• CAPÍTULO 30 •
Te recomiendo escuchar "Run Away with Me" de Sufjan Stevens, mientras lees éste capítulo ✨
Sujetaba con cuidado el tubo que conducía el agua y que el beta había entregado en sus manos. Lavando minuciosamente el cuerpecito desnudo de la cachorra y que había quitado su bañador para limpiarle el arena.
Aquella había siendo una orden extricta del señor Donghae para poder ingresar a la casa, más a Jungkook se le conmovía al ver como sus dientes castañeaban de frío - Ya, ya...tan solo quedan tus pies - dijo con cariño, viendo como la pelirroja asentía. Moviendo los deditos de sus pies, para que escurriera el arena de allí.
Tan obediente.
Sus hombros sacudiendose, entumecidos a pesar de los rayos anaranjados del atardecer. Para el omega siendo inevitable, compararle con los cachorros de su clan. Los que se paseaban y corrían desnudos en Jeonu y a pesar de su corta edad. Negándose a abrigar su cuerpo y chillando por ello, incluso en época de nieve.
Muchas veces él mismo, debiendo perseguir a más de alguno que huía de sus padres. Rehusandose al calor y sensación incomoda, de algo sobre su piel.
- Ya ven acá - señaló a Hyejin luego de un suspiro, estirando entre sus brazos una toalla para secar el cuerpo de la niña. Esta acercándose inmediatamente a él, desesperada seguramente por un poquito de calor - Lavaré tu cabello con agua tibia ¿está bien? - la cachorra asintiendo, mientras sus ojitos se restregaban por el pecho el pelinegro, quien le abrazaba con la toalla - Pero primero comerás algo - indicó para luegi alzarle y llevarle hacia la casona.
Subiendo con cuidado, la pequeña escalera que daba hacia la cocina - ¿El señor Donghae hizo tarta de manzana? - preguntó la cachorra abrazándose a su cuello - A Hyejin le encanta la manzana.
- Tal vez - respondió el omega sonriendo. Agrandandole la sensación de tener a la niña entre sus brazos.
Lo cierto es que la pelirroja llevaba ya dos días a su cuidado. Su padre habiendo enfermado repentinamente, no teniendo la energía para estar al cuidado de la cachorra. Pareciendo un simple resfriado en un principio, pero que parecía no mejorar a medida pasaban los días.
Y todos en el clan sospechaban se debía a otra cosa.
- Hasta que llegan ustedes - señaló el beta apenas habían ingresado. Indicándoles la mesa que había en la cocina y para que se instalarán allí.
Jungkook sintiendo un aroma extraño sobre su nariz, frunciendo ceño por leve momento y mientras dejaba a la cachorra sobre la mesa. Procurando mantenerla arropada por la toalla. Esta mirando hacia el peliplata y con sólo un claro objetivo.
- ¿El señor Donghae cocinó tarta? - preguntó entusiasta, con la sonrisa marcando su rostro y espolvoreado sus mejillas de suave rosa.
Y Jungkook observó al beta servir dos vasos hasta la mitad, con una preparación que él parecía desconocer. Acercándose hasta ellos y entregandola en sus manos.
Jungkook sintió el calor entre sus manos, viendo como el vapor salía de allí. Mientras la cachorra aspiraba profundo, como si con ello pudiese saborear el aroma en su boca.
-He cocinado tu tarta de manzana, pero aún debe enfríar -señaló el beta sonriendo, para luego voltearse y continuar ordenando la loza que tenía sobre la mesa - Pero puedes tomar ese chocolate caliente, te bañas y al regreso estará ya lista para ti.
Y la niña comenzó a sacudir sus piernecitas con efusivudad, deteniéndose sólo hasta que Jungkook le advirtió con un gesto que aquello sería peligroso. Ya que llevaba un líquido caliente en sus manos y podría quemarse.
Viéndola sorber de su taza y aún con su pelo enmarañado con el agua salada del mar. Acercándose él mismo a probar aquello que tanto entusiasmaba a la niña y recordando que el beta había mencionado la palabra "chocolate". Sin embargo, sobre su rostro formándose una mueca y un sonido de desagrado.
Aquello no sabía cómo esperaba.
Donghae se giró a verlo - ¿Estás bien? - preguntó mientras la niña continuaba bebiendo de su taza. A lo que él llevó una vez más la suya hasta su boca.
- Si, no ha sido nada yo... - su estómago de pronto sintiéndose pesado, llevando una de sus manos instintivamente para cubrir su boca.
¿Eso había sido una náusea?
Y el peliplata se acercó a él con una ceja levantada, tocandole la frente con una de sus manos. Pareciendo verificar su temperatura - ¿En serio te sientes bien? - insistió nuevamente. A lo que el omega negó, apenas controlando las enormes ganas que tenía de devolver el almuerzo.
¿Qué le estaba pasando?
-La verdad es que no - soltó con rapidez, para luego levantarse ante la mirada atenta del beta y la cachorra que estaba a nada de preguntar lo que sucedía. Hasta que Donghae corrió por lo primero que halló, entregando el pequeño basurero de la cocina y ubicandolo frente a él.
- Utiliza esto - casi no acabando de terminar la frase, cuando vió como Jungkook se arrodillaba y sostenía el contenedor entre sus manos.
O más bien se sostenía de él.
Vomitando allí mientras el cuerpo le temblaba y el peliplata se acercaba a sobarle la espalda. La pequeña cachorra observando sentada sobre la mesa, ya no prestando demasiada atención a su tazón de chocolate.
-¿J-jungkook está enfermo? - preguntó con preocupación, haciendo el atisbo de bajarse, pero siendo detenida por la mano en movimiento del beta.
- Jungkook está bien cariño - le respondió Donghae en el intento de calmarla. Sin dejar de dar ligeras palmaditas a la espalda del omega, quién parecía mermar sus náuseas momentáneamente. Cerrando sus ojos y proponiendo controlar una nueva arcada que se formaba en su garganta - Tan sólo sacalo, no lo contengas - señaló el peliplata, sonando como un permiso concedido y que a Jungkook le hizo nuevamente vomitar.
Dios ¿que le sucedía?
Su cuerpo sintiéndose temblar y sus ojos humedecerse. Respirando profundo y sintiéndose de pronto muy débil - ¿Ya?- preguntó nuevamente el beta, a lo que el pelinegro asintió suave y con sus ojos cerrados. Percibiendo cómo Donghae me ayudaba a levantarse - Te prepararé un poco de medicina, siéntate aquí - ubicandole a un costado de la mesa, apoyando una de de sus codos sobre ella y llevando su mano hacia su rostro para cubrirlo. Aún procurando controlar las náuseas que sentía venir.
Percibiendo como la pequeña cachorra le tocaba el cabello con cuidado, entregándole caricias con intención de tranquilizarle - Todo va a estar bien Jungkook. El señor Donghae hará que sanes - y el omega deseó sonreír ante la ternura de la pelirroja, más se sentía demasiado fatigado como para poder hacerlo. Queriendo lavar desesperadamente su boca, para sacar el sabor tan desagradable que había en ella.
Suspirando con suavidad, al no comprender que le sucedía.
Llevaba días sintiendose extraño. Nada tan notorio como para haberlo hecho saber, habiéndose vuelto demasiado meloso y dependiente del peliplata. Casi no deseando salir de su habitación, tan solo permanecer allí entre las mantas y cubierto de su aroma.
Incluso llevando en aquel momento una de las prendas del alfa bajo su sweater. Seguramente todos dentro del clan percatandose de ello. Más a él en vez de avergonzarle y como podría haberse sentido tiempo atrás. Le hacía sentirse seguro.
Protegido.
Aquello era demasiado inusual, pues siempre enseñaron a no depender de un alfa. Otorgándole de la independencia necesaria, para no tener que doblegarse ante la necesidad de la atención de uno.
O volverse dependiente de ello.
Sin embargo, en aquel momento su lobo demandaba de las caricias del peliplata.
Tan consentido.
- Ten, toma esto - le indicó Donghae, entregándole una infusión en una pequeña taza - Aligerará tu estómago - el omega asintiendo y recibiendo aquello con agradecimiento y llevando una de sus manos sobre su vientre.
El peliplata estaba seguro que aquello había sido inconsciente, entre cerrando sus ojos de inmediato y prácticamente corroborando lo que venía pensando desde hace días - ¿Quieres que llame al alfa Taehyung? - preguntó considerando que aquello sería lo mejor para Jungkook en aquel momento.
Su rostro apenas recuperando el color, aún así negando con su cabeza - Tae... él está organizando su próxima reunión en Min, prefiero no molestarle - respondió para luego sorber del líquido tibio.
- No creo que eso sea una molestia Jungkook - agregó el beta - Por el contrario, sería bueno que estuviese al tanto de tu salud.
- Lo sé - respondió con sinceridad, pues sabía si Taehyung se enteraba que había estado vomitando en la cocina, sin duda dejaría de lado todo lo que estuviese haciendo - Pero estaré bien, tan solo ha de haber sido algo que me ha caído mal - y si bien el omega no estaba muy seguro de ello, necesitaba que el peliplata desistiera de aquella idea.
No quería preocupar a Taehyung y menos cuando un nuevo consejo estaba tan cerca.
Le había sentido demasiado tenso. Incluso descubriendo que despertaba por las noches y no podía dormir del todo bien. Y él solo se había esmerado en cantarle con suavidad, hasta dormirse el mismo mientras lo hacía.
- Jungkook debe tomar toda la medicina que el Señor Donghae ha hecho para él - preguntó con suavidad la cachorra, quién no había dejado de acariciarle el cabello - Hyejin no quiere que Jungkook enferme - el pelinegro le sonrió, devolviendole aquella caricia tocando le con cuidado una de las mejillas.
- Estaré bien - respondió con sinceridad, pues aquella infusión en serio le había quitado la sensación desagradable sobre su estómago - Ahora iremos a darte un baño caliente ¿está bien? - añadió con gentileza.
- Creo que es mejor que descanses Jungkook - intervino el beta, tocando su hombro - Yo puedo bañar a Hyejin y luego traerla de regreso para que coma su tarta de manzana ¿cierto cariño? - preguntó girandose hacia la niña, quién mantenía su boquita formando un círculo perfecto. Pero que se rompió rápido al esbozar una sonrisa. Asintiendo con rapidez hacia ambos adultos.
El omega le sonrió. La verdad no deseaba molestar al peliplata, al él estar a cargo de la cachorra. Sin embargo comprendía que su preocupación era sincera y él actuaría del mismo modo, si fuese Donghae quien se encontrara indispuesto.
Donghae era muy dulce.
- ¿No creo poder contradecirles no es así? - dijo en medio de un suspiro, observando cómo el beta tomaba entre sus brazos a la cachorra y caminaban hacia la puerta que salía de la cocina.
- Toma un descanso Jungkook, ve a tu habitación y duerme un poco si es necesario - indicó antes de salir de allí, golpeteando ligeramente la puerta contra el marco. Esta al tener unas pequeñas ventanillas, dejando ver entre el visillo, la imagen de la niña y el peliplata desaparecer.
Volteando nuevamente su cabeza hacia al frente y observando la taza vacía que el beta había dado, que aún se encontraba entre sus manos. Su mano viajando de inmediato sobre su estómago, moviendo sus ojos hasta allí y apretandose algo sobre su pecho.
¿Sería posible?
El recuerdo tangible aún, de la piel tibia del alfa sobre la suya. Provocándole cosquillas y haciéndole sonreír por inercia, a pesar de las ya más de tres semanas que había sucedido aquello. Manteniendo grabadas las palabras que había recitado, mientras esperaba que su nudo bajase. Aún ambos entre el estemecimiento de su clímax.
Mi amor.
Besando con ternura los cabellos de Taehyung, quien se mantuvo abrazado sobre su pecho y sostenido de su arrullo. Mientras una de sus manos le acariciaba con devoción el vientre.
- Sabes que no necesariamente y-yo...
- Lo sé, lo sé - le interrumpió complaciente el peliplata y aturdido debido a su unión - Es solo mi lobo... - se detuvo-... b-bueno también yo... ambos estamos desesperados por cuidarte - aquello haciendo que su pecho entibiase agradablemente, por lo que llevó una de sus manos hasta el rostro del alfa, incitando a que le mirase.
Los ojos color plata del alfa, aún brillantes y con pequeñas tonalidades azulinas de su celo. Mientras Jungkook se dedicaba a recorrer, cada detalle de su rostro con los suyos. Las duda permaneciendo allí, sobre la punta de su lengua - ¿T-tú... desde cuando lo sabes? - preguntó con su voz temblorosa, no estando seguro si se debía al cansancio o a lo nervioso que se sentía.
Taehyung sonrió, dejando un suave beso sobre su pecho desnudo y apoyando su mentón allí. Su cabello aún húmedo, pegado sobre su cuello.
- Cuando te hemos llevado a Min debido a la irukandji - dijo con mesura el peliplata, lo que hacía que se calmase un poco. Sintiendo como este no dejaba de rozar, las yemas de sus dedos sobre su ombligo - Ni siquiera he sido consciente...tan solo te he llamado. Incluso Chanyeol me ha escuchado.
Jungkook abrió sus ojos tan sólo a la mención del alfa - ¿Él lo sabe? - preguntó rápido.
Taehyung rió - Me ha oído... no ha preguntado, pero supongo que sí - y el omega no sabía la razón, pero de pronto se había sentido demasiado avergonzado - Jongin también - agregó riendo el peliplata y Jungkook no entendía porque lo hacía, si eso le hacía sentir tan incómodo a él - Tranquilo, no tienes de qué preocuparte bebé - señaló el alfa, moviendo su mano para acariciarle el rostro.
Y el pelinegro deseó contradecir, más solo añadió - El omega Min también lo sabe - siendo ahora el turno del peliplata, para abrir sus ojos muy grandes. Apoyando sus palmas sobre la cama y a ambos costados de Jungkook. Moviendose sin querer con brusquedad y sacándole un quejido al pelinegro.
- Oh lo s-siento amor ¿te he lastimado? - preguntó alarmado, consciente de que su nudo aún no había bajado.
El omega negó - Tan sólo se cuidadoso... y ven acá, no te alejes de mí - indicó casi en orden, más su tono de voz siendo muy suave como para que sonase autoritario.
Tan solo necesitaba mimos. El cuerpo del alfa acudiendo enseguida a él, abrazándose a su pecho y enredando sus brazos por detrás de su cintura - ¿Jimin has dicho? - interrogó regresando a su conversación, el omega repasando su cabello con sus dedos y satisfecho de tener al peliplata calentandole la piel.
Sintió a su lobo ronronear.
- Sí él. Hemos tenido una conversación y se lo he confesado - respondió.
Y surgió un breve silencio entre ambos, como si el alfa procesase lo que Jungkook le había revelado. Observando cómo este inclinaba un poco su cabeza y se detenía a mirarle.
- ¿Y tú...también lo sabías verdad? - y el pelinegro se sintió un tonto, pues percibió su rostro arder por aquella sencilla pregunta y considerando, que prácticamente estaba unido al alfa.
Desvergonzado.
Asintiendo despacio y haciendo memoria en sus propios recuerdos allí en aquel lugar - Si. Desde mi primer celo, a-aquí en Kima.
El alfa le miró atónito y tal vez con un poco de angustia, al comprender lo cuan tardío había estado de su anhelo por el omega. Quizá por la misma represión de sus sentimientos, de acuerdo a lo que las leyes estatales dictaban para ellos dos.
Tan equívocas.
- ¿P-por qué no me lo has dicho? - le preguntó sin dejar de mirarle.
No habiendo recriminación allí, si no sincera incertidumbre del porqué había guardado silencio.
Jungkook le tocó el rostro con el dedo índice, dejándolo finalmente reposado sobre una de sus cejas - Estaba asustado...recién venía conociéndote y no era como si fuese y te dijese q-que...que creía eras...
-Tú ananké - respondió con seguridad el peliplata, quién de pronto estaba muy cerca de su boca. Cerrando sus ojos casi instintivamente, al sentir su aliento tocandole los labios - Soy tu ananké.
Y Jungkook aseveró con su cabeza muy ligeramente, sintiendo como el alfa aprisionaba su labio inferior entre los suyos y chupaba con tersura.
Su vientre cosquilleando tan natural al contacto con el peliplata, llevando sus manos para tomar los costados de su rostro - ¿Te has sentido decepcionado? - cuestionó en un susurro Taehyung, a lo que el omega abrió sus ojos con curiosidad - El que sea yo por quien has esperado tanto...
Más él respondió rápido y sin vacilaciones - No sabe cuanto alfa Kima... - acabando dentro de su boca, cuando este le arropó con la suya. Su piel desnuda siendo cubierta de caricias, hasta que el sol estuvo lo suficientemente alto como para abandonar aquella cabaña.
El peliplata procurando recitar cada te amo sobre su oído, cálido y discreto. Mientras juntos regresaban a la casona y el peliplata dedicaba a robarle besos antes de llegar a allí.
- Pensé que Donghae estaba aquí - pronunció de manera brusca una voz a sus espaldas, haciéndole sobre saltar y poniendo en alerta a su lobo. Girandose de golpe y comprobando de quién se trataba.
Necesitaba salir de allí.
Ignorando su miedo, volteandose nuevamente y levantándose de su sitio para llevar su tazón vacío al lavaplatos - Ha ido a dar un baño a Hyejin - respondió con firmeza, procurando no doblegar ante lo intimidado que me hacía sentir el alfa. Percibiendo como este no le quitaba la mirada de encima y se quedaba clavado en aquella puerta.
Si boca percibiendose seca ante lo ansioso que se sentía, enjuagando el tazón bajo el agua casi torpeza. Deseando disimular su incomodidad, sin embargo, pareciendo no lograrlo.
El alfa continuaba allí, mirándole con detenimiento y sin pronunciar siquiera una palabra.
Le quería asustar.
Más él jamás se había disminuido ante uno y por el contrario, estos parecían temer acercarse a él.
Y no permitiría que esta fuese una primera vez.
Por lo que secó sus manos aún mojadas, con el pequeño mantel sobre el respaldo de una de las sillas. Caminando enfocado en solo huir de aquel lugar.
Aún así, el alfa no se movió.
Su mirada alzándose con orgullo, como tanto habían enseñado a hacer. Apretando sus puños por instinto sobre su ropa - ¿Me da espacio para salir señor Namjoon? - preguntó con la boca amarga de frustración, pues sabía que el peliplata lo hacía a propósito. Escuchándole chasquear la lengua, para luego reír con discreción.
- Si crees que a mi también me has engañado omega, estás muy equivocado - le dijo con la voz rasposa y Jungkook pudo sentir su enojo a través de su aroma - Bajo esa imagen tan inocente ¿Quién lo creería no?- y el pelinegro se inclinó levemente hacia atrás, poniéndose a la defensiva al sentir que el alfa se le acercaba. Más este pareciendo notarlo, retrocedió de inmediato - Pero yo no caeré en eso como los demás, yo se lo que has venido hacer a Kima Jeonu...Yo no confío en ti.
❀
La brisa tibia que había acompañado al día, enfriaba sobre la tarde. Inmiscuyendose por la ventana entreabierta, haciendo que el visillo transparente ondeara suave al movimiento del aire.
Esbozando una sonrisa, al verle allí sobre la cama antes suya y que ahora ambos compartían. Arrullado bajo las mantas superiores, quizá debiéndose al ambiente que había antes de que se durmiese.
Una suave imagen y que contrastaba tanto con "Strange fruit", la que sonaba en dolorosa melodia desde el gramofono de Jungkook. Y que había llevado consigo hasta la habitación del alfa.
Ambos disfrutando de ello en sus momentos de mimos.
Tan bonito.
Su cabello revuelto y sin ser atado con el lazo que Donghae obligaba a usar en la cocina. Con sus pies desnudos, apenas asomando bajo la ropa de cama. Clara evidencia que había compartido parte de la tarde, con la pequeña cachorra junto al mar.
Su bonito jazmín.
Y deseó correr y enredar su cuerpo al de él. Más procuró cerrar la ventana e impedir la habitación enfriara y el omega despertase por aquello.
Su lobo siendo un sobreproctor, habiéndose esto incrementado luego de haber compartido su celo a su lado.
Había ansiado tanto marcarlo.
Acomodándose tras su espalda y metiéndose bajo las mantas, llevando sus manos hasta su cintura y acercando su nariz por el costado de su cuello.
Jungkook enseguida reaccionando a su presencia. Emitiendo soniditos empalagosos de aprobación, pero sin abrir sus ojos y tan sólo dejándose acariciar por el alfa.
Te extrañe.
Sus manos acariciandole con cuidado, estas pasándolas delicadamente bajo su sweater y encontrando allí aquella prenda tan conocida. Sonriendo mientras olía su cabello y suponía a su lobo revoltoso por el aroma dulce del omega.
Percibiendo como este acurrucaba más sobre él, con sus pies entrelazados a los suyos y moviendo su cabeza inclinandola levemente, para dar más acceso a su cuello. Seguramente su lobo, reconociéndole al haber sentido la distancia de su tacto durante todo el día.
- Eres un mimado - le había dicho el alfa, mientras Jungkook tan solo hacía un sonido de satisfacción. Demasiado perdido en sus caricias, como para contradecir a sus palabras.
Taehyung sonrió, haciendo que su estómago doliese de lo mucho que le gustaba el omega.
De lo mucho que le amaba.
Lo que ambos habían admitido, en medio de la dulzura del deseo.
Y habiéndoselo recordado, durante cada noche luego de ello. Olisqueando con mesura su piel, sintiéndose sosegado luego de tanto ajetreo.
Había estado planificando un nuevo viaje a Min.
Asomando en él, el recuerdo aún tibio de aquellas palabras en la libreta sobre su escritorio.
" Ellos caminaban descalzos, como si sus pies estuviesen ya habituados a la rutina de la montaña y el roquerío que salía entre ella.
Y la verdad es que el trayecto, no había sido demasiado largo. Tan solo un par de horas de pendiente, hasta que llegamos a una gran cascada escondida en medio de allí.
Desconfiados un poco, por las escasas palabras que los Jeonus entregaban a nosotros y eramos sin duda, un número reducido en comparación a ellos. Lo que nos hizo sentir tanto miedo como incertidumbre, cuando ingresamos a una pequeña y cueva tras el velo de agua dulce.
Si ellos no nos hubiesen llevado allí, jamás sabríamos de su existencia. Y lo que conocimos en aquel lugar, fue sin duda impresionante. Pues prácticamente el lugar aunque oscuro, deslumbraba en destellos. Cristales preciosos naciendo entre la roca, luciendo como un pequeño cúmulo de constelaciones aisladas en aquel lugar.
Mis compañeros corrieron a verlo, casi gritando eufóricos por la belleza encandilante del lugar. Más yo solo me mantuve en silencio, ya que los algas que iban con nosotros se habían arrodillado silenciosamente frente a ella.
Como si estuviesen en una especie de diálogo con la montaña.
A la vez que la única omega que iba con nosotros, se había acercado nuevamente a mi. Su cabello con pequeñas trenzas de colores siendo más nítidas y acompañadas de una bonita flor anaranjada casi seca, adornado a un costado de él.
Con sus ojos que aunque negros, destacando en aquel lugar delicadamente.
El sonido de sus palabras, siendo desconocido y a la vez tan extrañamente familiar. No comprendiendo la razón de haberme hablado, cuando no le había visto hacerlo con nadie más.
Diciéndome en un susurro un: Brilla, tanto como tú."
El peliplata descubriendo las palabras y las similitudes que había en ellas, inquietandole tanto que le hubo quitado el sueño por días.
Eso y el no encontrar el modo de decirle la verdad.
Su clan estaba prácticamente desaparecido, no habiendo rastro de ellos. Y él sabía que aquello causaría un enorme daño en Jungkook.
Más también asimilaba lo necesario de entregarle esta información pronto, sobre todo ahora cuando su vínculo se había hecho más fuerte. Y además de que un nuevo consejo se hallaba tan cerca y sabría que allí se discutiría el tema.
Y no deseaba que el omega se enterase de de ello por terceras personas y los rumores viajaban demasiado rápido en Kima, como para que más de alguno le contase esto.
No se lo perdonaría.
- ¿En qué piensas tanto? - preguntó de pronto el pelinegro, girandose repentinamente y con su rostro tan cercano al suyo.
Sus ojos negros, marcando un un pequeño brillo que hacían que lucieran tan redondos como dos pequeñas polcas.
¿Habría de haber visto otros más bonitos alguna vez?
- Háblame de las flores Jungkook - y el pelinegro frunció sus cejas, intrigado en aquella petición - ¿Te gustan? ¿Hay flores en Jeonu? - sonriendo, más pasando su mano sobre el rostro del omega , quién le observaba entrecerrado sus ojos - Tan solo se me ha ocurrido preguntar, no pienses demasiado en ello.
Y aunque sabía mentía y deseaba saber un poco más de su clan sin lastimarlo. También sentía curiosidad por lo que le rodeaba a su chico, antes de haberle conocido.
La misma que ha de haber sentido su abuelo al conocer Jeonu.
Y aunque el pelo negro se había mantenido momentáneamente en silencio, habiendo regresado su rostro hacia abajo y alejando su vista de él. Respondió despacio.
- En Jeonu n-no... no suelen florecer flores - le señaló cobijándose en él y enterrando su nariz sobre su pecho -Jeonu es muy frío y la nieve que cae constantemente, impide que puedan llegar a florecer.
Y Taehyung quiso preguntar, pues se suponía que...
-Tan solo hay una... que florece tan solo una vez en su vida - y Taehyung le abrazó, ubicando su mentón sobre su frente. Sintiendole ligeramente temblar por lo que estaba compartiendo con él - Es muy bonita.
- Cuéntame como es - le señaló regalando movimientos suaves para tranquilizarle.
-Cómo el atardecer. Tienes los colores del sol cuando esconde - Taehyung le sintió vacilar. Muy poco, pero perceptible para él - Es muy importante para mí clan.
-¿Por qué? - preguntó con cuidado
- Su florecimiento anuncia abundancia y... la pareja del líder la utiliza en su cabello para concebir cachorros - el peliplata se mantuvo pensativo en aquello - Es una creencia de mi clan.
- Es muy bonito - añadió el alfa, viendo cómo el omega le volvía a mirar.
- ¿En serio lo crees? - preguntó incrédulo - Yongsun dice que es ridículo - Pero yo he nacido gracias a esa flor. O eso es lo que me contó mamá. Ella ha esperado mucho por mí.
El alfa le quedó mirando - Pues esa flor ha hecho muy bien su trabajo - señaló provocando una pequeña risita en Jungkook. Moviendo sus manos para tocar su rostro con uno de sus dedos y con su otra mano dedicándose a filtrase bajo su ropa, rozando con sus yemas allí - Bebé...aún llevas mi camisa - afirmó, recorriendo con su mano libre, la silueta del rostro del pelinegro. El que giró su cabeza rápidamente, volviendo a esconder su mirada sobre su pecho.
- Es mía - señaló como un cachorro, encontrándose aún más sobre el alfa, frotando su nariz. Quitando la desesperación de su lobo por olerle a cada momento - Me mantiene caliente y...hace que huela a ti- y el alfa no contuvo las ganas, de acariciarle la piel desnuda de la piernas. Sonriendo al saber que el pelinegro practicaba su acuerdo y recorría desnudo su habitación mientras se hallaba allí.
Salvo ahora que se resistía a quitarse aquella camisa suya.
Y es que Taehyung lo sabía. Comprendiendo de que de esa manera, el omega sentía su marca ausente. Haciéndole sentir protegido de los demás alfas que se le acercase. O alejando a omegas que podrían mostrar interés en el peliplata.
Era suyo.
El alfa carcajeó ante ello, girando a Jungkook y ubicandole bajo su cuerpo. Haciendo que su corazón palpitase más rápido, cuando le vio mirarle con sus ojos intrigados.
- Te has puesto demasiado posesivo mi dulce jazmín - le señaló, acariciandole el vientre y sobre las costillas, sacándole un pequeño suspiro al omega.
Y aquello le causaba curiosidad, pues Jungkook era lo suficientemente autónomo y jamás había mostrado aquella faceta con el.
Sin embargo, las últimas semanas se había vuelto llamativamente dependiente.
Tampoco se quejaría de ello.
- Es mi lobo... te reclama como mio y... quiere quiere ser reclamado como tuyo - le respondió Jungkook sin que le temblase ahora la voz - No creas que comparto ese pensamiento, yo pienso diferente.
Y Taehyung volvió a reír, causándole gracia las palabras del omega - ¿Me estás diciendo que no estás de acuerdo con tu propio lobo? - el omega asintió efusivamente - Pero ¿acaso eso es posible bebé?
- Soy un individuo, todos lo somos Taehyung . El que te ame y quiera pasar mi vida junto a ti... - y el alfa vio sus mejillas sonrrojar-... n-no significa que pierda mi independecia. Y que yo tenga el derecho de nombrarte como objeto de mi posesión - el peliplata lo observó asombrado ante sus palabras - Y espero también me ames de la misma manera, con libertad y gentileza. Aunque nuestros lobos tengan esas ideas tan primitivas.
Taehyung le sonrió, sintiendo que en su pecho colmaba de admiración y su lobo en vez de sentirse intimidado por el omega, se acurrucada bajo sus pies.
- Por supuesto que si bebé - le señaló subiendo una de sus manos hasta su rostro, atrapandolo con sus dedos desde la línea de su mentón - Lo que más ansío en verte libre y sin miedo. Jamás te ataría a mí, si así tuviese que coartar tu libertad - indicó con sinceridad y ya casi sobre sus labios - No necesito de ello para saber que nos pertenecemos.
Jungkook tan solo llevando sus manos hasta alcanzar el rostro del alfa, acomodandolo allí y besándole con suavidad la boca. Susurrando un vaporoso "te amo" que se perdió en aquel beso, mientras percibía como el peliplata le acariciaba sobre el vientre con su otra mano.
¿Lo sabría?
Separandose tan sólo para acomodarse entre sus piernas y abrazarse a su cintura. Observando como este cerraba sus ojos y respiraba de aquel lugar, como si su lobo reconociese que algo en él había cambiado.
Tembló ante ello.
Lastimandole el hecho, de ocultar sus propias sospechas y malestares que su cuerpo había comenzado a sentir. Percibiendo su mano ser tomada por el peliplata y entrelazarla a la suya, besándole suavemente los nudillos.
- ¿Irás conmigo a Min los próximos días? - preguntó repentinamente Taehyung, sin dejar de regalar delicados mimos bajo su ropa.
-¿Quieres que vaya? - le preguntó tocando le algunos mechones con sus dedos y distinguiendo como este asentía.
-Te necesito a mi lado - admitió con determinación, más interrumpiendose a sí mismo de inmediato - Si es que así lo quieres claro.
Y Jungkook sonrió, ante los intentos de Taehyung por controlar a su demandante lobo - Si quiero. Quiero ir contigo a Min - añadió sin dudarlo y recibiendo en respuesta, la sonrisa del peliplata quien se había girado a mirarle. Acomodándose más sobre el y comenzando a picarle las costillas.
El omega riendo sin poder controlarlo, mientras Taehyung hacia cosquillas en su estómago y le besaba el cuello alternadamente.
La sensación tan efímera de la tranquilidad, palpandose bajo sus cuerpos.
Perpetuandolos.
Apenas escuchando cuando el beta tocó a la puerta, llamándoles a ambos a cenar. Invitando el alfa y como ya era costumbre, a ubicarse tras su espalda. Y no sin antes y muy a su pesar, ayudar a colocar sus pantalones. Y no menos importante, robarle un fugaz beso que se perdió allí, en aquella habitación.
- ¿Donghae ha hecho tarta de manzana? - preguntó el peliplata mientras camina a con el pelinegro en su espalda y este cruzaba sus brazos por delante de su cuello.
Jungkook aseveró con su cabeza - ¿Lo hueles? - cuestionó el omega
- Por supuesto que si, es mi favorito. Adoro ese postre y no lo confundiria nunca - señaló con efusividad, a lo que el omega rió ante su entusiasmo.
Su alfa era tan dulce. Y podría haberle dicho que él era el suyo, más aquello lo guardaría para él.
- Esperemos Hyejin te halla dejado un poco - dijo en un intento de molestarle. Sin embargo, el alfa tan sólo formó un puchero y mientras le bajaba al final de las escaleras. Una mueca de disgusto falso y que el omega besó alzando un poco las puntas de sus pies.
El sonido del carraspeo de alguien, separandoles enseguida y ruborizandoles el rostro.
A pesar de que todos sabían ya en Kima de su relación, era bastante diferente si Seokjin era quien veía su empalagoso ritual de besos.
Santísima diosa Luna.
- Hyejin quiere una princesa para dar también dar besitos - señaló de pronto la pequeña vocecita de la cachorra, quien se encontraba tomada de la mano del omega y con su pijama color púrpura ya puesto. Provocando que aquello aumentase el bochorno.
- Oh claro que la habrá corazón, pero a su debido tiempo - respondió Seokjin con dulzura y riendo un poco de las ideas de la niña. Esta soltandole de pronto y corriendo a abrazarse de las piernas de Jungkook, quien enseguida le acarició sobre el cabello.
Ambos formando un vínculo especial, durante todos esos meses. Y que se había fortalecido en aquellos días.
- ¿Chanyeol no vendrá a cenar otra vez? - preguntó Taehyung, consciente del cómo eso podría afectar a la niña. Y más aún cuando podía entender, el origen de su afección.
- Creo que no - le respondió su padre, con un tono de voz resignado y compasivo - ¿Y si vas a verle? Quizá se anime a levantarse si te ve por un momento.
El alfa no estaba muy seguro de ello, más también estaba realmente preocupado por su amigo. Llevaba días de ese modo y aquello podría estar lastimando a su lobo.
Tal vez...
- ¿Jungkook ya se siente mejor? - intercedió la pelirroja, a lo que ambos peliplateados le miraron con curiosidad. Mientras Jungkook se agachaba a su altura y le apretaba las mejillas suavemente. Su cuerpo sintiéndose nervioso, al percibir la atención de todos allí sobre él — Porque el señor Donghae, él es el mejor haciendo medicinas y...
— ¿Alguien quiere tarta? — preguntó el beta quien aparecía a sus espaldas, tomando rápido a la niña de la mano y atrayendola hacia el comedor — Vamos cariño, la tarta espera por ti — esta tan solo siguiéndole el paso como pudo, quizá un poco confundida pero a la vez entusiasta por probar un poco de aquello.
Y Jungkook se levantó, observando cómo ambos desaparecían en la puerta que daba hacia el salón principal.
— Adelantense ustedes, creo que iré a ver un momento a Chanyeol — señaló Taehyung, recibiendo el asentimiento en respuesta de su padre, quien se giró para seguir a los demás.
El pelinegro teniendo la misma intención, más su muñeca siendo tomada con suavidad le detuvo.
— ¿Estás bien? —le preguntó el alfa, sintiendo remordimiento al ver cómo sus cejas se juntaban en aflicción.
Por favor no me hagas esto.
Respirando profundo y esmerandose en omitir el dolor en su garganta.
—La cachorra... Hyejin ha dicho que... – reiteró el peliplata.
— Estoy bien amor, no ha sido nada — le respondió, llevando sus manos hasta su su rostro y dejando un suave beso sobre sus labios — Ya ve y no tardes demasiado. O me comeré toda esta tarta por ti.
El alfa sonrió, tan solo sutilmente. Sintiendo aún la inquietud, más resignandose por el momento a ello. Asintiendo y saliendo de la casona, rumbo a la cabaña a un costado de esta, lugar donde el alfa Chanyeol vivía con su cachorra.
El color amaderado de esta, entregando una sensación de calidez y acogedora a quien la visitaba. Manteniéndola siempre caliente bajo el fuego de la chimenea, lo suficientente temperada para la niña.
Él se había esmerado en crear un hermoso hogar para la pelirroja y eso como amigo, le hacía sentir muy orgulloso. Conociendo lo complejo que fue la situación de este, cuando regresó de Jung y con la cachorra solo a horas de nacida. Esta envuelta en una túnica negra que parecía ser de Bawkhyun, seguramente para que se habituase a su lejanía y aún mantuviera en algún lado su aroma.
Su cabellito marcando se rojizo y a pesar de que fuese tan diminuta. Más con sus ojos pelados de los Kima, aún no tan nítidos por su corta edad. Pero siendo claro el origen de su herencia.
Era una Kima. Y Taehyung siendo el líder, le había aceptado como tal. A pesar de las críticas de la mayoría del clan por su decisión.
Sería una vergüenza, diciéndole algunos. Y el inicio del fin de su clan, señalandole otros.
Sin embargo, jamás fue así. Y a pesar de que la niña aún no era bien recibida por algunos integrantes, esta jamás trajo consigo aquellos males que todos decretaron.
Y es que no había nada malo allí. No podría haber un castigo, por el amor y devoción profusa que Chanyeol sentía por su hija.
— ¿Estás despierto? — preguntó mientras tocaba la puerta. Ligeros toques de cordialidad, no buscando ser inoportuno con la privacidad del peliplata. Ya que si bien este no había tenido pareja alguna luego de llegar Hyejin a su vida, si ocasionalmente tenía encuentros con omegas que ayudaban a descansar su celo.
No le extrañaría que hubiese uno en aquel momento.
Sin embargo, sus dudas fueron resueltos inmediatamente el alfa le abrió la puerta. Sus ojos luciendo demacrados y sus labios resecos. El cabello estando revuelto y en su barbilla pareciendo crecer una incipiente barba.
Taehyung pareciendo confirmarlo en aquel momento, comprendiendo la razón de su repentina enfermedad y el cómo su cuerpo parecía ya no resistir más aquella distancia.
— Chanyeol tú... — dijo deseando acercarsele y sostenerle, pues este parecía encontrarse muy débil. Más le vio esbozar una sonrisa, en medio de una mueca difusa. Ya que sus ojos estaban enrojecidos como si hubiesen estado todos esos días llorando.
— Taehyung...c-creo que necesito a Baek— su voz volviendose un hilo, al salir las palabras atoradas desde su garganta e intentando reprimirlas frente a lo roto que se sentía su orgullo.
Más su cuerpo doliendo demasiado y magullando en fuertes punzadas sobre su pecho.
Su lobo estaba muriendo.
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