• CAPÍTULO 16 •


Te recomiendo escuchar "Blue bucket of gold" de "Sufjan Stevens" mientras lees este capítulo.

Acariciaba su espalda con suavidad, percibiendo que su cuerpo ya se encontraba tibio y adecuado para descansar. Su pelirrojo cabello atado sutilmente en una trenza, la que había hecho poco antes de que se quedase dormida.

Sus ojitos apreciandose hinchados aún, con su nariz rosa y su manitos hechas puño sobre la tela de su pantalón.

Pequeña cachorra.

Y el pelinegro suspiró, pensando en cómo había costado que la niña se calmara, habiendo estallado en un incontrolable llanto luego de la respuesta de Hoseok. No logrando ni incluso la presencia de Chanyeol, tranquilizar el gran pesar que estaba sintiendo su corazoncito.

No le quería a él. No al menos en ese instante.

-Mi bebé... es papá - había dicho Chanyeol acercándose a ella apenas le habían llamado. La cachorra sólo habiendose aferrado a lo primero que encontró a su lado, mientras gimoteaba y lloraba desmesuradamente sobre Hoseok. Este último, con su mismo lobo impaciente al sentir la angustia de la cachorra - Estoy aquí.

Y Hyejin había girado su cabecita y al peliplata se le había roto el corazón al verla de esa manera.

Tan vulnerable.

Pensando en que tan bien había hecho las cosas para con su cachorra, torturandose a sí mismo por el nunca haber sido capaz de haberle entregado otro padre. Aquel lazo machacando tanto sobre él, que no siquiera podía pensar en otro omega que no fuese él.

Y es que eran tan jóvenes en aquel entonces. Él apenas aprendiendo a ejercer la diplomacia con el resto de los clanes, siendo una de sus visitas a Jung en la que le había conocido.

Tan cautivante y enigmático.

Asomándose por entre las reuniones que mantenían en el hermoso jardín de los Jung. Con ojos sigilosos y curiosos que para él no pasaban desapercibidos. Su aroma a flor de durazno siendo embriagador, pues hace poco se había presentado como omega.

Tenía tan solo diecinueve años.

Y maldición, aún era un niño.

Pero él hubiese movido el horizonte, si él le hubiera propuesto quedarse con la cachorra.

Haber mantenido aquel lazo que ambos tenían.

A esa pequeña criatura que ambos habían creado.

Habría dejado todo. Su clan, su estatus. Todo lo que era.

Más aquel día había visto el miedo en sus ojos y el cuerpo temblandole ante lo que les estaba sucediendo.

-E-estoy encinta- había pronunciado con su voz muy baja para que no les escuchasen. Sin embargo, el alfa sabía que todos estaban demasiado entusiasmados en aquella fiesta de despedida, como para percatarse de que ambos hablaban al fondo de uno de los pasillos. La luz de la luna apenas alcanzandoles, más Chanyeol podía apreciar con claridad como los ojos del pelirrojo se humedecían.

Y había deseado hablar, más la garganta se le secó de golpe. Esmerandose en formar saliva, para tragar aquel nudo que se había puesto en aquel lugar.

-L-lo sacaré de mí - le dijo el omega. Y hubiese asegurado le vio vacilar antes de ello. Más su lobo se estaba sintiendo totalmente herido- Si lo hago n-nosotros podremos...

-Tú no harás nada- le respondió ofuscado, detestando la idea que Baekhyun le planteaba - Ese cachorro también es mío. No te dejaré abortar.

Sabía lo que involucraba aquello. Tener un bebé mestizo era prácticamente una deshonra para un clan. Por lo que de algún modo comprendía el como el omega se estaba sintiendo.

Más era su cachorro también. Y lo más importante, lo que ambos compartían no era una mera aventura.

Le había marcado.

-Y-yo no puedo... - las lágrimas caían desmesuradas sobre sus mejillas, a la vez que su pecho convulsionada al intentar controlar sus sollozos - Mi p-padre...

-Yo me haré cargo - dijo tajante y percibiendo, como algo se rompía dentro de él - Solo pido que lo tengas.

Y aquel día podría haberle dicho que no tenía porque temer. Que ambos podrían vivir lejos de sus clanes y conservar al cachorro.

Más como Kima, su orgullo y algo más había sido herido. Aquel sentimiento del omega rechazando a su bebé, produciendo un sabor agrio en su boca. Entendiendo que tal vez para el pelirrojo, aquello no había significado nada.

Y a pesar de que su lazo, le informaba otra cosa durante los meses que Baekhyun se encontraba en gestación, jamás se atrevió a suplicarle al omega. No viéndole más desde aquel día, pues el alfa Jung no le permitió visitar nuevamente su clan. Solo haciendolo el día en que había ido por su hija.

Su pequeña Hyejin.

Sin saber si el pelirrojo la habría visto, con sus ojitos perlados igual a los de él. Más su cabellito como el del omega, rizandose un poco en las puntas.

Su pecho doliendo al sentir la agonía de Baekhyun a través del lazo. Él sólo esperando ser lo suficientemente fuerte para ella, agradeciendo a Taehyung por haberle recibido en Kima junto a su cachorra. Obviando todas las peticiones al interior del clan, por exigirle el exilio.

Había sido una vergüenza.

-Es mejor que ella pase la noche con otro omega- había hablado Donghae a sus espaldas y también bastante preocupado por la situación de la cachorra - Es evidente que el lobo de Hyejin está pidiendo por aquello. Y quizá no será lo que ella espera, más le ayudará a sopesar su tristeza y tener una buena noche.

Y Chanyeol había mirado a la niña, entrecerrando sus ojos y no muy seguro con la sugerencia del beta.

-Haré lo que sea para que ella esté mejor, pero... - sin embargo, dejó de lado sus resquemores por la niña-... ¿tu crees que eso sea útil?

-No lo se del todo- agregó Donghae viendo como la cachorra no dejaba de lamentarse y restregar su nariz en la ropa de Hoseok, como si buscase allí algo que le hiciera falta- Pero creo que al menos podemos intentarlo.

Y el alfa asintió, girando su rostro hacia un costado - Alfa Chanyeol si usted me lo permite yo puedo... - y el pelinegro ni siquiera había terminado la frase cuando él había aseverado con la cabeza. Sintiendose demasiado agotado como para rehusarse a ello.

Su hija había desarrollado un vínculo especial con Jungkook y aquello no era algo que pudiese negar. Y en aquel momento, parecía la persona más indicada para estar con ella.

Y el omega se había acercado a él, agachandose a al altura de la cachorra - Vamos mi amor ¿quieres dormir hoy con Jungkook? - le pregunto llevándole los mechoncitos de cabello húmedos por las lágrimas, por detrás de su oreja.

La pequeña asintiendo sin dejar de llorar. Con su parte humana seguramente, luchando con los fuertes instintos de su lobo.

El pelinegro suspirando y levantándose de allí - ¿Me ayudaría? - preguntó mirando a Chanyeol, quien pareció comprender estirando sus brazos para alzar a su hija. Sintiendo cómo está parecía tener su cuerpo muy frío a pesar de que su carita estaba muy caliente.

-Creo que le ha subido la fiebre - dijo ubicando sus labios sobre su frente.

-Iré a preparar algo para eso y que pueda calmarle y descansar bien - había dicho el beta para luego salir de allí. Jungkook ubicando con su mirada a Taehyung, quien permanecía en su sitio como a punto de avanzar hacia él.

Estaba preocupado. Y quizá se debía a la cercanía del Chanyeol o el que ambos quedarían a solas. Pues el alfa no tenía muy buenos modales para con él y de algún modo eso le angustiaba.

Sin embargo y casi silenciosamente el le había dicho un "estaré bien", para comenzar a caminar hacia a tu habitación junto al peliplata. La niña apenas pudiendo sostenerse de su padre, como si no quisiese que este le acurrucara o estuviese cerca de él. A él mismo resultandole doloroso aquel comportamiento.

-Ubicala aquí - había dicho abriendo las mantas de su cama, ocasionando que el animalito de cuatro patas saliera saltara de allí. El alfa retirando la ropa que llevaba puesta y solo dejándola con una camiseta larga y las pantys que llevaba bajo sus pantaloncitos. Aún llorando lastimosamente, por lo que el omega se hubo sentado enseguida a su lado a lo que ella prácticamente se había arrastrado hacia él para abrazarle.

-Gracias - fue lo que había dicho Chanyeol y el pelinegro no creía haber escuchado alguna vez algo más sincero. Sabía de la personalidad del alfa y por ende, aquella palabra era realmente valiosa.

-No tiene nada que agradecer alfa Chanyeol - respondió el procurando tranquilizar a la niña sobando su espaldita en movimientos circulares - Yo quiero mucho a su hija, por lo que no es un problema para mi hacer esto. Ella es una niña muy dulce.

Y el alfa asintió, con su mirada dubitativa y creyendo que lo mejor sería dejar a su hija sola con el omega, para que pudiese conciliar el sueño.

-¿Me harías el favor de avisarme si ella continúa igual? - preguntó evidentemente preocupado.

- Por supuesto, daré aviso a el señor Donghae- le dijo con suavidad, esperando tranquilizarlo - Vaya y descanse. Esperemos Hyejin pase una buena noche.

-Buenas noches Jungkook - le dijo el peli Plata asintiendo.

-Buenas noches alfa Chanyeol - respondió para verle cerrar la puerta de la habitación y solo escuchar el sonido de los sollozos de la cachorra. La que parecía verse más tranquila, pero sin aun acabar con su agobio.

La habitación sólo siendo iluminada por la pequeña lámpara a su costado. Arropado un poco más a la niña, al sentir que esta se encontraba tan fría. El pequeño gato subiéndose una vez más sobre la cama, acomodándose en la curva que las piernas de Hyejin hacían bajo las mantas.

Pequeña cachorra.

Y es que sabía lo que ocurriría. Pues ella me había contando con tanta ilusión lo que los niños le habían dicho.

"Dijeron que era mi papá. "

Y él había intentado detenerla, más la cachorra había comenzado a correr deliberadamente hacia dónde sabía se reunían los adultos. Soltando aquello que Jungkook por obviedad, asimilaba no podía ser.

Ya pasará.

Ella se veía tan indefensa, más el no alcanzaba a sopesar el dolor que podría sentir. Habiendo visto tantas veces aquella imagen abatida en cuestionamientos, siendo Yongsun quien desde que eran unos niños los hacía.

¿Qué se siente tener dos papás Jungkook?

Su voz temblando en medio de sus recuerdos, con sus rodillas flectadas y sus cabeza hundida en ellas. Una d ellas tantas veces donde los demás niños se habían burlado de ella y la había hecho avergonzarse por ello.

¿Papá no me quiso?

Sus lágrimas humedeciendo su ropa, mientras él le abrazaba. No sabiendo que responder al ser tan niño y sin comprender él lo que ella sentía.

¿Cómo habría de saberlo? Si él siempre lo había tenido para sí mismo.

¿Cómo podría entender aquel dolor y hacerlo parte de él?

-¿Aún no se duerme? - le preguntó el beta, quien entraba a la habitación con un tazón caliente en sus manos. Acomodandolo a un costado sobre la mesita de noche y sentándose frente al omega para constatar con sus manos la temperatura de la niña - Aún tiene su cabeza caliente, descubrela un poco - Y Jungkook lo hizo - Vamos cariño, no te duermas hasta tomar lo que he preparado para ti.

Y la niña sin dejar de gimotear, se acomodó bajo el abrazo del pelinegro y observó a Donghae, quien le enseñaba el tazón sobre sus manos.

-Es leche con miel, tu favorito - añadió el beta tocandole el rostro con los dedos y apreciando como la niña tenía su rostro hinchado de tanto llorar - Y he añadido algunos polvos mágicos para que Hyejin pueda dormir bien.

Ella como pudo asintió, pues era muy respetuosa y jamás contradeciria a las decisiones de un adulto.

Tan bonita.

Y el beta entregó el tazón a Jungkook, quien miró a la pelirroja - ¿Bebemos un poco? Ha de estar muy agradable - y viendo como está asentía, lo llevó hasta su boca. Sintiéndose feliz al verla sorbetear con cuidado el borde- Sopla un poco antes.

Y ella lo hizo, aún hipando entre cada acción.

Más para el significó mucho.

-Iré a dormir - dijo de pronto Donghae levantándose - Procura tomar al menos la mitad del tazón. Mañana te tendré un desayuno como los que te gustan ¿está bien? - indicó con una sonrisa y despidiéndose para salir de allí.

Mientras ella luego de aquello, había extendido sus manitos para ayudar al omega a acercar el tazón. Bebiendo con mayor ímpetu, el dulce líquido caliente. Considerando que ya estaba bien, cuando su pancita se sintió satisfecha y su llanto había cesado.

El omega llevándole al baño, para luego meterla nuevamente a la cama y arroparle junto a él.

Sus manos acariciando las suyas, mientras procuraba que esta conciliara el sueño y decidiera descansar.

Más la sintió inquieta y parpadeando hacia al frente, como si su cabecita no la dejase descansar. Girando finalmente su cabeza hacia arriba, para buscar los ojos del omega.

-¿Jungkook? - dijo casi con un hilo de voz. Sin embargo sintiéndose bastante más tranquila que hace unos minutos atrás.

-¿Si Hyejin?- respondió el a modo pregunta, al no tener claro lo que quería la niña.

Y ella pareció dudar por un momento, entrecerrando sus ojos aún con tintes rojos en ellos.

-¿Tú crees que papá no me quiere? - soltó cómo un suspiró. Suave pero impulsivo.

-Yo creo que Chanyeol te quiere tanto, que el taño del océano sería pequeño para comparar - respondió el sonriendo.

A lo que ella respondió intentando formar una sonrisa - No me refiero a papá Chanyeol- dijo con calma, cosa que al pelinegro llamó la atención - Mi otro papá... ¿él no m-me quiere verdad?

Aquello había pesado en el pecho de Jungkook. Formando las palabras que él creía, podrían ser adecuadas para la pequeña. Pues no deseaba hacerle doler, más de lo que ya estaba haciendo.

- Mi dulce Hyejin- dijo acariciandole el cabello mientras ésta no despegaba sus ojos de los suyos, apretando con su mano la tela de su ropa al abrazarle - Dudo la verdad que alguien no pudiese quererte - Sintió como ella acercaba sus piececitos a su lado, tal vez con la intención de entibiarlos - Y los cachorros son como estrellas que bajan del cielo, tan inesperadamente que a veces los papás se vuelven torpes y no saben cómo cuidar de ellas.

-¿Por qué no saben? - agregó ella con su carita inexpresiva, que a Jungkook se le hizo muy difícil descifrar que estaba pensando.

Él sonrió - Porque nadie les ha enseñado como cuidar a una estrella. Y puede que su luz sea tan grande, que sus manos apenas las alcancen a sostener- dijo con sutileza, tomando su cabello y comenzando a hacer una trenza para que este no enrredara durante la noche - Es así como hay papás que están más preparados para recibir esa estrellita. Son más fuertes y poderosos - suspiró - Y otros que pese a intentar, aquella luz escapa de sus manos.

Y ella pareció reflexionar acerca de lo que él pelinegro había dicho y pestañeando varias veces, mirando a un lugar no determinado. El ronrroneo del peludo animalito, siendo lo único que se oía.

- ¿Y si papá Chanyeol me dejase enseñar? - preguntó de repente y enfocando sus ojitos nuevamente en él- Yo podría enseñar a mi otro papá Jungkook. Porque él tal vez solo necesitaba un poco de ayuda, pero nadie le ayudó.

-Quizá - y la garganta del pelinegro dolió, percibiendo la necesidad desmesurada que tenía la cachorra por ello. El ser apreciada, el ser amada.

Pensando en que si por el fuese, le entregaría todo aquello que se le hubo negado y le hacía pesar tanto en su corazón.

- Hyejin lo quiere Jungkook. Quiere ayudar a papá a cuidar mi luz - dijo suave y cerrando sus ojos de a poco. Conciliando el sueño bajo el tibio abrazo del omega.

Servía sobre delicados vasos de cristal, una nueva ronda de aquel bebestible que durante la tarde había preparado junto a Donghae.

Fruta cortada en pequeños cuadraditos y vertida sobre un extraño líquido de sabor un poco amargo. Cuestionandose el como aquello podría ser de apetecible para alguien, cuando para él resultaba bastante desagradable.

Pequeño mentiroso.

Más ahora se encontraba ya a punto de iniciar su segundo vaso y podía asegurar que algo no andaba del todo bien con su cuerpo. Pues se sentía extrañamente relajado y parecía querer sonreír cada tanto y por razones poco congruentes.

¿Se estaría volviendo loco?

Más procuró obviar aquel pensamiento y llevar una nueva bandeja al salón donde todos compartían una pequeña fiesta de despedida. Tanto Jung, junto al alfa Min y su omega debían retornar a sus respectivos clanes y luego de un par de días que usaron para distraerse.

Jimin por su parte, sabía que era complejo el volver a viajar al entrar a su octavo mes de gestación. Por lo que entendía que volvería a ver a sus amigos, solo si estos llegasen a visitarle. Y de alguna manera, se encontraba sin querer un poco sensible con respecto a ello.

-Mi amor, te das cuenta que esta puede ser mi última noche de soltero- dijo con un puchero, abrazando a Yoongi quien lo tenía en sus brazos y aun sentado en aquel sillón.

Nadie le había sacado de aquel sillón.

Sin embargo, el rubio alfa observó al omega entrecerrado sus ojos - Tú no eres soltero Jimin.

Y el omega le dejó un besito sobre los labios - Lo sé, lo sé. Tan solo lo decía en un sentido desfigurado.

- ¿figurado querrás decir? - preguntó Yoongi con una mueca confusa - Y eso tampoco tiene que ver porque tú estás casado conmigo y...

-Lo que usted diga mi alfa tan deletreado- dijo una vez más el omega, besando su frente y girando sus cabeza al frente.

-Es letrado Jimin y... - quiso decir el alfa, más se resignó al ver como este parecía no prestar atención a sus palabras-... ya no va al caso.

La fiesta estaba siendo muy amena, a pesar de que Jungkook sentía la mirada del Seokjin y Namjoon sobre él. Sintiéndose incómodo allí y a pesar de que Jimin le hubiese casi implorando que se quedase. Algo que había hecho, hasta que consideró necesario tomar un poco de aire. Por lo que luego de haber dejado la bandeja con ponche, había salido de allí.

Uno de los pequeños balcones entregando vista de parte de la costa de Kima, pareciendo perderse entre la suave niebla que esa noche había.

Acariciandose uno de sus brazos desnudos, culpandose por no haber puesto algo sobre su cuerpo antes de salir de allí. Y pensando él como se había acostumbrado a cubrirlo ante él, siendo tan ligero al compararlo con la fría ventisca invernal que solía haber en Jeonu.

¿Qué estás haciendo?

Sintiendo cómo su estómago dolía, al recordar la razón por la que se encontraba allí.

¿Acaso podría contarle a Taehyung?

-No deberías haber salido sin abrigarte - le dijo aquella voz a su espalda, sintiendo como apoyaba su cabeza sobre su hombro y le cubría con la gruesa túnica que llevaba puesta. Su nariz rozando suavemente por el costado de su cuello.

- ¿Me ha seguido hasta acá alfa Kima? - dijo meloso y moviendo su cuello un poco para que este pudiese tener más acceso a él - ¿Debiese preocuparme por sus habilidades de rastreo?

Y la risa del peliplata vibró sobre su piel, pues sus labios habían tocado su cuello en dulces besos regados sobre el.

- Debo tenerlas cuando mi omega es un experto escurridizo y vive negandome hasta su sola presencia- el pelinegro sonrió, cosquilleando sobre su vientre al oír como el alfa se refería a él.

Su omega..

Y Jungkook se volteó hacia él aún encerrado su abrazo, percibiendo como este aseguraba su cintura entre sus manos.

-Es difícil huir de usted alfa Kima - le dijo cerca de la boca y tomandole el rostro con sus dos manos - De repente parece estar en todos lados - agregó para luego cerrar sus ojos y sentir como los labios de Taehyung tomaban los suyos.

Su aliento siendo pulverizado por la misma respiración que el peliplata dejaba en él, sintiendo como su lengua le tomaba lento y sin apuro. Saboreando cada espacio de su boca.

Suaves caricias siendo repartidas por la curva de su cintura, percibiendo como de pronto quiso curvarla hacia él. Sus mejillas sintiéndose calientes, pese al frío de la noche. Cortando aquel beso, cuando sintió como un jadeo de satisfacción se le escapaba de la boca.

-No había probado el ponche ésta noche - dijo de repente Taehyung, abrazándole de inmediato al percibirlo avergonzado - Pero ha de saber mejor si es de tu boca.

Y Jungkook negó con su cabeza, pasando su nariz sobre el pecho del alfa, mientras lo escuchaba reír. Esperando que su aroma le tranquilizase, pues su corazón latía demasiado fuerte.

La cercanía del alfa le estaba afectando demasiado.

Se sentía cohibido por aquello.

-¿Quieres entrar? - había preguntado el peliplata acariciando su espalda.

-Solo un momento más - le respondió él, aferrándose un poco más a su cuerpo. Percibiendo cómo Taehyung besaba con suavidad cuello.

-¿Sucede algo? - preguntó al sentir como su aroma destilada, un ligero toque de preocupación. A lo que el omega negó sobre su pecho - No me mientas Jungkook - dijo no deseando sonar autoritario, más su lobo le exigía saber el estado del pelinegro. Escuchándole reír bajo su abrazo.

-Es usted un mandón alfa Kima - respondió él para luego girar su rostro para mirarle. Las luces de la casona iluminando sus ojos oscuros, pintando allí suaves destellos entre el onix.

-Disculpa, no he querido sonar así es solo...

-¿Crees que llegará el día en que el agrade a tus padres? - preguntó sin dejarle terminar - N-no se... ¿quizá tan solo al señor Seokjin?

Y el alfa le besó la frente para luego volver a mirarle, esta vez acariciandole el mentón con una de sus manos - A papá le agradas Jungkook, es solo que es muy orgulloso como para asumirlo. No pienses en eso bonito.

Y Jungkook suspiró - Y es que no se siente bien. Ellos me miran como si yo... - detuvo sus palabras y bajó su cabeza.

-¿Cómo si tu que Jungkook? - preguntó el peliplata alzando su rostro nuevamente para que le mirara.

-C-cómo si yo les provocara asco- añadió el omega percibiendo como Taehyung movía la yemas de sus dedos sobre su piel. Mientras meditaba aquello que sabía lastimaba a Jungkook.

Más no permitiría que lo hiciesen.

-Mis padres siempre han sido de esa forma conmigo - dijo observandole- Cuando era pequeño solía ser muy enfermizo y creo que ellos jamás me han dejado de ver como aquel niño, a pesar de que yo me he esforzado en que esa imagen desaparezca- el pelinegro puso su mano encima de la que tenía él sobre su rostro - Muchas veces tomaron desiciones por mí y de las que yo no estaba de acuerdo. Creo que esa fue una de las razones por las que desee ser el líder de Kima. Yo deseaba expresar mis propias ideas, no importando si me equivocaba en ello. Quería mi independencia.

-Tae - dijo ahora él repasando sus nudillos con sus propios dedos. Distinguiendo cómo la voz del peliplata sonaba áspera y dolida. Sus ojos perdiéndose en el horizonte, como si meditase acerca de algo.

-Incluso hubo alguien muy importante Jungkook - y el pelinegro entrecerró sus ojos, siendo la primera reacción de su lobo a ponerse alerta - Más mis padres se encargaron de alejarla de mí, pues a ellos no les parecía correcto lo que teníamos y yo en aquel entonces no supe cómo defenderlo - ¿lo que tenían? pensó enseguida, más estando seguro de que se trataba. Un pequeño dolor instalándose sobre su pecho, ignorandolo al entender que era su instinto que provocaba aquello.

-Por eso yo no permitiré que pasé lo mismo con nosotros - le dijo mirandole a los ojos. Y el omega podía apreciar como estos lucían más brillantes, demostrando lo mucho que eso aún le lastimaba.

¿Acaso aún le amaba?

Más negó mentalmente, pues se sintió egoísta al comprender que sólo estaba pensando en él, cuando él alfa le estaba confiando algo tan valioso para él.

-Ya no soy un niño y no dejaré que ellos nos lastimen cariño. Te prometo que no lo permitiré - añadió el peliplata rozando su nariz con la suya.
Jungkook aprisionandose más bajó su abrazo y con tantas preguntas en su cabeza. Más relajandose bajo su toque y el tibio aliento de su respiración.

-¡Ey mi apuesto Montesco y mi adorable Capuleto! - habló una voz a sus espaldas, a lo que el alfa se inclinó un poco, dejando asomar los redondos orbes del omega sobre su hombro- Dejen de ser tan dulces que me provocarán una diabetes gestacional - dijo el rubio omega apuntando su barriga y provocando la risa de ambos- Ya mejor vengan a darme amor a mi, que me aburro de las clases de semántica de Yoongi - dijo finalmente para entrar de regreso a la casona.

Y si bien Jungkook había comprendido la mitad de las cosas que había dicho Jimin. Sonrió para tomar al alfa de la mano y tirar de él para seguir al rubio.

Sin embargo, éste lo jaló de regreso a él, para tomarle su cara entre sus manos y dejar un pequeño beso en sus labios.

-Te quiero - dejando aquellas palabras sobre su boca, distinguiendo como su corazón se remecía y golpeaba con fuerza bajo su piel.

Más sabía que ambos tenían un compromiso y debían ser respetuosos con ello. Aunque deseasen escapar de allí y disfrutar tiempo juntos.

Solo ellos dos.

El pelinegro percibiendo como la mano de Taehyung, cubría la suya cuando ingresaron nuevamente al salón. La sonrisa de Yoongi delatando, el que no habían sido para nada discretos.

-Ya yo los hacía con cinco cachorros - soltó de repente el alfa Min, ocasionando que Taehyung negase con su cabeza y a Jungkook se le coloreasen hasta las orejas.

-Por favor Yoongi no asustes a Jungkook - dijo Jimin pegándole en el hombro, más su sonrisa pícara distaba mucho de no estar disfrutando aquello.

El pelinegro y pese a lo avergonzado que se sentía, rió ante lo directa que era la pareja Min - No estoy asustado - dijo de la nada, ocasionando que el peliplata lo observase asombrado y con una sutil sonrisa formándose en sus labios.

El alfa Min, está vez pegándole un codazo a su omega. Sin embargo Taehyung poco prestó atención al gesto, al oír como aquella canción comenzaba a sonar en el gramofono, que el pelinegro había instalado antes de la cena.

-Ven, vamos a bailar - señaló el peliplata, para arrastrar a Jungkook junto a él al centro del salón. Teniendo claro que las miradas de Seokjin y Namjoon se encontraban sobre ellos.

-¿bailar? - preguntó el omega no muy seguro de que quería decir con aquello el alfa. Viendo cómo este parecía moverse al ritmo de la música, recordando como Jimin había enseñado aquel día en Min.

-Tan sólo sígueme cariño- le dijo este, dejandolo pegado a su pecho y respirando sobre su oído- "Veo árboles verdes, también rosas rojas. Las veo florecer para ti y para mí. Y pienso, que mundo tan maravilloso"- pronunció casi en un susurro y sin dejar de moverse junto a él.

- Eso...

-Es lo que escribió Louis Armstrong... lo que dice la canción- le alejó de él momentáneamente, para hacerle girar bajo su brazo y acercarle nuevamente - Y al verte bonito mío, creo que no ha de haberse equivocado.

Y Jungkook rió despacio, con una de sus manos sosteniéndose del hombro del peliplata, retirando un poco su rostro para mirarle - También lo quiero alfa Kima - su nariz chocando con la suya, tan cerca que fue inevitable besarle, mientras este le sujetaba con un poco más de fuerza de la cintura.

Separándose de allí, apreciando como los ojitos color plata del alfa le miraban en forma de luna al sonreírle. Volviendo a abrazarle, hasta reposar su cabeza sobre su pecho. Dejando que este guiara sus pasos y le entregara aquella valentía que necesitaba.

Mi dulce Taehyung.

Observando como a su lado la pequeña cachorra achinaba sus ojitos sonriendo. Regalando un guiño con uno de ellos y que a Jungkook le hizo reír, devolviéndole el gesto.

Traviesa cachorra.

Y el omega sentía su pecho tranquilo, al apreciarle tan feliz en aquel salón. Con un vestido color rosa que lucía como si le quedase un poco grande. Más a ella parecía no importar. Su manito siendo tomada por el alfa Hoseok, quien la hacía girar de vez en cuando en medio de la canción.

Jungkook sonrió ante aquello, apreciando el como había sido el mismo alfa Jung, quien había estado desde muy temprano preguntando por la niña, al otro día de su ataque de angustia.

Ella aun con sus ojitos llenos de lagaña, jugando con el animalito sobre su cama. Riendo y rodando sobre las mantas como si nada hubiese ocurrido.

Tan bonita.

Y si bien el omega no había deseado comentarle mucho a ella de la preocupación del pelirrojo, parecía como si un lazo invisible les hubiese unido a ambos. Pues y a petición del mismo alfa, la niña había participado de cada una de las comidas junto a ellos. Llevándose singularmente bien y como si se hubiesen conocido desde que ella se había presentado en este mundo.

Chanyeol siendo un poco más meticuloso y si bien no aprobaba del todo aquella espontánea relación. Sabía que su hija parecía agradarle y casi por razones obvias, el alfa Jung.

-Hoseok es mi nuevo amigo - había dicho inoportunamente un día al terminar su almuerzo. Siendo tan natural y como si no le incomodase entrometerse en la conversación de los adultos - El es como el sol. Tan brillante como el.

Y el alfa frente a ella le había observado enternecido y con su pecho sintiéndose agradecido por aquello.

-Hyejin también me agrada y estoy feliz de que me permita ser su amigo - respondió antes de que su padre me corrigise. Enviándole una mirada cómplice y casi de orgullo.

Definitivamente Hyejin era una Jung.

Sus ojos observándoles desde que había llegado a Kima, detallando cada una de sus facciones y buscando en ellas las de su hermano.

Baekhyun.

Lo cierto era que aquello dolía. Notandolo sobre todo aquel día cuando previo a su viaje a Kima, este se había acercado a él casi temiendo a su reacción. Más pareciendo desesperado por contar aquella verdad, que guardaba en silencio hace más de cinco años.

Y no era que él hubiese estado ajeno a todo lo que sucedía con su hermano. Más en aquel entonces el recién había cumplido los catorce años y siendo su padre un líder con valores retrógrados. Jamás permitió él se enterase de la real condición de Baekhyun. A quién había distanciado del clan, excusándose con qué una extraña enfermedad le estaba afectando.

Sin embargo, ¿por qué entonces parecía más enfermo cuando regresó?

Las líneas de sus huesos marcandose en su piel.

Aquello no estaba bien.

Su hermano siempre había sido el más carismatico de ellos dos. Poseyendo una belleza y gracia que Hoseok sabía, había heredado de su madre.

El sonido de su risa y humor elegante, siendo conocido en todo el clan. Por eso era habitualmente cortejeado por los alfas más fuertes de Jung.

Más Baekhyun hubo puesto sus ojos en el alfa equivocado.

-¿Chanyeol? - había preguntado aquel día con la duda figurando claramente en la punta de su lengua-¿El K-kima?

Y es que él sabía lo cercano que ambos se habían vuelto años atrás, más nunca imaginó que aquello hubiese terminado en amor y enlanzandolos.

Su hermano estaba marcado. Y junto a la lejanía de su cachorra, era evidentemente lo que parecía estar aniquilandole en vida cada día.

-Y-yo lo amaba- le había dicho entre sollozos y luciendo avergonzado por la simple confesión. Algo que a Hoseok le hizo sentirse asqueado de su propio padre, al haberle ocasionando sin ninguna culpa, todo ese sufrimiento a Baekhyun.

Era un animal.

Habiéndolo constatado desde que era un niño, cada vez que este golpeaba a su madre.

Maldito imbecil.

Y aquello era de total conocimiento en Jung, más nunca nadie había intervenido en ello. Siendo él y Baekhyun, demasiado pequeños como para defenderla. Soñando muchas veces, con la imagen de los tres huyendo lejos de su padre.

Siendo felices.

Su madre no soportandolo más y atando una soga a su cuello, cuando él ni siquiera cumplía los diez años.

Aquello los había destruido como familia. Más su padre se había vuelto un hombre aún más terco y culpaba al carácter debil de la omega, por no ser lo suficientemente fuerte para ser madre. Diciéndoles cada vez que bebía demasiado, que ella nunca les había querido y que les había abandonado.

Sin embargo, él sabía que no era así.

Estando salvaguardado en una carta que había dejado para ambos y que su hermano Baekhyun guardaba como si fuese su tesoro más preciado. Recordando el como el omega le había cuidado luego de aquello, tomando el rol de su madre y protegiendole como a un hijo.

Más Hoseok jamás deseó aquello. Sabía que la personalidad de Baekhyun era tan dócil como la de su madre, volviendolo vulnerable frente a su padre. Y razón por la cual, aquella confesión había resultado aún más dolorosa para él.

Le había fallado.

A él. A su madre.

A la pequeña Hyejin.

No supo cómo reaccionar aquel día. La niña prácticamente había corrido a sus brazos y sin ningún aviso. Y aquea conexión había sido tan fuerte que no fue capaz de alejarla.

No lo deseaba así.

Más su corazón parecía haberse roto, cuando la vio llorar tan desgarradamente y sosteniéndose de él, que lo único que había atinado a hacer fue a contenerla. Mientras ella hundía su cabecita en su pecho y no detenía su llanto.

Apreciando como Chanyeol le observaba con notoria preocupación. Y Hoseok por un momento pensó haber visto en sus ojos, el mismo suplicio que en su hermano.

Ambos atados a un lazo que le uniría por siempre y no sólo significando aquella marca sobre el cuello de su hermano. Siendo la cachorra, el vínculo irrompible que los dos habían pactado.

Más el alfa peliplata siempre fue ajeno a toda la verdad. Su hermano protegiendo no tan sólo a la cachorra que llevaba en su vientre, si no también a alfa que tanto amaba.

Y Hoseok estaba seguro, que aún amaba.

Y él no permitiría que él acabase como su madre.

Chanyeol era lo único que le quedaba. Toda su familia.

Si él haría algo por él, sería rescatarlo.
Era su hermano, su todo.

Y lo amaba.

-Alfa Chanyeol- había pronunciado una vez la cachorra había corrido a comer unos bocadillos puesto sobre la mesa. Acercándose hasta donde se encontraba sentado el alfa pelilplata - ¿podemos hablar?

El alfa observando hacia dónde se encontraba su hija, sin girar en ningún momento hacia él. Quién se sentó a su lado y sin esperar su respuesta, sabiendo con antelación del carácter de Chanyeol. Y preguntándose que tanto había visto su hermano en él.

-Si pretendes hablarme de Baekhyun, es mejor que te detengas - aquello tomó por sorpresa a Hoseok - ¿Qué? ¿Acaso crees que no me he dado cuenta el como te has acercado a mi hija? - rió, más no despegó sus ojos de la cachorra- ¿Te lo ha contado no? Su hermano alfa Jung, se ha atrevido a contarle el como ha abandonado a su cachorra apenas a minutos de nacida.

Y Hoseok sintió que la sangre le hervía.

-Mi hermano no ha hecho eso- dijo con los dientes apretados y hundiendo sus uñas sobre la gabardina de su pantalón, al oír como el alfa volvía a reír. El sonido de la música, opacado su tensa conversación.

-Pues fíjese que es exactamente lo que ha hecho - añadió con soberbia - A no ser que mi cachorra sea una mera ilusión. Más he sido yo quien ha dado su biberón, cambiado sus pañales y no dormido cada vez que ella enfermaba. Entonces dudo sea un invento de mi cabeza- replicó y el pelirrojo sabía que allí había mucha rabia. Y también mucho dolor.

-Créame que lo entiendo Chanyeol- dijo procurando apaciguar su cólera e intenciones de golpear al alfa.

Él era tan víctima como su hermano.

-Usted no entiende nada. Nadie nunca lo hará - dijo con su voz dolida. Y Hoseok creyó estaba a punto de romperse. Sin embargo, el peliplata era demasiado testarudo para permitir algo como eso. Por lo que lo vio mover su rostro hacia otro lugar que no fuera la niña.

-Quizá yo no- respondió el pelirrojo sintiendo lástima y deseando que todo hubiese sido diferente para él - Pero si hay alguien, quizá la única persona que puede comprender lo que siente Chanyeol- y hurgueteó bajo su túnica, sacando de allí un pequeño sobre aun sellado - Mi hermano le ha enviado una carta - dijo finalmente, provocando que este voltease por primera vez su rostro hacia él y dejase ver el como sus ojos brillaban por las lágrimas retenidas.

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