𝗢𝟭 𖥻 ❛ CRUELTY





Estaban en tiempo de lluvias, la primavera ya había dado fin por lo tanto era de esperarse que el frío se aproxime y con ello algunos niños y adultos lleguen a enfermarse, y como ayer no fue la excepción: las gotas de lluvia empezaron a caer de un cielo claro que poco a poco se iba tornando gris por las nubes cargadas de agua que lentamente empezaban a liberarse de esa carga.

Uno de los niños del pueblo extendió su pequeña mano dejando que la lluvia mojara su manita.

───Yuki ───su madre le llamó la atención saliendo por el de la pequeña casa en la que vivían─── no te quedes ahí parado, vamos adentro o tendrás un resfriado ───lo regañó y tomándolo de su mano lo dirigió a la puerta de su hogar aunque a media calle alguien chocó brutalmente con ella haciendo perder el equilibrio y casi caer al suelo───¡Ah! ¡Que salvaje! ───exclamó con furia mirando a una chica albina quien corría tan apresuradamente que ni siquiera prestó atención a la escena que había hecho───. Mocosa ───murmuró entre dientes con molestia mirandola irse

───¿Quién es ella, mami? ───preguntó el pequeño a su madre, impresionado por la velocidad de la chica

Ya la había visto antes cuando iban a la finca de una familia de Samuráis, siempre entrenando con una espada de madera en el patio de su casa bañada en sudor, pero aún así no sabía su nombre.

───Es la cazadora de la familia Sāto, esa niña no tiene la mínima educación. No le pongas atención ───dijo con fastidio y volvió a guiarlo en la pequeña distancia que quedaba de su hogar───. Entremos antes de que llueva más fuerte ───sin esperar a su pequeño entró en la pequeña casa que tenían

Y como lo precedió, después de un estruendoso trueno la lluvia empezó a intensificarse haciendo que el pequeño pusiera sus manos por encima de su cabeza y corriera a su hogar.

───Espero que no te hayas mojado mucho ───su padre se acercó para revolver sus cabellos mojados───. Recuerda que en estos tiempos sueles enfermarte con frecuencia ───llamó su atención con preocupación

───Si papá ───el pequeño sonrió con ternura abrazando la pierna de su padre

La familia, en algunas ocasiones pueden llegar a ser el lazo más fuerte que puedes tener, pero de la misma forma puede ser el vínculo más nulo que puedas experimentar, por suerte: la familia de Yuki era una familia funcional son dos padres quiénes se amaban mucho y a pesar de no tener el apoyo de sus propios padres, darían el máximo esfuerzo para darle una linda infancia a su pequeño.

Y la familia Sāto no se quedaba atrás, está familia era más extendida y toda la familia vivía en una sola finca, claro que habían conflictos pero al final terminaban por solucionarlos de buena o mala manera.

Incluso después de la llegada de Tsukiko todos se volverían más unidos, pues por su vitíligo creían que era un regalo de Dios.

Hablando de la protagonista de esta historia, corría lo más rápido que sus piernas se lo permitieran, incluso si su garganta ardía como el infierno por el frío viento no se detenía a descansar. Las gotas de lluvia golpeaban su rostro y cuerpo violentamente mientras subía con desespero la montaña donde se encontraba la finca de los Sāto, un pequeño arrolló empezó a formarse por la violenta lluvia y sin importarle que tanto pudiera ensuciarse siguió corriendo manchando su Haori blanco de lodo.

Nunca tuvo resistencia, pero está vez se trataba de su familia.

Sus ojos temblaron con horror viendo la puerta corrediza de su hogar completamente destrozada. Un nudo se formó en su garganta y sus ojos comenzaron a picar, la adrenalina la hizo acercarse a su hogar adentrándose apenas por la entrada. No quiso avanzar más, no por miedo o algo así, solo que los cadáveres de sus hermanos mayores no le dejaban libre el paso.

───¿Cómo pasó esto? ───su voz salió en un susurro entrecortado, mostrando su vulnerabilidad ante la situación en la que estaba. La familia es el lazo de sangre que te hace permanecer unido a un grupo de personas que tienen este mismo lazo sanguíneo pero más que simple sangre son tu hogar, las personas con las que vives compartiendo miles de momentos juntos, buenos o malos, y Incluso si son malos llegan a salir adelante. Son las personas que te cuidan y protegen, eso es una familia─── Azumi ───llamó a su hermana quien se movía del suelo ensangrentado, sin esperar ni un segundo más se acercó a ella poniendo su cabeza en su regazo─── ¡¿Qué fue lo que pasó?! ¡¿Quién les hizo esto?! ───preguntó con desespero

───Tsuki ───la llamó con dificultad, hacía movimientos bruscos y involuntarios, como si estuviera por convulsionar─── hermanita, tengo frío.

Aquella declaración hizo entrecortar la respiración de Tsukiko, mientras miraba su kimono que, aunque era azul estaba teñido de un rojo sangriento.

───Tranquila, estarás bien, voy a llevarte con un doctor ───tomó su pequeña mano, la cual estaba completamente fría

Después de todo, Azumi solo tenía siete años.

───Hermanita, me duele mi pecho.

Tsukiko parpadeó dejando caer un par de lágrimas para después con su mano temblorosa descubrir el pecho de su querida hermanita encontrandose con que el tejido de su piel estaba completamente descubierto, como si la hubieras despellejado. Horrorizada y ahogando un grito para no asustar a su hermana volvió a taparla, conteniendo en lo más profundo de si misma un grito de impotencia.

───Ví que Hoshi estaba muy raro, pensé que le dolía su cabeza porque cayó al suelo pero solo se me aventó y me mordió mi pechito ───sus palabras temblaban a causa del frío que sentía en ese momento

───Tranquila, estaremos bien ───a pesar de que su uniforme fuera bastante descubierto y el frió golpeara su piel se quitó el Haori envolviendo a su pequeña hermana en él─── Iremos a un doctor, pero está lloviendo así que vas a mojarte un poco, ¿Si?

───Bien ───susurró sintiendo la calidez de la prenda de su hermana

La mayor la cargó en brazos y antes de irse empezó a explorar con rapidez la finca, si Azumi sobrevivió había posibilidad de que más de su familia hayan sobrevivido. O eso es lo que creía.

Horrorizada y con imágenes que siempre estarían con ella, comprobó el pulso de cada familiar tirado y bañado en sangre, claro que excluyó a los que les faltan extremidades que fueron arrancadas, era seguro que estos estaba completamente muertos.

───Azumi, d-dime ───recorrió un pasillo con algunos órganos humanos───. ¿Que hiciste hoy en la mañana? ───luchaba por mantener a su hermana despierta haciéndola hablar para que no perdiera la conciencia

───Le dí de comer, a Liam ───dijo con debilidad, esto hizo apurar a Tsukiko quien encontró a Liam; su primo recién nacido tirado junto al cadáver de su madre quien lo abrazaba, ambos ya tenían su piel fría y pálida pues estaban en el patio y mojados por la lluvia, bajo de ellos un charco de sangre que se corría causa de la lluvia

───O-Oh, ¿Q-Qué más hiciste? ───no podía evitarlo, su pregunta salió más como un sollozo por las escenas que estaba viendo

───Miré... El cielo ───la debilidad con la que hablaba hizo que, sin importarle si alguien más estaba vivo, se dirigió a la salida para llevar a su hermana a un doctor de urgencia

───Azumi, te lo suplico, no te duermas ───habló con firmeza mirando de reojo a sus familiares muertos por si alguno hacia movimiento pero todos estaban quietos

La menor no contestó, es por eso que en su desesperación empezó a correr pero en su torpeza, tropezó con algo del suelo.

───¡Mierda! ¡Azumi! ───tomó a su hermana en brazos pero está ya no respondía─── ¡No te duermas Azumi! ───empezó a moverla frenéticamente

Ella sabía que con lo que había tropezado era un cadáver, sin intencion de mirar de quién se trataba siguió con sus inútiles intentos por hacer reaccionar a su hermana.

Hasta que ésta misma empezó a moverse, aunque fuera anormalmente. Tsukiko abrazó su pequeño cuerpo con confusión y exaltación por su repentina convulsión. Las venas de Azumi se marcaron y empezaba a soltar gruñidos, ella se estaba transformando en demonio.

───Azumi... ───miró como unos colmillos salían de la boca de su hermana, los cuales fueron directamente a atacarla───. ¡Azumi, no! ───gritó tomándola del pelo, evitando que sus colmillos alcanzarán su cuello───¡Mierda, Azumi, regresa! ───suplicaba inútilmente, después de todo ella ya era un demonio, una de esas criaturas que su familia se dedica a exterminar

Las filosas garras de su hermana rasguñaron sus brazos en un intento de liberarse, rasgando su uniforme y alocándose más por el olor a sangre que era derramada por la herida de Tsukiko.

Un demonio, eso es lo que ahora era Azumi, un mounstruo sediento de sangre, su tamaño había incrementado llegando a romper su ropa dejándola desnuda, pues ahora tenía el cuerpo de una adulta quién por tamaño estaba tentando seriamente con la vida de la cazadora, pero Tsukiko se negaba a matar a su hermana.

No pudo aguantar más para empezar a llorar, era demasiado lo que estaba pasando. Y aún un dolor insoportable en su pecho, sacó su katana en su funda y cortó el cuello de lo que quedaba de su hermana, haciendo que sus restos se conviertieran en cenizas al instante.

Se arrodilló gritando por el dolor de tener una casa con sus familiares muertos, y peor, uno de ellos muertos por causa de ella, pero ¿De verdad tenía la culpa?; no, no la tenía. Pero ella creía que sí.

Los cuerpos fríos de sus demás hermanos empezaron a hacer movimientos bruscos, similares a los de Azumi, lo que llamó la atención de la cazadora quién incrédula: miró como sus hermanos también empezaban con un proceso de transformación que era inevitable.

───Dios, no me hagas esto ───sollozó apretando el mango de su katana

Aún sintiendo un dolor irremediable en su pecho blandió su katana para cumplir con su deber de cazademonios, además, no podría vivir sabiendo que sus hermanos estaban siendo unos mounstruos come-hombres.

De la lluvia que caía fue acompañada por pequeños pedazos de hielo, el granizo provocaba sonidos fuertes que apagaban cada sollozo y grito que salían de sus labios al cortar los cuellos de cada hermano.

Después de todo, las cosas se fueron a la mierda de un momento a otro.

───¡Mierda! ───maldijo el demonio de ojos rojos con frustración, usando solo sus uñas despedazó un ave que se encontraba cerca junto con una gran parte del árbol en el que se encontraba con él, el nido de crías

El demonio que lo acompañaba solo lo miró sin entender lo que causó la furia de su amo, no le preguntaría ya que conociéndolo el mismo terminaría diciéndole lo que le pasaba.

───¿No me vas a preguntar que es lo que me pasa? ───le cuestionó mirándolo con fastidio

Kokushibo solo se encogió de hombros.

───Los Sāto no revelaron ninguna información a pesar de haberlos torturado, ni siquiera quisieron dejarme pistas los desgraciados ───explicó brevemente apretando sus dedos en el puente de la naríz

───Ah ───dijo poéticamente

───Pero faltaba alguien, en el cuadro que tenían en su sala había una niña, su piel tenía manchas oscuras y tenía ese estúpido traje de cazadores. Vagué por el maldito pueblo y por otras ciudades pero no encontré ningún rastro de ella, si no fuera por el maldito sol hubiera esperado su regreso, era claro que iría a ver a su familia ───se lamentó con furia apretando los puños

La primera Luna pensó en las palabras de su superior, desde hace algunos años este mismo les había hablado a él y sus compañeros sobre una familia que posiblemente sabían sobre la ubicación de una anhelada flor que solo florece de día, aunque esto último nadie lo sabía.

El encuentro que ahora mismo tuvo con su líder era pura casualidad, pues solo estaba teniendo una de sus muchas cenas hasta que se lo encontró vagando por el bosque diciendo algunos balbuceos sin sentido.

───¿La va a buscar? ───cuestionó el de ojos múltiples

───Claro que si, y ustedes me ayudarán ───miró con seriedad al demonio detrás suyo───. Si llegas a encontrarte con ella, quiero que la obligues a decirte donde se encuentra esa maldita flor, ¿entendido? ───sus ojos rojos causaron cierta intimidación a el de Haori morado

───Entendido.

Bueno, ahora tenía dos prioridades. Encontrar a esa flor que empezaba a creer que era un mito y encontrar a la sobreviviente de la masacre de la familia Sāto.
























































































funen a Bri por no saber narrar

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