• CAPÍTULO 13 •
Te recomiendo escuchar "Two" de "Sleeping at Last" mientras lees este capítulo. Sean felices mis dulces estrellas.
Caminaba por la orilla de aquella laguna, con sus pies desnudos y un poco entumecidos. Algo extraño para la época de verano y cuando el sol ya parecía desde hace horas, haber subido a lo alto del cielo.
Los labios parecían habersele adormecido, pues la congelante neblina los rozaba y los crispaba.
Tan desconcertante.
Por lo que presionó sus dedos con fuerza sobre la piel que le cubría. Intentando obtener un poco de calor a través de ella.
Y era curioso el como sus ojos se entrecerraban por la luz, procurando enfocar la nitidez que por momentos se volvía borrosa.
-¿T-tienes frío? -preguntó con sus dientes castañeandoles, a la vez que se agachaba a la altura de la chica. Quien se presentaba desnuda como era cotidiano en época de verano.
Y negó sonriendo -¿Por qué preguntas eso? - dijo natural y sin inconvenientes, a la vez que sus manos construían un pequeño montículo con el barro a orillas del lago. - Espera ¿por qué estas tan abrigado? - le preguntó curiosa y con su ceño fruncido. Sin embargo, no esperó su respuesta y tan sólo continuó en lo suyo, hundiendo sus dedos bajo el lodo.
Su cabello luciendo enmarañado e incluso sucio. Dejando entrever que llevaba días sin lavarlo.
Aquello llamó su atención, pues sabía lo meticulosa que ella era con la limpieza. Con cuidar su cuerpo y que este oliese lo más agradable posible.
Por lo que levantó su mano y aspiró profundo para preguntar, pero la pelinegra repentinamente intervino su actuar.
-¿Crees que Moonbyul ya me pida ser su omega? - le dijo sin detener el movimiento de sus manos cubiertas de barro, aumentando de a poco el montículo arenoso. Aún así, su mirada se encontraba fija en el horizonte que delimitaba la superficie del agua.
Y quiso acercarsele, pues le preocupó el como sus ojos parecían perdidos y no prestaba mayor atención a lo que coordinaba con sus manos.
Mas ella volvió a hablar.
-¿Te gusta? - preguntó de la nada. Y él no comprendió a qué se refería ella. Observando cómo esta de pronto giraba su rostro hacia él, permitiéndose apreciar en el sus mejillas manchadas de lodo.
Sus ojos manchandose rojizos como si hubiese estado llorando por horas.
Por lo que se acercó hasta ella hasta tocarle el borde de la cara, intentando limpiar con la yema de sus dedos parte de la suciedad.
-Ese alfa- dijo nuevamente y con su voz gastada. Procurando ser silenciosa, como si estuviese evitando que alguien más les oyese- ¿Te gusta ese alfa Jungkook?
Y fue allí donde entendió a que se refería, tan solo asintiendo tímidamente. Distinguiendo como una suave sonrisa aparecía en la boca de ella.
-Ese alfa tiene un corazón gentil-y él sintió como ella le tomaba las manos desde su rostro y las guiaba hasta su propio pecho-Lo puedo sentir aquí. Aún está cálido.
Sus ojos achinandose y sus mejillas volviéndose bonitas margaritas.
Tan bonita como siempre.
Sus propios labios percibiendose tan fríos, que ni siquiera era capaz de moverlos. Como si éstos pesaran demasiado y su lengua se enrredase para no dejarle hablar.
-¿Puedo trenzarte el cabello? -Tan solo escuchando la voz de ella y la dulce pregunta correr sobre la piel que me cubría.
Su cuerpo se remeció de repente, como si estuviese saliendo de él mismo -Ey tú - el escalofrío recorriendo su piel y colocando sus poros en punta -¿Es que acaso no pretendes levantarte el día de hoy?
¿Qué?
Y se sentó de golpe en su sitio, mareandose al instante por el brusco movimiento. Tocando la orilla de su boca, donde su saliva ya seca aparecía por allí y evidenciaba el letargo de su cuerpo.
-Vaya, si que aquella reunión ha sido larga -y no supo que cara tenía, pues Donghae le miraba con ojos muy abiertos y una sonrisa de diversión -¿A qué hora has llegado? -preguntó mientras se dirigía a abrir la cortina que cubría el gran ventanal.
La luz entrando de golpe en aquella habitación y haciendo que por acto reflejo, sus ojos se apretasen con fuerza.
¿A qué hora?
Apenas lo recordaba.
Tan sólo procuraron ambos, llegar a la casona antes de que todos despertasen.
Sus labios aún sintiéndose adormecidos por los besos que habían compartido.
Su corazón latiendo con fervor, al recordar lo que a escondidas habían vivido.
-Y-yo... -dijo casi sobre la boca del alfa y percibiendo el sabor pregnante de este sobre la suya-... ¿Lo estoy haciendo bien?
Y vio al peli plata alejarse unos centímetros, como buscando en él entendimiento a su pregunta.
Su rostro enardeciendo y sintiéndose caliente, debido a lo vergonzoso que le resultaba aquello. Requiriendo pasar saliva a través de su garganta, para pronunciar las palabras del modo correcto.
-L-lo que quiero decir es... - aquellos ojos color plata permaneciendo sobre los de él y no cooperando en calmar su nerviosismo-... m-mi beso... ¿Lo estoy haciendo bien?... -quiso golpear su cabeza -...¿T-te gusta?
Y Taehyung lo observó sorprendido, como si no pudiese creer lo que estaba escuchando. Provocando que el pelinegro desease hundirse aún más en su lugar e intentase explicar mejor.
-Es mi p-primero...-pronunció ya no soportándolo-... nunca lo había hecho antes y n-no se si estoy haciéndolo bien y... Yongsun dijo que debía también poner mi lengua y...
Las palabras perdiéndose en el aire, mientras el alfa se hundía una vez más sobre su boca. Tomándole con suavidad la nuca y enredando sus dedos en las hebras de su cabellera.
Los movimientos siendo tan suaves y profundos, que parecían iban a desvanecerlos a ambos. Y él tan solo atinando a sostenerse de la tela sobre el pecho del alfa. Con sus ojos cerrados y sus labios ondulando ante cada danza que el peliplata hacía con los suyos.
Oh cariño.
Jamás consideró que fuese a sentirse así.
Tan preciado.
Pues Taehyung le tomaba delicado y con devoción. Su aroma a sándalo impregnandose sobre su boca y apaciguando sus inseguridades. Tan sólo incitandole a que se dejase llevar y se fundiera con él.
No sabía porque lo estaba haciendo.
Pero tampoco quería pensar en ello.
Solo se permitió permanecer allí. Con su boca acoplada a la del peliplata y su pecho resonando tan fuerte que lo sentía en sus oídos.
Y le sintió alejarse a la vez que con ternura chupaba su labio inferior. A lo que abrió sus ojos perezoso, con su lobo resintiendo la lejanía de inmediato.
- No quiero que existan dudas de que me haya gustado- habló el peli Plata con su voz tranquila- Porque has de saber que tu beso me ha encantado Jungkook- y aquello hizo que el carmín volviese a su rostro, a la vez que su lobo daba saltos de triunfo al sentirse orgulloso.
Y Taehyung rió, para luego besarle superficialmente la boca.
Su cabello plateado cayendole sobre el rostro.
-E iremos despacio -dijo acariciándole el rostro con el dorso de su mano - Tan solo no lo pienses demasiado ¿está bien?
El peliplata lo observaba con una sonrisa dibujándose con la leve claridad de la luna. A lo que tan solo le restó asentir y acomodarse mejor frente al chico.
Esta vez más cerca que en un principio.
-¿Quién es Yongsun? - se atrevió a preguntar Taehyung, mientras guiaba su mano hasta la suya y entrelazaba los dedos allí.
El sonido de las ballenas aún lo mantenían orbitando perdido y el corazón se le estremeció al sentir al alfa rozarle la piel. Y aunque sentía que las manos le sudaban, no se alejó de su toque.
-Es mi prima- respondió intentando responder de manera suave, a la presión que Taehyung ejercía sobre su mano.
El aroma del alfa procurando tranquilizar a su lobo.
Estoy aquí. Está bien.
-¿Ella... ha quedado en Jeonu?- preguntó con cuidado el peliplata. Jungkook lo sabía por el tono de su voz y el modo en que acariciaba su mano.
Tan solo asintió.
-¿Eran muy unidos?- insistió Taehyung. Y él sabía que él interés del alfa era genuino, por lo suspirando se decidió a responder.
- Nos criamos juntos desde cachorros, pues al tener casi la misma edad mi mamá y mi tía consideraron que sería lo indicado hacernos compañía al interior del clan. Además de que no teníamos hermanos y temían fuésemos unos malcriados.
El alfa le miró embelesado, como si estuviese admirando cada palabra que decía.
-Han de haberse llevado muy bien-agregó sonriendo.
Y Jungkook se permitió soltar una leve risita. Cubriéndose la boca rápidamente al darse cuenta de ello.
Sin embargo el peliplata la quitó enseguida de allí, besándola sutilmente y tomarla también entre sus manos.
Tan bonito.
- Supongo que llevamos una relación común - dijo con timidez - Tenemos nuestros desencuentros, aunque nos amamos con locura - Jungkook bajó su vista hasta sus manos atadas a las del alfa - Yongsun es muy diferente a mí, verás... ella es casi perfecta.
-¿A qué te refieres? - le interrumpió el peliplata.
-Es decir, ella es alegre, espontánea, hermosa y no le teme a nada - dijo con la nostalgia pegandose sobre su boca - Es la clase de omega que todos admiran y cualquier alfa pelearía por ella- el silencio irrumpió de pronto y acalló momentáneamente sus pensamientos - En cambio yo...
-En cambio tu Jungkook... -Taehyung le dijo invitándole a continuar.
- Yo le temo a todo. Tengo un humor horrible, no soy delicado y ni siquiera puedo hablarle a un alfa. Soy todo lo contrario a lo que alguien desearía - pronunció rápidamente y liberando toda aquella información.
Y hubo un breve silencio. Lo suficientemente extenso como para que el pelinegro alzase su mirada y se encontrara con los ojos de Taehyung que le miraban indescifrables.
La suave caricia llegando repentinamente sobre su mejilla y el resoplido de los labios del alfa llenando el espacio en el que se encontraban.
-¿Y yo entonces que soy? - y el omega le observó confundido - También soy un alfa Jungkook.
Oh, claro.
-Pero tu eres diferente - señaló con pudor- Eres cálido y gentil. Y me tratas como si me fuese a romper... casi se siente como en casa.
Como un hogar.
-Eres...- dijo Taehyung, pero deteniéndose enseguida- ¿Cómo puedes creer que alguien no te querría? - y Jungkook sintió como el peliplata le tomaba el rostro con ambas manos y acariciaba su nariz con la suya - No sólo eres hermoso, si no que también eres independiente y tienes un coraje que no todos poseen Jungkook. Incluso algunos alfas carecen de ello - y él sentía su corazón latirle incesante bajo la piel, como si se fuese a salir- Omega...tan sólo no te menosprecies por favor.
Le hubo dicho finalmente, para nuevamente tomar su boca bajo la suya. A lo que Jungkook no alcanzó a afirmar que lo haría.
O al menos lo intentaría.
Tan sólo dedicándose a devolver aquel beso, con la misma suavidad y devoción que le estaba siendo entregado.
Su boca acogiendo sin temor los labios del alfa. Cuestionando se el porque el alfa no sabía a sal y sin embargo, era tan dulce. Percibiendo desde su tibieza, el sabor sincero de sus palabras.
-¿Jungkook? - aquella voz casi irreconocible sobre sus oídos - Por dios chico ¿siquiera me has escuchado? - el rostro del beta peliplata apareciendo entre la neblina de sus pensamientos. Con el ceño fruncido y una clara mirada de frustración sobre sus ojos.
- ¿Qué has dicho? - preguntó él con su voz rasposa.
Donghae sólo realizando un sonido de agobio con su boca- Aiich...si hubiese sabido que te pondrías así, no te habria permitido salir.
Y él se rascó los ojos, porque le picaban aún de sueño, ya que las horas descansada habían sido demasiado pocas.
Quizá dos. Quizá una.
- ¿Es tarde? - interrogó adormecido y descubriendose de las mantas.
-Si Jungkook, tanto como para saber que debes levantarte a almorzar- respondió Donghae recogiendo su ropa sucia y que había quedado a los pies de la cama hace unas horas atrás - Llevaré esta ropa a lavar, te he dejado un cambio limpio en el baño. Es mejor que saques el aroma del alfa Kima de tu cuerpo.
Aquello lo hizo sentir avergonzado y casi deseó cubrirse nuevamente con las sábanas.
¿Acaso estuvo mal lo que había hecho?
Jamás se relajaba y dejaba llevar tanto por sus emociones. Pero había sido el mismo beta quien le había impulsado a hacerlo.
¿Por qué estaba tan enojado con él?
Estaba seguro que iba a esconderse nuevamente en aquella cama, pero fue interrumpido por el pequeño animalito que corriendo y sin saber de donde, se subió sobre sus piernas desnudas, arañandolas un poquito en el movimiento.
-Está bien Jungkook, no estoy enojado contigo - escuchó hablar repentinamente a Donghae- Es solo que has llegado de madrugada y no quiero que te expongas a ser descubierto durante tus encuentros con el alfa Taehyung -la voz del beta siendo suave y agradable. Mostrando sólo preocupación en ella - Tan solo no quiero que te lastimen.
Y el omega levantó su rostro, encontrándose con la sonrisa comprensiva que le entregaba el beta. Devolviendo el mismo, una para él.
-¿Al menos hubo beso? - preguntó Donghae ya riendo y acercándose a él, sentándose justo a su lado. A lo que Jungkook le respondió asintiendo con su cabeza. Percibiendo cómo el peli plata le picaba las costillas con los dedos y le hacia carcajear.
❀
Sus manos se movían con habilidad entrelazando aquellas cuerdas, el sol chocando sobre la piel desnuda de su torso y el sudor bajandole por el cuello.
Una casi imperceptible melodía saliendo desde su garganta, sonando alegre y acompañándole en la tediosa labor.
Estaba feliz.
El caluroso día pasando a segundo plano al lado de su algarabía incontenible. Las sonrisas saliendo sin poder controlarlas desde sus labios.
Parecía un tonto.
Lo sabía. Más poco le importaba.
No cuando había aún resquicios del sabor del pelinegro sobre su boca. Y aquel aroma a Jazmín parecía haberse quedado bajo su piel.
Tan hondo como el océano.
Las yemas de sus dedos resintiendo la lejanía de la curvatura de su cintura, cándida ternura que provocaba besarle con más ímpetu.
Y sabía que habían sido demasiadas horas, considerando la llegada del día una enemiga cruel de su secreta reunión. Casi no consiguiendo tomar la desicion de volver y dejar que el chico entrase a la casa.
-Ya... -le había dicho entre el beso, aprovechado los espacios de respiración para poder hablar -...me gastarás la boca.
¿Lo haría?
Claro que si.
Sus dedos perdiéndose en su cabellera negra, sintiendo como el omega rozaba tímidamente sus dedos detrás de su cuello.
¿Pretendías ir despacio?
Evidentemente debía. Más su lobo se ponía inquieto al sentir el dulzor del omega, consiguiendo resistirse a olisquearle por completo.
- Solo un poco más... -respondió bajito y recibiendo gustoso el beso del omega. Con su cuerpo siendo contrariado a sus palabras. Su lobo siendo participe de aquella escena, que los mantenía a ambos ocultos tras la puerta de entrada.
-A-alguien vendrá...-pronunció Jungkook sobre su boca. Las vibraciones de su voz, consumiendose a través de su garganta. Una de sus manos temblorosa, bajando hasta rodearle la cintura.
Manteniedole cerca. Muy cerca.
Su pecho estremeciendose, al sentir el corazón del omega latir sobre el suyo. Su cuerpo por inercia encerrandole, hasta hacerle chocar despacio con la pared a su espalda.
-Nadie vendrá cariño... -los besos del pelinegro turbando a su lobo y nublandole los sentidos. Más aún cuando sintió como éste y de forma tímida, acercaba su lengua hasta su boca.
Omega.
Y pretendiendo calmarse, la tomó con tersura entre sus labios. Uniendo la suya lento y sin apuro. Conociendo cada espacio que invitaba a ser tocado.
Y entendía el porqué Jungkook tiritaba bajo su cuerpo, pues el mismo sentía no podía gobernar sus propias extremidades.
Más despacio. Más despacio.
Se repetía a sí mismo, en aquel sitio donde su conciencia aún le pertenecía. Tan sólo realizando movimientos en círculos con sus dedos, sobre la espalda del omega.
La mañana antes fría, tornándose tibia bajo aquel beso silencioso. Sus cuerpos sintiéndose volátiles y reconociéndose en las suaves caricias.
Tan suave.
Y Jungkook se alejó despacio y aun con sus ojos cerrados, sin quitar su mano de su cuello. Deteniéndose el a observarle con las mejillas ruborizadas, con los tenues rayos de sol bordeandole la curva del rostro.
Hermoso júbilo.
Sus negras órbitas abriéndose con lentitud, hasta encontrarse con las suyas. Una pequeña risita nerviosa saliendo desde su labios, que le hizo atraerle contra su pecho y besarle la cabellera.
Ambos sonriendo cómplices y en su propio mundo.
Solo siendo interrumpidos por el sonido de la puerta abriéndose, por lo que rápido acallaron su acto risueño y se mantuvieron atentos hasta que esta se volvió a cerrar.
Extraño.
- Creo que debemos entrar - dijo de pronto Jungkook, aun escondido bajo su abrazo.
Y él le tomó un mechón de cabello que le cubría el rostro y lo dejó tras su oreja. Dejando un pequeño beso sobre su frente.
-Hazlo- le respondió con desicion.
A pesar de que su lobo no quisiese aquello.
Percibiendo cómo el pelinegro asentía y se giraba para caminar hasta la entrada. Deteniéndose momentáneamente cómo si meditase algo que Taehyung no entendió, hasta sentir como el omega le besaba cortamente la boca. Para luego sonreír e ingresar finalmente a la casona.
¿Qué porque parecía un tonto?
Aquel chico lo había dejado lo suficientemente azorado, como para no pasearse por todo el clan con esa cara de estúpido.
Y es que en todos los escenarios en los que los habría imaginado a ambos, jamás consideró Jungkook se mostrase tan sincero y real.
Como si hubiese estado esperando por él.
Con el temor palpable bajo su ropa. El mismo que el sentía. Pero que sin embargo, no fue excusa para lanzarse junto a él en aquello que ni siquiera sabían que era.
Y no importaba. Las respuestas las construirían ambos, pero ya habría tiempo para ello.
-¿Pero que te ha pasado en el rostro? -preguntó ella con notorio interés en su acento y tomando entre sus manos aquellas cuerdas para cooperar.
Y él negó con su cabeza riendo.
Era claro que ya lo había notado. Pero llevaría esa conversación confortable a ella y conseguir burlarse de él.
Tan habitual.
-No se a que te refieres Hana- le respondió de manera irónica y continuando el juego que ella había comenzado. Sintiendo como esta se cruzaba de brazos y le observaba de pies a cabeza.
Taehyung volvió a negar.
-No lo sé... te ves diferente - replicó manteniendo su rol de seriedad- Lo contrario a amargado.
Y él volteó sus ojos, continuando con su trabajo. Más ahora la risa de la chica, resonaba como música de fondo y sobre el sonido del oleaje.
-Está bien, lo siento, lo siento -dijo ella abrazándole por la espalda - Y es que te ves demasiado feliz Tae. Es una emoción desconocida para mí.
-Siempre he sido feliz Hana- replicó luego de chasquear la lengua, moviendo sus manos con habilidad y desenmarañando aquellas cuerdas.
La risa de la peliplata se asomó por un costado- Si, pero no siempre se lo informas a tu rostro -y el negó nuevamente con la cabeza -Está bien, está bien. Entonces... -añadió soltandole y posicionándose frente a él -... debo asumir que te ha ido bien.
Una sonrisa apareció nuevamente- Más que eso- respondió, logrando que la chica abriese sus ojos sorprendida.
-Es decir... ¿Jungkook ha respondido a tus sentimientos? - preguntó ella insistente y tomándole las manos para que le pusiese atención. Con sus ojos brillantes de emoción.
Taehyung tan solo se detuvo un momento y le enfrentó.
-Él es perfecto Hana... todo él - agregó finalmente, provocando que la chica le liberara y comenzase a aplaudir con fuerza y saltar en su lugar.
-¡Lo sabía Tae por dios! -pequeños grititos salían chillonamente desde su garganta. -¿Y cómo fue? Vamos dime.
Más el peliplata le quedó mirando y en silencio. Determinando las palabras apropiadas para decir.
Sin embargo ella le interrumpió.
-¿Fue especial cierto? - la sonrisa pareciendo haberse quedado sobre el rostro de la chica- Vamos Tae, sabes que no tienes que sentirte mal por mi. Ambos sabíamos lo que teníamos.
-¿Lo que teníamos? - respondió el ubicando sus manos sobre los hombros de ella.
-Pues claro ¿o acaso pretendías también quedarte con esta delicia marina? - dijo ella irónica y moviéndose exageradamente.
Y Taehyung rió para luego negar. Entendiendo el porqué, ella también era especial. Y el porqué ambos habían permanecido tanto tiempo acompañandose.
Se trataba de ella.
Hana era pura luz.
- Eres hermosa ¿lo sabes? - dijo el peliplata pasando la yema de sus dedos sobre su pómulo derecho - Creo que durante todo este tiempo, eres la persona que más me ha entendido y ayudado. Y no me refiero a nuestra relación en la cama.
Y ella le sonrió porqué también lo entendía.
Ambos se habían convertido en amigos y aquel lazo sería irrompible.
- Nunca muestres interés en lo que los demás piensen de ti mi dulce Hana-añadió el alfa - Tu debes ser consciente de lo grandiosa que eres y que eres dueña de tu propio destino. No debes permitir que nadie marchite esa sonrisa.
Los ojos de ella critalizandose a la vez que asentía. Más que por la despedida, por las palabras dichas por el peliplata.
Taehyung siempre le había tratado como una gema.
Lo bastante dulce como para apreciarlo como se debía.
- Yo de verdad quiero que seas feliz. Te quiero Hana- dijo finalmente, para luego dejar un beso sobre el lugar donde caían sus lágrimas.
Tan cálido.
-También te quiero Tae y también espero que lo seas- le respondió ella, alejándose de él con una sonrisa y secándose las lágrimas con las manos -Pero no creas te librarás de mi. Seguiré siendo tu amiga y continuaré molestándote.
Taehyung rió, retomando su trabajo pues debía preparar las redes para la jornada de pesca.
-¿Y? - dijo ella repentinamente.
-¿Y...? - respondió el peliplata confundido.
-¿No me contarás detalles? Quiero saberlo todo Taehyung, todo-agregó con insistencia, provocando que el una vez más negara con su cabeza.
❀
Secaba su cabello con cuidado y sentado al borde de su cama. La sal se había quedado sobre su piel al momento de ingresar al mar y el arena inmiscuido entre las hebras de su pelo.
Debían instalar las redes para recojer algunos peces y mariscos que sólo se obtenían en los lugares más profundos, por lo que había sido una labor dura. Más aún cuando el sol estaba inclemente y quemaba todo lo que podría asomarse a su vista.
Y sus ojos no se despegaban de aquel chico pelinegro, preocupado de que este no obtuviese nuevas quemaduras sobre su piel. Más no podía hacer mucho desde su distancia, pues estaba a cargo de organizar a gran parte de los alfas del clan y no deseaba exponer al omega a miradas curiosas de parte de ellos. Por lo que sólo se conformó con mirarlo desde lejos, disfrutando del agua junto a la pequeña Hyejin.
Tan bonito.
Esta vez llevaba su torso descubierto y Taehyung pudo apreciar que se había atrevido a avanzar un poco más profundo. Sosteniendo a la cachorra de la cinturita, mientras está abría sus brazos para chapotear en el agua.
El omega alejando su rostro de allí, por las gotas que caían sin control sobre su rostro.
Aquello lo hizo reír.
-A Hyejin le agrada ese Jeonu - la voz de Chanyeol le hizo volver a la realidad, girandose para enfrentarle. Ambos preparando la embarcación para realizar su tarea.
-Su nombre es Jungkook- dijo él. Tal vez sonando demasiado duro para su gusto. Más no pudo controlarlo.
Y Chanyeol rió a su lado. Mientras él ponía las redes nuevas sobre el navío.
-Cómo sea. Ya vámonos -respondió el alfa, ubicándose en la zona del timón.
Detestaba eso.
Pues había deseado gritar y exigirle que tratase al omega como debía.
Su propio lobo arañandole por ello.
Más sabía que debía apaciguarse y concentrarse en lo que hacía. Pues no deseaba llamar la atención y terminar lastimando al pelinegro.
Jungkook. Jungkook. Jungkook.
Cuando había regresado ya el chico se había ido y no pudo cruzar siquiera una palabra con él.
Soberana codicia.
Deseaba verlo. Y aunque habían pasado unas cuantas horas desde su encuentro, parecía que la necesidad de permanecer cerca de él, se había acrecentado e incluso multiplicado. Por lo que en su desesperación, hubo pedido a Donghae un pequeño favor.
Algo simple, pero que parecía ser necesario para él.
Para ambos.
-Taehyung ¿estás aquí? - preguntó una voz frente a él, acompañada de suaves golpecitos sobge su puerta. Reconcociendola enseguida.
-Si padre. Espera y te abro- dijo para terminar de abrochar el pantalón de gabardina y acomodarse la camisa, metiéndola al interior de este.
Avanzando a pasos torpes, mientras ponía sus sandalias en uno de sus pies y luego abrir la puerta.
- Buenas tardes padre, disculpe el desorden - dijo rápido y regresando al borde de su cama, para sentarse y acomodar de forma correcta su sandalia.
-No te preocupes- respondió este, manteniendo su mirada fija en él - ¿Vas a salir? -preguntó repentinamente, girando su vista por su habitación. Como si estuviese analizando cada detalle.
Y Taehyung le observó, pareciendole curiosa aquella actitud.
-No... tan solo me he bañado luego de instalar las redes - habló con extrañeza y recibiendo una nueva mirada de parte de su padre, a raíz dela entonación de su voz.
- No lo se... luces como si tuvieses prisa.
Namjoon siempre había sido muy perspicaz, solía encontrarle en las más preparadas mentiras desde que era un niño, por lo que no sería difícil para el atraparlo ahora.
- ¿Qué quieres papá? - preguntó ya de forma directa, percatandose del porqué este se encontraba allí.
Algo común en él.
- Ese Jeonu... te he visto con él por la mañana.
Y a Taehyung no le agradó para nada el tinte de su voz. Más que la información que le estaba siendo entregada.
¿Cómo no se percató de ello?
-Y más vale que no me lo niegues Taehyung, porque maldita sea que los he vist...
-No te negaré nada- fue claro y sincero - Ahora si me permites y como tú lo has dicho, llevo un poco de prisa.
Y se puso de pie, acomodandose el cabello y caminando hacia la puerta.
- Ese omega te hará daño ... - replicó su padre a sus espaldas -... sucederá lo mismo que ocurrió con Aiko y volverás a....
Y aquello fue suficiente.
-¿¡Pero que mierda se creen ustedes!? - gritó fuerte y sin ya poder controlarse. Volteandose a mirar a su padre - ¡¿Es que acaso no se dan cuenta que ya no soy un niño?!
Su pecho subía y bajaba por la respiración agitada. Su pulso disparandose debido a la ira.
Todo esto le agotaba.
Desde hace años.
- ¡Soy tu padre Taehyung! ¡Y se que lo que tengas con ese omega, no traerá nada bueno ni para ti, ni para Kima! - le dijo Namjoon tocandose la frente de frustración.
Y él rió porqué aquella escena le parecía tan conocida.
- Claro, ustedes siempre pretenden saber lo que es mejor para mí ¿No es así? - chaqueó su lengua, percibiendose tan cansado de rebatir- Que fastidio.
Su padre acercándose a él y tomándole del brazo. Su desesperación haciéndose notoria.
-Mira... - Namjoon dijo mirando a un punto no definido, como si allí se encontrase la respuesta para convencerle -... no te prohibiré que te acuestes con él si eso es lo que quieres.
¿Qué?
- Entiendo que aquel omega te esté tentando y quieras tenerlo - y la garganta de Taehyung se secó - Cualquiera aquí en Kima lo querría en su cama y...
-¿Qué estás diciendo papá? - le interrumpió, porqué maldita sea, no quería seguir escuchándolo.
-Ese omega es un Jeonu Taehyung. No posee más peso que ese.
Basta.
Y su corazón pareció removerse, sintiendo como un calor le quemaba la piel. Tomando a su padre de la tela que le rodeaba el cuello y levantandole para mirarle a los ojos.
-No vuelvas a referirte él de ese modo - su cuerpo empujando hacia atrás a su padre, haciendo que este chocase sus pantorrillas con el borde de la cama - Ni vuelvas a tratar así a un omega.
Respondió empujandole hacia atrás, ofuscado y con su cabeza doliendo.
Un dolor diferente a los demás.
Era su padre.
- Te estás involucrando Taehyung, no lo hagas hijo- imploró una vez más Namjoon detrás suyo. Con su orgullo evidentemente dañado.
Y él solo deseaba salir de allí.
- Ya es tarde para eso y ésto me tiene agotado - le respondió igual o más lastimado que su padre.
❀
Se había esmerado en secar y guardar la loza de la cena con impresionante y minuciosa rapidez. Constatando entre cada tanto, que el sol permaneciese aún sin su característico anaranjado del atardecer.
Había sido un día agotador. La cálida estación, pareciendo no dar tregua a los habitantes de la costa. Y aunque él había procurado cubrir todo su cuerpo con aquel engüento, la punta de su nariz había una vez más resentido el intenso calor.
Más a diferencia de la vez anterior, esta vez se avergonzaba de ello. Revisando una y otra vez, que tan notoria era frente al espejo.
Omega tonto.
No sabía porque se sentía de esa manera, pero por alguna razón deseaba verse... ¿bonito?.
Dios aquello era ridículo.
Sintiéndose como Yongsun y lo odiosa que se ponía, cada vez que veía aparecer a Moonbyul frente a ella.
"¿Me veo linda Kookie?"
¡Ahh! ¿Por qué siquiera tenía que verse bonita?, pensaba en aquel entonces. Si aquella alfa la quería, debía incluso aceptarla con su pelo despeinado y su aliento mañanero.
No era necesario que se arreglase tanto.
¿Entonces por qué él estaba actuando de la misma manera?
Y es que había visto a Taehyung desde lejos, mientras se bañaba junto a Hyejin. Con su cabello plateado que hacía resaltar su piel dorada a orillas del mar.
Y se sintió inseguro.
No es que fuera común el avergonzarse de su cuerpo. Pero sabía que había perdido musculatura y bajado notoriamente de peso. Y aquella imagen que solía hacerle sentirse orgulloso, había desaparecido y le hacía ver como un omega débil.
Y si era débil ¿como siquiera iba a ser bonito?
Bonito para Taehyung.
Y ahora más encima, llevaba su nariz pintada de rosa.
No causaría más que gracia de ese modo.
-¿Qué haces mirándote aún frente al espejo? - la voz del beta le hizo respingar, porque no se había percatado de su presencia -¿No debías estar antes del atardecer?
Claro, eso es lo que le habia pedido Taehyung. Que ambos se habían dormido demasiado tarde la noche anterior, entonces esta vez se encontrarían horas antes para que el amanecer no les encontrara nuevamente.
-Señor Donghae ¿yo puedo hacerle una pregunta? - interrogó con pudor debido a su duda. Recibiendo la mirada extrañada del beta, curioso ante su actitud.
-Dime Jungkook -respondió el con suavidad, al apreciarlo tan cohibido.
-¿Usted cree que... m-me veo lindo? - dijo temeroso. Asustado de sí mismo por lo que estaba preguntando. Sintiéndose retraído, al ver como el peliplata le miraba con sus ojos muy abiertos.
-¿Algo está mal en ti? - le dijo el beta, acercándose hasta él y tocando su frente -¿Por qué preguntas eso?
Y Jungkook suspiró, pues se sentía demasiado abochornado por ello.
-¿Usted cree que le guste al alfa Kima? - agregó con el rostro completamente escarlata. El beta sonriendo por la causa de su preocupación.
-Jungkook, quién quiera a estar a tu lado ha de haber visto algo tan grandioso en ti, como para preocuparse por tu apariencia-le tocó suavemente el rostro- Además de qué eres un omega muy bonito, créeme que es así.
- Señor Donghae, usted es muy bueno -- dijo sin poder agregar algo más. Pues sabía de antemano, que el beta tenía razón - Gracias.
-Ya, ya. Deja de agradecerme y apresurate que a ese alfa le dará un ataque de angustia. Se veía desesperado horas atrás ¿qué le hiciste? - preguntó riendo, pero empujandole hacia la puerta que daba a la salida posterior de la casona Kima - Ya vete. Y dile que no te regrese tan tarde -eso último haciéndolo sonar como un pequeño regaño.
Su corazón latiendo eufórico y anticipándose al nuevo encuentro con el peliplata.
Caminando con diligencia, pero precavido de no tropezar con una de las tantas raíces que sobresalían del suelo.
El romper de las olas avisando que se encontraba cercano al mar y a aquel lugar que el alfa había enseñado para él. Ese pequeño bosque a orillas del océano y que se pintaba de color naranja a esa hora del día.
Casi irreal.
Encontradose con la hermosa cabellera del peliplata de espalda hacia él, observando el inmenso oceano y sentado sobre el arena.
Su pecho apretandose y sobre su vientre formándose un nudo. Y su corazón siendo impacible al saber que allí le esperaba Taehyung.
A él.
Y decidido a atraparle por sorpresa, pues con el sonido del mar parecía no haberle escuchado. Corrió hasta él y cubrió sus ojos con sus manos, esperando este adivinase de quién se trataba.
Sin embargo, sus manos se sintieron húmedas repentinamente y sus muñecas fueron sostenidas por las del alfa. Girandose hacia él y apreciaré con sus ojos rotos en lágrimas y enrojecidos debido a ellas.
-¿P-podrías abrazarme? - tan sólo le dijo Taehyung, con su voz apagada aunque extrañamente firme.
Y él sin preguntar le abrazó desde la espalda, con su cuerpo un poco tembloroso debido a la incertidumbre que le provocaba aquello. Manteniéndose silencioso y respetando el mismo silencio del peliplata. Escuchando su respiración armónica al oleaje marino.
Regalando suaves caricias a las manos del alfa, las que se encontraban entrelazadas a las suyas.
-Perdón por esto- le dijo desde su sitio. Y él sintió como aquellas palabras vibraron desde su espalda, donde el tenía su cabeza apoyada.
-¿Por qué? - preguntó de manera franca. Percibiendo cómo el aroma del alfa, de a poco se sentía más tranquilo.
Tan suave.
-No se... soy un alfa. Líder de mi clan -chasqueó su lengua entre una irónica risa - Y aquí me tienes llorando como un niño.
-¿Por qué no podrías hacerlo? - agregó el omega. Distrayendose momentáneamente, por lo acogedor que se sentía aquel abrazo.
- Es lo que me han enseñado. Estas lágrimas sólo me volverán un líder débil -agachó su cabeza - Mi clan no merece un líder débil.
Y Jungkook le soltó de repente, sentándose de rodillas frente a él y tomándole el rostro entre sus manos. Distinguiendo con más detalles, el color carmín en sus brillantes ojos.
-Llorar no te hace un mal líder - le dijo determinado- Ser sensible es uno de los dones más bellos, que alguien puede recibir de parte de las estrellas - sus dedos sintiéndose nerviosos al estar tocando de esa manera al alfa - Te hace entender lo que te rodea y mirarlo de una manera diferente. Así no lastimaras, porque entenderás lo que se siente. Así cuidarás a tu pueblo, porque sabrás que te necesitan.
El peliplata le quedó observando petrificado, acercando su mano hasta su rostro y tocandole delicado.
-¿Tú... donde has estado todo este tiempo? - le preguntó de pronto Taehyung - ¿Por qué puedes ser tan bonito incluso con tu nariz roja? -dijo, haciendo que sus mejillas nuevamente se volvieran color rosa.
-T-tan solo no pienses eso de ti...- respondió con claridad -... tú tampoco debes menospreciarte. Eres un buen alfa... no te lastimes a ti mismo - agregó para finalmente acercarse a su boca y besarle de manera suave, siendo recibido enseguida por los labios del peliplata, quién acercó sus manos hasta su cintura y presionando sus dedos allí.
Alfa.
Y Jungkook podía sentir esta vez el sabor a sal en la boca de Taehyung, procurando sacarla de allí al entender que no se trataba del mar. Si no de aquellas lágrimas que le hacían doler.
Y aunque no entendía, no preguntó.
Tan sólo se quedó allí.
Sosteniendo al alfa con sus manos y su respiración. Procurando vaciar aquello que le estaba dañando y llenándolo solo de él.
Su boca siendo el ánfora que le protegía del miedo y la duda. Sus latidos siendo armonía uno al lado del otro.
En la necesidad latente de mantenerse juntos.
Y él pelinegro se separó de a poco, con sus ojitos brillantes producto del alboroto de emociones, que su cuerpo se negaba a esconder. Siendo observado desde abajo y con una sonrisa en sus labios, al alfa embelesado por su imagen contrastante por el atardecer.
-Taehyung - dijo acariciando sus hebras color plata- ¿Puedo trenzar tu cabello?
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