• CAPÍTULO 12 •

Te recomiendo escuchar "Turning Page" de Sleeping at Last mientras lees este capítulo. Que lo disfrutes c:


Caminó con seguridad acercándose a aquel balcón que daba una vista panorámica del clan. Kima aquel día había amanecido bajo un manto de niebla habitual en la costa, pero sin embargo lucia tan radiante como siempre.

Y es que en los días que estuvo lejos de casa, hubo extrañado cada espacio de Kima. Algo que solía sentir siempre que debía viajar debido a su deber de líder.

Pero esta vez había sentido aún más esa distancia. Como si algo le atase allí y le exigiese no alejarse. Y aunque Taehyung creía saber de que se trataba, intentó no pensar demasiado en ello pues consideró se volvería loco.

Aquel Jeonu le estaba haciendo perder la cabeza.

Podía sentir la ansiedad de verle carcomiendole la piel, como si su lobo rasguñara desde su interior pidiendo sentir nuevamente el aroma del omega.

¿Qué es lo que quieres Taehyung?

Estaba inseguro de ello. Más tenía bastante claro que la última vez que le vio, había deseado besarle hasta sentirse intoxicado. Sintiendo mucho miedo, por el sentimiento tormentoso de querer más.

Desear más.

Recordaba la última vez que se había sentido de ese modo y tan sólo conseguía aterrarse ante la idea de ello.

No puedes.

Jungkook era demasiado puro. Una preciosa perla que jamás había sido tocada. Y él estaba lo bastante dañado como para lastimarlo.

El omega merecía alguien de su edad. Que lo respetase y que lo adorase. Que juntos descubrieran lo que sus lobos les exigirían con el tiempo.

Una historia dulce y perfecta, que sabía él no podría nunca darle.

Pero no quería. Sintiéndose egoísta por la necesidad de no permitir aquello. Con su lobo gruñendo ante la idea de imaginar al omega, con un alfa que no fuese él.

Estaba siendo un bastado. Imaginando cuán diferentes podían ser las cosas, si Jungkook fuese alguien diferente. Si él mismo lo fuese.

El chico ya había sufrido lo suficiente, como para que él le causase más dolor.

Inevitablemente lo haría.

Por eso no se involucraba en una relación, pues la otra persona siempre terminaba exigiendo aquello que él no podría entregar. Y todo terminaba en un corazón lastimado, que claramente no era el suyo.

Y el omega lo exigiría. Tarde o temprano lo haría. Su corazón siendo demasiado joven y sin experiencia, que inevitablemente se aferraría a él como si la vida se me fuese en ello.

Así había sido para él.

Y nunca querría lo mismo para Jungkook.

Sobre todo para él.

-Taehyung -habló de pronto aquella voz a sus espaldas, a lo que se giró para mirarle- Pensé llegarías mañana.

Chanyeol le recibió con una sonrisa, acercándose para abrazarle y golpearle la espalda suavemente de manera cordial.

-Eso creí-respondió -Pero hemos ordenado todo con el alfa Jung antes de lo acordado-agregó sinceramente, pues si bien era cierto, no añadiría innecesariamente, que se encontraba desesperado por ver al omega.

-Ya veo- dijo Chanyeol con una expresión extraña en el rostro y que Taehyung no logró descifrar-¿Ya has desayunado? -preguntó a lo que él negó, pues apenas había llegado se dirigió a guardar su equipaje. No deseando molestar a quienes trabajan en la casona, pues aún no comenzaban sus labores- Entonces vamos, creo que Donghae ya está en la cocina. Así te pongo al tanto de lo que ha sucedido en Kima en tus días de ausencia.

Y Taehyung asintió sonriendo, pues sabía que todo estaba en orden gracias a su amigo. Chanyeol siempre resguardaría a Kima mientras él no estuviera y eso le mantenía tranquilo siempre que viajaba lejos del clan.

El aroma a pan caliente llegó hasta él, por lo que supo el beta ya estaría preparando el desayuno. Por lo que asomó su cabeza para saludar al beta, quien en cuclillas retiraba la horneada desde la cocina a leña.

-Alfa Kima-dijo Donghae con sorpresa en su voz y levantándose rápidamente para saludar en reverencia al alfa.

-Oh, no te apresures Donghae-habló moviendo sus manos agitadamente y con intención de que el beta no interrumpiera su trabajo-Tan solo pasaba a saludar, pues acabo de llegar-añadió con una sonrisa y olisqueando el agradable aroma en aquel lugar- Huele delicioso.

-Me alegro ya esté de vuelta alfa-agregó mientras pasaba sus manos sobre el delantal-El pan ya está listo, tan sólo espere un momento y serviré el desayuno.

Y Taehyung aseveró con una sonrisa, intentando buscar que más habría cocinado el beta durante esa mañana.

Era un goloso.

-Muchas graci...-habia dicho girandose mientras iba a salir de allí, pero chocó de golpe con una cabellera negra que golpeteó contra su pecho.

Oh mi dulce jazmín.

Y le vió alzar la mirada, encontrándose allí con sus redondos ojos negros y sus mejillas comenzando a espolvorear de color rosa.

-Yo l-lo siento no lo he visto alfa Kima- había dicho con torpeza el omega, intentando abrochar los lazos del delantal que parecía venir poniéndose de camino.

Tan bonito.

Una sonrisa se formó en sus labios y sin poder evitarlo se acercó hasta su oído-¿Alfa Kima? - dijo susurrando sólo para él - Pensé era solo Taehyung -aquello erizó los vellos tras la nuca del omega, soltando un pequeño suspiro tan solo de la impresión. Alejándose de repente, cuando escuchó que Donghae carraspeaba desde el interior de la cocina.

-Jungkook ¿podrías calentar la leche? -habló el beta. Y para Taehyung fue curioso, pues sus palabras sonaron con un extraño tono de gracia, más que como una corrección hacia el omega.

-V-voy señor Donghae-respondió Jungkook pasando por el lado de Taehyung, a lo que este liberó una pequeña risita.

Aquello se había sentido tan bien.

Continuó su camino hacia el comedor, encontrándose con Chanyeol que ya se había instalado en aquella mesa y jugaba con las servilletas instaladas allí.

Él se acomodó frente a él y no pasó bastante tiempo para que Donghae junto al pelinegro, sirvieran para ellos el desayuno.

Aquel dulce de dátiles recién preparado y siendo su favorito, ubicado sobre la mesa.

Una delicia.

Y sus ojos no se habían despegado del chico, quien procuraba no mirarle pero siendo plenamente conciencia de su cercanía. Lo sabía por su aroma que se desprendía emocionado y ansioso por el lugar.

Una vez ambos desaparecieron de allí, Taehyung contó todo lo que había conversado con el alfa Hoseok, durante su estadía en Jung.

Exceptuado aquella información claro.

Detallando el como el alfa le había explicado con seguridad, que Jeonu estaba en cenizas y sin rastro de vida alguna. Fijando sus ojos cada tanto en el pasillo, pendiente de que nadie oyese su conversación.

Chanyeol tragó el café que recién había llevado a su bocay tambaleó sus dedos sobre la mesa- Tu sabes que lo que estás diciendo es gravisimo- afirmó el peliplata-¿Lo tienes claro?

Y Taehyung asintió - Creo que es horripilante-dijo con determinación y aún no asimilando, lo que Hoseok había descubierto.

-Si esto llega a ser cierto...-Chanyeol meditó sus palabras-¿estaríamos hablando de genocidio? -preguntó de forma descarnada. Aquella palabra había estado rondando en la cabeza de Taehyung durante días.

No quería creerlo.

-Es eso lo que queremos sostener con el alfa Jung, ya que si bien los Jeonu no están considerados dentro del Estado. Tampoco está permitido su asesinato... -un breve silencio de hizo en aquel lugar-aquel sería un crimen.

-Pero necesitan pruebas...una falsa acusasion podría...

-Lo sabemos -le interrumpió Taehyung - Es por eso que necesitamos ser prudentes y reunir toda la información posible- relamió sus labios mientras pensaba -Jungkook no debe saber de esto. Si se llega a enterar podría ser...

-Tampoco es como que le fuese a decir -respondió de manera ácida. Algo común en él cuando se trataba del omega- ¿Cómo estas tan seguro de que él no lo sabe?

Taehyung lo observó y Chanyeol le miraba intrigado- El ha dicho que no recuerda lo que ha sucedido.

Los ojos de su amigo entrecerrados ante lo dicho- Ustedes dos se han vuelto muy cercanos- sorbió un poco de su taza- Ten cuidado Taehyung- ld había dicho con evidente y genuina preocupación- Él es un Jeonu y tu un Kima. Además del el líder de tu clan y...

-He visto a Baekhyun - dijo sin preparación alguna y tan solo sintiendo que aquel era el momento. Agradeciendo que sus padres aún no llegarán al comedor- Él se ha acercado a mi y ha preguntado por Hyejin.

Un aire gélido llenó aquel sitio, viendo como Chanyeol apretaba su mandíbula y empuñaba la servilleta en su mano.

-Le he dicho que tu cachorra ha estado aprendiendo a nadar y que...

-¿Le has contado de mi hija? -las palabras salieron con furia de la boca del alfa- ¿Te has atrevido a hablarle acerca de mi cachorra?

El aroma de Chanyeol comenzó a tornarse agrio y el lobo de Taehyung se puso en alerta.

-Él se veía sinceramente angustiado... -cerró sus ojos y sólo añadió -... quiere conocerla.

Y un estruendoso golpe resonó sobre aquella mesa, la mano del alfa chocando con fuerza contra ella- ¡¿Que estupidez dices Taehyung?!

Y procuró calmarse, pues sabía que si se ofuscaba, tan sólo enfureceria aún más a su amigo.

-Es su padre también.

El pecho de Chanyeol subía y bajaba, lanzando una carcajada que interrumpió si acción -Un padre no abandona a su cachorro Taehyung. Él ha tenido la posibilidad de serlo y sencillamente tomó otra opción - dijo con rabia, más Taehyung sabía también allí había dolor- Mi hija no tiene otro padre.

-Sabes que no es tan simple como lo dices. Sabes que para él también duele- y sintió como Donghae aparecía allí seguido por Jungkook, sus ojos temerosos por lo que allí sucedía.

Chanyeol negó con su cabeza y se levantó de allí - Se me ha quitado el apetido- voltendose para encontrar a aquellos espectadores de la escena, mirandolos estupefactos y en silencio- Tan solo cometas los mismos errores que yo Taehyung. Puede dolerte incluso más que a mi- dijo sin más y desapareciendo por el marco de la puerta.

Sus ojos se mantenían atentos a las manos de ella chica, las que parecían moverse sin problemas entre aquellas delicadas cuerdas. Pareciendo como si sus dedos hubiesen sido creados para la dedicada labor.

-Y ahora deben cruzarlo bajo la última cuerda que tengan, pero con cuidado de no perder lo que llevan hecho- pronunció la anciana omega con su voz pausada, demostrando su gran paciencia y experiencia en la enseñanza.

El pelo negro tan sólo miró sus manos, no pudiendo comprender lo que la mujer le explicaba, tan sólo haciendo el intento vago de mover sus dedos. Su trabajo avanzado, pareciendo comenzar a desarmar.

Tan torpe.

Y es que las manualidades jamás habían sido su fuerte, prefiriendo muchas veces mantenerse alejado de ellas, a tener que innecesariamente hacer el ridículo frente a los demás.

Su padre riendo, por las muchas veces que terminó gritando frustrado por algo que no podía hacer. Porque sí, claro que lo intentaba.

Y su madre diciéndole dulcemente, que tan sólo sus capacidades estaban en algún otro lado de su cuerpo. Y que la habilidad que sus manos no habían desarrollado, de seguro estaban potenciadas allí.

Tan linda.

Y si bien se sentía inseguro, pues todos los omegas eran tan suaves y delicados, que ese tipo de actividades se volvían fáciles y prácticamente creadas para su condición.

Cuando él en cambio era bastante tosco y un desastre si de suavidad y delicadeza trataba.

Las palabras de su madre siempre menguaban, el sentirse tan diferente. Sin embargo allí, siempre le rodeaba la sombra de ser un omega imperfecto para la mayoría de los alfas. Careciendo de la debida sumisión, para aceptar siquiera un cortejo.

Era desagradable.

Incluso muchas veces consideró, el hecho de que su lobo hubiese errado y el no fuera precisamente un omega. Ya que inevitablemente se comparaba con los demás y algo parecía no andar bien en él.

¿Cómo podía ser que no se hubiese fijado al menos en un alfa?

Había comenzado a sentir miedo. Pues con el pasar de los años y pese a que su abuela le insistió que sólo debía esperar. Nada sucedía y su lobo parecía estar dormido, mientras los y las demás omegas parecían enloquecer con los alfas a su alrededor, quienes no se incomodaban a soltar sus feromonas de lobos recién presentados.

¿Qué había de mal en él?

Y sus inseguridades se acrecentaron a medida que avanzaba su adolescencia, ya sólo reflexionando que tal vez el amor no era algo para él y su destino trazado, era el único que se manifestaba en las estrellas. Condenado a una vida solitaria y silenciosa, tal cual le exigía su clan.

-¿Necesitas que te ayude? - la peliplata omega dijo a su lado, a lo que volteó su vista hacia ella, quien lo observaba sonriente-No se, te veo un poco aproblemado-pronunció con gentileza.

Jungkook asintió suave, un poco avergonzado por su carente habilidad. Entregando lo que llevaba de su trabajo a la chica.

-Mira, has de hacerlo así -le dijo ubicando la base sobre sus piernas y torciendo las cuerdas intercaladamente- Debes pasarlas así alternandola por encima y debajo de estas-sus dedos se movían hábiles y con gracia- A mi también se me ha hecho difícil cuando he decidido aprender. No nacemos sabiendo Jungkook, no debes acomplejarte por eso.

Y fue curioso pues su abuela le decía los mismo.

-Ten. Ahora prueba tu- dijo devolviéndole lo que supuestamente se convertiría en su canasta. A lo que Jungkook siguiendo las indicaciones de la chica, imitó lo enseñado-Ves, lo estás haciendo mejor. Sabía que podrías.

Y él omega pelinegro se ruborizó de manera inconsciente-Muchas gracias Hana.

Ella le sonrió -No hay de qué. Debes confiar más en ti- le respondió mientras vigilaba cómo se esmeraba con pulcritud, en que aquella canasta fuese tomando forma-Tae ha llegado por la mañana ¿ya lo has visto?

Aquello hizo su corazón detenerse, más intentando pasar por desapercibida su reacción, asintió continuando con el movimiento de sus manos y aunque estas ahora le temblaran.

Aún recordaba su aroma tan cerca de él.

-¿Supongo que has estado muy ansioso por verlo? - aquello hizo que Jungkook alzará su cabeza para mirarla y ésta estuviese sonriendole de manera muy cómplice.

-No entiendo de que habla señorita Hana-dijo de forma lenta y perezosa. El sonido de los demás omegas cuchicheando mientras trabajaban, impedía que oyesen su conversación.

-Vamos Jungkook claro que sabes de lo que estoy hablando -le dijo ella insistente y moviendo las cejas. Algo que al pelinegro le pareció muy gracioso-Taehyung y tu. Creo que Kima entero se ha dado cuenta de cómo ambos se miraban ese día en la playa.

Los ojos del omega se abrieron redondos como una polca, incómodo ante sus palabras. Causándole mucha extrañeza, el como la chica no le molestaba aquello.

Más cuando los había observado tan juntos durante su tiempo en Kima. Concluyendo que ambos tenían una íntima relación.

-Pero ustedes...-dijo con timidez, no deseando ser inoportuno con su comentario.

-¿Nosotros? - preguntó la omega confusa, pero percatandose enseguida de a que se refería el pelinegro- Oh no te confundas. Taehyung y yo tenemos una relación bastante singular. Sería incómodo y complejo de explicarte precisamente a ti-Dijo ella tan natural y Jungkook no podía dejar de ver lo hermosa que era. Sintiendo luego que esta le tomaba las manos con mucha candidez- Pero te puedo asegurar que si Tae consiguiera amar a alguien y este lo amase con la misma intensidad que él, yo sería la persona más feliz de todo este horrendo mundo.

Jungkook la vio sonreír tan pacífica, algo extraño en la personalidad tan apabullante de la omega. Manteniendose silencioso y sin responder, al no saber que decir.

¿Y que le decía? Si su corazón que alguna vez creyó dormido, parecía haber despertado frente a la presencia del alfa. Que por primera vez en su vida, sentía la necesidad desesperante de tocar a alguien y ser tocado. Abrazarle y acariciarle el cabello hasta caer dormido allí, con su nariz aspirando el aroma de su cuello.

También besarle.

Y se sentía tan avergonzado, recrimiendose a sí mismo por no saber controlar aquel dolor sobre su estómago. No entendiendo si era aquello, el latir en su pecho o su lobo, lo que le estaba empujando a dejarse llevar por aquello que estaba sintiendo.

Tenía tanto miedo. Aquel no era su objetivo de estar en Kima.

Todo siendo tan desconocido para él y habiéndolo tan pocas veces comprendido, cuando Yongsun le explicaba el como su lobo se sentía cerca de Moonbyul.

-Mamá siempre insistió en que creyera en el amor-las palabras de Hana sonando incluso frágiles entre todos sus pensamientos- Aún cuando papá nos dejó cuando apenas tenía cuatro años y ella nunca volvió a tener otra pareja. Creo incluso falleció de dolor, pues llevaba su mordida y su lobo sabía había sido abandonada con su cachorro.

Jungkook se giró a verla, con sus ojos brillantes pero aún manteniendo la sonrisa sobre sus labios. Apreciando lo mucho que aquello dolía para ella, aunque está se forzara en ocultarlo.

Instintivamente dejó aquel trabajo sobre sus piernas, llevando sus manos hasta tomar las de ella. Su lobo empatizando en aquel momento, con el pesar de la omega.

-Sin embargo ella me enseñó a amar con firmeza-continuó la peliplata- A ser fiel a mi misma y a mis convicciones. Y sobre todo a jamas tener miedo a sentir o desear ser amado- Y ella le tocó el rostro, moviendo el mechón de cabello que se asomaba sobre el- Taehyung ha olvidado como es amar a alguien Jungkook. Y el miedo que tienes tú en este momento, se que también está presente en él.

¿Cómo podía saberlo?

Y la peliplata rió para luego añadir -¿Pero sabes que es lo mejor? -preguntó de forma agradable - Mamá decía que el amor te vuelve fuerte. E incluso si has vivido toda tu vida con miedo, el sentirlo tan solo una vez ya te será útil para sostenerte durante todo lo que resta de ella.

Sus dedos se movían rápidamente sobre los brazos de madera de aquella silla. Mientras sus ojos se mantenían concentrados en las manos que se movían agitadas de su padre. El sonido agudo y exaltado de su voz, lastimandole los oídos y haciéndole doler la cabeza.

Llevaba allí cerca de una hora y Seokjin parecía no querer darle tregua para largarse de una vez. Y quien cada tanto, volvía a tomar aire para continuar con su discurso.

-¿Cuánto falta para que acabes papá? -dijo abrumado por la situación y ya harto de que se entrometieran en su vida.

Y escuchó como su padre chasqueaba la lengua-¿Siquiera me has oído Taehyung?

¿Qué si lo había hecho?

No.

- Claro que no lo has hecho -acusó Seokjin- He estado gastando saliva por casi una hora y tu solo ha ignorado lo que he dicho-las palabras de su padre se oían dolidas e inclusive decepcionadas. Sintiéndose cansado por todo aquello, lo que le hizo pasar una de sus manos sobre su frente y cerrar sus ojos momentáneamente.

-Sabes que te digo esto porque eres nuestro alfa Taehyung-Seokjin insistía de pie frente a él, estoico e indeleble- Pero sobre todo lo hago porque eres mi hijo y te amo mas que a mi propia vida. A ti y a tu hermano.

Sabía aquello. De la preocupación de su padre y la sobreproteccion casi excesiva, que tenía con él y Jongin. Por lo que intentó calmarse.

-¿A qué le temes papá? -preguntó procurando sonar calmado. Pues las palabras de su padre, tan sólo habían logrado alterarlo-¿Estas asustado de que juegue con el chico? ¿Lo meta en mi cama y haga lo que se me de la gana con él? Porque te aseguro que eso no me diferenciaría mucho de los demás alfas, que buscaban llevarse a Jungkook ese día en la subasta.

Si, había dicho aquello sin creer que de verdad podría hacer algo así. Pero esperando producir la reacción en su padre, para entender a qué temía tanto.

-No te eduqué para que hagas algo así. Se que jamás lo harías- claro que no-No con ese omega al menos- bueno, allí tenía un punto.

-¿Entonces? ¿Cuál es el problema que te atormenta papá? -preguntó con desicion.

-Terminarás enamorandote del chico-le respondió tajante su padre, a lo que el joven alfa soltó una pequeña risita.

-Te equivocas en eso papá.

Y Seokjin negó con su cabeza-Conozco a mi hijo desde que lo tenía en mi vientre. Se como te comportas cuando un o una omega te interesa de verdad. Y ese chico lo hace- su padre hizo un corto silencio, mientras bajaba la mirada- Actúas con él del mismo modo que con ella y sabes que un desliz siempre te será perdonado en el consejo. Pero jamás podrás entablar un lazo con un omega de otro clan y...

-Detente ahí-dijo levantándose de aquel sillón, enfrentando a su padre- No te he autorizado para que te entrometas en mi vida papá. Ni opines acerca de ella.

Taehyung respiraba agitado. Nunca le había agradado desafiar a ninguno de sus padres. Pero él modo en que durante toda su vida, interferían en las desiciones que suponían debían respetar. Le ofendía de sobremanera.

-Soy tu padre- le respondió Seokjin notoriamente afectado por la reacción de su hijo.

-Y yo el alfa líder de nuestro clan y exijo el mínimo de respeto con temas que no le competen omega Kima-usó el honorífico con la intención de demarcar su rango al interior del clan y sabiendo que eso a su padre dolía-¿y que problema habría si me enamorara de él?

-Por favor Taehyung no digas idioteces- le dijo rápidamente Seokjin. A lo que Taehyung soltó una carcajada.

-Bueno es que para los alfas más antiguos, no es ningún problema acostarse con omegas de otros clanes e incluso menores de edad. Pero se horrorizan si se nombra la palabra amor- soltó con rabia - ¿Que si yo quisiera dar una mejor vida que eso a Jungkook?

-Son nuestras leyes Taehyung. Ha sido así por décadas - Seokjin creía tener la razón.

Siempre había sido así.

-Bueno, a mi tus leyes me parecen estúpidas-le dijo de forma fría y sin delicadeza, observando como su padre abría sus ojos y lo miraba anonadado- Y si ya no vas a decir nada mejor que esto, me retiraré de aquí. Recién vengo llegando y debo actualizarme de que ha sucedido en mi clan.

Y no volteando a mirar a su padre caminó hasta la puerta para salir de allí. Interrumpido solo por las últimas palabras de Seokjin.

-No vayas a cometer un error Taehyung- dijo el omega con una clara desazón en el tono de su voz.

Y él alfa rió. Porque todo le resultaba tan irónico.

-Creeme que una vez me equivoqué papá...pues me dijeron que era lo mejor para mi. ¿Y sabes qué? me arrepiento de ello cada día- respondió con dolor y sin mirar en ningún momento a el omega. Pará luego solo salir de aquel lugar.


Las manos le sudaban mientras se miraba frente al espejo. El pequeño felino jugueteando entre sus piernas, buscando algún tipo de interacción con él. Más se encontraba perdido y con el cuerpo prácticamente adormecido.

Aquel papel arrugandose al interior de su bolsillo, siendo el único culpable de que su corazón no dejara de acelerarse a cada tanto.

Oh mi dios.

El vientre le dolía, confirmando que aquello era real y no trataba de su mera imaginación. Que a medida que todo se volvía silencioso en la casona, todo también se tornaba más tangible.

Ya casi es hora.

Y es que tan solo un rato atrás, había estado sobre su cama preparándose para dormir. Ya llevaba el pijama puesto y aunque el sueño aún no llegaba a él, pretendía hacerlo.

Nunca había sido bueno para dormir.

Contando las maderas del techo mientras intentaba descansar. El pequeño animalito, siendo revoltoso sobre la manta que le arropaba, de pronto estaba ese aroma.

Tan adictivo y reconfortante. Apareciendo difuso sobre él, como si se tratase de llevárselo con él.

Sándalo.

Y levantó su torso de golpe, dirigiendo su mirada hacia donde provenía aquella esencia. Apreciando bajo la puerta de la habitación, asomar un papelito de color blanco.

Aquello lo hizo sentir curioso, por lo que caminando descalzo y hacia el, lo cogió en sus manos. A la vez que la persona tras la puerta, se alejaba de allí.

Taehyung.

El cuerpo inevitablemente le tembló, mientras corría a sentarse al borde de aquella cama y con el corazón latiendole muy rápido. Abriendo el papel entre sus manos y encontrándose con caracteres que él muy bien conocía.

Los estaba aprendiendo.

Sin embargo aún no comprendía del todo, lo que podría decir ahí. Por lo pensó en la única persona que podría ayudarle a descifrar aquel mensaje.

Por lo que se puso de pie rápidamente y aun en su euforia, salió casi corriendo a la habitación contigua donde se encontraba el beta. Fijándose de no hacer mucho ruido, pues si bien algunas personas aún se encontraban deambulando por la casona, otras ya se encontraban en sus habitaciones.

Sus ojos se encontraron con la puerta cerrada y empuñando su mano, golpeó un par de veces y con mesura.
Siendo los pasos al interior de ella, los que no se hicieron esperar.

-¿Pero que sucede? - había pronunciado el peliplata con su ropa de dormir ya puesta. Para luego ubicar su mirada en el pequeño papel que mostraba el omega para él.

-B-bajo la puerta-dijo nervioso. Su voz incluso pareciendole extraña a él mismo- Él la dejó bajo la puerta.

Y no hubo necesidad de que Donghae preguntase de quien se trataba. Pues por la actitud del omega, tenía más que claro que quien había dejado eso allí era Taehyung.

-Y-yo intente leerla... pero no entiendo del todo- se sentía tan avergonzado. Más ese pudor era opacado por la ansiedad que sentía, por saber el contenido de aquel papel.

Donghae lo observó, casi como si lo analizara por completo.

El pelinegro no supo descifrar esa mirada.

-Lo siento Señor Donghae. Yo no supe a quien acudir- le dijo sincero. La timidez haciendo presencia en sus palabras.

Más se tranquilizó al oír una pequeña risita haciendo eco sobre sus oídos, percibiendo luego como él beta le acariciaba el rostro.

-Está bien- le dijo con cariño, haciendo que Jungkook se sintiera cálido y comprendido. Tenía miedo de que riese de él -Ven, sientate por aquí.

Y ambos caminaron hacia un banco frente a un gran espejo. Sentándose de espaldas a él y con vista hacia la cama.

El lugar olía al beta, al perfume que llevaba cada día y que a Jungkook parecía comenzar a agradarle.

Olía a familia.

Donghae era su familia allí en Kima.

-Veo que el alfa Kima se ha esforzado hasta en mejorar su escritura- dijo riendo el beta y el omega verificó aquello.

Le pareció bonito.

Un breve silencio se formó allí mientras Donghae leía aquel papel. El sonido constante de lo que el pelinwgro reconoció como un reloj, siendo lo único que los acompañaba.

-Mira que astuto-pronunció de pronto Donghae, llamando sus atención -Él quiere verte.

Aquellas palabras le entumecieron la piel. Una corriente extrañas que sólo duró segundos, pero que no recordaba haber sentido alguna vez.

-¿Usted podría.. -no alcanzó a terminar su pregunta, cuando el beta ya estaba asintiendo al entender lo que quería.

—"Querido Jungkook. Se me hace tan difícil formar las palabras precisas para pedir esto. Y es que mis días en Jung han acrecentado mi necesidad de verte" —También a mí — "Me creerás un alfa atrevido y tal vez lo soy un poco-aquello lo hizo sonreír — "Pero creeme que el haberte visto esta mañana, solo ha acrecentado mi desesperación. Y mi ansia es tanta, que he debido escribir esta carta. Y quizás es muy mala, pero es que no suelo hacer este tipo de cosas" — Tampoco yo — "Te estaré esperando fuera de la casona apenas se apaguen las luces y todos estén en sus habitaciones. Y si tu no llegas, cree que lo entenderé. Con Cariño, Taehyung. "

Su mirada se fijaba tan solo en aquellas letras, mientras su corazón ondulaba en una especie de apacible calma. Más el estómago le dolía y hormigueban los dedos.

-¿Aún respiras? -le preguntó Donghae, sacándole de su ensoñación-Creo que si pretendes ir, debes alistarte luego ya que casi estamos en la hora de que apaguen las luces.

Jungkook le miró aún un tanto aturdido-¿Debo? -el beta sonriendo frente a él, con su cabello tomado en trenza preparado para dormir.

-¿Quieres? - le preguntó con dulzura, a lo que este tímido asintió con su cabeza. Con sus mejillas tornándose escarlata-Entonces hazlo- le dijo tocandole la punta de la nariz con un de los dedos.

Y aquello fue suficiente para tomar la desicion de asistir a aquel encuentro. Apoyado de las indicaciones y de los necesarios consejos del beta. Quien le arregló un poco el cabello y perfumó su cuello con una loción, que solo intensifica a su aroma.

Se mantuvo confiado o al menos pretendió hacerlo. Pues cuando se veía ahora de pie frente al espejo, se llenó de miles de inseguridades.

¿Y si estaba confundiendo las cosas?

Si el alfa no se sentía atraído como lo hacía él y tan solo su interés, se debía a la evidente curiosidad que le provocaba conocer a un Jeonu. Tal cual lo hacían esos alfas aquel día.

No. Taehyung no era de ese modo. Y era eso mismo, lo que le hacía sentirse tan bien a su lado.

Solo presionaba en los espacios que él mismo le permitía. No le intimidaba, ni le hacía sentir miedo. Y por el contrario, Jungkook a veces tan solo quería que el peliplata se acercara.

Nunca se había sentido de ese modo.

Y aunque los nervios parecían querer hacerlo desvanecer, también sentía un agradable cosquilleo sobre su vientre.

-Tu me esperarás aquí -le dijo al pequeño gatito, que se movía inquieto sobre sus pies. Tomándolo entre sus brazos y besándole entre las orejas, para finalmente dejarlo sobre su cama-¿Crees que me vea bien? ¿crees que le gustará?- le preguntó al gato, quien solo le miraba con la cabecita hacia un lado como deseando comprender lo que decía.

Llevaba un lijera camisa color verde olivo y unos pantaloncillos café, que se ajustaban en un lazo acentuando su cintura. Mientras que había decidido usar las sandalias de cuero que tiempo atrás, había enviado Jimin para él.

-Nos vemos más tarde gatito-dijo finalmente para aproximarse hacia la puerta, girando el pomo con delicadeza y verificando las luces de la casa, estuviesen apagadas.

No había luz.

Su pecho burbujeante y con el latido sobre sus oídos, no cooperando en nada para conseguir calmar su nerviosismo.

Guiándose sólo de sus manos, mientras procedía a bajar peldaño a peldaño en aquella larga escalera. Esforzándose por no tropezar y rodar por ellas.

Sería desastroso.

Por lo que poniendo todo de él, esmeró en no hacer ningún ruido para poder salir de allí sin ser atrapado.

Sin embargo una vez hubo llegado al final de la escalera, escuchó el sonido de voces que parecían acercarse a la entrada de la gran casona. Sintiéndose angustiado al no saber que hacer frente a esa situación. Más repentinamente sus labios fueron cubiertos por una mano y su cuerpo atraído hacia atrás, para ocultarle en el espacio bajo los peldaños.

Tú.

Su pecho se aceleró de inmediato, pues su lobo lo reconoció enseguida y no hubo necesidad de gritar.

-Soy yo-y aunque Jungkook ya sabía que se trataba de él, el peliplata le habló sobre su oído y comprobó que este estuviese tranquilo, para luego quitar la mano de su boca.

Las voces se volvían cada vez más nítidas y por el aroma y la forma en que Taehyung se tensó a su espalda, el pelinegro supo que se trataba de dos alfas. A la vez que sentía el corazón del peliplata, golpear tras de él.

Namjoon y Jongin no tardaron en aparecer por la puerta, conversando de algo que el omega no alcanzó a entender. Pues el aroma de Taehyung lo tenía adormecido.

-Estás frío - le dijo de pronto el alfa mientras percibía sus dedos, tocarle la piel de los brazos que quedaba descubierta de la tela-No te has abrigado lo suficiente- su voz no era de recriminación y por el contrario, parecía dulce y comprensiva.

Tan, tan dulce.

Y sintió como este se removía un poco tras de él, al ambos apreciar como Jongin se detenía y observaba en dirección donde se encontraban ocultos. Los pequeños espacios entre la madera de cada escalón, permitiéndoles apreciar eso.

Sin embargo Namjoon llamó a su hijo y este negando con la cabeza, continuó camino hacia la segunda planta de la casona. Desapareciendo ambos de su vista.

-¿Te he asustado? -le preguntó Taehyung girandole suavemente hacia él y tocandole por instinto, suavemente el rostro.

Alfa.

-Lo siento, no sabía que ellos aún estarían despiertos-intervino nuevamente el peliplata y sin dejar que respondiera a su pregunta.

Jungkook negó con su cabeza-No lo has hecho- dijo convincente, pues así lo sentía -Solo me has sorprendido.

Y Taehyung le sonrió, podía distinguirlo aunque ambos fuesen poco visible para el otro, allí en la oscuridad.

-Ten, toma esto- agregó el peliplata, quitándose la túnica que llevaba puesta. Aquella que le arropó en cada una de sus noches en Min y que ahora le asaltaba con el recuerdo de su cuerpo tan cercano al suyo-Afuera está helado y puedes enfermar- le dijo cubriendole con la prenda y ubicandola sobre sus hombros.

-Pero tú... -tuvo la intención de quitarse aquella ropa, no porque no lo quisiese. Si no porque podía notar que el peliplata, quedaría solo con su camisa y entumecería también.

Sin embargó Taehyung le detuvo.

- Estaré bien-le acarició el mentón -Estoy acostumbrado al clima de Kima, nada me sudererá- y Jungkook creía dejaría de respirar, sin sospechar que el alfa se encontraba en las mismas condiciones que él-Ahora vamos, antes de que alguien se despierte y nos encuentre aquí.

La mano de Taehyung se deslizó hasta atrapar la suya, apretandole firme para tirar de él. Pero el pelinegro casi no le pudo responder, pues los dedos le hormigueaban y parecía no reaccionar ante aquello.

Tan solo se dejó llevar por la sensación de tibieza en aquel lugar, tan diferente a la brisa que le recibió al salir de la casa. Percatandose de que el peliplata tenía razón y afuera hacía frío. No insoportable, pero frío al fin de cuentas.

-¿Quieres ir conmigo a un lugar especial? -preguntó el alfa girandose un poco hacia él, a lo que Jungkook se detuvo momentáneamente, apreciando cómo los ojos de Taehyung se veían ahora con mayor notoriedad por la luz de la luna.

Mi precioso alfa.

Y asintió avergonzado, pues estaba seguro que a esas alturas seguiría al chico donde fuese el que le llevara. Ignorando todos los consejos que Donghae había entregado para él.

Taehyung le sonrió y continuó su andar sin soltar en ningún momento su mano. Y pareciendo que este no quisiese jamás hacerlo.

El sonido de las olas fue lo único que le indicó que se aproximaban a la orilla, pues su mirada no despegaba del cabello del alfa. Percibiendo cómo la sal hacía presencia en aquel lugar.

Topandose de pronto con un pequeño roquerío, donde el agua se introducía aunque calma, por entre los orificios de las piedras. Formando melodías con el chapoteo del fino oleaje.

El mar siendo tan tranquilo esa noche, creando un gran espejo de agua salada pensaba el omega.

-Ven, pisa con cuidado por acá - dijo el peliplata, indicándole el lugar donde debía pisar para no resbalar o caer sobre las rocas. Imitando las mismas pisadas de Taehyung.

Y a medida que avanzaba, mantener el equilibro le era más complicado. Pues las rocas se iban llenando de algas adheridas sobre ellas, haciendo que muchas veces resbalara y cais cayerá. Más siempre siendo asegurado por el alfa.

-Hemos llegado-había pronunciado Taehyung, a lo que él pudo fijar su vista hacia el horizonte. Jungkook estaba seguro que sí no fuese porque sabía lo que había a sus espaldas, creería que le rodeaba solo mar.

Tan brillante y tan hermoso.

-Subiremos al bote ¿te parece? -y el omega fijó su mirada en aquello, el que se mecía con la tenue marea al interior del mar- Si, iremos nuevamente a ver las ballenas, pero ahora será aún más especial.

Su corazón aleteó con agilidad, pues si bien aquella vez el gran tamaño de ese animal marino le había intimidado. También se había sentido maravillado por su grandiosa belleza. Por lo que asintió tomando la mano de Taehyung y siendo guiado hacia el interior del bote.

Y el alfa le liberó para soltar la cuerda que ataba el pequeño navío y tomar el par de elementos que le daban impulso para moverse sobre el mar.

Su cuerpo se movió por inercia hacia abajo, quedando sentado hacia una orilla para alcanzar el agua con la punta de sus dedos. Ambos permaneciendo en silencio y con sus rodillas chocando. Lo que al contrario de ser incómodo, parecía complacer a su lobo.

Solo el sonido de los remos rompiendo la superficie, acompañándolos hasta llegar a su destino. Hasta que de pronto una llamativa melodía le hizo alzar su cabeza y ponerse de pie, intentando en medio de la oscuridad, encontrar el lugar de donde provenía.

Y Taehyung se detuvo, emitiendo una pequeña risita que logró que el pelinegro se girará hacia él.

-Son las ballenas -dijo sin necesidad de que el omega le preguntase, tan sólo apreciando su rostro de sorpresa-Están bajo nosotros.

Jungkook continuaba mirándole confundido-¿Están... están cantando? -preguntó, pues fue lo único que se le ocurrió.

El alfa giró su cabeza hacia el frente -Algo así. Mi abuelo decía que lo hacían para atraer a las hembras, pero es raro, pues ninguna parece interesarle el sonido que realizan los machos -se volteó nuevamente a mirarle - Por cierto, solo ellos lo hacen.

Y Jungkook creyó no podría sostener la mirada del alfa sobre él, por lo que quitó su ojos rápidamente de allí y se dispuso a observar nuevamente el mar.

Aquellos sonidos, pareciendole una tan dulce melodía.

-Te he extrañado- dijo repentinamente Taehyung. Y el sabía que no le había despegado los ojos de encima, pues sentía su mirada sobre él.

El resonar de su pecho, informándole el como las palabras del alfa afectaban su corazón.

Yo también.

Y un inesperado movimiento remeció la embarcación, tambaleandolo hasta el punto de hacerlo caer. Siendo sostenido por el cuerpo del alfa bajo él y que había amortiguado su caída entre sus piernas.

El aliento de Taehyung sobre su boca fue lo primero que percibió, evocando rápidamente aquel día bajo el agua. Mientras con una de sus manos le sujetaba la cintura.

Sus ojos encontrándose reflejados en los brillantes del peliplata, ambos casi sin parpadear.

Y la mejilla le quemó, pues los dedos de Taehyung le delineaban el borde. Sintiendose confundido al no saber si era su corazón o el de Taehyung, el que le golpeaba con fuerza el pecho.

O ambos.

-Yo t-también te he extrañado -pronunció con pudor. Pues distinguió que sus labios chocaban suavemente con los del peliplata.

En su estómago formándose un nudo, como si miles de hormigas le hiciesen cosquillas.

-Eres hermoso -le respondió el peliplata, sin dejar de acariciarle el rostro con la yema de sus dedos.

El aroma de ambos siendo deleite para sus lobos.

-T-tambien eres lindo- sus manos se posaban sobre el pecho de Taehyung, observándole desde arriba y como el cabello color plata, le decoraba tan bien su dorada piel.

Una risita del alfa se perdió prácticamente en su propia boca, quien sonreía enternecido por el omega entre sus brazos.

-Me gustas -dijo con seguridad el peliplata sin dejar de mirarle-Tanto que siento que me carcome y debo decirlo-el cuerpo de Jungkook tiritó ante ello, pues Taehyung se encontraba tan cerca que aquellas palabras de seguro eran reales.

También tú. Quiso responder, más sus palabras fueron otras, guiadas por él anhelo ferviente de su corazón.

-E-el Señor Donghae me ha enseñado francés- el alfa había comenzado a acariciarle la cintura, como si mimara a su lobo quien estaba feliz de recibir afecto- Aun estoy a-aprendiendo, pero yo quiero... -Taehyung lo miraba atento, como si cada oración fuese un conjuro para mantenerle allí con él.

-¿Qué quieres cariño? -dijo hechizado el peliplata, quien ahora había llevado su mirada hasta los labios del omega.

-Embrasse moi... -las palabras salieron cálidas desde su boca, perdiéndose en el aliento tibio del peliplata. Quien enseguida reconoció aquella frase.

-Eres perfecto ¿lo sabes? -dijo llevando su mano tras su nuca, enrredando sus dedos allí, moviendolos en un suave toque -Y yo estoy tan asustado de hacerte daño.

Jungkook lo sabía. Podía percibir por su aroma, que Taehyung tenía tanto miedo como él. Por lo que decidido tomó la mano que le sujetaba la cintura y la llevó hasta el otro borde de su rostro. Sujetandola allí con la suya.

-No lo harás-respondió el omega- Se que no lo harás- y sin saber porqué, cerrando sus ojos rozó sus labios de forma delicada sobre los del alfa, como si con aquello le fuese a calmar y le diese la fortaleza para continuar.

Como si le arrebatara el miedo.

Y aunque él roce era simple, estaba temblando por ello. Por lo que se alejó con cuidado y con sus ojos aún apretados, abriendolos de a poco hasta encontrarse con la mirada de Taehyung. Quien con fuerza lo regresó hasta su boca, tomándole el rostro con ambas manos y susurrandole sobre los labios - No lo haré, prometo que no lo haré.

Su boca de pronto sintiéndose cálida por los labios y humedad de la boca del alfa, intentando mover los suyos a ritmo y a medida que empuñaba la camisa de Taehyung sobre su pecho. Con sus ojos cerrándose en aquel beso suave y profundo.

Como el océano.

Su vientre formando cosquillas entre su corazón tambaleante.

Dejando allí ambos su miedo y volviéndose valientes. Probando tan delicadamente del otro hasta adormecer sus labios. Y llegada la mañana, la luz del sol los hubo encontrado abrazados bajo el alba.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top