໒✦❫⋮ Delta (parte dos)
Yoongi saludó a los empleados que se encontraba mientras caminaba por la empresa. La armonía en Wǒmen de wèilái había vuelto luego de su llegada, y se sentía en paz por eso. La capacitación había sido necesaria, y luego de dos semanas estaba dando sus frutos, teniendo a unos empleados muchos más hábiles dentro de sus puestos de trabajo. Jungkook también había sido trasladado a su área correspondiente, y se sentía satisfecho al saber que el Omega era muy habilidoso, llamando la atención de todos por lo inteligente que era.
Ya había tomado la decisión de contratarlo una vez se graduara, sabiendo que sería una herramienta útil dentro de la empresa.
Ruiji ya no era el jefe dentro de la empresa, pero de igual modo llegaban a sus oídos todo lo que sucedía dentro, por eso, cuando llegó a China, este le había comentado todo lo que había sucedido en su ausencia, llenando a Yoongi de ganas de volver a Corea para cometer homicidio en contra de Hoseok por destrozar lo que con mucho esfuerzo habían mantenido a raya el señor Wang y él.
Esa fue una de las razones por las cuales aceptó ser vicepresidente de Wǒmen de wèilái, y es que Ruiji tenía un poder de convencimiento envidiable, y una que otra súplica por "traerás la armonía a la empresa, ¡mi hijo es un bruto!" fue suficiente para hacerlo aceptar.
De igual forma, Yoongi no veía su vida fuera de Wǒmen de wèilái. Era su segunda casa, y los meses que estuvo lejos fueron algo insoportables luego de cierto tiempo.
Con respecto al lanzamiento del nuevo W Energy X Plus, ya cada uno de los puntos estaba finiquitado, puliendo los últimos detalles para presentar su nuevo teléfono en solo una semana. Incluso la idea de Jungkook fue tomada en cuenta, invitando no solo a un grupo sino que fueron varios artistas los que aceptaron la propuesta.
Todo iba viento en popa, y poco a poco la normalidad volvía a la vida de Yoongi.
Entró a su oficina, suspirando cansino cuando notó el enorme arreglo sobre su escritorio. Si bien pensó que la pareja se rendiría con él, estuvo muy equivocado. Al parecer sus palabras fueron tomadas como un grito de aliento: "¡Conquístenme!". Sin embargo, Yoongi podía decir con sinceridad que la forma de actuar de ellos era mucho más calmada.
Y lo agradecía.
Se acabó el Hoseok atrevido, y el Jimin coqueto. Ahora el Alfa respetaba su espacio, preguntando por su día y estando al pendiente de él, pero sin atosigarlo. El Omega por otro lado también se interesaba por su bienestar, encontrando envases de comida sobre su escritorio, con notas donde le decía que debía comer bien y que no dudara en pedir algo si le apetecía.
A Yoongi le causaba gracia, pensando que así debían actuar desde el primer momento si de verdad querían algo con él.
Se acercó hasta el enorme ramo de tulipanes blancos, crema y rojos, percibiendo el agradable olor que desprendían. Su lobo asomó un poco su cabeza, ronroneando en cuando el aroma de las flores llegó a él. El animal con cada detalle iba tomando algo de confianza, pero Yoongi sabía que estaba en estado de alerta de igual modo. Aún cuando podía sentirlo agitar su cola por el presente.
—Son bonitas... —murmuró. Jamás había recibido flores, y aunque era algo extraño, no se sentía mal. Era lindo—. También te gustan, ¿no?
El lobo vaciló un poco. Sí...
—Sí, son bonitas —un par de toques en la puerta lo hicieron girar la mirada hasta la puerta—. Adelante.
Una cabeza de asomó, y pronto Hoseok estaba entrando a la oficina, con ambas manos tras su espalda y mirando a Yoongi con interés. Su lobo tembló un poco, pero no se ocultó aquella vez, decidiendo prestar atención al Alfa.
—¿Cómo has estado, Yoongi?
—Bien, justo vengo de dar una vuelta para verificar que todo esté en orden.
Hoseok sonrió. —WDW no pudo tener un mejor vicepresidente que tú. Gracias por aceptar el puesto, todo ha mejorado gracias a tí. Siempre has sido una pieza indispensable en la empresa.
La manera tan torpe en la que el corazón de Yoongi se aceleró por esas palabras fue algo que realmente no quiso, pero sucedió. Era un halago tan natural, sin ninguna otra finalidad que el ser sincero que le gustó.
—Gracias —apretó los labios—. También eres un buen jefe, pero te falta paciencia.
El Alfa mayor rió, y asintió dándole la razón.
—Es bueno saberlo —se encogió de hombros—. ¿Entonces todo listo para el lanzamiento?
Yoongi asintió. —En perfecto orden. Aunque aún sigue sin parecerme la fecha de lanzamiento. Es miércoles, ¿no podríamos rodarla al viernes?
—Podríamos, sí, pero el W Energy X Plus es el primer producto que se vendería desde mi llegada, así que es importante para mí.
—¿Y qué tiene el dieciocho de febrero de especial? —cuestionó sin entender.
—Ese día es mi cumpleaños.
Yoongi abrió los ojos levemente por la información. Miró a Hoseok, esperando que dijese que era mentira pero este no tenía intensiones de negar nada. —Vaya, no lo sabía.
—Es que no sabes nada de nosotros, Yoongi, y nosotros sabemos mucho de tí —hizo una pausa, pensando en sus palabras antes de seguir—. Ya sea de una u otra forma, siempre aprendía algo de tí, y al conocer a Jimin le comenté de todo lo que sabía... pero jamás fue porque me lo dijiste tú. En cambio tú ahora sabes algo de mí porque yo lo he dicho, y creo que debimos empezar de esa forma contigo, conociéndonos.
—Sí, creo que hubiese salido mejor el conocernos antes de lanzarse sobre mí —se rascó la nuca con algo de timidez—. A penas los conocía, y ustedes solo...
—Los tulipanes blancos —habló Hoseok, y Yoongi lo miró confundido—, tienen varios significados, y entre ellos está el perdón. Los crema significan compromiso, y los rojos el amor más puro y sincero. Nosotros... escogimos ese ramo especialmente para tí. Siempre ha sido así, siempre hemos pensado en tí. Nos hemos equivocado, porque por primera vez en mucho tiempo hemos pensando solo en nosotros, y lo sentimos por eso, Yoongi.
El Alfa menor se quedó en silencio, mirando detenidamente el ramo al frente de él. Su corazón latía acelerado, y su lobo de a poco volvía a tomar confianza en sí mismo, pero aún se sentía inseguro, él más que nada. Porque su Alfa podía amarlos, justo como lo hacía, aquel animalito estaba enamorado de la pareja, de lo que era Jimin, lo que era Hoseok, y de lo que eran juntos... pero Yoongi no estaba seguro de estar enamorado él, o si lo estaba, no lo sabía con certeza.
—No tienes que decir nada en realidad —las palabras de Hoseok llamaron su atención, mirando al contrario quien tenía una sonrisa comprensiva en su rostro—. Cuando tengas una respuesta, nosotros la escucharemos y entenderemos. Vine por eso, y porque Jimin te ha mandado a preguntar si deseas comer algo en especial el día de hoy.
Yoongi negó. —No es necesario que siga cocinando para mí.
—Sabes que lo seguirá haciendo —Hoseok rió—. Es algo terco, no aceptará un no por respuesta.
—No quiero ser molestia —hizo una mueca.
—Jamás lo serías.
Yoongi mordió su labio, desviando la mirada en cuanto los ojos de Hoseok se volvieron un poco intensos al momento de decir aquella frase. La sinceridad con la que había soltado tales palabras era algo sobrecogedora, y no había estado preparado para ello. —Me gusta la pizza... —soltó sin más, negándose a mirar a Hoseok.
—Se lo diré, aunque siendo honesto ya lo sabía.
Lo miró confundido. —¿Y por qué no la había hecho antes?
—Porque estaba esperando que tú la pidieras —confesó y le regaló una última sonrisa—. No te molesto más. Ten un buen día, Yoongi.
🖤
Las luces del lugar eran llamativas, y la música que sonaba estaba en un volumen exacto para poder hablar sin la necesidad de estar gritando. El evento para el W Energy X Plus estaba siendo todo un éxito, y en redes sociales era el tema más comentado, tanto por lo interesante del producto como del evento como tal. La aparición de artistas fue un plus de popularidad, y el live en Instagram en donde se encargaron de transmitir el pequeño concierto tenía millones de espectadores.
Hoseok lucía impresionante, luciendo un traje negro en su totalidad de una marca que Yoongi desconocía, y ya había dado su discurso de apertura y cierre, ganando el corazón de todos por lo certeras que fueron sus palabras. También lo imponente que lucía, el sucesor de Ruiji Wang había dado una excelente imagen, ganándose el respeto los presentes.
Todo estaba siendo un éxito a gran escala, y Yoongi se sentía satisfecho por ello, incluso había hablado con Ruiji hace poco, sonriendo en grande al saber que el mayor estaba muy feliz por todo.
Justo en aquel momento estaban en el after party, en donde solo personas con invitación podían estar. Socios, celebridades, y los mismos empleados, era un ambiente bastante ameno y elegante. Desde su lugar, podía mirar a Hoseok conversar con empresarios, y no tuvo necesidad de estar cerca para saber que estaba haciendo negocios en aquel momento.
Ya quería irse, es decir, Yoongi no era de conglomerados de personas, y aunque antes no tardaba mucho en marcharse, con el puesto que tenía en aquel momento de vicepresidente debía permanecer hasta que la mitad de los invitados se retiraran. Primera desventaja.
—Yoongi hyung —llamó cierto Omega, y Yoongi se giró a verlo, sonriendo amablemente hacia él—. ¿Se siente bien? Está solo aquí.
—Lo estoy, Jungkook. Solo que no me gustan estas reuniones, ¿y tú, la estás pasando bien?
El chico asintió. —Jamás había estado en una fiesta así. Me gusta, mucho.
La emoción en la mirada de Jungkook fue algo que Yoongi encontró adorable, y es que el menor era bastante lindo con su manera de ser. Era un Omega peculiar, bastante alto para su casta, incluso más alto que él, pero su actuar era lo que gritaba por todos lados "Omega". Llevaba puesto un suéter de lana color beige, juntos a unos pantalones marrones y zapatos negros. No era elegante, pero aún así lucía muy acorde al evento. Él, en cambio, vestía un traje color vino que contrastaba con su pálida piel y su pelo rojizo.
—¿Y ya hablaste con algún famoso?
Las mejillas de Jungkook se calentaron. —Solo con RM. Me gusta mucho el último álbum que sacó, así que lo felicité personalmente.
—Sí, también lo escuché —asintió, y ladeó un poco la cabeza en cuanto se percató que la mirada de Jungkook solo iba en una dirección, o mejor dicho, a un cantante—. ¿Y qué hay de Taehyung?
—¡Oh, no! —el rojo se volvió mucho más fuerte en el rostro del menor—. No podría acercarme sin hacer el ridículo.
—¿Te gusta mucho? ¿eres su fan? —sonrió en cuanto Jungkook asintió vacilante—. Deberías acercarte, parece ser un Alfa bastante agradable. Además, ¿cuándo tendrás la oportunidad de hablarle de nuevo? Tienes que aprovechar.
Jungkook negó de inmediato. —No quiero molestarlo. Es mejor mirarlo de lejos. Posiblemente me emocione demás y eso sería terrible. ¿¡Y si se me sale que tengo una figura de cartón tamaño real de él!? ¡Sería suicidio!
Yoongi no pudo evitar reír alto por las palabras de Jungkook, notando el aroma a coco salir nervioso.
—¿Interrumpo? —la presencia de Jimin en el lugar alteró más lo nervios de Jungkook, y Yoongi, quien solo sonreía, apoyó su mano en el hombro del Omega menor.
—Hola, Jimin —saludó Yoongi cordial. El Omega lucía precioso vestido de blanco, casi como un ángel, y se encontró a sí mismo admirándolo—. ¿La estás pasando bien?
El Omega sonrió. —Sí, aunque un poco aburrido. Hoseok está ocupado y no me interesa mucho sus pláticas. ¿Puedo quedarme con ustedes?
—No hay problema. Jungkook, él es Jimin, la pareja de Hoseok —presentó—. Jungkook es el nuevo pasante.
—Encantado de conocerte, Jungkook —Jimin hizo una corta reverencia que fue correspondida.
—Disculpe, ¿no es usted modelo? —Jimin asintió—. Ah, con razón su rostro se me hacía conocido. Es un placer conocerlo.
—Oh, mira, Taehyung está solo —observó Yoongi, y Jungkook se encogió en su lugar—. Acércate a él.
—No, no, no —negó una vez tras otra—. De seguro solo lo molestaré, y siempre está rodeado de Omegas bonitos, ¡hace poco estaba con Jin! No, no iré.
Jimin miró la situación con curiosidad, no entendiendo mucho. Yoongi frunció el ceño. —Tú eres un Omega muy lindo, Jungkook.
—Pero no tanto como la mayoría —hizo una mueca—, y mi estatura, diosa Luna, soy más alto que la mayoría de Alfas, siempre los termino ahuyentando.
—Hey, no digas eso —Yoongi detuvo su palabrerío—. Yo pienso que eres lindo, así tal cual eres. Eres inteligente, agradable y muy dulce, además que tu aroma es bueno. Soy Alfa, y pienso eso, y así como yo otros lo pensarán. No pierdas está oportunidad y acércate a él, dile que es tu artista favorito y luego te regresas.
—Jungkook —llamó Jimin—, muchos modelos desean tu estatura, no deberías acomplejarte por ella. Eres hermoso, lo digo sinceramente.
El Omega menor los miró a ambos, e hizo una reverencia de noventa grados para ambos. —Muchas gracias.
—No las des —Yoongi sonrió levantándolo—. Ahora ve con ese cantante y después nos cuentas cómo te fue.
Jungkook asintió y les agradeció una última vez antes de encaminarse en dirección a Taehyung, quien se dedicaba solo a mirar el lugar y beber de su copa. Yoongi y Jimin miraron atentos al Omega, quien una vez llegó con el Alfa, hizo una reverencia y comenzó a hablar. Para el alivio de ambos, el Alfa no parecía molesto con su llegada, y de igual modo comenzó a hablar con total naturalidad.
—¿Es tarde para decir que yo conozco a Taehyung? —dijo Jimin y Yoongi lo miró—. Es un amigo, y Jungkook es algo así como su gusto en Omegas.
—Vaya... —volvió a mirar a Jungkook, encontrando a ambos reír y conversar—. Es bueno saberlo, Jungkook es un buen chico.
—Parece serlo —asintió y miró a Yoongi—. ¿Cómo has estado?
—Estoy bien. Gracias por la comida.
—¿Te ha gustado?
—Cocinas increíble, Jimin.
El Omega sonrió, bajando la mirada. —Me alegro por eso, Yoongi. He estado ocupado con una próxima pasarela y por eso no he estado tanto en la empresa, así que te envío comida para que sepas que no me he olvidado de tí, y siempre estoy al pendiente.
El corazón de Yoongi se apretó, y su lobo no hizo más que levantarse protector. El Omega lucía arrepentido, como si el no poder ver constantemente a Yoongi fuese un descuido inmenso de su parte.
—Jimin, no es necesario que hagas eso. No tienes esa obligación —habló comprensivo, y Jimin lo miró angustiado—. Me alegra que estés ocupado en una nueva pasarela, deberías enfocarte en ella para que des lo mejor de tí mismo.
—Lo intento, pero no puedo sacarte de mi mente. Al enviarte el almuerzo me siento más tranquilo, sé que una partecita mía está contigo —suspiró—. Cada alimento que comes lo hago con muchísimo amor, y no me presenta problema alguno seguir haciéndolo.
Volvió a bajara cabeza. »Sonará fuera de lugar, y discúlpame si te hago sentir mal, pero yo y mi Omega te vemos como nuestro Alfa, así que queremos darte nuestra atención siempre, y que así como nosotros te tenemos en nuestra mente, tú nos tengas de igual modo.
Omega lindo.
Lo miró unos instantes antes de suspirar, «Lo es».
—Gracias, Jimin —soltó, levantando el rostro del Omega tomando su barbilla—, y gracias a tí, Omega.
Los ojos de Jimin brillaron, y Yoongi pudo notar unos leves destellos de color lila, denotando la presencia del lobo del menor. La imagen era preciosa, y ahí se encontraba Yoongi, adorando aquel rostro que se suponía era ajeno, pero tan propio como ninguno. Nuevamente se preguntaba qué sentía él, si los amaba a ambos o solo era por las sensaciones de su lobo que influían en su actuar.
Era extraño, confuso, pero no se sentía mal, y le aterraba la idea de volver a caer en lo de antes.
Alejó su mano del rostro de Jimin, y dio un paso hacia atrás. Jimin lo miró confundido por su actuar, pero Yoongi desvió la mirada. —Fue imprudente lo que hice.
—N-no, Yoongi, yo-
—Su Alfa es Hoseok, y otro Alfa no debería de tocarlo como lo hice, mucho menos en público. Lo lamento.
Jimin lo miró, bajando la cabeza derrotado. Sentía que se había acercado, pero el Alfa se alejaba a pasos agigantados de él. Lo entendía, podía ver en su mirada que estaba aterrado aún, y era culpa de ambos, de Hoseok y de él, por no actuar como debían, por no tomarse el tiempo de conquistar a Yoongi. ¿De que valía tener el amor del lobo cuando el humano no estaba seguro? Quería que ambas partes, la animal y la persona, estuviesen de acuerdo en estar con ellos. Que Jimin se enamorara de ambos y que en su mirada denotara eso.
Levantó la mirada, notando que habían personas que los miraban con curiosidad. Sabía que era por lo ocurrido hace poco, pero eso no le importaba realmente. Yoongi era su Alfa también, y podía tomarlo porque él era suyo.
—Hoy es el cumpleaños de Hoseokie —comentó.
—Lo sé —en su bolsillo pesaba una pequeña caja de regalos la cual no había encontrado momento exacto para entregar.
—Ven a cenar con nosotros esta noche —Yoongi lo miró dudoso—. A Hoseok no le gustan las fiestas, prefiere pasar su cumpleaños con pocas personas. Este año íbamos a ser solo los dos como siempre, pero me gustaría que estuvieses ahí. Él quería invitarte, pero no quería molestarte así que no te comentó nada. Acepta, por favor.
—Jimin, no creo que sea lo correcto...
—Solo... solo cenaremos, y comeremos pastel —el desespero en las palabras de Jimin fueron como dagas al corazón de Yoongi—. No debería decirte esto, pero tu indiferencia hacia Hoseok no hace más que lastimarlo, sin embargo, no se rinde, y a día de hoy está arrepentido por todo lo que te ocasionamos. Él lo nota, conmigo eres diferente, siempre le digo que es solo porque soy Omega, pero no lo cree. Solo se deprime y dice estar bien para luego encerrarse.
»No tengo cara para pedirte esto, ni siquiera tengo moral para hacerlo, pero por favor, Yoongi, solo te pedimos esta última oportunidad para demostrarte que realmente te queremos. Amo a Hoseok, y te amo a tí, y por eso es que no quiero verlos sufrir. Soy capaz de aceptar que te vayas de nuestro lado para acabar con el sufrimiento de a-ambos —sus palabras se entrecortaron, y sus ojos se llenaron de gruesas lágrimas—. N-no hay día en que no me sienta culpable, y es que fui yo quien le dio la idea a Hoseok de luchar por tí. Fui yo quien lo ilusionó, f-fui yo quien desde el primer momento pensó en mí solamente... Hoseokie estaba bien con solo mirarte de lejos, pero le metí en la cabeza que podíamos tenerte, a-ahora me arrepiento, porque a las personas que más amo las he hecho sufrir con mi egoísmo. L-lo siento tanto, Alfa, la diosa Luna que me perdone por ser un Omega tan desagradable para ustedes. Sin embargo me aman, Hoseok y tu lobo, y yo solo puedo pensar que no los merezco...
Yoongi tomó a Jimin en un apretado abrazo, dejando salir su aroma para poder calmar al desconsolado Omega que no hacía más que llorar, aferrándose a él con desespero. Su lobo gruñó molesto, disgustado por el hecho de ver a Jimin en ese estado, volviéndose loco por no saber cómo solucionar lo que ocurría. Quería salir, pero Yoongi lo estaba reteniendo, sabiendo que no era ni el lugar ni el momento adecuado. Ignorando las miradas curiosas sobre ellos, caminó como pudo con el Omega en brazos, saliendo del salón y yéndose lo más lejos posible.
No estaban en la empresa, por lo que su única opción fue llegar hasta el estacionamiento en busca de su auto, para quitar el quitar el seguro y adentrarse en el vehículo y tener a Jimin sobre sus piernas, abrazándolo con seguridad, no queriendo soltarlo en ningún momento. Los sollozos del Omega aún salían débiles, pero seguían ahí, y Yoongi no lo iba a soltar hasta saber que estaba completamente bien.
Su celular comenzó a sonar y lo tomó con rapidez, contestando en cuanto miró que era Hoseok quien llamaba. —Hos-
—¿En dónde están? —interrumpió sus palabras.
—En mi auto —miró a Jimin—. Ven, te necesitamos...
Un gruñido fuerte y claro se escuchó a través de la línea, erizando la piel de Yoongi cuando lo oyó. —Voy para allá ahora mismo.
La llamada fue cortada, y de pronto Yoongi se sintió ansioso. Le parecía curioso su sentir con ambos, y es que con Jimin su lado protector salía a flote, queriendo que el Omega estuviese bien, justo como en aquel momento en el cual no quería soltarlo. Muy diferente con Hoseok, con el cual si bien se sentía intimidado, su lobo solo se sometía a él, demostrando que le confiaba su vida, sabiendo que el Alfa jamás lo pondría en peligro. Solo quería saber qué era lo que realmente sentía. Quería las respuestas a sus dudas. Su lobo los aceptaba, ¿pero él?
La puerta fue abierta, asustando a los que se encontraban dentro del auto, y pronto Hoseok se había adentrado al vehículo, abrazándose a ambos con protección, envolviéndolos en su fuerte aroma a canela. Yoongi quería decirle que no era necesario que lo tomara a él, pero fue incapaz de soltar palabra alguna, disfrutando del calor que desprendía el mayor. La sensación de seguridad, de protección y de pertenencia que lo albergó fue indescriptible, porque jamás en su vida se había sentido de tal forma más allá de sus padres, pero ellos eran su hogar, ¿por qué sentirse así con la pareja? El aroma de los tres no hacía más que mezclarse y concentrarse, creando un ambiente tan íntimo como un nido.
—Ya estoy aquí... —murmuró Hoseok—. Nada malo les pasará. Yo los cuido, y los protegeré siempre.
Alfa. El lobo de Yoongi solo mostraba su cuello en total sumisión. Alfa y Omega, están aquí. No me dejarán solo, no me abandonarán. Se equivocaron, pero me quieren, están arrepentidos. Yoongi, realmente nos quieren a tí y a mí.
Los ojos de Yoongi se aguaron, y mordió su labio con fuerza. «¿Cómo estás tan seguro? No te quiero ver sufrir más, porque si tú estás mal... yo también lo estaré».
Alfa está aquí por los dos, no solo por Omega. Tú dijiste que lo necesitábamos, y aquí está. Yoongi, también los quieres, deja de tener miedo. Ellos no nos harán daño.
«No sabes nada» se negó.
El tiempo alejado nos afectó a ambos, lo sabes bien. Tu corazón es sincero, y sabes que significa el latir apresurado cuando se trata de ellos, pero estás cerrado a la oportunidad por miedo a ser herido. No será así nuevamente. La verdad está ante tus ojos pero te niegas a verla.
—Lo lamento —el murmullo de Jimin resonó por el lugar—. No debí ponerme así, he arruinado la noche.
—Amor, no digas eso —Hoseok junto sus frentes—. No arruinaste nada. El cómo te sientes es más importante. Me preocupé al no encontrarlos. Aunque estaba lejos, estaba al pendiente de ustedes, por eso llamé en cuanto no los vi. Tienen que saber, ambos, que siempre me preocuparé por cada uno, y ni todos los negocios del mundo serán más importantes que ustedes dos. Son mi vida, y me encargaré de que estén bien cueste lo que cueste.
Yoongi miró a Hoseok, sus palabras calando profundo en su ser. A pesar de todo seguía siendo importante para el Alfa.
—Gracias... —susurró, y Hoseok se giró a verlo, regalándole una sonrisa simple.
—No las des, porque lo hago de corazón. Te cuidaré siempre, Yoongi, aún cuando nuestros caminos se separen. Siempre serás importante para mí.
Se miraron unos simples segundos antes de que Yoongi acercara su rostro al contrario para unir sus labios en un casto beso. Su corazón latió desbocado, muy diferente a la primera vez que Hoseok lo besó, en donde no había sentido ni la mitad de lo que estaba sintiendo en aquel momento. Sus labios temblaban, por las emociones que lo estaban recorriendo, y se alejó unos segundos después, mirando a Yoongi con temor de haber hecho mal. Bajó la mirada, con su respiración entrecortada por los nervios. Sintió una mano tomar su rostro y se encontró con Jimin, quien no tardó mucho en besarlo justo como él lo había hecho con Hoseok momentos atrás, alborotando nuevamente su corazón. La sensación era similar, ambos causaban en él las mismas emociones, y su lobo no podía sentirse más pleno con la situación.
La verdad estaba ahí, aterradora, desconocida, pero Yoongi poco a poco la estaba revelando.
Cuando Jimin se alejó de él, tragó saliva sin saber que hacer, más cuando miró a Hoseok nuevamente, notando el azul eléctrico en sus ojos, se sintió atraído como Ícaro al sol. Sintió también como su lobo se hizo presente poco a poco, y no necesitó verse para saber que sus ojos tenían leves motas de un verde bastante intenso.
—Yoongi, dime si estás seguro de esto, porque después no podré controlarme.
Jimin ladeó su cuello, soltando un bajo jadeo en cuanto escuchó a Hoseok hablar con voz de mando. Sus ojos también denotaban su casta, el lila siento tan brillante y hermoso en Jimin. Su lobo gruñó bajito, pero se sometió ante Hoseok, y con los nervios a flor de piel simplemente asintió. —Usted jamás me dañará... yo confío.
Aquella respuesta fue más que suficiente para Hoseok, quien soltando un gruñido fuerte y pesado, dejó otro beso sobre los labios de Yoongi para luego salir de la parte trasera del auto y subir a la delantera, exactamente en el puesto de piloto. Presionó el botón de encendido del vehículo, y no tardó mucho en salir del estacionamiento para emprender camino hasta lo que parecía ser su casa. Jimin, aún sobre sus piernas, comenzó a dejar besos por la extensión de su cuello, y Yoongi solo pudo apretar sus caderas con posesión, atreviéndose a meter una de sus manos por dentro de la camisa de vestir del Omega para sentir lo terso de su piel.
Bajó sus labios hasta el cuello del menor, comenzando a besarlo con gusto, disfrutando de la respiración entrecortada de Jimin bajo de él. No sabía si lo que hacía estaba bien, pero mierda, se sentía exquisito el tocar y besar a Jimin a su antojo como si fuera de él.
Es nuestro.
Mordió débilmente el cuello cuando su lobo soltó aquella frase, y el gemido que salió de los labios de Jimin fue música para sus oídos, encargándose de seguir besando, lamer y morder aquella zona tan sensible del Omega. Lo sintió removerse en su regazo, y sostuvo sus caderas para evitar el movimiento, mordiendo un poco más fuerte a modo de castigo.
—¡A-Alfa! —gimió Jimin, mirando a Yoongi con debilidad—. Lo amo tanto, Alfa...
Yoongi lo miró, relamiendo sus labios, embelesado por la preciosa vista de Jimin, con sus ojos lilas brillantes, y sus mejillas sonrojadas. El aroma a manzanas era dulce y tentador, y Yoongi se encontró a sí mismo tomando bocanadas de él como si fuese el oxígeno para vivir.
—Yo también te amo, Omega —respondió su lobo por él.
Jimin sonrió, acariciando la mejilla de Yoongi. —Pronto me amarás tú también, Yoongi.
El no sentirse presionado fue algo que Yoongi agradeció, y dejó un beso en la frente de Jimin, permaneciendo unos instantes así, abrazado al Omega.
El auto se detuvo, y se dieron cuenta que ya habían llegado a la casa de la pareja. La puerta fue abierta, y Hoseok estiró su mano hasta Jimin, ayudándolo a salir. Yoongi estaba saliendo, cuando la mano del Alfa se estiró para él. Vacilante, la tomó, saliendo del auto también. Hoseok afirmó el agarre, y lo llevó con él, entrelazando sus dedos de una forma más íntima. Jimin colocó la contraseña de la puerta y pronto ambos estuvieron dentro del hogar.
Seguía igual que la última vez que vino, tan cálido y agradable como siempre. Sintió un apretón en su mano derecha, y se giró a mirar a Hoseok. El Alfa acarició el dorso de su mano con suavidad, teniendo una expresión apacible en su rostro.
—¿Estás seguro de esto, precioso? No quiero obligarte a nada.
Precioso, ¿hace cuánto no lo llamaba así?
Lo miró, y luego miró a Jimin. Sentía miedo, no lo iba a negar, el futuro era incierto, y le aterraba lo que podría pasar con él. Sin embargo, quería hacerlo. Porque sabía que Hoseok siempre estaría con él, protegiéndolo y velando por él. Lo quería todo, porque también era el Alfa de Jimin.
Porque su lobo los amaba, y él pronto lo haría.
—Lo estoy.
Jimin fue el primero en acercarse, apegándose al cuerpo de Yoongi para unir sus bocas en un beso profundo, moviendo sus labios y paseando su lengua con experiencia. Yoongi jamás había estado con nadie, y sus primeros besos se los estaba llevando la pareja con facilidad. Sintió una presencia a sus espaldas, y pronto tenía a Hoseok besando su cuello, sujetando sus caderas posesivamente. Gimió entre el beso, separándose de Jimin para apoyar su cabeza en el hombro de Hoseok. El Omega aprovechó aquella posición para también besar el cuello de Yoongi, llevando sus manos hasta la camisa vinotinto e ir desprendiendo botón por botón, dejando, dejando al descubierto su pecho, el cual Hoseok comenzó a tocar, paseando sus manos por sus costados, sin dejar de besar su cuello.
Yoongi era un desastre de gemidos, y es que tanto Hoseok como Jimin se dedicaban a besarlo y tocarlo, desequilibrando sus sentidos al punto en que no sabía qué hacer. Se sentía inútil, pero solo podía jadear, disfrutando de la sensación de ser atendido por la pareja. Jimin bajó sus besos por sus clavículas hasta su pecho, dedicándole una mirada traviesa antes de tomar uno de sus pezones entre sus labios para chuparlo y apretarlo.
—¡N-no! —jadeó, pero Jimin no hizo caso, apretando el otro pezón con sus manos—. ¡Ah!
Hoseok tomó su barbilla para ladear su rostro y estampar sus labios juntos en un beso fuerte y dominante, con Yoongi deshaciéndose en el. Tenía suerte de que Hoseok sujetara bien sus caderas porque sentía que en cualquier momento caería.
—Dime, precioso —habló Hoseok a milímetro de sus labios. Jimin había dejado de lado sus pezones para abrazarse a él, dejando cortos besos sobre su mandíbula—. ¿Te sientes bien? ¿no quieres escapar?
—N-no... —negó, rozando sin querer sus labios con los de Hoseok al hablar—. Yo... nunca he estado con alguien más. Lo siento...
La mirada de Hoseok se oscureció. —¿Nadie más? Un beso, una caricia...
—Nada —confesó avergonzado.
—Mi amor... —sonrió besando sus labios, para luego besar los de Jimin—. Yo solo he estado con Jimin, así como él solo ha estado conmigo. Ahora estaremos contigo. Básicamente seremos las únicas personas en nuestras vidas. Creo que toda mi vida se basó en esperarlos a ustedes...
Dejó otro beso sobre sus labios antes de separarse, tirando de la mano de Yoongi y tomando la mano de Jimin para guiarlos a ambos hasta la habitación principal. Una vez dentro, Hoseok se acercó hasta Jimin para comenzar a despojarlo de sus prendas, besando cada porción de piel que le apetecía, y adorándolo como siempre lo hacía cada vez que le hacía el amor. Yoongi miró la escena al frente de él, sumamente tentado por todo lo que la pareja hacía, así que, guiado por sus instintos, comenzó él mismo a quitarle la ropa a Hoseok, descubriendo aquella piel acaramelada del Alfa que olía a la canela más pura. Se sentía caliente bajo su tacto, y se encontró a sí mismo deleitándose por el sabor bajo su boca.
—Diosa... —jadeó Hoseok cuando Jimin se dedicó a besar su pecho, teniendo a ambos menores dedicados a él—. Soy tan jodidamente afortunado.
Jimin rió, separándose del Alfa para terminar de quitarse sus prendas, quedando completamente desnudo, enseñando aquel cuerpo lleno de curvas, con una piel nívea sin ninguna imperfección. Paseó su lengua por su labio superior, y sonrió coqueto al ver que tenía la mirada hambrienta de ambos Alfas sobre él. Se giró en su sitio, regalándoles la magnífica vista de aquellos glúteos rellenos y respingones que, si con ropa encima lucían divinos, al aire libre eran una total obra de arte. Jimin era la personificación de la belleza, la sensualidad, lo más etéreo que existía en una sola persona.
—Alfa Yoongi —llamó una vez llegó a la cama, sentándose en la orilla—. Venga, por favor.
Atraído por su persona, Yoongi caminó hasta Jimin cuando escuchó su llamado. Hoseok, por otro lado, se había subido a la cama para posicionarse detrás del Omega, pasando su fuerte brazo por alrededor de su cintura al tiempo en que enterraba su cabeza en su cuello, dedicándose a oler la esencia tan exquisita del menor. Jimin sonrió, quizás por las cosquillas de la respiración en aquella zona, pero no alejó al Alfa, echándose un poco pasa atrás, apoyándose en su fuerte pecho.
Una vez Yoongi estuvo al frente, Jimin tiró de su camisa, obligándolo a quitársela junto al saco que también traía, deleitándose con el cuerpo del Alfa que se presentaba ante él. A comparación de Hoseok, el cuerpo de Yoongi era mucho menos musculoso, y era delgado en cada lugar que veía, sin embargo, sus brazos y abdomen estaban casi esculpidos con recelo, y Jimin sentía que se volvería loco con la visión de aquella definida V al inicio de sus pantalones. Era un cuerpo precioso en todos los aspectos, y el Omega solo aullaba feliz de tenerlo con él. La respiración en su cuello se entrecortó, y sintió a través de su lazo cuán embelesado estaba Hoseok tras él.
Yoongi era sublime, un arte que ellos apreciaban con placer.
Paseó sus manos por su abdomen, sintiendo cada línea, forma, relieve y textura con adoración. Se detuvo en la hebilla de la correa, sacándola con suavidad. El estómago de Yoongi se movía en cortas respiraciones, y Jimin se acercó a dejar un beso al lado de su ombligo para calmar sus nervios. Terminó de sacar la correa, y no tardó mucho en desprender el botón de su pantalón, bajándolo en conjunto con su ropa interior. Su boca se hizo agua en cuando frente a él se irguió tenso e hinchado el pene de Yoongi, con un tamaño que lo hizo lubricar un poco más de lo que ya lo hacía. La polla del Alfa era un poco menos gruesa que la de Hoseok, pero sí más larga, y el chino no tenía una longitud corta precisamente.
Jimin era tan afortunado.
La tomó con su mano derecha, escuchando a Yoongi jadear. Acercó su rostro a ella, acariciándola con su mejilla, y subiendo su mirada para conectarla con Yoongi, encantado de esas mejillas rojizas, además del verdor en sus ojos, sinónimo del Alfa. Sonrió.
—Alfa, espero hacerlo bien para usted.
Y Yoongi no tuvo tiempo de responder cuando ya Jimin había tragado su polla, teniendo que acariciar lo restante con su mano al no poder con toda. Gimió alto, echando su cabeza para atrás, y colocando su mano derecha sobre la cabeza del azabache. Jamás en su vida había sentido algo como lo que estaba sintiendo en aquel momento. Eso era mucho mejor que un trabajo manual, la manera en la que las mejillas de Jimin se ahuecaban y su lengua lo recorría cual dulce era un sensación indescriptible. Volvió su cabeza, mirando al Omega, apretando sus cabellos entre sus dedos y comenzando a guiar el movimiento de su cabeza a su ritmo. Gimió y jadeó, desviando su mirada hasta Hoseok, relamiendo sus labios al encontrarlo con la mirada fija en ellos, masturbándose por la escena que tenían. Bajó su mirada, detallando la erección del contrario, y se sintió completamente tentado.
Volvió su mirada a sus ojos, el azul eléctrico y el verde neón haciendo contacto, incapaz de alejarse ni un segundo. Sintió el común cosquilleo en su vientre, y tiró de las hembras de Jimin para alejarlo, no queriendo acabar ahí. Aún con sus cabellos apresados entre sus dedos, lo hizo subir la cabeza y bajó él para besar aquellos labios hinchados y rojizos por el trabajo, importándole muy poco dónde estaban antes. Mordió y chupó los labios de Jimin a su antojo, sintiendo al Omega deshacerse debajo de él, soltando pequeños gimoteos. Se separó poco después, dejando una lamida para limpiar el exceso de saliva que dejó el beso, Jimin mirándolo adormecido, con sus ojos lilas brillantes, hermosos.
—¿Lo hice bien, Alfa? —preguntó jadeante, con su voz algo ronca por el maltrato a su garganta.
—Claro que sí, Omega —halagó.
Hoseok se levantó de la cama, quitándose sus pantalones para estar igualmente desnudo que los otros dos. Tomó a Jimin por debajo de sus brazos y lo haló hasta dejarlo más arriba en la cama, acostándolo en el proceso. Yoongi miraba todo sin entender, sintiendo a Hoseok posicionarse detrás de él, dejando un corto beso en su hombro.
—Sube tus rodillas y abre las piernas —ordenó a Jimin, quien hizo caso al instante, dejando ver su entrada, rosada y brillosa por el lubricante. Yoongi tragó saliva, con su pene dando una sacudida por la imagen—. ¿Ves cómo está? Lubrica por ambos. No necesita incluso que lo prepares porque se dilata para tí o para mí... incluso para nosotros juntos, aunque eso lo intentaremos otro día.
La idea de follarse a Jimin en conjunto de Hoseok se cruzó rápidamente por su cabeza, y supo que por la del Omega también al escucharlo jadear y mirar como salía mucho más lubricante de él.
—Pero tú no lubricas, precioso, ni mucho menos te dilatas solo —siguió Hoseok, dejando una mano sobre la espalda baja del Alfa, mirando aquellas nalgas pequeñas pero levantadas, perfectas para él—, así que debo prepararte, ¿eres consciente de eso? Se sentirá incomodó al principio, incluso dolerá por un rato hasta que puedas sentir placer. Aún estás a tiempo de rechazar todo esto, Yoongi.
El miedo ante lo desconocido se hizo presente en Yoongi, pero aún así no dudó en girar su cabeza para tomar de la mejilla a Hoseok y besarlo lento, profundo, casi castigador. Se separó y lo miró a los ojos, sonriendo de lado. —Sé gentil.
Yoongi gruñó y volvió a besar a Hoseok, ahora fuerte y posesivo, sometiendo al contrario con sus labios. Dejó un corto beso al final, e hizo que Yoongi se acostara sobre sus brazos y rodillas sobre la cama. Jimin había tomado la cabeza de Yoongi y lo empujó hasta su miembro, el cual el Alfa lo metió a su boca, disfrutando de los gemidos del Omega y el cómo temblaba por él.
Sintió unas manos acariciar su trasero, sabiendo lo que venía, pero no le prestó atención, queriendo sacarse la duda que tenía, bajando su cabeza hasta la entrada de Jimin para lamer el lubricante que tanto había llamado su atención en cuanto lo vio.
—¡Ah! ¡Alfa, m-más! —medio gimió, medio gritó.
Yoongi gruñó cuando saboreó el lubricante de Jimin, el cual sabía a las más dulces manzanas verdes. El sabor eres exquisito, tanto que podría ser adicto a el. Sintió besos en su espalda, bajar con cuidado hasta su zona trasera. Hoseok separó sus mejillas, y rozó con cuidado su entrada. Aquello envió un escalofrío a su sistema, y levantó la cabeza de las piernas de Jimin para mirar atrás, pero el Omega lo impidió, sosteniéndolo.
—Concéntrese en mí, Alfa, solo en mí.
Asintió, volviendo a atender a Jimin debajo de él. Hoseok se estiró hasta el clóset, sacando de ahí el lubricante que había comprado hace un tiempo atrás, volviendo poco después a colocarse nuevamente detrás de Yoongi. Abrió el pequeño frasco, dejando caer sobre sus dedos, moviéndolos para poder calentar el espeso líquido. Tanteó la entrada de Yoongi, sintiendo un respingo por parte de él, e introdujo lentamente su dedo índice. Bajó su mano izquierda hasta el miembro de Yoongi y comenzó a acariciarlo. Pronto la tensión en el joven Alfa no existía, y Hoseok bajó su cabeza hasta su espalda para besarla.
—Lo estás habiendo bien, cariño —apremió, introduciendo ahora su dedo medio, teniendo dos dentro ahora.
Yoongi siseó. —Arde...
—Solo al comienzo, ya te acostumbrarás, precioso —movió más su mano sobre su miembro, mientras abría sus dedos como tijeras, buscando aquel punto que envolvería en placer a Yoongi. Jimin había vuelto a halar del Alfa, pidiendo su completa atención la cual era recibida de inmediato. Lo encontró en un par de movimientos más, y la sensación de la entrada de Yoongi apretando aún más sus dedos lo hizo gruñir, además de aquel gemido mucho más alto y agudo que soltó.
Siguió rozando y presionando aquel cúmulo de nervios dentro de Yoongi, al tiempo en que subía y bajaba su mano por su polla. Introdujo un tercer y último dedo, metiéndolos y sacándolos, y cuando ya no sintió tanta resistencia supo que ya estaba listo. Sacó sus dedos, ganándose una queja por parte de Yoongi. Sonrió ante eso, levantando al Alfa menor para besar sus labios. Jimin también se acercó, besando primero a Yoongi para luego besar a Hoseok.
—Jimin, ponte de espaldas a Yoongi —pidió Hoseok, y el Omega obedeció. Aún sobre la cama, se apegó al pecho de Yoongi, ronroneando en cuanto sintió la polla del Alfa rozar contra su trasero. Yoongi lo tomó de sus caderas, acercándolo más a él, besando su cuello con devoción—. Precioso, voy a entrar. Dolerá, pero después se sentirá bien. Seré cuidadoso y-
—Hoseok —acalló sus palabras, girando su cabeza para mirarlo—. Confío en tí.
Hoseok relamió sus labios, dejando un beso sobre la mejilla de Yoongi. —Te amo, realmente lo hago.
Tomó las caderas de Yoongi, y alineó su miembro contra su entrada, forzando un poco el anillo de músculos para que entrara su cabeza. Yoongi jadeó adolorido cuando sintió a Hoseok entrar en él, pero Jimin comenzó a besarlo, distrayéndolo lo suficiente. Hoseok besaba su cuello, entrando poco a poco en Yoongi, reteniendo las ganas de entrar en una sola estocada. Estaba empleando mucha fuerza de voluntad, y es que Yoongi lo apretaba de manera exquisita, pero no quería lastimarlo, así que siguió adentrándose lentamente hasta que estuvo por completo dentro de Yoongi. Su lobo solo podía gruñir extasiado, fascinado por el hecho de por fin tener a su precioso con él. Su corazón de igual forma solo podía latir acelerado, emocionado con la idea de unir su vida con sus más grandes amores.
—Me moveré cuando tú lo pidas, precioso...
Jimin tomó el miembro de Yoongi, alineándolo él mismo contra su entrada, penetrándose hasta el fondo. Gimió al sentir la polla caliente de Yoongi dentro de él, y el Alfa gruñó apretando más sus caderas. La doble estimulación le estaba nublando la mente, movió solo un poco las caderas, logrando que los tres gimieran por ello. Hoseok dentro de él dolía un poco, pero mierda, se sentía muy bien. Jimin también era increíble, y la manera en la que envolvía su pene entre aquellas preciosas nalgas lo tenía mal.
—M-muévete...
Hoseok no necesitó otro pedido para dar una certera estocada, moviendo a Yoongi, y logrando que este penetrara de igual modo a Jimin. El movimiento se repitió, y luego de este le siguieron muchos más, volviendo la habitación un desastre de gemidos y jadeos, además del creciente aroma a exitacion y sus esencias naturales. Era embriagador. Yoongi comenzó a mover sus caderas al contrario de Hoseok, volviendo los movimientos mucho más fuertes, más salvajes.
Yoongi jamás en su vida se había imaginado algo así. Siendo tan reservado como era, la idea de follar y ser follado no entraba en su catálogo de "vida perfecta", pero vivirlo, hacerlo, y sentirlo, Yoongi solo podía sentir una bruma de placer aplastante. Era la puta gloria, Hoseok y Jimin, sentía que estaban hechos para él así como él estaba hecho para ellos. Eran uno solo, lo sentía, era así.
Las estocadas de Hoseok se hicieron más bruscas, y Yoongi se sentía sofocado. Jimin no se quedaba atrás, disfrutando como nadie la situación, deseando que llegara el día en que fuese follado por los dos Alfas al mismo tiempo. Los complacería, sería un buen Omega para ellos.
—¿Te gusta, precioso? Háblame —cuestionó Hoseok, acelerando sus movimientos.
Yoongi asintió. —S-sí... me... mhm~... encanta.
Hoseok mordió su hombro. El calor que los cubrió a los tres fue abrumador, y cuando sintió a Yoongi gemir más alto, sostuvo con fuerza su barbilla, evitando que se acercara al cuello de Jimin, el cual estaba expuesto por el mismo Omega, esperando por una mordida. Los colmillos de Hoseok picaron, y su lobo rugía con fuerza, queriendo también morder el pálido cuello del Alfa contrario, pero se retuvo, apretando su mandíbula con fuerza. Un par de estocadas después, Jimin se corrió con fuerza, y segundos más tardes se corrió Yoongi y él. El nudo se formó dentro de Yoongi, y Hoseok lo apretó a él, evitando que se moviera para no lastimarlo. Largas tiras de semen entraban en su culo, y Hoseok solo besaba su cuello con intensidad, soltando poco a poco su mandíbula para dejarlo libre.
—¿Por qué...? —balbuceó Yoongi, apoyando su frente sobre el hombro de Jimin—. La marca... nosotros...
—Aún no es momento —negó—. Te marcaré y marcarás a Jimin cuando nos ames. Tarde el tiempo que tarde, esperaremos por tí y hasta ese día uniremos nuestros lobos.
Yoongi pensó en aquellas palabras, y aunque su lobo se sentía frustrado, él se sintió bien con aquella decisión. —Gracias...
Cuando el nudo bajó, los tres subieron a la cama, con Hoseok en medio y abrazando a ambos menores a él. Jimin tenía su mano entrelazada con la de Yoongi, mientras que el Alfa menor acariciaba su dorso con cuidado, adormecido por el esfuerzo físico y por el arrullador sonido de los latidos del corazón de Hoseok. Sintió un beso en su cabeza, y miró al mayor dejar uno sobre los cabellos de Jimin.
—Los amo, a ambos —murmuró, acariciando las caderas de los menores—. Las personas nos mirarán mal, incluso pensarán que estamos locos, pero mientras yo esté con ustedes siempre los voy a proteger. No sé si la Diosa Luna unió nuestras almas mucho antes, o si solo es un capricho de nuestros lobos, pero no imagino mi vida sin ustedes, porque los amo más que a mí mismo.
Jimin sonrió, dejando un beso en el pecho de Hoseok y estirándose para dejar uno sobre la mejilla de Yoongi. —Yo también los amo, mis Alfas.
—Yo los amaré, sé que será así —habló, no presionado en sentirse igual a la pareja—. Mi lobo ya lo hace, y siento que no tardaré mucho en seguirlo.
—Sin presiones.
—Sin presiones.
Los ojos de Yoongi se fueron cerrando poco a poco, y Jimin fue quien se estiró a apagar la lámpara de la habitación, dejando el lugar a oscuras solo con la luz de la luna entrando por la ventana. Yoongi respiró profundo, sintiendo una paz sobrecogedora. Estar ahí, con Hoseok y con Jimin, parecía ser un sueño. La calma que transmitía el estar juntos es algo que jamás imaginó, y la adoró por completo. Se hizo a la idea de vivir así por el resto de su vida, y no fue algo que le desagradara, todo lo contrario. Su relación no sería fácil, estaba seguro de ello, pero tenía la esperanza de que saldrían adelante con lo que tenían.
Sonrió, sintiendo a su lobo ronronear de puro gusto. Parecía no molestarle el convertirse en un Delta, y sinceramente a él tampoco. Tendría a Jimin y a Hoseok con él, siendo la mayores de las recompensas.
Así cayó dormido, con el último pensamiento de ser amado, y que pronto sería recíproco. Con una nueva naturaleza en camino, un cambio de vida, y la compañía de dos personas que jamás se rindieron con él.
Y gracias que no lo hicieron.
FIN
Primera mini-historia 𔘓 ¡BETA!
Segunda mini-historia 𔘓 ¡OMEGA!
Tercera mini-historia 𔘓 ¡ALFA!
Disponibles en mi perfil.
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