• CAPÍTULO 24 •
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Su aliento caliente chocaba contra el oído del omega, cortas respiraciones que hacían que el cuerpo le temblara a ambos y los labios le hormigueran por besarle por todos lados.
Por lamerlo.
Su boca volviéndose agua por saborear cada parte de él.
-T-tae- una de sus manos sosteniendo la cadera del pelinegro, atrayendolo hasta su pelvis. Mientras la otra le rozaba el vientre con la yema de sus dedos. Sintiendo su humedad y el como Jungkook se movía en busca de sus penetraciones -Toc-came más - le pidió suplicante y con la voz sollozante. Sin embargo, Taehyung quería disfrutar de aquello un poco más.
Tocarlo significaría hacer que se desmoronara bajo su cuerpo. Y él no quería eso.
No aún.
La boca del alfa arrastrándose hasta detrás de su cuello, moviendo los mechones de cabello que habían allí, para luego dejar besos húmedos en aquel lugar.
El aroma del omega haciendo que su excitación creciera y con ello, la necesidad imperante por querer morderle. Habiendo sido así durante todos sus últimos encuentros.
Quería marcarlo.
Como suyo.
La piel de Jungkook erizandose, al sentir como los labios del alfa le provocaban dulces cosquillas sobre la nuca. Sintiendo como este bajaba hasta su hombro derecho y sin dejar de empujar dentro de él.
- A-amor mío - le dijo besandole con suavidad sobre el hombro. Olisqueando sobre su piel, la tibieza de su sudor.
Un gemido suave escapandose desde la boca del pelinegro, mientras su mano iba a parar sobre el cabello de Taehyung. Este entendiendo enseguida el movimiento del omega, acomodándose y regresando hasta sus labios.
Quería besarle.
Observando como alguna hebras de cabello se le pegaban sobre la frente, su boca estaba entreabierta con sus labios mojados por la humedad. Y sus ojos parecían a punto de romperse.
Tan cerca de perderse en su placer.
Bajo su cuerpo.
Y Taehyung cogió la boca hambrienta del omega, hundiendo su lengua en ella y encontrándose con la del pelinegro. Este devolviéndole entre gemidos, el beso voraz que le estaba regalando.
Eres mío.
El cabello de Taehyung siendo tomado con firmeza por una de las manos del pelinegro. A la vez que este arrastraba una de las suyas y le rozaba el pezón.
Sus jadeos vibrando al interior de su boca, mientras el alfa le tocaba y embestía, aún siendo suave y no deseando perder tan rápido aquel momento.
Tan fugaz para él.
Dios. Lo quería siempre para él.
Un gemido un poco más fuerte saliendo desde la boca de Jungkook, quién había roto el beso por el escaso oxígeno o quizá debido a la sobre estimulación de su cuerpo.
Taehyung rió bajito, dejando pequeños besos sobre la curvatura de su cuello -Shhh bebé...nos d-delatarás- apenas pudiendo decir, mientras sus propias piernas estremecían por la sobreexigencia.
Jungkook le miró - E-es... e-es tu culpa... - dijo sin dejar de moverse junto a él -... y-yo no... n-no puedo si m-me tocas así - sus mejillas rosadas y sus cejas frunciendose ante al sentir al alfa tocar un punto en particular dentro de él - V-ves...
El peliplata sonrió, pues era evidente que él provocaba aquella reacción en el omega. Y su lobo se erguía orgulloso de ello.
Más debían ser cuidadosos de sus encuentros matutinos, ya que en ese horario habría más personas pendientes de lo que ocurría en su habitación. Algo que traía a muchos atentos desde que habían regresado a Kima.
- Es mi forma de hacerles saber que eres mío - y sintió al pelinegro respingar ante la voz de su lobo, la que tendía a aparecer con más frecuencia durante sus ratos de amor.
Mientras él tan solo se dejaba llevar y mimar por el posesivo alfa, sabiendo como este luchaba consigo mismo para no hacerle gritar y que toda la casona se enterara, de lo que hacían en aquel momento.
Taehyung negó, percibiendo como el aroma de Jungkook se volvía más intenso. Seguramente revoltoso y dichoso de la presencia de su lobo, sintiendo como este humedecía aún más, como si se preparara para recibirle.
-B-bebé ven acá - dijo besandole la espalda y saliendo de él, observando como éste le miraba hacia atrás con sus cabello desordenado y su respiración acelerada. Afirmado solo de sus rodillas y sobre su cama con su cuerpo totalmente desnudo.
Para él, solo para él.
Con su piel lechosa y pareciendo tener diminutos destellos sobre sus curvas. Sutiles reflejos de la luz de la mañana y que asomaba por entre las cortinas que aún permanecían cerradas.
Taehyung palmeo sus muslos, indicándole el lugar preciso donde lo quería y el omega sonrió casi imperceptiblemente, como si algo se le hubiese ocurrido ante aquella invitación. El peliplata se quedó quieto y sólo le observó subir sobre su cuerpo, dando su espalda hacia él.
Y no era que el omega no disfrutase de mirar a Taehyung cada vez que hacían el amor. Por lo contrario, lo adoraba.
Pero en aquel momento tenía la idea de regalarle otra postal al alfa y que esperaba le entusiasmara tanto como a él.
Oh, claro que si.
Tomando el sexo del peliplata con una de sus manos y empujandolo con delicadeza para acomodarse sobre él y volver a sentirlo en su interior. Escuchandose el suspiro pesado de Taehyung, quién llevó una de sus manos hasta la cintura de Jungkook, acariciandole con suavidad en la curva que se marcaba en aquella zona. Para luego, ubicar cada una a lado de su cadera y sintiendo como el omega comenzaba a moverse sobre su pelvis.
Dios.
Sus dedos detallando con dedicación la piel de sus costados, cerrando sus ojos al sentirse tan profundo dentro de él y a la vez que le oía soltar suaves sonidos de satisfacción. Jungkook tendía a cerrar sus piernas, al sentir que su punto era estimulado por Taehyung, moviéndose circularmente para hacer que las sensaciones se dispararan en ambos.
Tan bueno.
Gemidos empalagosos saliendo desde la boca del pelinegro, ubicando sus dos manos sobre las piernas de alfa, para deslizarse de arriba a abajo con suavidad. Y Taehyung lo entendió, capturando la idea que había pasado por la cabeza de su atrevido omega.
Quería que lo viese. Allí donde ambos se unían.
-Oh mi jazmín e-eres hermoso - recitó como un poema, mientras sentía que Jungkook se movía con un poco más de ímpetu y jugando con su propio sensibilidad.
La madera de la cama chirriando levemente y escondiendose en la respiración acelerada de Taehyung, quién realizaba un embiste hacia el omega y le sacaba un agudo gemido.
Y maldición, el peliplata ya había olvidado la prudencia y solo quería tomar a su omega como debía. Sujetando con fuerza su cadera y empujando su pelvis contra él, sintiendo el calor de su interior y como este le hacia cosquillear el vientre.
-T-tae... m-más... - dijo el omega procurando encontrar las estocadas del alfa y sin dejar de moverse -... q-quiero sentirte m-más.
Y como si aquella hubiese sido una orden que Taehyung creyó no poder desobedecer, alcanzo con sus manos el torso de Jungkook y tiró hacia atrás con él. La espalda del omega quedando pegada sobre su vientre, mientras con una de sus manos le inclinaba la nuca hacia un costado y lo arrastraba hacia su boca.
Sienteme.
Un beso en el que sus dientes chocaron por lo exasperados que se encontraban, al mismo tiempo que el omega abría más sus piernas para dar más acceso al peliplata y este llegara hasta donde quería sentirle.
Llenarle.
El pecho latiendole en vibraciones rápidas y que le hacían saber lo cerca que estaba, mientras alcanzaba la cabellera del alfa y le atraía más cerca de él. Como si anhelase fundirse en aquel beso y su lengua buscase llevarse un poco de su sabor.
Taehyung empujó con más vigor hacia arriba, logrando que el pelinegro cortara el beso y empezara a gimotear sobre su boca. A la vez que con su otra mano, le agarraba la cadera que no dejaba de sacudirse entre cada penetración e impidiendo se separasen.
Guiando su nariz hasta el cuello sudoroso de Jungkook, sintiendo allí su pulso tan acelerado como el suyo y como la lubricación de este olía tan o más dulce que aquel lugar. Provocando que su lobo intentase hacerle perder el juicio, a lo que comenzó a besarle el cuello y la mandíbula rozando sus colmillos.
Sus piernas sintiéndose temblar al tener que sostener su peso y el del omega. Este tirando de su cabello como si quisiese que volviese a su boca, llegando hasta él y observando como sus ojos alumbraban nuevamente dorados. Algo que acontecía cada vez que volvían a estar juntos y habiendo descubierto que los suyos destellaban azules.
Tal como lo hacían en ese momento.
-A-alfa-el lobo del pelinegro llamando al suyo y gimiendo sobre su boca. No soportandolo más y cruzando sus brazos por su cintura, embistiendolo con fuerza.
-Eres m-mío - y Jungkook deseó decir que si, más su orgasmo lo estaba desmoronando sobre el peliplata. Atinando a solo sostenerse de su cuello - Eres mío o-omega... mío - repitió Taehyung para luego besarle la boca y recibir su respiración sollozante en aquel beso, a la vez que salía rápido del pelinegro y alcanzaba su propio placer. Empujando en falso bajo él, mientras su nudo comenzaba a crecer.
Manteniendo sus ojos cerrados, a la vez que sentía como su cuerpo estremecía junto al de Jungkook. Quién realizaba pequeños soniditos debido a su clímax reciente y en el cual aún se encontraba. Emitiendo uno un poco más notorio y que parecía sonar roto entre todo el deseo sosegado que les rodeaba.
Mi amor.
El alfa le acarició el rostro y le besó los labios superficialmente, percibiendo que ambos enfriarían pronto. Por lo que como pudo y en medio de su incomodidad, arrastró las sábanas a sus pies y les cubrió a ambos.
Y Jungkook se giró hacia él, hundiendo su nariz en el cuello del peliplata y como era ya habitual, hipando casi silenciosamente.
Estaba llorando.
Taehyung le abrazó regando de caricias su espalda, comprendiendo muy bien lo que le sucedía al omega y que llevaba aconteciendo posterior a cada coito. Considerando por varias semanas, que lo mejor era el silencio y omitir aquel tema.
Más tenía miedo. Que el pelinegro formara las ideas erradas y su lobo creyese que no lo quería con él. Que solo le estaba utilizando.
-Mi lobo también lo resiente - confesó girando su cabeza y pasando su nariz sobre su oído - También detesta salir de ti - y Jungkook se alejó y levantó su torso.
Su pelo arremolinado y los mechones cayendole libres y ondulados por los hombros. Aún restando días para recuperar su antiguo largo. Con su piel superficialmente húmeda y sus ojos claramente afectados.
-¿Es a-así?- le preguntó cómo si sonase esperanzado. Sin embargo, su voz también estaba manchada de dolor.
Taehyung arrastró sus dedos por su rostro, apreciando cuan bonito era aquel omega que tenía desnudo y sobre su cuerpo. Considerando que para él sería imposible, volver a compartir esto con alguien más que no fuese Jungkook.
Y no es que antes no hubiese disfrutado de buenos momentos, ya que procuraba que esto siempre fuese así, respetando a sus compañeros de cama. Así como las libertades que tenían fuera de aquel sitio.
Más con el pelinegro era tan diferente, más no siendo su belleza. Ni su aroma abrumante, ni su voz encantadora.
Era lo que sentía cada vez que se unía a él.
Que eran uno.
Una sensación cálida de pertenecer y como si su lobo comprendiese que aquel era su lugar, recostado sintiendo la tibia piel del omega por la mañana.
Su parte animal desquiciando, con el solo hecho de pensar haber mantenido una relación con Jungkook, con las libertades que implicaban sus anteriores relaciones.
No, nunca compartiría a su mimoso bebé con otros alfas. Aquello lo volvería loco.
- Claro que si mi precioso jazmín... - su mano bajó por el cuello de Jungkook, quien entrecerraba sus ojos ante el suave tacto. Sintiendo como este pasaba sobre su pecho y llegaba justo sobre su ombligo. A su vientre -... ambos desesperamos por que lleves a nuestro cachorro y por quedarme en ti...
El omega lo miró desde arriba, sabiendo que lo último lo precisaba tan solo su precioso peliplata. Alejado del instinto natural de su lobo de preñarlo. Tomando su mano que había caído sobre su estómago y entrelazando sus dedos con él.
Sabían que no sería fácil, más estaban juntos en ello.
Era lo que importaba.
-Nunca antes había deseado uno...un bebé -añadió Taehyung - Los cachorros no vienen con manual y eso acobarda a cualquier alfa como yo. Además que incluye noches de desvelo, vomitos y mucha suciedad de pañales usados - Jungkook llevó la mano que sostenía del alfa hasta su boca y le besó el dorso - Pero imagino a un pequeño de ambos. Con tu sonrisa y este odioso carácter Kima, corriendo con sus piernas cortas. Y creo podría soportar toda la mierda de bebé.
El omega rió. Su risa vibrando por los oídos de Taehyung y sintiendola dulce, tan dulce.
-Es lindo alfa Kim ¿lo sabe? - Taehyung le sonrió, percibiendo como el pelinegro se estiraba y regresaba a su cuerpo aferrandose a él - Más no dejaré que enseñe malas palabras a nuestro cachorro.
El peliplata rió, percibiendo que su nudo ya había bajado y su cuerpo recuperaba la fuerza. Besando sobre el cabello de Jungkook y respirando de su aroma- Esperame aquí - dijo para salir de la cama y deslizarse hasta el baño y con la única intención de limpiarlos a ambos. Recogiendo una toalla que más tarde se encargaría el mismo de lavar, egoista de que alguien más fuera complice de su espacio de amor.
Quizá también un poco avergonzado.
Tragando saliva al ver al omega desnudo y boca abajo sobre la cama. Las sábanas enrredando entre sus pies y con su cabeza girada hacia él con una sonrisa en sus labios.
Vaya imagen.
Y él se recostó a su lado apoyándose sobre su codo, pasando aquella toalla por sus lugares húmedos. Para luego también limpiarse a sí mismo.
Jungkook no le dejaba de mirar. Y él era consciente de ello, más tan solo se dedicó a pasar uno de sus dedos por la curva de su espalda, riendo al sentirlo erizar.
Viniendo a él inevitablemente, las memorias guardadas en aquel escrito.
"Su contextura era delgada, sin embargo, parecían no ser vulnerables a la inhóspita geografía del lugar.
Tardamos cerca de tres días en llegar a la zona, curiosos de lo que habría tras las enormes y rocosas montañas que orillaban el Estado. Con el cuerpo agotado y hambrientos, debido a que los suministros que llevábamos, se habían agotado.
Agradecimos un té caliente, confiando en que su origen no nos haría daño, ya que no reconocimos el sabor entre los que antes habíamos probado. El frío en aquel lugar era inclemente y nuestros labios se habían herido producto de el.
Pero él no lucía afectado y por el contrario, se paseaba aunque al interior de la choza cubierta de madera y cuero animal, descubierto de cualquier prenda que ocultara su desnudez.
Nos ofreció carne asada, consumiendola y corroborando que no se encontraba sazonada y presentaba su sabor natural. Mientras nos observaba cauto y con precaución, fijándome en cuan preciosas eran sus facciones aún y cuando se trataba de un alfa.
Su cabello de color azabache y tan largo que le llegaba a la cintura, tomado por un costado con un fino trenzado de colores. Y todos ahí sabíamos que aquel era un clan desconocido y que acabábamos de descubrir. Sin saber si hablaban nuestro dialecto, pues el alfa no había pronunciado ninguna palabra desde que llegamos allí. Tan solo nos miraba con temor y algo como ¿admiración?
Más todos nos sentimos totalmente aturdidos y nuestros lobos se alertaron enseguida, al ver como una preciosa omega de no mas de veinte años, aparecía frente a nosotros. "
-También eres mío - le había dicho Jungkook en medio de sus pensamientos y mientras sus ojos le miraban atento. Su cuerpo aún desnudo y con su estómago sobre la cama, sin una pequeña muestra de pudor que le cohibiera y le hiciese desear cubrir su piel - Ustedes los alfas siempre nos reclaman como suyos, pero tu también eres mío alfa Kima - y el omega levantó su torso, apoyando sus codos sobre el colchón -Dígale eso a su lobo.
Taehyung sonrió, deslizando sus dedos por la curva que formaban sus glúteos. Acercándose un poco más a él, para rozar su nariz por su espalda.
-Claro que te pertenezco bebé - aspiró al aroma suave de su piel - Digale a su omega que no tiene de que preocupar - sonrió al oír la risita del pelinegro, acomodandose a su lado y sintiendo como éste pasaba una de sus piernas sobre las suyas - ¿Te sientes cómodo así?
El omega le observó curioso y sin comprender -¿Cómo así?
Taehyung le detalló el rostro, pasando su dedo índice sobre su lunar bajo la boca - Así... d-desnudo.
¿Acaso estaba nervioso?
Saltando en su sitio al ver al pelinegro sentarse de golpe - ¿T-te molesta? - sus ojos abriendose asustados y el alfa pudo sentir que este olía a miedo.
Aquello lo alertó.
-No amor...por el contrario - Jungkook lo miró con su pecho subiendo y bajando rápido. Y como si aún desconfiara de sus palabras - Ey, ven acá -Taehyung jaló de su muñeca, cubriendolo en un abrazo y besandole la frente -Adoro verte desnudo, jamás pienses que algo así me molestaría - y Jungkook en cualquier otra situación se hubiese ruborizado, sin embargo, ahora tan solo se sentía preocupado.
Y es que sentía tanta comodidad al estar cerca del peliplata, que no sabía el como ahora había adquirido el hábito de pasearse desnudo por su habitación y cuando solo ellos estaban allí.
Jungkook sabía que aquello era una muestra de la intimidad que compartía con el alfa y la seguridad que este le daba. Percatandose que en él habían aflorado aquellos hábitos de un Jeonu y que procuraba no incomodaran al peliplata.
Tenía miedo. A que lo viese como algo extraño.
- Se que solías no usar vestimentas en Jeonu - le señaló el peliplata con cuidado y esperando no importunar al omega con sus palabras - Y se que te han obligado a usarlas y bueno, yo... -Jungkook lo oía mientras se aferraba a él -...no quiero que seas algo que no eres Jungkook. Y al menos si puedes ser libre aquí en mi habitación, te pido que lo seas.
Y el pelinegro se alejó del él para mirarle, sabiendo que en sus palabras no había más que sinceridad y él estaba seguro, nunca antes haber conocido a alguien como Taehyung. Preguntándose si todo aquello no le hubiese sucedido ¿él hubiese llegado de alguna manera al alfa?
¿Le habría conocido?
¿Le conocía desde antes?
- Creo que n-nunca he admirado tanto como a alguien como tu Tae - su mano entrelazandose a la del alfa, quien con su pulgar le rozaba la piel - Mamá d-decía que el amor surgía de la admiración... yo nunca entendí hasta ahora -y ahora si que el omega podía sentir su rostro arder, sobre todo al ver como Taehyung sonreía. Este haciendo el intento de atraparlo, hasta que un pequeño felino subió a la cama y pasó sobre ellos.
Al parecer, demasiado ansioso de ser mimado.
Jungkook tomándolo entre sus brazos, mientras era abrigado por los mismos brazos del alfa. Quién pasó su nariz por su cabello y dejó un beso allí - También te admiro mucho bonito mío.
❀
Se sentía un poco ansioso. Agotador para pensar que era con él con quién debía hablar y no era necesaria tanta cautela. Al menos no debía serlo, por naturaleza.
Mas no podía evitar sentirse de esa forma. Con el cuerpo tenso y precavido ante cualquier situación de peligro.
Y quizá en otra situación no sería de ese modo, salvo que ahora estaba involucrado un pequeño omega pelinegro y que era la razón de todo el asunto.
Debía hacerlo.
-Jongin ¿podemos hablar? - su hermano lo miró con sus cejas fruncidas, la pregunta marcandosele en el rostro. Más esto tan solo solo duro un momento, demasiado frágil. Pues este ya se encontraba nuevamente dedicado a su labor.
Jongin siempre había adorado el mar. A diferencia de él, que según sus padres había tardado tiempo en aprender a sumergirse en el. El menor de los Kima parecía haber nacido, para vivir bajo el agua salada. Lloriqueando cada vez que intentaban sacarle del agua, por las muchas horas que pasaba allí.
Por eso para él no fue difícil bucear por primera vez, practicar la apnea y traer consigo pequeños pececillos a casa al terminar el día. Mientras Taehyung dedicaba mayor parte del día a leer los libros que su abuelo recomendaba y con la finalidad de heredar su posición de líder.
Mientras a Jongin enseño prácticamente todo lo que sabía del mar. A él lo instruyó en como dirigir un clan.
Taehyung era su cabeza. Jongin sus manos.
-Será solo un momento. Por favor - insistió Taehyung, escuchándolo resoplar y verlo girar sus ojos en fastidio. Su cabello tomado en tomate para que no incomodara durante su trabajo.
Había estado durante toda la mañana arreglando y corrigiendo la madera rota de una embarcación. Algo que también había aprendido de su abuelo y a muy temprana edad.
-¿Qué quieres? - respondió el más joven y en forma de pregunta. Con el sudor bajandole por el cuello. A lo que Taehyung le pasó una botella de agua que traía consigo.
Aquel día hacía bastante calor en Kima, sobre todo a orilla del mar y donde se encontraban. Pues la brisa marina y el reflejo del astro en el lugar, parecía quemar aun más la piel.
Taehyung le indicó con las manos y sentándose en el arena. A lo que Jongin a regañadientes le imitó. Ambos observando lo tranquilo que se hallaba el océano.
A diferencia de como sentía que en aquel momento, su cabeza iba a explotar.
-Yo necesito pedir algo Jongin. Un favor -y el más joven rió negando con su cabeza. Manteniendo sus antebrazos sobre sus rodillas flectadas y observando a su hermano.
-¿Me quieres pedir un favor? ¿A mí? - preguntó con ironía. Taehyung sabía que aquello no sería fácil - Me estás jodiendo Taehyung.
El alfa mayor suspiró - No se trata de mí nada más Jongin. También tiene que ver con nuestro clan y... - Taehyung vaciló, sopesando sus palabras y siendo consciente de lo que diría y el como su hermano podría tomar aquello en su contra.
-Y el Jeonu ¿no es así? - más fue él mismo quién completó su oración, distinguendo el sabor de la burla en su tono de voz -Dios, sinceramente no creí que te fuese a calentar tanto - Taehyung cerró sus ojos, procurando no exaltarse y arrojarse contra su Jongin y romperle la cara - ¿Tan bueno es?
- Basta. No he venido a pelear contigo - habló con la voz apretada. De verás que su hermano le sacaba de quicio. Pero necesitaba mantener la cabeza fría y no responder del mismo modo estúpido que él.
El alfa más joven solo se limitó a sonreír y mirar una vez más hacia el mar. Taehyung se preguntó el como, las cosas entre ambos podrían haber cambiado tanto luego de que el cometiera aquel desastrozo error.
Se arrepentía cada día de ello.
Jongin no lo merecía.
- Kima podría estar en peligro - soltó a lo que de inmediato llamo la atención de Jongin, quien se giró a verle - No me preguntes como lo sé, pero te aseguro que esto no solo nos involucra a nosotros Jongin. Nuestra gente e incluso otros clanes pueden estar en pelig...
-¿Ha sido por culpa de él cierto? - le interrumpió - La razón de todo esto es Jungkook. Él está exponiendo a nuestro clan - Taehyung no pudo negar a ello, porqué de algún modo Jongin tenía razón en ello. Más eso no era un fundamento para no hacer las cosas correctamente.
-Necesito que me jures que resguardarás a los nuestros Jongin - a todos - Y que no nos traicionarás solo por tu deber como militar- agregó Taehyung con decisión intentando sonar tan duro como solía ser su hermano.
Jongin rio y llevó una de sus manos hasta su pecho. Simulando haberse ofendido -Por supuesto que jamás traicionaría a mi clan Taehyung. No olvides que no soy como tú - señaló con petulancia.
Y el alfa mayor sabía a que se refería.
- Más no me pidas que proteja a ese omega Taehyung - Jongin dijo severo -No si eso involucra poner a Kima en peligro o incluso a ti.
-N-no quiero que cuides de mi - le respondió dolido y afectado por la idea de exponer a Jungkook a algo injusto.
-Se que no le gusta que le cuiden alfa Kima - el mayor resintió el modo en que se dirigió a él - Pero eso es algo de lo que no le corresponde opinar - y Taehyung lo vió ponerse de pie. Ubicando ambas manos en su cintura - Usted se ha preparado para ser un líder. Yo lo he hecho para cuidar a todos los clanes del Estado y mi deber es hacerlo - Jongin lo observó desde arriba. Su contextura siendo mucho más gruesa que la del alfa mayor - Yo no traiciono a mi familia alfa Taehyung ¿recuerda? Pero no me pida cuidar de alguien que no pertenece a ella.
Y Taehyung se levantó y le tomó el brazo. Creyendo que rogaría si con aquello podría cuidar de Jungkook - Él es mi Ananké.
Porque Taehyung lo sabía. Y si tenía que confesarlo a su hermano, con tal de que éste accediera a su petición, lo haría. Observándolo como abría sus ojos en sorpresa por unos segundos, para luego liberar una gran carcajada.
-¿Tu Ananké? Por favor Taehyung no me hagas reír ¿Tan desesperado te sientes como para decirme esto? - y Jongin tiró de su brazo, como si su toque le quemase - ¿No era ella tu Ananké? ¿O eso no fue lo que dijiste a papá para justificar tu dolor?
El mayor quedó petrificado. Pues siempre procuraba obviar aquel tema y no deseaba precisamente hablarlo con su hermano.
- Por favor deja de joderme. Tengo mucho que hacer aún - dijo sin más para alejarse de él y retomar su labor. Dándole la espalda a su hermano.
"Jongin jamás permitirá que dañen a Taehyung."
Aquella frase orbitando en la mente de Taehyung. Siendo él quién había terminado por lastimar a quién juró cuidarlo y cuando ambos apenas eran unos cachorros.
❀
Sentía que el pecho le dolía y sus ojos parecían humedecer. Mientras limpiaba con cuidado los ventanales del salón y escuchaba la bonita pero triste voz de la mujer.
Hipó.
Definitivamente aquella canción le estaba lastimando.
-Jungkook es mejor cambies esa canción o acabarás todo lloriqueando - le sugirió el beta, quién a su vez tallaba un poco la antigua madera del suelo y que él procuraba reflejase cuan espejo natural.
Una obsesión.
- Es que es tan bonita y triste a la vez - el omega suspiró. Renuente a hacer lo que el peliplata le decía. Le gustaba demasiado la música como para saltar una canción - ¿Puede ser algo bonito y triste a la vez señor Donghae? ¿Puede haber belleza en el dolor? -preguntó curioso y girándose hacia él peliplata.
- Eso sería algo bastante raro - respondió el beta. A lo que Jungkook hizo una mueca con su rostro, mostrando descontento. Escuchando ambos como alguien más ingresaba al salón y silenciandose enseguida.
- Pues yo no lo encuentro tan extraño Donghae - señaló el omega, mientras le sonreía a Jungkook y este se reuborizaba tal vez un poquito, por la alusión del mayor - Es más, creo que puedes mostrar al mundo algo muy triste en una bella obra de arte. O contar las cosas más tristes como en esta preciosa canción.
-Disculpe mi imprudencia señor Seokjin - se apresuró a decir el beta y poniéndose de pie con intención de inclinarse.
A lo que el omega platinado levantó sus manos, a la vez que se acercaba a ellos - No te disculpes Donghae, podemos pensar diferente cielo - le sonrió para luego, ubicarse junto a Jungkook -"No sabes lo que es amor" de Nina Simone, es una bellísima canción Jungkook.
El pelinegro junto sus cejas y le observó confundido - Yo perdón, n-no comprendo - dijo avergonzado y tomando el paño humedo con el cual limpiaba los vidrios, entre sus manos y frente a él.
-Oh no, disculpame a mi - le respondió el peliplata y percatandose que era evidente que el joven omega no comprendería, si apenas sabía de lectura - Es la música que estás escuchando - Jungkook le miró pareciendo asimilar la información -Nina Simone es quién canta y fue una de las mujeres más valientes de las que debo haber leído. El abuelo de Taehyung le admiraba muchísimo - Seokjin añadió y sonrió al percibir que el omega traía consigo impregnado el aroma de su hijo - Deberías escuchar "Mississippi Goddam". Esa canción es un grito de libertad.
El pelinegro sólo le observó, respetuoso de lo que el omega le decía y aunque poco comprendiese de ello.
Más tarde preguntaría todo a Taehyung.
- ¿Jungkook quisieras sentarte conmigo un momento y nos tomaramos un té? - preguntó de pronto el omega peliplata y Jungkook se sintió nervioso y solo atinó a cruzar miradas con el beta. Como si le pidiese auxilio.
En las semanas que llevaban de regreso en Kima junto a Taehyung, habían compartido con el omega. Más esto siempre había sido en presencia del alfa.
- Con el señor Donghae n-nosotros...
-Ya estabamos terminando - interrumpió el beta y Jungkook abrió sus ojos atónitos, sintiendo que se le revolvía el estómago - Casualmente Jungkook ha cocinado un pastel de manzana, creo podría probarlo mientras toman su té.
-Me encantaría - aplaudió Seokjin, mientras sonreía a ambos y el pelinegro casi corría siguiendo al beta hacia la cocina.
-Iré por el agua y las tazas - dijo disculpandose y sabiendo que no era necesario su ayuda. Pero necesitaba fe un respiro de valentía para enfrentar al omega.
Escuchó a Donghae reír, a lo que se giró hacia él disgustado.
- ¿Qué? - preguntó risueño el beta y claramente burlándose de él - Ni modo que estén haciendo algo malo y a escondidas de todos en la habitación del alfa Kima ¿o sí?
El pelinegro de inmediato sintió su cara enrrojecer, por lo que solo se dirigió a lavar sus manos y comenzar a ubicar todo sobre una bandeja de metal.
-Esa ha sido una mala jugada señor Donghae - dijo sin resentimiento. Pues sabía que aquella era una conversación necesaria. Si no más bien, sintiéndose acobardado por aquellas incómodas situaciones.
- Lo siento, lo siento - dijo acercándose hasta el omega y acomodandole un poco el cabello que osaba escapar de lazo que llevaba - Es solo que el señor Seokjin te esta brindando la oportunidad de un rato pertinente y a solas. Debes de aprovecharlo, ya que es el padre de tu alfa después de todo - la sola mención le hizo latir el corazón al omega, mientras las manos de Donghae le desataban el delantal que llevaba y que sabía olvidaría retirar - Ya ve.
Un suspiró soltandose desde su boca y con el estómago doliendole de nervios, a la vez que caminaba hacia el salón. Esperando no tropezar, al ver que el peliplata esperaba sentado por él en uno de los sillones. Ubicando en la pequeña mesa de centro, todo lo que había traído desde la cocina.
-Sientate Jungkook por favor, yo serviré el agua - le señaló Seokjin cuando intentó tomar la delicada tetera de porcelana. Sentándose frente a él y sólo observando como éste servía las tazas con agua caliente.
El vapor asomando y apreciandose dibujado por el sol que ingresaba por los visillos. Distinguiendo la belleza apabullante del omega, comprendiendo la razón del porqué su alfa era tan bonito.
- Pero que delicioso te ha quedado ésto Jungkook - le dijo el peliplata, quien ya se llevaba un trozo de pastel a la boca. Y él se sintió orgulloso.
Gustaba mucho de cocinar.
- Gracias señor Seokjin. El señor Donghae es quién me enseña - le respondió, a la vez revolvía su té sin despegar la vista de allí.
- ¿Eres bastante cercano él verdad? A Donghae - preguntó Seokjin y procurando el chico se relajase un poco y no se sintiese tan tenso como lo notaba.
Más era obvio éste estaría de esa forma, si prácticamente le había acorralado pidiéndole que se alejase de su hijo.
- Si. El señor Donghae es muy gentil conmigo -dijo formando una sutil sonrisa sobre su boca - Me ha enseñado muchas cosas que...- se detuvo al comprender lo que diría -... que antes de llegar acá no sabía.
Seokjin bebió de su taza y la dejó sobre la mesita - Eso me alegra Jungkook. Es bueno que tengas y hayas tenido alguien durante todo este tiempo, en el que me he comportado como un verdadero ridículo contigo.
- Señor Seokjin usted no...
- No intentes ser cordial Jungkook - indicó el peliplata con una de sus manos, sacudiendola frente a él - Es amable de tu parte, pero sabes que no lo merezco - el pelinegro no supo que responder y solo se mantuvo en silencio - He de suponer que Taehyung ha hablado contigo ¿no es así? - el omega asintió, oyendo como Seokjin soltaba un suspiro - He tenido miedo Jungkook, se que mi hijo no es un cachorro pero me ha resultado inevitable no sentir temor a que le hagan daño.
El pelinegro sabía de aquello. Y Taehyung se molestaría, pero el comprendía.
El también haría todo por proteger a un cachorro suyo.
- Lo entiendo señor Seokjin. No debe preocuparse de eso - le señaló Jungkook, intentando mirarle a los ojos y debido a que le costaba hacerlo, por lo mucho que el peliplata le intimidaba. Observando como de pronto este se levantaba y se sentaba a su lado, tomando sus manos entre las suyas.
- Te pido me disculpes Jungkook - suspiró - y es que mi miedo no solo ha sido por Taehyung, también es por ti - el pelinegro sintió como este le acariciaba con los pulgares sobre sus manos - Se que te han traído... prácticamente te han alejado a la fuerza de tu clan - el peliplata se detuvo por un momento - Y esta relación que ha surgido entre ustedes, sé que es sincera. Conozco a mi hijo y te puedo asegurar que nunca lo había visto de esta manera, tan pretencioso con su omega. Debes saber que te ha impregnado de su aroma, seguramente para asegurarse que alguien siquiera te mire.
Jungkook se sintió pudoroso. Distinguiendo como los bonitos ojos platas de Seokjin, parecían brillar incluso más que los de Taehyung.
Seguramente el clan Kima había sido hecho sobre las estrellas.
- Y se que muchas personas están comentando que mi hijo prácticamente te ha comprado con el objetivo de tomarte. Pero no me importa, me basta con saber que el corazón de Taehyung está lleno de nobleza - dijo levantando una de sus manos, para acariciarle el rostro -Sin embargo, también me he dado cuenta de algo que me preocupa. Y no quiero salgas lastimado y sea mi hijo noble, pero torpe, quién lo haga - el omega entrecerró sus ojos sin entender a que se refería con aquello - ¿Por qué no llevas marca Jungkook?
Y el omega se sintió incómodo ante la pregunta. Aún así percibió que en ella había mera empatía y el lobo de Seokjin se había alertado por ello.
Deseando tranquilizarlo y decir que aquello era algo que ambos habían conversado.
Que no había de que preocupar.
- Señor Seokjin n-nosotros.... - sus palabras quedando en el aire al ambos mirar hacia la puerta y ver como la pequeña Hyejin corría hacia ellos.
-¡Jungkook! - gritando y sin preocupar si importunaba a algún adulto. Con su ropita de buzo y casual para aquel día en Kima. Y ya habiendo pasado varios desde que su padre había regresado a Jung.
El peliplata riendo y negando con su cabeza al verla tan entusiasta como siempre. Con su personalidad tan característica de su clan.
Aquella conversación quedaría para otro día.
-¿Que ocurre Hyejin? - preguntó Jungkook, recibiéndola en sus piernas, mientras esta se abrazaba a él e intentaba apaciguar su respiración.
Sus ojitos plata mirándolos a ambos y en su rostro asomándose una gran sonrisa que le marcaba sus cachetitos rosa.
- La c-cachorra... - dijo con sus palabras cortadas por su dificultad para recuperar el aire agotado -... la cachorra Min ha nacido - señaló finalmente, a lo que ambos omegas se miraron apareciendo de inmediato la emoción, ante la comprensión de las palabras de la pelirroja.
El omega Min había dado a luz.
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