• CAPÍTULO 28 •

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Las manos le temblaban de nerviosismo, mientras un leve dolorcito se posaba sobre su estómago, observando como la omega hurgueteaba en su mismo estado aquella vieja cajonera.

-Se que lo puse por aquí -habló casi para si misma, a la vez que Jungkook mordía inconsciente su labio inferior, para de alguna manera liberar la tensión que su cuerpo sentía en aquel momento. Llevando una de sus manos hasta su cuello y pasando los dedos por allí y esperando que aquello no fuese tan incómodo. Apretando despacio y contra él, al peludito animal que se había mantenido cerca desde que había llegado de regreso a su habitación y que había tenido que llevar consigo hasta la de la peliplata.

Dirigiendo su vista hacia la ventana de aquel cuarto, pues instantes atrás se había percatado que el cielo había nublado. Por lo que caminó hacia ella, constatando que eran bastante más grises de lo que pensó. Una de sus manos ubicándose sobre el marco, mientras la otra sostenía al pequeño gatito que ronroneaba y le lamía el rostro. Preguntándose si el alfa tendría frío o si estaría alimentándose de la forma apropiada.

Parecía que fuese a llover.

No le veía desde el día de ayer por la tarde, por lo que la angustia de saber cómo se encontraba le estaba carcomiendo.

Necesitaba verlo.

Y estar con él.

Percibiendo el vacío que sentía su pecho, al sentir la lejanía del peliplata y lo mucho que se había acostumbrado a su presencia. Habiéndose intensificado esto, los días que le hubo mimado luego de su accidente en el mar.

-No es necesario bebé - había dicho el alfa recostado sobre su cama sonriendo con gracia y con las mantas arropandole más de lo necesario. El omega preocupandose de hacerlo, desde que había descubierto cuan frío había salido del agua el día anterior.

Había llorado tanto. Y su cuerpo había tardado tanto en volver a su temperatura normal, habiéndose dormido a su lado abrigandole con su propia piel desnuda para que así le llegase más fácil su calor. Verificando cada una de sus respiraciones mientras dormía, pues este una vez traído a la casona había caído en un sueño profundo. Seguramente agotado, por el sobreesfuerzo que le significó volver a respirar.

Una de sus costillas quedando levemente fisurada, debiendo mantener cuidado para que esta no empeorará y sanase en un par de días. Y Jungkook haría que aquello se cumpliese a cabalidad.

- Abre tu boca- pidió el pelinegro, revolviendo con una cuchara un poco de guiso recién preparado.

-Bonito ya te he dicho que...

-Abre la boca Taehyung - repitió esta vez sonando para como una orden, a lo que el alfa de inmediato lo hizo degustando la deliciosa comida.

El omega se encontraba sentado en el borde de la cama y con el pequeño tazón entre sus manos, procurando que comiese todo el contenido. Su boca abriéndo y cerrando, imitando inconsciente la misma acción de Taehyung. Y como si estuviese cuidando de un cachorro.

Tan dulce.

Lo cierto es que el alfa se había percatado, de lo pendiente que el pelinegro estaba de su recuperación. Constatandolo en las suaves ojeras que se marcaban bajo sus ojos, entendiendo que este había desvelado cuidandole.

No quería ser una molestia.

- Has de comerlo todo hoy. No permitiré que dejes comida otra vez - le señaló Jungkook con seriedad y a la vez que el peliplata mantenía sus mejillas llenas aún con comida sin tragar.

Sabía que no podría oponerse. Sobre todo cuando su cuerpo dolía como si hubiese sido aplastado. Y el costado de este, era cruzado con una venda que le exigía moverse con precaución, al menos por unos días.

Había sido un tonto. Frustrandole la idea de no haber sido capaz de volver a salvo, debiendo necesitar una vez más de los demás para poder hacerlo. Detestando el modo en que había lastimado a su familia, su omega y su clan por completo.

¿Qué seguridad podría darles siendo tan débil?

- Muy bien alfa Kima, ahora continuaremos con el postre - Jungkook le dijo, limpiando sus labios con una servilleta de género. Haciendo reír al alfa por sus sobreprotectores cuidados.

Para el omega no significando nada, cuando había estado a tan poco de perderlo. Ignorando el dolor que eso ocasionaba en su pecho y el miedo que sentía al saberse tan dependiente al peliplata.

Un sentimiento tan nuevo y que había desarrollado tan rápido, que le hacía sentir poderoso y a la vez tan vulnerable.

- ¿Es piña? - preguntó Taehyung arrugando la nariz y saboreando entre refunfuños. El pelo negro mirándolo con autoridad, ante la actitud infantil del alfa.

- Usted no es ya un cachorro alfa Kima, así que comerá sin chistar. El señor Donghae lo ha hecho con dedicación y usted lo apreciará - su vocecita sonando aguda y con palabras rápidas. Sobre saltándose, al sentir como Taehyung le rozaba la línea de la mandíbula - No me harás cambiar de opinión -dijo entrecerrando sus ojos y seguro de su postura, observando como Taehyung le sonreía con suavidad.

- No intento hacerlo - diciéndole mientras continuaba agasajandole desde su sitio y comiendo de la fruta que el omega daba con cuidado. Tan solo disfrutando de la imagen del omega, con su cabello suelto y cayendole sobre los hombros.

Su cuerpo aún en pijama debido a lo tarde que ambos habían despertado, usando aquella larga camisa que el peliplata le había forzado a utilizar y con el único fin, de que nadie osase mirarle sus bonitas piernas.

Deteniéndose en sus ojitos redondos y sinceros, que parecían no guardarse nada y expresar todo con su mirada. Ahora intentado concentrar en que Taehyung sólo acabase su almuerzo y no dejase nada en aquel plato.

- Ven acá - le señaló el alfa palmeando sobre él y una vez Jungkook dejó el pequeño pocillo de vidrio en la mesita de noche.

-Te haré daño - respondió él, al tanto de la costilla herida del peliplata y lo cuidadoso que debía ser para que sanase correctamente.

-Tan solo ven bonito. Te necesito - bastando aquello y los ojitos cristal del alfa, para que él accediese sin poder oponer. Subiendo con precaución y ubicando sus manos en lugares donde lo haría doler a Taehyung.

Sin embargo, este teniendo otros planes y tirando de él hasta apoyarlo sobre su pecho. Quejándose suavemente y que hizo que el omega intentase salir de allí. Presionando con más fuerza hacia él y no deseando que se alejase.

Tan mandón.

- Dije que te lastimaría - Jungkook pronunció bajito y cerrando sus ojos al sentir al lobo de Taehyung, tan cerquita del suyo. No podía negar que se sentía complacido.

Escuchó al peliplata suspirar, sintiendo como este aspiraba el aroma de su cabello y rozaba su nariz por el costado de su cuello. Acariciandole con delicadeza, parte de su muslo que quedaba descubierto por la posición.

- Esto es todo menos sentirme lastimado - le señaló con la voz empalagosa y sin dejar de oler su piel. Percibiendo el omega, como éste le marcaba con su aroma - Es el lugar al que pertenezco - y Jungkook se abrazó hacia él tímido, no pudiendo eludir la sonrisa sobre sus labios. Entendiendo a lo que el alfa se refería, pues él también se sentía de esa forma.

Se pertenecían.

- Eres m-mi alfa...claro que este es tu lugar - respondió Jungkook apoyando su mejilla sobre el hombro del peliplata, sintiendo su piel erizar, cuando este le besó la nuca.

Se sintió extraño.

- Cuando peleaba con las corrientes, en lo único que pensaba era en ti... - habló con sus labios aún sobre su piel. El sonido vibrando a través de ella -... Has sido tu quien me ha traído de regreso amor mío - y Jungkook se apretó con más fuerza, haciendo un pequeño sonidito que pasó por su garganta y soltó como silenciosas lágrimas por sus ojos. Mientras Taehyung sobaba su espalda sobre el camisón y con su otra mano le repasaba el cabello con los dedos.

El omega pensando en todas aquellas veces que se cuestionó acerca del "amor", el cómo fantaseaba la mayor parte de los omegas en Jeonu y que a él siempre le había parecido una locura.

No creía él caería en ello tan fácilmente. Y temía por su inexperiencia, ser demasiado apresurado y el alfa no estuviese sintiendose del mismo modo.

El estómago pesandole ante la sola idea, de aquellas dos palabras saliendo de su boca.

Teniendo miedo a aferrarse. A que acabase rompiendole.

Luego de eso, no habría vuelto atrás.

-Acá está ¡Sabía debía tenerlo aún! - el grito de Hana le hizo saltar, volteandose hacia ella y observarle con una gran sonrisa sobre los labios.

Al menos alguien parecía estar feliz ese día.

Viendo cómo está se acercaba hasta él y ubicaba aquel objeto sobre su cuello. El sutil roce del frío material, provocándole un escalofrío.

Lo cierto es que la omega no había dejado de estar al pendiente de ellos dos y desde que se había enterado del accidente de Taehyung en el mar.

Había llorado junto a él.

-Si, creo que es de tu medida - le indicó la peliplata, retirandolo y revisando minusiosamente el objeto. Descubriendo Jungkook, que este parecía ser bastante grueso. Lo suficientemente seguro, para no ser se atravesado por unos dientes - ¿Quieres que te ayude a colocarlo? - preguntó la omega.

El pelinegro luciendo dubitativo, debido a lo molesto que se sentía su omega. Maldiciendo la idea de instalar aquello sobre su cuello.

Y donde debiese ir su marca.

-Y-yo... Primero tomaré un baño - le indicó sintiéndose repentinamente ansioso y con el vientre doliendole ante la anticipación. Además de que no sabía de que modo Taehyung reaccionaría al verle.

- Sabes que él lo ha hecho porqué no ha querido lastimarte ¿no es así? - preguntó la omega, acariciando sobre el cabello - Él te aprecia demasiado como para tomar una decisión así de importante en este momento y que puede afectarles a ambos.

El pelinegro asintió, consciente de lo que a Hana se refería. Y avergonzadose de haberle involucrado en sus propias inseguridades horas atrás - Lo sé... - su boca pronunciando despacio y como si sintiese que de pronto comenzaría a llorar.

Su lobo incomodo por la postura de resignación que había tomado.

- Le diré a Donghae te prepare la tina ¿está bien? - agregó la peliplata, secando la orilla de uno de sus ojos y seguramente donde parecía las lágrimas habían amenazado con salir -Estarás bien -señaló con una sonrisa y para luego salir de allí. Mientras a él parecía cortarse le la respiración.

¿En serio lo haría?

Caminando cuidadoso y preocupándose de que nadie le viese. No deseaba que le hiciesen preguntas incómodas y que él no sabría como responder. O si su omega fuese a actuar amable frente a eso.

Ingresando a su habitación y escuchando como el agua corría en el baño. Avanzando con sigilo y asomándose en el lugar, donde el vapor parecía nublarle la visión. Viendo como el beta tocaba el agua con la punta de sus dedos, probablemente para verificar que estuviese en la temperatura adecuada.

Dejando a el felino sobre el suelo, el que enseguida corrió a pasearse por las piernas del peliplata. Por lo que este giró su cabeza hacia él -Jungkook, ya estás aquí - dijo éste con delicadeza.

- Y-yo puedo...

-Oh claro que si cariño - le interrumpió Donghae levantándose de allí y secando su mano húmeda, en el delantal que llevaba puesto - ¿Quieres me lleve a marea?

El omega negó - Creo me hará bien un poco de compañía - le respondió con sinceridad y tocando su estómago con la yema de los dedos. Acción que el beta no pudo ignorar.

- ¿Te duele algo Jungkook? - le preguntó el peliplata acercándose hasta él con evidente preocupación. Y deduciendo lo que podría estar sucediendo con el omega.

- Es s-solo mi vientre... duele un poco - le dijo con su voz acallandose a medida terminaba la frase. Recibiendo la caricia acogedora de él beta sobre una de sus manos.

- Es normal - le respondió con comprensión - Tu omega ha se haberse preparado para ello y ahora está resintiendo la lejanía de tu alfa -
le señaló con una sonrisa tranquila, emerandose en entregarle la calma que parecía que Jungkook necesitaba - Más tarde pasará.

Y el omega no pudo evitar sonrojar ante la referencia de Donghae. Quién dejándole, se dirigió hasta la puerta a su espalda. A lo que el pelinegro se giró - He dejado ropa limpia para ti sobre esa mesita - indicó con uno de sus dedos apuntando el mueble -Te esperaremos afuera con Hana. Ella ha de estar por volver- dijo saliendo de allí, para luego asomar su cabeza nuevamente por la puerta - Y Jungkook, intenta relajarte. Todo andará bien.

Una sonrisa de formó en los labios de Donghae, que luego se marchó de allí cerrando la puerta. Mientras Jungkook se fijó en su imagen en el espejo, distinguiendo como esta había cambiado desde la primera vez que la había visto allí.

La carne de su rostro marcandolo delicadamente más suave, escondiendo la delgadez que asomaba en su cuerpo meses atrás. Con sus labios mucho más rojos, sus ojos brillantes y su cabello notoriamente más largo.

En un tiempo más alcanzaría su largo natural.

Su linaje pedía por él.

Su clan también lo hacía.

Negó con su cabeza sintiendo como su corazón se agitaba, tomando las prendas que cubrían su cuerpo y retirandolas con rapidez. Caminando descalzo hacia la tina y sumergiendose allí.

Sus rodilla flectadas apareciendo entre el agua como blancas montañas, deseando quedarse allí y por un momento. Mientras los mechones de cabello se le humedecian y estilaban desde las puntas mojando sus hombros descubiertos del agua.

Dirigiendo su mirada hacia un costado, cuando escuchó aquella pequeña vocecita llamarle por atención. Como si estuviese demasiado curioso por su actitud enajenada.

- Gatito - le habló recojiendo sus piernas y rodeandolas con sus brazos. Su cabeza apoyándose sobre sus rodillas - Y-yo estoy asustado de quererlo tanto - la voz quebrandose a medida pronunciaba aquellas palabras. Cerrando sus ojos y presionando sus manos con fuerza sobre su piel desnuda.

El felino maullando como compadeciendole, observándole sentado desde su sitio y atento a sus movimientos.

- Quiero que se quede conmigo ¿s-soy egoísta por eso? - y lloró allí un poco sollozando despacio para no ser escuchado, mientras las lágrimas se perdían en su rostro húmedo y la angustia se le clavaba sobre el pecho.

Taehyung jamás le perdonaría.

Su destino ya estando escrito desde antes. Un cruel infortunio que le mantenía en la disyuntiva de no saber que hacer. Estremeciendose ante la decisión que podría cambiar el futuro de ambos.

De los demás.

Considerando el deseo de mantenerlo con él, aunque tuviese que vivir del recuerdo de lo que alguna vez le perteneció.

Quizá aquello le mantendría con vida.

Y sin morir en la soledad de la pérdida, de aquello que aunque intentase, no estaba destinado a tener.

Y levantó su vista, al sentir que el agua parecía comenzar a enfríar. Llevando una de sus manos hasta el frente y verificando que sus dedos habían arrugado.

¿Cuanto tiempo había estado allí?

Su cabeza enseguida pensando en el alfa, poniéndose de pie y desequilibrado por el rápido movimiento. Buscando la toalla que Donghae había dejado para él y para luego secar con ella su cuerpo. Su cabello azabache dibujandose sobre su frente, mientras sus pies húmedos marcaban loa fríos azulejos de aquel cuarto.

La piel erizandosele por extrañar la sensación tibia de la tina, secando con dedicación cada parte y su cabello que ya comenzaba a gotear. Poniéndose con cuidado, aquella ropa que el beta había traído para él. Percibiendo el sutil aroma a limpio sobre ella.

Lavando sus dientes y enjuagandolos con dedicación, recordando de pronto el que ya no tendría la loción que había usado anteriormente y con la cual Jimin le había rociado el cuello.

Se insegurizó, apretando la tela blanca de su camisa con sus dedos y mojando la superficialmente.

Aquella vez todo había sido perfecto para él ¿Podría hacer sentir bien al alfa sin la necesidad de ello?

¿Sería agradable para él?

Las piernas le temblaban, por lo que intentó erguirse correctamente para que Hana y Donghae no lo notasen.

Debía mantenerse fuerte.

Él podía con eso.

Todo estaría bien.

- Oh ahí estás - pronunció la peliplata y abriendo ampliamente sus ojos al verle salir del baño. El pequeño gato corriendo por entre sus piernas - Creo debemos apresurarnos. Han escuchado a Tae y al parecer él está destruyendo todo - aquello le hizo sobre saltarse y el pulso se le aceleró - Oh no Jungkook no te asustes - dijo tomando una de sus manos entre las suyas y el omega pudo sentir el cuero de aquel objeto rozarle los dedos - Es su lobo. Ha de estar frustradisimo -Hana rió - Su humor mejorará cuando te vea.

Y no supo si eso le había tranquilizado o por el contrario, le había asustado aún más.

- Ya deja de incomodarlo y solo ponle eso - señaló Donghae tras la omega, a lo que Jungkook pasó saliva por su garganta. Percibiendo como la peliplata le rodeaba con suavidad el cuello y se ubicaba a su espalda.

Viendo la mirada del beta, quién parecía ansioso y tan temeroso como él.

Sabía que Taehyung no le lastimaría. Más le era inevitable sentirse de esa manera, al todo ser tan nuevo para él.

- Todo estará bien Jungkook, y-ya deja de morderte el labio - el pepliplata le ordenó, luciendo incrédulo de sus propias palabras.

El material ajustándose lo necesario y sin llegar a herirlo, sobre su cuello. Llevando instintivamente su mano hacia a él y constatando que estuviese seguro.

-La llave me la quedó yo- le indicó Hana, mientras le guiñaba a un ojo. A lo que Jungkook tan solo asintió lentamente, mirandoles a ambos y sin saber que hacer. Observando como el beta se acercaba hasta a él y entregaba un objeto similar al que la omega le había enseñado.

-En cambio esta la llevas tu - le señaló Donghae, entregándole la llave y escondiendola en el puño de su mano. Su respiración agitandose ante la expectación, sintiendo como si su cuerpo se hubiese trabado en aquel lugar.

Viendo se aproximaba a él y le acariciaba la mejilla - ¿Que esperas? Tu alfa te está esperando - agregó con una sonrisa. A lo que el pelinegro aspiró profundo.

Ya todo estaba listo.

Se encontraba sentado en el borde de aquella cama, sintiendo como el corazón le latía sobre los oídos. Empuñando en su mano, la única prenda del omega y que había traído consigo, llevándola hasta su nariz y aspirando con fuerza.

- Maldición - y a quién se le haya ocurrido aquello, parecía no haber tenido una muy buena idea. Pues el alfa se levantó con frustración, tomando con una de sus manos lo primero que había cruzado con su vista y lo lanzó con fuerza sobre la pared.

Cabía la posibilidad de que hubiese sido el antiguo jarrón de cerámica de su padre Seokjin, más en aquel momento era lo que menos le importaba.

La cabeza doliendole y el aire volviéndose pesado, observando como a su alrededor todo lucía acojedor. Teniendo lo esencial para sobrevivir durante aquellos días, sin embargo, para él parecía el lugar más incorrecto para en ese momento estar.

-Oh mi precioso jazmín... - pronunció con agitación y apretando sus ojos. Su torso desnudo y sólo con sus pantalones de pijama puestos, paseándose de un extremo a otro de aquella habitación. Su cuerpo pareciendo quemar, no alcanzando a a sentir la fría humedad del exterior.

Y a pesar de que había comenzado a llover.

Su pecho subiendo y bajando, mientras una gota de sudor bajaba por su frente.

Había comenzado a sudar desde que le habían dejado allí. Donde prácticamente les imploró que no le dejasen salir y asegurarán la entrada.

No podía salir de allí.
De ninguna manera.

Su pecho doliendo con el solo hecho de pensar, que su estúpido lobo hiciese una locura.

Y su cuerpo de pronto resintió aquel brusco movimiento, llevando sus manos hasta el costado de su torso y donde la venda le cubría. Recordando que debía ser cuidadoso y que su costilla aún no curaba del todo.

- No te esfuerces demasiado - le había dicho con seriedad el pelinegro, acariciando la zona sobre la tela. Mientras le secaba con delicadeza allí donde podría haber mojado un poco y luego de haber tomado su primer baño desde que había despertado. Taehyung deseando hacerlo por si mismo, más el dolor que sentía no le permitía moverse todo lo que quería.

Procuro entonces al menos mantenerse quieto, sin desear importunar al omega y que corría por la habitación cada vez que requería de algo.

Estaba hecho un inútil.

Por lo que fue inevitable para él, que un suspiro se le escapase desde los labios, recibiendo enseguida la mirada curiosa de Jungkook.

-Eres un alfa impaciente - le dijo el omega corrigiendole y mientras se subía a la cama, ubicándose a su espalda para secarle el cabello - Tan solo serán unos días, ya luego volverás a tu independencia.

- Pero Jungkook, soy el líder de Kima y... - no alcanzó a contradecir cuando ya el pelinegro le había interrumpido.

-Si Taehyung y como buen líder debes mejorar para tu clan - su voz sonando tajante y determinada - No conseguirás nada sobre exigiéndote y retrasando tu recuperación.

Y el peliplata no supo que más agregar. Tan solo sonriendo, mientras sentía como Jungkook le desenrredaba el cabello. Sus manos siendo suaves y tratándole con cuidado, dejando besitos cortos tras su cuello.

La tibieza de su aliento, volviendo inquieto a su lobo.

Cada vez más difícil de controlar.

Taehyung se preguntaba si el omega se habría dado cuenta, pues le marcaba con su aroma todas las veces que este salía de la habitación. Abrazandose a él y rozando su boca sobre su marca, provocando los sonidos dulces que el omega le regalaba entre cada toque.

Le estaba cortejeando.

Más Jungkook parecía ignorarlo, pendiente de su mejoría y el mantenerle saludable mientras lo hacía.

El alfa rió, mientras sentía como el cuerpo le temblaba ante el anhelo de sentirle. Siendo consciente de lo cerca que le tenía y lo cuan distante le había puesto el mismo, al aislarse allí.

- Tendré mi celo - le había dicho horas atrás y Taehyung vió como el omega abrió sus ojos con atención. Dejando de pronto de lado, el trozo de carne que estaba cortando para él.

-¿Cuando? - preguntó el pelinegro y el alfa había sentido como le había titubeado la voz. Más este parecía hacer un esfuerzo por escucharse seguro.

- En unas horas... tal vez hoy por la noche - respondió Taehyung, asimilando los días que habían transcurrido y desde que había comenzado a sentirse de esa manera.

Y respingó de pronto en aquel lugar, debido a que Jungkook se había acercado rápido hacia él y su aroma había alborotado a su lobo.

-T-tú... ¿por qué no me lo habías contado antes? - Taehyung se percató del nerviosismo del chico y que le llevó a respaldar su decisión -Hubiese estado más pendiente de ti y...

- Yo no pasaré mi celo contigo Jungkook - le señaló rápido y claro. Apretando sus puños y observando como el peli negro entre cerraba sus ojos. Observándolo perplejo ante lo que acababa de decir. Viendo como este le miraba buscando la broma.

-¿Q-que has dicho? - preguntó dudoso y el peliplata se estaba odiando, al ver como Jungkook comenzaba a ligeramente estremecer.

Amor mío.

Y le quiso tomar de la mano, sin embargo, este la alejó. No siendo un gesto agresivo, pero que había dolido en el pecho de Taehyung.

Dios, no podía hacerlo.

- Y-yo puedo lastimarte Jungkook,... p-puedo hacerte daño.

- ¿Lo pasarás con ella? - había preguntado rápido y con el pecho agitando. Le estaba costando respirar y el peliplata temió que el omega sufriese un ataque de pánico.

Aquella conversación era tan errónea.

-Oh no bebé no - le dijo intentado esta vez abrazarle. Necesitando sentirle y decirle que todo estaría bien. Más el omega no le había permitido que lo tocase y por el contrario, se había alejado de él.

- ¡¿Entonces por qué?! - replicó alzando la voz y con sus ojos cristalizados, percatandose de us exaltación, llevando una mano sobre su pecho como si buscase calmarse - ¿P-por qué me estás haciendo esto? - su cuerpo temblando, realizando aquella pregunta que el alfa no estuvo seguro si iba dirigida a él. Pues sus ojos apuntaban a sus propios pies.

- Jungkook por favor... - su mano alcanzandole nuevamente.

- ¡¿Por qué?! - el grito saliendo doloroso desde su boca y sus lágrimas volviendo brillantes sus mejillas.

- ¡Porqué te marcaré! - había soltado con desesperación. Aquello estaba siendo demasiado para ambos - Y m-maldita sea no puedo hacerlo - agregó mientras se acercaba a él, tomándole del rostro ubicandolo entre sus manos. Pesandole el ver de ese modo al omega - N-no aún amor...

Jungkook sollozaba silenciosamente, con su mirada perdida hacia la espalda del peliplata. Y Taehyung podía sentir su lobo angustiado al sentir al de pelinegro, tan herido. Seguramente lastimando su propio orgullo.

- ¿Qué... q-qué pretendes hacer? - preguntó sin aún mirarle, con sus ojos escarlata y la nariz rosa pintandole tristemente el rostro.

Taehyung le acarició la piel de allí, buscando secar la humedad con sus manos - Me quedaré en la cabaña de abajo... tan solo necesito que la aseguren. Hablaré con Chanyeol para que lo haga y...

-T-te lastimarás - añadió Jungkook nuevamente sollozando y apretando sus ojos con fuerza - Déjame... d-dejame acompañarte-te.

Dolía tanto.

El alfa negó con suavidad -No puedo dejar que suceda...

- ¿N-no soy suficiente para ti? - preguntó bajito el omega, dejándose abrazar por el peliplata y hundiendo su cabeza bajo su mentón.

Y si no hubiese sido por la situación, Taehyung hubiese reído. ¿Cómo siquiera le preguntaba algo así?

- Eres más, mucho más que eso bebé - su nariz apoyada sobre el cabello de Jungkook -Saca esas ideas de tu cabeza. Tu sabes que el único omega con el que quiero pasar mi celo, está aquí entre mis brazos. Y te puedo asegurar que muero por ello.

Jungkook levantó la mirada para observarlo. Sus ojos confundidos y deseando hacer quebrar la decisión del peliplata - Pero entonces... ¿por qué? yo quiero que me t-tomes... y-yo...

El peliplata le besó los labios - Jamás has estado con un alfa en celo bebé y Diosa luna...- su boca deslizándose hasta la curva del cuello del omega -... mi necesidad de ti es tan grande como el miedo que tengo a lastimarte.

Y el aroma del pelinegro había respondido de inmediato al suyo, estimulandole a que le tocara y que se dejase tocar por él.

Se alejó rápido, observando como los ojos dilatados del pelinegro le miraban aturdidos y esperando por él. Más su celo ya estaba allí y él no podía permitirse exponer a Jungkook a algo como eso.

Lo amaba demasiado como para ello.

Por lo que le había dejado allí, consciente de que el pelinegro llevaba la palabra destino sobre sí y seguramente su lobo, no podría evitar marcarle una vez estuviese al mando de sus decisiones.

- Oh bebé... - sus ojos presionandose fuerte mientras apoyaba ambas manos sobre la pared y la respiración le resultaba difícil -... q-quiero tenerte... mi omega - la voz sonandole pastosa y grave. Entendiendo que su lobo le arrastraba hasta el deseo de aparearse y dejar su consciencia humana.

¿Que tan difícil sería abrir aquella puerta?

Sabía que Chanyeol la había solo dejado bajo un gran candado, enrrejando cada ventana. Posibles escapatorias que bajo su instinto de lobo, rompería con facilidad si no las aseguraba.

Rió para sí mismo, considerando que él mismo había sido quien hizo aquella petición al alfa ¿podía odiar en este momento a Chanyeol?

- ¿Has querido alejarnos de nuestro omega? - Taehyung se preguntó si la pregunta iba hacia el alfa o a su parte humana. Deteniéndose a observar sus manos y verificando, si estas eran lo suficientemente fuertes como para romper una puerta.

Podría patear la hasta el cansancio.

Tal vez prenderle fuego.

Afuera llovía, por lo que nadie le escucharía hasta salir de allí.

Caminando de un lado a otro exasperado y sintiendose tenso.

Quería a su omega, ahora.

Sus caninos creciendo y evidenciando que su celo había llegado, aunque un resto de consciencia aún le quedara. Tomando la prenda del pelinegro y llevándola hasta su nariz, aspirando allí y teniendo la necesidad de que le acariciasen. No habiendo nadie allí para poder hacerlo, por lo que había llevando su mano sobre su pijama para hacerlo por sí mismo.

Abriendo sus ojos de golpe al sentir como aquel aroma tan dulce y apabullante llegaba hasta él. Haciendo que su lobo saltase en su lugar y se pusiese alerta, cerrando sus ojos para poder respirar con mayor dedicación, aquel aire empalagoso que le estaba cosquillenado el vientre.

Jazmín.

Escuchando como un sonido llamativo provenía desde la puerta, pareciendo que alguien forcejeaba la cerradura y como si intentase abrirla.

Se levantó rápidamente, caminando hasta ella y tomando el pomo con su mano derecha. Girandolo inútilmente, pues la puerta solo abriría desde afuera.

-¿T-tae? - su voz cálida y notoriamente nerviosa escuchando se al otro lado de la madera -¿Taehyung?

Y el peliplata apoyó su cabeza sobre la puerta, cerrando sus ojos y disfrutando la cercanía aunque limitada, del omega.

- Y-yo no se como debo abrir esto...- indicó vacilante -... Chanyeol ha entregado a Donghae u-unos pedacitos metálicos. Y él m-me ha dicho que debía ponerlos aquí y n-no puedo...

Y hubo un silencio momentáneo, hasta que la risa del peliplata asomó escondida tras la pared. Apenas comprendiendo la razón, de porqué habían dejado ir al omega hasta allí.

- No puedes entrar bonito, regresa a casa - le digo con la voz rasposa y apretando sus puños con fuerza, por lo contrariado que se sentía a sus propias palabras. Escuchando como el pelinegro estornudaba por lo menos tres veces consecutivas, preocupandole su estado debido a la lluvia.

-¿Estás mojado? - preguntó de manera efusiva, moviendo su mano sobre la madera como si quisiese tocar al pelinegro.

-Un poquito... - le respondió Jungkook lastimosamente, algo que parecía haber hecho a propósito. Pero el alfa no se había percatado de ello.

-B-bebé... está lloviendo mucho...v-vuelve a casa -Taehyung se pasó la mano por el rostro, caminando frustrado y negándose a la idea de que el chico entrará allí.

Dios, era desesperante.

- A-ayudame Tae... s-solo quiero verte un ratito - pronunció con las palabras temblandole, estremeciendo porque su cuerpo ya comenzaba a sentir frío.

- N-no... J-jungkook - Taehyung dijo, mientras sentía como su cuerpo dolía y tan solo necesitaba sentir la tibieza del pelinegro.

¿Podría ser tan solo un momento?

- P-por favor... - el pecho latiendo le con fuerza y la boca secándosele de ansia -... Tae... Alfa.

Aquello hizo que la respiración se le pausara ¿Acaso ese había sido su omega?

- L-las piezas m-metalicas... - pasó saliva a través de la garganta, ante el miedo de quedarse sin aire -... debes introducirlas en la otra. L-la parte más delgada es la que debe entrar, prueba con a-ambos lados.

Y escuchó como Jungkook se movió rápido tras la puerta, haciendo sonar el candado y seguramente haciendo lo que él alfa había indicado. Mientras él, no podía mentenerse quieto y la piel le ardía por la presencia de su lobo.

Nuestro omega.

-Tan dulce...

- Ya Tae ¿ahora q-que hago? - le preguntó el pelinegro, no habiéndole costado nada al parecer seguir las instrucciones del peliplata.

Estaba tan desesperado como él.

- B-bien - dijo para sí mismo Taehyung - Ahora girala- apretando sus manos y percatandose de lo sudorosas que estas se hallaban. Percibiendo cómo su pulso corría con fuerza bajo su piel, sobre todo cuando oyó como el candado abría.

Su lobo arañando sobre el suelo de algarabía. Apreciando cómo aquella puerta se abría despacio y la imagen de quien tanto había ansiado, aparecía a contra luz allí.

Su cabello distinguiéndose húmedo y cayendole sobre la ropa que parecía igual de empapada.

Mi amor.

- ¿P-puedo entrar? - le preguntó con tanta tersura que el alfa quería apretarle con fuerza contra él y de paso, llenarle de besos la piel.

Mancharlo de él.

Taehyung asintió con lentitud, como si temiese decir algo y que él omega se viese confundido a marcharse. Viendo cómo este avanzaba sigiloso y cerraba la puerta tras él. Teniendo el impulso de decirle que no lo hiciese, hasta que observó que traía Jungkook consigo y que había llamado su atención.

Sus piernas siendo pesadas y trémulas, avanzando con cuidado hasta frente el pelinegro. Llevando una de sus manos hasta tocarle las puntas goteantes de cabello, alejándome de su rostro y descubriendo su cuello.

-E-esto es... - sus dedos rozando el material y preocupandole lo molesto que debía ser aquello.

Además de lo incómodo que se sentía su lobo.

- Hana m-me lo ha prestado... ella d-dice... - respondió el omega, sintiendo como de pronto el alfa había llevado su otra mano hasta su cintura y repasaba con sus dedos la zona. Percibiendo cómo su boca ahora se encontraba cerca de su oído y la respiración le acariciaba tibiamente la piel -... ella dice a-que puede servir.

La lengua del peliplata rozandole con suavidad el lóbulo de la oreja, no pudiendo eludir Jungkook que un jadeo escaparse de su boca cuando esté chupó de él - V-ete...

Su mano bajando hasta el borde de su cadera y jugando un rato con ella, filtrandose cuando pudo bajo su húmeda camiseta - N-no quiero...

Las manos de Jungkook yendo hasta los hombros desnudos del alfa, apretandolas sobre su piel y mientras este le recorría el cuello con la lengua.

- ¿Y que q-quieres Omega? - el sabor del pelinegro adormeciendole los labios, más no pudiendo evitar consumir más de allí, besándole y saboreandole la línea que le dibujaba la mandíbula. Deleitandose de los agradables sonidos que regalaba entre cada toque.

Déjame tenerte.

Retirándose solo para ver como sus labios se mostraban para él, entreabiertos y mojados, seguramente porque los había estado mordiendo. No pudiendo evitar llevar su dedo índice hasta allí y tocarles tentadoramente.

Sus mejillas espolvoreadas en un tenue rosado, debido al calor que empezaba a subir en ambos.

Rozando son la yema de su dedo, la suave curva donde sobresalían sus dulces paletas y las que sólo estaba deseando en ese momento, repasar con su lengua.

Oh diosa Luna.

Observando cómo este acercaba más su boca hacia la suya, respirando sobre ella y consumiendole el poco aire que le quedaba en los pulmones.

Me tienes.

- Quiero que me tomes... - aquella petición perdiéndose en la boca anhelante del peliplata, quien le atrajo y hundió su lengua en la humedad de Jungkook. Este no tardando en responderle del mismo modo, así al alfa no le quedasen dudas de su propio deseo.

El estómago del omega haciendo cosquillas, a la vez que se sostenía de Taehyung hundiendo sus dedos entre su cabello. Apretandose más contra él y sintiendo como este necesitaba de él.

Su lobo pareciendo aturdido por momentos, al sentirse intoxicado por el aroma y sabor del peliplata. Comprendiendo que el celo del alfa, hipersensibilizaba sus propios sentidos. Pues la piel le hormigueaba y el pecho le latía con más fuerza que nunca. Percibiendose humedecer y cuando este apenas le había tocado.

El collar sobre su cuello siendo ignorado, apenas sintiendolo debido a lo sobrestimulado que se sentía.

La boca del alfa soltandolo, ubicando su frente sobre la de él, quizá llamando a su consciencia a hacerse presente. Más sus manos le apresaban la cintura y estas ya se habían escabullido bajo su ropa.

- N-no creo poder ser suave... - le dijo sobre los labios y Jungkook debió soportar las ganas que tenía de volver a besarle nuevamente. Y sólo para poder brindar la seguridad que el peliplata necesitaba, para no arrepentirse de la decisión intrínseca que estaba tomando.

Las manos del omega viajando hasta el rostro del peliplata, dando una delicada caricia con sus yemas - No espero que lo seas... - hablando despacio y sintiendo como Taehyung le rozaba los labios con los dientes. Abriendo sus ojos para observarle, con aquella mirada azulina que tanto ansiaba ver. Arrastrando sus dedos por la piel de su espalda, haciéndole jadear.

-Quítate la ropa.

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