• CAPÍTULO 1 •

Te recomiendo escuchar "Artic" de Sleeping at Last mientras escuchas este capítulo








El sonido de las olas espumando sobre el arena se posó sobre sus oídos, haciendo que bajara de su letargo y sus músculos reaccionaran. A la vez que sus ojos recibían los primeros rayos de sol de la mañana, los que se acercaron tenues entre las cortinas y le chocaron los parpados, haciéndole fruncir el ceño e intentar abrirlos.

Pero no quería, pues su cuerpo se sentía adormecido y pesado, aún cuando solo una fina sábana le cubría. Intentando mover sus pies bajo esta, deteniéndose al instante al sentir que se encontraban enredados en ella.

Y aquello solo provocó que se fatigara un poco más. Molestandole el hecho de que precisamente ese día, debía salir con anticipación de la cama. No logrando recuperar el sueño perdido, debido a la actividad de algunas horas atrás.

Lobo, lobito.

Y es que no tenía problemas en mitigar las necesidades que su lobo tenía. Su calidad de Alfa líder le daba aquellos beneficios, no debiendo excusarse con nadie, ni dar explicaciones del porque de su pasión revoltosa e incontrolable.

Bastante incontrolable.

Es que era característico de los Kima el ser demasiado pasionales y no solo en el sentido de la carne. Si no también reflejado en su personalidad tan temperamental y poco dócil. Algo que les hacía complicado el mantener una relación y enlazarse con alguna pareja estable.

Era más sencillo de ese modo, pensó.

Ya que si bien en su clan existían alfas y omegas enlazados, siendo el mismo fruto de aquello. Eran contadas las parejas que mantenían su vínculo hasta el final de sus días. Sus lobos resultando demasiado impulsivos como para establecer algo y jurar fidelidad eterna.

Aquello era una locura.

Y prefería no ser parte. No cuando acarrearía demasiados dolores de cabeza, innecesarios según él.

No, gracias.

No había motivos para ello, no cuando podría tranquilizar a su lobo sin engañar, ni ilusionar a nadie.

En cualquier lugar y momento cuando le diera la regalada gana.

Un acuerdo tácito, sin deberes, ni exigencias.

Pero si con muchos, muchos derechos.

Y sonrió, pues tampoco era que se tratara de una especie de alfa ninfomaniaco y que su cabeza solo se centrara en eso. Para nada.

Para Taehyung se trataba de necesidades. Nada más que eso.

Tenía demasiadas responsabilidades como para pensar en algo mas que aquello. Con la relevancia necesaria como para ignorar todo los cuestionamientos, que con respecto a su actuar traían.

Que más da.

Y aquel día era uno de esos días, en la que su calidad de lider le exigía responder a su clan. Por lo que a duras penas apoyó sus palmas a ambos lados de su cuerpo, levantando su torso y sacudiendo su cabeza. Para de alguna forma con esto, aclarar sus ideas y activarse para su tarea.

Espabila lobo.

Con fuerza giró su cuerpo y se sentó de espaldas a la cama y con sus pies pisando la madera. Moviendo sus dedos y pasando una mano por sobre sus ojos. Mientras su platinado y largo cabello, le caía sobre la frente y hombros.

Y suspiró, escuchando como el cuerpo tras él se movía rezagado.

-¿Ya te vas?-preguntó una voz femenina y aún media adormilada durante durante aquellas horas de la mañana.

Un fino aroma a cerezas endulzando de pronto el lugar.

-Sí -respondió cortamente. Sin intenciones de sonar pedante, pero bastante preocupado de tomar luego un baño y salir de allí.

Y la escuchó reír, percibiendo como se acercaba hasta él y colocaba su cuerpo desnudo sobre su espalda.

-¿No te puedes quedar un rato más?-le habló ella. Y el pudo sentir como el aire tibio y empalagoso de su aliento, se filtraba sobre su oído. Y su lobo se ponía revoltoso por volver a la cama y tomar a la omega otra vez.

Más no podía.

-Como quisiera Hana- le respondió riendo. Para luego girar su cabeza y observarla formando un puchero con sus labios. Su cabello platino igual de enmarañado cómo el de él, adornandole el bonito y acanelado rostro.

-Si quieres puedes Tae - le dijo ella sobre la boca, rozandole los labios e intentando convencer a alfa de aceptar su invitación. Mientras su dedo índice le tocaba el muslo- Eres el líder, puedes hacerlo.

Y el rió ante aquello, pues la chica podía ser bastante insistente cuando se lo proponía. Y no hubiese dudado en dejarse convencer, si no fuese porque debía cumplir con algo.

- Por eso mismo... - le respondió, besandole superficialmente los labios -...necesito tomar un baño ahora mismo y salir lo antes posible.

Y se levantó sin intenciones de cubrir su desnudez, escuchandola refunfuñar a sus espaldas. Y él negaba con la cabeza, mientras ingresaba rápido a la ducha y giraba el grifo. Estremeciendo por un momento, al recibir de golpe el agua sobre su cuerpo.

-¡¿Al menos volverás durante la noche?!- la omega le preguntó alzando su voz desde la habitación. Y él sabía que en aquella pregunta no había recriminación, tan solo curiosidad del si habría un nuevo encuentro.

Algo normal entre ellos dos.

-¡No lo creo Hana!- le dijo él seguro. A la vez que buscaba entre los jabones de aquel baño -que no era el suyo-, algo que no fuera frutal para enjabonar su cuerpo- ¡Quedas libre cariño!- añadió, haciendo espuma con sus manos y llevándola a su rostro.

Y la oyó lanzar un pequeño grito de celebración, lo que le hizo negar con la cabeza y reír ante su infantil actitud. Mientras sus ojos le picaban por el jabón que habían ingresado en ellos y el agua le corría por el cuerpo.

Y es que aunque quisiese volver con la chica al caer la noche. Tenía claro que las horas de viaje maltratarian su cuerpo y sólo regresaría a casa pensando en descansar.

Siempre era así.


Sentía su cabeza abombada. Como si el gran bullicio de voces le aturdiera y entorpeciera el orden de las ideas en ella. Pues se percibía un poco ido y sobreestimulado por cosas que no comprendía.

Distinguiendo de pronto como un pequeño dolorcito se ubicaba sobre su estómago, lo que le hizo enseguida sentirse agotado al pensar en todas las horas que llevaba sin comer.

Sorportalo.

Y es que le habían quitado el alimento desde la mañana del día de ayer, obligándole a solo beber agua con la excusa de que así su cintura se notaría más angosta. Viéndose más bonito y atractivo para quienes le vieran.

Qué estupidez.

Y él pensó de que de que forma podría ser así, si se sentía enfermo y de seguro estaba aún más pálido de lo que solía ser.

La sensación era horrible. Mas cuando llevaba sobre sus labios una especie de pintura de cochinilla, pero que sabía a cítricos.

Era asqueroso.

Y tal vez en otro momento hasta le hubiese agradado aquel sabor, mas su cuerpo se llenó enseguida de nauseas al percibir su vientre vacío. Sintiendo como un repentino mareo le hacía tambalear.

-Ey ¿Qué te pasa Jeonu?- le dijo la mujer frente a él, detestando de inmediato el sonido de su voz -Más te vale no avergonzarme sobre el escenario. Me ha costado un mundo el hacer que te vieses un poco decente para la ocasion - le dijo con frialdad. Espolvoreandole el rostro, mientras hacía que le mirase tomandole la quijada con fuerza.

Ya basta.

Y parecía que sus uñas se enterraban en él. Más solo cerró sus ojos, no deseando que su lobo se asomara y atacara a la beta.

Sabía que sería peor. Pues las líneas marcadas sobre sus talones lo decían.

Cada una, correspondiendo a una actitud corregida con dolor sobre su piel.

¡Salvaje!- así le habían dicho. Y su cabeza ni siquiera alcanzaba a entender el significado de aquella palabra.

De pronto percibió como ella peinaba su cabello y acomodaba algo sobre el. Recordando con pesar el día en el que había sido cortado y había llorado hasta que su cuerpo se sintió demasiado cansado como para seguir haciéndolo. Eliminando años de aprendizaje y experiencia a traves de ello. Ni siquiera atreviedose él a tocarlo, para no percibir la diferencia con su antiguo cabello largo.

Orgullo de su clan.

Sin embargo ahora corto y lavado con esencias que él no distinguía. Su cuerpo siendo enjabonado durante horas hasta herirle la piel. Recalcandole que debía oler agradable y quitar su aroma natural.

Algo que resultaría repulsivo para quién lo qusiera.

O algo así le habían dicho.

Y quizás quería serlo.

Y la beta se alejó un poco para mirarlo, como si buscase algún tipo de error en su apariencia y que aun quedara por mejorar.

Dirigiendose de pronto hacía él y tomando el lazo que le afirmaba la celeste tunica desde la cintura, tirando firme de ella.

Y él inevitablemente gruñó, su lobo omega no tolerandolo mas al sentirse asfixiado bajo toda esa tela. Percibiendo como sus pies dolían tambien, al chocar la punta de ellos con el zapato.

Un fino zapato.

Y de pronto sintió su mejilla izquierda arder. Su cara siendo volteada por la beta en un duro golpe que le hizo caer. Escuchando como pasos apresurados corrían hacia él.

-¡¿Qué se supone que haces?!- dijo una voz masculina a su lado. Y la mujer tan solo respiraba agitada y demasiado encolerizada por la situación.

-El salvaje me ha gruñido y y-yo no permitiré que se crea s-superior a mí-respondió.

Y la mujer frente a él negó, ayudandole a levantarse y limpiarle la ropa -¿Qué no ves que a ti te llamarán la atención Hwan? No olvides que debe estar perfecto, es mercancía. Los clientes lo exigirán- Y él sintió como ella le tomaba el rostro y examinaba con la vista- Le has marcado el rostro. Vamos arreglaselo. En un rato más le corresponderá salir.

Y la mujer le dejó allí, percibiendo como la anterior le giraba bruscamente la cara y pasaba polvo con sobre él casi raspandole la mejilla con la brocha.

-Maldito salvaje, espero y te mueras luego- le dijo casi escupiendole. Y el omega cerró una vez mas sus ojos y solo espero a que aquel momento llegara.

Bajó de forma rápida de aquel ferrocarril, habiéndolo alcanzado fortuitamente en la estación de la costa. Algo que agradecía, pues de no ser así una reprimenda y aunque mínima. Habría caído por parte de su padre.

Y es que por más que fuese el alfa líder, su progenitor siempre le guiaba en las desiciones que tomaba para el resguardo del clan. Y si bien lo hacía de forma inconsciente, sentía que era algo necesario para sentirse respaldado por alguien con mayor experiencia.

Namjoon era su sombra. Y él siempre lo agradecería.

Por lo que jamás para él sería un problema recibir un consejo, silenciosamente y de forma austera. Tal y como le habían enseñado a hacerlo.

Caminó rápido, buscando a tientas en su bolso de cuero, si todo lo que necesitaba se encontraba allí. Y no había caído durante su ajetreada aventura a tomar el tren. Confirmando que los papeles permanecían ordenados en la carpeta y aquella bolsa guardaba aun, aquellos valiosos elementos para su clan.

Y suspiró, porqué por un momento pensó haberse retrasado. Sin embargo, una cabellera rubia que a lo lejos aparecía entre la multitud de compradores, le hacía saber que había llegado a tiempo.

Tal vez justo, pero lo había logrado.

-¡Alfa Kima!- la voz chillona y tan característica de aquel omega llegó hasta sus oídos- ¡Por acá!

El rubio alzaba la mano y le indicaba que a su lado había un puesto reservado como siempre para él. Pequeñas mesas repartidas en diferentes lugares de aquel salón, ubicadas estratégicamente para obtener una buena visión del escenario.

Taehyung se acercó hasta él, inclinandose en una respetuosa reverencia - Buenas tardes omega Min- le dijo para luego tomar ubicación a su lado.

Y el chico rió de forma sonora-Ya Taehyung... no es necesario que me trates de ese modo cuando estamos solos- le respondió rápido y sonriendo -Te he dicho que solo me digas Jimin. Yo al menos no dejaré de tutearte por el hecho de que tu me trates tan políticamente correcto.

El peliplata asintió, no pudiendo negarse pues el rubio era de ese modo. Con su personalidad demasiado marcada, haciéndole honor a su linaje.

Y es que Jimin pertenecía al clan Min de aquella ciudad. Carismático y extrovertido. Bastante diferente al bajo perfil de las personas con las que Taehyung solía frecuentar. Y todos en su mayoría pertenecientes a su mismo clan.

El rubio le sonrió, mientras le ofrecía un poco de té caliente de una pequeña tetera de porcelana. Y el alfa aceptó, obsevando como el omega servía con fina delicadeza el líquido en una de las tazas sobre la mesa. Apreciando a su vez, como su cabello rubio le caía en una larga y hermosa trenza al costado por sobre uno de sus hombros. Y unos perlados aretes le hacían juego con la blanca piel.

-¿Y que tal el cachorro? -preguntó de pronto Taehyung, mientras se acercaba a sorber el té. Y es que su amigo Jimin llevaba ya cinco meses de estado, pero su barriga apenas y se notaba al tratarse de su primer bebé.

-Bastante bien- le dijo el rubio sonriente, a la vez que pasaba una de sus manos sobre su vientre - Engordandome a más no poder- Ambos rieron ante ello. Y Taehyung comenzó a mirar a su alrededor, captando la atención del omega.

-¿Buscas a Yoongi?- Taehyung asintió- Fue a anotarse para una donación de caridad- soltó relajado el omega.

-¿De caridad?- insistió el alfa intrigado e interesado en aquella información.

Y vio a Jimin asentir - Si. Le escuché decir de unos cachorros que habían quedado sin sus padres. No le he entendido si muy bien la razón, pero me pareció adecuado que fuese a hacer el donativo.

Y el alfa tan solo aseveró con su cabeza. Pensando en que más tarde preguntaría de que trataba aquello.

-Has llegado un poco tarde ¿Ha ocurrido algo en Kima?- preguntó el omega, haciendo que el alfa casi escupiera el té por la nariz.

Y es que no podía decirle que su tardanza se debía a...bueno, necesidades personales.

- Me he quedado dormido- y no mintió, pues en parte era certero - Apenas he logrado tomar un baño y alcanzar el último tren.

El omega lo miró pícaro -Ya veo- pues era comentado entre todos los clanes, la forma de vida que llevaba en líder del clan de la costa. Pero aquello no era algo de su incumbencia - Mira, allá viene Yoongi - dijo el rubio para luego alzar una de sus manos y moverla frenéticamente para que el alfa le viese.

Y Taehyung se giró, viendo a lo lejos como el líder del clan Min se acercaba hacia ellos. Levantándose de inmediato para saludarle.

-Alfa Min- dijo el platinado inclinandose en reverencia.

-Yoongi Taehyung, solo Yoongi - le respondió éste.

Yoongi era el alfa quien lideraba el clan Min. Dotado de un carácter espontáneo y práctico, bastante sencillo y poco ostentoso para ser uno de los clanes con mayores riquezas dentro del estado. Le había conocido en una de las tantas reuniones de camaradería, las que se organizaban para mantener las buenas relaciones entre lideres. Habiendo tenido su primer encuentro ya hace varios años, cuando Taehyung recién ascendía a su rango de líder. Y éste había estado acompañado de Jimin, su pareja ya en ese entonces y con quién siempre asistía a este tipo de eventos.

Los tres habían congeniado inmediatamente. Algo extraño había pensado el peliplateado en ese momento, pero bastante común en el clan Min, quiénes formaban amistades con facilidad debido a su personalidad tan cordial.

Como en ese momento.

-Les presento a Hoseok - pronunció sin más el alfa Min, señalando a un joven pelirrojo bastante más joven que ellos y que Taehyung por lo visto había ignorado hasta aquel entonces. Con su cabello semi ondulado, el que estaba tomado en moño hacia atrás y despejaba su rostro para apreciar sus bonitas y suaves facciones.

-Mucho gusto - dijo el pelirrojo inclinandose hacia ellos - Soy Hoseok líder del clan Jung del valle.

Y ambos chicos se levantaron a saludarle. Claro que conocían a los Jung. Pues su linaje era uno de los mas prestigiosos creadores de joyas y fuertes guerreros.

- Hoseok ha asumido sólo días atrás y andaba un poco perdido con este tema de las subastas, por lo que le he dicho que viniese conmigo - Yoongi dijo mientras le tocaba el hombro - Aparte los demás son todos unos vejestorios y creo que solo aquí encontrará un poco de diversión.

-Alfa- le dijo Jimin llamando su atención con un codazo y mirándolo en recriminación. Más el rubio solo le ignoró con una sutil sonrisa.

Y Jimin negó, pues jamás podría detener la ironía de aquel alfa.

-Creo esto está empezando ¿o no?- dijo un tanto dudoso Hoseok, prestandole atención al movimiento de personas que se acomodaban en las mesas restantes.

-Si, lo está haciendo. Mejor tomemos asiento - habló Min, para que cada uno se acomodara en la pequeña mesa circular con cuatro puestos justos.

Mientras hombres y mujeres betas servían para ellos aperitivos de diferentes tipos, parte de la cordialidad de aquella casa de remate.

Y es que sí, durante cada mes se encontraban en aquel lugar. Siendo lugar de encuentro de los alfas lideres de los quince clanes que conformaban el Estado y en donde adquirían las principales mercancías para sus habitantes. Un sistema en el cual no existía moneda y solo ofrecías a cambio cereales, ganado o gramos y kilos de plata y oro. Una forma de intercambio que abastecía a cada clan de lo necesario para el día a día y les permitía de una buena circulación de recursos.

Y ese día Taehyung buscaba aquello, necesitando arroz, verduras, leche y carnes rojas. Pues al ser su clan de la costa del Estado, se dedicaba mayormente a la alimentación en base a mariscos y pescados. Mas no podían ignorar las ganas que tenían muchas veces de consumir un buen caldo de res.

Mmm.

Aquello hizo que le diese hambre, recordando que apenas y había alcanzado a sacar una fruta antes de salir de casa. Por lo que pidió un plato del menú, mientras la subasta iniciaba con las ofertas más económicas para aquellos clanes de recursos mas restringidos y que de igual forma podían acceder a aquel sistema.

Y las horas pasaron, agilizando todos lo alfas sua estrategias para obtener lo que deseaban y por lo que estaban precisamente en aquel lugar. Percibiendose la satisfacción en el ambiente pues todos reían entre algarabía y otros un poco subiditos de alcohol.

Y Taehyung consideró que ya era la hora de partir, pues en aquel momento ya se estaban rematando objetos más ostentosos, especies de regalías que se daban los alfas y que al menos a él, no le interesaban.

-¿No te quedarás? - le preguntó el alfa Min al verlo acomodar sus cosas y los papeles entregados por los demás lideres. Necesarios para la entrega de lo que había adquirido.

Y el peliplateado negó - Creo que ya se va haciendo tarde y éste tipo de ambientes...- Miró a su alrededor, refiriéndose a aquellos alfas que gritaban como locos y bastante ebrios algunos por la emoción- ... no me agradan mucho.

Y Min asintió, entendiendo y comprendiendo ya la personalidad del líder del clan Kima.

-A mi tampoco- añadió Jimin a su lado, quién miraba un poco avergonzado el comportamiento de los alfas a su lado - Ya vamonos Yoongi.

-¡¿Están listos alfas líderes para ver a nuestra última y más preciada mercancía?!- se escuchó provenir desde el escenario.

Y Yoongi asintió. Observando como Taehyung ya comenzaba a levantarse para salir de aquel sitio, mientras negaba con la cabeza.

Debía salir de aquel lugar. Salir de allí lo antes posible.

-¡Tenemos algo para ustedes que de seguro que no se esperan!- los gritos de los alfas no se hicieron esperar -¡Es un objeto precioso podría decirse milenario y único! ¡Una preciosa joya de veintiún años que ha bajado directamente desde las montañas, para venir directamente aquí para ustedes como ofrenda!-ya era suficiente pensó Taehyung, quién ya se estaba girando para salir de aquel salón - ¡Con ustedes el precioso omega de los cielos! ¡El último de los Jeonu!

Y aquello acalló todos loa vítores por un momento. Mas por la impresión que por mantener respeto por el omega que entraría al escenario. Pues al instante los gritos regresaron y el chico entraba a caminar lento al lugar.

Y Taehyung se giró, quedando perplejo y no pudiendo creer lo que veía.

-¿Qué no habían desaparecido? - dijo Hoseok a uno de los costados. Mientras el bullicio de las personas era ensordecedor y el animador debía levantar sus manos pidiendo calmarse a los asistentes.

-Él no es un Jeonu- dijo de pronto Taehyung, a la vez que el omega y alfa le observaron sin comprender por qué decía aquello.

-¿Cómo estás tan seguro Tae? - le preguntó Jimin casi de forma silenciosa.

Y Taehyung no dejaba de ver al chico sobre el escenario -Un Jeonu no luce así.

Claro que no.

Un Jeonu no usaba vestimenta tan aparatosa como la que aquel omega llevaba. Pues había el clan más antiguo de todos y el que mas conservaba costumbres ancestrales. Jamás hubiesen cubierto sus cuerpos, ya que prácticamente vivían desnudos en el sector de la montaña. Solo cubriendose en epoca de invierno y con piel de animal.

Por eso eran considerados incivilizados e incluso hasta animales por algunos de los clanes.

Y los más curioso, es que habían extrañamente desaparecido hace cerca de un año atrás. Como si se hubiesen desvanecido sobre la tierra.

-Su cabello, es corto - agregó Taehyung- Los Jeonu lo llevaban largo - y con finas trenzas de colores en uno de los lados. Su abuelo se lo había dicho. Que su cabello era tan importante como lo era el suyo color plata para un Kima.

¿Acaso eran flores lo que llevaba en la cabeza?

-Han de haberselo cortado - dijo Jimin, sonando demasiado triste por lo que veía.

-¡Partimos como quince cabezas de ganado! ¡Pues este omega es virgen y merece que ofrezcan mucho por él!- dijo el animador y aquello provocó que los alfas gritaran eufóricos alrededor.

-Oh no- Jimin habló cabizbajo y compadeciendose del chico.

-¡Dieciséis!

-¡Diecisiete!

-¡Dieciocho!

-¡Diecinueve!

-¡Veinte! -gritó el último de los alfas. Mientras Taehyung no podía despegar la vista del chico, quién a pesar de la gruesa ropa que llevaba, se notaba temblar bajo ella.

-Está asustado- dijo, sintiéndose el mismo asqueado por toda la situación.

-¡Nuestro hermoso omega también tiene un talento!- dijo el hombre en el escenario- ¡Vamos canta bonito cielo! ¡Muestra que pueden pagar mas por ti!

Y el chico tan sólo veía luces rodearle, percibiendose débil y hambriento. Y lo bastante aturdido por el ruido e intensos aromas de aquellos alfas.

Y el beta a sus espaldas le empujó, haciendo que casi cayera por la poca fuerza que tenía su cuerpo -Vamos canta maldita basura- le susurró sobre su oído y apretandole las costillas, mientras se alejaba de él sonriente y acercaba algo a su boca.

Y sólo hizo lo que se le pidió. Su voz sonando seca y casi apagada debido al miedo y el cansancio. No deseando pensar demasiado debido al estar cantando en aquel lugar, cuando para su clan era tan importante hacerlo en algún momento especial.

Su clan. Su gente. Su vida.

Y su voz se quebró, casi pidiendo llorar. Mas su orgullo no se lo permitiría.

-¡Aplausos!-dijo el beta, quitando aquel objeto de sus labios -¡Continuemos! ¡Veinte! ¡¿Alguien da más!

Y él creyó que de seguro vomitaría, pues aquella apretada vestimenta le apretaba el estómago y todo giraba a su alrededor. Escuchando como los mismos gritos se iban perdiendo y solo alcanzaba a oir un pitido en sus oidos.

Apreciando como incluso la imagen de aquel beta, perdía su voz.

-¡Cincuenta cabezas de ganado!- gritó un viejo alfa, quién parecía bastante tomado como para procesar lo que estaba ofreciendo. Mientras lanzaba besos en el aire hacia donde se encontraba el omega.

-Esto es repugnante -dijo Jimin, pareciendole horrible lo que presenciaba-Es que no tienen derecho, es solo un niño.

-Es un Jeonu Jimin - le respondió Yoongi - para muchos aquí no tiene derechos.

Y es que era de ese modo. Por mas estúpido que sonase.

-¿¡Nadie dará más de cincuenta!? ¡Entonces el omega Jeonu es...

-¡Cincuenta y uno!- gritó de repente Taehyung, dejando a sus compañeros sorprendidos por su oferta. Pero entendiendo de inmediato que el alfa se encontraba demasiado enojado, pues su aroma era amargo deseando intimidar a los demás alfas que le rodeaban.

-¡Pero que buena oferta lider Kima!-dijo el animador-¡Se ve que nuestro Jeonu es un atrayente tributo!

-¡Cincuenta y dos!- Sin embargo el otro alfa no se rendía, aunque pareciese ya iba a caer de su silla.

Y Jimin estaba seguro de nunca haber visto a Taehyung de ese modo.

-¡Cincuenta y tres!- insistió el lider Kima, deseando partirle la cara a ese alfa.

Detestaba los abusos y aquello le estaba haciendo arder la sangre. Su lobo pidiendo matar a ese alfa.

-¡Woooh! ¡Esto es sorprendente!- aplaudió el animador -¡Entonces el omega se va con el lider Ki...

-¡Cincuenta y cuatro! -replicó el viejo alfa, parandose en mesa y sosteniendo su cuerpo de ella.

Taehyung suspiró, porque nunca estuvo en sus planes gastar semejante cantidad de animales recién obtenidos en algo tan vanal como eso. Mas no podía dejar al chiquillo allí, cuando todos esos alfas tenían planes para él que no podía ni imaginar.

Por lo que decidido y esperando las reprimendas de su padre dijo -¡Cincuenta y cinco cabezas y cinco kilos de oro! - Sintiendo como todos allí se volteaban a mirarle, incluidos sus amigos.

Había cometido una locura.

Escuchando como el alfa con el cual disputaba al omega refunfuñaba y caía al fin de su asiento intentando sentarse.

-¡No creo haber escuchado alguna vez una oferta así! -dijo el beta. Y Taehyung estaba seguro que sus padres lo matarían -¡Enconces el omega Jeonu es para el alfa Kima, a no ser de que alguien quiera ofrecer algo más!-mas todos allí estaban seguros que nadie ofertaría algo más- ¡Demos un aplauso para el alfa lider del clan Kima, quien se lleva al hermoso Jeonu!

Y muchos allí hacían de todo menos apludir. Alfas con aromas demasiado molestos como para tener ganas de celebrar el triunfo del joven lider.

-Vaya - dijo Yoongi a su lado - Eso fue...asombroso.

Y Taehyung estuvo seguro de que podría largarse a llorar allí mismo, al pensar las dimensiones de lo que había hecho. Mientras veía como el beta en el escenario empujaba al chico para que bajase de allí, indicándole que se acercara a él.

Y el alfa le vió avanzar un poco atemorizado entre toda la multitud, quienes no dejaban de comentar acerca del omega.

-Iré por él- dijo de pronto Jimin, levantándose del asiento y tomando acción. Al ver que ninguno de los alfas reaccionaba para ayudar al chico. Y acercarlo donde se encontraban ellos, para que se sintiese seguro.

O al menos un poco.

-Él es Taehyung- le dijo Jimin con él ya frente a ellos -El lider del clan Kima.

Y Taehyung le vio alzar su mirada hacia él, quedandole bastante claro la razón por la que se decía que los Jeonu eran el clan más bello de todos.

Aquel omega era la cosa más hermosa que él alguna vez creyó haber visto.

-S-soy Tae...- ¿acaso estaba tartamudeando?-T-taehyung - dijo sin más, apreciando como el omega entrecerraba los ojos como si quisiese entender lo que había dicho. Y solo intrigado en el porqué el hombre frente a él, tenía los ojos pardos y el pelo tan claro como la luna.

No pudiendo reflexionar demasiado, cuando su cuerpo ya demasiado agotado y debilitado. Se dejó caer sobre los brazos de aquel alfa tan extraño y tan distinto a él.

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