• CAPÍTULO 31 •

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Contaba los deditos de sus pies con fascinación, mientras sus piernecitas estiradas recién comenzaban a mostrar indicios de una buena alimentación. Aquello tenía a Jimin bastante más tranquilo, pues Yoongi les había contado lo difícil que había sido para el omega que su leche bajara con rapidez, debiendo recurrir a la fórmula durante las primeras semanas de vida de la pequeña cachorra.

Sus mejillas adquiriendo de a poco el color natural de los Min, espolvoreadas de un suave color rosa que hacían que estas se destacaran dulcemente entre sus achinados ojitos.

- Sus ojos...son tan bonitos - señaló el omega a un costado de la bebé - Miralos Tae ¿no lo crees así? - le preguntó con entusiasmo Jungkook, mientras le observaba embelesado tanto del omega como de la cachorra. Quién apenas abría sus ojitos que se mantenían usualmente en una fina forma de línea y dejaba entrever sus ojos azul cielo.

-Lo son - respondió sonriendo. Estando seguro que no sólo se refería al atributo de la rubiecita, si no también a lo brillantes que lucían las paletitas del pelinegro. Y lo adorable que este se veía cada vez que sonreía.

Una imagen preciosa. Habiendo deseado inmortalizarla con su cámara, más mantenía esa manía de cuidarla tanto que jamás la había sacado de Kima.

La llevaría consigo una próxima vez.

- Mira su boquita, es igual a la del omega Min - volvió a decir Jungkook, mientras no despegaba la vista de la niña. A lo que Taehyung sonrió, acariciando el cabello del pelinegro.

Ambos procurando cuidar a la pequeña cachorra y mientras Jimin buscaba su muda de ropa. Encontransose recostada sobre la mesa de la cocina, con sólo su pañal puesto y su ombliguito respingando. Su cuerpecito de solo tres semanas, bañado en talco por todos los lados y donde su padre se había esmerado cubrir.

Ella recién bañada y con su corto cabello rubio aún un poco húmedo, el cual Jungkook se encargaba de secar con suma delicadeza. A la vez que no dejaba de aludirle y repetirle lo bonita que era.

Taehyung suspiró, percibiendo como la sensación cálida sobre su pecho, contrastaba a la tensa mañana que había vivido. Pues si bien ambos también habían aprovechado de visitar a la pequeña Seulgi, el motivo de su viaje claramente era otro.

- ¡¿Genocidio racial?! - la voz exaltada del alfa resonó en todo aquel salón. Mientras entre murmullos Taehyung procuraba no girar sus ojos - ¡Ustedes definitivamente han perdido los estribos! ¡¿Que mierda se les ha metido en la cabeza por la diosa luna?! - el rostro del Ishi se había teñido de rojo, lo que hacía resaltar sus ojos celestes entre el sulfuro de esta.

El peliplata golpeteaba sus dedos con suavidad sobre la mesa, esmerandose en controlar la impulsividad de su lobo y lo ansioso que se ponía entre tanto aroma a alfa.

- ¡Por favor mantengan la calma y discutan con templanza! - pidió el beta ubicado sobre el estrado más alto y haciendo sonar una pequeña campanilla para llamar la atención de todos en aquel salón.

Sin embargo allí su mayoría, no parecía tener intenciones de tranquilizarse -¡¿Cómo pide eso ante semejante acusación?! - gritó el alfa Muji, quien sacudía sus brazos enérgicamente. Una imagen que a Taehyung le hubiese parecido graciosa, de no ser porque se comenzaba a molestar tanto como ellos.

- Nosotros no hemos acusado a nadie. Nosotros sólo estamos pidiendo el apoyo de todo el consejo para comenzar la investigación - señaló Yoongi, luciendo despreocupado y llevando una taza con café caliente hasta su boca y sorbiendo de ella - ¿Este es el café que producen en Jung? - preguntó a los demás, recibiendo sólo el asentimiento ido de Hoseok quien no dejaba de observar a los demás alfas. Su ceño arrugandose entre casa ceja, mientras apretaba sus dientes.

- ¡¿Como pretenden utilizar dinero del Estado en investigar un caso que no siquiera nos compete como consejo?! - intervino nuevamente en alfa Ishi, esta vez levantándose de su asiento -¡Los Jeonu ni siquiera forman parte de nosotros! ¡Los Jeonu sólo son unos salvajes y sus vidas no debiesen estar preocupando como lo están haciendo! ¡Ni siquiera deberíamos estar hablando de ello! ¡Sus vidas no valen nada!

-¡Son personas maldita sea! - le interrumpió Taehyung con el corazón latiendole enérgicamente y levantándose también de su puesto. Percibiendo cómo su garganta sabía amarga a causa de la ira atascada y una de sus manos apuntaba con dureza hacia el alfa - ¡Y exijo en este momento renuncie al liderazgo de su clan! - las voces de sorpresa no haciéndose esperar y conversando unos con otros ante tal petición del peliplata.

-Taehyung calmate - pidió el rubio a su izquierda, tomando de su brazo e instandole a que se sentará. Más el este negó, sintiendo a su lobo desafiante y deseando romperle el cuello al alfa.

- ¡No Yoongi! - contrarió- ¡Una persona con ese pensamiento tan inhumano no debiese estar a cargo de un clan! ¡Y como líder del clan Kima exijo su destitución en este momento! - señaló con determinación, no dejando ningún espacio a la vacilación y que mostrase algún signo de inseguridad. Observando como el alfa Ishi abría sus ojos aturdido ante sus palabras.

Y es que Taehyung sabía el peso de su petición, pues era algo a que cada líder tenía derecho y mientras tuviera fundamentos sólidos para destituir a otro líder dentro del Consejo. Y aunque podría estar arriesgando con ello y de no corroborar que el alfa era inadecuado para su cargo, su propia expulsión como líder.

Había sido una decisión impulsiva, si.

Más si algo su abuelo había enseñado, era a jamás pasar a llevar las vidas humanas. Por más diferentes que fuesen sus costumbres a las que él podían haber enseñado.

Aquello no lo permitiría.

Y si tenía que arriesgar su posición, claro que lo haría.

Más aún por él.

- ¡Usted no tiene derecho a pedirme algo como eso! ¡No tiene el peso moral para hacerlo! - rebatió el alfa Ishi. Exaltandose tanto, que exigía avanzar hasta donde el peliplata, seguramente para intentar golpearlo. Desatar de alguna manera su frustración.

Y si bien Taehyung jamás había sido una persona violenta, su lobo estaba decidido a devolver el golpe. Por lo que si él alfa requería acercarsele, él ya se encontraba esperando.

La campanilla sonando demasiado suave, como para alguno entre tanto bullicio escuchara algo más que gritos al interior del salón.

Era un desastre.

- ¡Le voy pedir que por favor se calme alfa Ishi! - pidió repentinamente Hoseok, llamando la atención de todos en aquel lugar.

A pesar de que en su voz aún tenía la suavidad de la juventud, esta era lo suficientemente sólida y demostrando la herencia indómita de su clan.

- ¡Necesito que todos lo hagan! - esta vez su mirada dirigiéndose hasta Taehyung, quien respiraba agitado y asentía casi imperceptible. Aún dominado por la vehemencia de su lobo. Más entendiendo que debía acceder a la petición del alfa Jung - ¡No nos desvíemos del tema! Aquí hay una solicitud para abrir una investigación y aún falta que sea firmada por ustedes dos - dijo refiriéndose al alfa Ishi y Muji.

- ¡Ustedes n-no tienen ningún derecho a obligarnos a firmar a-algo como eso! - señaló con nerviosismo el alfa más bajo, más sin dejar de alzar su voz - ¡Los Jeonu n-no...

- ¡Es el deber que tienen como líderes! - enfatizó con molestia el joven alfa - Por más que Jeonu no formase parte del Estado, ellos son seres humanos al igual que nosotros. Por lo tanto lo que ha ocurrido se trata de genocidio, no hay otra palabra para describirlo.

La risa del pelinaranja resonó en el lugar - ¿Crees tu que por ponerle un poco de ropa al juguetito ya le puedes considerar como nosotros? - declaró con arrogancia.

Y Taehyung fue nuevamente sostenido por Yoongi desde su brazo, pues sabía que aquel comentario iba dirigido claramente a Jungkook.

Quería destrozarle el rostro.

- Pues es bastante básico de su parte alfa Ishi - intervino de pronto el anciano alfa Yong a un costado - El categorizar a una persona de ser humano o no, tan sólo por el hecho de lo que se pone o no sobre el cuerpo - y al parecer la calma con la que Yong había pronunciado aquello, había hecho encolerizar aún más al pelinaranja, que en silencio apretaba sus labios y su rostro se coloreaba de rabia.

- La verdad yo no entiendo a que le temen - agregó Yoongi, quien había conseguido que el peliplata se volviese a sentar- Aquí nadie les está acusando de algo, solo se les está pidiendo una maldita firma - escupiendo las palabras, también lo necesariamente cansado como para participar de la acalorada discusión.

Y el beta volvió a hacer sonar la campanilla, esta vez oyendose con más claridad al sitio encontrándose un poco menos ruidoso - ¡Necesito que tomen una decisión en este momento alfa Muji e Ishi! - dijo mientras acomodaba unos papeles sobre su mesa y con un lápiz tomado entre sus manos - ¡Si sus clanes participarán de este acuerdo o no! - su mirada dirigiéndose está vez hacia Taehyung - Y usted alfa Kima, su petición...

- La mantengo - respondió comprendiendo a que se refería antes de que acabase la oración - Quiero que el alfa Ishi deje el puesto de líder de su clan - no se retractaría de ello.

Las manos dulces de su chico volviendolo al presente. Quien le acariciaba el rostro al parecer habiendose percatado, de lo perdido que se encontraba en sus pensamientos.

Fijando su mirada en sus brazos y donde ahora sostenía con cuidado a la cachorra, que aún permanecía sólo con su pañalcito puesto.

Tan adorable.

- Se les da bien eso a ustedes - dijo de pronto una voz a sus espaldas, girandose hacia allí para distinguir cómo Yoongi se aparecía por el marco de la puerta. Caminando hasta ellos con un cambio de ropa para la cachorra - Jimin ha enviado esto - dijo con suavidad y observando con dulzura a la rubiecita, a lo que el omega enseguida entregó a sus brazos - Oh ven aquí mi bebé esponjocito.

Y Taehyung dejó escapar una risotada, que acalló enseguida cuando la cachorra hizo un pequeño ruidito de molestia - No le digan a Jimin que le digo así, es nuestro secreto ¿verdad bebé? - preguntó al aire a la niña, mientras la acomodaba para colocar su ropita.

- ¿Que es esponjocito Tae? - preguntó curioso el pelo negro, observando a Taehyung con sus ojos redondos de intriga.

El peliplata le apretó las mejillas con delicadeza y regaló un suave besito sobre sus labios.

- Yoongi ¿estás diciendole así también a la bebé? - preguntó de pronto el rubio omega, quien entraba al lugar con un diminuto vestidito entre sus manos.

- Hemos sido atrapados por papá esponjocito bebé - dijo el alfa hacia la cachorrita y colocando cada prenda con cuidado a su pequeño cuerpecito.

- ¿No es lindo el vestido que ha enviado Taemin? - preguntó Jimin, tomando a la cachorra entre sus brazos y acercándose a besar sus esponjosas mejillitas. Ambos junto a su alfa, pronunciando palabras dulces para la bebé y mientras Taehyung se encargaba de adular a su omega, a través de un suave abrazo, que este devolvía aferrándose a su cintura.

El aroma del pelinegro esparciendose placenteramente por su organismo, en tanto el mantenía su nariz apoyada sobre su cabello y el cual llevaba suelto. Habiéndolo trenzado a un costado y como estaba siendo costumbre, desde que este se había hecho notoriamente más largo.

Llevando puesto un pantalón color café que se ceñía en su cintura, con un delgado sweater azul que se cerraba en botones por la parte delantera. A lo que el alfa desesperaba por abrirlo e inmiscuirse sobre su pecho, desagradando la sensación de aún llevar la ropa formal del Consejo puesta.

- Creo que debería darme un baño - señaló el peliplata y mientras veía como Jungkook asomaba su cabecita para mirarle, sus labios creando un suave puchero que le hizo sonreír.

Un tierno jazmín.

- Pienso del mismo modo - agregó Yoongi - Ya quiero sacarme esta aparatosa ropa y la pestilencia a alfa.

Ambos rieron, más Jungkook parecía no desear dejarlo ir y apretaba en puños sus manos tras su espalda. Avergonzandole la necesidad de querer rogarle al alfa que le dejase bañar con él.

Y Taehyung pareció notar su ansiedad, besándola la frente con sutileza y acariciarle los labios con el pulgar - Tan solo será un momento bebé - dijo muy bajito y seguramente con la intención de que solo él le escuchase - Ya regreso - la tibieza de su cuerpo alejándose y perdiéndose en aquella cocina. Ambos junto al alfa Min saliendo de allí.

Su mirada desviandose hacia donde el omega Jimin, quien había soltado una suave risita y ahora le observaba de manera cómplice.

Se ruborizó.

- ¿Me acompañas a mi habitación Jungkook? - le preguntó, a lo que él pelinegro asintió con suavidad - ¿Podrías llevar esas cosas por mí por favor? - indicando el pequeño bolsito sobre la mesa y con las pertenecías de la cachorra.

- Claro que si - dijo tomando lo que él omega le había pedido. Caminando tras él, mientras este acurrucaba a la bebé contra su pecho.

- Creo que mi gatito tiene hambre ¿no? - preguntó hacia la rubiecita. A lo que Jungkook abrió sus ojos, con la interrogante en la punta de sus labios.

- ¿Gatito? - su mirada viajando inevitablemente hacia sus pies. Como si el pequeño felino de alguna manera, pudiese encontrarse allí.

Una locura.

Jimin rió, notando la confusión en los ojos del pelinegro - Así le digo a escondidas de Yoongi - y Jungkook asintió con su cabeza y aun un poco confundido por la referencia del animalito hacia la bebé.

El sonido de unos pasos acercándose a ellos, haciéndoles voltearse a ambos hacia donde provenía el sonido.

La rubia omega bajaba las escaleras y quedaba detenida frente a ellos. Pasando su mirada de uno a otro y arrugando su nariz, como si buscase algo que allí no se encontraba.

- ¿Mi hermano y T-Taehyung ya han regresado del consejo? - preguntó sin dejar de mirar tras de ellos.

Jungkook de sintió extraño.

Jimin asintió - Lo han hecho - se limitó a decir el rubio, mientras comenzaba a abrir su camisa para alimentar a la bebé. Más no esperaba hacerlo allí.

- ¿Y donde están? Creí haber o...

- Ellos ya han llegado a casa Yeri. No debes de preocuparte - enfatizó Jimin y ya subiendo las escaleras. La vocecita de la cachorra, comenzando a reclamar por su comida - Ya bebé ¿Jungkook me acompañas? - insistió al ver que el omega, parecía no atreverse a pasar por al lado de la rubia.

Este asintiendo y recibiendo una mirada de desagrado de parte de Yeri. Quien lucía como si hubiese recibido una noticia para nada de su gusto, saliendo a pasos marcados rápidamente de la casa y golpeando la puerta tan fuerte que resonó en todo el lugar.

Aquello desconcertó a Jungkook y le hizo saltar en su sitio, oyendo a la cachorra sollozar y un suspiro profundo de Jimin. Este último girando sus ojos ante la acción de la rubia - Por favor bebé, no desarrolles el humor de Yoongi ni de tu tía - señaló entrando a la habitación y sentándose sobre la cama. Dejando asomar el preciado alimento de la pequeña y que esta comenzaba a pedir con angustia- Ya, ya, ven aquí.

Su pequeña boquita acomodándose enseguida sobre su pezon, cerrando sus ojitos por la luz que entraba a través de las cortinas. Apretando sus manitos sobre la piel del omega, el que la apoyaba aún más cerca de su pecho.

Tan suave.

Y el pelinegro estuvo seguro que debía ser una de las cosas más bonitas que había visto en su vida. Intentando memorizar lo rosaditos que se apreciaban los cachetitos de la cachorra y marcandose la ansia con delicadeza bajo su vientre.

Podía sentirlo.

- ¿Taehyung ya lo sabe? - la pregunta saliendo desde la boca del rubio y sin meditarla demasiado. Sin dejar de prestar la atención necesaria y que exigía a través de suaves soniditos la cachorra.

Jungkook observándole en silencio y si embargo, con sus ojos lo suficientemente abiertos como para entender que había una interrogante en ellos.

- Omega Min yo no entiendo lo que usted quiere decir - su voz volviéndose pequeña y temerosa. Absolutamente llena de cuestionamientos.

Jimin rió despacio - Estás encinta Jungkook - dijo con claridad - Pude notarlo desde que llegaste junto a Tae esta mañana. Y te puedo asegurar que ha de haber sido la misma causa, por la que Yeri ha salido furiosa de casa hace minutos atrás. He de creer que también se ha percatado de ello.

El omega mirándole atónito y casi enmudecido. Sintiendo que de pronto necesitaba reír y llorar a la vez, al comprender que el rubio confirmaba aquello que venía sospechando desde hace días.

Tenía un cachorrito bajo su panza.

Uno suyo y de Taehyung.

- ¿U-usted puede s-sentirlo? - preguntó con tanta curiosidad que el corazón le latía muy, muy rápido. Percibiendo que los ojos le quemaban ante la necesidad de dejar que humedecieran.

- Claro que sí. Los omegas a menudo podemos sentir cuando otro está gestando ¿no te has topado antes con uno? - Jungkook asintió con lentitud, recordando todas las veces que el aroma dulce de un nuevo cachorro anunciaba su llegada en Jeonu.

-¿Y c-como es? es decir... su aroma - su voz tartamudeando nerviosa y ansiosa al mismo tiempo - ¿A q-que huele? - sintiendo la suave caricia que el rubio le daba sobre una de sus mejillas, secando la tímida lagrima que se había deslizado en aquel lugar.

- Huele a ti pero más suave como un pedacito de nieve de la montaña. Y también a Taehyung y una tibia ventisca del océano - el rubio omega señalando conmovido y cuidadoso. Entendiendo lo significativo que aquello resultaba para el pelinegro -
Ya podrás sentirle cuando este crezca un poquito más.

Y los ojos de Jungkook viajaron hasta su estómago, ubicando ambas manos allí y cubriendolo con ellas. Viniendo a él todos los recuerdos de su madre y su historia de lucha por concebir. Sus palabras ahora cobrando sentido, cuando allí se estaba formando algo que tal vez esperó por años ser creado.

- Por favor no le digas - pidió de manera impulsiva y sintiendo como si algo le cortase un poco la garganta. Mirando al rubio, como si le implorase mantener aquella información guardada para ellos dos. Mientras este entre cerraba sus ojos y no dejaba de sostener a su pequeña cachorra - P-prometo que pronto lo haré. P-pero p-por favor no le digas.

No podía evitar que el cuerpo le temblara y sintiese que le estaba dificultando respirar con facilidad. Apretando con poca delicadeza por sobre su ropa, como si eso le ayudase a sostenerse de alguna manera.

Los ojos perlados del alfa observándole de pies a cabeza y visceversa, alternando su visión hacia una pequeña ventana, que hacía llegar la luz de la luna a través de ella.

Aspirando con suavidad el aroma del peliplata y procurando que este no se diese cuenta, de lo ansioso que estaba por cuanto le había extrañado durante esos años.

Todo allí olía a café tostado.

Reconociendo el aroma y cómo si fuese ayer cuando le había percibido por primera vez.





- ¿Busca a alguien? - una pregunta había sido lo que salió de su boca, encontrándole en el gran pasillo de jazmines en el gran jardín de los Jung.

Llevando su cabello rojo sin atar y bastante poco usual de ver en su clan, el que se movía suave con la brisa del viento del atardecer. Intentando esconder sus pies descalzos bajo su túnica, habiendo retirado sus zapatos al llegar allí y con el pensamiento de pasar un momento a solas.

No pensó alguien pudiese encontrarle.

Menos él.

Habiéndole observado en antiguas reuniones junto a los demás alfas, deduciendo por su apariencia que se trataría de un Kima.

- Eh, s-si. Busco al alfa Taehyung - había señalado evidentemente nervioso. Algo que le hizo sonreír, sintiendo que sus mejillas sonrrojaban y bajaba su mirada aturdido por los ojos tan luminosos del peliplata.

- Él ha de estar con papá en su despacho - respondió girando su rostro hacia los blancos jazmines, tocando uno con sus dedos y procurando no dañarlo.

-¿Eres hijo del alfa Jung? - le preguntó acercándose con cuidado, más deteniéndose de inmediato al ver que el le volvía a mirar.

Asintió sonriendo al ver cómo a el peliplata se le coloreaba la cara - Soy Baekhyun, Jung Baekhyun - estirando su mano hasta ser alcanzada con timidez por el alfa.

- Chanyeol, del clan Kima - dijo tomando su mano con delicadeza, percibiendola cálida y acojedora al primer contacto - Un gusto Baekhyun.

Ninguno de los dos sabiendo, que tan profundo quedarían grabados en la piel del otro desde ese día. Y cuanto pesaría para ambos, el haberse cruzado en aquel jardín.





- Has venido - pronunció con su voz y notoriamente más grave de lo normal. Tal vez anticipando la necesidad también por querer tocarle.
Caminando a suaves pisadas hacia él, distinguiendo como su pecho subía y bajaba en largas respiraciones.

Y Baekhyun deseó decirle que como no lo haría, cuando su lobo parecía desear matarle por dentro al recriminarle la lejanía del alfa. Y no cansaba de insistir por él, por su aroma.

Su marca.

Sintiéndose tan débil las últimas semanas, que apenas le quedaban energías para comer.

Siendo la anciana beta que aún le cuidaba, la que le había explicado que su encuentro con la cachorra había complicado más las cosas para sus lobos.

Estos exigían tenerse nuevamente.

- Estás temblando - señalando mientras acercaba su mano tras su cuello. Sus dedos manteniéndose inmóviles en aquel lugar, más siendo lo necesario para que su piel erizase y sus ojos se cerraran.

Temiendo tenerle tan cerca.






- Si su padre se entera él... - había dicho ella aquel día, mientras él se dedicaba a guardar sus pertenencias en un pequeño equipaje de mano.

El corazón palpitandole con rapidez y sintiéndose ansioso por su encuentro con el alfa luego de semanas.

-Tan solo serán unos días - señalandole con falsa calma. Más a su pesar y el temor que le tenía a su padre, no podían contra la necesidad de su lobo.

Su celo estaba próximo.

- Tan sólo dile que estoy en casa de Hyuna, ella está al tanto de todo - su prima había insistido en cubrirle las espaldas. Y le estaría eternamente agradecido por ello - Estaré de regreso antes de que papá vuelva, lo prometo.

Dijo para luego besar las manos de la anciana. Ella habiéndose preocupado de cuidar de él y Hoseok ante la pérdida de su madre, por eso no era de extrañar su preocupación.

Todos temían a su padre.

Y él había convivido por tantos años con ese miedo, que el conocer a alguien que le incitaba a perderlo, le había cambiado el modo de entender las cosas.

Además del dulce trato con él y tan poco común en los alfas que él había acostumbrado a conocer. Y con los que su padre esperaba se dejase cortejar, para contraer un matrimonio donde se mantuviese como un omega sumiso.

Le estaba condenando a la misma vida que su madre.

Por ello y en una de las tantas reuniones de clanes en su casa, donde había sentido el claro acoso de uno de los alfas Jung que lo pretendía. Había casi rogado a Chanyeol porque le tomase, ambos manteniendo una relación oculta desde meses. Por lo que no le importó, si el frío del bosque entumecía sus hombros, al haber escapado junto a él a altas horas de la noche.

Sus primeras experiencias, siendo entregadas al alfa.

Su primero beso.

Su primer todo.

Más aquel celo compartido lo cambiaría todo. Pues en medio del deseo le había marcado y de alguna manera el pelirrojo también sin saberlo, le había también marcado a él.

Su padre percatandose enseguida de ello y golpeandole hasta que creyó su vergüenza se había agotado. Encerrandole en un frío cuarto para que meditase sobre su indecoroso actuar y mientras él hallaba solución a tal ofensa.

Más la preocupación de su aislamiento pasó a segundo plano, cuando constató que algo crecía dentro de él. Cayendo en la angustia y desesperación, una vez que su padre hubo obligado a eliminarlo. De otro modo mataría al alfa, sabiendo ya que trataba de Chanyeol.

El peliplata suplicando por mantener al cachorro consigo, llegando a un acuerdo con su padre de llevarlo con él una vez nacido.

Más nunca más volver a ver a su hijo.

Ni él a su pequeña bebé.

Una cachorrita.

Pidiendo entre lágrimas a su padre, que tan solo le dejase ver una vez. Así memorizar su rostro e intentar aquel recuerdo pudiese mantenerle con vida.

Sollozando al verla tan pequeñita y llorando como si se diese cuenta de que les estaban separando. Con su cabello rojo al igual que él, más su piel en tonalidad dorada como los Kima.

Una total infamia para su padre.

Más para él, siendo tan bonita como el atardecer. Llevándose aquellos colores con ella. Y sumiendole en una oscuridad tan grande que le arrastraba hasta allí.







- Dime por que has venido - susurró el alfa sobre su oído, casi apenas tocandole. Y el pelirrojo corroboró que aquello no era una pregunta.

Aquello era una orden.

Sus manos sintiéndose sudorosas repentinamente, pasando saliva a través de su garganta al percibir el aroma del peliplata tan cercano a su cuerpo.

- S-sabes la razón - respondió aturdido y con sus sentidos sobre estimulados ante su presencia. Sintiendo cómo este rozaba su nariz sobre su marca, sacándole un suave sonido desde la boca.

El calor bajo su vientre subiendo entre lo debilitado que se sentía su cuerpo, apenas habiendo ingerido alimento antes de llegar allí.

-Aún hueles a mi - sus manos tocandole con suavidad en los costados de la cintura. Y Baekhyun no sabía si este había tirado de él o había su propio cuerpo, que por instinto había acercado al suyo - Dime porqué estás aquí.

El suave aliento de sus palabras colandose bajo su piel, sintiendola arder y estremecer al mismo tiempo.

-¿Qué es lo que buscas? - reiteró el peliplata, a lo que el omega llevó una de sus manos viajando hasta su cabello, al sentir que este murmuraba por sobre su cuello y las cosquillas le hacían doler el estómago - ¿Qué es lo que quieres?

Suaves respiraciones saliendo de su boca, reprimiendo lo placentero que aquello le estaba resultando. Sintiéndose pudoroso por la distancia que habían delineada entre ellos y la que ahora les tenía nuevamente reconociendo sus cuerpos.

Casi desconocidos.

-A t-ti- las palabras pronunciadas casi en un suspiro, al considerarse demasiado cobarde como para decirlas más audibles. Temiendo al rechazo que podría recibir de parte del alfa y a pesar de que este había enviado a buscarlo a Jung días atrás.

Percibiendo que su pecho latía ferviente al sentir que este se alejaba, más ahora le observaba demasiado cerca de su rostro.

Su aliento viajando a través de su boca, fijando su mirada allí y esmerandose en no hundirse en sus ojos.

Color luna.

-He estado con otros omegas - declaró Chanyeol con claridad, así no quedasen dudas en el pelirrojo. Su voz sonando agitada y sobre su pecho formándose un dolor punzante, al percibir el propio pesar del omega sobre su garganta.

-Lo sé - respondió aún cuando aquello le lastimaba profundamente. Más sintiendo que no tenía derecho a recriminarle algo al peliplata, este entregandole una mirada y aproximándose sus labios hasta la comisura de su boca.

- ¿No te duele? - preguntó casi rozandole los labios - ¿El pensar lo que pude haber sentido? - una de las manos del alfa viajando hasta sobre su ombligo y escabullendose allí - ¿O como les pude haber tocado?

Sus ojos cristalizado en una mezcla extraña de dolor y excitación. Deseando que aquel padecimiento, no sabiera tan dulce como lo hacía.

Tan adictivo.

Tan doloroso.

Aflijiendose ante el recuerdo, de todas las veces en que se había tocado pensando en él. Acabando entre las sábanas y con la culpa doliendole sobre el vientre.

Tal como en aquel momento lo hacía.

Se sentía avergonzado.

- Porqué yo no lo soportaría. No soportaría que otro alfa te haya tocado de la forma en que yo he tocado a esos omegas - su rostro siendo tomado por las manos del alfa, percibiendo sus mejillas húmedas por las lágrimas. Y el calor del llanto recorriendole la garganta.

Lo amaba tanto.

Tanto que dolía.

- T-tocame... - sus labios pronunciando sobre la boca del alfa, sosteniendo sus manos sobre la tela que le cubría el pecho - Tocame como a e-ellos p-por favor- su voz siendo suplicante y trémula. Tan solo recibiendo un gruñido del alfa y el lazo que sujetaba su cabello siendo desatado. Asi como el empuje del peliplata, haciéndole caer de espaldas sobre la cama de aquella habitación y con él sobre su cuerpo.

Su cuello mojandose en besos que más parecían ser mordidas sobre su piel. Más acojiendolas como si tratase de la más suave caricia, percibiendo como el peliplata le tocaba bajo la ropa y le provocaba un escalofrío que le hizo curvar la espalda.

Sus piernas recibiendo al alfa allí, jadeando ante el roce de su pelvis contra la suya, ansiando tocar aunque sea un poco su piel.

Sus manos tiritando al intentar tocarle sobre el estómago. Viendo de pronto a Chanyeol levantarse y al parecer entender su petición silenciosa, pues retiró la parte superior que le cubría. Sintiéndose cohibido de inmediato, cuando este desató el nudo que ataba la suya.

Quiero verte.

El cambio de temperatura enfriandole la piel repentinamente, haciendo el esfuerzo por cubrirse con sus brazos flectados sobre su torso. Consciente de que su cuerpo había cambiado y adelgazado demasiado durante aquellos años.

Habiéndole extrañado tanto.

Más el peliplata no permitiendo aquello, tirando una de sus manos y entrelazando la con la suya. Bajando su rostro hasta posarlo sobre su ombligo, aspirando momentáneamente allí y moviendo sus labios por sobre cada cicatriz que señalaba que en aquel lugar había estado su cachorra.

Su piel blanca destellando suave entre la luz que llegaba desde la ventana y le tenue iluminación de una pequeña lámpara sobre la mesita de noche.

Quiero sentirte.

Su piel hormigueando ante las sensaciones, respingando con empalagoso sonido cuando este le rozó un pezón con los labios.

- Chan... - aquel apodo saliendo instintivo desde sus labios, perdido entre la húmedad de la boca del alfa y las gentiles caricias que regalaba con su lengua. Tan diferente a la impulsividad con la que le había llevado sobre la cama.

Como si su lobo estuviese conflictuando consigo mismo. Chupando con tersura de su delicioso botón y con sus manos acariciandole los glúteos por sobre la ropa. Arrastrando sus dedos hasta encontrar la pretina de su pantalón.

- Alfa... - su lobo pronunciando con premura y distinguiendo como Chanyeol deslizaba aquella prenda por sus piernas. Deteniendose por un momento para mirarle, y en lo que el omega sentía impacientaba aún más.

Sintiendo sus labios secos y su rostro ardiendo. Detallando cómo el cabello cercano a la piel del alfa, se le pegaba a esta. Mientras este jugueteba con la yema de sus dedos sobre su vientre.

- ¿Q-que es lo que quieres? - cuestionó el peliplata, dubitativo ante la imagen del omega bajo su cuerpo y que temblaba ante cada uno de sus roces.

Deseando tan solo hundirse en él.

Perderse allí.

Baekhyun alzando una de sus manos hasta alcanzarle la línea del cuello, respirando acelerado y entre pequeños estremecimientos - Quiero q-que me beses.

Por favor.

El corazón sacudiendose sobre el pecho de ambos, sintiendo la exasperación y el anhelo por tener al otro.


Nuevamente.

- No puedo hacerlo - respondió con frialdad. Más el sonido de sus palabras salía gastado y como si realmente no deseara decir aquello - Jamás beso a esos omegas - el pelirrojo abriendo sus ojos más ampliamente por un momento, entendiendo el sitio en el que se encontraba ahora.

Aquel era sólo un encuentro más.

No había nada de especial en ello.

Llevando sus manos hasta su rostro y cubriendolo ante el miedo a la humillación. Recriminandose el mismo por haber considerado, el que Chanyeol fuese a ser tan dulce con él y al igual que años atrás.

Lo había marchitado.

Ambos lo estaban.

Estremeciendo debido al llanto contenido, sin embargo, procurando calmarse pues le necesitaba de tal manera, que estaba dispuesto a ser tomado como él alfa requiriera.

- E-entonces sólo t-tómame P-por favor y-yo... - tragando saliva en medio del dolor que cortaba su garganta y que sentía le atravesaba hasta el vientre -... y-te necesito t-tanto.

El recuerdo de su madre pidiendo que jamás se enamorarse. Que aquello le lastimaría y le condenaría a depender de aquella persona.

Cómo el oxígeno.

Y qué a pesar de ello, no le importaría. Cegandose sólo a la codicia por tenerle y entregarse a ello, tan dependiente de su respirar.

De su sabor.

Sus manos siendo tomadas desde las muñecas, retirandolas desde su rostro y ubicandolas a los costados de este - Por favor Baek... n-no me hagas esto - abriendo sus ojos y apreciando que desde el rostro del alfa brillaban tenues lágrimas también. Tan silenciosas que desgarraban en él - No me hagas n-necesitarte tanto otra v-vez - aquella petición acabando por sobre su boca. Dedicándose a respirar lo que este regalaba hacia la suya.

Moviendo con torpeza sus labios contra los suyos, respondiendo entre el temblor y la humedad del llanto. Sintiendo como este le soltaba las muñecas y lo acercaba a él, tomándole desde la curva de su espalda.

Sus propias manos viajando hasta el propio cabello del alfa, hundiendo sus dedos allí y apretandolo con suavidad mientras sentía que su lengua tocaba la suya.

Tenme.

Percibiendo el deseo de alfa sobre su estómago, sollozando en medio del sabor puro del café tostado. Esmerandose con una de sus manos, a desatar el pantalón del peliplata. Este mismo ayudándole con las suyas.

Su cuerpo crispando enseguida, al sentir la piel desnuda del alfa, chocar contra la suya. Arrastrando la yemas de sus dedos por su espalda, reconociendo la textura de esta bajo su tacto. Escuchando como este dejaba soniditos bajos y que vibraban por entre la unión de sus labios.

Atrayendole más cerca y sin dejar de besarle, escuchando el sonido del papel metálico romperse, haciendo que su pecho quemase de arrebato por tenerle.

Gimiendo delicado, ante la sensación de uno de los dedos de Chanyeol tocando su entrada. Percibiendose resbaladizo y preparado para recibir al peliplata. Este separándose de él por un momento y sólo para detener a observarle.

Sus ojos brillantes en medio de la oscuridad de la habitación. Aflicción y deseo habitando en ellos.

- Estás t-tan mojado - sus labios bajando por el costado de su mandíbula, tan solo reaccionando a aferrarse a su cuello - Tan mío.

Sus dedos entrando en él y haciendole gemir, más sintiendo que el alfa le estiraba suave y con controlada ansiedad. Respirando con pesadez sobre su oído. Llevando su propia mano hasta poder tocarle y conducirle a través de aquella acción, hasta su interior.

Desde su boca saliendo un sonido similar a un quejido, que hizo que Chanyeol se detuviese - ¿Te e-estoy haciendo daño? - preguntando de pronto y a lo que el omega no sabía cómo responder. Comprendiendo qué aquella pregunta tenía tantos matices en ella.

-N-no - señalando con tersura y entre el aliento que escapaba rápido de su boca - Hace mucho que yo n-no... - interrumpiendose a sí mismo y reprimiendo aquella confesión -...tan solo ve despacio.

El peliplata deteniéndose como había pedido y dejando su boca sobre su oído - P-perdoname - el omega tan sólo aferrándose a él y negando con su cabeza - He querido s-sacarte de mi y-yo...

-No importa - sus labios renuentes ante las palabras dichas - N-no me importa.

Una mentira siendo tan frágil en aquel momento, cuando sólo necesitaba de él. De sentirle tan profundamente y este le hiciese saber que su corazón continuaba latiendo.

Aún cuando podía sentirlo sobre sus oídos.

Moviendose suave en su interior y tomándole desde las caderas y sin dejar de besarle el cuello.

- Oh bebé - su boca pronunciando entre cada beso, sintiendo como este tocaba su punto dulce y le hacía gemir más agudamente.

No creía poder aguantar demasiado.

Ninguno de los dos.

Sus manos torpes guiadas hasta el rostro del alfa, atrayendole con sus labios entreabiertos y en medio de su jadeante respiración. Alzando su boca para encontrarla a la suya, tomandola y dejando que este se lleve su aliento. Enredando sus dedos entre su cabello, mientras recibía cada una de sus embistes. Sollozando ante la angustia y placer que estaba sintiendo su cuerpo.

Percibiendo cómo el orgasmo se construía en ambos, por el modo en que los dos temblaban y parecía se consumirían en la boca del otro.

El peliplata por instinto bajando su boca hasta la curva de su cuello y besando con desesperación sobre su marca. Recibiendo las suaves caricias del omega sobre su cabello y la aprobación en suaves gemidos de lo que haría.

De lo correcto que era aquello.

Su cuerpo deseando quedarse para siempre allí en su interior, empujando con fuerza sus caderas y hundiéndose allí. Distinguiendo cómo el dulzor de su aroma, rogaba a su lobo por ser mordido.

Suave flor de durazno.

Rozando sus colmillos hasta que el clímax de ambos llegó, acompañado de las respiraciones agitadas y sonidos de complacencia del omega. Quien curvaba su espalda al sentir la marca ser reabierta.

Tan dulce y dolorosa.

Y la sensación cálida del alfa, creciendo una vez más en su interior.

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