ahora con atención - Así es. Planeamos reunirnos con él, Yoongi y algunos alfas líderes que quieran colaborar con la búsqueda de Jungkook.
La reunión era secreta y esto era sabido sólo por personas de más confianza, debido a que el Estado estaba prácticamente dividido por la desaparición del omega.
- Creo que tendremos que estar alertas Taehyung, ya que se rumorea que una orden de exterminio de Jeonus se dará los próximos días. Jung se ha enterado de ello por habitantes Jung que integran la milicia estatal - afirmó Chanyeol, a lo que el peliplata le miró confundido.
- P-pero Jungkook él es el único... - aquello no podía ser posible - ¿Estás diciendo q-qué?
- Si Tae - respondió con determinación - Al parecer aún hay Jeonus con vida.
❀
Observaba el pequeño recipiente con agua dispuesto a su costado. Mirándolo como si estuviese en algún especie de trance y no pudiese evitar poner sus ojos en aquel lugar.
En lo días que habían venido luego de su regreso de Jeonu, su cuerpo se había negado a ingerir alimento y regresaba todo lo que le forzaban a consumir. Siendo el agua, lo único que soportaba hasta el momento recibir, sintiendo la sensación desagradable de no estar cumpliendo con su cachorro.
Su lobo arañando en insistiendo por una parte en forzarse a comer. Más otra parte le insistía a vivir el dolor, recordando el donde se hallaba y todo lo que había perdido en lo que parecía tan poco tiempo.
¿Cómo has sido tan tonto? Se reprendió a si mismo, encojiendo sus rodillas y ubicando sus brazos por alrededor. Pudiendo sentir el frío y el cómo se le erizaba la piel, al extrañar el abrigo o algo que le cubriese en aquel momento.
Se sentía perdido. Creyendo que lo mejor sería dejar que su corazón deteniese y así dejase de sentir dolor. No hallando un motivo real por el cual continuar allí, asimilando lo mucho que ello también lastimaría al alfa. Más sin saber el cómo regresar a su lado.
Lo siento.
Había sido su decisión. Esconderle la verdad y huir de Kima para recuperar a su clan. Sin saber que todo sería un engaño y que ellos tan solo querían las pruebas suficientes para eliminarles. Habiendo llorado e intentado golpearles tan fuerte mientras reían, pero había sido inútil cuando su fuerza y tamaño eran superiores a los de él.
Eres un líder inservible.
Los pensamientos asomaron como un tormento y se acrecentaban a medida la soledad se hacía más cercana. Deseando aunque sea poder llamar a su lobo y rasguñarles el rostro para defenderse.
Sin embargo, esto sería inútil.
- Es por acá - el sonido de la voz de uno de los alfas y lo que parecían ser pisadas acercándose, llegó hasta donde se encontraba. Acurrucandose más y sin dejar de presionar sus dedos mientras escondía su cabeza entre sus rodillas - Se lo ha pasado vomitando. Es asqueroso - señaló con repulsión el alfa de alta estatura, mientras giraba la llave al interior de la cerradura de aquel lugar.
Los grandes barrotes que le rodeaban, haciéndole recordar al omega su primera estadía lejos de su clan y donde habían lastimado su cuerpo al punto de dejar cicatrices en él.
-Esta m-muy delgado - indicó alguien que Jungkook no reconoció, alzando su rostro con curiosidad y con sus ojos entrecerrados por la luz artificial que enceguecía sus ojos. Haciendole temblar al estar apuntando directamente hacia él.
La silueta de lo que parecía ser una mujer, dilucidando de a poco hasta hacer notar su cabello canoso y sus marcadas facciones. Que mostraban una edad ya avanzada, pero sin llegar a verse frágil.
- Como no va a estarlo, si ni siquiera quiere comer y si le obligamos, nos muerde los dedos. No se confíe de él. Se asemejará mucho a nosotros, pero es un animal - agregó el alfa con fastidio, sin embargo la mujer sólo miraba con atención al pelinegro - Ey, levántate - le ordenó, más Jungkook hizo caso omiso y estremeciendo se escondió y abrazó más a sí mismo - ¿Piensas desobedecer una vez más?
La pregunta había llegado con la fría agua del recipiente sobre su cuerpo, que le había hecho respingar y abrir sus labios de sorpresa y en medio del momentáneo ahogo que había provocado el líquido.
- No era necesario que hiciera eso - agregó la anciana, observando como Jungkook se ponía de pie con dificultad y debido a lo débil que se sentía. A la vez que los labios le temblaban de frío.
- Claro que lo era ¿no ve que ha obedecido de inmediato? Ese es el único modo en puede tratar con él - añadió el alfa con sorna.
La mujer simplemente suspiró, frunciendo sus cejas cuando sintió aquel suave aroma - ¿Usted puede dejarnos a solas? - cuestionó la mujer mientras dejaba en sus pies un balde de aluminio y del cual recién el omega daba cuenta. Observando como el vapor suave, salía desde allí.
Agua caliente.
El aroma molesto del alfa haciéndose notar y haciendo que sus músculos tensaran y cubriese su estómago con una de sus manos - No se si esté autorizado para ello - señaló con determinación y los dientes apretados, sin embargo, la mujer se giró de inmediato hacia él.
- ¿Está desafiando su palabra? - preguntó con seguridad y altanería, casi apuntandole con su dedo índice y sin dar indicio de sentirse intimidada por la diferencia de tamaño que tenía con el alfa - Sabe que esta ha sido su orden y que él no recibirá al omega si este no está limpio. Y sabe necesita una higiene completa y debe saber qjebno me resulta grato, los ojos fijones de un alfa mientras lo hago.
El hombre le había observado con desagrado, ya que notoriamente las palabras no habían sido de su agrado - Estaré esperando afuera - dijo casi por obligación - Pero recuerde que este omega no es como usted y no me haré cargo si luego decide arrancarle el cabello - y la mujer giró sus ojos, mientras daba la espalda al alfa que salía del lugar. Arrastrando sus pies y que resonaban entre las paredes de piedra.
Jungkook le miraba en silencio, no estando seguro de las pretenciones de la anciana mujer. Retrocediendo por instinto a la vez que le temblaba el cuerpo.
- Tranquilo, no te haré daño - le dijo con cuidado ella. Que aunque tenía una voz dura y gastada por los años, parecía sincera - Ni a ti, ni al cachorro - añadiendo como si nada, para luego tomar un pequeño trozo de tela que humedeció en el agua que traía consigo - Soy una omega vieja, esas cosas ya no pasan inadvertidas para mi. Pero agradezco esos alfas aún no lo hayan notado. Tu vientre apenas se empieza a notar.
El pelinegro esmeró en relajar, sintiendo como ella tomaba su muñeca y la giraba mirándola con detenimiento.
- No has estado alimentandote bien ¿verdad? - señaló con compasión, más su voz también sonaba autoritaria. A lo que chasqueó la lengua - Es algo que al menos debes intentar, ya que ese cachorro necesita crecer bien - sintiendo como una de las manos de la anciana, de pronto le tocaba por la orilla de uno de sus ojos - Ey, no llores - esta había pedido y Jungkook no había siquiera notado que lo estaba haciendo.
Su cuerpo actuando por instinto y es que, apenas recordaba la última vez que le habían hablado y acariciado de ese modo.
La última vez que Taehyung le había abrazado y dicho que todo estaría bien.
Que se había sentido amado y valioso.
- Vamos a limpiarte un poco ¿está bien? - preguntó ella a lo que él pelinegro asintió despacio. Permitiendo que esta se acercara y el paño húmedo le mojase el rostro.
Podía sentir la suavidad y tibieza, llevando días en que el agua fría que le lanzaban tan solo le recorría la piel, sin llegar en realidad a sacar de allí la suciedad.
Tampoco era como si él también, tuviese algún interés en hacerlo. Siendo la limpieza de su cuerpo, lo menos importante en aquel momento.
- Eres muy bonito - indicó la mujer, a lo que Jungkook dirigió sus ojos sobre su rostro, distinguiendo como pequeñas manchas le decoraban parte de él. Similares a las constelaciones que todos llevaban sobre su piel, pero pareciendo más transparentes.
¿También serían estrellas?
- Imagino tu cachorro será precioso. Los Kima también son excepcionalmente bonitos, por lo que tu bebé realmente viene con buenos genes - las órbitas del pelinegro abrieron redondas y curiosas, confundido en el cómo ella sabía aquella información. Sintiendo cómo esta continuaba pasando aquel palo tibio por sus hombros, él estando demasiado agotado como para negarse a que ella lo hiciese. Además que mentiría si dijese que no se sentía de alguna manera por aquel acto.
Su madre, el omega Seokjin y Taehyung, siendo los únicos que habían limpiado su cuerpo prestando cuidado. Por lo que se sentía apreciado y extrañamente confiado.
Era algo muy íntimo.
- ¿Cuántos años tienes? - le preguntó la anciana, mientras dedicaba a no dejar de lado su labor.
¿Cuántos años tenía?
Jungkook creía que eran veintiún estaciones anaranjadas, más recordaba que días atrás su nacimiento nuevamente se había marcado en el cielo.
-V-veintidos - respondió dubitativo, no porque no estuviese seguro. Ya que su abuela había enseñado a reconocer cada término e inició de un nuevo ciclo. Si no más bien, temía del objetivo de la mujer allí. Por lo que no permitiría mantenerse del todo confiado, cuando facilmente podrían hacerle daño nuevamente.
La mujer suspiró, deteniendo por un momento y mirarle - Eres demasiado joven para ser un líder. Más aún ahora, teniendo un cachorro ¿no crees es mejor renunciar a ello? - el omega se puso tenso. Entendiendo que la mujer no deseaba incomodarlo, pero sin embargo lo hacía.
Eso jamás sería una opción para él.
- En fin, vamos a lavarte el cabello - dijo esta acabando con el tema de conversación, instandole a que agachase un poco y debido a que ella era un poco más baja que él. Distinguiendo el aroma suave de la espuma sobre su cabellera, la que había crecido mucho durante esos meses.
Esta casi recuperaba el largo que tenía, aquel día que le sacaron de Jeonu. Habiendo tenido muchas veces la intención de trenzarlo, aunque siempre el cansancio y el animo no le acompañaban en su intención.
Sus ojos observando como las espuma caía junto al agua que la anciana vaciaba para enjuagar y el cómo ésta le humedecida la punta de los pies.
Ella dedicándose con cuidado y de manera respetuosa a limpiarle y secar su cuerpo. Desapareciendo el temblor que el frío ocasionaba y que el agua tibia le había ayudado a dejar de sentir.
- Ya está, creo ya estás mucho mejor - señaló la mujer, sonriendo y dejando el paño al interior del ya vacío valde. Jungkook pudiendo notar cuan verdaderas eran sus palabras, al sentir su piel más suave y su cabello sin enredar nuevamente. Relamiendo sus labios para agradecer lo que había hecho por él, sin embargo, interrumpiendo su acción al oir como alguien más llegaba hasta allí.
- ¿Crees ya estén preparados para salir? - preguntó una mujer delgada y de rasgos muy suaves en su rostro. Cubierta de una gran túnica café que le llegaba hasta sobre los pies. Con su cabello en una larga trenza anaranjada y sus ojos de un celeste aguamarino que el omega creía haber visto anteriormente - Engañar a ese alfa fue muchísimo más fácil de lo que pensé. Un poco de agitar tus pestañas y ya creen que les gustas.
La anciana giró sus ojos - Al menos te has preocupado que no sepan quién eres. Sabes que apenas se den cuenta que él ha desparecido...
- Me he cubierto el cabello antes de llegar aquí. Así como darle de beber un poco de alcohol mientras se quedaba dormido - la anciana le miró con la boca abierta, mientras la pelinaranja solo reía - ¿Qué? Sencillamente son cosas que tú me has enseñado - sus palabras deteniéndose por un momento, al recordar la presencia del omega en aquel lugar - ¿Es él? - cuestionó sabiendo que no había modo de que se tratase de alguien más. Sin embargo, el aturdimiento momentáneo le había hecho preguntar aquello.
Jungkook retrocedió por instinto, temiendo las intenciones de la mujer. Observando como esta levantaba ambas manos extendidas -No, no temas. No te lastimaré - dijo ella despacio y con su voz marcada en asombro - Diosa Luna, si eres un niño - agregó. Cosa que el pelinegro quiso refutar, más se silencio al verse si, evidentemente más joven que ambas mujeres. Viendo cómo la pelinaranja negaba con la cabeza - Pero ya basta de conversaciones, debemos salir de aquí. Ese somnifero no tardará demasiado en hacer efecto.
- ¿Le has dado un somnifero? - preguntó con espanto la anciana, a lo que la mujer asintió sin mayor preocupación en su rostro.
- Si. Y por favor no preguntes como he conseguido que se lo tome, ha sido asqueroso - su boca haciendo una mueca de asco, que a Jungkook habría hecho reír si no se encontrase en esa situación - Andando.
Ambas mujeres se movieron de inmediato, constatando no se observarse nadie que pudiese interrumpir su salida. Percatandose de pronto, que omega no parecía intención de moverse.
- ¿Qué sucede? - preguntó la mujer más joven, sintiendose repenti9ansiosa por el actuar de Jungkook.
Este observándola con detenimiento, no comprendiendo hacia dónde se dirigían y que podrían ellas hacerle si lo alejaban de allí.
A él y su bebé.
- Él está inseguro y no es para menos - señaló la anciana - Está gestando - añadió, a lo que la pelinaranja se mantuvo en silencio y se acercó con cuidado. Sus ojos recorriendo y observando detenidamente el vientre del omega, pareciendo estar refleccionando acerca de algo.
- Vaya, en serio esos Kimas no cambian ¿no? - y Jungkook la vió retirar la túnica que le cubría, viendo como esta solo quedaba con un pantalón y blusa negra que se le ceñía al cuerpo - Ponte esto. Se que no es tu costumbre llevar ropa, pero el clima afuera es muy frío y debes abrigar a ese cachorro - y el pelinegro sintió como la prenda le pasaba sobre los hombros, siendo amarrada por la mujer al cruzarle el cuello - Prometo que nuestra intención no es lastimarlos, tan solo queremos que salgas de aquí. Se que si te quedas aquí lo harán, ya que resultas en este momento demasiado interesante y hay quienes estarían dispuestos a pagar por ti - y ambas manos de la chica se posaron sobre sus hombros, mientras le miraba a los ojos y esperando tener toda su atención - No estoy segura que tanto podré hacer por ti y hasta que punto podré ayudarte, pero al menos déjame intentarlo.
El pelinegro le miró vacilante, interrogandose que tan conveniente sería confiar en sus palabras. Hallándose sin nada en aquel momento y comprendiendo, que en realidad no tenía nada que perder.
Si se quedaba allí, su vida correría riesgos de todos modos.
- E-está bien - dijo con la voz cortada y queriendo confiar. Arrastrando una de sus manos escondida bajo la túnica y cubriendo su estómago con cuidado. Indicio que decidiría acceder a su petición, pero que dejaría de resguardar a su bebé.
La omega le sonrió, observando como la anciana quien recogía sus cosas también lo hacía. Tomando la mano libre del omega y tirando de él con suavidad, mientras iba fijando a cada paso, nadie les viese salir de allí.
Los pies del omega sintiendose fríos, al percibir la piedra húmeda desde el suelo. Encojiendo por acto reflejo la punta de sus dedos y apretando sus dientes para no hacerlos castañear. Percibiendo su corazón latir con fuerza, al saber que estaba haciendo algo indebido y que podría exponerlos a los tres si eran atrapados.
- Intenten ser silenciosos - pidió la pelinaranja en un susurro a la vez que la presión de su mano, le hacía sentirse aún más ansioso. En medio de las voces de los alfas a cargo de la vigilancia y que rondaban por el lugar.
Jungkook se sentía mareado, esforzándose en mantener sus náuseas en sólo eso y no vomitar en medio del pasillo que ahora tenían en frente.
Se valiente.
Su cuerpo temblando despacio y tal vez siendo notorio para la mujer, pues esta había observado hacia él y le había instado a mantenerse tranquilo con un gesto de silencio.
Puedes con ello.
Has sido elegido.
Los pasos de los alfas escuchando se duros contra la piedra, alternadose entre las risas de uno de ellos.
Jungkook podía observar final del pasillo, un espacio pequeño por donde ingresaba algo de luz. Sin ser demasiada, pero que indicaba que allí se encontraba el ingreso a aquel lugar.
O la salida.
Caminando despacio e ignorando el cómo sus tobillos comenzaban a doler, debido al frío que comenzaba a subirle por los pies.
Su anhelo siendo tanto y la necesidad de su lobo por hallar un lugar seguro para su cachorro, haciéndole avanzar sin mirar atrás. Sintiendo el aire se le agotaba hasta que de pronto, este le golpeó en una suave risa el rostro.
- Ya estamos aquí, ya estamos aquí - repitió la mujer aun susurrando bajito. A lo que sus pies avanzaban con rapidez y está urgueteaba en uno de sus bolsillos, mientras el omega distinguía sobre el cielo, los millones de puntos brillantes grabados sobre el.
Estaba de noche.
Sintiendo como ella le soltaba y aceleraba sus movimientos para abrir la puerta de aquel vehículo, tan semejante al que Taehyung solía conducir cuando viajaba a Min. Viéndola llegar hasta donde él se encontraba de pie y casi congelado por el nerviosismo.
- Vamos, sube - le indicó señalando el puesto del copiloto. Y Jungkook podía sentir las rodillas le temblaban. Accediendo a su petición, mientras acomodaba y veía como la anciana subía al asiento trasero.
Su estómago apretandose al escuchar el encender del motor, presionado sus dedos contra la túnica para sentir se aferraba a algo para sostenerse. Constatado con la punta de su nariz pegada sobre el vidrio, que nadie saliese desde el lugar y les impidiese huir. Sintiendo el alivio, cuando la imagen frente a él se comenzó a mover y de a poco se alejaba de allí.
Lo estaban haciendo.
Estaban escapando de allí.
Bajo su pecho, aun sacudiendo con ímpetu. No recuperando aún, la estabilidad de las sensaciones aglutinadas que percibía su cuerpo.
- ¿Cuál es tu nombre? - preguntó de la nada la mujer mientras conducía y la respiración aún le aparecía afectada, si dejar de mantener su mirada en frente.
-J-jungkook - respondió el omega con titubeo en su voz. Combinación de su incertidumbre, agotamiento y frío.
- Bueno Jungkook, lo hemos logrado - dijo ella con una sonrisa en sus labios - Espero llevarte donde tu familia. Mi nombre es Aiko, mucho gusto.
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