(alc me da mucha pena escribir esto pero pues, el que le tenga miedo al éxito que no nazca-)

Era el día de San Valentín, el de pupilas bicolor esperaba a que su amado llegara, lo había invitado a su casa por el día del amor y la amistad, estaba justamente algo nervioso, ya que había preparado algo especial para su amor.

Traía un traje de ligueros, con tonos negros y blancos, similares a los de una vaca, traía su ecto-cuerpo femenino activado, nunca lo había activado, y mucho menos enfrente de alguien.

Escuchó como el clásico había llegado, escuchando también como lo llamaba, y caminaba hasta su cuarto.

Se acomodó un poco más en aquella cama, la cual tenía algunos pétalos de rosas por todo el lugar, bastante romántico todo a decir verdad.

– ¿Dust? ¿Estás ahí?– tocó un par de veces la puerta, bastante extrañado por no haberlo escuchado.

– Sí, aquí estoy, entra, cariño.– dijo intentando fingir seguridad en su tono de voz, aunque por fuera pareciera bastante seguro, por dentro los nervios lo estaban carcomiendo.

Entró al cuarto de su amado, notando al instante la pose tan provocativa en la que estaba su amado, haciendo que un sonrojo instantáneo se coloreara en su rostro.
Se acercó a paso lento aún asombrado, lo cual ponía más nervioso a su pareja por lo que podría decir.

– F-Felíz... Felíz San Valentín, Amorcito~ – aquel tartamudeo hizo que sus nervios subieran hasta los cielos, ya solo esperaba las palabras de su amado con bastante inquietud.

– Cariño ... ¿Hiciste todo esto para mí?– preguntó aún bastante sorprendido.

– Sí, lo hice todo para tí, quería darte un buen San Valentín ...~ – un sonrojo bastante notable apareció en sus mejillas al sentir como su novio acariciaba su pierna después de sentarse enfrente de él, decidiendo abrazarlo por el cuello ya para calmar su nerviosismo.

– Es ... -- – y antes de que pudiera seguir, el otro lo besó de manera un tanto apasionada, a lo cual este no se negó, ya correspondiendo de manera un poco tardada.

Cerraron sus cuencas para apasionar más aquel beso dulce, y con una pisca de lujuria.
El clásico acariciaba las piernas y parte del trasero ajeno con pasión, a lo cual el de pupilas bicolor respondía con suspiros y gemidos ahogados.

Aquellas caricias fueron escalando aún más de pasión,llegando ya a rozar la formada erección de su pareja contra la intimidad intacta del de bufanda.

Se separaban de vez en cuando para poder recuperar algo de aire, pero segundos después volvían a unirse en aquel beso algo brusco pero bastante apasionado.

El clásico bajó de un jalón su ropa inferior, ya realizando el mismo acto con la ropa inferior ajena (que constaba en solo una "tanga" del mismo color que los ligueros).

Se separaron del beso para que el activo pudiera retirar con más facilidad la tela que estaba unida a los ligueros, la cual tapaba solamente los pezones de los pechos ajenos, empezando a besar y chupar ambos pechos femeninos contrarios, mientras rozaba su miembro masculino contra la intimidad ajena, la cual se humedecía cada vez más por la estimulación.

Los suspiros y gemidos no se tardaron en aparecer, el de bufanda adoraba aquel trato en sus pechos, lo cual se notaba por aquellos sonidos lascivos que llegaba a emitir.
Pero, al sentir como el glande de su amado estaba por entrar en su cavidad vaginal, decidió mejor alertarlo primero para que tuviera precaución.

– A-Amor ...~ ¿Puedes... Ser gentil?~ Es mí primera vez con este cuerpo...~– habló con algo de vergüenza.

– Bien, seré muy cuidadoso, sí te llega a doler, Me avisas, ¿Bien?–

– Está bien, muchas gracias ~ –

Ya sintiendo como metía de a poco tres dedos para acostumbrarlo, volvió a gemir de manera leve pero notable, hasta que sintió como aquellos dedos abandonaban por completo su cavidad vaginal, sintiendo a cambio como entraba cuidadosamente el "amiguito" de su novio,lo cual llegaba a dolerle un poco por el grosor de este mismo, pero entre más grueso fuera, más placer habría.

Las Embestidas empezaron lentas y suaves, hasta algo profundas, sus gemidos eran algo altos por sentir algo bastante grande dentro de él.
Con el tiempo, las Embestidas fueron tomando más ritmo, llegando a ser hasta algo bruscas, lo cual aumentaba los gemidos que daba el pasivo, llegando a decir algunas palabras obscenas por el placer, que con el poco tiempo, lo estaba cegando.
El clásico empezaba a susurrarle algunas palabras obscenas como respuesta de las que le había dicho su contrario.

Pasó sus dedos por su clítoris para toquetear de manera un tanto rápida, a lo cual, su pareja respondió con un pequeño grito casi no audible, le había sorprendido que tocara aquella parte, pero no le desagradaba en lo absoluto.

Las Embestidas escalaron a un nivel bastante alto, eran bastante bruscas y brutales, los gemidos de su pasivo eran literalmente casi gritos de placer, sentía ya como un chorrito de agua,( o lo que parecía serlo) se disparaba contra el miembro aún dentro de la vagina contraria, por lo cual había pegado un grito/gemido ya más fuerte.
El clásico, al sentir aquel chorrito y escuchar aquel sonido tan placentero, no pudo aguantar tanto, por lo que terminó eyaculando de manera abundante dentro de su amado.

Sin duda ambos estaban cansados, decidiendo parar aquello y terminar por descansar como se debe.